Denuncian un libro de texto de ESO que ve un riesgo para la salud en la homosexualidad

El Observatorio contra la Homofobia de Cataluña (OCH) ha reclamado a la Generalitat que aplique la ley contra la homofobia a la editorial que ha publicado un cuadernillo de enseñanza para 3º de ESO, donde se afirma que heterosexualidad y homosexualidad no son equiparables en cuanto a salud.

El OCH ha pedido al Departamento de Bienestar Social y Familia que aplique a la editorial que ha publicado el cuadernillo, titulado “Biología y Geología. Sexualidad. Vida y Salud”, la ley contra la Homofobia porque entiende que su contenido es homófobo.

Entre otras afirmaciones, el cuadernillo dice que “la propia naturaleza de la relación homosexual supone asumir un mayor riesgo y suele asociarse con multiplicidad de parejas” y que la heterosexualidad es “el modo más saludable de sexualidad”.

Según el OCH, el libro está homologado por el Ministerio de Educación y se utiliza en algunas escuelas privadas.

El Observatorio contra la Homofobia de Cataluña (OCH) ha reclamado a la Generalitat que aplique la ley contra la homofobia a la editorial que ha publicado un cuadernillo de enseñanza para 3º de ESO, donde se afirma que heterosexualidad y homosexualidad no son equiparables en cuanto a salud.

El OCH ha pedido al Departamento de Bienestar Social y Familia que aplique a la editorial que ha publicado el cuadernillo, titulado “Biología y Geología. Sexualidad. Vida y Salud”, la ley contra la Homofobia porque entiende que su contenido es homófobo.

Entre otras afirmaciones, el cuadernillo dice que “la propia naturaleza de la relación homosexual supone asumir un mayor riesgo y suele asociarse con multiplicidad de parejas” y que la heterosexualidad es “el modo más saludable de sexualidad”.

Según el OCH, el libro está homologado por el Ministerio de Educación y se utiliza en algunas escuelas privadas.

 

 

“Consideramos muy grave que se estigmatice la homosexualidad considerando el matrimonio homosexual inferior al heterosexual. Es necesario retirar inmediatamente el libro y sancionar a la editorial responsable del texto”, ha declarado el presidente del OCH, Eugeni Rodríguez.

“Al mismo tiempo, el ministerio tendría que explicar como es posibles que convalidase dicho texto”, ha concluido Rodríguez.

Deciden retirar un texto de una publicación de 3º de la ESO sobre sexualidad

Los autores del texto, de la Universidad de Navarra, decían que “la homosexualidad conlleva un riesgo para la salud”

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El libro de texto que asegura que “la homosexualidad conlleva un riesgo para la salud”. (Twitter)

Los autores de un texto sobre sexualidad, integrado en una publicación utilizada en 3º de la ESO en varios colegios de Madrid y Valencia, han decidido retirarlo tras ser calificado de “homófobo” por varios colectivos.

MADRID. Así lo han indicado a Europa Press fuentes conocedoras de la decisión. Los autores de este fascículo sobre sexualidad son profesionales de las ramas de Medicina, Biología y Enfermería de la Universidad de Navarra.

“Estudios científicos ponen de manifiesto que la homosexualidad y la heterosexualidad no son equiparables desde el punto de vista de la salud. Esto se debe a la propia naturaleza de la relación homosexual, que supone asumir un mayor riesgo y suele asociarse con multiplicidad de parejas”, señala uno de los párrafos.

En otro se dice que “la heterosexualidad, contexto de un compromiso estable y protegido por el amor y la fidelidad mutua, es el modo más saludable de sexualidad” y añade que “es también el entorno más óptimo para la educación de los hijos, donde aprenden a amar y, por naturaleza, son amados”.

Se trata de un fascículo realizado por la Universidad de Navarra en colaboración con la editorial SM. Esta compañía indica que tiene acuerdos con algunas instituciones escolares por las que les permite “personalizar las ofertas para sus alumnos, incorporando contenidos propios de estas instituciones o de terceros”.

“SM les cede algunos elementos gráficos para que los materiales incorporados mantengan una cierta unidad visual, pero no puede asumir ninguna responsabilidad sobre los productos que no forman parte de su plan editorial ni de su línea editorial”, aclara.

Sin embargo, la editorial apunta que esta obra “no forma parte del plan editorial de SM ni responde a su línea editorial ni lleva el logo de SM ni figura SM en los créditos, ni aparece en el catálogo de SM”. También afirma que es “fácil comprobar” en la base de datos del ISBN que no se trata de un libro de esta editorial.

La polémica surgió este martes tras la publicación en Twitter de una foto de los dos párrafos sobre sexualidad. La asociación Arcópoli se hizo eco y exigió la retirada del material, una petición que ha sido refrendada el secretario de Movimientos Sociales del PSOE, Pedro Zerolo. Además, una ciudadana ha pedido en Change.org su retirada al considerar que “fomenta la homofobia”.

Un libro de 3º de la ESO: «La heterosexualidad es el modo más saludable de sexualidad»

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Extracto del libro referido a la heterosexualidad.

“La homosexualidad y la heterosexualidad no son equiparables desde el punto de vista de la salud”. Es el párrafo de un libro de Biología de 3º de la ESO que ha inundado de críticas de las redes sociales. El manual, utilizado en el colegio concertado Madre Josefa Campos de Valencia, explica que “la heterosexualidad es el modo más saludable de sexualidad” y añade que “es el entorno más óptimo para la educación de los hijos, donde aprenden a amar y, por naturaleza, son amados”.

Destinado a adolescentes de entre 14 y 15 años, el libro alerta de algunos estilos de vida que “influyen negativamente” y advierte de que “los problemas de salud y accidentes derivados de conductas sexuales de riesgo pueden condicionar tu vida y tu futuro”. Se refiere a prácticas como la “sexualidad precoz”, la “multiplicidad de parejas” a lo largo de la vida y las “conductas homosexuales”. Por el momento, más de 600 personas han apoyado una recogida de firmas virtual para solicitar la retirada del libro.

Aunque en un primer momento se había señalado a SM como responsable del libro, la editorial ha explicado en un comunicado que el libro ‘Biología y Geología – Vida y Salud’ no lleva su logotipo porque “no forma parte del plan editorial de SM ni responde a su línea editorial”. Aclaran que mantienen acuerdos con algunas instituciones escolares a los que permite personalizar las ofertas para sus alumnos, incorporando contenidos propios de estas instituciones o de terceros, cediéndoles algunos elementos gráficos “para que los materiales incorporados mantengan una cierta unidad visual”.

Un arcoíris sobre Polonia

Robert Biedron, en la manifestación del día de la Mujer

Robert Biedron, en la manifestación del día de la Mujer. / M. FLUDRA (CORDON PRESS)

Nadie escucha a los artistas. Aunque Julita Wojcik repitió hasta el agotamiento que su Arcoíris representaba la armonía y la tolerancia y no específicamente el movimiento homosexual, demasiados en Varsovia no la oyeron. La obra, un arco de flores artificiales plantado en la plaza Zbawiciela de la capital polaca, ha sido quemada cuatro veces desde su construcción en 2012. Hasta que Wojcik se cansó y cambió su discurso: si no os gustan los homosexuales, mi arcoíris simbolizará ahora su lucha por el respeto.

