EUROPA LAICA SUGIERE QUE LOS ESCOLARES NO SEAN MATRICULADOS EN RELIGIÓN

Europa Laica, junto a otras organizaciones, viene reclamando -desde hace años- que la “religión salga de la escuela” a través de la “Campaña por una escuela pública y laica”, que seguiremos impulsando, porque entendemos que las diferentes convicciones personales, incluidas las creencias religiosas, así como los dogmas de cualquier naturaleza, no son cuestiones a plantear en el ámbito escolar. Ya que para ello hay otros ámbitos sociales, en su caso y por ejemplo: los lugares de culto y entidades religiosas…

La Escuela ha de servir para aprender, desarrollar capacidades, incluir y no segregar, no discriminar por motivos de raza, sexo, religión, opinión… La religión incrustada en la enseñanza provoca la segregación de alumnado desde los tres años, en función de las convicciones de sus padres y madres o de sus entornos fuera de la escuela. Por ello las cuestiones dogmáticas, el catecismo. La segregación por motivos de conciencia vulnera el Derecho a la libre conciencia de los menores

Por ello nos venimos oponiendo, antes y después de la LOMCE, a que se imparta religión confesional en la Enseñanza, también y quizá con más razón  ahora, que han incluido una materia alternativa  y se ha impuesto evaluación que cuenta en el expediente académico…

Daniel(a) es Daniela

Autorretrato de Daniela.

Autorretrato de Daniela.

Había una vez una niña a quien nadie quería ver. Todos la veían como el niño que era biológicamente. Su familia estaba reunida. El padre, Javier, un respetado médico, uno de los mejores de su especialidad en el país, decidió explicar sobre la fecundación: «Esto es muy sencillo, todos somos chicas al principio, quiere decir que somos XX y cuando se cae el palito de la segunda X, quiere decir que somos chicos, y nos quedamos XY».

«Un grito de desesperación nos dejó a todos callados», explica la madre, África. «¡Papá, eso es lo que me ha pasado a mí! ¡Se me ha caído el palito, pero el mío no se tenía que caer! ¡Ahora qué hago!». Esta era la explicación sencilla y angustiada de la niña en cuerpo de niño. Pero «el argumento de Dani fue arrinconado». Lo relata África Pastor Espuch en primera persona del plural. Le da voz a Daniela, su hija transexual de ocho años. Ella, una mujer de piel bronceada, proveniente de una familia conservadora, dedicada a la moda, ha decidido contar su experiencia. Sus frustraciones.

Sus miedos. Cómo venció a la palabra más fuerte a la que se enfrentó. La palabra innombrable: transexual. Repita conmigo. Niña transexual. Niño transexual. Existen. Son más de un centenar, un centenar largo en España. «Nuestro hijo nació como niño, se le identificó por sus genitales. Desde que tenía dos años se identificó como una niña… el tiempo, los médicos y su valentía le han dado la razón… Recorrimos todo tipo de especialistas, pediatras, psicólogos, endocrinos, sociólogos, cirujanos. Todos y cada uno de ellos nos confirmaron lo que Daniela venía diciendo desde los dos años: es una niña». Hasta llegar a esta conclusión hubo mucho sufrimiento. Y tantas dudas.

«Recuerdo cuando Dani nos pidió unas alas. Tendría tres años, no hubo alas, pero le dio igual porque utilizaba sus brazos… Gritaba:“¡Soy un hada!”. Yo le decía a su padre que seguramente lo hacía por llamar la atención. A lo que él me respondía: “Pues joder con el niño, qué cabrón”. Dani siguió buscando hadas en el campo». A sus espaldas, muchos decían que era temporal. Que podrían dejarle «hecho un hombre». En ese tiempo Daniela aún no era Daniela. Aún faltaban muchos prejuicios que romper.

-¿Cuándo fue el momento clave, África? ¿Cuándo supo que tenía una hija más?

-Hay que entenderlo como un largo proceso. Pero hay un momento que recuerdo especialmente. Estaba sentada en una mecedora en mi casa. Veía todas las fotos de mis hijos. Apareció Daniela -le decían entonces Dani- tenía tres años. Se apareció con el dibujo de una niña y me pidió que la colocáramos junto a las fotos de la familia. «Esa niña no la conocemos de nada», le dije. «No me gusta cómo le quedan esas coletas». Tardé en entender que era una manera de decirme quién era. Le puse un marco de fotos de Ikea. Ni siquiera viendo ese dibujo durante años fui capaz de entender lo que nos decía a gritos…

Era el autorretrato de Daniela. Ysigue en esa misma estantería…

No podemos ser amigos

La presión social afectó a Dani. Los primeros rechazos… «Y como una ráfaga de viento nos encontramos empezando ya primaria, en el colegio que siempre había soñado, al que habían ido sus tres hermanos. Yo tenía la ilusión de que tuviera un mejor amigo y lo encontró, bueno… se encontraron, ¡estaba tan feliz! Hasta que a final de curso, de hecho el último día de colegio, su amigo le dijo: “No puedo ser tu amigo, si no cambias y eres más bruto, no podemos seguir siendo mejores amigos”. He visto llorar a muchos niños, pero nunca con esa pena tan profunda. La primera semana de vacaciones se la pasó jugando al baloncesto, intentando ser todo lo bruto que podía, pero… una semana después se dio por vencido».

Hay frases que África trae escritas en la mente, como un manual de estilo para proteger a su pequeña. Pasa de la serenidad al agobio. No sabe realmente cómo enfrentarse a mostrar su vida y la de su hija así. Cancela la entrevista. La retoma. Aspira aire profundamente… Es parte de su querer cambiar el mundo. Acabar con esa «perspectiva moral equivocada» que hace que Daniela sea discriminada. «Es lo que más me duele». Padeció «rechazo y acoso». Lo describe así:

«Dani siempre ha sido valiente… Valiente para bajar la cuesta de su colegio a pesar que tenía todos los días un niño que le gritaba:“¡Pareces una niña, maricón!”. No hay mediador o defensor del menor que pueda reaccionar mejor, ante un hecho así, como una hermana realmente enfadada… Al final, sus amigas lo acompañaban a la salida y su hermana a la entrada, hasta que llegaba a sitio seguro».

