Un juzgado prohíbe de forma cautelar la circulación del autobús de Hazte Oír

Asegura que no incita al odio o discriminación, pero puede suponer un  “menosprecio” al colectivo trans por no reconocer su “orientación  sexual”

El autobús de HazteOir con mensajes transfóbicos, retenido en un aparcamiento de Madrid. (EFE)

El Juzgado de Instrucción número 42 de Madrid ha acordado como  medida cautelar la prohibición de circulación del autobús desplegado  por Hazte Oír hasta que no retire el mensaje contra la  transexualidad, al entender que su mensaje es un menosprecio al  colectivo y constitutiva de delito según lo dispuesto en el Código  Penal.

MADRID. El Juzgado de Instrucción número 42 de Madrid ha acordado como  medida cautelar la prohibición de circulación del autobús desplegado  por Hazte Oír hasta que no retire el mensaje contra la  transexualidad, al entender que su mensaje es un menosprecio al  colectivo y constitutiva de delito según lo dispuesto en el Código  Penal.

Así lo indica el juzgado en un oficio fechado ayer, tras recibir el escrito de la Fiscalía  Provincial de Madrid que solicitaba precisamente esta medida  cautelar. Contra la resolución cabe interponer recurso de reforma.

La Fiscalía argumentaba en su escrito que la campaña del colectivo  provida podía suponer “una incitación al odio y a la discriminación  contra las personas que ejercitan su identidad sexual de forma  diferente a la heterosexual”, en virtud de lo expuesto en el artículo  510.6 del Código Penal.

En su escrito, se decreta la prohibición de circular de este  autobús, al entender que su mensaje “no se limita a exponer” el  ideario del colectivo, sino que se dirige a personas con una  orientación sexual “distinta” para lesionar su “dignidad”.

El Ayuntamiento de Madrid ya procedió a la inmovilización del  mencionado autobús que pretendía recorrer las calles de la ciudad con  el mensaje “Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva. Que no te  engañen. Si naces hombre, eres hombre,. Si eres mujer, seguirás  siéndolo”.

Para decidir sobre la prohibición cautelar, el juzgado tomó  declaración al presidente de Hazte Oír, Ignacio Arsuaga, que se opuso  a la inmovilización del bus vinilado para la campaña.

Arsuaga argumentó que la campaña tiene como objetivo que las  personas que tengan una ideología afín a la del colectivo puedan  acceder a su web para leer una publicación editada por la asociación  en las califican las leyes de protección de derechos del colectivo  LGTBi como normativas de “adoctrinamiento sexual”.

En su declaración, el presidente de Hazte Oír reconoce que su  eslogan puede ser “provocador” pero rechaza que conlleve un “rechazo”  a la transexualidad o a la homosexualidad. A su vez, expone que la  iniciativa es un ejercicio de la “libertad de expresión”.

El juzgado expone en su resolución judicial que “del tenor literal  de la publicidad no se infiere racionalmente que se esté públicamente  fomentado, promoviendo o incitando directa o indirectamente al odio,  hostilidad, discriminación o violencia contra un grupo por razón de  orientación o identidad sexual de sus componentes”.

No obstante, el magistrado sí considera que la campaña puede  suponer un “menosprecio” a este colectivo por no reconocerles su  “orientación sexual”.

“A este respecto, cabe destacar que dicha afirmación, expositiva  del ideario de la asociación Hazte Oír, no se limita a exponer el  ideario, que puede tener respecto a la sexualidad, sino que  extralimitándose de dicho ideario, parece dirigirse a las personas  con una orientación sexual distinta, negándosela, lesionando de esta  manera su dignidad”, recoge la resolución.

Por ello, decreta que las expresiones concretas recogidas en la  campaña suponen “un acto de menosprecio a las personas con  orientación sexual distinta a la heretosexualidad, incluidas en el  apartado segundo del artículo 510 del Código Penal”.

En consecuencia y para evitar la “perpetuación de la comisión de  delito, se procede a acordar la medida cautelar interesada por el  Ministerio Público (la prohibición de circular del autobús del  colectivo).

