Juan A. Alcalá: “En este club no hay maricones”

Hay momentos que marcan una vida.

Juan Antonio Alcalá en el estadio Santiago Bernabeú

Juan Antonio Alcalá en el estadio Santiago Bernabeú. OLMO CALVO

Hay decisiones que suponen un punto de inflexión entre vivir a medias con tus demonios o atreverte a ser tú mismo, sean cuales sean las consecuencias que ello pueda acarrear. Hace exactamente un año, EL MUNDO publicó un reportaje en el que yo contaba aspectos de mi vida que quizá una mayoría de personas -no exactamente de mi entorno más cercano- podía desconocer. Aquella noche del 26 de junio, en ese Diario de un periodista que un día se transformará en libro, escribí que no estaba seguro de cuál sería el peaje a pagar, pero que lo hacía guiado por la máxima que rige mi vida: escuchar a mi corazón, decir siempre la verdad, no hacer daño a nadie y actuar en consecuencia.

Desperté en una mañana radiante de verano en Londres con el sonido tan familiar de los mil whatsapp, mensajes, correos, llamadas y notas de audio que no tardaron en colapsar mi iPhone, y que me hicieron reflexionar sobre la fuerza y la implantación que este suplemento LOC ha alcanzado en la sociedad española. Todavía hoy emociona recordar la avalancha de cariño recibida aquél día, y la primera llamada de todas, y las noches de responder entre lágrimas a todos y cada uno de los mensajes.

No todo ha sido de color de rosa en este año.

Mi vida profesional ha transcurrido siempre en el ámbito cerrado, a veces irrespirable, del periodismo radiofónico deportivo. Mil millones de veces, durante mi otra vida en Gran Vía, pensé en traspasar las puertas de aquél despacho y contar que había otra explicación -además del talento natural para la radio- para aquella manera de despedir programas y trazar fotografías en el aire que lanzaron mi carrera en las ondas en los primeros años.

Pero aquel muro de silencio en la década de los 80 y los 90 fue infranqueable, y el miedo a ser diferente y quedar señalado pudo más que el anhelo de libertad. Sé que fue un error, pero no supe hacerlo de otra manera, y sólo espero que quiénes compartieron conmigo aquella vida me lo sepan perdonar…

En el mundo del fútbol, que ya no ocupa el centro de mi vida, casi todo sigue igual. Llevo años observando que hay una estrella mundial del fútbol que, a su manera, paso a paso, lentamente, con sus dudas, con sus miedos, intenta saltar ese muro que yo superé. Y en colaboración con la revista norteamericana OUT Magazine he intentado un acercamiento a ese chaval, convencido como estoy de que en el año 2016 se dan ya las circunstancias para que la salida del armario de un futbolista de élite sea recibida con absoluta normalidad por la sociedad y por las empresas del marketing global.

Supongo que estoy equivocado en esa certeza porque, ante mi amable insistencia, el último email remitido desde su club no pudo destrozarme más: “Deja ya de insistir, Alcalá. No es posible lo que pides. En este club no hay maricones”(sic). Guardo el email, fechado el lunes 25 de abril, por si pudiera interesarle a algún juez experto en delitos de odio.

He tirado la toalla con el fútbol profesional. El fútbol, como los toros, ha decidido que quiere seguir instalado en el siglo XIX, y pasarán décadas hasta que alguien se atreva a dar un paso hacia la modernidad, y yo no estaré aquí para verlo. Los gritos homófobos a un árbitro de 22 años que no pudo cumplir su sueño; las hordas de bárbaros sin civilizar que estos días han invadido Francia; o los aficionados del Betis que jalean a un jugador condenado en firme por maltrato, son ejemplos de lo que expongo. Al lado de estas líneas tienen el ránking anual que publica LOC: encontrarán representantes de todos los sectores de una sociedad diversa y tolerante. Y no encontrarán a nadie de un mundo que ha elegido vivir en la oscuridad.

Un año después… Un año para expresar mi agradecimiento a Iñaki Gabilondo por aquélla llamada (la primera de todas) rebosante de cariño y de recuerdos; a Carlos Herrera por hacerme un sitio a su lado en cada amanecer y dejarme aprender con él; y a David Eugenia y por su emocionante reacción, y por ser mi inspiración de cada día y el motivo para seguir.

Mi abrazo final es para mis compañeros de EL MUNDO. Un gran diario se hace con grandes periodistas. Me gustaría saber cómo puedo ayudar porque realmente me siento en deuda, y espero que estos tiempos de tribulación sean sólo el preludio del futuro mejor que siempre está por llegar.

“Es el momento de reflexionar sobre si baños y vestuarios de los colegios deben ser mixtos”

Amelia Barquín, profesora de Educación y Género en la Universidad de Mondragón, apuesta por dar libertad a los niños para que desarrollen “el género sexual con el que mejor se sientan identificados”

La coeducación persigue educar en igualdad.

La coeducación persigue educar en igualdad.