Durante la conversación, África se preocupa puntillosamente por los términos correctos para referirse a su hija. Una definición clave es «proceso de transición» desde que se descubre que es una niña con genitales masculinos y la aceptación total del hecho. Y pasa de no salir a la calle a desear vivir. Para eso han pasado múltiples dudas. Primero pensar que es gay, como su tío, el hermano de África.

Le contó a él lo que Dani estaba pasando. Y le dijo: «Yo nunca quise ser una chica, ni pensé en que se habían equivocado conmigo. Siempre quise ser lo que soy, un hombre. Creo que tendrías que informarte, hay asociaciones de…». No quiso escuchar más. El hermano le había dicho lo que pasaba en una palabra: transexual.«Pensé que si no hablaba de ello, desaparecería». Pero no.

Daniela seguía allí. Queriendo ser una estrella con labios pintados y rímel en los ojos, Alicia [en el País de las Maravillas], Blancanieves, la Bella Durmiente… Una princesa de cuento de hadas.

«Un día que fuimos su padre y yo juntos a recoger a Dani al cole, salía exultante, dando saltos de alegría. Tenía algo muy importante que decirnos. Nos metimos en el coche y no pudo aguantarse: “¡Va a ser la semana de los cuentos! ¡El nuestro es Alicia en el País de las Maravillas! ¡Hay que ir disfrazados, y yo voy a ser… Alicia!“. Su padre inmediatamente paró el coche, se giró hacia él y le dijo: “¡¡¡Dani tú no eres una niña y nunca lo serás. Tú siempre serás un niño!!!”. Un grito de dolor desgarrador inundó el coche y también nuestros corazones».

El padre de Daniela, un doctor con estudios en Harvard, tardó en aceptarlo como Daniela. «Su padre tenía el firme propósito de nunca comprar una Barbie, ni nada similar». Y se extrapolaba la idea a todos los juguetes orientados a chicas…

-Hasta que se encontraron en la misma juguetería…

-Comprando a la Barbie. Él era consciente de lo que pasaba. Es un hombre que tiene mucha fuerza. Es un médico de aspecto muy varonil y que había vivido una educación muy rígida. Le costó, pero, al vencer sus límites, me ha impresionado. Me ha hecho admirarlo más. Tiene que enfrentarse a muchas cosas, a muchos prejuicios.

-¿Y los abuelos? Hay un pasaje de su libro donde la abuela, al ver que Dani se hacía vestidos con toallas, dice: «Nos ha salido modisto»… ¿Tomó igual su femineidad el abuelo?

-Sí.

-¿A qué se dedica?

-Es militar.

-¿Y lo ha aceptado ?

-Sí. Cuesta entenderlo pero así ha sido. La mayoría que no lo hace es porque no conoce a ningún niño o niña transexual. Es que es tan evidente…

Aunque a veces no lo sea tanto. A veces incluso no entiende quien menos te lo esperas… «Encontramos algo que le hacía sentir genial,el ballet, fue nuestra salvación, le ha hecho muy feliz aunque cuando llegó el momento de la función de final de curso no entendió por qué no le habían elegido para ser hada y le había tocado ser cuidador de hadas. Llegué a hablar con su profesor para ver si era posible ponerles alas a los cuidadores pero… no. Aún así, se resignó, su profe le dijo: “No puedes ser un hada porque eres un niño”… se me partía el corazón». El propio profesor de ballet, homosexual, no comprendía.

Hay momentos del relato de su vida que impactan por su telúrica honestidad. En las páginas se siente, sin ninguna duda, el dolor de la niña a la que nombraron Daniel y su lucha por ser Daniela. Ese cambio de nombre fue trascendental… Como un amanecer. Pasó así. «¡Mami he tenido una súper idea, espera!», lanzó. «Y en cuestión de menos de un minuto apareció con la concha bautismal que tenía en su cuarto -por ser el último de sus hermanos al que bautizamos- y me dijo: “Mami, si me bautizas ahora con nombre de chica todo se habrá arreglado”. Y así lo hice. Se metió conmigo en la bañera y le pregunté: “¿Cómo te llamas?”. Y me contestó: “Me llamo Daniela, mamá”. La bauticé y ese día durmió tan profundamente…».

En el ballet, en el cole…

Ya Daniela es Daniela. Para sus amigos. Para su familia… El primer paso era que lo entiendan en su colegio. Que la aceptasen con su ropa de chica, con su cabello largo, que la dejen ser… Pero no fue fácil. «A partir de ese momento ya ha sido Daniela, aunque en el cole de sus sueños no la quieren, les da miedo pensar en tener una alumna con colita y nos ofrecen un colegio de integración en el que sí están preparados para afrontar algo así y que termine el curso en casa, me imagino que por miedo a que pueda contagiar a alguien. En ballet es Daniela, en su escuela extraescolar americana es Daniela, en su clase de música es Daniela, para todos los que la conocemos desde siempre…».

Ahora buscan el cambio de nombre oficial en el DNI. La primera instancia perdida y ya han presentado un recurso. Es la siguiente batalla, la judicial. Daniela quiere ser Daniela siempre y en su documentación. Hay ya precedentes que deben ayudar a su caso. Con 10 años, Emma nació como Jorge. Este año un juez aceptó su cambio de nombre en todos sus papeles. «Con 10 años, nos aconsejaron cambiar todo: nombre, ropa, carnés, decirlo en el cole… El juez que nos tocó dictó que Jorge debía llamarse Emma por uso habitual», contaron sus papás a ELMUNDO en julio. Es uno de los siete únicos casos que lo han conseguido en toda España.

