Un menor transexual de 17 años se suicida por el acoso escolar en Barcelona

SU MADRE ASEGURA QUE “NO PUDO CON LA PRESIÓN DE LA SOCIEDAD”

La asociación Chrysallis, que agrupa a familias de menores transexuales, ha anunciado el suicidio de un menor de 17 años, Alan, que ha atribuido a “la presión e incomprensión en el ámbito escolar”. Alan fue uno de los primeros en Cataluña al que un juez autorizó a cambiar su nombre en el DNI y en los documentos oficiales.

La asociación Chrysallis, que agrupa a familias de menores transexuales, ha anunciado el suicidio de un menor de 17 años, Alan, que ha atribuido a “la presión e incomprensión en el ámbito escolar”.

Este menor fue uno de los primeros en Cataluña a los que, a principios de mes, un juez autorizó a cambiar su nombre en el DNI y en los documentos oficiales, tras un proceso en el que contó con el apoyo de su familia.

Ha sido la madre del menor la que ha informado del suceso a la asociación en un comunicado: “Siento en el alma tener que dar esta terrible y triste noticia. Nuestro hijo Alan se quitó ayer su corta vida de 17 años. No pudo con la presión de la sociedad y nos ha dejado para siempre. Muchas gracias por todo vuestro apoyo recibido”.

Un menor transexual de 17 años se suicida por acoso escolar en Barcelona

Fue uno de los primeros en Cataluña a los que un juez había autorizado a cambiar su nombre en el DNI y en los documentos oficiales, tras un proceso en el que contó con el apoyo de su familia.

La asociación Chrysallis, que agrupa a familias de menores transexuales, ha anunciado hoy en su página web el suicidio de un menor de 17 años, Alan, que ha atribuido a “la presión e incomprensión en el ámbito escolar“.

Este menor fue uno de los primeros en Cataluña a los que, a principios de mes, un juez autorizó a cambiar su nombre en el DNI y en los documentos oficiales, tras un proceso en el que contó con el apoyo de su familia.

Ha sido la madre del menor la que ha informado del suceso a la asociación en un comunicado: “Siento en el alma tener que dar esta terrible y triste noticia. Nuestro hijo Alan se quitó ayer su corta vida de 17 años. No pudo con la presión de la sociedad y nos ha dejado para siempre. Muchas gracias por todo vuestro apoyo recibido”.

Por su parte, ante el suicidio del menor, Chrysallis ha indicado que “no hay palabras para acompañar este dolor ni para expresar la indignación, frustración y vergüenza ante unas administraciones que nunca llegan a tiempo, que van siempre por detrás de las necesidades de la infancia y adolescencia transexual”.

“Desde Chrysallis seguiremos luchando para que la sociedad respete a nuestras hijas e hijos, pero a Alan ya no le servirá”, concluye la asociación de familias de menores transexuales.

Un menor transexual que logró cambiar su DNI se suicida por acoso

Homenaje de las familias de Chrysallis al joven Alan

Homenaje de las familias de Chrysallis al joven Alan (Chrysallis – Otras Fuentes)

Alan era un joven transexual barcelonés de 17 años que había conseguido que este mismo mes un magistrado le autorizara a cambiar el nombre de su DNI. El chico contaba con el apoyo de toda su familia, a pesar de que en su entorno escolar sufría un acoso constante. Una presión que finalmente, tal y como anunció su madre a través de la asociación de familias de menores transexuales Chirsallys, acabó con tragedia: “Siento en el alma tener que dar esta terrible y triste noticia. Nuestro hijo Alan se quitó ayer (por el jueves) su corta vida de 17 años. No pudo con la presión de la sociedad y nos ha dejado para siempre. Muchas gracias por todo vuestro apoyo recibido”.

El chico sufría acoso en su centro escolar desde hacía bastante tiempo a consecuencia de transexualidad, por lo que tuvo que ingresar son un diagnóstico de “depresión” en el Hospital Clínic de Barcelona. Al salir del hospital, el joven se cambió de instituto, aunque según su madre también en el nuevo centro sufrió “situaciones de bulling”. Además, el equipo directivo del colegio y la familia tenía prevista una reunión para “hacer frente a la situación” una vez pasaran las fiestas.

