«Él decía que era un niño y yo me empeñaba en vestirle de rosa de los pies a la cabeza»

Marian, madre de acogida de un niño con vulva, relata el complicado proceso de asimilación. «Venía llorando del colegio porque no entendía que le mandaran ir al baño de las chicas»

«Hoy jugamos a que soy Ander, ¿vale ama?». Y ella le dejaba jugar, claro. Pero al día siguiente quería jugar a que se llamaba Mikel, y el otro era Andoni… nunca Jone. Es el nombre que consta en su DNI, aunque hace más de un año que le llaman Jon. Relata su historia Marian, madre de acogida de un niño transexual. Una profesora de Hondarribia (Gipuzkoa) de 44 años que quiere dar visibilidad a un asunto que estos días copa titulares por la campaña de la organización ultracatólica Hazte Oír, ‘El autobús que no miente’, contra la transexualidad infantil. El autocar iba a entrar en Bilbao la próxima semana pero permanece retenido por orden judicial. «Yo he tenido mucha relación con la iglesia y no entiendo qué tiene que ver esto con Dios. Nosotros no queremos convencer a nadie, solo que nos entiendan», responde Marian.

A ella, dice, le costó dos años entender lo que le ocurría a su hijo, un bebé «con vulva» y de nombre Jone que llegó con seis meses a su casa para ampliar la familia (tienen otra hija de 12 años). Cuenta que desde que Jone aprendió a hablar dijo que era un niño. «Yo le decía a mi marido: ‘Va a ser lesbiana’. Porque en los cuentos siempre acababa casándose con una niña».

No le dieron importancia más allá de cierta sorpresa. Pero luego fueron los vestidos. «Su padre biológico es africano y le ve una vez al mes. Él le regalaba muchos vestidos pero no quería ponérselos. Yo le obligaba para que su padre no pensara que éramos nosotros los que no queríamos ponérselos». Y con cada vestido, una rabieta. «Yo le vestía de rosa de los pies a la cabeza, por aquello de feminizarla, lo que nunca hice con mi hija mayor. Y le puse también unos pendientes preciosos que no le gustaban nada».

Pero luego (más bien a la vez) fueron los juguetes. «Su hermana tenía un montón de muñecas que están impecables porque no las usaba, las tuvimos que guardar todas en el trastero. Solo quería el balón, el fútbol, juegos tradicionalmente asociados a los niños». Jone gritaba que era un niño y Marian le ‘corregía’: «Tú eres una niña».

«Él iba rápido y mi marido y yo, frenando»

Pero antes de que cumpliera los 4 años se produjo el punto de inflexión. Fue un cambio de edificio en el colegio. «Hasta ese momento los pequeños iban juntos al mismo cuarto de baño, pero en la nueva ubicación había váteres de niñas y de niños, separados. Y todas las tardes venía llorando a casa porque no le dejaban entrar en el de los chicos. Decía que quería ir con sus amigos al mismo váter y no entendía que le mandaran al de las niñas».

Así que Marian consultó con una sexóloga. «Me dijo que por qué le obligaba a llevar pendientes si no quería, que se los quitara». Y se los quitó: «En ese momento empezó a saltar encima de la cama gritando: ‘¡Por fin soy un chico, por fin!’. En realidad llevaba dos años gritándolo, pero yo no lo había entendido. Tanto mi marido como yo íbamos muchos pasos por detrás. Él iba muy rápido y nosotros, frenando».

Ese abrir los ojos fue un proceso liberador pero complicado, confiesa Marian, que sintió «pánico» y «vértigo». Pero su hija mayor lo veía más claro: «’Vamos a cambiarle de nombre porque total, se lo está cambiando todo el día’, me dijo. Y entonces decidimos hacerlo. Para que no fuera un cambio muy grande le quitamos una letra a Jone y le pusimos Jon» (el nombre se ha modificado para salvaguardar la intimidad del menor, pero el real es también uno que se ‘masculiniza’ quitándole la última letra). Al cabo de dos meses decidieron hacer «limpieza de armario» y comprarle las prendas que ha reclamado desde que sabe hablar, pantalones, zapatillas deportivas… «Y no paró hasta que le pintamos su habitación de color azul. Antes era morada».