La necesidad de crear nuevos modelos de relaciones que olviden los estereotipos y que se basen en la igualdad de la mujer es uno de los objetivos más anhelados por la sociedad. O, al menos por una parte de ella que  trata de erradicar la dependencia y la falta de libertad que aún sufren muchas mujeres en las sociedades más avanzadas. Amelia Barquín, profesora de Educación y Género en la Universidad de Mondragón, ha participado en el curso de verano de la UPV ‘Sexo, amor y relaciones de poder’, donde ha defendido que “no es posible que los jóvenes no identifiquen la actividad machista en una sociedad en la que se está trabajando constantemente contra ella”.

Además de analizar la realidad de la mujer en las relaciones, Amelia Barquín ha explicado esta cuestión desde el punto de vista de la educación, centrándose en la igualdad y libertad de género. Es consciente de que los derechos de la mujer se trabajan continuamente en los centros educativos, pero “la libertad de género no está tan extendida, y es un concepto que debe desarrollarse mucho más dentro de los colegios”.

“Los niños deben tener la libertad de desarrollar el género sexual con el que mejor se sientan identificados. Ejemplo de ello son los intersexuales, personas que presentan conjuntamente características sexuales femeninas y masculinas. Son personas que no tienen definido su género y a las que se les deben mostrar todas las opciones y efectos que tiene ser mujer u hombre, para que ellos mismos decidan y construyan su propia personalidad”, ha destacado.

Pero esta opción no solo debe trasladarse a los intersexuales, sino a todas las personas desde su nacimiento. “Los colegios deben poner en marcha procesos para hacer frente a esta realidad, como puede ser la reflexión de los espacios que disponen los centros. Lo más normal es encontrar un campo de fútbol en el que solo juegan los chicos buenos. Los chicos que no saben jugar y las chicas siempre están en los bordes del campo sin poder jugar”. Es una idea que hay que cambiar en las escuelas, ya que, independientemente del género y capacidades para el deporte, “todos los estudiantes deben poder practicar el deporte que les gusta en el recreo”. Y en esta línea ha avanzado que “es el momento de comenzar a reflexionar sobre si los baños y los vestuarios deben ser mixtos o no”.

Influencia de la cultura

Por otro lado, el tratamiento que se les da a los niños varía dependiendo de si pertenece al género masculino o al femenino. “Los profesores se dirigen de una manera distinta a un niño que a una niña. Por ejemplo, el tiempo que invierten en calmar a una niña que está llorando es mayor. Incluso la comunicación no verbal es distinta”.

Otro de los aspectos que Amelia Barquín ha analizado ha sido la influencia de los productos culturales en la sociedad, que refuerzan el poder del hombre sobre la mujer. “Los colegios deben analizar este tipo de producto cultural para no mostrar a sus alumnos el comportamiento que se debe tener ante la mujer. Los profesores tienen que aprender a identificar aquellos productos culturales que contengan características machistas, para que sepan trasladarlos a sus alumnos”.

“Hay que construir un mundo”, ha rematado, “sin etiquetas, en el que hombres y mujeres estén al mismo nivel, con sus derechos y libertades “.

Bilbao acogerá hasta el domingo el Bilbao Pride, para hacer visible al colectivo LGTB

El evento sociocultural incluirá un desfile por la ría en seis embarcaciones

La capital vizcaina acogerá, desde este próximo jueves y hasta el  domingo, el ‘Bilbao Pride’, un evento sociocultural que pretende  “celebrar la diversidad” y hacer visible al colectivo de Lesbianas,  Gays, Bisexuales y Transexuales (LGTB). La cita acogerá numerosas  actuaciones e iniciativas, además de un desfile que discurrirá por la  ría en seis embarcaciones con los colores del arco iris. Los  participantes guardarán, a lo largo de las jornadas, un minuto de  silencio “por las víctimas de Orlando y de la homofobia”, de las que  no han querido olvidarse.

'Bilbao Pride' arranca mañana con un completo programa festivo

“Bilbao Pride” arranca mañana con un completo programa festivo. (Pablo Viñas)

BILBAO. Los participantes en la comparecencia que ha servido para  presentar la iniciativa han asegurado que ‘Bilbao Pride’ surge “fruto  del esfuerzo voluntario de un grupo cada vez más numeroso de  personas”. De su materialización se encargará una comisión,  denominada HarroBi, en la que participan las asociaciones Bilbao  Bizkaia Be Friendly y Ortzadar GLBT, BilbaoHistoriko, la revista BLUE  magazine, y personas a título individual “venidas de ámbitos tan  diversos como el artístico o la abogacía”.

Durante cuatro días llenos de actividades, la capital vizcaína  acogerá este “evento sociocultural” con el que se pretende celebrar  la “diversidad” de Bilbao “como sociedad” y dar “visibilidad” al  colectivo de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales (LGBT).

Con un “potente programa”, por el Escenario Bilbao Pride  desfilarán, desde este jueves 23 al domingo 26 de junio, “gran  variedad de artistas”. Además, la animación, la ‘Ruta Gastronómica’ y  la decoración callejera “generarán un ambiente diferente”.

Conferencias, acciones de sensibilización y una exposición  “extenderán el Pride a todas partes”. Además, un “evento único y que  aspira a convertirse en el icono del Bilbao Pride pondrá la guinda al  pastel”, un desfile “por la diversidad” en la ría de Bilbao,  “compuesto por varias embarcaciones y que reunirá todos los colores  del arco iris” y que se denominará ‘UrParade’.