Desde Chrisallys, colectivo que asesoran a unas 200 familias de toda España, añadieron en su comunicado en la web: “No hay palabras para acompañar este dolor ni para expresar la indignación, frustración y vergüenza ante unas administraciones que nunca llegan a tiempo, que van siempre por detrás de las necesidades de la infancia y adolescencia transexual”. Al tiempo que aseguraron que seguirán “luchando para que la sociedad respete a nuestras hijas e hijos, pero a Alan ya no le servirá”.

Alan era uno de los dos menores catalanes que habían conseguido este mes de diciembre que en su DNI pusiera el nombre con el que se identificaba.

Alan, un menor transexual de Barcelona que logró cambiar su DNI, se suicida por acoso

 

Alan, un adolescente transexual de la provincia de Barcelona, había conseguido este mes de diciembre que un magistrado le autorizara a cambiar el nombre en su DNI. Tenía el apoyo de toda su familia, pero le faltaba el del entorno escolar. Y este jueves se quitó la vida. Su madre daba este viernes la triste noticia a la asociación de familias de menores transexuales Chrisallys: “Siento en el alma tener que dar esta terrible y triste noticia. Nuestro hijo Alan se quitó ayer (por el jueves) su corta vida de 17 años. No pudo con la presión de la sociedad y nos ha dejado para siempre. Muchas gracias por todo vuestro apoyo recibido”. Alan, de 17 años, había sufrido “acoso escolar” por su transexualidad en su centro educativo, lo que le llevó a ingresar con diagnóstico de “depresión” en el Hospital Clinic de Barcelona. El joven salió del centro hospitalario y se cambió de instituto, pero también en el nuevo centro padeció “situaciones de bulling”, según Chrisallys. Al parecer, la familia y el equipo directivo del nuevo instituto tenían ya prevista una reunión para “hacer frente a esta situación” después de las vacaciones navideñas.

“Hoy todas las familias de Chrysallis estamos con Alan y su familia”, reza el mensaje de condolencias publicado por la asociación. “Esta era la primera Navidad que vivía de acuerdo a su identidad, la primera en la que celebrar un DNI recién estrenado, la primera en la que habría fiesta en casa desde hacía muchos años pero, trágicamente, ha resultado ser la última”, explicaba su vicepresidenta, Saida García por teléfono a 20minutos. A su juicio, ha sido “la presión e incomprensión en el ámbito escolar han podido con Alan y esta noche ha decidido dejar de caminar entre nosotros”. Desde Chrisallys, colectivo que asesoran a unas 200 familias de toda España, añadieron en su comunicado en la web: “No hay palabras para acompañar este dolor ni para expresar la indignación, frustración y vergüenza ante unas administraciones que nunca llegan a tiempo, que van siempre por detrás de las necesidades de la infancia y adolescencia transexual”. Al tiempo que aseguraron que seguirán “luchando para que la sociedad respete a nuestras hijas e hijos, pero a Alan ya no le servirá”. Alan era uno de los dos menores catalanes que habían conseguido este mes de diciembre que en su DNI pusiera el nombre con el que se identificaba. Eran los primeros en lograrlo en Cataluña, y en el resto de España otros 25 menores lo han conseguido pese a que la legislación dice que para cambiarse el nombre en el DNI es preciso ser mayor de edad y contar con preceptivos informes médicos.

Euskadiko transexualek beraien sexu-identitateari dagokion NANa izango dute

Eusko Jaurlaritzak jakinarazi duenaren arabera, Euskadiko transexualek, prozesua hasten duten une beretik, beraien sexu-identitatearekin bat datorren dokumentiazio administratiboa erabili ahal izango dute

Sarai Montes, José Luis Madrazo y Ares Piñeiro, durante la rueda de prensa de ayer en Bilbao

Sarai Montes, José Luis Madrazo y Ares Piñeiro, durante la rueda de prensa de ayer en Bilbao

BERRIA MEDIOETAN:

 

 

Los transexuales vascos tendrán un ‘carné de identidad sexual’ previo al registro civil

Euskadi es la primera comunidad en la que estas personas podrán solicitar un documento con su nueva condición

Sarai Montes, José Luis Madrazo y Ares Piñeiro, durante la rueda de prensa de ayer en Bilbao

Sarai Montes, José Luis Madrazo y Ares Piñeiro, durante la rueda de prensa de ayer en Bilbao. (Borja Guerrero)

BILBAO – Euskadi es la primera comunidad autónoma en la que las personas transexuales pueden disponer de una documentación con la que podrán ser tratadas según la identidad de género que elijan durante su proceso de asignación sexual y hasta que se lleve a cabo la rectificación de su sexo en el Registro Civil.

