“Llevamos 15 meses luchando en Tailandia para poder llevar a España a nuestra hija Carmen”

Gordon Lake y Manuel Santos, con Carmen, nacida en Tailandia mediante gestación subrogada

Gordon Lake y Manuel Santos, con Carmen, nacida en Tailandia mediante gestación subrogada EFE

La batalla legal en la que están envueltos Bud Lake y Manuel Santos en Tailandia tendrá su desenlace este martes. La pareja sabrá después de casi 15 meses si puede quedarse con Carmen, que nació hace un año mediante gestación subrogada, y regresar a su casa en Valencia. Un juez decidirá sobre la custodia de la niña, que ambos se disputan con la madre gestante, la cual no ha firmado el documento que precisan para que la menor obtenga el pasaporte y puedan abandonar el país.

El matrimonio, que tiene otro hijo de dos años gestado en India mediante la misma técnica, ha estado viviendo en Tailandia desde enero de 2015, cuando nació la niña, a la que han estado cuidando mientras se soluciona el conflicto. “Esperamos que la sentencia sea a nuestro favor porque Carmen es nuestra hija y llevamos 15 meses luchando para que se reconozcan nuestros derechos”, sostiene Santos en declaraciones a eldiario.es. Todo un proceso que, afirma, han seguido “sin ningún tipo de ayuda de nuestras embajadas”, ya que Bud es norteamericano y Manuel, español.

El conflicto se inició al poco tiempo de que Patidta Kusolsang, la mujer gestante, diera a luz a Carmen, concebida con el esperma de Gordon y el óvulo de una donante anónima. Ambos decidieron comenzar el proceso en Tailandia a través de una agencia, ya que en España es ilegal. En nuestro país la Ley 14/2006 de 26 de mayo sobre Técnicas de Reproducción Humana Asistida lo prohíbe expresamente.

Pero el tema está expuesto a un enorme debate entre aquellos que apuestan por regular la práctica, como la Asociación Son Nuestros Hijos y los que consideran que supone “la mercantilización del cuerpo de la mujer y fomenta su explotación”, tal y como considera el Partido Feminista, que la semana pasada interpuso una denuncia contra los organizadores de una feria de vientres de alquiler que se celebrará en Madrid los próximos 7 y 8 de mayo.

El movimiento #BringCarmenHome

Según el matrimonio, días después de que en el hospital Kusolsang diese el consentimiento para que se llevaran a la niña a casa, no acudió a la embajada de Estados Unidos en Bangkok para firmar el documento necesario para que pudiera salir de Tailandia. Trataron de llegar a un acuerdo sin éxito, lo que les condujo a comenzar el proceso en los tribunales.

El motivo que esgrimió entonces Kusolang fue que no son una pareja “ordinaria”, en referencia a su orientación sexual. “Luego conforme el tiempo pasaba, fueron muchas otras excusas y acusaciones, entre ellas, que estábamos involucrados en el tráfico de personas”, afirma el matrimonio.

“No es nuestra culpa si la agencia New Life, principal responsable de esta pesadilla, no le comunicó que somos gays”, sostiene Santos a través de Facebook. Las redes sociales han sido fundamentales a la hora de difundir su caso, que ya se ha convertido en el movimiento #BringCarmenHome. La actividad no frena en Twitter e Instagram y la petición online que mantienen para recabar apoyos ya alcanza las casi 170.000 firmas.

Sin embargo, la defensa de Kusolang asegura que la mujer se enteró de la condición sexual de la pareja el día del nacimiento de Carmen, cuando vio los documentos en la habitación del hospital, según afirmó en declaraciones recogidas por The Guardian. Pero la razón del conflicto no es esa, sino que se ha arrepentido y “ahora jamás vendería a su bebé por dinero”, sostiene su abogada.

El cambio de ley en Tailandia

Cuando Carmen tenía ocho meses entró en vigor en Tailandia la ley que prohíbe expresamente la maternidad subrogada a extranjeros y a parejas homosexuales, lo que provocó que la agencia New Life cerrara. Sin embargo, la norma incluye una disposición transitoria a la que pueden acogerse los padres que hayan iniciado el proceso de gestación con anterioridad. En ello se amparan Lake y Santos, que aseguran “haber luchado e intentado que el país reconozca nuestro matrimonio, perfectamente legal en nuestros países”.

Tailandia, tradicionalmente considerado como una de las principales industrias de vientres de alquiler en el mundo debido a los bajos precios y al vacío legal en el que estaba sumido, decidió cambiar la ley por dos casos que le hicieron saltar a las portadas de los medios internacionales. El primero, el de un padre japonés que había engendrado a 16 hijos, en su mayoría a través de vientres de alquiler. El segundo, el de una pareja que abandonó a su hija nacida mediante gestación subrogada por tener síndrome de Down.