El autobús contra la transexualidad volverá a la carretera con otro mensaje «muy llamativo»

La plataforma ultracatólica, que lamenta que «la Inquisición gay haya impuesto su dictadura», anuncia que fletará otro autocar con el objetivo de recorrer España

El autobús de ‘Hazte Oir’. / EFE

‘Hazte Oir’ no se rinde. La organización ultracatólica volverá a la carga este viernes con su polémico autobús, pero esta vez cambiando el mensaje. Y no solo con un vehículo, sino que lo hará con dos, con el objetivo de recorrer España. Según ha anunciado el presidente de esta plataforma, Ignacio Arsuaga, el autocar circulará mañana con otros lemas «muy llamativos» contra la ideología de género.

El autobús está inmovilizado desde el martes, un hecho que ha lamentado Arsuaga, quien afirma que «la Inquisición gay ha impuesto su dictadura».

El juez de primera instancia número 42 de Madrid ha prohibido circular el autobús de la plataforma utracatólica por considerar que sus eslóganes denigran a los menores transexuales, si bien el máximo responsable de ‘Hazte Oír’ ha mostrado su satisfacción porque haya descartado el delito de incitación al odio.

En el nuevo vinilo rotularán otros lemas que aún están decidiendo para que, a partir de mañana, el autobús, en el que han invertido «bastantes miles de euros», pueda volver a estar circulando. Además, se unirá otro vehículo una vez se resuelva el recurso que piensa interponer contra el auto del juez.

Atentado contra su «libertad de expresión»

Asimismo, la asociación presentará una querella por injurias y calumnias contra todo aquel que estos días ha atentado contra su «libertad de expresión», entre ellos el ayuntamiento de Madrid, que «secuestró» su vehículo hace dos días sin que un juez lo hubiera ordenado. Junto a todo ello, ‘Hazte Oír’ emprenderá una «campaña masiva» de recogida de firmas y planean convocar una manifestación en defensa de la libertad de expresión. «Decir hoy en España que 1+1=2 está prohibido», ha criticado Arsuaga para insistir en que afirmar que «los niños tienen pene» es solo un «hecho de la biología» y eso es lo que quiere que «aprendan» sus hijos.

El ‘odiobús’

Por eso es tan gran noticia que la justicia les haya parado las pezuñas

Autobús de la organización ultracatólica Hazteoir retenido en un aparcamiento de la localidad madrileña de Coslada. © VÍCTOR SAÍNZ

La he visto cambiar de verano en verano, alegrándole la vista al prójimo retozando en la piscina de su barrio. Una criatura llena de gracia y de esa elegancia de dentro afuera que no se vende en las tiendas. La vi de bebé, ricitos de oro, el pañal abultándole el culete bajo el biquini. La vi de niña chicazo, melenita de paje, culotes de colorines y tetillas al aire. La vi de adolescente rebelde con causas, rapado salvaje, calzones largos y banda a presión aplanándole las mamas, dándose unos lotazos de órdago con la novieta de turno. La veo hoy adulta, ser bellísimo vestido como le da la gana, y aún no sé si es o quiere ser chico o chica ni me importa. Porque es ella. O él. O ello. Una persona singular. Única. Como todas. He visto ese cuento de puertas afuera, sí. A saber lo que habrá sufrido ese cuerpo y esa mente y esa casa con esos cambios. Pero también he visto a mujeres con nuez tamaño kiwi y pene de regular calibre enterrado entre las nalgas. Y a hombres con toda la barba, pechos de la 120 tatuados al tórax y ovarios de dos yemas. A todos les he visto, y escuchado. Y son tan mujeres y hombres como Eva y Adán y viceversa.

Estábamos ya en estas cuando sale a la calle un autobús fletado por unos posesos de la verdad absoluta sentenciando que si naces hombre, hombre mueres, y si naces mujer, lo serás por los siglos de los siglos y los demás no existen. Porque lo dicen ellos. Puede que, ojalá, sean estos los últimos bramidos de una especie que ve cómo su mundo se les va de las garras. Pero, mientras, aterrorizan al diferente ninguneándolo. Por eso es tan gran noticia que la justicia les haya parado las pezuñas. Tolerancia cero contra la intolerancia. A veces, en mi infinita sabiduría, colijo que si su Dios misericordioso les mandara un hijo con vagina o una hija con dos cojones, perdón, testículos, sabrían de lo que hablan. Pero luego reculo. Quizá le negaran su naturaleza. Y eso no se lo deseo a nadie.