«Me costó renunciar a mi niña»

«Asumido» en casa, empezaba otro proceso, decirlo fuera. «Hablamos con la andereño para que desde ese día le llamara Jon en clase. Y pedí una reunión con los padres de los niños del aula. La respuesta del colegio ha sido maravillosa». La del colegio y la de todo el pueblo. «Vivir en un sitio pequeño como Hondarribia es ventajoso porque todo el mundo le conoce ya por Jon y le llaman así». Y luego está su familia biológica, que está «haciendo un esfuerzo muy positivo, aunque al abuelo materno todavía le cuesta». No lo dice Marian, de ninguna manera como reproche, sino entendiendo que no es sencillo. «A mí también me costó renunciar a la niña que acogimos cuando era un bebé».

Tras dos años de pelea, Jon es ahora un niño «feliz». E inquieto. «Tiene conversaciones que no parecen propias de un chiquillo tan pequeño, sino de alguien más mayor». Antes de dormir Marian charla un rato con su hijo y va resolviendo sus dudas. «Un día me preguntó si le iban a crecer las tetas porque él no quería pecho. O si podía tener hijos porque un niño de su clase le había dicho que sí podía. Yo le digo que esté tranquilo, que todavía es muy pequeño para preocuparse por esas cosas y que cuando llegue el momento nos plantearemos todo lo que haga falta».

Mientras, Marian trata de hacerle ver las ventajas de la diferencia. «Como su padre es africano, él siempre ha dicho que es un niño ‘marrón’, y nunca le ha parecido mal ser distinto a otros en ese sentido. Yo le digo que esto es algo parecido, que él puede ser un chico con vulva y no pasa nada. Que cada niño es diferente por una cosa y que ser diferente no es malo. Le cuento que yo misma de pequeña quería ser más guapa y que ahora me gusta mi aspecto y no cambiaría nada».

Jon sí ha empezado a cambiar algunas cosas. «Ahora de vez en cuando juega con muñecas, pero solo si está solo. Hasta ahora las rechazaba porque lo identificaba con las niñas y él es un niño». Aunque nada puede competir con el patinete. «Nos pasamos horas en las pistas de skate. Siempre le ha gustado correr, trepar, le encantan esas actividades». Y dice que quiere ser «musculoso». «Ya le digo que no se preocupe, que ya lo es».

La vizcaína Alicia Costa ganó la quinta edición del premio literario ‘Madelón’

La segunda clasificada fue Saioa Etxegi de Ibarra, del certamen juvenil de temática gay, lesbiaba, transexual y bisexual

Alicia Costa. Premios Madelon. Errenteria. 10-12-2016. Foto Arizmendi

Ganadora. La vizcaína de 17 años Alicia Costa. / FOTOS ARIZMENDI

La vizcaína de Leioa de 17 años, Alicia Costa, se proclamó ayer ganadora de la quinta edición del certamen literario para jóvenes de temática gay, lesbiana, transexual o bisexual ‘Madelón’, convocado cada dos años por Ehgam para recordar la figura del activista errenteriarra en favor de los derechos de los colectivos antes señalados, Santi Altxu, conocido con el sobrenombre de ‘Madelón’.

La batalla de 1931

Alicia Costa ganó el premio gracias a su trabajo titulado ‘La batalla de 1931’, escrito en castellano y del que el jurado compuesto por el escritor errenteriarra, Oier Gillán y la actriz y escritora. también de la vila, Ainara Gurrutxaga, destacaron su forma de escribir «directa, correcta y limpia y en cuanto al contenido se refiere hemos valorado el esfuerzo de recrear un contexto histórico, unido a un impulso universal: el reflejo de la lucha en los primeros pasos al aceptar, aflorar y reivindicar a una misma persona tal y como es y decide ser».

La joven vizcaína recibió el premio dotado con 300 euros y diploma en la sala capitular de Errenteria.

El segundo premio fue para el trabajo en euskara, escrito por la joven de 16 años de Ibarra Saioa Etxegi, titulado ‘Lokarriak’ y por el que recibió 150 euros y diploma.