Los casos vinculados a la explotación y la polémica que suscita el tema llevaron a Lake y Santos a asegurarse de que Kusolsang “es una mujer con un alto poder adquisitivo, más que nosotros, que aceptó voluntariamente gestar a nuestro bebé”. La batalla legal del matrimonio se ha centrado también en demostrar que “somos una familia preparada para criar unos hijos felices y Carmen debe criarse con la familia que conoce desde el día en que nació”. La ley tailandesa “habla de que, por encima de todo, se velará por el bienestar del bebé”.

“España me pide pruebas de los ataques en Marruecos por ser lesbiana, pero cuando huyes no piensas”

Rida, nombre ficticio, muestra las cicatrices de una agresión

Rida, nombre ficticio, muestra las cicatrices de una agresión | N.C.

Algunos viven a escasos kilómetros de las personas de las que aseguran huir. Escaparon a Melilla con una aspiración: “Nos gustaría poder tomar un café con nuestro novio, comer juntos, cenar juntos, ir a la discoteca… y casarnos”, comenta una de las cerca de 50 personas que residen en la ciudad fronteriza desde hace cerca de 6 meses mientras esperan a que se resuelva su petición de asilo por motivos de orientación sexual.

“Una vez conocí a alguien. Pensaba que era gay. Pero cuando llegamos a su casa me pegó y me tuvo tres días encerrado. Llamaba a sus amigos: “Trae whisky, que tengo al maricón”. Me engañó. Me robó toda la ropa y el móvil. Pero si denuncio, lo primero que harán será meterme en la cárcel por gay”, corre a explicar uno de ellos.

Ninguno quiere aparecer con su verdadero nombre en este reportaje, excepto quien lo empezó todo. Driss El Arkoubi fue, asegura él, el primer marroquí que pidió asilo en España por ser homosexual en Marruecos. Llegó a Melilla en 2013, pero al cabo de nueve meses su solicitud fue denegada y él, expulsado. El 23 de diciembre de 2015 volvió a Melilla. Acababa de recibir una nueva paliza y sufrir una violación, por lo que volvió a presentar su petición.

El estigma social se traduce en represión y brutalidad y muchos de estos chicos relatan episodios de abusos, palizas, robos y extorsión. “Es común que te graben y amenacen con enviar el vídeo o a las fotos a la familia. Casi todos hemos pasado por eso. A mí me han grabado en una cámara de vigilancia y han enviado el vídeo a casa de mis padres. Mi padre se enteró de que era gay por ese vídeo. Me pegó y tuve que irme a Rabat”, relata Abdullah.

Rida se levanta la camiseta y muestra un torso con varias marcas porque quiere contar su historia. Las cicatrices son el recuerdo de una visita a Casablanca, donde vive su familia. “Conocí a un chico y nos veíamos casi a diario. Un día quedamos a solas en un sitio apartado. Cuando miré había seis personas alrededor y empezaron a pegarme. El chico consiguió escapar pero yo no. Desperté en el hospital. Me preguntaban, pero yo no sé quién me pegó. No pude contarlo a mis padres, sólo les dije que me asaltaron en el camino”.

Sólo algunos han encontrado en sus madres la complicidad del silencio. Cuando no sufren violencia reciben desprecio: “Yo no puedo salir de casa con mi familia, porque me insultarán delante de ellos”.

El artículo 489 del Código Penal de Marruecos dice: “Se castiga con pena de prisión de seis meses a tres años y una multa de 200 a 1.000 dirhams, a menos que el hecho constituya una infracción más grave, a cualquiera que cometa un acto impúdico o contra natura con un individuo de su mismo sexo”.

“Tres meses en un prisión marroquí, más largos que 30 años”

Karim (nombre ficticio), de 28 años, asegura que ha pasado por la cárcel en tres ocasiones de tres meses cada una. Su proceso consistió, explica, en un juicio público, sometido a las miradas de desprecio de su familia y sus vecinos y a la decisión de un juez que le dijo: “Tú no hables, que pareces una mujer”. A la condena inicial, de dos meses, el juez sumó otro mes porque, dice, quiso mostrar en la sala la herida provocada supuestamente por los policías. “Tres meses en una cárcel de Marruecos son más largos que 30 años”.

Desde entonces no ha vuelto a casa. “Pero a mí me gustan los hombres, no las mujeres. No puedo hacer nada”. Karim, que sufrió los abusos de un profesor cuando era un niño, tenía una peluquería que tuvo que cerrar. Una tarde destrozaron el local y rociaron el suelo de gasolina, relata.

El caso de los dos hombres de Beni Mellal condenados tras sufrir una brutal paliza tuvo un notable eco mediático dentro y fuera de Marruecos. Fueron exhibidos desnudos y grabados en vídeo después de ser golpeados por cinco hombres que entraron en una vivienda privada.

