Levanta pasiones en todos los sentidos, para bien o para mal. Se encuentra en promoción de su nuevo libro, ‘Fabiografía’, una biografía sobre Fabio Mcnamara, un personaje clave en la movida madrileña
Mario Vaquerizo está a gusto con su cuerpo. (José Mari Martínez)
Bilbao – Mario Vaquerizo llega a la entrevista preparado para enfrentarse a preguntas y fotos, pero también para que le pidan posar con él. No solo no se niega, se siente muy a gusto. Habla mucho, “soy como un loro”, lo dice él mientras desgrana el libro que ha escrito, una historia que lleva persiguiendo diez años. Es coqueto como él solo, viste de negro porque es un color elegante, pantalón pitillo, botas con flecos y tacón y un gran bolso de viaje. Llega el momento de las fotos para la entrevista y pide un lapsus de tiempo para maquillarse; con soltura y habilidad se aplica sombra de ojos, rímel y demás productos para la cara. Además de escribir libros, trabaja en El hormiguero de Antena 3 y en El programa de Ana Rosa y en mayo saca nuevo disco con su grupo, Las nancys rubias.
Un libro más en su colección.
-Sí, pero para mí es el libro. El anterior fue una excusa para poder escribir Fabiografía, llevo diez años detrás de Fabio Mcnamara…
¡Qué paciencia la suya! ¿Tanto se le ha resistido?
-Él es muy dueño y hace las cosas cuando quiere y como quiere. Es la vida de una persona que está viva y tendrá que decidir él cuándo quiere que se saque; afortunadamente no es un libro póstumo. He tenido que sucumbir a sus negativas…
Pero lo ha conseguido.
-Es una persona de palabra. Me dijo que yo era la única persona que iba a poder hablar de su vida, ha cumplido.
¿En qué se parece a Fabio Mcnamara?
-Ya me gustaría parecerme a él, pero es único e irrepetible. Es un ser de otro planeta. Trato de imitarle y trato de aprender toda esa filosofía y actitud ante la vida, que me parece fenomenal. Es de las personas más geniales que yo conozco en el sentido más amplio de la palabra, es genial en todo, en su día a día, en su modus operandi, en la actitud que tiene de la vida, incluso en su forma de hablar.
¿Un hombre que le enamora?
-No admiro a Fabio, le venero. No quiero que se vea como una declaración de fan. Es una persona muy completa, tiene sus contradicciones. Si no le conoces en profundidad, no lo entiendes. Es un artista muy puro, que no está corrompido, no está sometido a las leyes del mercado o la promoción. Él hace en cada momento lo que quiere y, encima, te regala esos momentos. Gracias a este libro me he reencontrado con lo que es mi profesión oficial, el periodismo. ¿Qué más puedo decir?
Vamos a hablar de usted.
-¿De mí? ¿Qué quieres saber de mí? Bueno, lo que quieras, yo hablo como un loro.
¿Pesa el personaje sobre la persona?
-En mi caso es lo mismo. La gente me pregunta si no me canso de estar haciendo un personaje. Yo no tengo capacidad para hacer un personaje las veinticuatro horas del día, no tengo retentiva. No soy actor, lo que ves es lo que soy. No pretendo gustar a todo el mundo, soy una persona muy extrema. No hay personaje, soy Mario Vaquerizo. Lo que pasa es que se me ha descubierto con un programa de televisión.
Y por su matrimonio con Olvido, Alaska.
-En junio hacemos quince años del primer beso. Soy una persona muy echada para adelante. En un momento dado, yo estoy trabajando para Alaska y noto que siento algo por mi jefa. Si no me hubiera lanzado a la piscina con ella, me hubiera perdido mucho.
Alaska dice que ella rehuye el contacto físico todo lo que puede y usted es muy sobón.
-Claro que lo soy, muy de tocar y de acariciar. Está bien que ella sea tan diferente, si los dos fuéramos iguales, seríamos un coñazo. Soy social por naturaleza, soy charlatán, cuando me enfado soy de gritar y Alaska es todo lo contrario.
¿Y cómo es ella?
-Pausada, relajada, nada pamplinosa, no es de regalar el oído.
Hay muchas leyendas sobre Mario Vaquerizo…
-Ufff, muchísimas.
Gay, bisexual…
-Perdona, lo de bisexual es porque lo digo yo, pero soy un bisexual teórico, me encantaría serlo, pero no lo puedo conseguir, la naturaleza no me ha llevado por ahí. Que me llamen maricón no es una leyenda urbana, es un piropo. El ser maricón no lo veo como un insulto.
Prefiere el término maricón a gay, ¿no?
-Sí, de hecho todos mis amigos que son gays, entre ellos se llaman maricones. Estamos llegando a una tiranía de lo políticamente correcto que ya está bien porque tolerancia no es decir gay; la tolerancia y normalización es que no haya escándalos porque dos hombres se casen, etc, etc… Va más allá de los términos gay o maricón. Que me llaman maricón, si uno tiene claro lo que es, lo que digan los demás está de más, es lo que decía Ana Torroja cantando.
Cumple cuarenta años el 5 de julio.
-Me encanta cumplir años, significa que estás vivo. Ojalá la ciencia invente algo para que lleguemos a los ciento cincuenta, me gustaría.
¿Ciento cincuenta años?
-Claro, con la cabeza en su sitio y con energía. Creo que los niños que nazcan dentro de veinte años vivirán hasta los ciento cincuenta o doscientos.
Se cuida mucho, un gramo de más…
-Me saca de quicio. Me peso todos los días. Cuando hablo de mi delgadez no estoy abogando por una enfermedad, la anorexia. Pienso en el bienestar de las personas, por eso apoyo la cirugía estética, no hay nada malo en hacer uso de esos avances.
¿Ha hecho uso de ellos?
-Desde que tenía 27 años. Me cambió la forma de andar, me cambiaron muchas cosas y me veo mucho más guapo. No conozco a nadie que no le guste estar medio bien.
¿Cuánto pesa?
-Mido 1,80 y peso 67,5 kilos. Estoy perfecto, está mal que lo diga pero es así.
¿Qué talla usa?
-La 34 y uso pantalones pitillo.