“El sistema político que tenemos ya no representa a la gente”

Chelsea Manning en el vídeo mediante el cual anunció su candidatura al Senado por el estado de Maryland

Unas semanas después de ser liberada de prisión militar, donde cumplió siete años de una condena de 35 por filtrar secretos oficiales, Chelsea Manning se dio cuenta de algo terrible. “Estaba fuera, pero vi que mientras había estado apartada, la prisión se había extendido hasta aquí fuera también. Eso es lo que siento. Me da la sensación de que no he salido, sino que simplemente hemos intercambiado prisiones”.

Esa amarga visión de que incluso en libertad estaba atrapada en una prisión le surgió mientras paseaba un día por las calles de Brooklyn. El barrio neoyorquino tiene fama de hipster moderno, pero le impactó ver a tantos policías fuertemente armados.

“Había una inmensa presencia policial y estaban militarizados. He sido parte de una fuerza ocupante en un país extranjero y sé cómo es. Y eso es justo lo que vi en Brooklyn: una fuerza ocupante”, señala.

Su poderoso temor sobre la evolución de Estados Unidos durante sus siete años de encarcelamiento y su igualmente poderosa determinación por hacer algo al respecto explican el anuncio de Manning la semana pasada de presentarse como candidata al Senado.

Miedo y determinación. Se puede decir que ese ha sido su sello distintivo desde que en 2010 tomó la importante decisión de filtrar un inmenso tesoro de 700.000 documentos secretos cuando trabajaba como analista de inteligencia en una base militar estadounidense en Irak.

En su primera entrevista desde que la joven de 30 años publicó en Twitter los detalles de su candidatura al Senado, The Guardian le pregunta si existe relación entre sus ambiciones políticas de hoy y su conversión en una de las informantes más famosas –y más castigadas– de la historia de EEUU. “Verdaderamente no hay una línea directa”, sostiene. “Ha llovido mucho desde entonces. Soy una persona diferente a la que era hace 10 años”, añade.

Pero hay paralelismos claros entre estos dos acontecimientos. Fue un acto de gran valentía –algunos dirían que estúpida– descargar y transmitir a WikiLeaks informes de guerra, cables diplomáticos, vídeos y documentos de Guantánamo. Es un acto de gran valentía –puede que algunos digan que estúpida– presentarse al Senado estadounidense.

También hay una gran dicotomía entre su arresto en mayo de 2010 y su nueva campaña: si no fuese por el trato en ocasiones brutal que recibió a manos del Ejército de EEUU, ella no tendría el estatus global del que goza hoy en día.

¿Cómo da sentido a estas contradicciones? “No les he dado sentido”, señala. “Y no creo que tenga que haber una explicación. Aprendí muy rápido que mi experiencia en prisión ha formado mi visión del mundo”, añade.

Nos reunimos en su apartamento a las afueras de Washington en el primer aniversario desde que Obama conmutó la sentencia de Manning que aún no había cumplido. Tiene un salón grande con mucha luz, pero está medio vacío y eso le da un toque extraño e impersonal, como si hubiese imitado, aunque de forma más acogedora, la estética austera de prisión. Las paredes están prácticamente vacías, a excepción de unas imágenes de Oscar Wilde y de la anarquista Emma Goldman sobre la chimenea. Y de una copia de la carta de conmutación de pena.

Va vestida de negro, como iba en el vídeo de inicio de campaña, en el que llevaba también una rosa roja como símbolo de resistencia política. Con la luz brillante del salón, destaca el azul grisáceo de sus ojos maquillados con una sombra de color rosa.

Lleva una cadena de plata al cuello con una pequeña almohadilla (el símbolo del hashtag). “Twitter me sacó de prisión”, responde sin dudarlo cuando le preguntan por la cadena.

Decir que Manning ha asumido un duro trabajo al presentarse al Senado en su Estado natal de Maryland es quedarse corto. El actual senador y su rival en las primarias demócratas del próximo 26 de junio, Ben Cardin, es un veterano experimentado que se presenta a su tercer mandato. Es además el líder demócrata en el Comité de Exteriores del Senado y tiene una gran base de votantes leales de centro.

Según ciertas informaciones, Cardin tiene al menos dos millones de dólares para la batalla y la última vez que se presentó a unas primarias, en 2012, ganó a su oponente con un 74% de los votos frente a un 16%. Manning ha recaudado hasta ahora poco menos de 50.000 euros gracias a pequeñas donaciones online y tiene solo dos personas en su equipo, al que quiere mantener reducido –menos de 10 personas– durante la campaña.

¿Cómo piensa competir? “Sabemos que tenemos una gran batalla por delante”, afirma insistiendo en que se presenta para ganar. Aun así, pase lo que pase, no comprometerá sus convicciones por ganar votos. “Queremos ganar, pero si perdemos nuestros principios, entonces ganar no importa”, aclara.