El juicio movilizó a decenas de manifestantes a favor de los agresores, pero también mostró un problema que, según explica Samir Bargachi, lleva desde los años 60 sin evolucionar. En los últimos años han aparecido nuevas asociaciones, se editan nuevas revistas y activistas con relevancia pública han aparecido en los medios generalistas para exigir avances.

“Es de esperar que esto genere algún tipo de violencia como reacción. Lo que vivimos ahora es resultado de la mayor visibilidad” , opina Bargachi, portavoz en España de Kifkik, una de las asociaciones por la integración del colectivo LGBT pioneras en Marruecos. La cobertura del caso de Beni Mellal ha sido “neutral, incluso positiva en algunos casos”, y esto es muestra de una mejora en el discurso público, según Bargachi.

En julio del año pasado el ministro de Comunicación, ejerciendo como portavoz del Gobierno marroquí, condenó una agresión homófoba sufrida por un hombre en Fez. Mustapha El Khalfi dijo entonces que en lugar de “tomarse la justicia por su mano”, los ciudadanos debían dejar que los jueces se ocupen de esos casos. El artículo 459 no parece estar en cuestión, y a esto se añaden los linchamientos y el escarnio, incómodos también para el gobierno marroquí por cuanto ponen en tela de juicio la capacidad del Estado para aplicar la ley, opina Bargachi.

Seis meses de espera en el CETI y hasta cuatro entrevistas

En este contexto, decenas de marroquíes han llegado a Melilla buscando el amparo de Europa. Algunos vienen de Nador, apenas a una decena de kilómetros. Por eso no quieren ver sus rostros en el periódico. El hermano de Hakima, la única mujer que se atreve a hablar, ha pasado más de una vez por la puerta del CETI mostrando su foto y preguntando por ella. Hakima tuvo su primera novia con catorce y su hermano las descubrió en la misma habitación. A la novia la echó a patadas y a ella la atacó con un cuchillo. La única prueba son unas cicatrices: “Me han pedido que dé pruebas de todo esto, pero cuando alguien huye no piensa en traer nada”.

Como Hakima, algunos dicen tener familiares en pueblos cercanos. Se sienten encarcelados apenas a kilómetros de aquellos a quienes temen. La mayoría lleva entre cinco y seis meses en el CETI, se impacientan y se quejan del traslado a la península de un residente que no figuraba en la lista que se anuncia a principios de semana.

La Oficina de Asilo y Refugio, encargada de ordenar las salidas, realizará entrevistas telemáticas con el fin de agilizar los trámites, aunque ellos explican que ya han pasado por esto muchas veces y relatan hasta cuatro entrevistas presenciales en las que se les formulan cuestiones para contrastar su relato, algunas de ellas muy personales. Quienes no obtengan el asilo serán devueltos a Marruecos con una orden de expulsión válida por cinco años, les han advertido. Se trata de disuadir las solicitudes falsas.

¿Creen que algún día Marruecos cambiará? “No creo, porque hay que cambiar al pueblo. Y no puedes cambiar 30 millones de personas”, contesta Abdullah, antes de traducir la pregunta y que se forme el alboroto. “No estaría aquí si pudiera vivir en Marruecos”, insisten.

Rida, el chico que se despertó en el hospital después de una agresión salvaje, se justifica por pedir asilo: “Yo no sabía qué es esto del asilo. No he estudiado. Ahora cuando paseo por la calle, en mi pueblo, la gente me señala. Cuando te conocen en tu pueblo te vas a Casablanca; cuando te conocen en Casablanca tienes que cambiar a Rabat, cuando te conocen en Rabat tienes que cambiar a… y al final sólo te queda esto”.

Tu odio es delito: policías por los derechos LGTBI

Agentes de la Policía LGTBI en una manifestación del Orgullo celebrada en Barcelona.

Agentes de la Policía LGTBI en una manifestación del Orgullo celebrada en Barcelona. MATTIA INSOLERA

