Así se celebra el día del Orgullo en los países más peligrosos

Desfile LGTB en Mumbai, India

Desfile LGTB en Mumbai, India/ AP Photos

“Si una bala atraviesa mi cerebro, dejad que esa bala destruya las puertas de todos los armarios”. Harvey Milk recibió cinco tiros en la cabeza por considerar la libertad de derechos y la orientación sexual un asunto de Estado. Este político de San Francisco logró convertir su manifestación en contra de la iniciativa Briggs -que obligaba a despedir a los profesores homosexuales porque cumplían el perfil de abusadores de niños- en toda una marcha por los derechos LGTB. No eran las primeras movilizaciones de la comunidad gay, pero aquel verano de 1978 fue el más multitudinario desde la primera celebración del Orgullo en Estados Unidos.

El asesinato de Milk se sumó a la crispación por la brutalidad policial en los disturbios de Stonewall y congregó cada vez a más personas al desfile orgulloso. Pero ambas tragedias, aunque contribuyeron a terminar con la persecución legal, estuvieron lejos de romper los armarios, como demostró la última masacre de Orlando. El mundo se ha vestido de luto y ha reivindicado más que nunca su fiesta internacional, incluso cuando implica desafiar lo políticamente correcto y afrontar una buena paliza por parte de las fuerzas de seguridad.

Turquía es el eslabón perdido entre los países secularizados que condenan la homosexualidad y una Europa más o menos tolerante. Las autoridades de Estambul defienden que es necesario amordazar a la comunidad LGTB por su propia seguridad frente a los islamistas radicales. Si hace un año estos argumentos perdían su validez mientras lanzaban un cañón de agua helada sobre los asistentes al Orgullo, este año las imágenes provocan un bochorno muy similar. Esta vez no se han andado con medias tintas y han contraatacado con pelotas de goma, gases lacrimógenos y noches en el calabozo.

La represión brutal que se manifiesta este día es solo el reflejo de la discriminación que sufren sus miembros durante todo el año. La homosexualidad sigue siendo delito en casi ochenta países y diez de ellos mantienen la pena de muerte, como Irán, donde el gobierno ha asesinado a más de 6.000 personas por esta razón. Muchos optan por cambiarse de sexo para evitar la horca y hacerse pasar por transgénero -que sí está permitido- antes que admitir su sexualidad. Sin embargo, la población LGTB iraní no ha sacrificado su celebración y han convocado varias manifestaciones clandestinas o, directamente, han trasladado su Orgullo a los países vecinos.

Otros han estrenado su derecho a ondear la bandera de siete colores desde hace bien poco, una forma de reivindicar el cese de la discriminaciones desde los poderes del Estado. Pero reconocen que aún queda mucho camino por recorrer.

India

Celebración del Día del Orgullo en Mumbai, India

Celebración del Día del Orgullo en Mumbai, India/ AP photos

Los indios homosexuales asistieron con estupor a la restauración de una ley previamente derogada que les considera criminales. Todos los que en 2009 se sintieron orgullosos de pertenecer a un país que no juzgaba las relaciones íntimas de sus habitantes, despertaron del sueño en diciembre de 2013. “Es como dar un salto 150 años hacia atrás. Al parecer, el Tribunal Supremo compró los argumentos y accedió a la presión de los grupos religiosos”, decían los activistas. El polémico artículo es una ley británica de la época victoriana que considera ilegales “las relaciones carnales contra el orden de la naturaleza” y las castiga con hasta 10 años de prisión.

Es cierto que los jueces del Supremo accedieron este febrero a revisar la legislación, pero el asunto se ha quedado hasta ahora en buenas intenciones. Algo que, por otra parte, no impidió que Bombay se vistiese de fiesta en su Queer Film Festival. Han pasado ocho años desde que Nueva Delhi acunase la primera congregación gay de un país de mil millones de habitantes. Sus apenas 500 asistentes recordaron a todos aquellos que optaron por el suicidio ante un sistema que les condena a casarse por compromiso con alguien heterosexual. “Gandu hu, gandu hu, garu se kaho” (soy maricón, soy maricón, y estoy orgulloso de serlo), entonaban pronunciando la palabra que en hindi les relega a la categoría de parias.

Es el único día en el que los hijra, el colectivo travestido del país, pueden vestir sus saris sin recibir ataques policiales y protestar junto al resto de la comunidad LGTB. Los miembros de este “tercer sexo” fueron reconocidos en 2014 por el mismo tribunal que criminaliza la homosexualidad. Un paso que se reconoce como histórico pero que abre interrogantes sobre la necesidad de pasar por el quirófano para ser legitimado. 

Namibia 

En Namibia la homosexualidad es considerada un delito

En Namibia la homosexualidad es considerada un delito

Una mirada hacia el África no magrebí muestra la peor cara de la moneda de los países homofóbos.  Uganda es el ejemplo más cruento, pero no es el único sistema con leyes activamente pensadas para reprimir a los LGTB y que condenan su exhibición a varios niveles. Los más mediáticos son los castigos políticos, que pasan por palos, prisión o muerte, pero los más inhumanos son los sociales. En Sudáfrica, único país donde la homosexualidad no es un delito y la ciudadanía está supuestamente más abierta a la diversidad, cada mes muere una lesbiana víctima de las “violaciones correctivas”. Un castigo social que  se repite como un dominó en casi toda África.

Namibia decidió romper su silencio en 2013 y celebrar el primer desfile del Orgullo gay en la ciudad de Windhoek. A pesar de que el país condena la sodomía y es el argumento más utilizado para perseguir a las parejas de hombres, su población es una de las más tolerantes del continente. Sin embargo, entre los peores censores se encuentran los medios de comunicación, que tildan las marchas de “abominación” y “bestialidad” en los diarios y apelan a condenas bíblicas.

Rusia

La policía ataca a los asistentes a las marchas del Orgullo en Moscú

La policía ataca a los asistentes a las marchas del Orgullo en Moscú

El principal desafío del país radica en los grupos ultraderechistas y en la iglesia ortodoxa, “que acuden a las manifestaciones a reventarlas, en el sentido literal”, nos contaba Mario de la Torre, director del documental Primavera rosa en Moscú.

Además, los chicos y chicas homosexuales se han visto obligados a tomar clases de entrenamiento personal contra armas blancas. “Si alguien se entera de que los gimnasios forman al colectivo LGTB, el gobierno podría llegar a cerrar estos negocios amparándose en sus estatutos homófobos”. De la Torre se refería a laLey contra la propaganda homosexual, que se justifica en la protección de los niños ante las “relaciones sexuales no convencionales”, como les gusta calificarlas. El punto maquiavélico de este eufemismo es que engloba desde la homosexualidad hasta la pederastia.

El Gobierno de Putin prohibió en 2012 el día del Orgullo durante 100 años, que desde entonces no se ha dejado de celebrar envuelta en incidentes violentos. Durante la última marcha, l os policías cargaron en cuanto los activistas desplegaron sus pancartas y ondearon las banderas arcoiris ante la sede de la Duma, la Cámara Baja del Parlamento ruso. En el ataque también participaron radicales cristianos ortodoxos, como se puede observar en la fotografía de arriba. Aunque los miembros de las ONG han denunciado en innumerables ocasiones ante el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos, se podrían contar con los dedos de la mano los casos que se han resuelto felizmente.

México

Última marcha del Orgullo en México DF

Última marcha del Orgullo en México DF

“Habría que colgar a los afeminados y a los maricones”, ataca una mujer vestida de blanco impoluto a la salida de una iglesia del DF. Las palabras de esta católica son ley en México, país que ocupa el segundo puesto en la tasa de homicidios cometidos contra el colectivo LGTBI. Los datos que llegan desde el otro lado del Atlántico son escalofriantes: el 68% de los familiares de los asesinados no reclaman su cuerpo por vergüenza, así que las cunetas del país amanecen repletas de homosexuales y transexuales decapitados o torturados.

México es el paradigma de la contradicción. Por un lado están aprobando un amplio paquete de leyes en defensa del colectivo, pero los noticieros evidencian que no es más que palabrería jurídica. El peligro en este caso, además, trasciende al ámbito político. “Hay una purga muy selectiva”, denuncia el colectivo. No es solo una forma de esquilmar a la población activista LGTB, sino también una manera de dar una llamada de atención desde los puestos de poder.

