Detectados 158 nuevos casos de VIH en 2016, la mitad con diagnóstico tardío

La cifra de contagios es similar respecto al año anterior, y sigue preocupando el tiempo transcurrido hasta su detección, clave para la aplicación del tratamiento médico. El 64% superan los 40 años, pero hay menores de 25. «Algo falla entre la información y la acción», opinan.

 

CONSULTA ON LINE

Osakidetza ha creado una consulta on line dirigida a hombres que tienen sexo con hombres. Permite plantear cuestiones de forma anónima y se recibe asesoría.

 

El VIH es una enfermedad que se ha cronificado, pero no se ha erradicado. Insistir para volver a insistir en la prevención y en la importancia del diagnóstico precoz sigue siendo clave. El pasado año, en la CAV, se identificaron 158 nuevos casos, y más de la mitad (52,2%) presentaron un diagnóstico tardío. Esto supone un contagio cada dos días. Al menos los detectados. Las cifras son similares a las que dejó 2015.

El departamento de Salud de Lakua, junto a las asociaciones Euskalsida y Harribeltza, desgranaron ayer los datos que se desprenden del Plan del Sida e Infecciones de Transmisión Sexual del último ejercicio.

El consejero Jon Darpón incidió en el valor de los test rápidos que se ofrecen en 50 farmacias, porque ese resultado a tiempo será decisivo en el resto del proceso. El pasado año se realizaron 2.775 pruebas, de las que 27 dieron positivo. En ese caso, de inmediato se deriva a Osakidetza, donde se pone en marcha el tratamiento. «Si se detecta el virus y si se toma el tratamiento ya no se desarrolla; y no solo eso, sino que tampoco se transmite», recordó Antonio Arraiza, coordinador del Plan del Sida.

El sexo entre hombres se mantiene como la principal vía de contagio de VIH (44,3%,) aunque le sigue de cerca la vía heterosexual (42,4%). No obstante, es la primera la que muestra una tendencia al alza y así seguirá siendo, en opinión de Darpón.

Sobre la edad de las personas contagiadas alertó Marta Pastor, presidenta de Euskalsida. Dos tercios tienen más de 40 años, pero, en su opinión, «sorprenden» los casos en menores de 25 años, a quienes se les presupone un mayor acceso a la información. «Nos cuesta entender que de la información a la acción hay muchas cosas que fallan», añadió. El consejero admitió que «existen más variables que la falta de información».

Respecto a la inversión en retrovirales, el año pasado fueron atendidos 5.661 pacientes, lo que supuso en Osakidetza un gasto de 36,1 millones de euros.

Contra el estigma, la importancia de un cambio en el nombre

Desde Euskalsida, su presidenta Marta Pastor agregó un cuarto objetivo a los citados por el consejero de Salud: acabar con el estigma y la discriminación que sufren las personas portadoras del virus.

Según explicó, hoy día hay en el mundo 84 países que vetan la entrada a estas personas, pero también en el propio Estado español ocurren discriminaciones. «Hay leyes que excluyen a personas seropositivas para poder opositar», dijo, citando las OPE en cuerpos policiales o bombero.

Adelantó que están en contacto con los grupos políticos para llevar al Parlamento de la CAV la necesidad de que la legislación estatal cambie la calificación del sida como enfermedad «infecto contagiosa» por «infecto transmisible» para que de esta manera las personas con VIH puedan opositar. Se trata de tejer una posición fuerte en Gasteiz de cara al debate que se haga en el Congreso de Madrid.O.L.

«Sigue habiendo sectores homófobos y parece que están rabiosos»

 

Imanol Álvarez (EHGAM) ha puesto en valor en Info7 irratia lo avanzado durante estas décadas en el ámbito de la diversidad sexual y su aceptación, cree que «es digno de ser celebrado». Sin embargo, ha alertado que «falta mucho» todavía y que «hay sextores de la sociedad que siguen siendo homófobos» y que, además, «parece que están rabiosos porque su realidad circundante no es tal como lo era antes» y por ello ha denunciado el aumento de ataques homófobos.

Preguntado sobre el tema, se ha mostrado algo preocupado con la mercantilización de algunas iniciativas. Tras recordar que «aquí siempre ha sido típico lo de ‘jaia eta borroka’» y afirmar que debe seguir siendo así, cree que «el problema surge cuando se mezclan las cosas y una oculta la otra», ha denunciado los casos en los que «la fiesta oculta toda reivindicación y se mercantiliza de tal manera que a veces resulta vergonzoso».

Como cada año, EHGAM ha otorgado sus premios positivo y negativo, el ‘triángulo de oro’ y la ‘alpargata de trapo’. El tirón de orejas ha sido para la campaña tránsfoba de ‘Hazte Oir’ y el aplauso para la iniciativa primera de Chrysallis. La portavoz de este colectivo, Bea Sever, ha agradecido el premio. Preguntada sobre los avances a destacar, ha recordado la aprobación por parte del Gobierno de Nafarroa de la Ley de Igualdad Social LGTBI+ y ha mostrado su deseo de que esta regulación se exitienda, también, a la CAV.

La lucha por los derechos sexuales y de género sale hoy a las calles

Movilizaciones en las calles, declaraciones institucionales y actos de otra naturaleza se sucederán hoy en Euskal Herria, como en el resto del mundo, en el Día Internacional del Orgullo LGTBI, donde la lucha por los derechos sexuales y de género estará más presente que nunca a pesar de los intentos por mercantilizarla. Han sido convocadas manifestaciones en las cuatro capitales del sur del país para esta tarde mientras la marcha de Biarritz será el sábado.

La reivindicación de la diversidad sexual y la denuncia de toda expresión de homofobia estará hoy presente en numerosos actos y movilizaciones convocadas en Hego Euskal Herria. Distintas organizaciones advierten del intento del neoliberalismo por tratar de condicionar los resultados de años de lucha, visibilizando a una parte del colectivo y invisibilizando a otro.

En Bilbo, por ejemplo, la Coordinadora 28J se posiciona en contra de «estrategias institucionales y mercantiles», en relación del Bilbao Pride del pasado fin de semana. Reivindican la lucha contra «un sistema capitalista que sigue aplastándonos». «Somos diversos y vivimos experiencias muy diferentes, pero luchamos juntos y para beneficio de todos», proclaman.