La comunidad gay ha ido abriéndose paso en un país orgullosamente tradicionalista. Uno de los incendios del arcoíris, durante una manifestación el Día de la Independencia de hace dos años, enfrentó a Polonia a una imagen de sí misma de la que no se sintió orgullosa. El Ayuntamiento aseguró que el monumento sería reconstruido las veces que hiciera falta y para los más progresistas se convirtió en un símbolo de la falta de respeto por la diversidad en un país en el que el 86% se declara católico practicante, por oposición al 45% de la muy católica Irlanda.

Cada conquista de los homosexuales ha comportado tragos amargos. En 2011 un diputado gay y una transexual fueron elegidos parlamentarios. Entonces Lech Walesa, padre de la Polonia moderna y Premio Nobel de la Paz, les pidió que se sentaran en la banca del final “o incluso detrás de una columna”. Nada hacía prever el gran salto de este año, cuando Robert Biedron, ese mismo diputado gay, ganó la alcaldía de la ciudad de Slupsk (97.000 habitantes) en el norte del país. Polonia tiene su primer alcalde públicamente homosexual.

Mariusz Kurc no sólo es amigo de Biedron, también dirige la revistaReplika, dedicada a la visibilización de los homosexuales. “Robert es un hombre de izquierdas que comenzó como activista LGBT [Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transexuales] y que brilló como parlamentario. Slupsk lo ha reconocido por su eficacia, no por su orientación sexual”, cuenta en un café de la capital.

El impacto de este político ha sido tal que Mariusz habla de efecto Biedrot: “Antes de cada elección mi revista propone a los políticos gais que salgan del armario. En años sólo cinco lo hicieron pero, en las últimas municipales, gracias al tirón de Robert, hubo 20”.

Pequeños gestos kamikazes impulsan la liberación del colectivo. En los últimos meses a Mariusz le ha sorprendido que en la página Facebook de su revista muchos jóvenes cuenten que han acudido al baile del fin de bachillerato con una pareja del mismo sexo. “Al principio de la ceremonia se baila una polonesa en la que hombres y mujeres forman dos filas. Imagínate a esa chica con un vestido que está esperando a su novia en mitad de una fila de chicos trajeados”.

Las explicaciones para este lento cambio social abarcan la economía, la moral e incluso la geopolítica. Varias conversaciones con ciudadanos y analistas recuerdan que la homofobia se ha convertido en una bandera de la Rusia de Putin y que el este de Europa debe apostar por todo lo que no huela a putinismo. De forma más sobria, Agnieszka Lada, del Instituto de Asuntos Públicos, explica que la tendencia entronca con la apertura internacional del país. “La integración europea está influyendo sobre las costumbres. Los polacos viajan mucho y ven cosas que suceden en el extranjero. Eso amplía su tolerancia”.

Pero enfrente queda un rival fabuloso. La todopoderosa Iglesia católica siente estos cambios como un desafío a su influencia en un momento en el que desde la proliferación de publicaciones anticlericales a cierta (mínima) desafección de los jóvenes cuestionan la legitimidad de la religión para regirlo todo, por mucho que la mitad de los polacos afirmen pasar por el reclinatorio una vez a la semana. Esa es la razón de que, en la campaña que ha precedido a la votación de hoy para elegir un nuevo presidente para el país, la curia haya multiplicado las llamadas contra la tentación, apoyando abiertamente al partido ultranacionalista Ley y Justicia (PiS, en polaco). El arzobispo Henryk Hoser incluso ha avisado de que Polonia está en un proceso de “zapaterización” hacia la pérdida de valores.

En un desvencijado barrio popular de Varsovia en el que se venden trajes de novia de raso en los mercados y hay pequeños altares con vírgenes en las esquinas, esta amenaza a los valores tradicionales parece menos inmediata. En la puerta de una sede del PiS, Adam busca votos para su candidato presidencial, Andrzej Duda, que probablemente pase a segunda ronda contra el liberal e igualmente católico Bronislaw Komorowski. El local es muy modesto y lo presiden una cruz, un águila imperial polaca y un retrato de Juan Pablo II. Adam, 57 años y empleado de seguridad, desgrana el programa de su formación: una amalgama de reivindicaciones en defensa de las capas sociales desfavorecidas y el carácter cristiano del país. “Europa quiere destruir la religión como ha hecho en Francia o Inglaterra. Aquí ha empezado, pero lo vamos a parar”, explica. El PiS está obsesionado con el aborto (que no es legal), la píldora anticonceptiva y la natalidad, de las más bajas de Europa con 1,23 niños por pareja. Para revertir esa tendencia, entre sus recetas incluye subvenciones por el segundo hijo, guarderías gratis y bajar los impuestos para la ropa infantil.

No se trata de un problema menor. La preocupación por la caída de nacimientos la comparten todos en el país: desde los liberales económicos a los izquierdistas más recalcitrantes. Coinciden en identificarla con el trabajo femenino, los matrimonios más tardíos o la pérdida de interés en los patrones de pareja clásico, pero todos los que quedan a la derecha y a la izquierda de los liberales (en el poder) subrayan que es también un resultado directo de la precariedad a la que se enfrentan los trabajadores peor remunerados. Basta preguntar a una joven limpiadora en la Universidad para confirmar que el diagnóstico puede ser acertado: “Yo querría, pero es difícil tener una familia. Duda y el PiS hablan mucho de ella, y por eso los voy a votar”, cuenta. La mujer no quiere dar su nombre porque, tras años de contratos basura, al fin ha conseguido uno fijo.

Mientras el país se enfrenta a cambios sociales que lo alejan de su rígida tradición, el Arcoíris incendiario se levanta en la plaza entre los jóvenes que beben en los modernos bares de alrededor. Sus flores de plástico son el último test de Roschard nacional. Unos lo miran y ven en él la Sodoma que llega, otros la intolerancia que no se va. También hay quien piensa que habla de cosas más íntimas, como los nervios de una chica entre una fila de corbatas, esperando su turno para coger por la cintura a otra mujer y salir a bailar.

Un ‘tigre’ contra la discriminación

Los avances no deben llamar a la confusión. No se trata sólo de que en la ultramoderna Varsovia la visibilidad gay sea nula: en Polonia el colectivo no tiene derecho a las uniones civiles y los comentarios homófobos de políticos y figuras públicas son una constante. En muchas otras materias, como el aborto, con una legislación muy restrictiva y decenas de miles de mujeres que viajan a otros países de la Unión Europea para interrumpir su embarazo, la influencia de los sectores más tradicionales es incontestable.