Este jueves, día 23, se dará inicio al evento con la inauguración  de la decoración callejera y de la Ruta Gastronómica, en la que “una  serie de establecimientos se han comprometido a realizar unos pintxos  que celebren la diversidad”. Posteriormente, a las siete de la tarde,  se desarrollará una conferencia titulada “Derechos humanos y nuevos  retos para el colectivo LGBT”, en la que también participa Amnistía  Internacional-Euskadi.

Ese mismo día, el bar Lamiak inaugurará la exposición “El Sueño de  Una Noche de Verano” del artista bilbaíno Jujo Ortiz. Además, se  desarrollará la iniciativa “Las Tiendas Más Abiertas”, impulsada  entre los comercios y la Cerveza La Salve. Las tiendas del Casco Viejo abrirán una hora más “ofreciendo algo de tomar a clientes y  amigos en un ambiente diverso y amigable”.

El viernes comenzará la acción de sensibilización de BizkaiSida,  al mismo tiempo que abrirá el Infopuntua, el centro de información  sobre actividades de Bilbao Pride. Ambas acciones se desarrollarán  frente al mercado de

La Ribera. Animación callejera por las calles  del Casco Viejo y San Francisco precederán a las actuaciones, en el  muelle Marzana, de Ainhoa Cantalapiedra, Yogurinha Borova + Nenita,  Ibai Sánchez Dj y Les Alsborregach Dj.

DESFILE

El sábado acogerá, a partir de las seis de la tarde, la Ur Parade,  “el desfile por la diversidad” en la Ría de Bilbao. “De momento hay  seis embarcaciones apuntadas, y quedan unas pocas entradas para el  barco que sale de Barakaldo, con opción de desembarcar en Bilbao”,  han explicado los organizadores.

Las seis embarcaciones, decoradas y con música y animación,  comenzarán a remontar la ría desde el Museo Marítimo, pasando por el  Guggenheim, hasta llegar al Ayuntamiento. Ese día actuarán Barei,  Sandra Love, Las Fellini, Unai Goikolea Dj, Dubos Dj, Mikan,  Charlotte y otros artistas.

El domingo, día 26, se desarrollará la última animación callejera  en Casco Viejo-San Francisco, y sobre las doce y media del mediodía  se dará por finalizada la Ruta Gastronómica con un “pintxopote”. Por  la tarde, a las 17.00 horas, se celebra en el bar Lamiak el Orgullo  Gaymer, un encuentro LGBT de los aficionados a los juegos de mesa.

“Se trata de un programa diverso, completo y muy animado, que  combina una visión social y comprometida con otra de tipo  lúdico-cultural”, han dicho sus organizadores. Según han añadido,  “ahora queda llevar a cabo un Pride a la altura de Bilbao”. Por ello,  han hecho un llamamiento a la ciudadanía para que acuda “a todas las  actividades y conciertos” para “celebrar la diversidad”. “Vamos a ser  visibles y a apostar por una sociedad de todos los colores”, han  insistido.

Una fiesta reivindicará este sábado el orgullo gay por primera vez en Barakaldo

Un barco saldrá desde la dársena de Portu para sumarse después al desfile por la diversidad que tomará la ría en Bilbao

Barakaldo contará este sábado por primera vez con una fiesta para reivindicar el orgullo gay. Se trata de una iniciativa puesta en marcha desde el Pub Lambda, en Zaballa, y que incluirá un viaje en barco a las 18.00 horas desde la dársena de Portu hasta Bilbao, donde se unirá al desfile por la diversidad en la ría organizado en la capital vizcaína. Para quienes lo deseen, la fiesta seguirá a la vuelta en el municipio fabril con una degustación de paella en la Plaza Europa, a partir de las 20.30 horas y en colaboración con la taberna Adnarik, así como con la posterior fiesta con espectáculo en el Lambda.

Este mismo lunes el Ayuntamiento de Barakaldo acordó decorar las escaleras del quiosco de la Herriko Plaza con la bandera multicolor para conmemorar el Día Internacional del Orgullo Lésbico, Gay, Bisexual y de las personas Transgénero que se celebra el martes 28. La medida se aprobó en una comisión del área de la Mujer en la que inicialmente se debatió una petición del PSE para pintar un paso de cebra con la bandera de este colectivo. Finalmente el equipo de gobierno descartó dicha posibilidad para prevenir un posible riesgo al tráfico.

«En Barakaldo no hemos tenido nunca una reivindicación con el tema gay», aseguró el responsable del pub Lambda, Julio Sotomayor. Por eso él decidió organizar la salida en barco para unirse al desfile por la diversidad que se celebrará en la ría. «La gente gay de Barakaldo se siente más identificada en Bilbao, porque aquí apenas hay ambiente. Algunos cuando van allí son personas totalmente diferentes. Pienso que todavía hay gente que está reprimida en Barakaldo», advirtió el promotor de la iniciativa.