A pesar de esta realidad, la marcha del Orgullo de México es una de las más concurridas de América Latina. Celebrada el pasado domingo, la manifestación sumó este año 200.000 personas y presumió de ser la primera capital latina en reconocer el matrimonio homosexual. Pero d etrás de esa imagen abierta y positiva se esconde una realidad muy cruel. Cada 48 horas es asesinado un miembro de la comunidad LGTB y el 70% de los casos quedan impunes.

Las redes y el armario: cómo la tecnología ha ayudado al colectivo LGTB

Día del Orgullo Gay en Chile

Día del Orgullo Gay en Chile EFE

Roger Mbede murió hace algo más de dos años. Vivía en Camerún, un país donde la homosexualidad es un delito. No imaginaba que terminaría siendo encarcelado cuando escribió un mensaje de texto a un amigo confesando que le amaba. El asesino de Orlando, que mató a 50 personas a principios de este mes en un club gay de la ciudad, consultó en Facebook la repercusión de su ataque mientras estaba atrincherado dentro del local. En Marruecos, dos homosexuales fueron agredidos y paseados cubiertos de sangre por su casa mientras los agresores grababan un vídeo para después subirlo a YouTube.

Solo son solo tres casos de cómo un teléfono móvil o las redes sociales se inmiscuyen indirectamente en la diversidad sexual y de género de las personas. Para que actos como estos no ocurrieran nunca, la comunidad LGTB se prometió salir a la calle y reivindicarse cada año tras los disturbios del Stonewall Inn, el 28 de junio de 1969. Aquel día, la policía entró en el pub gay neoyorquino haciendo uso de una fuerza desmedida. Instauraron así, sin quererlo, el Día del Orgullo.

En un mundo aún sin Internet, las personas LGTB se reunían casi de forma clandestina en bares como Stonewall. La forma más habitual de relacionarse pasaba por el bocaoreja, por ese amigo que tenía un conocido que a su vez había oído hablar de una persona que frecuentaba un bar gay. Ser homosexual ha sido un estigma incluso en el mundo occidental hasta bien entrado el siglo XX. “Ahora, el ligue se hace de tal manera que parece que tengas un catálogo de IKEA”, cuenta entre risas Jesús Generelo, presidente de la FELGTB (Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales).

Aunque con sus pros y sus contras, las redes sociales vuelven a las relaciones menos visibles de lo que serían en un espacio no virtual. “Creo que los pros son infinitamente mejores que los contras, al menos para el colectivo LGTB”, continúa explicando Generelo. El presidente de la FELGTB está encantado con que “cualquier chaval de 13 o 14 años que tiene dudas o empieza a sentir curiosidad” use estas aplicaciones. Aunque quizá la más conocida por todos sea Grindr, no fue la primera. El precedente hay que buscarlo en los albores del nuevo milenio, concretamente en 1999, cuando Gaydar se convirtió en el mayor punto de encuentro para gays y homosexuales de la Red. “Antes eso no existía, eso era soledad”, cuenta a eldiario.es.

“Podemos decir que Gaydar marcó un precedente en las relaciones sociales y de esta tendencia empezaron a surgir otras aplicaciones destinadas a públicos más sectoriales”, explica Cristina Moreno, responsable de comunicación de la FELGTB. Según lo que se busque, una aplicación es más efectiva que otra. Grindr se inclina más por el sexo rápido, Wapo -Wapa para mujeres- por los contactos y las relaciones de amistad, Manhunt pasa por ser una red social para la comunidad gay. “Antes de la existencia de estas aplicaciones y de Internet, las relaciones sociales se cocinaban en bares y discotecas y se alimentaban de tú a tú”, continúa Moreno.

¿Han venido estas aplicaciones a liberar al colectivo? “Sirven para expandir el contacto, eso es evidente”, asegura Generelo. En España, el colectivo LGTB ha estado estigmatizado y perseguido hasta 1986, pero no fue hasta 1995 que la  Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social se derogó por completo. Tanto en los 80 como en los 90, los bares y pubs “de ambiente” eran los sitios comunes donde conocer gente. “La juventud de ahora no entiende lo que se pasó, cómo teníamos que vivir”, cuenta Generelo. Y con cierta nostalgia recuerda el ingenio que había que echarle antes, el ejercicio de “agudización de la percepción para pillar cualquier tipo de mensaje que hablara subrepticiamente de homosexualidad, el ‘este entiende’, cosas así”, explica.

La policía ataca a los asistentes a las marchas del Orgullo en Moscú

La policía ataca a los asistentes a las marchas del Orgullo en Moscú

Grindr no es tan perfecto

Grindr cuenta con más de cinco millones de usuarios en todo el mundo. No es la más perfecta, pero sí la más popular. Opera en 196 países y asegura que cada día, más de dos millones de homosexuales encuentran un compañero gracias a la app. También presumen de estar en los países donde la homosexualidad está prohibida o es ilegal. “ Grindr, en muchos sitios, es el único lugar para la comunidad gay para conocerse entre ellos. Estamos muy orgullosos de esto”, decía Joel Simkhai, el CEO de Grindr en abril del año pasado.

Sin embargo, en abril de hace dos años, tuvo una falla de seguridad importante. Varios hackers demostraron que podían encontrar a todos y cada uno de los miembros de la comunidad. En Irán, por ejemplo, donde la homosexualidad se castiga con la pena de muerte, Grindr dejó al descubierto a más de 200.000 hombres. En otros países como Egipto, el gobierno aprovechó el bug de la aplicación para intentar localizar a los hombres gays dentro de sus fronteras. Tras el revuelo mediático, Grindr decidió dejar de mostrar la localización exacta de las personas y lo cambió por una aproximación métrica, algo que no convenció del todo a la comunidad.

“En Irán existe una realidad virtual de gente que se interrelaciona”, cuenta Generelo. “El riesgo se mantiene pero permite unas puertas traseras por donde colarse. Aún así es muy arriesgado: ya no es solo el ostracismo social, es que también hay pena de muerte”, continúa el presidente de la FELGTB. Las apps vinieron a liberar a la comunidad LGTB de las leyes restrictivas de cada estado. También, a presentar un nuevo paradigma y a permitir que todos aquellos que no se atrevan a salir del armario sigan dentro con la puerta entreabierta. “El hecho de que existan lugares virtuales sin prejuicios ni homofobia hace que muchas personas que en su día a día viven en un contexto menos inclusivo encuentren un espacio dónde relacionarse libremente con personas que pueden servirles como referentes positivos. Esto ayuda mucho a visibilizar y empoderar al colectivo”, afirma Moreno.

El Día del Orgullo en India

El Día del Orgullo en India

Rusia: un caso aparte

La falla de Grindr también afecto a los usuarios en suelo ruso. La ley allí es equívoca. La homosexualidad no está prohibida, pero las leyes hacen todo lo posible para que así sea. La Ley de Propaganda Homosexual que se aprobó en 2013 con el propósito de proteger a los menores frente a las “relaciones sexuales no convencionales” causa estragos entre la comunidad LGTB. “Esta ley, lo que hace justamente es que los menores que se pretende proteger, estén expuestos mucho más”, cuenta Violeta Assiego, portavoz sobre diversidad afectivo-sexual de Amnistía Internacional España.

En Rusia, la única opción que tienen muchos chavales gays, lesbianas o trans de encontrar apoyo es a través de una plataforma como Children 404“, explica Assiego. Su fundadora, Elena Klimova, está denunciada por el gobierno ruso porque el ejecutivo de Putin considera que viola la ley y están haciendo propaganda homosexual. Es una de las pocas ventanas que existen en Rusia para que los jóvenes LGTB encuentren apoyo entre sí. Además, el mensaje recuerda al clásico error de Internet 404. Son esos “menores que no vas a encontrar porque los invisibilizan”, cuenta Assiego.

“Rusia es el estado que mejor escenifica cómo coartar la libertad de expresión en un contexto en el que penalmente no se criminaliza la homosexualidad”, continúa Assiego. El ascenso de leyes restrictivas contra las personas de orientación sexual es una constante en los últimos tiempos. El año pasado, las constituciones de Armenia y Macedonia se reformaron para contener como unión matrimonial tan solo la que es llevada a cabo entre un hombre y una mujer. “Es una manera de señalar al colectivo LGTBI”, dice Assiego.