Gillán y Gurrutxaga valoraron del mismo su manera de escribir «rica en formas y expresiones, uniendo una manera de contar abierta con otra más ligada al simbolismo y en cuanto al contenido, expresa la tensión en las relaciones que nos atan y liberan, luchas interiores, reflejos de libertad, actitud de romper y abrir actitudes en contraste con una lucha interior».

Mikel Martín Conde, en nombre de la organización dijo que este año se han presentado un total de ocho trabajos a este certamen de carácter bienal.

Activista local

Visiblemente emocionado recordó la figura de Santi Altxu ‘Madelón’ en cuyo homenaje se convocan estos primeros literarios juveniles del que dijo que «fue un activista que empezó hace 40 años con las diferentes movilizaciones en Errenteria para reclamar los derechos humanos para todas aquellas personas que amamos diferente».

Por ello explicó que se había elegido expresamente para la entrega de los premios la fecha del 10 de diciembre por ser considerado el Día Internacional de los Derechos Humanos y que se celebró ayer.

Mikel Martín recordó que hoy en día «todavía hay ocho países en el mundo que condenan a la pena de muerte a los homosexuales y existen más de 70 países en los que éstos son perseguidos y no se reconocen unos derechos «que Altxu y otros como él comenzamos a reivindicar hace casi 40 años, perdiendo el miedo».

Al hilo de su discurso Ainara Gurrutxaga señaló que se había visto gratamente sorprendida de que las nuevas generaciones, como se refleja en la edad de los participantes en esta quinta edición del Premio Madelón, muestren también una gran sensibilidad por el reconocimiento de estos derechos.

Dijo que todos ellos se caracterizan por la valentía de sacar a la luz sentimientos muy íntimos y por compartir reflexiones universales con los lectores de las obras.

Importancia de escribir

El concejal de Cultura del Ayuntamiento de Errenteria, Ion Collar, presente en el acto de entrega de premio agradeció a los asistentes al evento, algunos llegados desde Bizkaia, así como a los organizadores y a la familia de Santi Altxu.

Dijo que con la convocatoria de estos premios se mantiene vivo el recuerdo y la figura de Altxu y agradeció a los que han presentado sus trabajos al certamen ya que el escribir «es una forma de libertad».

Finalmente la familia agradeció a los organizadores que sigan celebrando cada dos años el certamen y mantengan el recuerdo de Santi Altxu vivo.

La Ruta Sexualidad del proyecto Biziz alcanza Donostia

LA RUTA SEXUALIDAD DEL PROYECTO BIZIZ ALCANZA DONOSTIA ACOMPAÑADO POR DECENAS DE FAMILIARES, AMIGOS Y CURIOSOS DESPUÉS DE TRES MESES Y 4.000 KILÓMETROS PEDALEADOS A TRAVÉS DE EUROPA

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El ambiente festivo predominó en la llegada a Donostia, donde los integrantes del proyecto posaron tras culminar su itinerario. (Rubén Olveira)

ENTRE música y bicicletas, así transcurrió el último día de la Ruta Sexualidad del proyecto Biziz, organizado por Donostia 2016 (DSS2016). Después de tres meses pedaleando por Europa, esta odisea que comenzó en Kaliningrado un 20 de junio con el objetivo de narrar nuestras aventuras y desventuras por el viejo continente, pero sobre todo con el fin de abundar en la diversidad del sexo y de recopilar diferentes nociones positivas sobre la sexualidad, terminó ayer en Donostia. Aunque no de cualquier manera, sino con una gran fiesta. Una que ni tan siquiera la lluvia ha podido aguar pese a las previsiones. Tras 4.000 kilómetros en bicicleta a través de Rusia, Polonia, República Checa, Alemania, Luxemburgo, Bélgica y Francia, por fin estamos de vuelta y eso se merece descorchar un par de botellas.

Decenas de familiares, amigos y curiosos se acercaron tanto en bici como andando para hacer juntos los últimos kilómetros de esta expedición. Globos no faltaron, ni tampoco niños jugando con sus bicis a nuestro alrededor mientras avanzábamos despacio por las avenidas donostiarras, que durante unos minutos se convirtieron en una auténtica autopista de bicicletas. Y mientras tanto, a ritmo de pedalada, una txita sound system -un triciclo cargado con altavoces- abriendo la comitiva hacia el parque Cristinaenea con temas como Begitara begira o Sweet home Alabama. Resumido en una palabra: inolvidable.