La cita en el Botxo es, a las 19.30, en la plaza Elíptica, a la misma hora que la convocada en Donostia, en el Boulevard. La movilización de Gasteiz partirá, a las 20.00, desde la plaza de la Virgen Blanca. En Iruñea será, a las 19.00, desde la vieja estación de autobuses

La capital navarra cuenta desde ayer a la tarde con un centro en el Casco Viejo, en la calle San Gregorio número 28, promovido por el Ayuntamiento, en el que se informará, atenderá y apoyará a personas lesbianas, bisexuales, transgénero e intersexuales, así como a profesionales y colectivos interesados.

En Harrotu Centro LGTBI trabajarán tres profesionales que ofrecerán atención presencial, telemática y telefónica para informar, atender, apoyar, sensibilizar y generar espacios de encuentro y reflexión.

 

Autor de una agresión homófoba en Bilbo acepta su condena

El juicio que se iba a desarrollar ayer en un juzgado de Bilbo contra una persona acusada de haber golpeado en un ojo a un trabajador de su empresa por su condición sexual, al que despidió después de reincorporarse a su puesto de trabajo tras la baja, no llegó a celebrarse al aceptar su condena, asumiendo su responsabilidad civil y el año de alejamiento dictado. Acusación y Fiscalía pedían penas de cárcel.

La víctima tuvo que ser operada hace un año por las lesiones sufridas y al retornar tras la baja a la empresa, que da servicio a la administración pública, recibió la carta de despido.

El agredido, afiliado al sindicato LAB, estuvo arropado por integrantes de la central, que se concentraron ante la sede judicial para denunciar los hechos. Urtzi Ostolozaga advirtió que este tipo de agresiones son sistemáticas en los centros de trabajo, incidiendo en que las sucesivas reformas laborales han colaborado a que se sucedan estos delitos de odio. A.G.

Luces y colores para reivindicar los derechos del colectivo LGBT

Aunque la mayor parte de las celebraciones se reparten entre el pasado fin de semana y, sobre todo, el próximo, ayer fue el día exacto que conmemora los disturbios de Stonewall de 1969, que marcaron el inicio del movimiento de liberación homosexual.

El colectivo LGBTIQ+ utiliza los colores para hacer llevar sus reivindicaciones al gran público, valiéndose de un ambiente festivo y dejando atrás tiempos peores. Sin embargo, todavía quedan pasos que dar y por eso, cada 28 de junio, sale a la calle. Tomando de ejemplo sus colores, los ayuntamientos de Bilbo y Donostia se iluminaron ayer para mostrar su apoyo.

En Bilbo lanzaron la campaña “Somos. Amamos. ¡Y con orgullo!” para «volver a reivindicar la diversidad y la tolerancia cero ante la homofobia y la transfobia», mientras que en Donostia los autobuses de linea llevaron una bandera arcoíris, la misma que colgaron en el consistorio y que, recordaron, está pintada en una acera junto al centro Carlos Santamaría de la UPV-EHU.

En Gasteiz, todos los partidos municipales recordaron que «la orientación afectiva-sexual y la identidad de género siguen siendo objeto de persecución legal en muchos países» y citaron informes que señalan que «la homosexualidad está perseguida en 72 estados, y castigada con pena de muerte en 13 de ellos».

Por ello, reivindicaron 2017 como el año de «reconocimiento de los derechos humanos de las personas LGBT en el mundo». EH Bildu, Podemos e Irabazi colgaron en sus balcones de la casa consistorial la bandera multicolor, pues pese al consenso en la declaración institucional, el Gobierno municipal (PNV-PSE) no autorizó la colocación de la enseña en la fachada.

En Iruñea, los representantes de todos los grupos participaron en una concentración y en la colocación de la bandera en el ayuntamiento. También leyeron una declaración aprobada el pasado 19 de junio en la que se comprometen «a trabajar para ser una institución ejemplar en la lucha por la igualdad de derechos y la no discriminación por razón de orientación sexual y de identidad sexual o de género».

Aplausos para Chrysallis

Por otra parte, el colectivo EHGAM ha concedido este año el premio Triángulo de Oro a la asociación de familias de menores en situación de transexualidad Chrysallis por su campaña en favor de los derechos de los niños y niñas transexuales que lleva por lema “Hay niñas con pene y niños con vulva”. Como contrapartida, castigaron a la organización ultracatólica HazteOir con la mención Alpargata de Trapo.

Les Bascos fija una doble cita con la igualdad en Biarritz y Baiona

El colectivo LGBT Les Bascos organizará, el próximo sábado, la Marcha del Orgullo, en la que será la decimoséptima edición de esa iniciativa en favor de la igualdad. Tras la movilización que recorrerá las calles de Biarritz a partir de las 16.00 horas, habrá oportunidad de continuar con la fiesta reivindicativa, desde las 20.00 y hasta la madrugada en la Casa de las Asociaciones ( Glain ) en Baiona.

Cara a esa doble cita, que tiene por lema ˝La exclusión para nadie, la igualdad para todos”, representantes de Les Bascos remarcaron, ayer, en rueda de prensa algunos de los retos presentes. Citaron la persistente homofobia, en todos los ámbitos, con mención especial al riesgo añadido que viven las personas LGBT migrantes o las que residen en países en los que su identidad sexual es ilegal.

Por ello, emplazaron al nuevo gobierno galo a liderar la batalla por la despenalizacion universal de la homosexualidad. M.U.

Chrysallis recibe el Triángulo de Oro de EHGAM por la campaña en favor de niños transexuales

El colectivo vasco de homosexuales EHGAM ha concedido este año el premio Triángulo de Oro a la asociación de familias de menores en situación de transexualidad Chrysallis Euskal Herria por su «valiente» campaña en favor de los derechos de los niños y niñas transexuales «Hay niñas con pene y niños con vulva».

Campaña de Chrisallys.

La campaña de Chrysallis consistía en un cartel con un dibujo de cuatro niños -dos de ellos transexuales- desnudos, corriendo y sonriendo. Esta imagen, obra del ilustrador Kepa de Orbe, se colocó en las marquesinas de autobuses de las Bilbo, Donostia, Gasteiz, Iruñea y en el metro del 10 al 16 del pasado mes de enero.

El colectivo EHGAM, que concede anualmente el galardón Triángulo de Oro a las personas o entidades que consideran han estado en su misma lucha a favor del reconocimiento y la aceptación de la diversidad, ha valorado la campaña en tanto que «hacía claramente reflexionar sobre un hecho real», según ha afirmado uno de los fundadores y portavoz del movimiento EHGAM Imanol Álvarez.