Los delitos de odio motivados por la orientación sexual e identidad de género no son ninguna excepción. Son delitos invisibles, recónditos, pues sólo en Valencia ni siquiera el 10% de las víctimas interponen una denuncia. Según datos del Ministerio del Interior, la distribución geográfica de los delitos de odio refleja que Andalucía, Cataluña, Comunidad Valenciana y País Vasco son las comunidades autónomas que poseen los valores numéricos más destacados. Mientras, a nivel provincial, Barcelona, Cádiz, Madrid, Sevilla, Valencia, Bizkaia, Illes Balears y A Coruña son los territorios que registran cifras más elevadas de incidentes.Las historias que esconden estos guarismos motivan la jornada sobre «Policía, Diversidad, Derechos» que se celebrará el próximo viernes 29 de abril en la Universidad Internacional de Gandía con la participación del departamento de Criminología, el de Ciencias de la Seguridad y el de Derecho Penal de la Facultad de Derecho de la Universitat de València. La jornada, dirigida a alumnos y agentes de las fuerzas de seguridad del Estado, está compuesta por ponencias y mesas redondas en las que se abordará el derecho a las sexualidades, los delitos de odio, la discriminación, la diversidad o los avances en la lucha por los derechos del los colectivos LGTBI. La diputada de la Asamblea de Madrid, la socialista Carla Antonelli; José de Lamo, histórico activista de Valencia y actual director general de Igualdad en la Diversidad de la Generalitat; o Macarena Correro, fiscal de la sección de Delitos de Odio de la Fiscalía, serán algunos de las ponentes. También participará el Ayuntamiento de Gandía, representado por su jefe de Policía local, y la jornada incluirá un tributo a Pedro Zerolo.Allí también se celebrará el décimo aniversario de la Asociación de Policías LGTBI, un colectivo compuesto por agentes de la autoridad -policías locales, mossos d’esquadra, policías nacionales, guardia civil, ertzainas, policías forales, policía portuaria, Agentes Forestales, bomberos, funcionarios de prisiones, agentes judiciales y de seguridad privada- que nació con el compromiso de dar visibilidad a la diversidad dentro de los cuerpos policiales. De garantizar los derechos de todo el colectivo LGTBI tanto dentro de los diferentes cuerpos policiales como fuera de ellos, y sobre todo, de luchar contra el odio y la discriminación hacia toda persona. Sólo por el hecho de querer compartir su vida con alguien de su mismo sexo.

Es la tercera vez que la Comunidad acoge esta jornada pero será la primera en la que el agente de la policía local de Valencia que la coordina, Ernest Andújar, acuda vestido con su informe. Antes, con Rita Barberá de alcaldesa y Miquel Domínguez de concejal de Seguridad -los dos aforados del blanqueo de la Operación Taula-, se lo impidieron. Le condenaron al ostracismo. «No tengo ninguna duda de que fue una decisión política que atendía a lo más indigno del ser humano».Andújar admite que este año es distinto. «Las ediciones anteriores no tuvieron la bendición de aquellos que entienden de otra manera los derechos humanos. Un año la jornada se convocó en la Universidad de Alicante y tuvimos que hacerlo casi de forma clandestina. Son actitudes que recuerdan a tiempos predemocráticos donde las libertades y los derechos estaban tan recortados que había una falta de garantías». En Gandía, cuando gobernaba el PP, el Ayuntamiento no puso ningún inconveniente para que los agentes asistieran con uniforme.Este agente cuenta con el apoyo de «todos los compañeros de base, percibí ese apoyo emocional en todo momento. Cada vez que hemos celebrado una jornada he tenido a compañeros abrazándome. Eso es lo que me vale, con lo que me quedo». El tiempo del destierro pasó y ahora podrá acudir vestido con su uniforme de policía local a la jornada. «Ahora estamos legitimados por el Ayuntamiento de Valencia, desde el minuto cero, de hecho en la recepción oficial del Orgullo de Valencia pudimos ir uniformados». Andújar cree que este tipo de iniciativas reafirma la lucha del colectivo para que se respeten sus derechos: «Ahondar en pedir tanta tolerancia te vuelve a poner a la cola, nosotros estamos por la defensa de nuestros derechos como ciudadanos de primera. De lo que se trata ahora es que las administraciones los hagan efectivos».La cifra de delitos de odio registrada por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en España, a lo largo del año 2015, asciende a un total de 1.328 incidentes, lo que supone un incremento del 3,3% con respecto a 2014. Todos los ámbitos delictivos experimentando un incremento en relación al año anterior excepto los relacionados con el antisemitismo y la orientación o identidad sexual, que disminuyeron en un 62,5% y 67,1%, respectivamente. La reducción en parte se explica por el miedo a presentar una denuncia.Según el Ministerio del Interior, entre los principales hechos conocidos sobre delitos de odio cometidos contra las víctimas de sexo masculino se encuentran las lesiones, las amenazas, y las injurias. Sin embargo, los cometidos contra las víctimas del sexo femenino, además de las lesiones y amenazas, se encuentran los abusos sexuales. Desde 2013 la Fiscalía de Valencia cuenta con una sección especializada en la tutela penal de la igualdad y contra la discriminación, lo que permite defender y proteger a las minorías étnicas, raciales, sexuales, religiosas, personas con discapacidad y enfermas, redoblando esfuerzos en la lucha contra cualquier forma de discriminación. El decretó lo firmó la actual fiscal jefa, Teresa Gisbert, para perseguir conductas que atenten contra el principio de igualdad o que promuevan o realicen actos de discriminación de personas o grupos de personas por razones de carácter étnico, racial, religioso, ideológico o de identidad sexual.