Manning explica que pone su fe en la victoria en los grupos de activistas locales y de estudiantes con los que ha estado estableciendo vínculos desde su liberación. “No estamos haciendo una estrategia de campo centralizada, estamos esperando a que las comunidades locales vengan a nosotros. Yo les escucharé”.

¿Teme estrellarse y quemar su figura como le ocurrió al destacado miembro de Black Lives Matter DeRay McKesson cuando se presentó a las primarias demócratas a la alcaldía de Baltimore en 2016 y quedó sexto con solo un 2% de los votos?

“Baltimore es una ciudad con una comunidad activista muy activa y creo que De Ray no utilizó eso”, contesta. “No voy a criticar a un amigo mío, pero al mismo tiempo estamos hablando con la gente de Maryland y nos estamos tomando el tiempo necesario”, añade.

“Este es mi momento”

El estilo político de Manning ya se deja ver en su cuenta de Twitter. Es vivo y provocador, con frases como #WeGotThis (lo conseguimos), un mantra que desarrolló en prisión para alimentar su espíritu en momentos de desesperación. Manning utiliza un lenguaje directo que compara la agencia federal de inmigración (ICE), con la Gestapo y que dice sin tapujos “que le jodan a la policía”.

La estrategia funciona claramente para sus 323.000 seguidores de Twitter, pero todavía está por ver cómo funcionará en Maryland, un Estado (de seis millones de habitantes) con un gran contingente de funcionarios federales. El centro de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) tiene su sede allí.

Manning describe su política como “antiautoritarismo radical”. “EEUU tiene el Ejército más grande y más caro del mundo, pero siempre queremos más. Tenemos el mayor sistema de prisiones del mundo, y aún así queremos más. Tenemos, con diferencia, el mayor y más sofisticado aparato de inteligencia, y seguimos queriendo más. ¿Cuánto es suficiente? Ese es mi momento. Tenemos que parar esto”, explica convencida elevando la voz.

Aunque dice no tener nada contra Cardin –“Le voté dos veces”–, lo ve como parte del problema. Manning señala la L ey Antiboicot de Israel, que él promovió y que ha sido muy criticada por intentar sofocar las protestas contra los asentamientos israelíes.

En su primera declaración de campaña, Manning menciona tres áreas principales de su política: justicia penal, sanidad e inmigración. En cada una de ellas se posiciona claramente a la izquierda de Bernie Sanders. Hay que cerrar las cárceles y liberar a los prisioneros; todos los hospitales tienen que ser gratuitos en el momento de su utilización, sin hacer preguntas; las fronteras estadounidenses tienen que estar abiertas.

Y quiere decir abiertas de verdad. “No deberíamos negar el derecho absoluto a venir a Estados Unidos. Tienes el derecho, todo el mundo lo tiene”, asegura.

¿Qué le diría a alguien de Maryland preocupado por la entrada de terroristas en el país? “Tenemos terroristas nacionales y pueden viajar a donde quieran. Cerrar las fronteras no soluciona el problema”.

Esta posición inicial es tan interesante por lo que omite como por lo que aborda. Manning permanece en silencio sobre políticas transgénero, a pesar de situarse ella misma a la cabeza del movimiento trans. Y Manning tampoco menciona a Donald Trump.

¿Por qué no hace ninguna referencia al hombre que para muchos progresistas se ha convertido en la personificación del mal? “Todos nuestros problemas están personificados en un individuo, pero el problema es del sistema. Nuestro sistema de inmigración fallido no apareció de la noche a la mañana. Es una máquina construida durante décadas por centristas de ambos lados”.

Manning sostiene que pronto comenzará a ir a encuentros públicos invitada por grupos locales. Teniendo en cuenta que su Twitter atrae de manera regular comentarios llenos de odio y amenazas violentas por parte de detractores de derechas y antitrans, ¿no le inquieta su seguridad?

“No me preocupa. Esta gente quiere acabar con la disidencia y nosotros tenemos que contraatacar. No me va a disuadir que alguien me diga cosas horribles”.

Los ataques a los que se enfrentará en la campaña ya han empezado a salir a la luz. La afirmación más predecible es la de que es una traidora a su país, seguida de las teorías que apuntan a que está pagada por los rusos para intentar desestabilizar a un senador demócrata.

Una vez más, Manning permanece impávida. “Hoy en día todo el mundo es un traidor. James Comey, Hillary Clinton, Trump, Obama… la palabra ya no tiene significado. Cualquier forma de ‘no estoy de acuerdo contigo’ se convierte en ‘traición’ y en una sociedad así no se pueden tener debates”.

Es seguro que también se invoque en su contra a WikiLeaks y su fundador, Julian Assange, al que le filtró los documentos en 2010. ¿Qué opina ahora de Wikileaks? “En 2010 tomé la decisión de hacer públicos los documentos. Me puse en contacto con The New York Times y  The Washington Post, me quedé sin tiempo y esa fue la decisión que tomé. Es algo que no puedo cambiar”, aclara Manning. “Ha tenido algún contacto con Assange desde que le filtró la información? “No. Cero”, contesta.