Día de llegada, día de celebración. Aunque en realidad, toda la semana ha sido una gran fiesta. En Burdeos nos juntamos con la Ruta Biodiversidad y unos días más tarde, en Lyon, con Comunidad. Y ello sin contar a los familiares y amigos que se nos han ido uniendo durante estas últimas etapas. De ahí que hayamos pasado, de repente, de ser tres a ser diez, primero, y luego de diez a dieciséis. Y se nota. Todo ello ha derivado en un ambiente festivo que ha culminado en Donostia.

En lo que respecta a la temática de la ruta, el reto no ha sido fácil, pero después de tres meses a los pedales hemos encontrado reductos de pensamiento que aportan un aire fresco, diferente y abierto a la sexualidad. Entre otros, hemos hablado con filósofos y sociólogos sobre la situación de Rusia; hemos entrevistado a distribuidores de cine LGTB en Polonia; hemos visitado museos y tiendas de máquinas y juguetes eróticos en la República Checa; hemos profundizado en la sexualidad en la tercera edad en Alemania; hemos conocido cómo se vive la transexualidad Luxemburgo y hemos tratado un tema tan polémico como la asistencia sexual en Francia. Con estas pinceladas hemos obtenido un cuadro bastante colorido de la sexualidad que aboga por la diferencia, la diversidad y la sinergia en vez de por la opresión, la represión y la pureza.

En general, la Ruta Sexualidad ha transcurrido sin problemas pero no sin emoción. Todavía recordamos las cuestas, el barro y los circuitos de trail por donde tuvimos que empujar los triciclos en Polonia. Los diluvios y las olas de calor también han estado presentes durante esta odisea y más de una vez hemos tenido que levantar las bicicletas para cruzar puentes o vallas. Aunque por supuesto hemos vivido momentos que lo compensan con creces, como los paseos en bicitaxi por las rúes parisinas o como aquellos en los que la gente se acercaba a pedirnos helados.

OTROS VENDEDORES AMBULANTES DE HELADOS Y en lo referente a los helados no somos la única ruta a la que han confundido con vendedores ambulantes. Lo mismo les ha pasado a la Ruta Gastronomía. En su caso, salieron desde Atenas con el objetivo de encontrar los ingredientes para izeko Mertxe. ¿Pero quién es izeko Mertxe? Pues la tía de Julen Nafarrete, comunicador de la expedición. “Le encanta estar entre fogones, como a muchas cocineras en Euskal Herria que no han visto reconocida su labor”. Después de tres meses recorriendo el mediterráneo, vuelven con orégano, nueces y aceite de Grecia; mejillones, pasta, mozzarella y salsa de tomate en Italia; etc. Para ello también han vivido sus experiencias peligrosas. La peor: las carreteras italianas. Pero asegura que ha merecido la pena. Y más sabiendo que este miércoles izeko Mertxe le cocinará un menú con todos los ingredientes de la ruta por motivo de su cumpleaños.

El objetivo de la Ruta Arquitectura no ha sido menos interesante. En su caso, durante tres meses han mapeado y registrado iniciativas ciudadanas “que hacen ciudad”. “Lo que realmente sorprende de estos proyectos es su capacidad para hacer frente a situaciones adversas y revertir un beneficio a la comunidad”, destaca Aitor Deza, comunicador de la expedición. Desde huertos urbanos a centros vecinales, en total han recopilado información sobre una treintena de iniciativas a lo largo y ancho de España y Portugal. “Cuando colguemos el uniforme de culote nos quedarán el humor andaluz, la hospitalidad lusa o la cercanía castellana reflejadas en un puñado de iniciativas ciudadanas”.

Festejar la variedad de comunidades étnicas, tribus urbanas y grupos sociales. Con estas palabras describe Daniel Burgui el objetivo de la Ruta Comunidad. “Desde el Mar Negro hasta el Cantábrico, hemos remontado el Danubio buscando músicos, artistas, revolucionarias, poetas de lenguas perdidas, viejos cabreros y jóvenes creadoras”. En tiempos en los que el discurso del odio y los argumentos de señalar al diferente se propagan, esta expedición que partió de Constanza (Rumanía) ha buscado celebrar esa mezcla.