Hace pocos días, Hungría y Polonia, junto a otros 10 países, no suscribieron un acuerdo que promulgaba la libre circulación de movimiento de las parejas del mismo sexo dentro de la UE ya que “vulneraba su identidad nacional de familia”, explica Assiego. En EEUU, las polémicas leyes de baños en varios estados sureños han intentado segregar y estigmatizar al colectivo recientemente. Como recuerda Generelo, “no olvidemos que la diversidad sexual y de género es instrínseca”. Así que ante la proliferación de restricciones, aplicaciones para ligar.

Dos jóvenes con la bandera LGTB

Dos jóvenes con la bandera LGTB

Y la homosexualidad se hizo mainstream: lo gay en la cultura pop

Un adolescente que saliera del armario en los años cuarenta o cincuenta apenas tenía dónde verse reflejado: en cine, televisión, literatura y música sólo parecía existir la pareja heterosexual con hijos (previo paso por la vicaría, por supuesto). El colectivo LGBTQI optaba por permanecer en el armario o llevar una doble vida. Fue bien entrado el siglo XX cuando una serie de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales optaron por aprovechar su estatus de personajes públicos para visibilizar esa parte de la sociedad que el mundo prefería ignorar.

Marlene-Dietrich

Marlene Dietrich

Cada vez que alguien dice que ahora hay más gays que nunca (y sí, aún hay quien lo dice), me rasgo las vestiduras: no hay más, es que ahora no tienen que ocultarlo. De todos los derechos que quedan por conquistar para el colectivo  LGBQTI directamente se podría escribir un libro entero, empezando por la reciente lucha de los transexuales por el uso de los baños públicos. Salvo en la Grecia y Roma clásicas, Occidente ha optado durante siglos por silenciar y reprimir a todo un sector de la sociedad que no comulgaba con lo heteronormativo. Que Marlene Dietrich se vistiera a logarçonne no era problema: a fin de cuentas, la bisexualidad y el lesbianismo no dejan de ser fantasías alimentadas por el hombre heterosexual. Pero esa era justo la línea que se podía traspasar, y sólo en la pantalla de cine: no en balde la actriz alemana fue amenazada con arresto en París en 1933 si aparecía públicamente vestida como un hombre. Pese a todo, los años veinte fueron un oasis relativo: no sólo la androginia dio el salto a la gran pantalla, sino que figuras tan populares como Josephine Baker no tenían reparo alguno en ocultar su bisexualidad y como ya hemos visto en otra ocasión, en la Alemania pre-nazi valía casi todo, aunque los motivos para esa tolerancia no fueran los más idóneos.

Josephine_Baker

Josephine Baker

Terminada la Segunda Guerra Mundial, la libertad sexual dio un pasó atrás. El modelo imperante volvía a ser el de matrimonio con fines reproductivos, la homosexualidad volvió al armario y la cultura popular también se volvió retrógada. Ya no se veían personajes ambiguos en la gran pantalla ni mucho menos abiertamente homosexuales, y autores como Tennessee Williamso Carson McCullers se tenían que conformar con la insinuación velada si no querían ver arruinadas sus carreras. Incluso las voces de autoras comoAlice B. Toklas, André Gide o Djuna Barnes parecieron apagarse entre los cuarenta y cincuenta, publicando solo de forma esporádica. Son los años en que la homosexualidad no sólo era tabú, sino que se perseguía y penaba en muchos países. Hasta en el cine había que conformarse con critpogays como el Sal Mineo de Rebelde sin causa (1959) o con la broma caricaturesca de Con faldas y a lo loco (1955).

El asalto al mainstream

Hubo que esperar a los sesenta para que los personajes públicos se atrevieran a reivindicar su sexualidad y de paso, asaltar la cultura masiva.Andy Warhol no sólo convirtió el arte en un lucrativo negocio, sino que convirtió su Factory en una meca en la que la comunidad gay era protagonista de las películas experimentales del artista. Warhol reinventó el concepto de star system de Hollywood y convirtió a personajes comoOndine, Viva o Candy Darling en sus propias superstars. Aunque las razones de Warhol no eran las más desinteresadas o altruistas, sutroupe contribuyó a dar visibilidad a LGBTQI. La Factory estaba a pleno rendimiento cuando se produjeron el 28 de junio de 1969 la protesta deStonewall que despertó definitivamente a una comunidad que se negó a quedarse callada y de brazos cruzados por más tiempo, y a partir de ese momento, la influencia homosexual en la cultura popular mainstream dejó de ser anecdótica.

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Aunque el cambio de década trajo un nueva ola de conservadurismo que parecía dispuesta a aplastar cualquier amago de movimiento civil o pensamiento al margen de establecido, nadie se mostró dispuesto a renunciar a los derechos por los que tanto se había tenido que luchar, y menos aún, a volver a meterse en un armario. Y la cultura, por supuesto, era una de los frentes abiertos. El cine se llenó de películas como Muerte en Venecia (1971), The Rocky Horror Picture Show (1975), Cowboy de medianoche (1969) o el Teorema de Pasolini (1968), que le valió un premio especial en el festival de Venecia (aunque el Vaticano pidió que se le retirase).

A nadie sorprenden hoy éxitos de taquilla como Milk (2008) o Brokeback Mountain (2005), ni que directores como John Waters (con su reivindicación de lo camp) o Pedro Almodóvar puedan pasearse por la alfombra roja y recoger premios gracias a películas que probablemente serían un tostón si se hubieran rodado “desde el armario”. La pequeña pantalla tampoco se ha quedado al margen, de Orange is the new black(2013-) a Will & Grace (1998-2006) pasando por My so called life (1994-1995).

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La música también ha salido del armario. Aunque aún queda mucho artista prefabricado, lo de ir vendiendo imagen de perfecto yerno pasó a mejor vida hace tiempo. Tras el fallecimiento de David Bowie, miles de fans en todo el mundo recordaban cómo esa ambigüedad sexual de la que hizo gala supuso toda una válvula de escape para quienes entraban en la adolescencia en una época en que la homosexualidad empezaba a despenalizarse en el Reino Unido. Aunque se declaraba bi, homo o hetero según le diera, mostró nuevos caminos a quienes se sentían alienados en una sociedad que no admitía más que blanco y negro.

Ver a homosexuales y lesbianas en las listas de ventas dejó de ser una sorpresa con nombres como Elton John, Freddie Mercury, Michael Stipe, Pet Shop Boys o Scissor Sisters, y es difícil no preguntarse por el destino de George Michael si hubiera salido del armario cuando su carrera estaba en el punto más álgido. Habrá quien diga que la jugada era arriesgada, pero Madonna ha sabido sacar réditos al colectivo LGBTQI desde que hizo sus primeros pinitos en el Danceteria hasta el famoso beso a Christina Aguilera y Britney Spears en pleno prime time.

Hasta Ricky Martin ha sabido rentabilizar su salida del armario, y un género como el hip-hop, que puede llegar a ser profundamente sexista y homófobo, ha encontrado en Frank Ocean un portavoz para un colectivo que sufre doble discriminación: por raza y orientación sexual.

La permeabilización ha llegado incluso a la moda (Cara Delevingne es la primera modelo abiertamente bisexual), los videojuegos (los jugadores deLos Sims ahora pueden optar por hombres que se quedan embarazados o mujeres capaces de mear de pie) y las estrellas infantiles, con una Miley Cyrus que sería la pesadilla de Tío Walt y que se declara gender fluid, al igual que hace Grimes y cada vez más millenials en todo el mundo. Ya sólo falta que salga del armario un jugador de fútbol. Además sería todo un golpe de efecto hacerlo en plena Eurocopa. ¿Alguien se anima?