 

Los transexuales vascos tendrán un documento con su nueva identidad antes del cambio en el Registro Civil

Euskadi es la primera comunidad que les permitirá ser tratadas según la identidad de género que elijan durante su proceso de asignación sexual

Alexandra Licona, transexual hondureña afincada en el País Vasco

Alexandra Licona, transexual hondureña afincada en el País Vasco. / Ignacio Pérez

Euskadi da un paso al frente y reconocerá a las personas transexuales. Es la primera comunidad autónoma en la que podrán disponer de una documentación que les permita ser tratadas según la identidad de género que elijan durante su proceso de asignación sexual y hasta que se produzca la rectificación de su sexo en el Registro Civil.

El Gobierno vasco ha aprobado un decreto que regula la documentación administrativa que podrán utilizar hasta entonces estas personas en Euskadi, cuyo contenido ha sido presentado hoy en Bilbao, en un día «muy importante» por el colectivo ‘trans’ en su lucha contra «la discriminación» que padece. Así lo han puesto de manifiesto Sarai Montes y Ares Piñeiro, miembros del servicio de información, atención y asesoramiento a gays, lesbianas, bisexuales y transexuales del Gobierno vasco, Berdindu, que han acompañado al director del Política Familiar y Desarrollo Comunitario, José Luis Madrazo, en la presentación de la iniciativa.

Han explicado que desde que las personas transexuales empiezan el tratamiento hormonal transcurren como mínimo dos años hasta lograr la rectificación de su sexo en el Registro Civil. En ese espacio de tiempo se ven obligadas a dar explicaciones ante cualquier instancia por no corresponder su imagen con los datos contenidos en su DNI.

Según Sarai Montes, desde que el colectivo comenzó a demandar una «documentación transitoria» hasta el cambio registral, se ha efectuado una «labor titánica», por lo que ha considerado que «el logro» conseguido en Euskadi es como «haber subido a la punta del Everest».

La nueva regulación desarrolla la ley aprobada en el Parlamento vasco en junio de 2012 de no discriminación por motivos de identidad de género y de reconocimiento de los derechos de las personas ‘trans’. Esta norma recoge la posibilidad de que cuenten con documentación adecuada mientras dura el proceso de asignación de sexo.

José Luis Madrazo ha señalado que la ley vasca es posterior a la que reguló a nivel estatal en 2007 el cambio de la asignación de sexo en el Registro Civil y que su objetivo es promover una atención «integral» a la «compleja» situación de estas personas, más allá del ámbito meramente registral.

Las personas ‘trans’ inmigrantes también podrán utilizar esta documentación en el País Vasco hasta producirse el cambio registral en su país de origen.

Los integrantes de Berdindu han evidenciado que a partir de ahora no tendrán que dar explicaciones sobre su condición sexual y han deseado que la iniciativa contribuya a poner fin a «tanta discriminación».

Como ejemplo de las situaciones que padece el colectivo, han relatado un caso conocido por el servicio Berdindu relacionado con un niño transexual, que pese a vestir como un niño y tener nombre de niño, tiene problemas con una profesora, que se niega a tratarle como tal. «Ahora -han afirmado-, esa profesora, sí o sí, va a tener que respetar que ese niño es un niño y su nombre es el que es».