Hazte Oír aumentó sus ingresos en un 69% gracias al PP al declararla de utilidad pública

Su presupuesto anual distingue al grupo de presión del resto de los grupos ultraderechistas españoles, en su mayoría minúsculos con una solvencia poco comparable con la de la asociación

Autobús de Hazte Oír. E.P

La polémica del autobús tránsfobo de Hazte Oír que circulaba por Madrid ha puesto a la organización ultracatólica, que afirma solo haber mostrado “un hecho de la biología” en su mensaje,  en boca de todos los medios. Ahora InfoLibre ha hecho público que los ingresos del grupo crecieron en un 69% desde que el Gobierno del PP lo declaró de utilidad pública.

En 2013, el Ministerio del Interior dotó de beneficios fiscales a los socios de la organización. Dos años más tarde ésta declaraba unos ingresos de  2,6 millones de euros. Según informa el diario digital, Hazte Oír destinó más de 225.000 euros a gastos de personal en 2015.

Su presupuesto anual distingue al grupo de presión del resto de los grupos ultra derechistas españoles, en su mayoría minúsculos partidos franquistas, falangistas o neonazis con una solvencia poco comparable con la de Hazte Oír.

Hasta el momento, el autobús con el mensaje “Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva. Que no te engañen” ha sido inmovilizado de forma cautelar mientras que la Fiscalía de Madrid estudia un posible delito de odio. No obstante, la organización ha amenazado con sacar más autobuses a la calle después de su “retención ilegal”.

Que no te engañen: cinco cosas que debes saber sobre transexualidad infantil

Un dibujo de Gabriela, una niña transexual, cedido por la familia

Una persona transexual es aquella a la que al nacer se le asigna una identidad sexual que no es la suya (lo que ha confundido el juez en la sentencia sobre el autobús tránsfobo con orientación sexual). El autobús de la organización ultracatólica HazteOir incluye estas frases: “Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva. Que no te engañen”. Según el propio  presidente de la entidad: “El mensaje habla de biología”.

Históricamente, la mayoría de niños que tienen pene son niños, y la mayoría que tiene vulva son niñas, pero esto no es siempre y necesariamente así: a muchas personas se les adjudica el sexo erróneo. La OMS define así la transexualidad infantil:  “Incluye una fuerte aversión por parte del niño a su anatomía o características sexuales, un fuerte deseo de las que coinciden con el género experimentado y fantasear con juguetes, juegos, actividades o compañeros de juego que son típicos del género experimentado en lugar del sexo asignado”.

¿Cuándo expresan los niños su identidad de género?

Depende de cada uno y de su entorno, pero algunos lo verbalizan desde los dos o tres años, según explican a eldiario.es algunas madres: “Soy niño” o “mírame a los ojos, soy una niña”, dicen a los adultos, o se miran al espejo y se repiten: “Soy guapa”. Pilar Sánchez, la madre de Gabriela, respondió a la pregunta “¿cuándo supo tu hija que era una niña?” con otra: “¿Desde cuándo te sientes tú un chico?”.

La OMS define que para que se considere transexualidad infantil “la incongruencia debe haber persistido durante aproximadamente dos años y no se puede diagnosticar antes de los cinco”. 

El punto de partida es la conquista del lenguaje. A partir de ahí, los niños con más fuerza o ímpetu o que tienen un ámbito familiar más favorable lo expresan antes. “Otros se callan y no dicen ni pío e interiorizan que están equivocados en lo que sienten”, explica una madre: “Entonces crecen con culpa y con vergüenza y viven vidas ocultas hasta que explotan”. Los suicidios de transexuales que no pudieron expresar su identidad sigue siendo un tema tabú.

¿Es necesario que haya un cambio de apariencia?

No. Ocurre que asociamos el género a una apariencia, y esto puede llevar al sufrimiento a quien no adopta los rasgos elementales de la apariencia masculina o femenina. Esto puede ocurrir con más virulencia en la adolescencia, así que los niños y niñas transexuales pueden recibir bloqueadores hormonales al inicio de la pubertad. Prima siempre el interés superior del menor.