Una decena de iniciativas para impulsar una ley a la que se pudieran acoger las parejas del mismo sexo ha terminado en fiascos parlamentarios. Los analistas más críticos aseguran que toda la influencia que la Iglesia ha comenzado a perder en la calle respecto a temas relativos a la vida privada la mantiene en las esferas de poder, donde desde el fin del comunismo ha desempeñado un papel fundamental.

“Hay gestos que se agradecen”, reconoce Marius Kurc, “pero hace 11 años era más optimista sobre los cambios. Aquí los gais tienen miedo. En muchos sitios no puedes decir que lo eres, y ni siquiera en la capital es posible coger de la mano a tu pareja”, apunta.

En este contexto, ha sido notable el impacto de campañas como la del popular boxeador Dariusz Michalczewski, conocido como El Tigre, en la que se declaraba un aliado del movimiento homosexual y pedía el derecho a adopción del colectivo, un tabú sobre el que, por el momento, ni se discute en el país.

Transexualidad infantil e infamia médica

Artículo publicado en Atclibertad

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En referencia al artículo del médico forense D.Luis Montero Ezpondaburu, publicado  por el periódico El País el 7 de abril, La Plataforma por los Derechos Trans#NadieSinIdentidad#, manifiesta su absoluta repulsa e indignación ante las afirmaciones de este Señor:

Señor Montero, cuando usted se refiere a las personas transexuales como personas con disforia de género lo hace única y exclusivamente desde una perspectiva médica, limitando el universo de estas personas a esta única visión. Por encima de la medicina están los Derechos Humanos y la propia voz de las personas transexuales. Disforia de género y transexualidad no son sinónimos, puesto que no todas las personas transexuales tienen disforia de género ni quien la tiene, la tiene en el mismo grado. Referirse así a las personas transexuales induce a error y no deja de ser una categorización desafortunada y estigmatizante que fundamenta la vulneración de los Derechos Humanos de las personas transexuales. En este sentido la Resolución del Consejo de Europa del pasado 22 de abril, en su punto 3, considera una violación de los Derechos Fundamentales, entre otros, el diagnóstico de la transexualidad como enfermedad mental. Al hilo de todo esto, el Comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Thomas Hammarberg, el verano del 2011 solicitó a la OMS la despatologización de la transexualidad, declarando que la “disforia de género” (como se denomina erróneamente a la transexualidad en ciertos manuales de medicina) debe dejar de considerarse como enfermedad mental en los países del Consejo de Europa y los organismos internacionales de salud. Añade que “mantener este término -que designa a las personas que viven un desacuerdo entre su sexo biológico y su sexo psicológico- en la categoría de trastorno mental, estigmatiza a las personas transexuales y restringe su libertad a la hora de escoger un eventual tratamiento hormonal”. El término “Disforia de género”, por más que se utilice, no deja de ser un término desafortunado en castellano, y que induce a error. Peor aún es el término “Trastorno de identidad de género” que, por fortuna, ya se ha desterrado en las últimas publicaciones que tratan sobre la transexualidad.

Si la homosexualidad fue desclasificada como enfermedad mental y no necesita de acompañamiento psicológico obligatorio, ¿por qué si la transexualidad ha dejado de ser una patología según la APA y la OMS, usted Sr. Montero afirma en su artículo que “las personas que sufren esa disconformidad (refiriéndose a la transexualidad) con su sexo anatómico precisan de acompañamiento psicológico (…)”?.

Sr. Montero, a lo largo de su artículo usted mantiene la necesidad de las UTIG como referente para la atención médica de las personas transexuales. Los tratamientos recibidos por las personas transexuales no son distintos a los que son prescritos al resto de usuarios y usuarias del Sistema público de Salud de nuestro país. Segregar a las personas transexuales en UTIGs es estigmatizarlas. La Resolución del Consejo de Europa del pasado 22 de abril, en lo que concierne a los tratamientos de reasignación y cuidados de la salud la Asamblea llama a los Estados miembros a: “Modificar las clasificaciones de patologías utilizadas a nivel nacional y proponer la modificación de las clasificaciones internacionales con el fin de garantizar que las personas transexuales, incluidos las menores, no sean considerados como enfermos mentales, al mismo tiempo asegurando el acceso a los tratamientos médicos sin estigmatización”

Sr. Montero, lo que usted expresa en su artículo que no es otra cosa que un modelo de atención obsoleto, discriminatorio y patologizante, y que confronta con la nueva realidad social, con la mayor visibilidad de los/as menores trans, el cambio legislativo que han supuesto las Leyes Trans de Andalucía y Extremadura, que abogan por la libre autodeterminación del género como hiciera la ley argentina de 2012, y con la citada Resolución del Consejo de Europa del mes pasado. Esas disposiciones cuenta con gran apoyo social (las leyes autonómicas fueron aprobadas por unaimidad), y con gran consenso de profesionales de la medicina, psicología, antropología, trabajo social, pedagogía etc.; profesionales que usted desautoriza en su artículo otorgándose la potestad y autoridad en la materia de forma única e incluso usurpando la tutela legal de los padres y las madres de los menores trans. Algo tendrán que decir las propias personas transexuales a través de sus organizaciones, las cuales usted desacredita en su artículo. Y no es que lo digamos nosotros, sino que la propia Resolución del Consejo de Europa expresa la necesidad de consultar explícitamente a las personas transexuales y sus organizaciones e implicarlas en la elaboración y puesta en marcha de políticas y disposiciones jurídicas que les conciernen.

Es momento ya de dar un salto cualitativo que nos acerque a la igualdad de trato en todos los ámbitos y esto se concreta en ser atendido de forma normalizada como el resto de la ciudadanía y sin el prejuicio y el paternalismo que usted propone bajo la fórmula segregatoria que han supuesto las UTGs, insistiendo de forma antagónica en el descarte de patologías mentales. Usted fomenta la implantación y proliferación de “nuevas UTGs” que quieren tutelar a las personas transexuales y no acompañar, que quieren apartar su libre autodeterminación y marcar la pauta en el desarrollo de nuestras vidas. Es necesario la creación de una Ley estatal, pero no su Ley sino la nuestra.

Por otro lado, Sr. Montero, en su artículo vemos cómo una vez más se repite aquello de que “Solo el 15-20% niños/niñas con disforia persistirán en la edad adulta”. Siempre que lo escuchamos o leemos, preguntamos que de dónde sacan esa estadística, porque entre los colectivos trans no consta que eso sea así. En este colectivo, por más que preguntamos por la existencia de tales remisiones, no encontramos dicho porcentaje. A pesar de ello, esa estadística se repite y repite hasta mil veces, con la intención de que se convierta en la “verdad”, parece que siguiendo la máxima de Joseph Goebbels. Existen rendiciones: personas transexuales que ante el temor a lo que conlleva todavía esa condición, en especial en la adolescencia, tiran la toalla y optan por vivir una vida que no es la que querrían, simulando una identidad sexual que no es la sentida como propia. Pero ni de lejos existe ese porcentaje de remisiones.