Los transexuales vascos tendrán un carné con su identidad de género

Euskadi es la primera comunidad autónoma en ofrecerles un ‘DNI’ transitorio mientras dura el proceso de reasignación sexual

Sarai Montes y Ares Piñeiro, del servicio de atención y asesoramiento a gays, lesbianas, bisexuales y transexuales del Gobierno vasc

Sarai Montes y Ares Piñeiro, del servicio de atención y asesoramiento a gays, lesbianas, bisexuales y transexuales del Gobierno vasco. / FERNANDO DOMINGO-ALDAMA

Un gesto como enseñar el DNI para pagar en un comercio con tarjeta de crédito puede convertirse en todo un quebradero de cabeza para los transexuales. También se dan situaciones incómodas en rutinas como darse de alta en el gimnasio o identificarse para acceder a un edificio público. “Cada vez que tenemos que hacer cualquier gestión diaria, las risas y burlas están aseguradas”, lamenta Ares Piñeiro, portavoz de Errespetuz, la Asociación para la Defensa y la Integración de las Personas Transexuales.

El Gobierno vasco podrá expedir un documento identificativo transitorio a los transexuales que se hayan sometido a una operación de cambio de sexo o acrediten que están en pleno proceso de reasignación sexual y estén esperando su identidad civil definitiva.

El colectivo ‘trans’ viene años reclamando que la documentación que llevan en su cartera les identifique tal y como se sienten, al margen de la apariencia. Situaciones incómodas e hirientes que afectan también a menores de edad. “Hace unos días nos llegó la denuncia de unas madres porque una profesora se negaba a tratar a su hijo como a cualquier otro niño de la clase, aunque tiene nombre de niño y viste como tal”.

El Gobierno vasco ha aprobado un decreto que desarrolla la ley de no discriminación por motivos de identidad de género y de reconocimiento de los derechos de las personas transexuales que aprobó el Parlamento vasco en verano de 2012. El objetivo es propiciar una “atención integral y superar la discriminación”, explica el director de Política Familiar y Desarrollo Comunitario, José Luis Madrazo. ¿Cómo? Previa petición individual, van a poder disponer de documentación administrativa “adecuada” mientras se completa el proceso de asignación sexual. Es decir, “desde el minuto uno” en esa tarjeta van a figurar los datos relativos a la nueva identificación de la persona solicitante. Un documento transitorio hasta que la rectificación definitiva se recoja en el Registro Civil y, por tanto, en el DNI.

La legislación española —que data del 2007— establece que, cuando las personas transexuales empiezan el tratamiento hormonal, tiene que transcurrir un mínimo de dos años hasta rectificar el sexo en el Registro Civil. “Tras años de lucha titánica”, Euskadi cubre ahora ese vacío, aunque con ciertas limitaciones porque no puede rebasar competencias.

El decreto que regula esta documentación administrativa es “de obligado cumplimiento para todas las administraciones públicas y para la sociedad”, remarca Madrazo. Sin embargo, no puede inmiscuirse en el ámbito privado. En ese terreno, va a ser cada empresa la que decida si la tarjeta es válida o es necesario presentar el DNI. Tampoco servirá para gestiones con la Administración central, como presentar una denuncia ante la Guardia Civil o registrarse en aduanas o aeropuertos.

Por el contrario, tanto en el ámbito sanitario como en el educativo vasco, las personas portadoras de esta documentación tienen derecho a “ser tratadas conforme a su identidad de género libremente determinada”. “Para nosotros es como haber subido al Everest”, se felicita Sarai Montes, también de Errespetuz, que pone el acento en que ese “respeto”, a partir de ahora, se pueda exigir por ley.

Van a poder solicitarlo todas las personas transexuales que residan en el País Vasco, también los inmigrantes, y los menores de edad, aunque en este último caso será el representante legal quien se encargue de los trámites.

Los transexuales en Euskadi podrán tener documentación provisional antes del cambio en el Registro

Hoy es un gran día para el colectivo transexual en Euskadi. El director del Departamento de Empleo y Políticas Sociales, José Luis Madrazo, junto a los miembros del servicio de información, atención y asesoramiento a gays, lesbianas, bisexuales y transexuales del Gobierno vasco, Berdindu, Sarai Montes y Ares Pineiro, ha presentado en rueda de prensa en Bilbao el decreto aprobado ayer que proporciona un documento provisional a los personas trans hasta que se produzca la rectificación de su sexo en el Registro Civil para que puedan ser tratadas de acuerdo a la identidad de género que han elegido libremente. La Comunidad Autónoma Vasca será la primera en proporcionar este carnet propio e individual a las personas transexuales. Del mismo modo, el colectivo trans inmigrante podrá valerse de este decreto para obtener este documento hasta producirse el cambio registral en su país de origen.