¿Estamos ante un cambio de paradigma?

Juan Gavilán, autor de Infancia y transexualidad (Catarata, 2016), explicaba en una entrevista con eldiario.es que el “modelo biomédico y patologizador” estaba en retroceso y en vías de ser sustituido por un modelo “sociocultural” abanderado por la rebeldía de un grupo de madres de menores que dejaron de esconder lo que son. Pilar Sánchez, la madre de Gabriela, contaba aquel día que una psiquiatra de la UTIG llegó a culpabilizarla por “querer tener una hija”. “Yo no quiero para mi hija ningún disfraz. ¿Por qué lo voy a vivir como un trauma si no es nada malo? Lo malo es la transfobia, cómo el entorno acoge a los niños trans”, denuncia una madre.

En este proceso de “despatologización”, el discurso biomédico basado en el diagnóstico, la evaluación, la hormonación y la intervención, está siendo rechazado por el movimiento asociativo.

El propio comisario europeo de Derechos Humanos exigió que se dejara de tratar a los transexuales como enfermos, pero quedan escollos: el manual de diagnóstico de trastornos mentales, el DMS V, dejó de considerar la transexualidad como enfermedad mental en 2013, pero el texto de referencia de la OMS la mantiene en el ICD-10. La revisión del documento está en proceso y se va a considerar “incongruencia de género”.

Si esto es una revolución, ¿cuándo y cómo comenzó?

La transexualidad ha estado muy asociada a la marginalidad porque la sociedad pensaba que eran raros o viciosos. Las asociaciones de familias con niños trans dan la vuelta al argumento: lo que conduce a la marginalidad es que la sociedad no te permita ser quien eres.

Los niños trans, presentes en todas las culturas a lo largo de la historia, solo han empezado a mostrarse como son recientemente gracias a varios factores. Uno de ellos, la mayor preocupación por sus emociones. “Cuando te pones a su altura y le escuchas, el niño dice y cuenta”, dice una madre.

Otro factor han sido las redes. Antes la madre podía contarlo a su entorno y recibir una respuesta fría o incluso de reprobación. Las redes facilitan encontrar a los iguales y así han surgido asociaciones: Chrysallis, la primera en España familias con niños transexuales, se funda en julio de 2013. A partir de entonces surge Transhuellas, Fundación Daniela, Asociación Arela… En 2014 Chrysallis presenta el documental El Sexo Sentido. El tema se mediatiza y los padres ven que sus hijos no son seres extraños. El fenómeno sigue al alza y es global: la edición internacional de National Geographic acaba de dedicar su número de enero a la “revolución de género”.

¿Qué avances legislativos se han producido?

Se han aprobado leyes autonómicas en Andalucía, Castilla-La Mancha, Madrid o País Vasco, pero no hay una ley estatal, aunque ya está habiendo contactos de grupos políticos para desarrollarla. Entretanto, se aprueban normativas sectoriales en materias transferidas, como la educación, y ya hay varias comunidades con protocolos educativos y médicos para identidad de género. Estos protocolos convierten en ilegal un caso como el de Gabriela, a la que un colegio de Málaga no permitió vestirse con un uniforme de niña.

Tampoco se ha modificado la legislación del registro para que permita corregir el sexo en los documentos públicos. Los padres se quejan de la intromisión en su intimidad que supone tener que explicar al conductor del autobús o en un aeropuerto que su hija es una niña aunque el DNI diga lo contrario.

Hay iniciativas legislativas para corregir esto. Es cada vez más frecuente la admisión del cambio de nombre (de uno propio de niño a otro de niña, o viceversa) pero de momento son algunos jueces quienes están abriendo camino para amparar también el cambio de la mención registral del sexo. Los criterios no son unívocos: un juez de Torremolinos puede denegar el cambio de nombre en el DNI de Alexa, mientras que apenas a cien kilómetros otro dicta que negar a los menores un cambio registral del sexo es “negarles una vida plena y libre”.

Un juzgado prohíbe la circulación del autobús de Hazte Oír en Madrid

El Juzgado de Instrucción Número 42 de Madrid ha acordado como medida cautelar que el autobús tránsfobo no pueda circular por la ciudad.