Por contra, EHGAM ha «castigado» con la mención Alpargata de Trapo a la organización ultracatólica HazteOir por «propagar un discurso de odio hacia los niños y niñas transexuales, pretendiendo incluso negar su existencia».

HazteOir impulsó una campaña contra la transexualidad con un autobús que recorrió distintos puntos del Estado español con lemas como «Los niños tienen pene», «Las niñas tienen vulva», «Que no te engañen», «Si naces hombre, eres hombre» o «Si eres mujer, seguirás siéndolo» o «Dejad a los niños en paz».

En este sentido, Álvarez ha considerado «penoso que hoy en día se pueda hacer apología del odio» y ha calificado de «especialmente grave» la campaña llevada a cabo por HazteOir, dada la «tenacidad y violencia» demostrada.

La reivindicación de la diversidad, en las calles y en las instituciones

Las instituciones vascas se han sumado a las reivindicaciones del colectivo LGTBI en apoyo a la diversidad y han mostrado su repulsa a todo tipo de agresiones y discriminaciones contra las personas lesbianas, gais, transexuales, bisexuales e intersexuales. Ya por la tarde, las cuatro capitales de Hego Euskal Herria han acogido movilizaciones por la libertad y la diversidad.

Manifestación en Iruñea. (Iñigo URIZ/ARGAZKI PRESS

Bilbo, Donostia, Gasteiz e Iruñea han acogido durante la tarde movilizaciones en defensa de la libertad y en favor de la diversidad con motivo de esta jornada.

A lo largo de la jornada, el Gobierno de Lakua, el Parlamento de Gasteiz, diputaciones, cámaras forales y diferentes ayuntamientos han aprobado distintas declaraciones institucionales y han protagonizado actos con motivo de la celebración del Día del Orgullo.

El Ejecutivo de Lakua, a través del servicio público Berdindu!, ha celebrado que «tras años de lucha, el colectivo LGTBI es más visible, cada vez hay más armarios rotos y lo que es más importante, cada vez se construyen menos».

Ha lamentado que se siga teniendo que hablar de la discriminación que sufre este colectivo y ha puesto como ejemplo los campos de concentración en Chechenia y otros conflictos más cercanos, en los que «la visibilización del lesbianismo ha tenido como respuesta la expulsión de una cafetería o la agresión que sufrió una pareja de chicas».

El Parlamento de Gasteiz ha colocado en su fachada la bandera arco iris y ha recordado que este 28 de junio se conmemoran en todo el mundo las revueltas de Stonewall en el Greenwich Village de Nueva York en 1969, acontecimiento que supuso el nacimiento del movimiento de liberación LGBTI.

También las Juntas Generales de Araba han denunciado que, a pesar del reconocimiento de los derechos de estos colectivos, «todavía se escuchan discursos de odio y discriminatorios contra la orientación sexual y la identidad de género».

Por ello, han rechazado «los actos de discriminación y violencia» y, en particular, «los recientemente ocurridos en Murcia, donde se produjo un ataque intolerante contra la ‘Marcha del Orgullo’, en Valladolid, donde se agredió a una pareja gay, en Madrid y en la propia ciudad de Vitoria en las últimas semanas».

También en Gasteiz, su Ayuntamiento ha lamentado que la orientación afectiva-sexual sigue siendo «objeto de persecución legal en muchos países» y ha reivindicado 2017 como el año de «reconocimiento de los derechos humanos de las personas LGTBI en el mundo».

Además, EH Bildu, Podemos e Irabazi, han colgado de los balcones de la casa consistorial varias banderas que representan al colectivo LGTBI para denunciar que el Gobierno municipal (PNV-PSE) no ha autorizado la colocación de esta enseña en la fachada «por normativa interna».

En Iruñea, el Ayuntamiento se ha sumado a la jornada reivindicativa con una concentración en la que han participado representantes de todos los grupos municipales y la colocación de la bandera arcoiris en la fachada de la Casa Consistorial.

En esta concentración, que ha tenido lugar a mediodía a la Plaza Consistorial, la concejala de Igualdad y LGTBI, Laura Berro, en castellano, y la presidenta de la Comisión de Asuntos Ciudadano, Esther Cremaes, en euskera, han leído la declaración institucional aprobada el pasado 19 de junio en la Comisión de Asuntos Ciudadanos.

El texto recoge que el Ayuntamiento de Iruñea se suma a la celebración del Día del Orgullo LGTBI y se compromete «a trabajar para ser una institución ejemplar en la lucha por la igualdad de derechos y la no discriminación por razón de orientación sexual y de identidad sexual o de género y para ello impulsará las acciones necesarias encaminadas a combatir estas situaciones de discriminación».

Además, se solidariza «con todas las personas agredidas, menospreciadas o discriminadas de una u otra manera por su condición sexual o su identidad de género» y rechaza «todas las acciones sociales y políticas que van en contra de la igualdad real y efectiva».

En la concentración han tomado parte, entre otros, el alcalde de Iruñea, Joseba Asirón, la presidenta del Parlamento navarro, Ainhoa Aznárez, y representantes de todos los grupos municipales.

Las Juntas Generales de Bizkaia han mostrado su disposición a continuar trabajando para «ser parte activa de la lucha contra la discriminación» y en favor de «la visibilización» del colectivo de lesbianas, gais, transexuales, bisexuales e intersexuales.

Además, han animado a la población a «participar en cualquier acto de repulsa» contra ese tipo de ataques y criminalizaciones y se han ofrecido como «parte activa del movimiento LGTBI» para que su lucha «sea más visible».

La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Bilbo ha decidido adherirse al manifiesto de Gobierno de Lakua en el que anima a los ciudadanos a denunciar las violaciones de derechos y los «discursos de odio» contra el colectivo LGTBI, y reafirma su compromiso en la defensa de la diversidad.

Tambien las instituciones guipuzcoanas también se han manifestado en defensa del colectivo LGTBI.

Así, la Diputación de Gipuzkoa ha renovado su compromiso con el colectivo LGTBIQ+ en un sencillo acto en el que han tomado la palabra varios dirigentes forales para leer una declaración institucional.

En este texto, la institución foral ha reiterado su apuesta por el desarrollo de políticas institucionales destinadas a «proteger y potenciar los derechos humanos» de este colectivo y se ha comprometido a lanzar un Plan de Convivencia en la Diversidad.