Puede que la acusación más grave haya venido de la derecha. El Conservative Review  escribió que la batalla Manning contra Cardin “beneficia notablemente al Partido Republicano. Enfrentará al ala del establishment demócrata contra las políticas radicales de sus miembros más progresistas”.

La respuesta de Manning es que en esta época febril cualquier apuesta política está fuera de lugar. “Los comentaristas dicen todo tipo de cosas y siempre están equivocados. ¿Recuerdas la noche de las elecciones de 2016? Los tiempos han cambiado. La gente está enfadada. El sistema político que tenemos ya no representa a la gente. Así que sí, necesitamos una lucha”, señala.

Chelsea Manning, que en el pasado fue una persona sin techo, soldado de Estados Unidos, filtradora de documentos y prisionera militar y que ahora es una celebridad de Twitter y mujer transexual, se ha unido a esta lucha. Se abre la veda.

Traducido por Javier Biosca y Marina Leiva

Ridley Scott elimina a Kevin Spacey de su última película a mes y medio del estreno

El director volverá a rodar las escenas de Spacey en ‘Todo el dinero del mundo’ con Christopher Plummer

FOTO: Christopher Plummer, a la izquierda, y Kevin Spacey. / VÍDEO: Las acusaciones contra Spacey. REUTERS / EPV

 

Todavía había un giro más de guion en la caída de Kevin Spacey. El director Ridley Scott y la productora Sony Pictures han decidido eliminar al actor de la película All the money in the world, que está terminada y se iba a estrenar el próximo 22 de diciembre. Las escenas de Spacey, que interpreta al magnate J. Paul Getty en la película, volverán a rodarse con el actor Christopher Plummer. Scott asegura que mantiene la fecha de estreno. Kevin Spacey, ganador de dos oscars, es un activo tóxico en Hollywood.

Las publicaciones especializadas como The Hollywood Reporter o Deadline no ahorraban calificativos este miércoles por la noche para un movimiento fulminante, a buen seguro muy costoso y que supone el batacazo definitivo para la carrera de Spacey, un actor de prestigio que hace solo dos meses estaba nominado al Emmy por su papel en House of Cards. Según la prensa especializada, la decisión la han tomado Scott y Sony. Dos de los actores que comparten escenas con el actor, Mark Wharlberg y Michelle Williams, también han accedido a rodar de nuevo lo que sea necesario.

La película All the money in the world (Todo el dinero del mundo) se iba a proyectar por primera vez la semana que viene en el Festival del American Film Institute (AFI). Poco antes de anunciar el cambio de actor, la productora había retirado la película del festival. Según Deadline, la decisión se tomó tas un tira y afloja con Scott, que estaba indignado con la perspectiva de que el escándalo sexual que rodea a Kevin Spacey hundiera la película e impidiera al público valorarla.

FOTO: Kevin Spacey, caracterizado como J. Paul Getty en una imagen promocional de ‘All the money in the world’. / VÍDEO: Tráiler de la película.

 

Los problemas de Kevin Spacey empezaron cuando el pasado 30 de octubre, en una entrevista con Buzzfeed, el actor Anthony Rapp aseguró que Spacey le había acosado borracho en una fiesta cuando tenía 14 años. Spacey dijo no recordar los hechos, pero trató de distraer la atención con el anuncio público de que es homosexual. La denuncia de Rapp se producía en medio de una ola de denuncias públicas de la normalidad del acoso sexual en Hollywood a raíz de una investigación periodística sobre Harvey Weinstein, el poderoso productor cuya carrera ha sido también destruida después de ser acusado por más de 70 mujeres, en 14 de los casos, por violación.

Tras las declaraciones de Rapp, empezaron a salir más testimonios sobre su comportamiento de acoso sexual en la producción de House of Cards y en su época en el teatro Old Vic en Londres. Netflix canceló la última temporada de House of Cards y prescindió de Spacey para lo que queda de la que está actualmente en producción. Spacey ha desaparecido por completo de la escena pública.

All the money in the world cuenta la historia del millonario J. Paul Getty cuando en 1973 se negó a pagar el rescate tras el secuestro de su nieto. Spacey trabajó entre ocho y diez días en la producción, según Deadline. Su personaje no es el que más aparece en pantalla pero es fundamental en la película, por lo que al coste de volver a rodar sus escenas se suma el de rehacer todo el material promocional, más la campaña de lobby preparada para proponer a Spacey a los premios de la industria. A pesar del desafío, Scott asegura que mantiene la fecha de estreno, 22 de diciembre.

 

Netflix rompe con Kevin Spacey y estudia cómo “matar” a su personaje

La plataforma de series online ha subrayado que dejará de emitir la serie ‘House of Cards’ mientras el actor siga formando parte del reparto. 

Kevin Spacey en la seria de Netflix House of Cards

La plataforma Netflix anunció este viernes que rompe cualquier lazo con Kevin Spacey y subrayó que no seguirá adelante con la serie “House of Cards” mientras esta siga incluyendo al actor.