El jueves, África dio su discurso de presentación de la Fundación Daniela y, también, del relato con la historia de su hija: El libro de Daniela. El fin de su institución: «Potenciar la creación de nuevas redes de profesionales especializados en la intervención con personas transexuales y transgénero». Es decir, ayudar a que ningún otro niño pase a solas lo que vivió Daniela… Esta iniciativa ha logrado que se interesen personajes de la talla del juez Fernando Grande-Marlaska; el consejero de Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid, Jesús Fermosel; Pedro Zerolo; Carla Antonelli…

En los agradecimientos del libro de África aparece uno de los mayores expertos en transexualidad infantil, el cirujano Iván Mañero, quien además ha acompañado a los padres de Daniela en este viaje. Analiza para Crónica el proceso clínico a seguir: «Entre los 10 y los 12 años debe comenzar un tratamiento con bloqueadores hormonales». Como éste no está contemplado por la sanidad de Madrid, el coste del mismo -cada tres meses- es de unos 1.000 euros. Todo ello supervisado siempre por un endocrinólogo. «El fin es que no aparezcan los rasgos distintivos de su sexualidad biológica como la barba… que pueden generar un serio trauma», explica Mañero, con la experiencia de ser el cirujano que más intervenciones de cambio de sexo ha realizado en Europa. Supera las 1.500.

«Se deben realizar, al menos, hasta los 18 años». Lo que significa un coste de aproximadamente 32.000 euros. A la par, se recomienda una terapia psicológica familiar. «De acuerdo a cómo se produzca el desarrollo de la persona, cuando sea mayor de edad, deberá decidir si realiza el cambio de sexo quirúrgico que, en este caso, implica cirugía para extirpar el pene y los testículos y formar los genitales femeninos a partir de esos tejidos». Dependiendo del proceso seguido anteriormente, se sabrá cuántas operaciones más necesita como, por ejemplo, siliconas en los pechos. El valor final total oscila entre los 40.000 y los 80.000 euros.

Inicio y fin del viaje

Es el camino que tendrá que vivir Daniela. Uno que inició -quizá-, en este momento, que cuenta su madre: «Fuimos con toda la familia a Disney. No se me quitaba de la cabeza la cara de Dani cuando pasamos por el castillo de la Bella Durmiente y vio un salón de belleza en donde convertían a las niñas en princesas… Después de dar varias vueltas por la tienda escondido detrás de mis piernas, la dependienta se acercó a nosotros, y me dijo: “¿En qué le puedo ayudar”. “Estaba buscando un disfraz para una niña de siete años”, respondí. “De esa talla no nos queda casi nada. Si viniera usted con la niña podríamos probarle lo que nos queda. A lo mejor el de la Bella Durmiente le quedaría bien”, me dice. No sé de dónde saqué fuerzas y le dije: “No hay problema, es para mi hija y está aquí“… La llevó delante de un espejo mágico y le probó el disfraz».

Se miraba en ese espejo de fantasía viéndose como era. Como la princesa de cuento que soñaba ser. Por la felicidad de que su mamá, como nunca antes, la llamara «hija».

La lucha por un DNI

Sólo siete menores
han conseguido cambiar nombre y género -reconociendo su transexualidad- en su DNIen España. Daniela, en primera instancia, no lo ha logrado. Sus padres han presentado un recurso. Lucharán hasta conseguirlo.
El precedente
de Emma, nacido Jorge, ayudará a Daniela. «El juez que nos tocó dictó que Jorge debía llamarse Emma por uso habitual», contaron en julio, a ELMUNDO, sus padres.
A los 18 años
la opción de cambiar el documento de identidad sin operarse es factible en España. Se debe probar que se le ha sido diagnosticado «disforia de género». Se conserva, eso sí, el número de carnet.

El coste del cambio

Hormonas.
«Entre los 10 y los 12 años debe comenzar un tratamiento con bloqueadores hormonales», nos cuenta el reputado especialista en cambio de sexo, el cirujano plástico Iván Mañero. No esta contemplado por la sanidad de Madrid para menores de edad -está regulado en Andalucía, Asturias, Canarias, Castilla y León, Comunidad Valenciana y Navarra- y cuesta 1.000 euros cada tres meses:unos 32.000 euros hasta los 18 años.
Operación.
«Cuando sea mayor de edad, deberá decidir si realiza el cambio de sexo quirúrgico. Es una de las operaciones más complejas». Intervienen en el proceso: urólogos, psicólogos, psiquiatras, cirujanos plásticos… Valor final total: entre los 40.000 y los 80.000 euros.

Escrito con el testimonio de la madre y con extractos del libro «El libro de Daniela», de África Pastor Espuch (Ed. Círculo Rojo), ya a la venta.

Presentación del libro “Las lesbianas no somos mujeres” por parte de Gracia Trujillo en SUKUBO

IRAILAK 20 SEPTIEMBRE 12etan
Presentacion del libro:

“LAS LESBIANAS (NO) SOMOS MUJERES”
En torno a Monique Wittig

Con GRACIA TRUJILLO erekin

SUKUBON

KUBO, 5. Gasteiz

Este libro es un homenaje, ahora que se cumplen diez años de su muerte, a la persona y la obra de Monique Wittig (1935-2003). Desde diferentes perspectivas y bajo la mirada particular de cada una de sus autoras, los seis trabajos aquí reunidos constituyen una reflexión en torno a las claves fundamentales del pensamiento de la creadora y teórica francesa, poniendo énfasis en el carácter precursor de algunos de sus conceptos y revisando la forma en que han contribuido a generar o a reafirmar planteamientos teóricos y/o posiciones de militancia. La presente edición no busca trazar una línea de coherencia entre los distintos ensayos que la componen; sí señala, más bien, líneas de fuga hacia un horizonte de interpretaciones posibles, porque un texto conjunto es, por definición, polifónico.

