François Ozon reivindica el travestismo luminoso y feliz

El francés estrena ‘Una nueva amiga’, historia enfocada en la identidad sexual diferente

François Ozon, en el Festival de Cine de San Sebastián, en septiembre pasado

François Ozon, en el Festival de Cine de San Sebastián, en septiembre pasado. / XAVIER TORRES-BACCHETTA

Es verdad, reconoce el cineasta francés François Ozon, que el travestismo se mueve normalmente en un mundo oscuro y triste, que los travestis no son personas muy felices por el rechazo de la sociedad y su propia familia, pero a pesar de todo el director ha querido poner el foco en la luminosidad de unas personas con una identidad sexual diferente. Así lo ha hecho con Una nueva amiga, la película que ha estrenado en España y que se presentó en la sección oficial del último Festival de Cine de San Sebastián, certamen donde hace dos años ganó la Concha de Oro con En la casa, basada en la obra de teatro de Juan Mayorga. En la amiga, protagonizada por Romain Duris, Anaïs Demostier y Raphaël Personnaz, está basada en un relato de Ruth Rendell.

Ozon escribió el guion, con cambios sustanciales con respecto al texto original, en plena batalla contra el matrimonio gay en Francia, con manifestaciones por las calles de las principales ciudades. ”Me sorprendió la violencia y el odio de la gente que se manifestaba, esa pretensión absoluta por imponer la sociedad que ellos quieren, sin ninguna posibilidad de aceptar algo diferente. Me molestó tan profundamente que me empeñé en hacer un filme con un punto pedagógico. Mi película no iba a estar dirigida a un público determinado con mente abierta, sino a toda esa gente que no entiende que la identidad sexual puede ser un asunto muy complejo y nada fácil. Muy a pesar mío, el filme se convirtió también en una reflexión política”, explicaba Ozon en San Sebastián.

Una nueva amiga se adentra en una historia de amor transgresora. Tras el funeral de su amiga, la protagonista descubre que al marido de aquella le gusta disfrazarse de mujer. A partir de ahí la relación entre ambos viajará por caminos nada habituales. En realidad, los que le gustan a Ozon. Durante los trabajos previos del proyecto, el director conoció y se entrevistó con muchos travestis. “Existe la falsa idea de que son en su mayoría homosexuales. Nada más lejos de la realidad. El 70% de ellos son heterosexuales, muchos casados y con hijos, a los que les resulta especialmente complicado confesar su identidad. Si hubiera querido hacer una película realista tendría que haber ido por el camino más triste y oscuro de la vida, pero Una nueva amiga es un cuento de hadas, una gran historia de amor, en la que he querido mostrar la alegría y la felicidad de esas personas”. No es un filme dirigido al mundo homosexual, sino todo lo contrario. La intención de Ozon ha sido llegar a cuanta más gente mejor con un filme que mezcla el thriller, la comedia y el amor.

Algo de lo que buscaba el director ya lo ha encontrado. Un travesti de 44 años vio la película y se dirigió a él para decirle: “Gracias a ti voy a poder contárselo a mis padres”. Ozon sabe que ya ha logrado algo: que el travestismo y los prejuicios sexuales empiecen a formar parte del pasado.