“Netflix no estará involucrada en ninguna producción más de ‘House of Cards’ que incluya a Kevin Spacey. Seguiremos trabajando con MRC (la productora Media Rights Capital) durante esta interrupción para evaluar nuestro camino hacia adelante en lo relacionado a la serie”, indicó en un comunicado la compañía.

La interrupción a la que se refiere la plataforma es el vigente parón en el rodaje de la serie debido al escándalo sexual en el que está envuelto el intérprete.

Precisamente, los escritores de la serie estarían llevando a cabo cambios en el guion de su sexta y última temporada con objeto de que la historia no incluya a Frank Underwood, el personaje interpretado por Spacey, según informó The Hollywood Reporter

Horas antes, la publicación especializada Variety apuntaba en la misma dirección, citando fuentes que aseguran que los productores de la serie estudiaban la posibilidad de “matar” al personaje para que no aparezca en la próxima temporada.

Netflix, asimismo, ha decidido desentenderse de la película sobre el escritor Gore Vidal que acababa de rodar el actor y que, en principio, iba a ser emitida por Netflix.

“Hemos decidido también que no seguiremos adelante con el lanzamiento de ‘Gore’, que estaba en postproducción, protagonizada y producida por Kevin Spacey”, indicó la compañía.

Según los testimonios recogidos por The Hollywood Reporter, el guión de la sexta y última temporada de ‘House of Cards’ estaba prácticamente finalizado antes de que el actor Anthony Rapp acusara el pasado domingo a Spacey de un caso de acoso sexual en 1986, cuando ambos tenían 14 y 26 años, respectivamente.

La publicación señaló que los dos primeros capítulos de esa nueva temporada ya habían sido rodados y que la preparación para el tercero ya estaba en marcha cuando saltó el escándalo.

El rodaje de la serie fue suspendido indefinidamente por la plataforma poco después de conocerse las acusaciones contra Spacey.

Fuentes de la revista detallaron que ese parón, que podría alargarse durante más de dos semanas, se debe a que los responsables de la serie quieren dar margen a los guionistas para introducir los cambios necesarios en el guión y hacer desaparecer de él a Spacey, que también es productor ejecutivo de la serie.

Tras esa decisión, ocho trabajadores y exempleados del rodaje de ‘House of Cards’ también acusaron al actor de agresiones y abusos sexuales durante la producción de la serie.

Spacey se encuentra ahora en el punto de mira de Hollywood tras esta polémica, que está haciendo tambalear la carrera del doble ganador del Óscar.

La denuncia de Rapp llevó a Spacey a admitir su homosexualidad y asegurar que no recordaba ese episodio, aunque dijo que si realmente tuvo lugar le debía “la más sincera disculpa”.

“Honestamente, no recuerdo el encuentro, hubiera sido hace más de 30 años. Pero si me comporté como él describe, le debo la más sincera disculpa por lo que habría sido un comportamiento ebrio profundamente inapropiado”, valoró Spacey en un comunicado publicado en su perfil de Twitter.

Netflix cancela ‘House of Cards’ tras el escándalo de Kevin Spacey, acusado de acoso sexual a un niño

La plataforma audiovisual y productora de la serie asegura que están “profundamente preocupados” por las acusaciones contra el actor.

El actor Kevin Spacey en la serie ‘House of Cards’

House of Cards, una de las producciones más exitosas de Netflix, acabará en 2018 con su sexta temporada, confirmó a Efe la plataforma digital, una decisión que se conoce horas después de que Kevin Spacey fuera acusado de acoso sexual por el actor Anthony Rapp.

El medio especializado TV Line apuntó este lunes, citando fuentes de Netflix, que el fin de House of Cards se decidió hace meses y que la cancelación de la serie no tiene que ver con el escándalo que rodea a Spacey. No obstante, Netflix y Media Rights Capital, productora del show, aseguraron poco después en un comunicado, recogido por medios estadounidenses, que están “profundamente preocupados” por las acusaciones contra Spacey.

“En respuesta a las revelaciones conocidas anoche, los ejecutivos de las dos compañías llegaron esta tarde a Baltimore (donde se rueda la serie) para encontrarse con nuestro reparto y equipo para asegurar que se continúan sintiendo seguros y apoyados. Como estaba planeado previamente, Kevin Spacey no está trabajando en el set en estos momentos”, añadió la nota.

En la serie, Spacey encarna al presidente de Estados Unidos -y experto manipulador- Frank Underwood, mientras que Robin Wright se pone en la piel de la primera dama Claire Underwood.

Kevin Spacey se encuentra en el punto de mira de Hollywood tras ser acusado de acoso sexual por el actor Anthony Rapp, una polémica que hace tambalear la carrera del doble ganador del Óscar.

El incidente supuestamente tuvo lugar en 1986, cuando Rapp tenía 14 años, una denuncia que llevó a Spacey a asegurar que no recordaba ese episodio, pero que si realmente tuvo lugar, le debía “la más sincera disculpa”.