Es verdad (no podía ser de otro modo) que todas las autoras aquí reunidas seguimos las cuestiones más incisivas que plantea Monique Wittig, pero lo hacemos según nuestros intereses particulares y trayectorias personales diversas: qué es la lesbiana, quién es, para qué sirve (la) lesbiana; cómo la palabra es un caballo de guerra con que demoler el heteropatriarcado; y, finalmente, cómo plantearnos políticas, y micropolíticas, poswittigianas que miran el presente y el futuro y realizan (con Wittig creemos que la palabra es siempre realizadora) otro presente y otro futuro posibles.

Gracia Trujillo es profesora de Sociología de la Universidad de Castilla La Mancha y activista feminista queer. Docente en varios posgrados en el ámbito de las teorías y prácticas feministas-LGTB y queer en la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad Internacional de Andalucía, entre otras. Ha colaborado en trabajos colectivos como El eje del mal es heterosexualFiguraciones, movimientos y prácticas feministas queer (2005), Una discriminación universalLa homosexualidad bajo el franquismo y la transición (2006) yCuerpos políticos y agencia. Reflexiones feministas sobre cuerpo, trabajo y colonialidad(2011). Su libro Deseo y Resistencia. Treinta años de movilización lesbiana en el Estado español ganó en 2010 el premio “Desayuno en Urano”. Ha cofundado y formado parte de grupos activistas como Las Goudús (que editó el fanzine Bollus Vivendi), Retóricas del Género o el Grupo de Trabajo Queer (GTQ). Forma parte de la Asamblea Transmaricabollo de Sol, que integra el 15M.

EL CORREO: El niño que siempre fue niña

Nahiane, de seis años, es uno de los quince menores transexuales que en el País Vasco recorren el camino hacia su verdadera identidad sexual

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«El médico se equivocó, yo no soy niño», asegura desde siempre.

 Cuesta imaginar a una niña más femenina que Nahiane, más similar a la imagen idealizada de una princesita. Con su rubísima y larga melena sujeta por una gran lazada, su vestido de guipur blanco y rosa, sus facciones delicadas, sus gestos de coquetería, su bolso y sus inseparables muñecas… Lástima que el médico que la trajo al mundo, hace casi siete años, no supiese ver más allá de sus genitales y la etiquetase erróneamente como un varón. “Pero es que él no era mago para saber que yo era una niña”, le justifica Nahiane, mientras acicala con un diminuto peine a una de las seis ‘monster high’ que la acompañan.

Nahiane, que hasta hace un año respondía al nombre masculino de Nahier, es una de los quince menores que el Gobierno vasco acompaña en el complejo y doloroso tránsito hacia su verdadera identidad sexual, a su identificación con el sexo que en realidad sienten y no con el que les ha tocado en la ruleta biológica. Son niños transexuales de entre 5 y 12 años (7 vizcaínos, 6 guipuzcoanos y 2 alaveses); algunos de ellos, como Nahiane, ya han emprendido el proceso de adaptación externa aparente –que no física– y son tratados y aceptados como deseaban: les llaman por su nuevo nombre, se visten de acuerdo a su verdadera condición sexual y en el colegio acuden a los baños y vestuarios donde no se sienten intrusos. Casi a partes iguales están escolarizados en la red pública y la concertada y, a diferencia del caso ocurrido en Málaga –donde una menor tuvo que abandonar el centro religioso donde estudiaba–, en Euskadi, al menos de momento, los procesos se desarrollan “con normalidad”.

Un día especial

Convencidos ya de que no había marcha atrás y con la ayuda del centro sexológico Emaize, Nerea y Óscar acordaron dar el paso a la transición en el verano del año pasado y anunciarlo en el colegio antes de acabar el curso. Nahiane está escolarizada en un centro religioso concertado de Vitoria, donde va a cursar 2º de Primaria. Ya desde los dos años, las andereños han estado atentas por sí había variaciones en su comportamiento. Pero nunca las hubo. Así, tras la mediación del Ararteko y responsables del berritzegune y del área de Política Familiar del Gobierno vasco, la dirección del centro aceptó despedir a Nahier y dar la bienvenida a Nahiane. “Convocamos a una reunión con los padres, que empatizaron mucho con nosotros”. Unos días después, la andereño leyó en la clase un cuento escrito por la propia Nerea para explicar que Nahier no había existido nunca. “En general no se sorprendieron, la han aceptado y no la han juzgado”. Al salir de clase, fueron a ponerle pendientes.
“Pasamos un duelo para despedir a nuestro hijo”. ¿Y el futuro? “Espero que en la pubertad le pongan bloqueadores hormonales para frenar su desarrollo masculino. Por ahora intento que no odie sus genitales”. ‘Eso’, como llama Nahiane a su pene. Y de mayor llegarán las inyecciones de estrógenos, las valoraciones psiquiátricas y quién sabe si la cirugía. “Ojalá esto revirtiera y no tuviéramos que pasar por eso. Pero no hay en Nahiane ninguna duda”. Para la familia, dar el paso a la transición ha sido una “liberación” tras años de angustia en los que “hemos llorado mucho”. Por eso a Nerea le gustaría que en los centros escolares se hiciese más hincapié en la educación en diversidad sexual para que los niños supiesen –y también los padres– que, a veces, los médicos también se equivocan.

DIARIO PROGRASISTA: Entrevista a Eugeni Rodriguez, Portavoz del FAGC y Presidente del Observartorio Contra la Homofobia

El caso de Juan Andrés Benítez es sin duda un caso sumamente delicado y complejo. La actuación de los mossos de esquadra fue del todo brutal y la muerte de Benítez ha sido un elemento central en toda la instrucción del caso. La reacción de algunos de sus superiores ha sido deplorable.