El barco alquilado tendrá capacidad para 80 personas. Quienes quieran participar en la fiesta deberán inscribirse hasta este viernes en el propio Pub Lambda (calle Zaballa, número 10). El precio será de 25 euros con derecho a consumición. Además, habrá espectáculo con gogos, transformistas y DJ. Los asistentes podrán desembarcar en la capital vizcaína hacia las 19.40 horas para unirse a las actividades organizadas allí con motivo del Bilbao Pride 2016, que lleva por lema ‘Ur Parade’, o regresar a la zona de Urban a las 20.00 horas para continuar la fiesta en Barakaldo.

‘Espectáculo flúor’

La primera parada tras regresar a la localidad fabril estará en la plaza Europa. La taberna Adnarik ha lanzado ya los tickets para disfrutar allí de un plato de paella a cuatro euros (20.30 horas), que también da derecho a una bebida en el Lambda. En este local de Zaballa continuará la fiesta con un Dj residente desde las 23.00 horas, seguido de un ‘espectáculo flúor’ en el que un artista baila a oscuras con pintura brillante. En Bilbao los actos del ‘Ur Parade’ comienzan mañana y se prolongan hasta el domingo.

La policía turca dispersa con gases y balas de goma una marcha gay en Estambul

Los manifestantes desplegaron una bandera con los colores del arcoíris y después quisieron leer un comunicado, algo que los agentes impideron desplegando todas sus fuerzas

La policía turca dispara gases lacrimógenos

La policía turca dispara gases lacrimógenos. / Afp

La policía turca ha disparado gases lacrimógenos y balas de goma para dispersar a unos 50 militantes del colectivo de lesbianas, gais, bisexuales y transexuales (LGBT) congregados cerca de la famosa plaza Taksim de Estambul.

Varios cientos de policías antidisturbios rodearon esta emblemática plaza, situada en la orilla europea de la megalópolis, para impedir esta manifestación en pleno mes de ayuno musulmán del ramadán.

Los manifestantes de esta marcha del “orgullo trans”, inscrita en el marco de la semana LGBT en Turquía, fueron apoyados por simpatizantes de esta causa.

Ante el asalto de las fuerzas del orden, los manifestantes escaparon por las callejuelas adyacentes. Al menos dos manifestantes fueron detenidos, indicaron los medios turcos.

Los manifestantes que se reunieron delante de uno de sus locales, situado cerca de Taksim, desplegaron primero una bandera con los colores del arcoíris que representa a la comunidad LGBT, y después uno de ellos quiso leer un comunicado, delante de los numerosos periodistas congregados en el lugar, pero un jefe de la policía se lo impidió.

Las autoridades de Estambul anunciaron el viernes la prohibición de la “gay pride”, que debía celebrarse el 26 de junio en la ciudad, para “preservar la seguridad y el orden público”, algo que provocó la indignación de la sociedad civil.

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Las celebraciones del orgullo gay en el mundo se celebran este año días después de que Omar Mateen, un estadounidense de origen afgano, matara el 12 de junio a 49 personas en un club frecuentado por homosexuales en Orlando (sureste de Estados Unidos).

Un poco antes de la intervención policial en Estambul este domingo, las fuerzas de seguridad detuvieron a una decena de manifestantes homófobos, que irrumpieron cerca de Taksim, informó la agencia de prensa Dogan. “¡Somos otomanos, no queremos esta gente aquí!”, gritó uno de ellos, según las imágenes.

A principios de esta semana, un grupo ultranacionalista pidió a las autoridades anular la manifestación, advirtiendo que se encargaría él mismo de impedirla si su petición no era escuchada.

La tradicional “marcha del orgullo” en Estambul tuvo lugar en 12 ocasiones sin incidentes en los últimos años, en las que participaron miles de personas para defender los derechos de las minorías LGBT, convirtiéndose en la más importante de este género en un país musulmán de Oriente Medio.

Las autoridades prohibieron todas las concentraciones en la plaza de Taksim, sistemáticamente dispersadas por la fuerza, desde el levantamiento antigubernamental de junio de 2013 contra la “deriva islamista” y “autoritaria” del presidente islamoconservador Recep Tayyip Erdogan.

La Policía y los ultranacionalistas revientan la marcha del Orgullo Transexual de Estambul

Manifestantes se protegen, ayer en Estambul, de los gases disparados por la Policía

Manifestantes se protegen, ayer en Estambul, de los gases disparados por la Policía AFP

Una bandera arcoíris y un mensaje en recuerdo de los masacrados en Orlando desataron la vorágine. Docenas de policías turcos, desordenados y desbocados como una manada de reses en San Fermín, pasaron la tarde de este domingopersiguiendo y disparando balas asfixiantes por los callejones del centro de Estambul contra quienes mostraron estos dos elementos. Trataban de marchar por la céntrica calle Istiklal a favor del Orgullo Transexual, una marcha prohibida días antes por el delegado del Gobierno.

Según la Plataforma de Solidaridad LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales) hubo trece detenidos, entre ellos un reportero, además de un número indeterminado de heridos leves. Entre los damnificados, según fue testigo EL MUNDO, hubo un joven al que una turba de ultra nacionalistas e islamistas golpearon en plena calle Istiklal, repleta de antidisturbios que asistían indolentes al acto. Tras la agresión, y cumpliendo con la convocatoria hecha días antes por dos grupos ultras, estos marcharon por Istiklal sin obstáculos.