“Honestamente, no recuerdo el encuentro, hubiera sido hace más de 30 años. Pero si me comporté como él describe, le debo la más sincera disculpa por lo que habría sido un comportamiento ebrio profundamente inapropiado”, valoró Spacey en un comunicado publicado en su perfil de Twitter.

 

Kevin Spacey, criticado por contar que es gay para eludir la acusación de acoso

Guionistas y compañeros de profesión reprueban no solo su comportamiento con Anthony Rapp, también su manera de afrontar la denuncia del actor

El actor Kevin Spacey. ROBYN BECK AFP | ATLAS

Kevin Spacey, dos veces ganador de un Oscar (en 1996 por Sospechosos habituales  y en 2000 por American Beauty), ha puesto fin a años de rumores sobre su vida sexual afirmando el domingo en Twitter que “ahora” ha elegido “vivir como un hombre gay”. Pero su decisión “honesta y abierta” se ha encontrado con fuertes críticas al producirse en respuesta a las acusaciones del actor Anthony Rapp, quien aseguró en una entrevista que Spacey intentó abusar de él. Fue en 1986, cuando Rapp, hoy protagonista de la serie Star Trek: Discovery, tenía 14 años y la estrella, 26. “De verdad que no recuerdo el incidente”, explicó Spacey. “Pero si hice entonces lo que (Rapp) describe le debo mi más sincera disculpa”, agregó culpando al alcohol de su supuesto comportamiento.

Sin embargo, la confesión del protagonista de House of Cards sobre su sexualidad se ha encontrado con fuertes críticas tanto en Hollywood entre los colectivos de gais y lesbianas. “Se llama cambiar de tema. Las acusaciones de Rapp hablan de pedofilia”, señala en la revista New York el productor de la serie Veep Frank Rich. Netflix ha anunciado este lunes el punto final de House of Cards, y aunque la empresa de streaming ha asegurado que el fin de la serie se decidió hace meses y que la cancelación no tiene que ver con el escándalo que rodea a Spacey, la noticia llega solo un día después de que se hayan conocido las acusaciones de Rapp. “El relato de Anthony Rapp es muy preocupante”, indicó en un comunicado Beau Willimon, creador de House of Cards y también presidente del Sindicato de Guionistas. “Nunca he presenciado ni he escuchado ninguna queja sobre su comportamiento en el set o fuera de él”, añadió sobre el actor. “Pero dicho esto, me tomo este tipo comportamiento muy en serio”, concluyó. Desde Twitter, la actriz Rose McGowan le incidió en lo mismo. “Mantened la vista en #Anthony Rapp. Escuchad la voz de la víctima”, pidió la actriz en el centro de las acusaciones sexuales contra Harvey Weinstein.

Rapp asegura en su entrevista a BuzzFeed que escuchar las voces de decenas de actrices contra Weinstein le animó a compartir una experiencia que le ha marcado toda la vida y de la que ya habló años atrás en otra entrevista aunque sin dar el nombre de Spacey. El intérprete, también homosexual, ha saltado recientemente a la fama al personificar al primer personaje abiertamente gay de la saga Star Trek. Su relato de lo ocurrido hace más de 30 años habla de un menor al que Spacey invitó a una fiesta en Nueva York donde todos eran adultos. Como se aburría se metió en un dormitorio a ver la televisión. Allí fue donde Spacey “intentó seducirle” una vez que todos los invitados se habían marchado. Primero lo tomó en brazos como si fuera una novia y luego se tumbó sobre él con intenciones sexuales. “Me zafé, metiéndome en el cuarto de baño”. “¿Estás seguro de que te quieres marchar?”, le dijo la estrella “tambaleándose” y visiblemente ebria. “Sí, buenas noches”, fue la respuesta de Rapp antes de marcharse.

Mal momento

El actor Anthony Rapp. STEPHEN LOVEKIN AFP

La actriz Rose McGowan ha borrado a Spacey de sus redes. “Adiós. Es tu momento de llorar”, le dice. Otros le han dedicado a Spacey palabras mayores. “Ha inventado algo nuevo. Un mal momento para salir del armario”, añade el actor y guionista Billy Eichner. “Salir del armario es uno de los bellos momentos de ser gay. Está muy mal unirlo a algo tan vil”, agregó en Twitter el autor Mark Harris. La confesión pública de Spacey sobre su homosexualidad llegó minutos después de la publicación de la entrevista con Rapp. “Esta historia me ha llevado a abordar otros asuntos de mi vida”, indicó quien asegura haber mantenido relaciones con hombres y mujeres. La homosexualidad de Spacey fue un tema de conversación muchas veces insinuado aunque nunca confirmado y en ocasiones hasta negado por el actor, siempre muy celoso a la hora de proteger su vida privada. Su nombre también estuvo vinculado al de las supuestas bacanales sexuales de Bryan Singer, el realizador homosexual con el que trabajó en Superman Returns.