Autobús de Hazte Oír. E.P

El Juzgado de Instrucción Número 42 de Madrid ha acordado como medida cautelar la prohibición de circulación del autobús desplegado por Hazte Oír hasta que no retire el mensaje contra la transexualidad.

Así lo indica el juzgado en un oficio fechado el miércoles, tras recibir el escrito de la Fiscalía Provincial de Madrid que solicitaba precisamente esta medida cautelar. Contra la resolución cabe interponer recurso de reforma.

En su escrito, se decreta la prohibición de circular de este autobús, al entender que su mensaje “no se limita a exponer” el ideario del colectivo, sino que se dirige a personas con una orientación sexual “distinta” para lesionar su “dignidad”.

El Ayuntamiento de Madrid ya procedió a la inmovilización del mencionado autobús que pretendía recorrer las calles de la ciudad con el mensaje “Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva. Que no te engañen. Si naces hombre, eres hombre,. Si eres mujer, seguirás siéndolo”.

Pretende saltarse la orden judicial

Ante estos argumentos, la asociación ultracatólica ha optado por cubrir el eslogan con un “vinilo gigante” que portará otros mensajes “muy llamativos” en contra de la “ideología de género”. Con ello, espera que mañana el autobús, en el que han invertido “bastantes miles de euros”, pueda volver a circular otra vez por las calles, si bien el Ayuntamiento de Madrid les ha avisado de que estará “atento” a los nuevos mensajes y de que, llegado el caso, actuará con la misma firmeza que en la primera ocasión.

Para decidir sobre la prohibición cautelar, el juzgado tomó declaración al presidente de Hazte Oír, Ignacio Arsuaga, que se opuso a la inmovilización del bus vinilado para la campaña.

Arsuaga argumentó que la campaña tiene como objetivo que las personas que tengan una ideología afín a la del colectivo puedan acceder a su web para leer una publicación editada por la asociación en las califican las leyes de protección de derechos del colectivo LGTBi como normativas de “adoctrinamiento sexual”.

En su declaración, el presidente de Hazte Oír reconoce que su eslogan puede ser “provocador” pero rechaza que conlleve un “rechazo” a la transexualidad o a la homosexualidad. A su vez, expone que la iniciativa es un ejercicio de la “libertad de expresión”.

El juzgado expone en su resolución judicial que “del tenor literal de la publicidad no se infiere racionalmente que se esté públicamente fomentado, promoviendo o incitando directa o indirectamente al odio, hostilidad, discriminación o violencia contra un grupo por razón de orientación o identidad sexual de sus componentes”.

No obstante, el magistrado sí considera que la campaña puede suponer un “menosprecio” a este colectivo por no reconocerles su “orientación sexual”.

“A este respecto, cabe destacar que dicha afirmación, expositiva del ideario de la asociación Hazte Oír, no se limita a exponer el ideario, que puede tener respecto a la sexualidad, sino que extralimitándose de dicho ideario, parece dirigirse a las personas con una orientación sexual distinta, negándosela, lesionando de esta manera su dignidad”, recoge la resolución.

Por ello, decreta que las expresiones concretas recogidas en la campaña suponen “un acto de menosprecio a las personas con orientación sexual distinta a la heretosexualidad, incluidas en el apartado segundo del artículo 510 del Código Penal”.

En consecuencia y para evitar la “perpetuación de la comisión de delito, se procede a acordar la medida cautelar interesada por el Ministerio Público (la prohibición de circular del autobús del colectivo).

Hazte Oír y hazte aliado de Jorge Fernández Díaz

El exministro del Interior declaró a este grupo ultracatólico de utilidad pública por su “interés general”

Miembros de Hazte Oír se concentran este miércoles en Cibeles para defender su autobús. JAVIER TORMO EFE

BERNA GONZÁLEZ HARBOUR

Los políticos pueden decir misa, pero la verdadera impronta de sus decisiones está en el Boletín Oficial del Estado. El del 24 de mayo de 2013 recoge la declaración por parte del Ministerio del Interior de la organización Hazte Oír como “asociación de utilidad pública”. Para ello, el entonces ministro Jorge Fernández Díaz consideró que promueve “el interés general”.

¿Hemos dicho interés general?