“Las personas transexuales no piden que se les atiendan porque sufran una patología o un trastorno, sino por los obstáculos sociales que encuentran en el libre desarrollo de sus derechos más fundamentales”, ha asegurado Madrazo. La Ley 3/2007 de 15 marzo permitió el cambio de la asignación registral de sexo y del nombre propio, previo cumplimiento de una serie de requisitos, como el hecho de llevar dos años recibiendo tratamiento hormonal. Sin embargo, como ha indicado Sarai Montes, existía “un limbo legal” desde que se solicitaba el cambio de género hasta que esa modificación del Registro Civil se llevaba a cabo. “Ha sido una labor titánica, para el colectivo transexual es un logro como haber subido a la punta del Everest“, ha afirmado Montes, emocionada.

Madrazo ha asegurado que “de esta manera, esta documentación transitoria permitirá a todas las personas trans del País Vasco poder ser tratadas en función del sexo al que sienten que pertenecen” por los poderes públicos hasta que se realice el cambio en el Documento Nacional de Identidad.

Por lo tanto, en el ámbito sanitario y educativo, las personas que porten esta documentación tendrán derecho a ser tratadas conforme a su identidad de género libremente determinada, a ser identificadas por el nombre que elijan y la adecuación de su documentación administrativa en estos centros.

Ares Piñeiro ha finalizado la rueda de prensa asegurando que “es un día especial para el colectivo trans” y esperando que dejen de sufrir “tanta discriminación”. El miembro de Berdindu se ha mostrado harto de la cantidad de explicaciones que tiene que dar una persona transexual en su día a día. “Si vas al gimnasio, explicaciones, si vas al banco, explicaciones, si hay un control de la Ertzaina, explicaciones…es un día muy importante para este colectivo”, ha concluido.

Gays en Irán: cirugía o muerte

Veda, a la dcha, con hiyab y gafas de sol para no ser reconocida, junto a su amigo Samin, en lista de espera para la cirugía de reasignación de sexo.

C:\Users\Mendia_2\Pictures\20151011

Se sienta delicadamente, cruza las piernas y apoya las dos manos sobre una rodilla. Su mirada es escurridiza. Su voz, casi inaudible, parece haber quedado atrapada en algún punto de la garganta, por miedo a salir y ser descubierta. Se llama Veda. Antes, Ali.

Tiene la barbilla afilada, una nuez prominente y los labios pintados. Su mayor miedo es que su hermano le mate una noche mientras duerme. “Es duro para mi familia tener un hijo con apariencia de chica”, se excusa. Veda empezó a maquillarse y a pintarse las uñas siendo todavía un niño. Cuando alcanzó la adolescencia y sus maneras afeminadas se acentuaron, su familia empezó a humillarlo y a maltratarlo violentamente. “Me gustaría ir por la calle vestido de chica, pero temo que me insulten. Una vez la policía me arrestó por escándalo público por ir vestido con ropa ajustada. En comisaría los agentes me propusieron sexo. Lloré tanto que al final me dejaron marchar”.

Rechazo social

Su caso no es aislado. En el Irán de los ayatolás, ser homosexual o travestido es un crimen. Las familias les rechazan, la sociedad les repudia y la justicia les condena. “Yo no soy homosexual, soy transexual, quiero cambiarme el sexo, no me gusta mi cuerpo, siento vergüenza al desnudarme ante un hombre porque me siento mujer”, se defiende, insistente.

Y la diferencia en la República Islámica no es menor. Mientras que la homosexualidad es delito y la sodomía está penada con la muerte, a los transexuales se les considera seres defectuosos al nacer que deben recibir tratamiento para corregir su perturbación. Ello, por el edicto religioso que, en 1980, emitió el ayatolá Jomeini legalizando las operaciones de cambio de sexo. Una excepción en el mundo islámico.

