Las políticas LGTBI a examen, cuatro años después de la llegada de los “ayuntamientos del cambio”
Repasamos la acción de gobierno en el ámbito de la liberación sexual y de género en ciudades como Barcelona, Sabadell, Badalona o Ripollet. Las entidades LGTBI sitúan la capital catalana como el municipio que encabeza la acción política dirigida al colectivo. Las localidades con menos experiencia se organizan en la Xarxa de Municipis LGTB de Catalunya para compartir recursos y experiencias.
La entrada de los llamados ayuntamientos del cambio el 2015 contribuyó a apostar por el feminismo desde las instituciones. La perspectiva de género pasaba a ser un tema clave de la agenda política y, con esta, la defensa de los derechos de las personas con sexualidades y/o identidades de género disidentes, el conocido popularmente como colectivo LGTBI. Tan solo un año antes, el Parlamento de Catalunya había aprobado una norma pionera en esta materia, la Ley para garantizar los derechos de lesbianas, gays, bisexuales, transgéneros e intersexuales y para erradicar la homofobia, la bifobia y la transfobia, la 11/2014. Se abrían ventanas y balcones de los consistorios para hacer entrar la defensa de los derechos de este colectivo.
Cuatro años más tarde y a las puertas de las elecciones municipales de mayo, las concejalías de políticas LGTBI se han extendido sin parar. ¿Qué trabajo se ha hecho desde la órbita municipal en la defensa de la libertad sexual y de género?Hacemos un repaso por los ayuntamientos catalanes para conocer algunas de las acciones destinadas a esta comunidad.
Barcelona, epicentro del colectivo LGTBI
La capital catalana ha sido el epicentro histórico de las movilizaciones feministas y por la liberación sexual y de género en Catalunya. Y como es lógico, también ha sido el destino predilecto para personas LGTBI de fuera de la ciudad, donde, sin referentes ni red, vivir a los márgenes de la norma a menudo genera una mayor discriminación. “La primera manifestación LGBT en el Estado fue a Barcelona. Tenemos colectivos muy fuertes que, hasta ahora, estaban cubriendo necesidades que tenía que cubrir el Ayuntamiento”, explica la regidora de Feminismos y LGTB, Laura Pérez. Pérez pone el foco en la genealogía de la lucha feminista y por la liberación sexual y de género, sin la cual, dice, no se podría explicar porque Barcelona es un must a nivel internacional en el listado de ciudades que trabajan este ámbito, incluso en la órbita internacional.
Hace poco más de una semana se inauguró el Centre LGTBI de Barcelona, un equipamiento que quiere ser un punto de referencia en cuanto a información, recursos disponibles y actividades culturales. Pero si se ha hablado más de este, ha sido a causa de la agresión fascista que recibió el pasado domingo: “Con el ataque, se evidencia la necesidad del espacio”, dice Pérez. Se trata de una demanda histórica de las entidades, a pesar de que dentro del mismo tejido asociativo también existen críticas. El movimiento feminista de la ciudad, donde también se vertebran parte de las reivindicaciones del colectivo de lesbianas, denunció durante la concentración la sobrerepresentació de hombres que muchas veces arrastra la etiqueta LGTBI. “Son críticas muy internas y muy lícitas del movimiento. Desde la administración, intentamos no invisibilitzar. Hacemos memoria, recordamos las lesbianas de los 80, la asamblea MAMBO de los 2000. Pero nosotros no podemos decidir quién encabeza las entidades”, dice Pérez.
Además, la regidora asegura que desde el centro se podrán impulsar algunas iniciativas que, hoy por hoy, no están garantizadas por otros niveles administrativos, como por ejemplo el servicio de la Unitat Trànsit del CAP de Manso, un espacio de intervención socio sanitaria donde las personas trans pueden acceder a información sobre proceso de hormonación, intervenciones médicas y otros recursos no necesariamente sanitarios. Manso ha recibido muy buenas críticas por parte del colectivo, al contrario que la Unidad del Hospital Clínico: “Mientras en el Hospital Clínico todavía sigue tratando las personas trans como personas enfermas, el modelo de Trànsit evita la patologización”,defiende Pérez.
La regidora explica que el exconseller de Salud Toni Comín, actualmente en el exilio, compartía el modelo de Trànsit pero el contexto político “lo ha parado todo”. A pesar de no tener las competencias, defiende que la creación de equipamientos municipales puede compensar las carencias del modelo sanitario autonómico y estatal: “La coordinación con Manso, todavía la podemos hacer. Lo que no podemos hacer es tomar decisiones como dejar de diagnosticar disforia de género”, dice.