La evidencia está en las propias unidades de corte patologista. En el reciente estudio de la Dra. DELAMARRE-VAN DE WAAL (2014), se concluye que “A día de hoy, no tenemos ningún caso de arrepentimiento en nuestro grupo de pacientes jóvenes”. De manera similar, en el trabajo publicado por el equipo del Hospital Universitario Ramón y Cajal, se afirma que “Respecto a la persistencia del diagnóstico, a pesar de que se ha publicado datos cuantitativos de otros autores resultan contradictorios (…). Nuestros datos hasta la fecha objetivan un número elevado de casos de menores vistos en edades tempranas, en los que se confirma y se mantiene su diagnóstico de disforia de género, después de la mayoría de edad”. También el Hospital Clinic de Barcelona en 2013, en su publicación al respecto, se dice “es preciso realizar nuevos estudios con criterios diagnósticos muy definidos para analizar la gran discrepancia entre estudios.”

Por tanto, la propia clase médica reconoce que las estadísticas no son fiables, y además es importante subrayar que en los casos en lo que no se mantiene el “diagnóstico” no se trata de que algunos menores “diagnosticados” como personas transexuales hayan dejado de serlo con el paso de los años (la condición de persona transexual se tiene desde que se nace hasta que la persona fallece), sino que ha existido un “diagnóstico” erróneo, resultando paradójico que hasta los “errores de diagnóstico” del sistema sanitario se vuelvan en contra de los menores transexuales, tratando de extender la errónea creencia de que lo más probable es que haya remisiones, por lo que mejor no hacerles caso… La conclusión debería ser que esto no hace sino confirmar que nadie, nada más que cada persona, en la única que puede saber cuál es su identidad sexual: el principio de autoderminación de género.

Desde la Plataforma de los Derechos Trans #NadieSinIdentidad#, hacemos un llamamiento a Instituciones, Partidos Políticos, Organizaciones Sociales y Entidades LGTBI, para que se posicionen públicamente al lado de las personas transexuales y no junto a los profesionales de la medicina que contribuyen a la segregación, patologización y estigmatización de las personas transexuales. Los derechos de las personas transexuales también son derechos humanos.

Que es la Plataforma por los Derechos Trans :

En una plataforma de acción y debate que nace para aunar fuerzas y decidir estrategias que posibiliten una defensa común de las reivindicaciones trans, evitando el agravio comparativo de unas comunidades con respecto a otras.

Por que se crea:

El momento político en el que estamos inmersos; elecciones generales, autonómicas y municipales, es el momento propicio para que nuestras demandas formen parte de los programas y agendas políticas. Estimamos que dichas propuestas han de salir del propio colectivo trans y en primera persona, de lo contrario, otros hablarán por nosotros y no desde nuestras necesidades.

La lucha y las necesidades del colectivo trans se ha visto diluida dentro del colectivo LGTB. Las necesidades y los derechos de este colectivo precisan de actuaciones específicas y contundentes.

Es el derecho a la identidad y a la autodeterminación del género, es decir derecho a ser quien se es y se dice ser, el eje sobre el que se sostienen las reivindicaciones de las personas trans.
Demandas de la Plataforma:
Se acuerdan las siguientes propuestas como punto de partida irrenunciable para las demandas y acciones de la Plataforma:

  • Inclusión en la cartera de prestaciones del SNS (Sistema Nacional de Salud) la atención sanitaria de las personas transexuales, incluidas las cirugías de reconstrucción genital y la atención a los menores trans en la pubertad, para que puedan acceder desde cualquier punto del estado español, a una atención igualitaria, no patologizante ni segregadora.
  • Modificación de la Ley 3/2007, de 15 de marzo, reguladora de la rectificación registral de la mención relativa al sexo de las personas, eliminando de la misma los requisitos de informes médicos o psicológicos, diagnostico de disforia de género, los dos años de tratamiento hormonal y la no limitación de la edad para ser persona beneficiaria de la ley. Siguiendo las recomendaciones del informe temático Derechos humanos e identidad de género del comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa (2009) y la Resolución del Consejo de Europa 1728 (2010) sobre discriminación por razones de orientación sexual e identidad de género, en la que se afirma que el derecho al reconocimiento legal del género no debería ser restringido por ningún procedimiento médico obligatorio. En el mismo sentido, la OMS –Organización Mundial de la Salud- condenó a principios de junio 2014 la esterilización forzosa de las personas transexuales como paso previo a su reconocimiento legal y pidió su eliminación.
  • Establecer un Protocolo de actuación sobre Identidad de Género en el Sistema educativo donde se garantice el libre desarrollo de la personalidad y la Identidad del sexo y género del alumnado trans.
  • Una Ley Integral de Transexualidad Estatal, que garantice los derechos de las personas transexuales en los ámbitos sanitarios, educativos y laborales, fundamentada en los principios de despatologización y de la libre autodeterminación del género. Teniendo como referencia la Ley Trans de Andalucía.
  • Demandar una Ley contra la Violencia hacia el colectivo LGTBI a nivel de todo es estado español, que contemple sanciones por LGTBIfobia. Teniendo como referencia la Ley Catalana.

Quienes la componen:

El Hombre Transexual, Comunidad de Madrid

AET- Transexualía , Comunidad de Madrid

Generem, Comunidad de Catalunya

ATC (Asociación de Transexuales de Catalunya-Libertad, Comunidad de Catalunya

Visión Trans, Comunidad de Aragón

Aperttura, Comunidad de Canarias

Asociación de Transexuales de Andalucía-Sylvia Rivera, Comunidad Andaluza

Asociación de Familias de Menores Transexuales (Chrysallis), Estado Español

Portavoces:

Erik García, presidente de Visión Trans, Comunidad de Aragónvisiontransaragon@gmail.com

Natalia Aventín, presidenta de Chrysallis Afmt del Estado Españolcontacto@chrysallis.org

Mar Cambrollé, presidenta de ATA-Sylvia Rivera, Comunidad Andaluzaasociación@atandalucia.org

Transexualidad infantil, a la espera de una respuesta

El autor sostiene que la llamada disforia de género en los niños es una condición compleja y asociada a intenso malestar

La transexualidad no es un fenómeno actual. Se trata de una condición que aparece de manera constante en todas las culturas a través de los tiempos. En algunas épocas se ha idolatrado a estas personas, mientras que en otras se les ha marginado y rechazado. En Grecia, los Phrygiens de Anatolia castraban a los hombres que se sentían mujeres y les permitían llevar el rol social de mujeres. El emperador romano Heliogábalo (218-222 d. C.) afirmaba sentirse mujer, llegando a pedir a sus médicos que le practicasen una cirugía para cambiarse de sexo.

En la actualidad tiende a sustituirse el término transexualidad por el de disforia de género. Así, aunque en el manual de diagnóstico de la Organización Mundial de la Salud (OMS) CIE-10 se sigue manteniendo la nomenclatura, la Asociación Americana de Psiquiatría, en la última revisión del manual DSM V, se utiliza el término Disforia de Género, sustituyendo al Trastorno de Identidad de Género (TIG), para designar a aquellos sujetos que muestran una fuerte identificación con el género contrario e insatisfacción constante con su sexo anatómico.