Dos nuevas agresiones homófobas en Madrid en 24 horas: “Me rompieron la nariz de un puñetazo”

bandera arcoiris

Dos agresiones homófobas en Madrid en escasas 24 horas que se saldan con tres víctimas. La primera agresión se produjo la madrugada del viernes en las inmediaciones de la Puerta del Sol cuando dos jóvenes volvían a casa. Recibieron insultos, puñetazos y el lanzamiento de objetos. La segunda, la madrugada del sábado, aunque la víctima no ha querido denunciar y la asociación de lesbianas, gais, transexuales, bisexuales y heterosexuales Arcópoli todavía no dispone de muchos datos.

“Volvíamos a casa después de tomar algo en Chueca cuando tres chicos empezaron a lanzarnos insultos homófobos, se metían con nuestra ropa…”, relata uno de los jóvenes agredidos la madrugada del viernes a eldiario.es. “Como no entramos al trapo, nos tiraron una lata de cerveza llena que rozó a mi amigo”. Fue entonces cuando, según relata el joven, recriminaron a los agresores su actitud: “En ese momento se lanzaron contra nosotros, m e dieron un puñetazo en la nariz y me la rompieron”, cuenta la víctima. El otro joven agredido terminó con numerosas contusiones en la cara.

De los tres atacantes, uno de ellos pudo ser identificado por la Policía Nacional gracias a que el trabajador de un comercio llamó para informar de la agresión. “Yo sangraba mucho, la herida era muy escandalosa y los atacantes salieron corriendo”. Los agredidos identificaron en ese momento al joven retenido por los agentes, aunque, según explica, no fue detenido. Tras interponer la denuncia en comisaría, la policía les informó de que iban a arrestar al agresor aunque no tienen constancia de que eso se haya producido.

Con estos últimos dos ataques, ya son 57 las agresiones por homofobia o transfobia que Arcópoli tiene registradas en Madrid en lo que llevamos de 2016. Esto supone que se habría producido una agresión cada dos días.

Desde la asociación instan al Ayuntamiento de la capital a buscar un “plan de choque contra las agresiones”.  El coordinador de la asociación, Yago Blando, exige una reunión con la alcaldesa Manuela Carmena para abordar “de urgencia” esta situación ya que la mayoría de las agresiones “el 92%”, según relata Bando, “han ocurrido en la ciudad de Madrid y el 53% en el distrito centro”.

Las agresiones homófobas quedan muchas veces en la sombra por el temor de las víctimas a denunciar y por la sensación de que nada va a cambiar si lo hacen, según los expertos. Esto es lo que ha ocurrido con la segunda agresión contabilizada y denunciada por Arcópoli este fin de semana. En este caso el ataque se produjo cerca de la parada de metro de Tribunal y la víctima ha preferido no denunciar. “Unicamente ha informado de la agresión a la asociación para que la contabilicemos”, explica Yago Blando a eldiario.es. 

Denuncian una “brutal” agresión a dos chicos gais en Sol al grito de “maricones”

Sufrieron puñetazos y lanzamientos de objetos por parte de sus agresores

Arcópoli ha denunciados que dos jóvenes homosexuales sufrieron una “brutal” agresión el pasado viernes de madrugada en las inmediaciones de la Puerta del sol, al sufrir puñetazos y lanzamientos de objetos por parte de sus agresores al grito de “maricones”.

MADRID. Según expone el colectivo, los dos agredidos (de 27 y 24 años respectivamente) presentan fracturas faciales, diversas contusiones y crisis de ansiedad a causa de lo ocurrido.

Arcópoli detalla que tres personas comenzaron a increparles cuando regresaban a sus casas al grito de ‘maricones de mierda’. Al oír los insultos, los jóvenes trataron de acelerar el paso pero fueron seguidos por sus agresores, que les siguieron lanzando improperios.

Tras solicitarles los agredidos a este grupo que dejara su actitud, les lanzaron una lata de cerveza que impactó en la cabeza en uno de los jóvenes. Acto seguido se abalanzaron sobre las víctimas y comenzaron a golpearles dándoles puñetazos en la cara.

Al llamar un transeúnte anónimo a la Policía, los agresores se dieron a la fuga corriendo. Acudieron rápidamente dos coches patrulla de Policía Nacional que pidieron a las víctimas una descripción de los agresores y consiguieron identificar y detener a uno de ellos.

Los jóvenes agredidos se pusieron en contacto con Arcópoli atendiéndoles en ese momento y más tarde acompañamos a uno de ellos a la Fundación Jiménez Díaz a que le revisase un médico, ya que no se encontraba bien.

Finalmente, aparte de las contusiones, la víctima tuvo un diagnóstico de dos fracturas faciales. Más tarde acudieron a interponer denunciar a la Comisaría de Moncloa, acompañados por Voluntariado de Arcópoli.

Desde el Observatorio Madrileño contra la LGTBfobia se ha trasladado la denuncia a la Fiscalía de Delitos de Odio de la Comunidad de Madrid, al Comisario de Delitos de Odio de la Comunidad de Madrid y el Delegado de Delitos de Odio de la Policía Municipal de Madrid.

