Rajoy escuchará la palabra matrimonio en la boda de Maroto
El exalcalde de Vitoria repetirá el enlace con su novio en el lugar del convite después de celebrar su unión civil en la intimidad de su despacho municipal
La palabra matrimonio retumbará esta tarde en el comedor del hotel-restaurante El Caserón, situado en el Alto de Armentia, a las afueras de Vitoria, ante el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, su mujer, Elvira Fernández, y las 270 personas restantes que el vicesecretario general del PP y ex alcalde de Vitoria Javier Maroto y su pareja, José Manuel Rodríguez, han invitado a su enlace civil. Los contrayentes escenificarán su unión al atardecer, en el lugar elegido por ambos para el convite nupcial, antes de que comience la cena y el baile posterior. Y es que, para entonces, ya serán marido y marido de pleno derecho.
Maroto y Rodríguez han decidido que legalizarán su relación de casi dos décadas «a lo largo de la jornada de hoy» en la intimidad del despacho de apenas diez metros cuadrados que el político alavés tiene asignado en el Ayuntamiento de Vitoria en calidad de jefe de la oposición. Ante el revuelo mediático generado por su boda con la confirmación de la asistencia del líder nacional del PP -partido que tiene recurrida ante el Tribunal Constitucional la ley que regula el matrimonio homosexual, aprobada durante el mandato del socialista José Luis Rodríguez Zapatero-, la pareja ha optado por desistir de su idea de congregar a los invitados en el salón de bodas de la Casa Consistorial de la capital vasca. A cambio, celebrarán un sencillo acto privado en el despacho municipal de Maroto, en el que solo intervendrán los actores imprescindibles. Con posterioridad, antes del banquete, lo reeditarán ante sus familiares, amigos y la nutrida lista de compañeros del PP que asistirán.
El exregidor popular no quiere hurtar a sus invitados el momento del ‘sí quiero’, ni tampoco que «nadie interprete que he querido evitar al presidente Rajoy que se hable de matrimonio en su presencia», explicó a EL CORREO Maroto, sin ocultar con disgusto el desbordamiento que le ha provocado la «tremenda dimensión mediática que está generando este asunto». En un tono más serio de lo habitual, admitió que «el tema se ha ido de madre. Y yo no quiero una boda a lo Lolita Flores. No quiero que nadie se sienta incómodo, incluido yo mismo», apostilló. Por eso, y para ahorrar a los invitados el «paseíllo» por la plaza porticada de España, un lugar habitual de txikiteo, donde se encuentra la Casa Consistorial, y «polémicas con los otros partidos por el coste de la seguridad», Maroto intercambiará las alianzas con su novio en la intimidad de su despacho municipal.
Su madre y Oyarzábal, testigos
Allí únicamente se congregarán, además de los contrayentes, el senador conservador Jorge Ibarrondo, que hará de maestro de ceremonias, el oficiante, el concejal popular Miguel Garnica y los testigos escogidos por la pareja: la madre de Maroto, Margarita Aranzábal, y el amigo y confidente de la pareja, Iñaki Oyarzábal, quien ya marcó un precedente en el partido hace tres años cuando el entonces secretario general del
PP vasco fue el primer dirigente de la formación en declararse sin tapujos homosexual. La hora a la que se celebrará el enlace sólo la conocen ellos.
«Si me caso en el Ayuntamiento es porque me hace ilusión. Sigo siendo el alcalde de Vitoria», reivindicó, dolido aún de que, hace apenas tres meses, el PNV le arrebatara la Alcaldía de Vitoria, pese a ser la lista más votada, con el apoyo de EH Bildu, Sumando (la versión municipal de Podemos) e Irabazi.
A última hora de la tarde, el matrimonio se trasladará a El Caserón para celebrar ante los suyos la ‘reboda’, brindar por su felicidad y bailar al son de la música que pinche un Dj. La pareja se quedará por ahora sin viaje de luna de miel. La portavocía del PP en Vitoria y la coordinación de la acción política de los populares en España como vicesecretario sectorial le obligan a Maroto a aplazar esos planes.
Sáenz de Santamaría y Moragas refuerzan con su asistencia el apoyo al exalcalde
La asistencia de Mariano Rajoy a la boda de Javier Maroto normaliza de alguna forma la posición política del PP con respecto a la ley de matrimonio homosexual, que llegó a ser recurrida en los tribunales por este partido entre muestras de malestar de sus sectores más renovadores y fuertes críticas del PSOE, impulsor del texto. Superada esa polémica después de que la Justicia avalara el uso del término matrimonio -el mismo que se emplea en el sacramento católico- en las uniones entre personas del mismo sexo, la plana mayor de los populares se ha volcado con el enlace civil del exalcalde de Vitoria, que se casa hoy con Josema Rodríguez, su pareja en los últimos 19 años.
La cita se convertirá en un acto de respaldo político y personal a Maroto, un valor en alza en la nueva dirección nacional del partido como vicesecretario Sectorial. Además de Rajoy, cuya asistencia ha podido generar revuelo en las filas más conservadoras de los populares, la lista de invitados confirmados incluye a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría; el coordinador de campaña y director del Gabinete de Presidencia, Jorge Moragas; y el diputado y exvicesecretario de Organización, Carlos Floriano, que fue el único dirigente de la sede de Génova que perdió su puesto tras los malos resultados cosechados en las elecciones municipales del 24 de mayo.
Asimismo, la boda civil contará con la secretaria general del Partido Popular, Dolores de Cospedal; y los otro cuatro vicesecretarios que forman parte del comité ejecutivo de la formación: Javier Arenas, Fernando Martínez-Maíllo, Andrea Levy y Pablo Casado. Javier Maroto, de 43 años, fue desplazado de la Alcaldía por el candidato del PNV con el apoyo de EH Bildu pese a haber ganado con holgura las elecciones. Cuatro meses después, su vida ha dado un vuelco. El 2 de junio anunció su enlace con la pareja con la que lleva media vida de convivencia. Dos semanas más tarde, Rajoy le aupó al núcleo duro de la dirección del PP. Hoy está en su boda junto a amigos, familiares y compañeros de partido.