Actualmente, la World Professional Association Trangender Health (WPATH), establece unas Directrices Asistenciales que revisan periódicamente y sirven de guía asistencial para la transexualidad y variantes de género. Por otra parte, las reivindicaciones de los afectados han creado un movimiento tendente a la despatologización, al igual que ocurrió con la homosexualidad en años previos, reclamando su desaparición de los manuales de diagnóstico psiquiátricos. Las personas que sufren esa disconformidad con su sexo anatómico precisan de acompañamiento psicológico, así como una actuación y control médico para la instauración de tratamientos específicos.

Además, existe actualmente consenso científico en que la intervención ha de realizarse por equipos multidisciplinares especializados y, dadas las consecuencias irreversibles de las terapias hormonales y quirúrgicas, es absolutamente vital realizar un cuidadoso diagnóstico diferencial que solo es posible realizar por profesionales de salud cualificados.

La disforia de género en los niños es una condición compleja y asociada a intenso malestar, siendo por ello de suma importancia la detección precoz y el tratamiento integral, ya que con ello se mejora la calidad de vida, disminuye la comorbilidad mental y la propia disforia de género.

La infancia y la adolescencia son periodos críticos en la vida de una persona, tanto por los cambios físicos que se suceden, como por el desarrollo intelectual y conformación de su propia personalidad. Es un momento en que el sujeto no se reconoce a sí mismo en su cuerpo y la concepción del mundo y su entorno cambia de manera radical, lo que les lleva a sufrir una crisis de identidad. En este punto, deben integrar todos los cambios físicos, cognitivos, emocionales y sociales en un todo significativo, lo que dará lugar, en definitiva, al surgimiento de la propia personalidad de adulto.

Se comprende entonces que cualquier manipulación médica o psicológica sobre el desarrollo normal de la adolescencia, ha de tener consecuencias inevitables en la evolución natural de la propia persona. Estas actuaciones, en ocasiones, se realizan ya desde la infancia, cuando los niños comienzan a manifestar su posible discrepancia de género, los padres o tutores reclaman una intervención activa en el entorno social y educativo, con cambios en su vestimenta, cambio de nombre en el colegio y en el Registro Civil, etc. Parece natural querer evitar el sufrimiento de los niños y adolescentes.

El problema se complica si consideramos que, aunque la mayoría de las personas adultas transexuales refieren el inicio de la identidad cruzada en la infancia, solo el 15-20% niños/niñas con disforia persistirán en la edad adulta, es decir, en un porcentaje no desdeñable del 80-85% la disforia revertirá. Estos porcentajes llaman a la prudencia en las actuaciones.

El problema es acuciante, no solo por el aumento de la demanda que se está registrando en los últimos años de padres que consultan por una posible situación de disforia de género en sus hijos, sino por la situación de alegalidad de las Unidades de Transexualidad e Identidad de Género (UTIG) para la instauración de determinados tratamientos que, en casos seleccionados, consideran necesarios para el restablecimiento de la salud física y mental del niño.

Por otra parte, los propios progenitores o tutores del menor, al sentirse marginados en las instancias públicas, pueden sucumbir a la tentación de ponerse en manos de profesionales u organizaciones no suficientemente formados y acreditados para manejar casos tan complejos como los descritos. Todo ello puede dar lugar a una vulneración grave de los derechos del menor.

Es urgente, por lo tanto, la normalización de estas situaciones tanto desde el punto de vista médico como jurídico. Es necesario establecer unidades multidisciplinares de atención a menores con disforia de género acreditadas, que proporcionen tratamientos adecuados con un respaldo científico indiscutible, así como una normativa legal que provea, por una parte, de las garantías jurídicas a los profesionales que tratan estos casos, y por otra, de una garantía y tutela efectiva de los derechos del niño, que podrían verse afectados tanto por omisión como por acción incontrolada. Para ello creemos imprescindible una normativa nacional que ocupe el vacío actualmente existente y aúne la dispersión autonómica que se está produciendo en los últimos años, así como la creación de una Comisión Nacional de Expertos que se encargue, entre otras tareas, de la acreditación de los centros habilitados para el tratamiento de menores con disforia de género y del asesoramiento legal a las instancias jurídicas competentes, garantes de los derechos de los menores, al objeto de salvaguardar el interés superior del menor en cada caso concreto.

Actualmente, se está tramitando en el Parlamento el Proyecto de Ley de modificación del sistema de protección a la infancia y a la adolescencia, texto que debería incluir una referencia específica de estos casos, independientemente de la publicación de una Ley Integral de la Transexualidad, que reclaman, hace ya bastantes años, los colectivos de afectados.

Luis Montero Ezpondaburu es médico forense, especialista en Medicina Legal y miembro del Grupo de Trabajo de Disforia de Género en Menores que integra a profesionales de UTIG, especialistas en bioética, juristas y educadores.

Los gays paleolíticos salen de la caverna

grabado prehistórico

La libertad sexual llega a la prehistoria. Tras más de un siglo de mojigatería, una exposición en la cuna de la paleoantropología española, los yacimientos de Atapuerca, sacará del armario los indicios que sugieren que el sexo homosexual era habitual en el Paleolítico. Las pruebas parecen consistentes. Un grabado en una placa de piedra de la cueva francesa de La Marche muestra lo que parece una mujer dedicada a hacerle un cunnilingus a otra. En otra piedra caliza del abrigo rupestre de Laussel, en Dordoña, alguien talló hace unos 27.000 años a dos mujeres con las piernas entrelazadas, en la postura conocida como la tijera. Y en Gonnersdorf, un yacimiento alemán en la orilla del Rin, decenas de placas muestran parejas de mujeres. Una de ellas, de 12.000 años y bautizada las bailarinas, muestra dos hembras frotando sus pechos en actitud cariñosa. Y también hay un coito anal entre dos hombres en La Marche.

Sin embargo, el estudio de la prehistoria está sometido a un dogma desde el siglo XIX: la sexualidad de los mal llamados hombres y mujeres de las cavernas sólo estaba orientada a la reproducción. El lesbianismo y la homosexualidad masculina son tabú. El estudio de la prehistoria ha sido, en cierto modo, homófobo. “Apenas hay estudios y en los congresos no se habla de la sexualidad en el Paleolítico. Pero los primeros Homo sapiensque llegaron a Europa eran anatómica y cerebralmente iguales a nosotros, les gustaba lo mismo”, explica Marcos García Díez, coordinador de las cuevas prehistóricas de Cantabria para el Gobierno autonómico y uno de los comisarios de la exposición.