Pero lo que puede parecer un derecho avanzado en el ultraconservador Irán es, en realidad, la salida desesperada a la que se ven empujados muchos hombres y mujeres gays o con conflictos de identidad sexual que no pueden soportar la presión social y acoso policial a los que son sometidos continuamente.

La única pareja que ha tenido Veda a sus 18 años, un hombre, le dijo que sólo si se operaba se casaría con él. “Siempre he tenido la esperanza de que alguien me acepte tal como soy, pero en este país para la gente como yo sólo hay dos opciones: cirugía o muerte. Pienso muchas veces en suicidarme porque sé que nadie me querrá jamás con mi aspecto actual”.

Junto a Veda, Samin escucha taciturno el relato de su amigo, que bien podría ser el suyo propio. Ha empezado un tratamiento hormonal para aumentar el tamaño de sus senos y desde hace meses está en lista de espera para cambiarse el sexo. La determinación de operarse, igual que en el caso de Veda, emana de la convicción de estar en el lugar equivocado con el cuerpo equivocado. “Los homosexuales también tienen derecho a la vida. Tengo amigos gays. Ellos no lo han elegido. Son seres humanos y merecen respeto. En mi caso, estoy seguro de que quiero operarme porque vivir en este cuerpo es una tortura”.

Cirugía con la aprobación de la familia

Un día la policía le detuvo en la calle. Iba vestido con ropa de mujer, maquillado, con el pelo largo. “Me metieron en una furgoneta y me dijeron que dónde iba así vestido. ¡Esto es Irán, no estamos en Europa!, me gritaron. Lloré mucho. Me defendí explicando que era transexual y me dijeron que no sabían qué era eso. Acto seguido empezaron a raparme el pelo. En aquel momento sentí que mi vida había terminado”.

Desde su clínica en el acomodado barrio de Mirdamad, al norte de Teherán, el doctor Bahram Mir Jalali, de 75 años, atiende cada martes y jueves a jóvenes llegados de todo Irán decididos a operarse. Formado en París, este veterano cirujano ha realizado más de 2.000 operaciones de cambio de sexo en 20 años. Todos sus pacientes deben visitar a un sexólogo y a un psicólogo que certifiquen su perturbación. Las familias también tienen que dar su aprobación y, finalmente, un juez, que suele ser un mulá, por ser experto en jurisprudencia islámica, debe certificar la indicación de reasignar a ese paciente un nuevo sexo que corrija su “desviación”.

La consulta de Mir Jalali recibe también pacientes del extranjero llegados de EEUU, este de Europa y países árabes. Su reputación es conocida fuera de las fronteras persas. “En Irán, los homosexuales son ilegales de acuerdo con la ley islámica que rige el país. Esto no debería ser así, porque muchos gays buscan en la cirugía una solución a su falta de derechos. Además, hay mucha confusión en la sociedad sobre la diferencia entre homosexualidad y transexualidad. En la Universidad de Medicina no podemos hablar abiertamente sobre sexualidad. Muchos profesores hemos pedido a las autoridades políticas que los medios informativos aclaren la diferencia entre los dos conceptos, pero no es posible, la homosexualidad es tabú”, explica Mir Jalali a EL MUNDO.

Confusión entre gays y transexuales

¿Cómo distingue entonces a los pacientes gays de los verdaderos transexuales? “Cuando un joven viene a la consulta le explico que la operación es muy peligrosa, de alto riesgo. Que después de operarse su vida no será fácil. Le asusto. El verdadero transexual se queda. Los gays salen corriendo”.

Pero la explicación del doctor no es exacta. Existe un 30% de casos de suicidio entre los pacientes operados. Una de las principales causas es que, tras la intervención, el rechazo social es aun mayor y las secuelas psicológicas, enormes. Rostros masculinos con velo islámico, maquillados en exceso y con un sexo nuevo construido en la mesa de operaciones no proporcionan la mejor de las apariencias para ser aceptado en la sociedad iraní.

A todo ello, la enorme preocupación por el qué dirán aumenta el calvario de las familias, que se ceban con sus vástagos que caminan sobre tacones con andares resueltos y ahogan el llanto en la cama, donde pasan semanas enteras sin nada que hacer. Tras la operación, muchos de estos jóvenes huyen de casa y terminan viviendo en pisos compartidos con otros transexuales, prostituyéndose como única vía de ingresos.