La organización Hazte Oír ha puesto a circular un autobús con un mensaje que agrede a una minoría, la de unos niños con una identidad diferente a la de su cuerpo, como antes ha hecho feroces campañas contra el aborto y la educación sexual en los colegios. El fiscal superior de la Comunidad de Madrid ha abierto diligencias para investigarlo por posible delito de odio y hasta el presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, que es quien de verdad dice misa, también lo ha condenado.

El debate se ha situado inmediatamente en un territorio que puede ser estimulante y rico para una sociedad que cambia y que incorpora nuevos derechos y reconocimientos a realidades que antes vivían en sombras tenebrosas: ¿Es libertad de expresión lo que hace Hazte Oír o es incitación al odio? La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, declaró ayer en la sede de EL PAÍS que “la libertad de expresión tiene sus límites en las leyes”.

Vayamos por un momento a otro escenario: el presidente Trump ha revocadouna norma de Obama que permitía a los niños el acceso a vestuarios y baños del género con el que se identificaran, lo que en su momento (2016) fue considerado un avance en los derechos de la comunidad LGTB. Desandar el camino avanzado no cambia nada para la gran mayoría de la gente, pero sí entorpece la de una minoría que hoy se ve obligada a dar un paso atrás. Es por ello un acto de simbolismo cruel.

Hay una escena de Posguerra, el gran libro de Tony Judt, que narra cómo los alemanes miraban hacia atrás, se tapaban los ojos y se reían cuando les ponían imágenes de los campos de exterminio años después del nazismo. Tardaron mucho en querer ver. Y ese fragmento del libro nos coloca ante la evidencia de que empatizar con las minorías es el primer paso para comprender, para rectificar, para legislar y para avanzar.

Cuando las autoridades o agentes sociales son inmunes a los sufrimientos de las minorías, como está ocurriendo con los refugiados sirios (Europa), cuando desandan el camino avanzado en contra de esas minorías (Trump) o fletan un autobús que niega la identidad sexual de una minoría (Hazte Oír) están pecando de un mismo defecto, sea delito o no lo sea: falta de empatía y generosidad. Que además el Gobierno considere a esta organización de utilidad pública por su “interés general” es agotador. Por una vez, hagan caso a Blázquez y respeten a esos niños. Eso sí es de interés general.

Un juez prohíbe circular al autobús tránsfobo de Hazte Oír

El juzgado cree que el mensaje del bus busca atentar contra la dignidad de los transexuales

 

Autobús inmovilizado de Hazteoir, hoy. VÍCTOR SAINZ

El Juzgado de Instrucción número 42 de Madrid ha acordado como medida cautelar la prohibición de circulación del autobús desplegado por Hazte Oír hasta que no retire el mensaje contra la transexualidad, según informa la agencia Europa Press. Así lo indica el juzgado en un oficio fechado este miércoles. El juez entiende que el mensaje del autobús “no se limita a exponer” el ideario del colectivo, sino que se dirige a personas con una orientación sexual “distinta” para lesionar su “dignidad”. Contra esta decisión cabe interponer recurso.

El Ayuntamiento de Madrid ya procedió a la inmovilización del mencionado autobús que pretendía recorrer las calles de la ciudad con el mensaje “Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva. Que no te engañen. Si naces hombre, eres hombre. Si eres mujer, seguirás siéndolo”.

El fiscal del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad de Madrid, Jesús Caballero, ya había abierto diligencias para investigar este autobús y había pedido al juez que impidiera circular al vehículo naranja hasta que se retirasen “los mensajes discriminatorios que exhibe”.

La organización ultracatólica ha denunciado públicamente el “secuestro” del autocar este martes por parte del Consistorio y anunció, antes de conocerse la decisión de la fiscalía, que el vehículo continuaría su ruta este miércoles, después de que la Policía Municipal de la capital lo inmovilizase y multase la pasada noche. Según informó el Consistorio, el autocar se encontraba “custodiado” por los agentes en una cochera de Hazte Oír y se había determinado que no circulase por la ciudad “a la espera de que la Fiscalía se pronuncie sobre un posible delito de LGTBIfobia”.

La Generalitat de Cataluña y la Delegación del Gobierno de Madrid también han anunciado que trasladaron los hechos al Ministerio Público por considerar que esta campaña puede suponer un “delito de odio” contra los transexuales.