Hay coitos anales y escenas lésbicas en el arte rupestre europeo

La muestra, llamada Sexo en piedra, aireará el kamasutrapaleolítico: sexo con animales, tríos, consoladores, voyeurismo, masturbación, sexo oral. Y, por fin de manera abierta, relaciones homosexuales. “Podríamos hablar de una homofobia hasta ahora, pero no me atrevo a entrar ahí”, admite García Díez. “Si lo vinculamos a la etnografía, y miramos los grupos primitivos actuales, la homosexualidad existe, por supuesto. Y en el Paleolítico también existía, pero no se ha estudiado por una cuestión de mentalidad, porque llevamos siglos con la idea de la familia en la cabeza. Yo creo que dentro de 10 o 15 años se hablará de ello con naturalidad”, vaticina el prehistoriador.

La exposición abrirá sus puertas a finales de septiembre en la sede de la Fundación Atapuerca en Ibeas de Juarros (Burgos) y estará en marcha hasta enero de 2011. El padrino de la muestra es uno de los codirectores de los yacimientos burgaleses, Eudald Carbonell. “Me sorprende el silencio que rodea a la homosexualidad en el Paleolítico. Imagino que hay que atribuirlo a la cultura dominante, que es la judeocristiana”, opina.

A Eudald Carbonell le sorprende el silencio en torno a la homosexualidad

El paleoantropólogo acaba de publicar El sexo social (editorial Now Books), un libro en el que analiza el papel del sexo en la evolución del ser humano. “En los mamíferos y, en concreto, en los primates, se da la homosexualidad. Y nosotros hemos heredado toda la variabilidad del comportamiento sexual del género Homo“, expone Carbonell, director del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social. “No conozco ningún equipo científico en el mundo que trabaje de manera específica en la sexualidad en el Paleolítico. Y es muy extraño, porque el sexo es fundamental en el comportamiento del Homo sapiens“, lamenta.

Los dos comisarios de la exposición, García Díez y el urólogo Javier Angulo, del hospital Universitario de Getafe, escribieron un libro en 2005 con el mismo título que la muestra, Sexo en piedra. En sus páginas destacaba un bastón tallado hace 13.000 años en un asta de reno en la cueva francesa de Gorge d’Enfer. Posee una curiosa coronación: dos penes. Y hay muchas más piezas con morfología fálica en otros yacimientos franceses y cantábricos. Su función es un enigma. “Son todo hipótesis”, explica Angulo. En un artículo publicado en 2006 en la revista Actas urológicas españolas, ambos autores comentaban que “de ningún modo todos los bastones de mando pueden ser interpretados exclusivamente como soportes para la masturbación femenina o para la práctica de sexo anal pero, por el contrario, se debe aceptar que la forma de alguno de ellos permitiría su uso en este tipo de prácticas sexuales”.

El doble falo de Gorge d’Enfer mide 9,5 centímetros de ancho y 11,5 de alto, si se observa como si fuera una L. Si se confirmara que se utilizó como juguete sexual para dos mujeres, sería otra patada a la interpretación clásica y rancia de la sexualidad en el Paleolítico. Sin embargo, es imposible demostrarlo.

“Hablar de un doble dildo quizá sea rizar el rizo, aunque en el Museo Nacional de Prehistoria de Francia, en Dordoña, hay una colección de falos de entre 20 y 30 centímetros que sólo pudieron emplearse como decoración o como consolador”, interpreta Angulo.

Este médico especializado en prehistoria subraya que los arqueólogos son “demasiado descriptivos a veces”. Y pone un ejemplo muy ilustrativo: “Dicen que en un dibujo aparece un pene con una mano al lado y que salen rayas del glande. Y no interpretan nada más. Pues yo ahí veo una masturbación”.

Un observatorio vigilará la violencia por identidad y orientación sexual

Celebración de la aprobación de la ley catalana contra la homofobia el pasado 24 de octubre

Celebración de la aprobación de la ley catalana contra la homofobia el pasado 24 de octubre. / ALBERT GARCÍA

Los ministerios de Sanidad y de Interior han presentado esta mañana el Observatorio contra los Delitos por Orientación en Identidad Sexual, ya rebautizado como contra la LGTB-Fobia (LGTBcorresponde a lesbianas, gais, transexuales y bisexuales). La medida —similar a la que se tomó en su momento con la violencia de género— servirá para conocer al detalle una situación a la que el último informe sobre delitos de odio del Ministerio del Interior puso en cifras: de los 1.285 delitos de odio (ataques o agresiones por raza, identidad sexual, orientación sexual, sexo, país de origen, discapacidad), el 39,9% se cometieron por motivos de orientación (a gais, lesbianas y bisexuales) e identidad sexual (a transexuales). El 37% fue por racismo y xenofobia, el 15,5% contra discapacitados, el 4,9% contra creencias y prácticas religiosas, el 1,9% por antisemitismo, y el 0,9% por aporofobia (contra los pobres).

En el acto han participado el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez; la secretaria de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, Susana Camarero Benínez; el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska; el presidente del Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, y otros representantes de diferentes asociaciones y colectivos.

Los colectivos están muy preocupados por el aumento de estos ataques que perciben y que, además, en muchos casos se producen a jóvenes. Estos muchas veces asumen la igualdad legal con la social, y resultan agredidos cuando se manifiestan. El último caso fue elataque repetido a cuatro chicos en Madrid, la madrugada del 28 de abril.

Uno de los objetivos del observatorio, auspiciado por el colectivo Colegas, es que los agredidos denuncien. Según los datos de los representantes de Interior y Sanidad, solo acude a comisaría un 10% de los atacados. “El dar a conocer esta realidad, dar a conocer los delitos de odio y que se hable de ello ayuda a la gente y es construir sociedad”, ha dicho Grande-Marlaska. “Hago un llamamiento a que nadie se quede callado. Que todo el mundo denuncie porque eso es lo que necesitan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para actuar”, señaló el secretario de Estado de Seguridad. El observatorio contará con una web, stoplgtbfobia.org.

Pero el observatorio nace con una traba. La principal federación LGTB de España, la FELGTB, está fuera. “No tenemos conciencia de que haya nada detrás”, afirma su presidente, Jesús Generelo. La FELGTB no “entiende” a qué viene este anuncio, cuando ellos llevan un año trabajando precisamente con el Ministerio de Sanidad en un proyecto, Redes contra le Odio, que otro observatorio.

Al margen de la precipitación o interés electoralista de este anuncio, y de su posible duplicidad, la inquietud por la homofobia es clave en los colectivos. Por ejemplo, estuvo muy presente en el debate que con representantes de los seis partidos políticos con mayores opciones de obtener representación en la Comunidad y la ciudad de Madrid (PP, PSOE, IU, UPyD, Ciudadanos y Podemos) organizó el Colectivo de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales de Madrid (Cogam) el pasado lunes. De hecho, la reunión empezó con el mensaje de apoyo de Sofía Miranda (Ciudadanos) a los cuatro jóvenes agredidos. En él todos los representantes propusieron, al nivel de sus competencias, la elaboración de una ley contra la discriminación por orientación e identidad sexual, aunque esta “debería ser estatal”, dijo el representante de UPyD, Gabriel López, candidato a la Asamblea de Madrid.