Protocolo

Además de todos estos actos institucionales, la asociación Transbollomarika Sarea ha presentado un protocolo de actuación en caso de agresiones contra personas del colectivo LGTBI, en el que anima a denunciar y a ponerse en contacto con su red para conseguir apoyo.

EL GÉNERO NO ENTIENDE DE EDAD

La figura de un hombre maduro que se afirma como mujer transexual, y a veces además lesbiana, cuestiona muchas normas establecidas, produciendo a menudo rechazo e incomprensión. El imaginario colectivo carece de referentes positivos, sobre todo en el caso de las personas que transitan ese camino siendo ya adultas.

Yo era más hombre que muchos de los hombres que andan por la calle. Un verdadero macho que sabía imponerse, con un cuerpo digno de un culturista y los brazos tatuados. Jamás me sentí atraída por los chicos. Siempre me han gustado únicamente las mujeres». Zenia tenía 5 años cuando por primera vez le pusieron una falda. Alguien trajo ropa para su hermana pequeña y ella sirvió de modelo. Lo pasó en grande. No entendía por qué tuvo que quitarse la falda antes de que su padre volviera del trabajo, pero comprendió que solo a escondidas podría sentirse otra vez feliz.

Zenia creció en un barrio en el que las disputas se resolvían a menudo a golpes. Tenía que saber defender su terreno. Pero la lucha más difícil fue la que llevaba dentro, contra la mujer interior que no quería irse. Se enamoró a los 18 años. Pensó que todo iba a ser «normal», pero la mujer que tenía dentro volvió a la carga. Decidió presentársela a su novia y poco a poco la incorporaron a la vida de pareja.

De cara a la sociedad ella era Álex, conductor de excavadoras. En casa surgía Zenia, vestida con sus prendas de chica. «Yo me sentía muy bien con esa ropa. Pero el mundo exterior te manda otro mensaje. Te hace pensar que es algo malo y finalmente dudas de ti misma», explica.

«Muchas mujeres transexuales adultas viven todavía como hombres de cara a la sociedad –explica Rosa M. Almirall, ginecóloga y cofundadora de Trànsit, un servicio que se creó en Barcelona en el 2013 para asistir a las personas transexuales–. En su adolescencia ni se planteaban que algún día podrían vivir de acuerdo con su verdadero género. Asociaban la transexualidad a la marginación, la prostitución o la enfermedad. Estas mujeres han hecho todo un desarrollo profesional y familiar asumiendo el papel masculino. Pero en su intimidad, buscan momentos que les permitan expresar su feminidad y durante años conviven con los dos roles, hasta que llega un momento en que la necesidad de afirmarse es imparable».

Zenia: «Una voz me dijo ‘¡Mátate!’». En Zenia, esta doble vida desató una espiral de sentimientos muy contradictorios. El bienestar que le procuraba la ropa femenina se entremezclaba con una sensación de culpa: «Intenté hacerme aún más machote. Me tatué los brazos y me dejé perilla. Quería asegurarme de que cuando me pusiera un vestido vería que no cuadraba con mi cuerpo. Que yo era todo un hombre y debía quedarme con eso y seguir tirando».

Un día, mientras conducía la excavadora, se oyó decir a sí misma: «¡Mátate!». Fue el detonante y entendió que tenía que hacer algo. La psicóloga le recetó pastillas contra la depresión. Dos años más tarde, Zenia seguía sin entender lo que le pasaba y, aunque oyó hablar de mujeres transexuales, no se identificaba con ellas. A ella le gustaban las chicas. Un artículo en internet le abrió los ojos: «Por primera vez leí que una mujer transexual puede también ser lesbiana. ¡Finalmente las cosas encajaban!». El sentimiento de culpa iba desapareciendo y Zenia empezó a disfrutar realmente de su feminidad. A veces iba a casa de su amiga Yolanda, con ropa femenina en una bolsa. «Me cambiaba allí y pasábamos el tiempo charlando. La primera vez que le expliqué lo que me pasaba se levantó y me trajo ropa suya».

Cuando sufrió un accidente laboral, se dijo que había llegado el momento de las decisiones. Tomó un mes para reflexionar sobre su vida y se fue a una ciudad donde nadie la conocía. «Por la noche, vestida de mujer, paseaba por las calles para ver cómo me sentía –explica–. Y entendí que no podía fingir más ser un hombre». De vuelta a Barcelona descubrió EnFeme, un espacio privado donde personas como ella pueden expresar su género sin sentirse juzgadas. Allí también conoció a Soraya, una psicoterapeuta que le ayudó a tomar confianza en sí misma. Poco después Zenia empezó el tratamiento hormonal.

El primer golpe vino desde la Unidad de Trastorno de Identidad de Género (UTIG), donde acudió porque quería seguir su tratamiento bajo el control de un endocrinólogo. Necesitaba también un informe de un psicólogo para poder cambiar su DNI. «Después de quince minutos de entrevista, la psicóloga me diagnosticó como travesti-fetichista, solo porque le dije que tenía novia. Me negó todo lo que le pedía. Yo ya sabía muy bien quién era pero, incluso así, salí a la calle muy afectada».

El largo y duro camino legal. La experiencia de Zenia no es algo aislado, es una situación que los colectivos transexuales denuncian desde hace tiempo. Incluso aunque desde el 2007 las personas trans pueden cambiar su DNI en el Estado español sin necesidad de operarse, la ley mantiene un procedimiento psiquiátrico y psicológico obligatorio para otras etapas de la transición. Para poder cambiar el carnet de identidad, acceder a las hormonas o someterse a una operación es necesario obtener un diagnóstico de disforia de género. Según los colectivos transexuales, para elaborar esta diagnosis se usan criterios muy rígidos que definen de antemano un ideal transexual y la realidad de trans, dicen, es tan diversa como la de cualquier otro grupo humano.

«Hay un abanico de posibilidades de cómo puedes ser, desde un hombre supermacho hasta una mujer superfemenina –explica Zenia–. ¿Por qué yo tengo que elegir entre los dos extremos? A mí me apetece quedarme en una de las escalas intermedias. Me gustan las chicas y estoy orgullosa de mi identidad transgénero. Disfruto de lo que tengo femenino y me perdono mi lado masculino. ¿Por qué tengo que pensar que es un problema?».