El autobús transfóbico

ULISES CULEBRO

RAÚL DEL POZO

Los neoconservadores han tomado el poder y ahora se apoderarán del lenguaje. Vuelven Lynch, el KKK y los generales pentagonales. Desde que eligieron al bisonte imperial, la política es un reality show; The New York Times, el enemigo; y el Papa Francisco, el hereje.

Se levanta la voz contra el niño de Federico García Lorca, que escribía nombre de niña en su almohada, y contra el muchacho que se viste de novia en la oscuridad del ropero. Los perseguidos han vuelto al armario. Los gais y la causa de las mujeres están tan amenazados como el hielo de los polos. Ellas, según los autores de la Enciclopedia, eran tratadas como imbéciles, cargadas con un niño que les cuelga de los pezones y pasaban la vida escuchando al padre, a la madre, al marido: “Hija mía, ten cuidado con tu hoja de parra”. Virginia Woolf las vio así: “Las mujeres han vivido todos estos siglos como esposas, con el poder mágico y delicioso de reflejar la figura del hombre, el doble de su estatura”. Ese canon occidental de los Derechos Humanos está pasado de moda.

“El feminismo es cáncer”, ha dicho Milo Yiannopoulos, que se considera un líder de la nueva libertad de expresión, defiende la primacía blanca y llama “Papi” a Trump. En España, el autobús de Hazte Oír, llamado “autobús transfóbico“, circula con las siguientes palabras en la carrocería: “Los niños tienen pene, las niñas tienen vulva. Que no te engañen. Si naces hombre, eres hombre. Si eres mujer, seguirás siendo mujer”. La asociación ultraconservadora que ha lanzado el mensaje está en la onda, promueve nuevos valores, lucha contra la dictadura progre que relega a los heterosexuales a ciudadanos de segunda, se subleva contra el aborto y contra el matrimonio homosexual. El autobús fue detenido o bloqueado por orden de no se sabe quién y espera la decisión del juez. Empiezan a surgir en España movimientos ultracatólicos que consideran heresiarca y papa negro a Francisco. Pero este Pontífice pidió disculpas a los homosexuales por la forma cruel con la que han sido tratados por los curas y porque la Iglesia haya permitido que fueran perseguidos.

Lo que ahora parece bárbaro será vanguardia, porque se ha iniciado una guerra mundial contra lo que llaman el integrismo del pensamiento débil, esa inquisición blanda y posmoderna que se había apoderado del mundo. El buenismo, el ecologismo, el feminismo, el socorro socialdemócrata, la Sodoma de la tolerancia están acorralados. Quizás el ajuste de cuentas con lo políticamente correcto tuvo su apoteosis en la victoria de Trump y la venganza surgió, entre otros momentos, en el instante en el que Hillary Clinton dijo: “La mitad de los seguidores de Trump se podría meter en lo que yo llamo ‘la cesta de los deplorables’, ¿verdad? Los racistas, sexistas, homófobos, xenófobos e islamófobos”. Los que estaban metidos en la cesta de las serpientes salieron a votar y probaron que la fiesta del flower power se había acabado y también los serafines de Allen Ginsberg, que se dejaban follar por santos motociclistas.

Un juzgado prohíbe de forma cautelar la circulación del autobús transfobo de Hazte Oír

El Juzgado de Instrucción Número 42 de Madrid ha acordado como medida cautelar la prohibición de circulación del autobús desplegado por Hazte Oír hasta que no retire el mensaje contra la transexualidad.

Así lo indica el juzgado en un oficio fechado este miércoles, tras recibir el escrito de la Fiscalía Provincial de Madrid que solicitaba precisamente esta medida cautelar. Contra la resolución cabe interponer recurso de reforma.

En su escrito, se decreta la prohibición de circular de este autobús, al entender que su mensaje “no se limita a exponer” el ideario del colectivo, sino que se dirige a personas con una orientación sexual “distinta” para lesionar su “dignidad”.

El Ayuntamiento de Madrid ya procedió a la inmovilización del mencionado autobús que pretendía recorrer las calles de la ciudad con el mensaje “Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva. Que no te engañen. Si naces hombre, eres hombre,. Si eres mujer, seguirás siéndolo”.