El coordinador de Arcópoli, Yago Blando, ha asegurado que esta agresión supone la número 52 registrada en la capital desde enero y exige un plan de choque para erradicar estas situaciones al Ayuntamiento de la capital.

“Esperamos que la alcaldesa acceda a reunirse con nosotros, ya que el 92 por ciento de los ataques han ocurrido en la ciudad de Madrid y el 53 por ciento en el distrito centro, en las inmediaciones del barrio de Chueca en su mayoría”, ha aseverado.

 

MADRID: “Nos pegaron mientras nos decían ‘maricones de mierda”

La capital registra dos agresiones homófobas en menos de 24 horas. En una de ella resultó herida con fracturas dos chicos gais en Sol

 

La capital ha sufrido este fin de semana dos agresiones homófobas, según ha denunciado el Observatorio Madrileño contra LGTBfobia, impulsado por la asociación Arcópoli. En una de las agresiones, dos jóvenes, amigos y compañeros de piso, sufrieron una brutal paliza junto a la Puerta del Sol cuando regresaban de madrugada de haber estado en Chueca. “No pegaron patadas y puñetazos mientras no paraban de insultarnos y de decirnos maricones de mierda”, ha explicado una de las víctimas a EL PAÍS. Los agredidos, de 24 y 27 años, sufrieron una fractura por dos partes del tabique nasal, contusiones por el cuerpo y crisis de ansiedad a causa de lo ocurrido.

Los dos amigos, J. G., de 27 años, y R. V., de 24, caminaban por la calle de Postas, cuando tres hombres se empezaron a meter con su vestimenta. En concreto, uno de ellos llevaba una chaqueta de flores. Como no les hicieron caso y continuaron caminando, los agresores les empezaron a gritar “maricones de mierda”. Los amigos aceleraron el paso, pero los otros continuaron con los improperios. Uno de estos les lanzó una lata de cerveza llena, pero no les logró alcanzar. “Mi compañero de piso se dio la vuelta para ver qué estaba pasando, cuando se abalanzaron sobre nosotros y nos empezaron a pegar patadas y puñetazos”, recuerda R. V.

Los dos amigos intentaron refugiarse en una pizzería pero el encargado se los prohibió. Les dijo que no quería problemas, por lo que los agresores continuaron con sus golpes. “Dos de ellos nos sacaban más de la cabeza y eso que yo no soy bajo. Mido 1,75 metros. El más bajo les dijo que se fueran cuando vio que yo estaba sangrando por la nariz”, añade la víctima.

Uno de los testigos llamó a la policía al ver lo que estaba ocurriendo. Cuando llegaron los agentes, los autores ya no estaban. Al lugar acudieron rápidamente dos coches patrulla que pidieron a las víctimas una descripción de los agresores y la pasaron por la emisora policial.

Al poco, otro patrulla paró a un joven cuya descripción coincidía con la facilitada por las víctimas. Estas se montaron en un coche patrulla y los trasladaron para verlo. Lo identificaron sin ninguna duda. El supuesto autor quedó en libertad. “Como no sabían si las lesiones eran delito o falta, lo dejaron libre, pero está plenamente identificado”, explica R. V.

Los jóvenes agredidos se pusieron en contacto con Arcópoli, cuyos miembros les atendieron en el momento y acompañaron más tarde a uno de ellos a la Fundación Jiménez Díaz. Finalmente, más allá de las contusiones, la víctima sufrió dos fracturas faciales. Más tarde acudieron a interponer denunciar a la Comisaría de Moncloa, acompañados por voluntarios de Arcópoli.

Agresión en el metro de Tribunal

Unas 24 horas después, otra pareja sufrió una agresión similar en una de las salidas del metro de Tribunal, según ha confirmado Arcópoli. Un grupo de jóvenes atacó a dos jóvenes al grito de “maricones”. Las víctimas les dijeron que les dejaran en paz, pero de nada les sirvió. A uno de ellos le cogieron por el cuello y le empotraron contra la pared.

Los atacantes se marcharon a la carrera. En esta ocasión, los dos jóvenes no han querido denunciar, pese a las recomendaciones de Arcópoli.

Desde el Observatorio Madrileño contra la LGTBfobia —que reúne a varias asociaciones de la Comunidad— se ha trasladado la denuncia a la Fiscalía de Delitos de Odio de la Comunidad de Madrid, al Comisario de Delitos de Odio de la Comunidad de Madrid y el Delegado de Delitos de Odio de la Policía Municipal de Madrid. El coordinador de Arcópoli, Yago Blando, ha asegurado que esta agresión supone la número 52 registrada en la capital desde enero y exige un plan de choque para erradicar estas situaciones al Ayuntamiento de la capital.