Una de las otras apuestas principales del consistorio ha sido el proyecto Carolinesa través de la agencia de Abordaje Integral del Trabajo Sexual (ABITS), fruto de un proceso participativo con prostitutas denominado Desde Dentro i la cordinación con la Fundació SURT. Durante este, las mujeres trans, un colectivo muy presente en el mundo del trabajo sexual, pusieron muchas necesidades específicas sobre la mesa y el Ayuntamiento respondió con recursos: “Para aquellas que querían salir del trabajo sexual, hacemos un acompañamiento. El paro entre las personas trans supera el 80%. Atendemos más de 300 mujeres trans que buscan trabajo y ahora estamos creando un programa llamado Translabora que se iniciará este abril”. En cuanto a las trabajadoras sexuales que quieren seguir ejerciendo como tales, el Ayuntamiento pone recursos sociosanitarios, laborales y económicos para que así sea: “Lo que no podemos hacer es negar una realidad o entrar en el debate de regulación o abolición. No podemos juzgar las decisiones de las mujeres, tenemos que pensar como mejorar sus condiciones”, defiende Pérez.
Otras herramientas disponibles en la ciudad son la Oficina por la No Discriminación, el órgano que gestiona las denuncias de agresiones que llegan al Ayuntamiento y que el 2018 atendió a 17 casos; así como el programa educativo Escuelas por la Igualdad y la Diversidad que llega hasta 3.000 alumnos, y el Consejo Municipal de Lesbianas, Gays, Transexuals, Bisexuales e Intersexuales, un órgano de representación más consultivo que no vinculante. Como retos, Pérez se fija trabajar por la no discriminación en el acceso a la vivienda y en el mundo laboral para personas LGTBI, y en especial el colectivo trans: “Encontramos muchas dificultades en el momento de firmar un contrato de alquiler. Tú puedes haber pasado por una vaginoplàstia, un cambio de sexo, tener un DNI donde conste que eres una mujer, y sufrir mucha discriminación por el hecho de ser una trans visible”, explica Pérez.
Ripollet, referencia en el Área Metropolitana
Ripollet (Vallès Occidental) es uno de los otros municipios a poner en el mapa. Junto con Barcelona, fue la primera localidad del estado en contar en este mandato con una concejalía de políticas LGTB bajo las órdenes de Fran Sánchez, también miembro del Front d’Alliberament Gai de Catalunya (FAGC). “El antiguo equipo de Gobierno ni siquiera había hecho la política más simbólica. No se había hecho prácticamente nada”, explica el regidor de Decidim Ripollet.
En esta línea, el municipio fue el tercero de Catalunya en dedicar un monumento a los activistas LGTBI después de Barcelona y Sitges: “Hace dos años que lo tenemos y no tiene ni una sola pintada. No quiere decir que no exista lgbtifòbia, pero otros municipios próximos en el nuestro, como Cerdanyola del Vallès o Montcada i Reixac, han tenido muchos más problemas. Hay mucho apoyo por parte de la población”, explica Sánchez. Tal como dice el regidor, el Centro LGTBI de Barcelona no es el único que ha sufrido ataques lgtbfòbics en Catalunya. Lo saben bien en Montcada, donde el tejido asociativo de la localidad denuncia que el mural del Espai Jove Can Tauler, el equipamiento juvenil de la ciudad, ha sido atacado hasta tres veces durante el último año y medio por tener un mural por “la liberación sexual, afectivo y de género”.
Los municipios hacen red por el colectivo LGTBI
Como Ripollet, la mayoría de municipios catalanes no contaban con recursos previos a la existencia de la Ley catalana contra la LGTBIfòbia, la 11/2014. Para paliar el aislamiento local y compartir experiencias, los consistorios con más voluntad para trabajar en este ámbito crearon la Xarxa de Municipis LGBT de Catalunya (Red de Municipios LGBT de Catalunya).
Sabadell es la localidad donde se encontraron por primera vez todos los miembros de la Xarxa y una de las impulsoras de la iniciativa. “Somos municipios que no habíamos hecho nunca políticas LGTB. Nos tenemos que coordinar, replicar cosas de aquellos donde funcionan las iniciativas”, explica la regidora de Derechos Civiles y de Género, Míriam Ferràndiz. La miembro de la Crida per Sabadell explica como en la localidad se acaba de aprobar el plan de Igualdad de Género y LGTBI 2017-2020, un trabajo conjunto entre técnicos, grupos políticos, tejido social y abierto a la ciudadanía, que tendrá que afrontar su implementación definitiva después de las elecciones del próximo 26 de mayo. Ferràndiz destaca el aumento de recursos destinados al colectivo LGTBI y la transversalidad entre concejalías para incluir esta perspectiva, pero el camino que queda para recorrer todavía es largo. La regidora hace hincapié en la importancia del trabajo interno con la administración: “Hemos empezado a hacer cápsulas formativas, un itinerario de formación municipal sobre género y diversidad sexual, teórico y práctico, para mejorar la atención al público y cubrir lo más básico”, explica.