Lo que prometen los partidos para el colectivo LGTBI

El PSOE es el que más profundiza en propuestas para el colectivo LGTBI. El PP, el que menos, no dedica ni una sola medida específica

La brecha entre la derecha y la izquierda sigue existiendo y es visible, más aún en la defensa de los derechos sociales. El 26-J se volvió a las urnas para decidir qué futuro vivir, qué país habitar, y los cuatro grandes partidos ofrecen futuros y países diferentes. También para el colectivo de lesbianas, gais, transexuales, bisexuales e intersexuales, para los que la igualdad efectiva todavía no existe

Sánchez en el Orgullo en Valencia el pasado 18 de junio. MÓNICA TORRES

Sánchez en el Orgullo en Valencia el pasado 18 de junio. MÓNICA TORRES

De las dos veces que aparece “orientación sexual” en el programa electoral del PP o los tres párrafos que dedica Ciudadanos, a las más de 1.000 palabras que ofrecen el PSOE y Podemos Unidos para conseguir la igualdad del colectivo LGTBI hay mucha diferencia numérica de palabras, y de ideología, de sensibilidad y de propuesta para conseguir una equidad que sigue sin ser real, ni de facto ni jurídica.

La lucha por estas batallas sociales las sigue definiendo la izquierda, luchas que siempre han desmarcado a unos y otros. Y los han definido, los siguen definiendo. ¿Qué proponen Mariano Rajoy, Albert Rivera, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Alberto Garzón para cambiar esa realidad tan poco ecuánime?

Partido Popular

Mariano Rajoy en el balcón de Génova el pasado 26 de junio. JOSE JORDAN AFP

Mariano Rajoy en el balcón de Génova el pasado 26 de junio. JOSE JORDAN AFP

Más allá del generalista “trabajaremos por la igualdad en todos los ámbitos, luchando contra cualquier tipo de discriminación por razones de orientación sexual y/o de identidad de género”, solo en otra ocasión se hace referencia a lesbianas, gais, transexuales, bisexuales e intersexuales y en ninguno de los dos párrafos se hace una clara alusión.

El partido de Mariano Rajoy incluye al colectivo LGTBI en su propuesta del Plan Nacional de Lucha contra el Acoso. “Impulsaremos medidas específicas para prevenir, detectar y combatir cualquier tipo de discriminación, ya sea por razón de nacimiento, origen, orientación sexual, identidad de género, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”. Nada más en las 221 páginas de programa.

→Puedes ver el programa electoral del PP haciendo click aquí.

Ciudadanos

Albert Rivera, un día después de las elecciones del 26J. CÉSAR MANSO AFP

Albert Rivera, un día después de las elecciones del 26J. CÉSAR MANSO AFP

Albert Rivera repite fórmula, aún más ambigua, en su programa: “Diseñaremos políticas para promover la igualdad real y efectiva en todos los ámbitos e instituciones. Igualdad básica pero real con independencia de su sexo, creencias y lugar de residencia”.

Y añade el impulso de dos nuevas leyes. La primera, una Ley de Gestación Subrogada renovada. La segunda, más específica, una Ley Integral de Identidad y Expresión de Género y de Protección contra toda Discriminación por Diversidad Sexual y de Género.

→Puedes ver el programa electoral de Ciudadanos haciendo click aquí.

PSOE

Pedro Sánchez en Ferraz durante la noche del 26J. ULY MARTIN

Pedro Sánchez en Ferraz durante la noche del 26J. ULY MARTIN

El programa del partido socialista está trufado de menciones al colectivo LGTBI en lo que se refiere a igualdad e incluye un capítulo específico: “Medidas para la igualdad efectiva de lesbianas, gais, transexuales, bisexuales e intersexuales y contra la discriminación por orientación sexual e identidad de género”.

La educación en valores como forma de lucha contra la discriminación y los prejuicios son la columna vertebral de las propuestas socialistas, en ámbitos que van desde el colegio hasta el sanitario o el del funcionariado público. Entre otras medidas (específicas de violencia de género, reproducción asistida o adopción), proponen la aprobación de una ley integral para las personas transexuales en la que se trata la inserción laboral, se elimina la temporalidad del tratamiento y diagnóstico y se incluye la atención sanitaria de las personas transexuales como una prestación pública más.

→Puedes ver el programa electoral del PSOE haciendo click aquí.

Unidos Podemos

Pablo Iglesias y Alberto Garzón en la plaza Reina Sofia de Madrid tras conocer los resultados del 26J. LUCA PIERGIOVANNI EFE

Pablo Iglesias y Alberto Garzón en la plaza Reina Sofia de Madrid tras conocer los resultados del 26J. LUCA PIERGIOVANNI EFE

En las medidas conjuntas que Podemos e Izquierda Unida presentaron para las elecciones del pasado domingo 26 de junio, el punto 18 estaba dedicado a la diversidad sexual y, entre otras declaraciones de principios y propuestas, estaba la “oposición a cualquier tipo de LGTBI+fobia institucionalizada o no” y las acciones correspondientes para que puedan garantizarse los derechos de este colectivo en cualquier ámbito; la despatologización de las identidades transexuales; “y la creación de protocolos de educación del profesorado y profesionales de la educación en diversidad afectivo-sexual y de género”.

Podemos, en su programa, amplía esas medidas conjuntas para el colectivo LGTBI e incluye medidas que coinciden con las del PSOE (incluir el diagnóstico y tratamiento de las personas transexuales en el sistema público sanitario, la despatologización o la promoción en el empleo, entre otras), otras específicas sobre la adopción, la creación de varios organismos estatales desde los que se luche por la igualdad real de este colectivo o la modificación del artículo 14 de la Constitución “para incluir expresamente la prohibición de la discriminación por orientación sexual o identidad de género”.

→Puedes ver el programa electoral de Podemos haciendo click aquí. Y las medidas conjuntas con Izquierda Unida, aquí.

El mapa de la homofobia en el mundo

mapa homofobia en el mundo

El mundo está cambiando. Más de 20 países reconocen ya el derecho a casarse de las parejas homosexuales. Sin embargo, siguen existiendo lugares en los que se castiga con la pena de muerte, la persecución o la cárcel. Estos son los últimos datos sobre la situación de este colectivo en el mundo

Vuelve a contar: La bandera LGBTI no tiene siete colores

Nació como una bandera de ocho colores, pero perdió dos por el camino

bandera arcoiris

Benson Kua / Wikimedia Commons

Gusta a mucha gente, incluso a aquellos que no pertenecen al colectivo, porque se sienten incluidos en los colores de la bandera LGBTI. Es un signo de alegría y también de solidaridad, que miles de personas han adoptado en las últimas semanas tras la matanza ocurrida en Orlando. Aunque sea conocida en todo el mundo como la bandera arcoíris, en realidad solo cuenta con seis colores. Esta es su historia original y así se introdujo en España.

Cuenta otra vez: rojo, naranja, amarillo, verde, azul y morado. Son seis colores y no los siete que solemos atribuir al arcoíris. Pero no siempre fue así en los casi 40 años de vida del que es uno de los símbolos más exitosos de la historia reciente. De hecho, es ya un objeto de museo: el MOMA de Nueva York adquirió la bandera original en 2015 para incluirla en su colección de diseño.

Pocos reconocerían al estadounidense Gilbert Baker por su nombre o por su rostro, pero el icono que ideó a finales de los 70 es inconfundible. “Estaba en el lugar y el momento adecuados”, reconocía él mismo al museo estadounidense. Ese lugar era el San Francisco en tiempos de revolución, durante los años en los que las calles eran escenario permanente de la lucha por la paz y las libertades.

Un día recibió una llamada de su amigo Harvey Milk. El activista estaba ultimando los detalles de la marcha por el Día de la Libertad Gay, programada para un 25 de junio de 1978. Recurrió entonces a Baker en busca de un símbolo que representara el momento, recuerda el propio diseñador en una entrevista concedida al archivo de la Universidad de Kansas.

Baker, quien había servido durante dos años en el Ejército estadounidense en la Guerra de Vietnam, se había reinventado en creador de emblemas a su vuelta a California. Disponía de poco tiempo, así que decidió coser y teñir dos banderas con ayuda de varias decenas de voluntarios. La intención era emplearlas en la manifestación que iba a convertirse en el germen del Día del Orgullo Gay. Desde entonces se convirtió en su símbolo oficial.