Quienes sí se toparon con el muro policial fueron los pro LGBT, miles de los cuales pretendían, como cada año, formar la mayor marcha transexual en un país musulmán. Alegando una amenaza terrorista, el Ejecutivo turco había prohibido la concentración. Para hacer cumplir la orden, sellaron el corazón turístico de Estambul con cerca de 300 antidisturbios, apostados en todas las bocacalles de Istiklal y la próxima plaza de Taksim. Alrededor de las cinco de la tarde empezaron a vaciar bares y pisos del barrio ocupados por pro LGBT.

Asistentes, este domingo en Estambul, a la marcha del Orgullo Transexual

Asistentes, este domingo en Estambul, a la marcha del Orgullo Transexual. REUTERS

La amenaza policial rebajó rápidamente el volumen de la marcha. Aun así, al menos trescientas personas trataron de dialogar con los uniformados para sostener su convocatoria, aunque fuese bajo mínimos. La Policía aceptó permitirles permanecer sólo en la calle Mis, una conocida zona de bares, pero bajo prohibición de cantar eslóganes LGBT o enseñar banderas arcoíris. La tregua duró lo que tardó un pequeño grupo en recordar a las víctimas de Orlando: entonces empezó la carga.

Durante una hora, por los callejones del distrito de Beyoglu, los antidisturbios corrieron de un lado a otro detrás de los pro LGBT, que iban y venían según la calle por la que se atacaba cantando “¡¿Dónde estás amor!?” y “¡Si los maricones somos libres agitaremos el mundo!”. Los uniformados dispararon con evidente saña un tipo de bala plástica que contiene un polvo que provoca tos y asfixia. Al ver que no podían atajar la concentración, los antidisturbios, nerviosos, empezaron a golpear a periodistas.

 Este correcalles se acabó poco a poco, con los pro LGBT dispersándose. Aun así, poco después, según un testigo, policías se dedicaron a entrar en bares y cafeterías de la zona y echar de allí a “personas con apariencia LGBT”. La represión a la marcha del orgullo transexual, combinada con la vía libre que se dio a la concentración ultra nacionalista e islamista, atestigua, para las víctimas, un deterioro veloz de las libertades individuales en Turquía.
Un policía turco pisa con su bota la bandera gay

Un policía turco pisa con su bota la bandera gay. AFP

“Antes quería ir a comer y un policía que me encontré empezó a acosarme a preguntas”, explica Sinem, una participante de la marcha. “En vez de proteger, los policías se dedican a amenazar, atacar y detener. Turquía va camino de la charía“, añade esta joven, refiriéndose a la ley religiosa que impera en países como Arabia Saudí o Qatar. “Con el mes del Ramadán, la presión contra quienes bebemos alcohol o no apoyamos a este gobierno, sólo partidario de la familia, va en aumento”, zanja Roja, otra asistente.

En Turquía gobierna, desde 2002, el islamista Partido Justicia y Desarrollo (AKP). Durante los primeros años su administración mostró su lado liberal. Pero desde las protestas antigubernamentales por el parque de Gezi de 2013, el Ejecutivo, teledirigido por el presidente Recep Tayyip Erdogan aunque su cargo no lo permite, ha reforzado su discurso piadoso y nacionalista para ganarse el voto rural y conservador. Este discurso ha incluido mensajes de odio contra LGBT y algunas minorías.

El resultado se mostró, además de este domingo, el último viernes noche. Unos 30 islamistas atacaron con palos una fiesta para escuchar Radiohead, en un barrio turístico de Estambul, con la excusa de que sus asistentes estaban bebiendo alcohol en pleno mes de ayuno del Ramadán. El alcalde del distrito, del AKP, señaló a los melómanos insinuando que el hecho de haber grabado el asalto era una “provocación”. Uno de los agresores fue detenido brevemente. Los propietarios de la tienda donde se celebró la fiesta, The Velvet Indieground, han cerrado el negocio momentáneamente por miedo a más ataques, ya habituales.

Ecologistas y vecinos en contra de un Orgullo Gay más ruidoso

Escenario en la plaza de Chueca durante el Orgullo Gay de 2012

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Los cuatro grupos políticos con representación en el Ayuntamiento de la capital han recibido una carta en la que se les pide que tengan en cuenta «el derecho al descanso de los ciudadanos» a la hora de valorar la posibilidad de darle un marco normativo distinto al Orgullo Gay, al estilo del de las Fallas de Valencia o los Sanfermines de Pamplona. Ésta es la solución esbozada por el Gobierno de Ahora Madrid para tratar de evitar que se multe a los organizadores de estas fiestas por exceso de ruido, aunque será el Pleno municipal el que tendrá que aprobar o rechazar en su caso la medida.

La misiva de advertencia la firman Ecologistas en Acción, la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM) y la Asociación de Vecinos de Chueca. En ella exponen que hay que diferenciar entre el «acto reivindicativo» de los derechos del colectivo homosexual, que es «la manifestación propiamente dicha, que se desarrolla durante horas, en un solo día», del «evento mercantil con ánimo de lucro de escenarios con conciertos y decenas de barras al aire libre», que este año se prolongará del 29 de junio al 3 de julio.