Zenia pudo cambiar sus papeles y acceder a las hormonas gracias a la ayuda de Trànsit, pero en localidades donde no existe un servicio similar las mujeres trans todavía tienen que someterse a procedimientos psicológicos obligatorios. «El carácter obligatorio de las evaluaciones psicológicas no tiene ningún sentido –subraya Rosa Almirall–. De las personas adultas que acuden a Trànsit, solo un 20% pide un acompañamiento psicológico durante la transición. La gran mayoría tiene muy claro quiénes son y para ellas la evaluación obligatoria resulta muy penosa».

Gracias a la lucha de los colectivos trans, las cosas empiezan a cambiar poco a poco. «En Catalunya, el departamento de Salud anunció en octubre pasado que se adoptará un nuevo modelo de atención a las personas trans –explica Eric Sancho, de Generem!, asociación creada en Barcelona en el 2015–. El cambio incluye, entre otros, que no se hará ningún examen psicológico obligatorio. Ahora es cuestión de determinar el protocolo e implementarlo».

A nivel estatal, a principios de mayo se aprobó en el Congreso un proyecto de la ley de igualdad LGTBI que va en la misma dirección. «Es importante –subraya Eric Sancho– por si hubiera un cambio de Gobierno, porque los partidos ya se han comprometido».

Pero otros cambios son también necesarios. «Hace falta quitar todos los estigmas y estereotipos sobre las mujeres transexuales, que existen también entre los profesionales de salud –matiza Almirall–. La transexualidad puede aparecer en cualquier familia, independientemente de su estatus social, religión o posición política. Cualquier persona se puede encontrar con alguien que quiere hacer la transición. Otra cosa es que se atreva a decirlo. Hay todavía mucha gente escondida».

Tina: «Estoy aquí dentro, ¡sácame de aquí!». Tina también pasó gran parte de su vida luchando contra su feminidad interior. Hoy tiene 48 años. «Cada momento de mi vida iba acompañado de la idea de no estar en mi papel –explica–. Es como si alguien te hubiese puesto frente a una película: sabes que estás dentro, pero es como si mirases una película. Estás siguiendo un guion que no es tuyo. Hablaba con la gente y, mientras les escuchaba refiriéndose a mí en masculino, una voz dentro de mí decía: ‘¡Que soy yo! ¿No lo ves? Estoy aquí dentro, ¡sácame de aquí!’».

Un día, siendo todavía adolescente, grabó un mensaje en una casete, copió el contenido en un papel y escondió ambos de manera que cualquiera hubiera podido encontrarlo. «Quería que alguien lo oyera, lo leyese, y que ‘la bomba’ explotara. No pensé en lo que iba a pasar después. Solo quería que esto saltase ya y no encontraba otra manera».

Pero la bomba no explotó y Tina tuvo que guardar su secreto muchos años más. Se enamoró a los 18 años y también pensó que todo se iba a arreglar. Pasaron dieciséis años, un divorcio y otra relación. La sensación de que algo no cuadraba volvía cada vez con más intensidad y la mujer que llevaba dentro buscaba una salida. A veces, Tina imaginaba cómo podía ser su vida si dejara libre el ser que vivía en su interior. Pero el horizonte se llenaba rápidamente con los peores presagios: prostitución, marginación: «No tenía ninguna gana de ser prostituta ni de divertir a la gente. Quería mantener mi vida y mi trabajo. Solo quería liberarme de este cuerpo que no era mío».

Muchas mujeres trans prefieren aparcar su transición por miedo a perder su trabajo: el proceso puede durar hasta cuatro años y, durante este tiempo, temen ser expuestas al rechazo. Otras optan por iniciar el tratamiento cuando, por ejemplo, están en paro, sin que nadie lo sepa y así poder construir de cero una nueva vida. Encontrar un trabajo después ya es otra cuestión, dado que la transfobia es muy aguda en el mundo laboral. La Federación Es&bs;pañola de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales estima que el colectivo acusa una tasa de paro de entre el 60% y el 80%.

A Tina un problema de salud le hizo replantearse su vida. Tenía 41 años y se dio cuenta de que le podía pasar cualquier cosa en el momento menos esperado y no quería llevarse su secreto a la tumba. Sabía que la transición iba a ser dura y decidió buscarse «aliados». En cada entorno eligió a una persona a la que se sentía más cercana y habló primero con ella. «Tina me invitó un día a casa a tomar café –recuerda Mari Carmen, una de sus vecinas y su gran amiga– y, con su aspecto masculino, me dijo que, en realidad, era una mujer. Mi primera reacción fue mirar alrededor, por si había una cámara escondida por algún lado».

Aunque hoy lo recuerdan entre risas, al principio cada una de estas discusiones requería mucho valor por parte de Tina. «Hace falta mucha fuerza para imponer al mundo tu verdadero yo. Nadie te apoya, nadie te ayuda y hay muchas que terminan suicidándose. Hace dos años estuve en el entierro de una amiga. Oficialmente era un hombre de 68 años que se colgó y no es verdad. Era una mujer transexual pero nadie lo sabrá jamás».

Faltan todavía muchas cosas para que la situación de estas mujeres mejore. Tener más referentes positivos es seguramente una de ellas. En este sentido, el encuentro con Nati fue decisivo para Tina. «La conocí al principio de mi transición. Es dueña de una peluquería, vive desde hace años muy feliz con un hombre y sus mejores clientes son gitanos que requieren sus servicios para sus bodas. O sea, ¡algo que jamás me iba a imaginar!».

Hace ya 26 años que Tina trabaja en la misma empresa. Desde hace más de un año, como agente cívico (servicio de apoyo a la Policía) recorre los barrios más turísticos o problemáticos de Barcelona. «La gente sigue pensando que una mujer transexual sirve solo para una cosa. Por eso me da tanta satisfacción llevar ahora mi uniforme, para que vean que no estamos en la calle solo para dar precios». Otro freno muy importante que impide a muchas mujeres trans empezar su transición es el miedo a perder a su familia. «La mayoría de parejas de estas mujeres tienen un imaginario muy negativo sobre la transexualidad. A menudo, de entrada, lo rechazan –explica Almirall–. En cuanto a los niños, no todos lo saben y entre los que están al tanto de la situación, solo un 5% la acepta».