“Esperamos que la alcaldesa acceda a reunirse con nosotros, ya que el 92 por ciento de los ataques han ocurrido en la ciudad de Madrid y el 53 por ciento en el distrito centro, en las inmediaciones del barrio de Chueca en su mayoría”, ha señalado.

Detenido un hombre por la muerte su pareja, otro hombre, en Sabadell

Los hechos se han producido poco antes de las 09:00 horas en un piso del barrio de Can Puiggener

Los Mossos d’Esquadra han detenido en Sabadell (Barcelona) a un hombre de 53 años como presunto autor de la muerte esta mañana de su pareja, otro hombre de 57, en su domicilio de Sabadell.

BARCELONA. Los Mossos han informado de que los hechos se han producido poco antes de las 09:00 horas en un piso del barrio de Can Puiggener, adonde han acudido tras ser alertados por los vecinos de que se estaba produciendo una pelea.

Una vez en el lugar, ni los agentes ni los sanitarios del Sistema de Emergencias Médicas (SEM) han podido hacer nada por la víctima, un hombre de 57 años que estaba herido de gravedad por arma blanca.

En el interior del domicilio, se encontraba otro hombre, un ciudadano colombiano de 53 años, que ha sido detenido por su presunta relación con los hechos.

Los mossos del Área de Investigación Criminal de la Región Policial Metropolitana Norte se han hecho cargo de la investigación para aclarar las circunstancias en las que se ha producido la muerte.

El Ayuntamiento de Sabadell, por su parte, ha informado en un comunicado de que la víctima y el supuesto agresor eran pareja sentimental, y ha expresado su pésame a la familia y amigos del fallecido.

El consistorio, cuyas banderas ondean a media asta en señal de duelo, ha convocado para esta tarde un minuto de silencio como gesto de condena por esta muerte y ha rechazado “enérgicamente este episodio de violencia, y cualquier tipo de dominación de unas personas sobre otras”.

“El Ayuntamiento de Sabadell manifiesta su rechazo ante cualquier forma de violencia, sea de carácter patriarcal, machista, doméstica, sexual, familiar o toda aquella de carácter discriminatorio o de intolerancia”, se señala en la nota.

Una asociación vasca crea el primer material didáctico para estudiar la transexualidad

Chrysallis Euskal Herria busca que se trabaje en las aulas, a través de unas fichas, «el conocimiento sobre la identidad y el cuerpo para poder comprender los hechos de diversidad»

Chrysallis Euskal Herria, la asociación que agrupa a familias de menores transexuales de Euskadi y Navarra, ha publicado el “primer material didáctico específico para trabajar en las aulas el tema de la transexualidad con menores”.

Según explica en una nota este colectivo, se trata de unas fichas que “ya se han hecho virales” en las redes sociales y que en los dos primeros días desde su publicación han llegado a 120.000 personas y han sido compartidas más de 800 veces.

Chrysallis ha aclarado que se trata de seis fichas ideadas por el sexólogo Aingeru Mayor e ilustradas por Mattin Martiarena que “muestran las figuras de niños y niñas con sus genitales y proponen a los menores ejercicios para ahondar en la idea de que existen niñas con pene y niños con vulva”.

El material, publicado en euskera y en castellano, es pionero en España y está siendo traducido al italiano, aunque Chrysallis ha recibido peticiones para volcarlo también a otros idiomas.

El objetivo de las fichas es “trabajar el conocimiento sobre la identidad y el cuerpo para poder comprender los hechos de diversidad”, así como “la relación entre la identidad sexual y los genitales”.

“Hasta ahora -señala Chrysallis- en los centros escolares se ha transmitido el planteamiento: ‘chico-pene’ y ‘chica-vulva'”, algo que, a su juicio, “no es correcto y niega la existencia de una parte de las niñas y los niños”.

“Con este material -que puede se descargado a través de Facebook- se pretende aclarar que la identidad sexual es un hecho subjetivo que solo cada uno puede relatar”, insiste este colectivo.

 

Hollande renuncia a nombrar un embajador gay en el Vaticano

El presidente francés envía a Stefanini a la Unesco al no recibir el plácet del Papa tras divulgarse su condición de homosexual

Laurent Stefanini

Laurent Stefanini.

Francisco ha sido más testarudo que François. El Papa ha ganado el pulso diplomático entablado por Hollande. Francia no tendrá embajador gay en el Vaticano. Laurent Stefanini, el candidato abiertamente homosexual designado en enero de 2015 por el Elíseo, ha sido nombrado finalmente representante oficial de París ante la Unesco. La Santa Sede dio la callada por respuesta. Nunca otorgó el plácet a esta víctima colateral de la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo por la izquierda gala que tanto escoció en la Curia romana. Al cabo de quince meses de silencio catedralicio, el poder socialista se ha rendido a la evidencia.