«Las ordenanzas de la ciudad son de obligado cumplimiento por todos los ciudadanos y las propuestas y decisiones de los partidos políticos no deben ser contrarias ni a los objetivos ni a los preceptos de las mismas», señalan las tres organizaciones en su escrito ante la eventual autorización de excepciones en la normativa que regula la Protección Contra la Contaminación Acústica durante las celebraciones anuales del Orgullo Gay.

Los ecologistas y los representantes vecinales consideran que «debería establecerse una solución para que de una vez por todas este evento cumpla las medidas correctoras necesarias para que sea viable, pero siempre y cuando se garantice el derecho al descanso» de la gente que vive en Chueca. «Esto incluyealejar la parte más molesta y ruidosa del evento de las áreas residenciales y no al revés, como algunos grupos han anunciado en los medios de comunicación», concluyen.

Cómo decimos “gay”

El poco uso de la voz española “gayo” dificultó que se le añadiese la nueva connotación de su palabra hermana

La matanza perpetrada en Orlando ha aumentado la circulación de la palabra “gay” en estos días, y por esa lamentable razón se ha podido observar con intensidad el uso de tal término en los medios: La prensa lo muestra sin cursiva y con el plural españolizado: gais. Pero en la radio (lo que coincide quizás con el lenguaje oral común) oímos con más frecuencia la pronunciación guei y gueis, en vez de la correspondiente naturalización fonética gai y gais. Por tanto, este vocablo está librando una lucha interior entre su grafía y su sonido. La Academia decidió que la escritura “gay” marcara la pronunciación en español, pero quién sabe si la costumbre de los hablantes obligará a seguir algún día el trayecto contrario.

El término “gay” tiene su origen lejano en el latín gaudium (gozo), de donde pasó como “gai” al occitano (lengua romance de esplendor medieval en el sur de Francia). En español, la voz “gai” derivó en “gayo”, con el significado de “alegre” y “vistoso”. Corominas y Pascual datan esa aparición hacia 1400. Por su parte, Covarrubias (1611) hace equivaler “gayo” con “alegre” y “apacible”; y tiempo después el diccionario castellano de Esteban Terreros y Pando (1787) le añadirá por vez primera al femenino “gaya” la acepción de “mujer pública”. Este sentido lo incorporó también la Academia (en 1852), pero se desvanecería a principios del siglo XX (lo borró del Diccionario en 1939).

Mientras tanto, en las Galias ya se venía usando “gai” como equivalente de “alegre, amigo de los placeres”. Siglos más tarde nombraría asimismo en francés (tal vez por esa desnortada idea de la “vida alegre”) a las prostitutas. Según Gregorio Doval (Palabras con historia, 2002), en los antiguos teatros británicos el galicismo “gay” (alegre) designaba al personaje femenino promiscuo y picante. Y como todos los papeles eran representados por hombres (incluidos los de mujer), se asociaron luego las dos ideas y se fijó su connotación de homosexual.

Por tanto, los términos “gayo” y “gaya” funcionaron en nuestro idioma como espejo de las evoluciones que en inglés y francés afectaron a “gay” y “gai”, excepto en lo que se refiere a la homosexualidad.

El poco uso de esa alternativa en castellano dificultó que se le añadiese la nueva acepción de su palabra hermana; y el español periodístico adoptó “gay” desde el inglés, para dejar en segundo plano “homosexual”.

Su consagración en el Diccionario usual se produjo en 2001, con esta definición: “Gay. Del inglés gay; propiamente ‘alegre’, y este del francés gai, ‘alegre’. Dicho de una persona, especialmente de un hombre: homosexual. ‘Sus mejores amigos son gais”. Sin embargo, el largo recorrido de esta palabra no ha concluido. Quince años después de esa bendición académica, la escribimos en redonda pero todavía la decimos en cursiva.

Maricas, lesbianas, bisexuales y trans, siempre en el punto de mira

El reputado periodista del The Guardian Owen Jones se levantó el otro día, en plena entrevista, de un plató de Sky News donde dos de sus colegas de profesión negaban la naturaleza homófoba del reciente atentado en el club gay de Orlando. Se largó visiblemente indignado, como lo estamos todas las personas con dos dedos de frente ante el negacionismo que hemos tenido que soportar tras la masacre del Pulsar. Esas voces que niegan la relación entre el crimen y la opción sexual o la identidad de género de las víctimas, que niegan la evidencia de que el ataque se produjera en un club gay, ¿no establecerían relación alguna en el caso de que el asesino hubiera abierto fuego en, por ejemplo, el interior de un iglesia católica llena de fieles? El propio Jones, que pertenece a la comunidad LGTBI, ha usado una comparación semejante.

La cuestión tras el atentado de Orlando no solo pone de manifiesto la obviedad de que la comunidad LGTBI estuviera en el punto de mira de Omar Mateen, sino que deja patente que los maricas, las lesbianas, las bisexuales, los trans están siempre en el punto de mira de una sociedad homófoba. Tan homófoba que cuando matan a 49 personas que están en un club LGTBI se niega lo determinante de esa circunstancia para, como insistía la periodista que compartía tertulia con Owen, defender que se trata de “un atentado contra la humanidad”. Con la patraña de la universalidad se incurre en la falacia de una presunta defensa de la comunidad LGTBI que, sin embargo, evita su visibilidad.