Sadaf yace tumbada en su pequeño catre en una habitación lúgubre, protegida de las miradas ajenas detrás de tupidas cortinas azules. El aire es espeso aquí dentro. Apenas puede moverse. Hace tan sólo 10 días que el doctor Jalali le ha reconstruido un sexo femenino. Recuerda que cuando tenía seis años descubrió que tenía una tendencia sexual diferente. “Cuando iba a la piscina me fijaba sólo en hombres, no en mujeres”. Le pregunto si eso es suficiente para considerarse transexual, dado que quizá es gay. Me responde que si fuera gay iría con muchos hombres, pero ella “no es de esos”. Cuenta que tuvo una pareja estable con quien convivió durante siete años, pero empezó a pegarle y se separó. “Pero, a ver, ¿qué es ser gay?”, suelta de súbito. Tras escuchar la explicación, responde rotundamente que no: “En la cama yo quiero ser dócil”, pues eso significa, dice, “ser mujer”. Además, remacha, “odio a los gays. Es asqueroso”.

Su homofobia pone de manifiesto la necesidad de distanciarse de lo que ni la ley ni la sociedad toleran. Sadaf procede de una familia pobre, tradicional y religiosa del interior de Irán. Cuando les visita, se despoja de sus rizos artificiales, del kilo de maquillaje y del hijab.

Pero en Teherán, Sadaf es mujer. Tuvo que serlo, porque de otro modo, malvivía en los márgenes de la ilegalidad. Ahora malvive igual, pero legalmente.

Llego a esta conclusión después de mucho preguntar por la verdadera razón que la ha llevado a estar postrada en la cama, con necesidad de fármacos que no tiene. “Hoy he ido a los servicios sociales a buscar medicamentos pero me han dicho que no hay presupuesto, que vuelva en un mes”. No puede acceder al tratamiento médico que precisa, pero tiene algo mucho mejor: el certificado del gobierno que acredita su nuevo género. Lo saca del bolso y lo muestra orgullosa. “Durante toda mi vida me han acosado por la calle, me ha detenido y en la cárcel me han violado. Me han insultado y rechazado. Pero ahora tengo un documento que dice que soy mujer”.

Antes de la operación, Sadaf acudió a la autoridad municipal para solicitar un documento que le permitiera temporalmente vestirse como mujer. Es un trámite burocrático necesario para aquellos hombres y mujeres que desean comportarse en público como lo suele hacer el género opuesto. Durante la sesión, la secretaria judicial que firmó el permiso la echó de la sala tras preguntarle qué tipo de persona era, hombre o mujer. Desde ese día, Sadaf reza para que la funcionaria tenga un hijo como ella.

“No sabes lo que es vivir así. Sintiendo que nadie te acepta. Estoy presa en mi casa, en la calle todo el mundo me insulta. Sólo salgo a medianoche para trabajar”. De pronto, estalla a llorar. Reza la abraza. Como ella, a él también le gusta vestirse de mujer y maquillarse. Pero él tiene claro que no se operará, porque no quiere renunciar al placer sexual que siente cuando está con otros hombres. Y es quetras la operación, Sadaf ha perdido la capacidad para disfrutar del sexo. “El doctor me lo advirtió, pero me da igual. Si mi pareja me acepta, ya estoy contenta”.

La falta de placer sexual tras el posoperatorio sume a muchos hombres intervenidos quirúrgicamente en profundas depresiones. El doctor Jalili reconoce que es la causa de muchos suicidios e insiste en que el mayor problema que existe en Irán es que «mientras que fuera de este país se puede hablar libremente de estos temas, aquí está prohibido».

Las páginas de Internet sobre sexualidad están censuradas. Por eso no resulta extraño que muchos de los jóvenes que quieren operarse no sean capaces de explicar con precisión la diferencia entre homosexualidad y transexualidad.

¿Te operarías si vivieras fuera de Irán? “No, claro que no. Pero aquí resulta necesario porque de otro modo no tenemos derecho a la vida”, responde Veda.