Spacey, ahora 58 años, y Rapp, 46, nunca volvieron a verse desde aquel incidente. Spacey arrancó su confesión subrayando “su respeto y admiración” por Rapp como actor, “horrorizado” al oír su acusación. Rapp afirma que todavía se le “retuerce el estómago” cuando ve al protagonista de American Beauty y su peor pesadilla sería tener que trabajar con él.

 

El actor Anthony Rapp denuncia que Kevin Spacey le acosó sexualmente cuando tenía 14 años

El actor Anthony Rapp acusa a Kevin Spacey de acoso sexual y fuerza su disculpa

El actor estadounidense Anthony Rapp ha acusado de acoso sexual al también intérprete y director de cine Kevin Spacey, en un incidente que según ha denunciado tuvo lugar en 1986, cuando el primero tenía 14 años de edad.

La denuncia ha forzado a Spacey a afirmar que no recuerda ese incidente, pero que si tuvo lugar le debía a Rapp “la más sincera disculpa”. “Honestamente, no recuerdo el encuentro, hubiera sido hace más de 30 años. Pero si me comporté como él describe le debo la más sincera disculpa por lo que habría sido un comportamiento ebrio profundamente inapropiado”, dijo el veterano actor.

Los hechos, relatados por Rapp al portal Buzzfeed News, supuestamente ocurrieron durante una fiesta en el apartamento de Spacey en Nueva York. Ambos se conocieron en un evento relacionado con el éxito de las obras de teatro en las que participaban por entonces.

Rapp, intérprete de la serie “Star Trek: Discovery”, acudió a la fiesta solo y era el único adolescente presente en ella, así que cuando se aburrió se metió en una habitación a ver la televisión pasada la medianoche.

Según relata, allí se dio cuenta de que era el único que seguía a esas horas en el evento, momento en el Spacey, de 26 años por aquel entonces, entró en la habitación, se le acercó y se tumbó encima con intención de mantener relaciones sexuales.

“Mi recuerdo era… ‘bueno, todos se han ido. Debería volver a casa'”, explicó Rapp a la publicación. Sin embargo, Spacey “se interpuso en la puerta mientras se tambaleaba. Mi impresión es que estaba borracho”.

“Trataba de seducirme. No sé si hubiera utilizado ese lenguaje. Pero era consciente de que estaba tratando de tener sexo conmigo”, aseguró Rapp. Spacey, según el relato del denunciante, le agarró “como cuando el marido agarra a su mujer” en la noche de bodas y se tumbó sobre su cuerpo. Rapp dijo no recordar cuánto tiempo permaneció Spacey en esa posición, pero explicó que tras unos segundos logró zafarse de él.

La reacción de Spacey no se hizo esperar y publicó un comunicado a través de su perfil en Twitter donde aseguraba estar “horrorizado” por la historia.

“Esta historia me ha llevado a abordar otros asuntos sobre mi vida. Ahora elijo vivir como un hombre gay. Quiero afrontar esto de forma honesta y abierta, y eso empieza examinando mi propio comportamiento”, indicó.

Rapp señaló que nunca volvió a hablar con Spacey tras el incidente y que el escándalo relacionado con el productor Harvey Weinstein, acusado por decenas de mujeres de acoso y abuso sexual, le animó a dar el paso y tratarlo públicamente.

“Con esto quiero arrojar luz sobre décadas de comportamientos que han continuado porque mucha gente, incluido yo mismo, hemos permanecido en silencio”, sostuvo Rapp.

 

¿Cómo te atreves, Kevin Spacey? Has propagado una mentira horrible sobre los hombres gays

Por Owen Jones

Su declaración tras las acusaciones de un intento de agresión sexual es despreciable y se utilizará para justificar la opresión sobre el colectivo LGTBI

En la imagen, el actor estadounidense Kevin Spacey EFE

¿Cómo te atreves, Kevin Spacey? Uno de los clichés milenarios utilizados contra los hombres gays y bisexuales es que suponen una amenaza para los niños, que son sinónimo de pedófilos y pederastas. Esta mezquina mentira ha resultado ser útil para justificar la persecución sistemática de hombres gays y bisexuales. Y es por eso que la declaración de Spacey es tan absolutamente despreciable.

Spacey ha sido acusado de un  intento de agresión sexual contra el actor Anthony Rapp, que tenía 14 años en el momento del ataque. El ganador del Oscar ha dicho que no recuerda nada de lo sucedido y ha elegido usar la oportunidad para salir del armario.

Salir del armario es un hito en lo personal para todos los hombres gays, un momento decisivo “antes y después”. Puede implicar un estrés importante por culpa del miedo al rechazo, pero para muchos es una liberación, como quitarse de encima un peso agotador. Que ahora muchos hombres se sientan cómodos al salir del armario se debe a una lucha dolorosa y prolongada por parte del colectivo LGTBI, sobre todo en una época en la que ser gay podía suponer ser arrestado y encarcelado.