Hasta ese momento, se usaba un distintivo de infausto recuerdo: el triángulo rosado que el nazismo impuso a los gays. En contraposición, la primera bandera lucía nada menos que ocho colores, cada uno con un significado.

significado colores bandera

El cambio a los siete colores llegó por motivos prácticos. “Era muy complicado encontrar entonces fábricas que produjeran el color rosa a gran escala. La demanda de esta bandera se había disparado de tal forma que ya solo podía producirse en masa”, explica a Verne Miguel Brox, responsable del Centro de Documentación y Cultura de COGAM. Es una de las asociaciones más importantes en la lucha por los derechos LGBT en España.

Otros cambios llegaron casi de inmediato, coincidiendo con las marchas de protesta por el asesinato de Harvey Milk. Cuando las banderas se pegaban en los postes de luz de San Francisco, los colores centrales se confundían con el soporte. La mejor manera de solucionar el problema era reduciendo la cantidad de tonalidades de la bandera. Así se eliminó la franja turquesa.

“¿Sois ecologistas? No, somos maricones”

A finales de los años 90 seguía siendo muy complicado encontrarlas en España, recuerda Miguel Brox: “En muchas manifestaciones nos las arreglábamos con telas sueltas que la gente unía con sus propias manos. Solo era posible comprarlas de importación, porque aquí ni si quiera se fabricaban. Llamábamos a distribuidores españoles y todos nos decían que no. Y nos preguntaban que para qué las queríamos, que si éramos ecologistas. ‘No, somos maricones’, contestábamos”.

madrid ayto arcoiris

Bandera LGBT en el Ayuntamiento de Madrid. Julian Rojas

Mili Hernández y Arnaldo Gancedo habían fundado unos años antes la librería Berkana de Madrid, toda una institución para el colectivo. “Ellos se encargaban de traerlas de fuera y venderlas. Luego decidieron ir a un taller de costura del barrio y encargarlas personalmente”, cuenta el responsable de cultura de COGAM. El germen de este cambio llegó en 1995, cuando por fin la marcha del Orgullo Gay comenzó a desfilar por la calle de Alcalá y se alcanzó “la verdadera visibilidad”, dice.

No es común que una bandera se ondee con tanta frecuencia en manos de personas que no forman parte del colectivo que representa, destaca a VerneJosé Manuel Erbez, secretario de la Sociedad Española de Vexilología, como se llama al área de estudio de banderas. “La potencia del mensaje que hay detrás del emblema LGBTI es tan grande que ha desplazado a banderas anteriores”, asegura. Se refiere a otras similares como la bandera de Cuzco o la de la paz.

Y eso que no se trata de una propuesta sencilla, desde el punto de vista del diseño de banderas. “Que solo se componga de barras es una ventaja, pero nunca es recomendable emplear más de cuatro colores, porque induce a errores a la hora de colocarlos en el orden adecuado”, comenta Erbez.

La ‘vivienda gay’ tira de orgullo

centrificacion chueca

Esta semana se celebra la fiesta internacional del Orgullo Gay con Madrid como epicentro europeo. SU VIVIENDA conmemora este evento analizando el mercado residencial madrileño en el que se mueve el colectivo LGTB (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales) y lo que ha supuesto la irrupción de estos demandantes de casa, no sólo para el sector de la vivienda, que ha aguantado mejor la crisis en estas zonas, sino también para la renovación a nivel urbano.

Este mercado inmobiliario se ha identificado desde los años 90 con el barrio deChueca (en el céntrico distrito de Justicia), pero en los últimos años ha comenzado a estar presente en otros enclaves. Cada vez más banderas arcoíris ondean enLavapiés (Embajadores) y Malasaña (Universidad). La principal causa de esta expansión ha sido la aceptación social de este gran colectivo, cifrado en más de dos millones y medio de personas.

Además del reconocimiento social, otros factores inmobiliarios han hecho que el colectivo gay mire más allá de Chueca. La contada oferta de viviendas y la alta demanda (fundamentalmente de jóvenes, también heterosexuales) junto con losaltos precios han obligado a estos residentes a desplazarse a nuevos destinos de la ciudad.

La llegada de la comunidad LGTB a Lavapiés o Malasaña es una buena noticia inmobiliaria y urbana. Basta con ver la profunda transformación de Chueca, que ha pasado de ser un área degradada y envejecida a convertirse en el Soho madrileño, con gran oferta comercial y de restauración, un proceso conocido como gentrificación.

Desde el punto de vista inmobiliario, el renacer de Chueca ha dado brillo al mercado de la vivienda. “El hecho de ser referencia gay ha impulsado este sector, algo que ahora está pasando en otras áreas, como Lavapiés y Malasaña, porque Chueca se ha quedado pequeño”, señala Lola Gilaberte, directora de la inmobiliaria Vanity Chueca.

Jorge y Javier ponen voz a este trasvase de la demanda LGTB. Se acaban de mudar a Lavapiés tras vivir varios años cerca de Chueca. “Buscábamos una casa que se adaptara a nuestras necesidades y que no costara más de 600 euros al mes. Elegimos Lavapiés por tener un precio relativamente económico, ser un barrio con identidad propia y con vida y por su cercanía a la Puerta del Sol, Atocha o al barrio de Las Letras”, comenta Jorge. “La gente está saliendo de Chueca por sus altos precios y la normalización, cada día más patente, de las personas LGTB en la sociedad madrileña”, explica Javier.

El hecho de que la zona gay por excelencia va a otro ritmo se ve en los datos deurban Data Analytics (uDA), empresa especializada en el Big Data inmobiliario. Según uDA, que tiene como base las operaciones reales de compraventa, el valor medio de la vivienda en Chueca asciende a 3.569 euros por metro, por encima de los 3.133 del distrito Centro y muy superior a la media de la ciudad, de 2.670 euros.

Por otra parte, desde uDA informan de que los precios se están disparando enLavapiés y Malasaña. Sobre todo, en Lavapiés, donde suben a un ritmo del 21%. En Malasaña, la escalada es del 10,1%. Estos notables incrementos ponen de manifiesto que dichos barrios están de moda en general y, particularmente, entre la comunidad LGTB. Además, Lavapiés goza del menor plazo de venta. Las viviendas se venden aquí en 11,6 semanas, mientras que en el resto de zonas estudiadas este periodo ronda las 14 semanas.

Gilaberte admite que la crisis también ha afectado al mercado de la vivienda en Chueca, aunque remarca que ha resistido mejor que otras zonas gracias, en parte, al motor de la demanda gay. Eso sí, lamenta que aquí afecta mucho más la sequía de crédito. “Quizá por ello”, prosigue, “ahora hay más oferta de alquiler que de venta”. Apunta que, por ejemplo, el arrendamiento de un piso exterior de 70 metros cuadrados y un dormitorio cuesta unos 800 euros al mes. “Los precios, tanto de venta como de alquiler, están subiendo y eso ha hecho que salgan inmobiliarias como setas”, advierte.

Mayor inmunidad a la crisis

Roberto Hernández, director de Inmobiliaria Gamero, corrobora que “los precios no han caído en Chueca como en el resto de la ciudad y ahora están estabilizados e incluso repuntando un poco”. Tanto Hernández como Gilaberte recalcan que no hay que olvidar que Chueca, además de ser el barrio gay, está cerca del centro. Al margen del colectivo LGTB, que tiene un peso relevante, argumentan que cuenta con demanda de todo tipo, desde solteros a parejas jóvenes pasando por inversores que compran para alquiler.

“He visto evolucionar el barrio por completo y puedo decir que actualmente vive su mejor momento. Mejor incluso que cuando empezó el movimiento gay. Ahora está todo más normalizado”, indica Hernández. De cualquier modo, espera que el mercado inmobiliario “no se vuelva loco”. “Además, hoy no es tan dependiente de la demanda LGTB. También destaca la demanda de gente joven sin hijos. Por contra, apenas buscan casa las familias tradicionales”, declara.

La ausencia de las familias en Chueca parece evidente viendo las tipologías existentes. “Hay producto variado, desde estudios de 25 o 30 metros cuadrados a viviendas de 200 a 250, pero abundan los pisos de 45, 50 o 60 metros, los más demandados”, comenta Hernández. “Los precios no son baratos”, avisa. “Un piso de 50 metros sin reformar en Chueca ronda los 150.000-160.000 euros. Si está reformado, se va a 190.000-200.000”, dice, reconociendo que Malasaña, que colinda con Chueca, es más económico.