Eugeni Rodríguez

Eugeni Rodríguez

Diario Progresista. Creo que eres de los militantes en activo más veteranos y experimentados del Estado Español en materia de derechos sociales y LGTB. El asesinato de la transexual Sonia por unos skins fue muy sonado en los años noventa. Pero el mucho más reciente de Juan Andrés Benítez, un empresario de un local del Raval, es más complicado de abordar porque están involucrados los mossos de esquadra y que además han revelado su estado serológico. ¿Qué esperanza tenéis con que se haga justicia?

Eugeni R: El caso de Juan Andrés Benítez es sin duda un caso sumamente delicado y complejo. La actuación de los mossos fue del todo brutal y la muerte de Benítez ha sido un elemento central en toda la instrucción del caso. El FAGC junto con otras asociaciones lgtb y de lucha contra el SIDA y vecinales, presentamos la acusación popular. Esto nos ha abierto la posibilidad de ser parte en el proceso. Hay que decir que desde el primer momento tanto la juez como la fiscal que llevan este caso en esta primera fase de instrucción han tenido muy claro la responsabilidad penal de todos los mossos que actuaron en la muerte de Juan Andrés. Los cargos que tanto el juzgado como nosotros pedimos son de homicidio, coacciones, contra la integridad moral de las personas, obstrucción a la justicia.

Una vez la juez acabe la instrucción pasará a juicio oral con jurado. Aquí puede ser más dificil, pero creo que hemos armado un sólido relato en el que una cosa queda clarísima, Juan Andrés Benítez estaría vivo hoy de no haber aparecido e intervenido los mossos. En este caso hay que señalar la actuación deplorable y absolutamente vergonzosa del ex director general de la policía y del actual conseller d´interior que negaron unos hechos totalmente evidentes.

D.P: Conseguisteis que haya una Glorieta para recordar la Transexual Sonia. ¿Hubo que pelear mucho con la administración municipal?

EG: Muchísimo, el equipo de gobierno en manos de CIU, no quería visibilizar el hecho de que Sonia Rescalvo fue asesinada por el único motivo de ser una mujer transexual que la noche del 6 de octubre de 1991 dormía junto a su amiga Doris en la Glorieta del parc de la Ciutadella y que fue asesinada brutalmente por un grupo de neonazis

Fue todo un año de reuniones y de peleas con la regidora de derechos civiles. La posición del FAGC y de todo el movimiento lgtb fue contundente y unitaria, solo contemplábamos la posibilidad del nombre que al final se consiguió. GLORIETA DE LA TRANSSEXUAL SÒNIA. Muy contentos que se visibilice por primera vez en el Estado Español la cuestión de la transfobia dando nombre a un espacio público.

La glorieta de la transexual Sonia es una gran victoria del movimiento lgtb en post de la recuperación de nuestra memoria histórica cercana. .

D. Progresita: El barrio del Raval de Barcelona tiene mucha historia. Supongo que como dijo un director de cine “Cuando la leyenda supera a la realidad, se escribe la leyenda”. Pero hubo unos supuestos escándalos de pedofilia que llevaron a reacciones homofóbicas o de paranoia social incontrolada. Las prostitutas tampoco se organizaban siempre para defender sus derechos y contra los abusos policiales o de los clientes. Las agresiones neonazis son, muchas veces, la expresión mas virulenta de algo que sectores sociales sólidos fomentan como ha ocurrido en la Francia “lepeniana” con el joven Clement Meric.

Eugeni Rodríguez: La homofobia es a mí entender la mayor lacra social del siglo XXI. Nos toca vencer al heterosexismo, cuando no empezar a cuestionarlo. Creo que se frivoliza mucho la cuestión homosexual, se intenta diluirla como un aspecto de desigualdad como tantos otros y es aquí donde se cimenta el odio hacia las personas lgtb. Desidia e ignorancia. La homofobia y la LGTBfobia mata, como vimos en Francia, en Rusia y como ocurre también en el Estado Español.

D.P.: Las demandas de hace mucho tiempo tenían un horizonte que hoy vemos muy limitado. Incluso hay cuestiones que hoy no nos atrevemos a reivindicar que venían de experiencias del movimiento gay revolucionario de otros países europeos. Ha habido una domesticación de los grupos LGTB gracias a leyes que entonces no nos hacían ninguna gracia como el matrimonio, la herencia o la entrada en las fuerzas armadas. Recuerdo que Sergi, entonces en el FAGC, se declaró insumiso por ser gay y por el machismo del ejército. ¿Sigue siendo dificil explicar que existe una subjetividad y una coherencia en ese acto?

E.R: Sigue siendo sin duda complicado interactuar desde el compromiso social y político. Parte del movimiento gay se ha dejado llevar por la mercantilización de nuestros cuerpos como moneda de cambio. Lo que te decía anteriormente, se intenta ningunearnos como si fuéramos una cuestión de moda y no. NO somos un momento pasajero de la historia. La acción de Sergi García que tu recuerdas fue un ejemplo claro que parte del movimiento LGTB asumimos un discurso y acción política muy claro y desde una consciencia de ruptura con el modelo social y de masculinidad imperantes.

D.P. Con la llamada crisis yo he notado que en el capitalino Madrid, que conozco mucho mejor que Barcelona, han cerrado librerías, locales, o están en peligro de hacerlo. Esto supone también la vuelta al armario en los trabajos. Crees que los rebrotes de violencia o de autocensura están relacionados con el momento económico que nos están haciendo pasar. ¿Ocurre esto igual en Cataluña o hay cosas que ya no pueden echar para atrás?

Eugeni R: La crisis económica ha significado si duda una precarización de nuestras vidas y ha dejado al aire conquistas sociales que no se habían acabado de consolidar. Sin ir más lejos este mes nos vemos obligados a cerrar un bar referente en Barcelona como es La Bata de Boatine. La crisis acentúa la desigualdad económica y hace muy dificil poder mantener espacios de libertad que molestan y mucho a un capitalismo salvaje que no tolera la disidencia.