“Me encanta esta expedición: ninguna posibilidad de éxito”. Con esta frase comenzó Artxon Arza la Ruta Biodiversidad en Copenhague. Tres meses después ha conseguido llegar a Donostia nada menos que en una silla de ruedas motorizada. Y ello sin contar los diferentes aspectos relacionados con la diversidad que ha tratado durante este tiempo. Entre ellos destaca la cría de unas avispas que ayudan a acabar con las plagas de pulgones.

Entre música y bicicletas, así concluye este proyecto y esta etapa de nuestras vidas. Ahora toca reinsertarse en la sociedad, volver a acostumbrarse a la rutina, a no cambiar día sí y día también de techo, de gentes, de cultura, y dejar la bici un poco más de lado -aunque tampoco demasiado-. Será duro, sufriremos e incluso nos tiraremos de los pelos -ninguno de nosotros lo duda-, pero gracias al chute de positividad que nos ha transmitido toda esa gente que se ha acercado a este proyecto también se hará más llevadero. A todos ellos un fuerte abrazo desde Euskal Herria y solo espero que de una u otra manera nuestros caminos se vuelvan a encontrar. Y mientras tanto ese gran viaje que es la vida prosigue, así que ¡bon voyage ta gora Biziz!

Un total de 11 películas optan al Premio Sebastiane, que otorga Gehitu en el marco del Festival de San Sebastián

Ulialde Elkartea entregará el Premio Ramón Labayen de Cine 2016 a los actores vascos Ane Gabarain y Gorka Aginagalde

La asociación Gehitu hará entrega el próximo 23 de septiembre del Premio Sebastiane a aquella producción cinematográfica proyectada en el Festival de San Sebastián que mejor refleje “las realidades, libertades y progresos sociales del colectivo LGTBI”. Este galardón, que este año celebra su 17ª edición, será elegido entre 11 candidatas.

Los trabajos asprirantes al premio se reparten en Sección Oficial – ‘As You Are’ de Miles Joris-Peyrafitte, ‘Ikari / Rage (Rabia)’ de Sang-il Lee, ‘Jesús’ de Fernando Guzzoni, ‘Orpheline / Orphan’ de Arnaud Des Pallières-, Nuev@s Director@s – ‘Bar Bahar / In Between’ de Maysaloun Hamoud, ‘Yeon-ae-dam / Our Love Story’ de Lee Hyun-ju-, Horizontes Latinos -‘La región salvaje’ de Amat Escalante, ‘Rara’ de Pepa San Martín y ‘Santa y Andrés’ de Carlos Lechuga- y Zabaltegi – ‘O Ornitólogo / L’Ornithologue’ de Joao Pedro Rodrigues y ‘Uncle Howard’ de Aaron Brookner- de la 64 edición del Festival donostiarra.

Además, se proyectará, dentro de la sección Horizontes Latinos, la cinta ganadora del Premio Sebastiane Latino 2016 a la mejor película latinoamericana de temática del año que ha obtenido ‘Rara’ (Chile), dirigida por Pepa San Martín.

La asociación Gehitu ha mostrado su satisfacción por “la gran cantidad” de películas candidatas al premio, de las cuales cuatro formarán parte de la Sección Oficial.

Asimismo, ha destacado la celebración, entre los días 19 al 21 de septiembre , del 2º Encuentro de Festivales de cine LGTBI Iberoamericanos. Este encuentro, llevado a cabo en colaboración con el Festival de San Sebastián y Acción Cultural Española, pretende “tender puentes entre los dos continentes y servir de marco de reflexión sobre la realidad de este tipo de festivales”.

PREMIO RAMÓN LABAYEN

Por otra parte, Ulialdea Elkartea ha anunciado que el Premio Ramón Labayen de Cine 2016, con motivo de la Capitalidad Europea de la Cultura, recaerá en los actores vascos Ane Gabarain y Gorka Aginagalde por sus trayectorias cinematográficas.