No estoy entre los que creen que los personajes públicos tienen una responsabilidad especial de salir del armario, aunque sí es cierto que el hecho de que haya figuras respetadas abiertamente gays ayuda a las personas que están luchando con lo que son. Se trata de un momento profundamente personal, y solo a aquellos que utilizan sus plataformas para promover la homofobia (como políticos que son gays en secreto y votan en contra de los derechos LGTBI) deberían ser declarados gays en contra de su voluntad.

Pero ¿usar una acusación de intento de agresión sexual contra un niño como oportunidad para salir del armario? Kevin Spacey, una vez más, cómo te atreves. Cuando los famosos responden a escándalos tienen un equipo de representantes expertos en relaciones públicas para ayudar a esbozar los comunicados. ¿Y qué intentan hacer los representantes en este tipo de circunstancias? Intentan desviar la atención introduciendo una nueva historia. En este caso, era la salida del armario de su cliente. Spacey ha dañado a una minoría de la que se ha negado a formar parte hasta hace unas horas.

¿Recuerdas la Sección 28, introducida por el  gobierno de Thatcher en 1988, prohibiendo la llamada “promoción de la homosexualidad” en las escuelas? ¿Recuerdas cómo sus defensores justificaron esta legislación homófoba apoyándose en que los hombres gays eran desviados y pervertidos que amenazaban a los niños del país?

Es un tema común. A finales de los 70, el senador californiano derechista John Briggs lanzó una iniciativa llamada  Proposición 6 de California intentando prohibir a gays y lesbianas trabajar en colegios de ese Estado. Afortunadamente, California votó en contra de la iniciativa, pero sus defensores presentaron a la comunidad LGTBI como una amenaza contra los niños estadounidenses.

En la Rusia de Putin, el grupo paramilitar homófobo más destacado se llamó a sí mismo  Occupy Paedophilia (Ocupar la Pedofilia). Se presentan a sí mismos como defensores de los derechos de los niños. Algunas leyes rusas conciben “pedófilo” y “gay” como sinónimos. En Ucrania, el grupo paramilitar antigay  White Lions justifica sus ataques a gays de manera similar. Manifestaciones en defensa de los derechos homosexuales en Polonia han sido recibidas en el pasado con gritos de “prohibir a los pedófilos”, mientras que miembros destacados del partido en el poder, Ley y Justicia, meten en el mismo saco a la homosexualidad y “la pedofilia, la necrofilia y la zoofilia”.

En los próximos días, semanas, meses, apuesto que fanáticos intolerantes homófobos van a usar el caso de Spacey para insistir en que la comunidad LGTBI es una amenaza para los niños. Será usado como argumento para justificar la opresión y el abuso físico y psicológico. También habrá quienes todavía no hayan salido del armario y serán disuadidos de hacerlo. Y todo gracias a la declaración de Spacey.

El punto de mira está ahora sobre hombres poderosos que usan su posición para acosar y agredir sexualmente. Los supervivientes y las víctimas necesitan nuestro apoyo desesperadamente. No hay excusa –ninguna– que justifique el comportamiento de estos hombres.

 

Kevin Spacey se declara gay

La estrella se disculpa con el actor Anthony Rapp, que le acusa de haberle acosado sexualmente cuando tenía 14 años

Kevin Spacey el pasado mes de junio, a su llegada a los premios Tony Awards en el Radio City Music Hall de New York. INVISION/AP FIRMA: EVAN AGOSTINI / ATLAS

Kevin Spacey ha terminado con años de rumores e insinuaciones al declarar que “ahora” ha elegido “vivir como un hombre gay” y que quiere lidiar con su decisión de manera “honesta y abierta”. El actor, que no había hecho pública su homosexualidad antes porque hasta ahora había “muy celoso” de su intimidad según reconoce, ha dado el paso “alentado” por una acusación de acoso sexual por parte del también actor Anthony Rapp, que asegura que intentó abusar de él en 1986, cuando tenía 14 años y la estrella, 26. Spacey asegura que no recuerda haberse comportado de forma inapropiada con Rapp, pero que, si fue así, le debe “la más sincera disculpa”.

En una declaración colgada a medianoche en Twitter, que en apenas tres horas acumula 4.000 comentarios, más de 11.600 retuits y 23.500 me gusta, el ganador de dos Oscar, de 58 años, explica que, como sabe su círculo más íntimo, ha mantenido “relaciones tanto con hombres como con mujeres”. “He amado y he tenido encuentros románticos con hombres a lo largo de mi vida, pero ahora he elegido vivir como un hombre gay”, revela a renglón seguido.

En el comunicado, que arranca subrayando “su respeto y admiración” por Rapp “como actor”, se declara “horrorizado” al oír su acusación. “Honestamente, no recuerdo el encuentro, que habría ocurrido hace más de 30 años. Pero si me comporté como él describe, le debo mi más sincera disculpa por lo que habría sido un comportamiento ebrio profundamente inapropiado”, dice el actor de House of Cards.