Carol: «Fue una suerte que lo entendiese estando jubilada». Carol tiene 71 años. Cuando decidió «salir del armario», de un día para otro se vio en la calle con dos maletas en la mano. Cuarenta años de matrimonio se terminaron con un divorcio en cuestión de días.

Desde fuera, la vida de Carol parecía solucionada: dos hijos, una casa grande, piscina privada y coches de competición. Trabajaba como comercial de ventas en la empresa de su suegro y, poco a poco, subiendo escalones, llegó a ser director general del consejo administrativo. Pero en su interior la necesidad de afirmar su feminidad crecía con el tiempo. Hasta que llegó un momento en que no pudo más: «Es como con el champán. Cuando sacas el corcho todo explota con fuerza y no lo puedes parar. Estuve toda mi vida viviendo con la creencia de que era un bicho raro. Pero cuando entendí quién era, ya no podía dar marcha atrás».

Desde muy pequeña Carol sentía atracción por la vestimenta femenina y, cuando se quedaba sola en casa, corría a probarse las prendas de su madre y su hermana. Mientras duró su matrimonio se compraba la ropa a escondidas. Poco a poco empezó a contárselo a su mujer. «Ella no estaba de acuerdo ni lo entendía, pero lo toleraba mientras que, de cara al exterior, se mantuviera el secreto. Todo cambió cuando decidí hacer la transición», cuenta. Empezó el proceso hace apenas siete años. ¿Por qué tardó tanto? «Me tocó vivir mi juventud en un ambiente cerrado y muy fascista. Yo misma no sabía lo que me pasaba. E incluso si era el caso, ¿a quién hubiera podido decir que era una mujer transexual? En el mejor de los casos te daban una paliza. En el peor te metían en una celda para que los hombres disfrutaran contigo. Dentro de lo malo, quizás fue una suerte que entendiese todo cuando ya estaba jubilada. Si hubiera sabido antes qué pasaba conmigo, mi vida probablemente habría sido muy diferente. Seguramente nunca habría llegado a ser director general y, a lo mejor, ni siguiera hubiera podido mantener un trabajo cualquiera. Por lo menos ahora no temo por mi porvenir».

Lina y Ali, más allá del género. Por suerte no todas las transiciones conllevan rupturas afectivas tan dolorosas. El ejemplo de Lina y Ali demuestra que es posible dar el paso sin perder la familia. Ellas se conocieron hace más de 24 años. Hasta hace poco Lina, que hoy tiene 44 años, cumplía como podía con su papel de hombre y padre. Por dentro, cuenta, libraba una batalla contra sí misma y solo en carnaval se daba el permiso de salir a la calle vestida de mujer. Finalmente, un día le explicó a su esposa que quería hormonarse y empezar un proceso de transición. «No quiero en mi vida al hombre amargado de antes –dice Ali–. No éramos felices ni sinceras la una con la otra. Ahora Lina disfruta de una nueva juventud y yo me siento como si me hubiera dado una nueva vida».

Todavía quedaba contárselo a su hijo. Un día, mientras Lina jugaba con él, el niño le dio un empujón y, al quejarse, el pequeño le soltó: «Es que tú eres un poco mujercita». La frase dio paso a una conversación que siguió con un documental que vieron los tres juntos sobre transexualidad. «¿Y esto es lo que le ha pasado a papá toda su vida? –suspiró el niño–. ¡Pobrecito, lo que ha sufrido!».

Hoy viven en armonía y Lina afirma ya plenamente su verdadero género. «El camino no es fácil, pero tampoco imposible –dice Ali–. Sé que todavía habrá muchas piedras que evitar y lloros por secar. Pero nuestro amor me da fuerzas para seguir. Más allá de la apariencia y del género, yo solo veo en Lina a la persona más importante en mi vida y eso me basta».

Confirman el archivo de la denuncia contra Abel Azcona por su exposición

GARA|IRUÑEA

La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Nafarroa confirmó el archivo de la querella interpuesta contra Abel Azcona por la muestra “Desenterrados”, en la que conformó la palabra “pederastia” con formas supuestamente consagradas.

En el auto, contra el que no cabe recurso, el tribunal desestima el recurso presentado por el Arzobispado de Pamplona y Tudela y la Asociación de Abogados Cristianos en contra de la resolución del juez, quien descartó la existencia de delitos contra los sentimientos religiosos y de odio.

La Asociación de Abogados Cristianos anunció que acudirá al Tribunal Constitucional.

La protesta popular impide que el autobús tránsfobo llegue al Parlamento de Nafarroa

Tras intentar llegar hasta el Parlamento de Nafarroa, el autobús tránsfobo de Hazte Oír no ha conseguido alcanzar su objetivo y ha tenido que abandonar el paseo de Sarasate ante el rechazo generalizado de las personas concentradas en el lugar. El autobús ha abandonado ya Iruñea y los responsables de la organización ultracatólica están valorando cuál será su próximo destino.

 

Hacia las 13:00 horas, el autobús naranja de Hazte Oír ha llegado hasta las inmediciones de la sede del Parlamento de Nafarroa escoltado por un furgón de la Policía Municipal. Mientras empezaba a recibir muestras de rechazo, el vehículo, al que habían cubierto el logo de Hazte Oír como le había exigido la Policía Municipal, se dirigió hacia el edificio que albergaba la sede del Banco de España en Iruñea.

Delante de ese inmueble existe un espacio para aparcar autobuses, pero los concentrados delante de la sede de la Cámara han seguido la estela del vehículo tránsfobo, de tal manera que el autobús, tras una breve parada, ha proseguido su trayectoria hacia la estatua de los Fueros para girar y salir del paseo de Sarasate por el otro extremo.

A su paso, una joven ha sido alcanzada por el autobús junto al monumento a los Fueros y en ese momento agentes de la Policía Municipal han evacuado el vehículo de la zona.

Por el interior del paseo, los concentrados, que llevaban las pancartas con las que ya había sido recibido el vehículo de Hazte Oír en Zuasti, seguían su camino para protestar por su presencia, mientras agentes de la Policía española se encontraba en la zona portando material antidisturbios.

De esta manera, la protesta popular ha impedido que el responsable de Hazte Oír compareciera en el Parlamento ante la prensa ni que llegara a entregar el manifiesto que pensaba entregar en la Cámara.

De esta manera finalizaba la intensa mañana del paso del autobús tránsfobo por Nafarroa, que había comenzado minutos antes de las 11 de la mañana, cuando ha aparcado en Zuasti el vehículo, pintado de color naranja y en el que había un cartel en el que se podía leer: ‘Los niños y las niñas tienen censurado el autobús de la libertad’.