La entrega del premio se celebrará durante el Festival de San Sebastián el día 17 de septiembre en Ulialde Elkartea y contará con la asistencia de representantes institucionales, actores y gente del mundo audiovisual, quienes arroparán a los galardonados.

Munilla: “El cuerpo no es una prótesis que podamos manipular a nuestro antojo”

El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, ha señalado hoy que “nuestro cuerpo no es una especie de prótesis, que podamos manipular o cambiar a nuestro antojo” y ha advertido de que cuando “jugamos” con él “lo hacemos con nuestra propia alma, es decir, nuestra propia persona”.

Munilla ha hecho estas reflexiones durante la homilía de la misa en honor a la Virgen celebrada en la basílica de Santa María del Coro de San Sebastián, una ceremonia que ha contado con la participación del Orfeón Donostiarra.

El prelado ha aludido a lo que ha denominado “ecología del hombre” y el respeto a la “corporalidad”, frente a la tendencia “dualista” que busca “disociar la materia del espíritu o el cuerpo del alma”.

El ser humano es una “unidad sustancial” de cuerpo y alma, ha señalado el obispo, quien ha citado al papa Benedicto XVI que aseguró que “también el hombre posee una naturaleza que debe respetar y que no puede manipular a su antojo”.

Asimismo ha indicado que la fe cristiana es “incompatible” con los “dualismos de corte reencarnacionista que se difunden en nuestros días al amparo de una espiritualidad difusa que se conoce con el nombre de ‘New Age’ o “Nueva Era'”.

El prelado ha remarcado que la fe católica “rechaza de lleno” la creencia en la reencarnación “por cuanto ésta supone la minusvaloración de la corporalidad” y ha apelado a los fieles a aplicar la “última de las obras de misericordia corporales” que es “enterrar a los muertos”.

En este sentido ha subrayado que la “legítima incineración” no anula la “obra de misericordia que pide el enterramiento de los difuntos”.

También ha señalado que quien carece de una “verdadera esperanza”, vive “invadido por multitud de deseos” materiales, “miopes y cortoplacistas” y ha indicado que sin fe la esperanza “corre el riesgo de reducirse a un optimismo voluntarista”.

Munilla ha trasladado a los donostiarras su deseo de que pasen una feliz Semana Grande “en la que se visualice la riqueza del encuentro respetuoso entre diferentes sensibilidades”.

Diario Arco Iris o cómo denunciar la homofobia en las redes sociales

Logo de la nueva campaña de Gehitu

Logo de la nueva campaña de Gehitu

“Lo cierto es que cada ataque de odio que queda en el terreno del silencio se convierte en una derrota para toda la comunidad de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales (LGTB) en particular y para la sociedad en general”. Así lo cree este colectivo, que denuncia la existencia de un problema de infradenuncia. Según sus cálculos, apenas se denuncia el 16% de los ataques sufridos. Es decir, que la mayor parte de los ataques contra el colectivo LGTB se quedan en la impunidad.

La asociación Gehitu (asociación LGTB del País Vasco) ha lanzado un nuevo proyecto para combatir esta forma de odio: #DiarioArcoíris, que pretende convertirse en una plataforma de visibilización. Para ello, desde la asociación han habilitado una dirección de correo electrónico (diarioarcoiris@gehitu.org) para que todas aquellas personas que han sufrido algún ataque puedan compartir su historia.

Los ciudadanos que quieran colaborar tendrán que indicar la edad, el lugar y entorno donde ha ocurrido y una pequeña descripción de lo que ha pasado, sin nombres, puesto que será anónima.

“Una iniciativa que consigue unir el plano del activismo con el plano de la pedagogía puesto que su principal objetivo es el de concienciar a la sociedad de los ataques que están sucediendo”. Los correos que se reciban se publicarán en la página web y en el facebook de Gazte Gehitu para que cualquiera los pueda leer.

El informe ‘Actitudes ante la diversidad afectivo sexual en las aulas’ que realizó Gehitu  en el curso 2014-2015 reflejó datos muy preocupantes: el 82% de los alumnos admitió haber presenciado alguna actitud homofóbica en algún momento, el 24% tuvo alguna actitud homofóbica y el 10% lo padeció.