D.P. Habéis conseguido una Comisión Unitaria para el 28 de Junio. Todo un logro cuando al principio el FAGC era distinto del Colectiu por no hablar de otros grupos mas centrados en “lo meramente cultural”, que no deja de tener su importancia. Imagino que como todos y todas tienes momentos de desánimo, otros en que recuperas muchas fuerzas y otros en los que has tenido que ceder para conseguir cosas que no se han conseguido en otros lugares del Estado

E.R: El desánimo muchas veces invita a tener que que plantearse la necesidad de no dar marcha atrás y desde la resistencia articular propuestas que puedan traer la ilusión por seguir luchando por nuestros derechos y libertades. La ley contra la homofobia que se aprobara el próximo 1 de octubre, ha sido un ejemplo de lo que planteas. Necesitábamos dotarnos de un glosario de derechos que nos empoderará y nos situara en primer plano de la agenda política.

D.P.: ¿Crees que hoy podría rodarse un documental como Ocaña, retrato intermitente de Ventura Pons o ya no existe la misma Barcelona ni los mismos iconos, para lo bueno o para lo malo?

Eugeni R.: Hoy sería muy dificil, esa Barcelona murió, pero hay otra Barcelona, que hierve de rabia, dolor y también pasión por no renunciar a vivir y amar sin tener que dar explicaciones a nadie ni pagar ningún peaje.

Gracia Trujillok bere liburua “Las lesbianas no somos mujeres” aurkeztuko du SUKUBOn

IRAILAK 20 SEPTIEMBRE 12etan
Presentacion del libro:

“LAS LESBIANAS (NO) SOMOS MUJERES”
En torno a Monique Wittig

Con GRACIA TRUJILLO erekin

SUKUBON

KUBO, 5. Gasteiz

Este libro es un homenaje, ahora que se cumplen diez años de su muerte, a la persona y la obra de Monique Wittig (1935-2003). Desde diferentes perspectivas y bajo la mirada particular de cada una de sus autoras, los seis trabajos aquí reunidos constituyen una reflexión en torno a las claves fundamentales del pensamiento de la creadora y teórica francesa, poniendo énfasis en el carácter precursor de algunos de sus conceptos y revisando la forma en que han contribuido a generar o a reafirmar planteamientos teóricos y/o posiciones de militancia. La presente edición no busca trazar una línea de coherencia entre los distintos ensayos que la componen; sí señala, más bien, líneas de fuga hacia un horizonte de interpretaciones posibles, porque un texto conjunto es, por definición, polifónico.

Es verdad (no podía ser de otro modo) que todas las autoras aquí reunidas seguimos las cuestiones más incisivas que plantea Monique Wittig, pero lo hacemos según nuestros intereses particulares y trayectorias personales diversas: qué es la lesbiana, quién es, para qué sirve (la) lesbiana; cómo la palabra es un caballo de guerra con que demoler el heteropatriarcado; y, finalmente, cómo plantearnos políticas, y micropolíticas, poswittigianas que miran el presente y el futuro y realizan (con Wittig creemos que la palabra es siempre realizadora) otro presente y otro futuro posibles.

Gracia Trujillo es profesora de Sociología de la Universidad de Castilla La Mancha y activista feminista queer. Docente en varios posgrados en el ámbito de las teorías y prácticas feministas-LGTB y queer en la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad Internacional de Andalucía, entre otras. Ha colaborado en trabajos colectivos como El eje del mal es heterosexualFiguraciones, movimientos y prácticas feministas queer (2005), Una discriminación universalLa homosexualidad bajo el franquismo y la transición (2006) yCuerpos políticos y agencia. Reflexiones feministas sobre cuerpo, trabajo y colonialidad(2011). Su libro Deseo y Resistencia. Treinta años de movilización lesbiana en el Estado español ganó en 2010 el premio “Desayuno en Urano”. Ha cofundado y formado parte de grupos activistas como Las Goudús (que editó el fanzine Bollus Vivendi), Retóricas del Género o el Grupo de Trabajo Queer (GTQ). Forma parte de la Asamblea Transmaricabollo de Sol, que integra el 15M.

Gracia Trujillok bere liburua “Las lesbianas no somos mujeres” aurkeztuko du SUKUBOn

IRAILAK 20 SEPTIEMBRE 12etan
Presentacion del libro:

“LAS LESBIANAS (NO) SOMOS MUJERES”
En torno a Monique Wittig

Con GRACIA TRUJILLO erekin

SUKUBON

KUBO, 5. Gasteiz

Este libro es un homenaje, ahora que se cumplen diez años de su muerte, a la persona y la obra de Monique Wittig (1935-2003). Desde diferentes perspectivas y bajo la mirada particular de cada una de sus autoras, los seis trabajos aquí reunidos constituyen una reflexión en torno a las claves fundamentales del pensamiento de la creadora y teórica francesa, poniendo énfasis en el carácter precursor de algunos de sus conceptos y revisando la forma en que han contribuido a generar o a reafirmar planteamientos teóricos y/o posiciones de militancia. La presente edición no busca trazar una línea de coherencia entre los distintos ensayos que la componen; sí señala, más bien, líneas de fuga hacia un horizonte de interpretaciones posibles, porque un texto conjunto es, por definición, polifónico.

Es verdad (no podía ser de otro modo) que todas las autoras aquí reunidas seguimos las cuestiones más incisivas que plantea Monique Wittig, pero lo hacemos según nuestros intereses particulares y trayectorias personales diversas: qué es la lesbiana, quién es, para qué sirve (la) lesbiana; cómo la palabra es un caballo de guerra con que demoler el heteropatriarcado; y, finalmente, cómo plantearnos políticas, y micropolíticas, poswittigianas que miran el presente y el futuro y realizan (con Wittig creemos que la palabra es siempre realizadora) otro presente y otro futuro posibles.