Su llegada era esperada por un nutrido grupo de periodistas y por unas treinta personas que querían mostrar su rechazo a la presencia del autobús tránsfobo en Nafarroa. En concreto, había una pancarta firmada por LAB que señalaba ‘Ez zarete ongi etorriak. Transfobiarik ez’, mientras las personas que la portaban gritaban ‘Alde hemendik’, ‘Utzi pakean’ y silbaban constantemente.

Un grupo de feministas también han desplegado  una pancarta con el lema ‘Gora borroka feminista’, mientras gritaban ‘Nafarroan anitzak gara’ y ‘Aquí está la resistencia trans. Iruñatik ez dira pasako’.

Por su parte, la Plataforma E28J mostraba otra pancarta en la que ponía ‘Nafarroa, tierra de diversidad. Aquí está la resistencia trans. Transfobiarik ez’.

Los pitidos han sido una constante mientras hacía unas declaraciones a los medios un responsable del grupo ultracatólico Hazte Oír. En las mismas, el presidente de Hazte Oír, Ignacio Arsuaga, se ha quejado de que les han obligado a tapar los eslogans que lucía el autobús tránsfobo.

Los hechos eran seguidos de cerca por varios agentes de la Policía española, que se mantenían a unos 50 metros sin intervenir. La situación ha cambiado cuando, una vez finalizada la comparecencia, el autobús iba a retomar la ruta. Entonces, unas treinta personas han intentado impedir el paso del autobús, pero los guardias civiles les han apartado para que el vehículo siguiera su camino.

Unos kilómetros más adelante, el autobús se ha detenido en las inmediaciones del híper Eroski. En un primer momento, parecía que el motivo de la parada podría ser un problema con una de las ruedas delanteras del vehículo, ya que mientras ha estado detenido en el área de Zuasti, una persona ha podido desinflar ese neumático mientras otras realizaban pintadas con el texto «Alde hemendik» en el autobús.

Pero finalmente era la Policía Municipal de Iruñea la que le ha impedido seguir avanzando al parecer por exhibir el logotipo y la imagen de la organización Hazte Oír. Posteriormente, parece ser que ha podido retomar su camino hacia la capital.

Vigilantes

Al respecto, el alcalde de Iruñea, Joseba Asiron, ha asegurado que durante la jornada de este martes la Policía Municipal va a estar «muy vigilante» para que el autobús de Hazte Oír no exhiba por la capital navarra mensajes tránsfobos y para que respete la normativa existente.

«Con mensajes tránsfobos no va a entrar en la ciudad porque hay una normativa municipal que capacita al Ayuntamiento para evitar la entrada en este caso a un autobús con ese tipo de mensajes. En caso de que viniera un autobús anaranjado sin mensajes podría entrar, pero desde luego respetando el resto de la normativa», ha subrayado Asiron.

El alcalde, a preguntas de los periodistas al término de una rueda de prensa, ha remarcado que «desde el principio» el Consistorio iruindarra salió «muy claramente» al paso de este tema y ha criticado que «se ponga en marcha una campaña que genera sufrimiento en un sector muy sensible de la población».

«Eso es algo que tenemos que tener todos y todas muy presente en todo momento, la clase política, los medios, todo el mundo, muy presente en todo momento, que es una campaña que genera sufrimiento en gente muy sensible, en un colectivo muy sensible y castigado ya de por sí», ha planteado el primer edil iruindarra.

En este sentido, ha subrayado que «dijimos muy claramente que íbamos a hacer todo lo posible para que esa campaña no se plasmara en Pamplona» y ha garantizado que el autobús «en las condiciones que lo hemos visto en otras ciudades, con mensajes tránsfobos, desde luego no va a entrar en la ciudad». «Haremos lo que esté en nuestras manos desde un punto de vista legal para evitarlo», ha asegurado.

Según ha dicho, «en caso de que eliminen la publicidad, ya no sería más que un autobús anaranjado, podría circular pero tendría que respetar otro tipo de normativas, por ejemplo, la normativa de estacionamiento». «Este es un Ayuntamiento serio y consecuentemente haremos cumplir la normativa en cada caso», ha remarcado.

Para el primer edil iruindarra, «más allá de todo esto», cabe reflexionar en torno a que «muchas veces queriendo o sin querer, nosotros mismos también, alimentamos este tipo de circos que no tienen que tener cabida en una sociedad que pretende por encima de todo garantizar la igualdad de las personas».

Ante el Parlamento

Mientras, ante el Parlamento, se iban concentrando diversas personas. En concreto, representantes de los grupos parlamentarios de Geroa Bai, EH Bildu, Podemos, PSN e Izquierda-Ezkerra, junto a ciudadanos y medios de comunicación. Todos estos grupos políticos han manifestado ya su posición contraria a la campaña de Hazte Oír contra la transexualidad.

En la puerta de acceso al Legislativo había efectivos de la Policía Foral. Justo enfrente, en el paseo de Sarasate, esperaban ciudadanos y representantes políticos. Entre ellos, los portavoces de Geroa Bai, Koldo Martínez; de EH Bildu, Adolfo Araiz; de Podemos, Laura Pérez, así como parlmentarios de PSN y de Izquierda-Ezkerra.

En una carta remitida a la Delegación del Gobierno español en Nafarroa, los responsables de Hazte Oír habían solicitado protección de la Policía española «tanto a las personas como al autobús durante nuestra estancia en Pamplona».

Los grupos antifascistas que han difundido la información animan a las personas que están en contra del tránsito de este autobús a que sigan su trayecto por twitter con #DondeEstaElAutobusDelMal.

Rechazo del Gobierno

En una nota hecha pública sobre la presencia del autobús tránsfobo, el Gobierno de Nafarroa reitera su rechazo a esta campaña «por ser contraria a los valores de convivencia que deben regir en la sociedad y manifiesta su apoyo y compromiso por los derechos humanos para todas las personas, también para las niñas y los niños transexuales».

El Ejecutivo, además, recuerda la declaración institucional que aprobó el pasado 1 de marzo, en la que manifestaba que la transexualidad es «una realidad reconocida en nuestra sociedad», con una regulación a nivel internacional, europeo, estatal o autonómica que inciden en el reconocimiento y la aceptación de cada cual.