Era la primera vez que a uno de estos debates —que Cogam intenta organizar periódicamente— acudía un representante del PP, Ángel Garrido, número dos en la lista para la Asamblea de Cristina Cifuentes. Garrido admitió que su partido “arrastra una losa de una actitud” respecto a los ciudadanos LGTB “que no ha sido la más adecuada”, e insistió en recalcar el perfil más abierto de Cifuentes y él. “Fue un error nuestro recurso al Constitucional” contra el matrimonio igualitario, dijo.

Ese tono llevó a los representantes del PSOE y de IU (Carla Antonelliy Julián Sánchez) a optar por “mirar el futuro” y no insistir en posturas del PP en el pasado, como su repetida oposición a que se elabore una ley integral para las personas transexuales, que incluya una discriminación laboral positiva, defendió Antonelli, y que el PP ha frenado en la Asamblea de Madrid esta legislatura varias veces.

Ninguno de los grupos apostó por un observatorio como el que se ha anunciado hoy, pero María Espinosa, de Podemos, sí que propuso que las Administraciones se implicaran en marcar la conmemoración del 17 de mayo —precisamente el Día Mundial contra la LGTB-fobia— y el 1 de diciembre, Día Mundial contra el Sida.

Otros puntos en que los seis representantes estuvieron de acuerdo fueron en que, bien recuperando la asignatura de Educación para la Ciudadanía que la última ley educativa, la del ministro José Ignacio Wert, quiere eliminar, o con otro sistema se enseñe desde pequeños a los niños que “hay familias con dos papás o dos mamás” —dijo la representante de Ciudadanos—, y coincidieron en que el ideario de un colegio no puede negarse a incluir esta cuestión, que afecta a los derechos humanos.

El Gobierno insta a las víctimas silenciosas de delitos de odio a que denuncien

Susana Camarero, secretaria de Estado de Servicios Sociales e Igualdad.

Susana Camarero, secretaria de Estado de Servicios Sociales e Igualdad.

Romper el muro del silencio es el objetivo de todos los colectivos que luchan contra la lacra de la violencia machista. Derrumbar los miedos de la mujer para que denuncie a su maltratador. Una situación homóloga a la que sufren las personas que por su raza, su orientación sexual o su religión son agredidos impunemente. Según los datos del Ministerio de Interior, en 2014 se contabilizaron 1.285 casos de los llamados delitos de odio. El Gobierno ha hecho un llamamiento hoy a estos colectivos agredidos a que den el paso y denuncien. “Que nadie se quede callado, que nadie tenga miedo”, ha apuntado Francisco Martínez, secretario de Estado de Seguridad.

Cuatro de cada diez casos fueron por la orientación sexual y el 37% por motivos racistas o xenófobos. “Hay que romper el desconocimiento y la desconfianza”, ha añadido Susana Camarero, secretaria de Estado de Servicios Sociales e Igualdad en la presentación del Observatorio Español contra la LGBTfobia.

Una iniciativa de la Confederación Española de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales (Colegas) que nació en enero y que cuenta con el apoyo de los ministerios de Sanidad e Interior. Este Observatorio, que espera contar con el apoyo del resto de las organizaciones que luchan contra la intolerancia, pretende mejorar la asistencia e información a víctimas LGBT de delitos de odio, sensibilizar a agentes sociales y fuerza de seguridad sobre la diversidad sexual y la gestión de este tipo de delitos de odio; mejorar la asistencia e información a víctimas lesbianas, gais, bisexuales y transexuales (LGBT); potenciar la denuncia y concienciar sobre los beneficios de acudir a una comisaría o un juzgado de guardia.

Además, pretende elaborar una guía de información sobre este tipo de delitos que afecta a todas las edades. Camarero ha recordado que el 25% de las víctimas tenía menos de 18 años. “Es un grupo de riesgo”, ha apuntado. La secretaria de Estado ha añadido que se está trabajando en los colegios y se está haciendo un análisis en las aulas del acoso homofóbico y la preparación de un protocolo de actuación.

Por otra parte, Camarero ha asegurado que las campañas de concienciación sobre violencia de género entre los más jóvenes “han aflorado” más casos de esta lacra entre las adolescentes. “Han ayudado a que denuncien y a sus familias a darse cuenta de que sus hijas o hermanas estaban siendo víctimas de violencia de género, a que haya más órdenes de protección y que más jóvenes que ejercían esa violencia estén pagando por ello”, ha afirmado la secretaria de Estado de Servicios Sociales e Igualdad.

Sexo, el gran olvidado del corazón

En una o dos semanas se puede retomar el sexo tras un infarto

En una o dos semanas se puede retomar el sexo tras un infarto. / CLINICAL TRIALS

“Debes aprender a vivir de nuevo”, recuerda Luís. “La vuelta a la vida normal es muy difícil porque al principio te asusta todo, no te atreves ni a caminar… y con el sexo sucede lo mismo. Tienes un miedo atroz a que cualquier cosa te pueda volver a provocar un infarto”. Sucedió hace cinco años, a sus 46, mientras jugaba a tenis con un amigo. Luís sufrió un ataque de corazón del que rápidamente fue tratado en el hospital y al que sobrevivió sin secuelas importantes. Hoy en día, de todos los miedos a los que se enfrentan los supervivientes de un infarto, uno es particularmente obviado por los cardiólogos: el sexo. “Yo no hablé nunca de este tema con mi médico. Ni él ni yo lo sacamos. Ahora visto en perspectiva, creo que hablarlo me habría ayudado”, afirma.

Su caso no es aislado. Héctor Bueno, cardiólogo del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, ha participado en un estudio con más de 3.500 infartados americanos y españoles que demuestra que el sexo es un tema tabú en las conversaciones entre médico y paciente. “Tenemos a los pacientes abandonados en este tema”, confiesa Bueno. “Les hablamos de la dieta, el ejercicio físico, las pastillas, los factores de riesgo como la tensión, el colesterol, la diabetes, el tabaco… pero ni una palabra de sexo. Y cuando sí se habla, muchas de las recomendaciones que dan los propios cardiólogos son erróneas. Y más cuando el paciente es una mujer”.

Los resultados de esta investigación, publicada en la prestigiosa revistaCirculation y realizada en infartados jóvenes (menores de 55 años), ponen sobre la mesa un importante problema de comunicación entre cardiólogo y paciente. Según este trabajo, en España solo un 13% de las mujeres y un 17% de los hombres reciben asesoramiento sobre cómo y cuándo reanudar su vida sexual al mes de haber sufrido un infarto. De estos, a más de la mitad, y especialmente a las mujeres (al 83% de ellas), se les recomiendan restricciones como tener “un sexo limitado, “un rol pasivo” o “el ritmo cardíaco bajo”. Bueno y sus colegas se echan las manos a la cabeza ante estos datos. “Estas sugerencias son ridículas y no tienen ninguna base científica. Solo pueden achacarse a un exceso de prudencia debido a la ignorancia”, denuncia por teléfono el cardiólogo. “Es nuestra obligación tranquilizar al paciente y aclararle que el riesgo de sufrir un infarto debido la actividad sexual es bajísimo”.