Desde uDA ratifican que las viviendas más demandadas en Chueca y de mayor rentabilidad son los pisos de dos dormitorios de 70 a 100 metros cuadrados, cuyo precio unitario asciende a 4.140 euros por metro.

“Chueca, Lavapiés y Malasaña son tres barrios donde el proceso de gentrificación se encuentra en etapas diferentes. Chueca fue el primero y ese proceso está finalizado, por lo que la relación de oferta y demanda es de reposición. Por contra, Malasaña y Lavapiés están iniciando esa transformación y las casas con mejor comportamiento son diferentes por el perfil social que se está implantando”, especifica Carlos Olmos, director de uDA.

Como recuerda Hernández, los inmuebles pequeños son fruto de segregaciones de casas y especifica que la demanda suele preferir un producto a reformar. “Estas viviendas salen más económicas y a la gente le atrae hacer los hogares a su gusto”, afirma, al tiempo que no olvida que también hay demanda LGTB para hogares grandes y exclusivos. “En este escaparate, las calles más cotizadas son Fuencarral, Hortaleza o Valverde”, explica.

Mirando a este mostrador de casas de alto nivel, Gilaberte declara que su empresa comercializa un piso exterior de 250 metros por 1,6 millones de euros. “El comprador gay también pide este tipo de propiedades. Se trata, por ejemplo, de directores de empresas con alto poder adquisitivo. Lo más caro en el corazón de Chueca está en las plazas, donde apenas hay oferta y ésta contrasta con el grueso del producto, situado en calles estrechas”, asegura.

Una voz autorizada en el exclusivo escaparate de casas de Chueca y alrededores esEduardo Crisenti, director de la zona Centro de Engel & Völkers. “En general, el mercado en Chueca lleva unos años estable. Las zonas con un público concreto aguantan mejor la crisis y, además, las oscilaciones del precio no son muy grandes”, expone. Al hablar de demanda segura también se refiere a la gran presencia de inversores que, al calor de la comunidad LGTB, ven en Chueca una buena inversión donde “alquilar es sencillo”.

En este punto, uDA informa de que el alquiler más caro de las áreas analizadas está en Chueca (15,5 euros al por metro cuadrado), aunque, en esta ocasión, no dista mucho del resto de valores. La renta media en Malasaña se sitúa en 15,3 y en Lavapiés en 14,8. Pero estas diferencias seguirán ampliándose, ya que el mayor crecimiento de los precios se da en Chueca. Exactamente, más de un 8%. “Al igual que pasa en la compra, los pisos pequeños son los que menos tiempo tardan en alquilarse”, recalcan en uDA.

Gentrificación y lujo

En la misma línea que el resto de expertos, Crisenti admite que “la zona está algo saturada y de ahí que el público gay esté desplazándose a otras áreas”. “Chueca ya no es la novedad”, sostiene. “Este perfil con poder adquisitivo”, añade, “está a la última y ahora mismo la tendencia está en Embajadores y Lavapiés”. En concreto, Crisenti cita las zonas de La Latina y Tirso de Molina. “El fenómeno de gentrificación que vivió Chueca se empieza a notar en Embajadores, con cierto movimiento hasta Malasaña, hasta, por ejemplo, la calle Conde Duque”, dice.

Centrándose en el sector del lujo, Crisenti reconoce que en Chueca no hay mucha oferta y que se limita a viviendas reformadas de más de 300 metros en edificios representativos. “Hemos tenido casas estupendas en las calles Libertad o Fuencarral, pero a la demanda le cuesta mucho gastarse uno o dos millones en estas áreas con tanto movimiento”, indica. “Aquí el alto standing queda desmerecido porque hay mucha oferta de ocio”, remarca. Destaca un comprador muy variado con gran presencia de extranjeros. “En este sector, Chueca va mucho más allá del mundo LGTB”, concluye.

El Orgullo Gay después de Orlando

EE UU ha demostrado que la conquista de derechos se alcanza cuando, en un carril paralelo, también avanza el rechazo a la intolerancia y la homofobia

La marcha del Orgullo en Nueva Orleans. GERALD HERBERT AP

La marcha del Orgullo en Nueva Orleans. GERALD HERBERT AP

Las parejas homosexuales de Estados Unidos tienen derecho a casarse, a compartir seguros médicos, a hacer declaraciones de impuestos conjuntas o adoptar niños. La opinión pública respalda esos derechos a niveles más altos que nunca. La candidata demócrata a la Casa Blanca desfila en las celebraciones del Orgullo Gay de Nueva York. El presidente de la nación hace referencia a las reivindicaciones por la igualdad de los transexuales en un discurso a las dos Cámaras del Congreso y acaba de crear el monumento nacional a los derechos LGBT. Cuando habla de esta comunidad, no se queda en las siglas: habla de gais, lesbianas, bisexuales y transexuales.

Es el relato de los avances hacia la igualdad de todos los ciudadanos estadounidenses que han visto cómo la ola del cambio se aceleraba y ganaba fuerza en el último lustro. Cualquiera que mirase atrás hacia estos últimos años podría preguntarse ¿qué más queda por ganar? Pero la misma oleada chocó el pasado 17 de junio, de golpe, con el muro del terror. Una masacre en un club gay de Orlando, la peor en la historia de EE UU, acabó con la vida de 49 personas y dejó otras 53 heridas.

Mirando atrás se lee también el relato de cuatro décadas de avances incuestionables, como el hecho de que EE UU haya celebrado este fin de semana el primer aniversario de la plena igualdad de derechos, interrumpidos únicamente por instantes en los que la homofobia y el odio recuerdan que la verdadera igualdad, la apuntalada en la aceptación y el respeto en toda la sociedad, aún no está lograda. El ataque de Orlando ha sido el último.

Las marchas del Orgullo de todo el mundo recuerdan a las víctimas de Orlando. En la imagen, la de San Juan, en Puerto Rico, el pasado 26 de junio. ALVIN BAEZ REUTERS

Las marchas del Orgullo de todo el mundo recuerdan a las víctimas de Orlando. En la imagen, la de San Juan, en Puerto Rico, el pasado 26 de junio. ALVIN BAEZ REUTERS

Más de dos semanas después de la masacre se desconoce aún el verdadero motivo de Omar Mateen, que juró su lealtad a ISIS durante el tiroteo, pero también mostró señales de dudas sobre su identidad, habiendo visitado el club en varias ocasiones y como usuario de aplicaciones para citas entre homosexuales. Para la comunidad LGBT, ninguna de estas razones oculta que el hecho de ser un club gay lo convirtió en objetivo.

“Tenemos trabajo por hacer cuando personas LGBT de todo el mundo todavía se enfrentan a un aislamiento increíble, pobreza, persecución, violencia e incluso la muerte”, dijo Obama en una ceremonia en la Casa Blancaapenas dos días antes de la masacre. Según las autoridades estadounidenses, el 22% de los crímenes de odio perpetrados en el país son contra homosexuales o transexuales.

La reacción en EE UU a la masacre de Orlando ha sido la de la defensa de espacios como el club Pulse, necesarios aún para la comunidad LGBT. “La existencia de estos lugares es en sí un acto de rebeldía. Representan la reivindicación de espacios por parte de personas que viven en los márgenes de la sociedad”, escribe Julio Capó, profesor de la Universidad de Massachusetts.

El recuerdo a las víctimas de Orlando en la puerta de Stonewall Inn, en Nueva York. LUCAS JACKSON REUTERS

El recuerdo a las víctimas de Orlando en la puerta de Stonewall Inn, en Nueva York. LUCAS JACKSON REUTERS

Pero quienes han conocido estos lugares como el único sitio donde sentirse aceptados, comprendidos y donde nadie les iba a tratar desde la diferencia, también saben que esas cuatro paredes pueden convertirse rápidamente en un velo fácil de rasgar. “Mis primeras visitas a clubs gais eran operaciones clandestinas y, debo decir, es difícil ser gay sin que nadie se dé cuenta y a la vez ir vestido adecuadamente para salir una noche”, escribió hace una semana Matt Thompson, columnista de The Atlantic, hijo de inmigrantes y miembro de la comunidad gay de Orlando en los 80 y los 90. El atentado ha recordado que muchos miembros de la comunidad LGBT todavía tienen en estos locales —desde Orlando a Detroit, Nueva Orleans o Nueva York— el único espacio donde viven en completa libertad y aceptación.