En la Xarxa, no sólo hay candidaturas del cambio, sino que gobiernos municipales socialistas de peso también tienen representación. Son ejemplos los casos de Gavà, Sant Boi de Llobregat y Santa Coloma de Gramanet, localidad que acogió el último encuentro de este espacio. Las tres alcaldesas socialistas –Raquel Sánchez, Lluïsa Moret y Núria Parlon respectivamente- son tres nombres propios de la acción en materia de género del PSC. A modo de ejemplo, sus localidades son de las más activas en la Red de Municipios Libres de Trata de mujeres, un organismo que trabaja por la abolición del trabajo sexual y una apuesta importante del socialismo catalán en el ámbito de la prostitución, a las antípodas de lo que plantea el gobierno de Barcelona en común.
En esta línea, otro de los polos municipales en materia LGTBI en territorio catalán se encuentra en la comarca de Osona, donde los ayuntamientos de Vic, Manlleu, Torelló y la Mancomunitat de la Plana formada por 12 pequeños municipios, han elaborado un plan comarcal por la igualdad por razón de orientación sexual e identidad de género llamado “Osona, una comarca con todos los colores”. Se trata de un proceso que se inició el 2016 con una diagnosis sobre la cuestión, coordinado por el sociólogo especializado en género Gerard Coll desde la Universidad de Vic, uno de los estudiosos de referencia académica en materia de políticas LGTBI.
Deberes pendientes para pasado mayo
En la otra cara de la moneda, también hay los ayuntamientos que no han tenido la oportunidad de avanzar especialmente en este ámbito. Es el caso de Badalona, donde el gobierno de Guanyem Badalona en Comú, ERC e ICV-EUiA se vio interrumpido por la moción de censura impulsada por el socialista Álex Pastor, actual alcalde de la ciudad. La exalcaldessa Dolors Sabater explica a Públic que una de las principales apuestas del anterior gobierno era, precisamente, introducir la perspectiva feminista y LGTBI en el Ayuntamiento. Pero, dice Sabater, la dificultad era mayor: “Cualquier gobierno de cambio, de municipalismo transformador, tenía muchas cosas a cambiar. Pero se tiene que entender que nosotros entrábamos después de cuatro años de PP”. Explica la actual regidora que el anterior gobierno de Xavier Garcia Albiol reducía la acción LGTB dentro de un departamento de la concejalía de Cultura, mientras que los servicios de atención por violencia machista se limitaban a los ofrecidos por la Guardia Urbana.
Con la intención de apostar por el desarrollo de políticas con perspectiva feminista, el gobierno de Sabater centralizó estas competencias en la alcaldía, por lo que ella era la máxima responsable: “Hicimos una diagnosis y establecimos el primer Plan de Igualdad para la diversidad afectiva, sexual y de género. Solo quedaba impulsar el despliegue del plan, aprobarlo en el pleno y hacer la presentación oficial”; un informe elaborado por la Fundació Surt y la consultora de género Míriam Solà, referentes en políticas públicas feministas y LGTBI en territorio catalán.
Sabater denuncia que el nuevo gobierno socialista no está dando continuidad al plan: “Creo que están teniendo un colapso con ellos mismos. Salieron adelante una moción que interrumpía los cuatro años del gobierno del cambio y este movimiento ha representado el freno de todo lo que estábamos llevando a cabodesde Guanyem Badalona en Comú”. Aun así, Sabater celebra la creación de Tornem-hi!, la plataforma LGTBIQ+ badalonina: “Había mucha gente invisibilitzada o no organizada porque no había red. Y los que se articulaban a Barcelona volvieron a la ciudad”.
Las elecciones municipales del 26 de mayo llegarán con una política por la liberación sexual y de género consolidada en Catalunya, a pesar de que entidades y técnicos consultados para hacer este reportaje todavía denuncian la falta de voluntad para que esta cuestión suba en la lista de prioridades. Los gobiernos de las siguientes legislaturas tendrán que afrontar varios retos que se van planteando con la práctica: Sirve la categoría “LGTBI” para todos los colectivos? Más allá de los murales y los días señalados, como se puede llegar a mejorar las vidas de la comunidad? Cuáles son las cuestiones más urgentes para acabar con la LGTBIfòbia?