La vuelta al sexo

La sexóloga Miren Larrazabal, presidenta de la FESS (Federación Española de Sociedades de Sexología) asegura que los beneficios emocionales y físicos de reanudar la vida sexual son importantísimos. “La enfermedad te despersonaliza, te cosifica, te hace sentir un número y perder tu esencia de ser humano, por lo que tras una crisis de salud el sexo placentero no solo te sube la autoestima sino que te vuelve a conectar con la vida”, asegura la experta.

Gracias a los avances en el diagnóstico y el tratamiento de los problemas cardiovasculares cada vez son más las personas que sobreviven a un ataque de corazón y pueden reincorporarse en unas pocas semanas a su vida habitual. En lo que a sexo se refiere, “como recomendación promedia y siempre y cuando no haya complicaciones”, matiza Bueno, y según las directrices oficiales de las sociedades americanas y europeas de cardiología: en una semana o dos se puede retomar con seguridad, sin ninguna medida de prevención excepcional.

Pero no son pocos los pacientes que tras un año siguen sin atreverse a retomar las relaciones sexuales. Numerosos estudios revelan una correlación directa entre recibir el claro consejo del médico y el lanzarse a la piscina. Uno de ellos lo firmaba en el año 2012 Stacy Lindau, ginecóloga en la Universidad de Chicago y primera autora del trabajo en el que también ha participado Héctor Bueno. “Los pacientes tienen la confianza de que su médico es quien mejor conoce su corazón y valoran su permiso para reanudar su vida sexual”, explica Lindau.

Este estudio incluía el seguimiento al año de pacientes un poco más mayores de 55 años de edad y ponía de relevancia que al sexo no le pesan los años. “La edad por sí sola no determina si una persona es sexualmente activa o no, ni el valor que le da al sexo. Los pacientes deben ser aconsejados independientemente de su edad, género o si tienen o no pareja”, insiste Lindau. Además, en esta investigación los científicos descubrieron que un año tras el infarto, la supervivencia de aquellas personas que habían reanudado su vida sexual no era menor que la de aquellas que no volvían a mantener sexo. “Esta evidencia puede ayudar a disipar el miedo de los pacientes a sufrir un infarto durante el coito”, espera la ginecóloga.

Como subir escaleras

Como promedio y en general, el esfuerzo metabólico que requiere el acto sexual no es mucho mayor que el de subir un par de pisos por la escaleras, es decir unos 3 o 4 METS, y no varía de manera importante cuando se comparan diferentes posturas sexuales. “Los METS son las unidades que utilizamos para medir cuánto trabaja el corazón, y dependen de la tensión arterial y la frecuencia cardíaca”, explica Rut Andrea, cardióloga del Hospital Clínic de Barcelona. “En mi experiencia, sí que los pacientes me comentan a menudo los problemas que tienen en retomar su vida sexual, quizás no a la visita del mes, pero sí más tarde”, aclara en su despacho. “Más los hombres que las mujeres que, o lo llevan mejor o no lo explican”.

En el día a día, Andrea se encuentra que ,además del miedo, uno de los problemas recurrentes a los que se enfrentan los pacientes hombres es la disfunción eréctil. Según la cardióloga, “en la mayoría de casos la causa es psicológica y la situación mejora con el tiempo”. Otros son debidos al efecto secundario de los fármacos que deben tomar estos pacientes, sobre todo los betabloqueantes que son hipotensores. Y una tercera causa es la propia enfermedad vascular. “Si tienes dañadas las arterias que irrigan el corazón también puedes tener mala circulación de la zona abdominal hacia abajo, y eso causa disfunción eréctil”, explica Andrea.

Si la disfunción no remite con el tiempo y se achaca a una causa orgánica, Andrea deriva sus pacientes al urólogo. “Algunos de ellos, no aquellos que sufren dolor torácico con tan solo caminar, pueden beneficiarse del efecto del fármaco sildenafil, el famoso viagra”, explica la cardióloga. Pero es importante saber que dicho fármaco está contraindicado con otros como los nitratos (la también conocida cafinitrina) ya que juntos pueden producir una hipotensión arterial marcada y un síncope. “En urgencias vemos algunos casos de este tipo: hombres que tras tomar viagra y tener una relación sexual sufren dolor torácico, se agobian y toman nitroglicerina. Estos pacientes sufren una pérdida de conocimiento y un susto tremendo”, avisa Andrea.

Sobre los problemas sexuales de las mujeres se sabe menos. “En cardiología todo está menos investigado en mujeres porque se las incluye menos en los ensayos clínicos”, denuncia Andrea. El porqué de esta diferencia de conocimiento entre géneros Héctor Bueno lo achaca a los intereses de la industria que clásicamente ha investigado a los hombres porque tenía algo que ofrecer para la disfunción eréctil y nada o poco a los problemas de las mujeres. “Debemos prestar más atención a las necesidades de las pacientes, porque no sabemos si son las mismas que las de ellos”, explica Bueno. “Es muy triste que sean ellas las que reciban más restricciones cuando en realidad existe aún menos evidencia de que tengan que tener cuidado que los hombres”.

Además, el paciente no está solo, muchos de ellos y ellas tienen pareja, y numerosas investigaciones recogidas por las guías de lassociedades americanas y europeas de cardiología avisan de que, a menudo, “la preocupación de la pareja es incluso mayor que la del paciente y es importante que se la incluya cuando se aconseja sobre retomar la actividad sexual”.

Dolors las ha visto pasar de todos los colores y su marido, tras dos infartos y con cicatrices por todo el cuerpo, también. Cuando él superó el segundo ataque y todo fue volviendo a la normalidad, “él quería, pero yo pensaba en el sexo y me moría de miedo”, recuerda. Poco a poco, comprobando que no pasaba nada y con cuidado, como si volvieran a aprender a caminar, todo volvió a su cauce. Dolors y su marido sí recibieron en todo momento consejo de su cardiólogo sobre qué hacer y qué no. “Nos tocó un doctor muy humano que no tenía problema en hablar del tema. Me sentí muy apoyada en todo momento”, recuerda.

Para Bueno, está claro que lo importante es sobrevivir, pero también que la mayoría de pacientes “tenían una vida sexual activa antes del infarto y la quieren seguir teniendo después”, afirma. Los resultados del estudio, en el que también han participado la Sociedad Española de Cardiología y el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), han destapado que para muchos pacientes con infarto la vuelta al sexo aún no tiene un final feliz. “Es un tema que preocupa y asusta. Espero que esta investigación pueda servir para cambiar algo que es tan importante y a la vez tenemos tan descuidado”, concluye esperanzado Bueno.

En una o dos semanas se puede retomar el sexo tras un infarto

En una o dos semanas se puede retomar el sexo tras un infarto. / CLINICAL TRIALS