De 56 años, soltero y sin hijos, Stefanini era el jefe de protocolo de la Presidencia francesa. Católico practicante, ejerció de consejero para asuntos religiosos en el Quai de Orsay, el palacete que alberga el Ministerio de Asuntos Exteriores. Entre 2001 y 2005 fue el número 2 de la Villa Bonaparte, sede de la embajada francesa en el Vaticano, donde dejó un grato recuerdo. Hasta fue condecorado con la orden de San Gregorio el Grande por el papa Juan Pablo II en persona. Bendecido por el cardenal Jean-Louis Vingt-Trois, arzobispo de París, parecía el aspirante idóneo cuando fue nombrado por el Consejo de Ministros el 5 de enero de 2015. «Es uno de nuestros mejores diplomáticos y reúne todas las cualidades requeridas para el puesto», pregonó Hollande.

Pero almas poco caritativas abrieron la puerta del armario a este homosexual notorio pero discreto. Ludovine de la Rochère, presidenta de ‘La Manifa para Todos’, hizo saber al nuncio apostólico en París que ese movimiento católico militante contra las bodas gay se oponía al nombramiento por su orientación sexual. El papa Francisco guardó silencio. En el Vaticano, el que calla no otorga. En el codificado lenguaje pontificio, la ausencia de respuesta equivale a negativa del necesario plácet.

El examen más difícil

Hace ahora un año, en abril de 2015, el Santo Padre recibió en discreta audiencia a Stefanini en la residencia de Santa Marta. La entrevista duró cerca de tres cuartos de hora. «Fue el examen oral más difícil de mi vida», confió el candidato a un amigo. A iniciativa de Francisco, los dos hombres rezaron juntos, revela el periodista francés Vincent Jauvert en el libro ‘La cara oculta del Quai de Orsay’. Luego el Papa le dijo que iba a seguir reflexionando. «Confiemos en San Antonio», añadió. El santo de devoción casamentera no obró el milagro con el apóstol del matrimonio homosexual. Según el semanario ‘Le Canard Enchaîné’, el Sumo Pontífice le explicó que no tenía nada en su contra pero que «no había apreciado ni las bodas para todos ni los métodos del Elíseo que intentó forzarle la mano».

Stefanini ha sido nombrado embajador de Francia en la Unesco, con sede en París. La embajada francesa en el Vaticano sigue vacante desde el 1 de marzo de 2014. La representación es ejercida en funciones por François-Xavier Tillette, segundo consejero en la Villa Bonaparte. La difícil misión le ha valido ser distinguido como caballero de la Legión de Honor en la promoción del 1 de enero de 2016.

El Elíseo no ha difundido el nombre del nuevo aspirante a embajador en la Santa Sede. Según el diario ‘Le Figaro’, el elegido es Philippe Zeller, con experiencia en Canadá, Marruecos, Hungría, Indonesia y Timor Oriental. Tiene 63 años, está casado, es padre de dos hijos y abuelo de un nieto. Y heterosexual. Un candidato como Dios manda.

 

MADRID: Denuncian una agresión homófoba en el Metro

Metro asegura haber abierto una investigación interna

metro madrid

Un joven gay de 27 años sufrió una agresión, insultos y vejaciones por parte de un empleado de seguridad del Metro de Madrid el pasado tres de abril, según consta en la denuncia que interpuso tras los hechos en la comisaría del distrito Latina de la Policía Nacional a la que ha tenido acceso este diario. Con esta última son ya 47 las agresiones homófobas registradas en la Comunidad por el Observatorio Madrileño contra la LGTBfobia y la asociación Arcópoli.El suceso se produjo en torno a las 16.00 horas en la estación Puerta del Ángel del suburbano madrileño cuando el presunto agredido pedía “la voluntad” a cambio de ramos de romero a las puertas del metro. El joven se encontraba comiendo unas fresas en las escaleras exteriores, motivo por el que vigilante le instó a marcharse del lugar. Ante la negativa de este, y siempre según el escrito de denuncia, el trabajador del Metro le dijo frases denigrantes como “llevas las uñas y los ojos pintados, eres un maricón” o “¿por qué no me chupas la polla?”, a la vez que propinaba patadas a las pertenencias del joven.Tras un intercambio de empujones, el vigilante, ayudado por otro compañero, le introdujo en el interior de la estación, y allí ambos le agredieron con sus “armas de defensa”, además de engrilletarle. Según consta en el parte de lesiones, la presunta víctima presentaba hematomas en ambas manos, en la pierna derecha y en el tórax e hinchazón en la frente.Desde Metro de Madrid señalan que han abierto una investigación interna para aclarar los hechos y que en caso de que se demostrara un comportamiento homófobo instarán a la empresa de seguridad contratada a que despida al vigilante. En todo caso, explican que la versión de los trabajadores del suburbano difiere de la del joven e indican que este les había agredido antes, por lo que ambos vigilantes denunciaron a su vez al joven ante la Policía.