Mientras, en el exterior, la sociedad estadounidense es el ejemplo de que, en un carril paralelo al de la conquista de los derechos, es necesario que avance el rechazo a la intolerancia y la homofobia. Las redadas del Stonewall Inn tuvieron por respuesta la creación de un movimiento de protestas y activismo por la igualdad de gais y lesbianas que ha durado varias décadas. Sobre esas protestas se sustenta la reacción a la iniciativa el año pasado de una funcionaria de Kentucky que se negaba a casar a parejas homosexuales.

Cuando poco después dos Estados sureños aprobaron leyes que permiten negar servicios a parejas homosexuales, la comunidad empresarial del país se pronunció rápidamente a favor de la igualdad de derechos. Y hace apenas dos meses fue el mundo de la cultura y el cine el que boicoteó a Carolina del Norte tras aprobar una ley que niega el acceso a los baños públicos a los transexualesque quieran emplear el servicio del género con el que se identifican.

El último ejemplo también pasa por Orlando. Decenas de personas crearon murallas humanas en los funerales de las víctimas del ataque para que ni las familias ni las cámaras de televisión pudieran apreciar la presencia de activistas que portaban mensajes homófobos. Harvey Milk, el primer político electo en San Francisco tras revelar su homosexualidad y asesinado en 1978, afirmó “si una bala me atraviesa la cabeza, dejen que esa bala destruya las puertas de todos los armarios”. Su deseo aún no se ha cumplido, pero la oleada del cambio solo avanza en una dirección.

De cisgénero a intersexual: diccionario del arcoíris LGBTI

Cada vez más opciones sexuales se cobijan bajo el mismo paraguas de igualdad de este colectivo

En los últimos años, las siglas LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero) han englobado a las personas no heterosexuales. Recientemente se sumó la letra i de intersexuales, que incluye al género neutro. Se trata de aquellas personas que muestran, en grados variables, caracteres sexuales de ambos sexos y que antes conocíamos como hermafroditas. Coincidiendo con la celebración del Orgullo Gay 2016 en España, elaboramos un breve glosario con algunos de los términos que también define otras condiciones sexuales.

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Andrógino/a

Son aquellas personas cuyos rasgos externos no se corresponden con los propios de su sexo de forma definitiva, ni necesariamente con los del sexo contrario. Esa ambigüedad estética no significa que pertenezcan a una u otra tendencia sexual.

Aunque en ocasiones se utiliza como sinónimo de hermafrodita, en la mayoría de los casos hace referencia a una simple cuestión de imagen. Dos ejemplos obvios de apariencia andrógina: los de David Bowie y Tilda Swinton.

Asexual

Son personas que no experimentan deseo sexual hacia ningún género. A pesar de la ausencia de este impulso, son perfectamente capaces de enamorarse.Algunos estudios apuntan que un uno por ciento de la población es asexual: 70 millones de personas en el mundo.

El pasado mes de mayo, Verne publicaba un testimonio en primera persona que hablaba de ello: “Hasta que no supe que era una cuestión de orientación sexual, no era capaz de explicar mi forma de ver el sexo”. El actor Stellan Skarsgard interpreta para el director Lars Von Trier a un asexual en la cintaNymphomaniac.

Cisgénero

Con este término que designa a la persona que se siente a gusto con su sexo de nacimiento. Género sexual y cuerpo están acordes. Al igual que heterosexual es lo contrario que homosexual, una persona cisgénero es lo contrario a una persona transgénero.  El género sexual y la tendencia sexual (heterosexual, homosexual, bisexual) son cosas diferentes.

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Drag / Travestido

Término procedente de la expresión inglesa dragging up. Son aquellos hombres que se visten de mujer y aquellas mujeres que se visten de hombre.

Vestirse de un género distinto no está necesariamente relacionado con la homosexualidad o la heterosexualidad, y no son transexuales. En la películaBelle Epoque, Jorge Sanz y Ariadna Gil protagonizaban un baile en el que ambos estaban travestidos. Él iba disfrazado de doncella y ella de hombre soldado.

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Intersexual

“No hay personas intersexuales, sino personas que nacen con genitales intersexuales”, cuenta a Verne Gabriel J. Martín, quien fue criado como niña en su infancia a pesar de ser hombre. Como decíamos, se trata de aquellas personas que muestran, en grados variables, caracteres sexuales de ambos sexos y que antes conocíamos como hermafroditas. Al nacer, estas personas cuentan con genitales masculinos y femeninos, lo que plantea un problema a sus padres a la hora de tener que optar por la cirugía que defina el futuro del bebé.

Australia y Alemania son los dos primeros países del mundo que han abordado este problema, admitiendo de forma legal el género neutro o tercer sexo. Un ejemplo cinematográfico: la cinta argentina XXY, en la que Ricardo Darín interpreta al padre de una adolescente intersexual. Lucha por que Álex, como se llama el personaje protagonista, crezca libre de prejuicios hasta que llegue el momento de decidir qué camino seguir.

Queer

Término que significa en inglés “raro” y que en principio se empleaba en el pasado de forma despectiva para definir a homosexuales. Ahora, se usa a menudo en el propio colectivo, algunos consideran que de forma desafiante y como método de autoafirmación, como apunta el Rainbow Project de la Unión Europea. Todo aquel que no quiera englobarse en los patrones y arquetipos heteronormativos puede considerarse queer, por tanto, es una forma genérica de definirse miembro de la comunidad LGBT, aunque sin adjudicarse ninguna etiqueta concreta dentro de este colectivo.

Transgénero

Persona que vive con un sexo/género que no es el que le fue asignado al nacer, pero que no ha pasado por cirugía de reasignación de género. En el mundo hay al menos 25 millones personas cuya identidad de género no coincide con el sexo que se les asignó al nacer y hasta un 60 por ciento de ellas sufre depresión, apunta un estudio de la revista médica The Lancet que recoge Materia.

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Transexual

Término legal que designa a una persona transgénero que está en vías de completar o que ya ha completado una cirugía de reasignación de sexo. Un ejemplo reciente que aborda estos dos últimos conceptos en televisión es la comedia dramática Transparent. En ella, un hombre padre de tres hijos decide comenzar a vivir como una mujer pasados los 60. Aunque Maura no se somete a ninguna operación, sí toma hormonas que reajusten su cuerpo. El actor Jeffrey Tambor ha ganado un Emmy por su trabajo en esta serie.

Caitlyn Jenner: “Tuve una pistola en las manos un par de veces”

Caitlyn Jenner fue nombrada por el 'Times' una de las cien personas más influyentes

Caitlyn Jenner fue nombrada por el ‘Times’ una de las cien personas más influyentes. CORDON PRESS

El 25 de junio de 2015, el planeta saludaba a Caitlyn Jenner. El ruidoso rumor que durante meses había alimentado periódicos sensacionalistas se convertía entonces en noticia-bomba de primera plana, ilustrada exquisitamente por la fotógrafa Annie Leibowitz vía edición estadounidense de la revista ‘Vanity Fair’. “Llamadme Caitlyn”, proclamaba en la portada el personaje antes conocido como Bruce Jenner. El que fuera campeón olímpico de decatlón en los Juegos de Montreal de 1976 y luego patriarca del muy mediático clan Kardashian-Jenner anunciaba así su definitiva transición de género. Caitlyn Marie, la mujer que siempre había sido, por fin comparecía libre. “Estoy muy feliz de vivir como soy de verdad después de una larga lucha. Bienvenidos al mundo de Caitlyn. No puedo esperar a que la/me conozcáis”, escribía al inaugurar su Twitter (un trino proclamado por la revista ‘Time’ como el décimo más retuiteado del año, en una cuenta que en apenas cuatro horas y tres minutos sumó un millón de seguidores, superando la misma hazaña del presidente Barack Obama un mes antes). Ahora, justo un año despuésde aquella revelación, la que es una de las estrellas más perseguidas del momento vuelve a confesarse. Y lo hace en las páginas de ‘Harper’s Bazaar’ España.