Gracia Trujillo es profesora de Sociología de la Universidad de Castilla La Mancha y activista feminista queer. Docente en varios posgrados en el ámbito de las teorías y prácticas feministas-LGTB y queer en la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad Internacional de Andalucía, entre otras. Ha colaborado en trabajos colectivos como El eje del mal es heterosexualFiguraciones, movimientos y prácticas feministas queer (2005), Una discriminación universalLa homosexualidad bajo el franquismo y la transición (2006) yCuerpos políticos y agencia. Reflexiones feministas sobre cuerpo, trabajo y colonialidad(2011). Su libro Deseo y Resistencia. Treinta años de movilización lesbiana en el Estado español ganó en 2010 el premio “Desayuno en Urano”. Ha cofundado y formado parte de grupos activistas como Las Goudús (que editó el fanzine Bollus Vivendi), Retóricas del Género o el Grupo de Trabajo Queer (GTQ). Forma parte de la Asamblea Transmaricabollo de Sol, que integra el 15M.

DEIA: Mikel Oribe Escuela Vasca de Educación Sexual “En Euskadi estamos tan hipersensibilizados que no sabemos ligar ”

Mikel Oribe analiza la situación social de Euskadi desde otro punto de vista: el sexológico. Asegura que quedan muchos aspectos por mejorar y que la hipersensibilización existente a las agresiones sexuales supone un arma de doble filo.

mikel oribe

Mikel Oribe

Bilbao – El sexo y la sexualidad, a día de hoy, continúan siendo un tema morboso debido al desconocimiento general de unas nociones básicas de sexología. Mikel Oribe es miembro de la Asociación de Libertad y Diversidad sexual Bizigay y fundador de Euskal Herriko Sexu Heziketa Eskola, un gabinete sexológico especializado en educación sexual, aunque también ofrezca otros servicios como sexoterapia. A sus 36 años, este sexólogo cuenta con un análisis diferente de la sociedad y sus comportamientos y, entre otros, de lo que algunos denominan en broma “el otro problema vasco”.

Uno de los topicazos más comunes sobre los vascos es que en Euskadi no se pilla. ¿Es así?

-Sí se pilla, pero de forma diferente y casi siempre ayudado de grandes dosis de alcohol. Creo que no tenemos la cultura del ligue que existe en otras sociedades. Ya sea por su costumbre o porque viven en otras latitudes y el sol lo favorece, en ellas se puede ligar de forma más abierta y directa. Aquí no. En Euskadi hay comportamientos que no se toleran que en otras sociedades sí. Por ello, curiosamente, nuestro juego de la seducción consiste en ligar sin que se note que estás ligando. Un juego bastante absurdo, y de ahí viene el tópico.

¿Por qué ocurre esto?

-Euskal Herria se caracteriza por la pluralidad de movimientos sociales y su activismo en la lucha social. Los múltiples movimientos feministas existentes tienen mucha influencia y gracias a este caldo de cultivo hemos avanzado en la lucha contra el machismo, y más que nos queda aún. Pero en el feminismo coexisten grandes diferencias tanto en el posicionamiento de partida como en las medidas correctoras planteadas. Y desde la Sexología Sustantiva consideramos que han acabado imponiéndose algunos criterios que no facilitan el acercamiento entre los sexos. Ha calado en la sociedad el miedo a los malentendidos y, consecuentemente, cambiando el juego de la seducción.

¿En qué consistiría el juego de la seducción?

-Desde el punto de vista sexológico, la seducción consiste en “transgredir” de forma positiva el espacio vital de una persona, generalmente, con un fin erótico. En el ligoteo heterosexual habitual, por ejemplo, podemos imaginar que alrededor de ella hay una especie de valla y, para ligar, él tendrá que superarla. El truco de la seducción consiste en sortear esa valla con arte. No puedes tirarla abajo de malos modos, ni quedarte fuera pensando qué alta es. Las mujeres que participan en este juego esperan a un hombre con las suficientes habilidades sociales e inteligencia emocional como para que se acerquen a ellas de forma respetuosa y atractiva.

Y aquí se ha cambiado el juego de la seducción.

-Sí. El problema que se da aquí es que debido a algunas interpretaciones, guiadas más por contextos luctuosos y de pánico, se ha considerado necesario el consentimiento explícito previo y, ahí, se rompe el juego de la seducción. Me recuerda al puritanismo estadounidense. Pero el problema grave lo generan muchos hombres que aún hoy siguen viendo a las mujeres como inferiores, como sus particulares juguetes sexuales y, consecuentemente, su forma de ligar es nefasta: rompen esa “valla” a patadas, van tocando el culo de malas formas, profiriendo frases inadecuadas, forzando las situaciones, etc. Como respuesta nos hemos hipersensibilizado. Hay hombres muy concienciados y conscientes con la seducción respetuosa y empática, pero debido a este nuevo clima prejuzgador pueden temer mucho crear incomodidades y malentendidos. Ahora parece que cualquier forma de acercamiento explícito y directo por parte de un hombre es una agresión per sé y, por ende, él un agresor en potencia.

¿Qué consecuencias trae consigo este cambio?

-Pues que ya no sabemos cómo ligar. No nos sentimos seguros dejándonos llevar por nuestros deseos. Un chico heterosexual, por ejemplo, puede dudar en mirar los pechos o no de una chica con la que quiera ligar y sentirse culpable por ello mientras, paradójicamente, ella en las circunstancias adecuadas podría desearlo.

Ha hablado del ligoteo heterosexual. ¿Y el homosexual?

-El ligoteo gay, por ejemplo, en un contexto homosexual, suele ser directo, sin miedo. Si te gusta alguien se lo haces saber, incluso desde el minuto cero, y gestionas su respuesta de forma natural y libre. Yo creo que la clave está en que se puede expresar públicamente lo que te gusta, te puedes mostrar dueño de tu cuerpo y de tu placer sin que te juzguen por ello.

¿Hay algún aspecto en el que haya habido una involución?