El Gobierno de Nafarroa finaliza reiterando su firme apuesta «por la igualdad de oportunidades de niñas y niños, y su compromiso a seguir trabajando por avanzar en la lucha contra toda forma de discriminación sexual y de género y en el logro de los derechos humanos y sexuales también para las personas transexuales».

Reacciones de Arsuaga y Kattalingorri

Sobre lo sucedido en Iruñea, el presidente de Hazte Oír ha señalado ante los medios que respeta «absolutamente« el derecho a a las queja por la presencia del autobús: «Respetamos que estas personas se concentren, que nos griten, que intenten que nos vayamos, están en su derecho a manifestarse, igual que nosotros estamos en nuestro derecho de venir aquí y circular libremente por las calles de Pamplona».

Posteriormente, Arsuaga ha declarado en un comunicado que «resulta paradójico que una campaña pacífica por las libertades de educación y expresión cuyo símbolo es un autobús sin texto ni imágenes sea recibido a pedradas por encapuchados. Pierden las libertades y perdemos todos».

Por su parte, el abogado Sergio Gómez ha advertido de que la obligación de tapar el logo supone un «delito de prevaricación por parte de quien haya tomado esta decisión» y ha anunciado que la asociación «actuará en consecuencia».

El secretario de la asociación Kattalingorri, Raúl López, ha denunciado que «ha sido la propia delegada del Gobierno la que ha dado permiso para que este autobús del odio circulara y ella tendrá que dar explicaciones».

«Va sin rotular, pero el mensaje es exactamente el mismo», ha precisado López, que ha lamentado que «no se ha movido ningún juez» ni «la fiscalía contra los delitos de odio».

El coordinador del servicio Kattalingune, Xabier Sánchez, ha recordado que «Navarra es un territorio libre de homofobia» y no ha entendido cómo la Delegación del Gobierno español haya permitido esta «incitación al odio». «Aunque ponga esa piel de borreguito y cambie el eslogan, nos parece inaceptable», ha aseverado.

RECONOCER LAS VICTORIAS Y ACTUAR EN CONSECUENCIA, UN RETO

Efectivamente, se han hecho oir. El autobús con mensajes contra la diversidad sexual infantil inmovilizado primero por la policía municipal madrileña y después por un juez se ha convertido en el tema estrella de esta semana. Parece casi lógico en esta época de frivolidad viral en la que resulta cada vez más difícil contextualizar polémicas, jerarquizar los temas de interés público y entablar debates estratégicos que permitan abrir puertas a nuevas victorias y salgan de la lógica reactiva.

Existen niñas con pene y niños con vulva. Es más, existen personas que, más allá de sus genitales, no se identifican con ningún género, construcción social de la que un recién nacido, más allá de las condiciones biológicas de su sexo, no tiene la menor idea. Precisamente por eso, porque son construcciones sociales. A eso se refirió hace más de medio siglo Simone de Beauvoir cuando dejó escrito que «no se nace mujer, se llega a serlo». Quedan muchas batallas por dar en el camino hacia la normalización de la cultura trans, desde las más simbólicas, como la posibilidad de marcar una tercera casilla neutral en los formularios oficiales en los que se nos obliga a definirnos como hombres o mujeres –así ocurre en Australia–, a las más palpables, como la inclusión del cambio de sexo dentro de la sanidad pública, pasando por la imprescindible labor pedagógica que requiere la inclusión de la transexualidad, en toda su globalidad, en los marcos mentales de la sociedad. Porque la cultura trans va mucho más allá del esquema binario marcado por unos genitales u otros; contiene en su seno un gran potencial transformador que desmonta los roles que inconscientemente seguimos asignando a cada género.

Lo positivo de la polémica de esta semana ha sido constatar que solo unos pocos ultras están dispuestos a arremeter contra el derecho de los niños a decidir sobre su sexualidad. En este sentido, han sido reveladoras las declaraciones de altos cargos del PP, que han criticado la campaña tránsfoba. Socialmente, la batalla está ganada ahora mismo –lo cual no quiere decir que lo esté para siempre, es cierto–. Lo negativo es que esos pocos ultras han conseguido un eco con el que no soñaban y que el libro homófobo sobre las que denominan «leyes de adoctrinamiento sexual» va ya por su segunda edición. En términos generales, se ha reaccionado contra el autobús como si fuese la posición tránsfoba la que ocupase una posición de poder, cuando en este caso –y en este momento– es a la inversa. Es el grupúsculo ultra el que reacciona ante la eficaz campaña de Chrysallis. Una posición hegemónica que no hay que dar por ganada para siempre, pero que para consolidar quizá lo más efectivo no sea mantener lógicas reactivas, sino plantear iniciativas que marquen el ritmo del debate y abran puertas a nuevos avances. Pasos adelante que pasen de las campañas de concienciación a la toma de decisiones concretas, empezando por protocolos claros que garanticen la libertad de los menores a la hora de desarrollar su sexualidad y que, de paso, dejen en segundo plano las pataletas de los ultras. Se dice que el poder primero te ignora, luego te ridiculiza y finalmente te ataca. Ser consciente de tener una posición de poder y aprender a ignorar sigue siendo probablemente una asignatura pendiente.

No hay batalla entre derechos
Junto a la necesaria reflexión de fondo sobre la transexualidad y la infancia –ausente estos días–, se impone una referencia a la magnitud que adquieren los fenómenos virales. Es un autobús naranja con una rabieta inscrita y sin embargo ha marcado la actualidad en una semana en la que se ha conseguido que Sara Majarenas e Izar permanezcan juntas, en las que las relaciones entre Lakua y Moncloa se han mostrado más lubricadas que nunca a cuenta del TAV, o en la que un cargo político catalán ha sido juzgado por poner las urnas. Solo son algunos de los hechos relevantes arrollados por el autobús, cuya prohibición ha sido reclamada automáticamente desde muchos estamentos, sin pararse a pensar probablemente en la contradicción que supone reclamar al mismo tiempo la libertad de expresión en otros ámbitos. Por odiosa que sea la campaña, que lo es, y por doloroso que resulte, la honestidad obliga a reconocer que ese autobús infecto debería poder circular, sin que eso menoscabe el derecho de los menores a desarrollar su sexualidad y sin que signifique que no se puedan desarrollar todo tipo de iniciativas contra la campaña. No debe haber colisión entre el derecho a la libre expresión de unos y los derechos de los transexuales.