En su número de julio, consagrado a la fructífera relación entre la moda y el deporte, la versión española de la revista estadounidense publica una intensa entrevista exclusiva con Jenner a propósito de su fichaje estelar como imagen de la campaña For Every Victory (Para cada victoria) que ilustra la colección Sport para el próximo otoño del gigante del ‘fast fashion’ sueco H&M. Pero lejos de centrarse en cuestiones de indumentaria deportiva, la conversación discurre por caminos muy íntimos.

“Esto es lo que eres, es parte de ti, todo el tiempo. No te vas a la cama una noche y al día siguiente te levantas diciendo: ‘Ah, es que soy una mujer’. No. Yo he tenido mis maneras de afrontarlo, a veces luchando más, otras menos… Al separarme de Kris [Kardashian], me mudé a la mansión que compré en Malibú (fue ella quien la encontró y decoró para mí), preciosa, con vistas al océano. Y, de repente, me encontré sola, como en los ochenta, cuando estuve aislada durante seis años en la que entonces era mi casa. Tuve una pistola en las manos un par de veces. Durísimo. ¿Qué diablos voy a hacer?’, barruntaba todo el rato. Fui a terapia y decidí que tenía que hablar con mis hijos. Porque me estaban destrozando en los tabloides, algo que me ha pasado siempre, ‘paparazzi’ persiguiéndome a donde quiera que fuera, despedazándome, contando chismes estúpidos… Así fue como revelé el gran secreto de familia del que nadie hablaba, aunque todas mis esposas eran conscientes de ello. Y fue estupendo. Mi hijo mayor, Burt [de su primer matrimonio, con Chrystie Scott, en 1972], me dijo algo que me llegó al alma:‘Mamá ya me lo había contado. Y sabes qué, papá, siempre he estado orgulloso de ser tu hijo. Pero nunca lo he estado tanto como ahora mismo'”, le cuenta a Rafa Rodríguez, redactor jefe de la publicación.

La portada de 'Vanity Fair' en que la ex atleta se mostró tal y como es al fin.

La portada de ‘Vanity Fair’ en que la ex atleta se mostró tal y como es al fin.

Jenner, que el próximo octubre cumplirá 67 años, rememora el momento crucial de su decisión y revela además por qué decidió dar finalmente el paso decisivo: “Hablé con mi pastor, le conté mi historia y, aquella misma noche, lo comprendí: de todo lo que he hecho en mi vida, y ha sido mucho, quizá en este momento, después de 65 años, quizá ésta sea la razón por la que Dios me ha puesto en la Tierra. Primero, para vivir genuinamente, porque una no hace esto si no cree en lo más profundo de su alma que es lo correcto. Y segundo, para poder marcar la diferencia en este mundo, inspirando a los demás. Éste es un tema muy serio. Es una cuestión de humanidad que no tiene fronteras…”.

En la charla, que tuvo lugar en el estudio de Los Ángeles donde se fotografió parte de la campaña (una celebración de las victorias personales que también incluye a otros atletas con historias de superación, como el surfista Mike Coots, que perdió una pierna tras el ataque de un tiburón; la gimnasta con Síndrome de Down Chelsea Werner o la boxeadora de color cubana Namibia Flores), también hay espacio para política, a pesar de las objeciones del agente de la estrella, una republicana de pro cuyas opiniones al respecto le están trayendo más de un dolor de cabeza. “Porque cambies de género no significa que también cambies de creencias. Entiendo que, por lo que respecta a temas estrictamente trans, los demócratas son mejores, pero no estoy de acuerdo con sus políticas económicas.Creo que en eso los republicanos son los idóneos”, esgrime. “Hay muchos transexuales que votan por un único motivo, sus propios intereses como personas trans; a mí hay otros muchos temas que me importan, como tener el mejor líder para mi país, para empezar…”, dice antes de concluir incrédula: “La verdad es que estoy teniendo más repercusión por republicana que por transexual. ¿No es fantástico?”.

Jenner no ha tenido reparos en posicionarse públicamente a favor del candidato republicano a la presidencia de EEUU Ted Cruz, ya descolgado de la carrera electoral estadounidense desde principios de mayo. Aunque también ha dicho que no apoyará a Donald Trump, lo que es seguro es que tampoco muestra simpatía alguna por el demócrata Bernie Sanders, al que llegó a calificar de “idiota”. “Como Obama, no siente aprecio alguno por nuestro país”, soltó en su programa ‘I Am Cait’, el ‘reality’ que protagoniza desde el pasado año y que ya va por su segunda temporada (en España puede verse en el canal por cable Fox Life). Sin embargo, sí ha tenido palabras amables para Hillary Clinton, a la que no dudó en incluir en su show tras un encuentro en Iowa el pasado marzo: “Es muy dulce y agradable”, dijo de la candidata demócrata, a la que poco antes había llamado “puta mentirosa”.

Esos recalcitrantes valores conservadores son lo que, a priori, también le han valido las críticas desde dentro del propio colectivo LGTB, del que se ha convertido en inmediata portavoz desde su transición de género (que, de momento, no incluye la reasignación genital, cirugía mediante). A pesar de sus continuas muestras de compromiso, en especial con los menos favorecidos de la comunidad, ojos de muchos activistas pro derechos de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales, su excesiva corrección política y su nula comprensión de lo que significa el movimiento la invalidan como digna representante. Tanto que incluso el reciente anuncio de su participación en la tercera temporada de ‘Transparent’, la laureada serie de Amazon que más ha hecho por la visibilidad/normalización de la transexualidad en décadas, ha desencadenado la furia de las redes sociales.

Caitlyn Jenner es imagen de la colección Sport otoño-invierno 2016 de HM. En la foto, con prendas de la colección.

Caitlyn Jenner es imagen de la colección Sport otoño/invierno 2016 de H&M. En la foto, con prendas de la colección.

Lo cierto es que, en su primer año de vida, Caitlyn no ha parado de generar titulares que levantan polvaredas. El último, ése que asegura que estaría pensando en “dar marcha atrás” para volver a ser hombre, a decir de Ian Halperin en su reciente libro ‘Kardashian Dynasty: The Controversial Rise of America’s Royal Family’. El biógrafo de la presunta “familia real americana” cuenta que, durante su investigación, fuentes cercanas al clan californiano le confesaron que “todo le está resultando demasiado duro”, que se siente “muy miserable” y que podría detransicionar en un par de años. El representante de Jenner sólo ha dicho que no piensa hacer declaración alguna ante tan “estúpidos comentarios”, que no son verdad. De hecho, la propia Caitlyn lo anticipaba así en ‘Harper’s Bazaar’: “Es maravilloso vivir sin secretos, sin mentiras. Hace poco me desperté feliz, y estuve con la sonrisa puesta todo el día. Creo que nunca había sido más feliz en mis últimos 50 años”.

Una felicidad a la que contribuye de manera especial el apoyo que ha recibido de sus seis hijos (fruto de sus matrimonios con Chrystie Scott, Linda Thompson y el más mediático con Kris Kardashian), sobre todo por lo que respecta a las dos pequeñas, las populares modelos Kendall y Kylie Jenner. La relación con sus hijastras, las tres hermanas Kardashian, no pinta sin embargo bien: el pasado día del padre -que en EEUU se celebra en junio-, las ubicuas Kim, Khloé y Kourtney se dedicaron a recordar a su difunto progenitor, Rob Kardashian (de fama multimillonaria y abogado defensor en el caso de O.J. Simpson). Pero ni una palabra para Caitlyn, a la que Khloé sigue sin perdonar que no fuera honesta con su madre a propósito de su transición de género, algo que Jenner niega de plano:“Todas mis esposas eran conscientes de la situación. Era el gran secreto de la familia del que nadie hablaba”.

Para rematar, Caitlyn también tiene un recuerdo para su otro momento histórico, cuando consiguió el oro en la prueba de decatlón en los Juegos Olímpico de Montreal, convirtiéndose en el héroe de varias generaciones de americanos. Una hazaña de la que se cumplen, precisamente, 40 años este verano: “Siempre me he sentido muy orgullosa de aquella medalla olímpica, pero es verdad que me complicó muchísimo la vida a nivel personal. Porque la percepción que la gente tenía de mí, el macho, el mejor atleta del mundo, era muy distinta a la que yo tenía de mí misma. Por suerte, se acabaron las mentiras”.