-Sí, en esto que acabo de comentar. Aquí se señala a la mujer que es dueña de su cuerpo y de su placer y se la asocia con el estigma de puta. Una doble moral sustentada en los valores patriarcales y sexistas, que impide, sobre todo a las más jóvenes, sentirse realmente libres de decirle a un chico que les atraiga que sí con comodidad y seguridad. Este estigma, además, las obliga a no explicitar su deseo erótico y, por lo que observamos en los institutos en los últimos años, vamos a peor. Alumnas de secundaria nos cuentan que en un contexto de fiesta, ante una seducción masculina deseada, tienden a negarse las suficientes veces como para que a él y al entorno le quede claro que no son fáciles. Creen que deben mostrar dignidad. Pero esto no tiene absolutamente nada que ver con su dignidad y, además, es una trampa peligrosa.

¿Por qué?

-Porque esta coyuntura impide un correcto aprendizaje del ligoteo y de su disfrute, donde ambos juegan a la seducción sabiendo a qué juegan y aprenden a gestionar la gran diversidad y matices de los noes, los síes, los cuándos, los cómos, los quiénes, los qués, etc. Habilidades interpersonales que, en general, hemos perdido. Y este vacío hace creer a algunos cabestros que todos los noes son síes si se insiste lo suficiente.

¿En qué situación nos deja?

-En la actualidad estamos bastante más sensibilizados respecto a las agresiones machistas que hace algunas generaciones, algo evidentemente positivo. Pero si la solución aportada es una monumental combatividad contra el deseo heterosexual masculino tenemos otro gran problema. La norma imperante en ambientes heterosexuales del consentimiento explícito previo por parte de las mujeres, y la presunción de agresor potencial en los hombres, creo sinceramente que es caer de nuevo en el paternalismo. Prescribir café para todos, estas conductas sí, estas otras no, invertir en prevención en vez de en educación, seguir un guión preestablecido, artificial… Todo esto infantiliza, nos priva de nuestra peculiar gestión erótica. Simplemente no sirve ni se ajusta a los deseos eróticos de nadie. Nos hace falta más pedagogía sexual.

¿Las nuevas tecnologías están afectando de alguna manera en este ámbito?

-Las nuevas tecnologías están trasladando las formas de ligoteo a internet: WhatsApp, redes sociales, páginas para contactos, etc. Los más jóvenes se escudan aquí porque tienen un miedo atroz al rechazo en persona, pero al carecer de la experiencia “real” se hacen más vulnerables ante situaciones de riesgo.

Además de los ligoteos, ¿hay algún otro problema en este ámbito a nivel social en Euskadi?

-Principalmente, que la sexualidad se sigue reduciendo a la genitalidad, al coito y a la heterosexualidad, cuando es mucho más. Pero esto no es una cuestión intrínsecamente vasca: es universal. La sexualidad es la cualidad del sexo y el sexo no es el sexo que se hace, sino el que se es. Es cuerpo, placer, emociones y sentimientos, bienestar, es una parte fundamental e insoslayable de nuestra vida. Somos mujeres y hombres y eso implica una serie de circunstancias, y cómo vives tú desde que naces hasta que mueres esa realidad, cómo la comunicas y te relacionas con los demás en función de ser mujer u hombre, eso también es sexualidad. Todos la tenemos, desde que nacemos hasta que morimos. Que a 2014 muchas familias hablen de ello a partir de los 15 años es vergonzoso.

¿Cuál sería la vía para abordar estos problemas?

-La educación, sin ninguna duda. Nosotros damos de ocho a diez horas de formación al alumnado en las escuelas, generalmente a partir de los 10/11 años, aunque nos gustaría poder empezar a una edad más temprana. También formamos a sus familiares. Nuestro objetivo principal es enseñar que las relaciones eróticas son mucho más que el coito y, sobre todo, ayudar a romper el tabú que impide que se hable en casa con naturalidad. La verdadera educación sexual se hace en las familias y la edad adecuada para hablar de sexualidad es desde que nacen. Hacerlo así generara un mayor acercamiento entre progenitores e hijos basado en la confianza y evitaría algunos problemas.

Una activista lesbiana británica viaja al Congo a ver a su familia y acaba secuestrada para “curarla”

Christina Fonthes

Christina Fonthes

Parece una historia sacada de una película, pero cuando se trata de la homofobia rampante que hay en muchos lugares del mundo, la realidad acaba superando a la ficción. Buena prueba de ello es la historia de Christina Fonthes, una chica británica de 27 años de origen congoleño que nunca pudo imaginar que un viaje a la tierra de sus familiares el pasado 11 de agosto podía acabar con un secuestro con la intención de “curarla” de su homosexualidad. Fonthes, que vive en Manchester y es una activista por los derechos LGBT a través de Rainbow Noir ya está a salvo, pero la odisea en la que se ha visto envuelta ha sido muy dura. La historia se ha conocido gracias a la novia de Fonthes, la periodista deportiva de la BBC Jessica Creighton, que alertó de la situación por la que estaba pasando la joven.

Todo empezó cuando su madre le arrebató el pasaporte y le dijo que tenían intención de mantenerla allí para curarla. Deseperada, Fonthes comenzó a mandar mensajes a sus amistades alertándoles de la situación. Con ayuda de unas amistades consiguió escapar de la casa y llegar a la embajada británica en Kinshasha, la capital del país. Pero su odisea no había concluido. Las autoridades británicas le dijeron que iban a concederle documentos provisionales de emergencia para que pudiera volver a Gran Bretaña, pero cuando salió de la embajada y se montó en un taxi con la misma amiga que la había acompañado, la policía les paró y ella acabó detenida por la falta de documentación. Fue liberada, pero entonces volvió a estar en poder de su familia. Tras muchas gestiones y luchas, el colectivo Rainbow Noir por fin confirmó que Fonthes había conseguido de nuevo liberarse y que pronto estaría de vuelta en Reino Unido. La presión de la embajada británica logró que la familia le devolviera el pasaporte.