Pero lo del Pulsar no es nuevo. Maricas, lesbianas, bisexuales y trans han estado y están en el punto de mira: el tercer Reich metió en los hornos a personas LGTBI por el hecho de ser personas LGTBI; las cárceles franquistas estaban llenas de personas LGTBI por el hecho de ser personas LGBTI; la dictadura militar argentina asesinó y encarceló a personas LGTBI por el hecho de ser personas LGTBI; el ISIS defenestra personas LGTBI por el hecho de ser personas LGTBI; en Arabia Saudí y Emiratos Árabes las personas LGTBI pueden ser condenadas a muerte, así como en Irán, Afganistán y varios países africanos; en Irak y Siria han sido decapitadas miles de personas LGTBI por el hecho de ser personas LGTBI; muchos de los refugiados que llegan a Europa o que se han ahogado en el Mediterráneo tratando de llegar son personas LGTBI que han huido de la persecución por el hecho de ser personas LGTBI.

Lo de Pulsar no es nuevo, no: los hooligans rusos son homófobos y Putin los jalea; el Vaticano rechaza por homofobia a un embajador y Francia se lo permite; el obispo Cañizares vomita declaraciones homófobas y no se le aparta de su ejercicio público. Todo ello significa que maricas, lesbianas, bisexuales y transexuales están cada día, todos los días, en el punto de mira, en muchos puntos de mira. La discriminación familiar y escolar por el hecho de ser una persona LGTBI es un punto de mira: incapaces de soportarlo, con frecuencia son los propios adolescentes quienes disparan contra sí mismos. La discriminación laboral y profesional por el hecho de ser una persona LGTBI es un punto de mira transversal que obliga a obreros o a directivas a esconder su orientación sexual o su identidad de género.

En el Informe de Delitos de Odio que publicó recientemente el Ministerio del Interior los ataques homófobos están en cuarto lugar, aún teniendo en cuenta, como denuncia la FELGTB, que el 70% de los mismos no son denunciados. Esto significa que el colectivo LGBTI está permanente amenazado, incluso en los países, como España, donde sus derechos han avanzado más. Negar que las personas LGTBI están en un punto de mira permanente, puesto que la homofobia es una lacra social, es un insulto a las víctimas de Orlando, que se encontraban en el Pulsar por ser o por estar en compañía de maricas, lesbianas, bisexuales y transexuales. Y es un insulto a todas las personas LGTBI que son discriminadas a diario por el hecho de serlo. La homofobia encuentra su caldo de cultivo en el radicalismo islamista, sí, pero también en el radicalismo católico, en la nueva ultraderecha europea y norteamericana, en la educación heterosexista, en la publicidad heterosexista, en los medios de comunicación heterosexistas, en las oficinas, en los colegios, en los bares, en los estadios de fútbol, en las comunidades de vecinos, en los partidos políticos.

El club Pulsar está en Orlando, Florida. Un Estado donde la comunidad LGTBI no podía donar sangre. Hasta que fue tiroteada por un presunto islamista. Queda todo dicho. Queda bien claro por qué Owen Jones se levantó de un plató donde se negaba la homofobia del ataque. Los atentados homófobos lo son contra los derechos humanos universales, sí. Pero por homofobia. Porque las personas LGTBI están siempre en el punto de mira.

Leonard Martin, activista del LGBT “Hace falta gente valiente que denuncie comportamientos homófobos”

Leonard Martin, activista del movimiento Lesbianas, Gays, Bixesuales y Transexuales (LGTB), asegura que Existen numerosas formas de discriminación que hacen que cosas cotidianas sean mucho más complicadas para personas y parejas homosexuales.

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El activista Leonard Martín.

“Pareces un maricón bailando”, le dijo un chico a Leonard Martin cuando estaba entrenando en una escuela de circo. Leonard Martin, 35 años de San Sebastián, es activista en diversos ámbitos sociopolíticos. Cuenta sus experiencias y la vida diaria de las personas homosexuales en España con una energía y emoción que hacen comprender la magnitud de dedicación y compromiso que asume para dejar huella con sus proyectos de concienciación contra la homofobia.

¿En los proyectos que lleva a cabo contra la homofobia, que le parece destacable?

Cuando se habla de homofobia, la mayoría de la gente piensa en actos violentos. Sin embargo estos son solo la cumbre del iceberg. Existen numerosas formas de discriminación que hacen que cosas cotidianas sean mucho más complicadas para personas y parejas homosexuales. Quiero concienciar a la sociedad de que queda mucho por hacer para garantizar que todas y todos podamos disfrutar de cosas tan fundamentales como la libertad y el amor.

Ha mencionado las complicaciones en la vida diaria. ¿Me podría dar un ejemplo?

Por ejemplo lo de “maricón” que siempre se utiliza para denominar cosas negativas. O estos comentarios de personas que opinan que ser homosexual es una fase que se pasará. O conversaciones extrañas en las que el otro está intentando explicar a la indirecta que ser gay es algo equivocado. Otros ni intentan ser sutiles e insultan y amenazan directamente. El amor es algo tan esencial y universal. El estar expuesto todo el rato a este tipo de discriminaciones genera un estrés constante que no solo amarga la vida si no que también puede llegar a causar depresión.

¿Y la vida en pareja, como se ve limitada?

En primer lugar se trata de aspectos visibles. Por ejemplo una pareja homosexual no puede cogerse de la mano y besarse en público con la misma naturalidad que lo hace una pareja heterosexual. Siempre está el miedo a insultos, miradas de odio y otros comportamientos que hacen que la mayoría de las parejas homosexuales tengan miedo a mostrarse abiertamente en público. Pero esto también depende del estatus social. Si un famoso o rico sale a cenar con su novio, la gente lo acepta más que si es alguien corriente.

Aparte de estos problemas en los espacios públicos, ¿existen otros en la esfera privada?

Para empezar es importante mencionar que muchas personas homosexuales no revelan su identidad sexual por miedo a la discriminación. Conozco a varios hombres cuyos padres no saben que tienen una pareja del mismo sexo. Lo ocultan por miedo a las reacciones por parte de la familia y los amigos. Las relaciones se dañan porque el espacio en el que se pueden vivir es demasiado escaso. Yo tuve un novio que me presentaba a sus amigos como otro amigo o de forma indirecta. Cuando le invitaron a una boda, prefirió ir solo. Esto me hizo sufrir mucho porque me hubiese encantado conocer a su familia, sentirme apoyado, querido y digno de ser su novio. Ninguna pareja heterosexual dudaría en ir juntos a una boda.

¿Y cómo afecta este tipo de discriminaciones a nivel personal?

Todos los seres humanos, desde que nacemos, buscamos la aprobación en nuestro entorno. Si a un niño nadie le respeta y no se siente estimado por nadie, siempre tendrá problemas de autoestima. Y luego de mayor si uno oye constantemente comentarios negativos de desaprobación y le faltan el respeto, esto también baja el autoestima y el ánimo. Si alguien no tiene apoyo el cúmulo de experiencias discriminativas puede causar estrés, depresión y en algunos casos llevar al suicidio.

Aparte, en una relación de pareja uno quiere sentirse apreciado, amado. Pero si por el miedo al comportamiento de terceros una pareja no puede vivir su amor libremente, esto limita mucho. Parece mentira, pero las reglas y los tabúes sociales de unos pocos pueden llegar a limitar la libertad de muchos. Es un absurdo que una persona desconocida pueda limitar un aspecto tan fundamental de mi vida sin que le concierna en nada. Todos los seres queremos ser amados y poder amar a quién queramos. Es un derecho fundamental.

Leonard Martín.

Leonard Martín.

¿Qué relación crees que existe entre el machismo y la homofobia?

En una sociedad católica patriarcal como la española, se considera que los hombres tienen la legitimidad de concentrar el poder. Esto significa por otro lado que las mujeres y todos aquellos hombres que disponen de características que no se clasifican como masculinas, como por ejemplo homosexuales, bisexuales y trans, son vistos como inferiores.

He observado que cuando dos chicas van de mano dada por las calles o se besan en público, parece haber más aceptación que cuando lo hacen dos chicos. En una sociedad machista parece que se admite mejor que una chica al querer a otra chica asuma el lugar del chico que a la inversa. Está mal visto cuando un hombre homosexual se muestra algo afeminado. Se asocia a vulnerabilidad y debilidad. De ahí viene también que todo lo que no equivale a lo que se considera masculino se llama de forma despectiva “maricón”.

¿Qué habría que cambiar en la sociedad española a este respecto?

Para poder garantizar que todas las personas, independientemente de su orientación sexual puedan disfrutar de los mismos derechos y la misma libertad, es necesario crear una sociedad más respetuosa en la que nadie sufra consecuencias negativas por querer vivir su amor. Hasta un pequeño comentario que uno suelta sin pensar puede coartar la libertad de otra persona. Para cambiar esto tenemos que estar alerta y denunciar cada comportamiento o comentario discriminatorio que presenciemos. Es esencial concienciar y educar a las personas para que las víctimas sean aquellos que discriminan.

Desgraciadamente, es una minoría quien denuncia esta clase de hechos, dando la sensación de no considerarse un problema grave. Pero es justo el contrario. Es un tema que afecta profundamente a mucha gente y que sin embargo pocos denuncian porque al tener poca visibilidad, se piensa que equivocadamente que se trata de casos aislados.

¿Entonces lo que se reclama es los ciudadanos se impliquen?

Lo que hace falta es gente valiente. Que sepa identificar comportamientos homófobos y tenga el coraje de denunciarlos. Y personas valientes que se enfrentan al rechazo incluso dentro de la propia familia. He conocido muchas culturas y situaciones diferentes. Quiero mejorar la situación porque sé que puedo. Lo hago. A lo largo de mi vida he tenido la oportunidad de estudiar y vivir esta situación en ambientes y culturas diferentes. Estoy convencido de que cada uno de nosotros puede contribuir a su mejora.  Por eso, lo hago.