Los hechos, relatados unas horas antes por Rapp al portal Buzzfeed News, supuestamente ocurrieron durante una fiesta en el apartamento de Spacey en Nueva York para celebrar el éxito de las obras de teatro en las que ambos participaban por entonces. Rapp, intérprete de la serie Star Trek: Discovery, acudió a la velada solo y era el único adolescente, así que cuando se aburrió se metió en una habitación a ver la televisión.

Anthony Rapp, en septiembre de 2017 en el estreno de la serie de televisión ‘Star Trek: Discovery’. CHRIS PIZZELLO CHRIS PIZZELLO/INVISION/AP

Pasada la medianoche, se dio cuenta de que era el único invitado que seguía allí, momento en el Spacey entró en la habitación, se le acercó y se tumbó encima con la intención de mantener relaciones sexuales. Spacey, ganador de un óscarpor The Usual Suspects y de otro por American Beauty, tenía entonces 26 años. “Bueno, todos se han ido. Debería volver a casa”, explica Rapp que pensó entonces. Sin embargo, Spacey “se interpuso en la puerta mientras se tambaleaba”. “Mi impresión es que estaba borracho”, añade el actor, que ahora tiene 46 años.

“Trataba de seducirme. No sé si hubiera utilizado ese lenguaje. Pero era consciente de que estaba tratando de tener sexo conmigo”, declara Rapp. Spacey, según el relato del denunciante, le agarró “como cuando el marido agarra a su mujer” en la noche de bodas y se tumbó sobre su cuerpo. Rapp dice no recordar cuánto tiempo permaneció Spacey en esa posición, pero explica que logró zafarse de él.  Al ver a Spacey ahora, se le “revuelve el estómago”, confiesa.

Rapp señala que nunca volvió a hablar con Kevin Spacey tras el incidente, pero que el caso de Harvey Weinstein, acusado por decenas de mujeres de acoso y abuso sexual, le animó a dar el paso y tratarlo públicamente. “Con esto quiero arrojar luz sobre décadas de comportamientos que han continuado porque mucha gente, incluido yo mismo, hemos permanecido en silencio”, afirma Rapp,que comenzó su carrera con nueve años y que alcanzó la fama como miembro del elenco original del musical Rent.

La reacción de Spacey no se ha hecho esperar. “Esta historia me ha llevado a abordar otros asuntos de mi vida. Ahora elijo vivir como un hombre gay. Quiero afrontarlo de forma honesta y abierta y esto empieza examinando mi propio comportamiento”, sostiene. La revista Esquire insinuó en un artículo de 1997 que Spacey era homosexual. El actor tardó dos años en responder y, cuando lo hizo, se declaró heterosexual en Playboy.

¿Por qué no lo hizo antes? “No me pareció necesario”, explicó Spacey en una entrevista con EL PAÍS en el año 2000. “No veo que el ser gay tenga nada de malo. Me muevo en un mundo en el que todos los días trabajo con mucha gente diferente. Son mis amigos, y los quiero. Y muchos de ellos son gais. Y no podía imaginarme tener que saltar y decir ‘no soy uno de ellos’. Si algunos quieren creer eso, son absolutamente libres de hacerlo y a mí no me interesa lo más mínimo”. Luego añadió sonriendo: “¿Estoy ocultando algo? No. Todo el artículo fue inventado. Es cabreante. Hay gente en mi vida a la que todo esto le parece muy gracioso”. Según el actor, el artículo de Esquire le ayudó a ligarse a muchas chicas que creían que era gay. “Para ellas era un reto hacerme volver al buen camino. Y yo las dejaba”.

En los últimos premios Tony del pasado mes de junio, que Anthony Rapp vio y que le hicieron recordar lo sucedido supuestamente 30 años atrás, Spacey bromeó sobre su condición sexual. El actor, que presentaba la gala, arrancó la ceremonia con un número musical lleno de guiños gais y de gestos hacia la comunidad LGTB. Tras la actuación, Whoopi Goldberg apareció en el escenario como invitada sorpresa y ambos se rieron de los rumores acerca de sus preferencias sexuales.

“¿Cuánto tiempo has estado en ese armario?”, preguntó Spacey, a lo que Whoopi respondió: “Bueno, Kevin, depende a quién le preguntes”. Después, Spacey se disfrazó como Norma Desmond, personaje de Sunset Boulevard y mientras cantaba As If We Never Said Goodbye dijo: “Estoy saliendo… esperen, no, no, no, no”. Muchos interpretaron estas bromas como una discreta salida del armario de Spacey y Goldberg.

Disney hace historia con su primer personaje gay

De izquierda a derecha, Sofia Wylie, Joshua Rush, Peyton Elizabeth Lee y Asher Angel en la serie ‘Andi Mack’.

En cine, televisión y literatura las historias que tratan sobre el paso de la infancia y la juventud a la edad adulta son tan frecuentes que se ha diferenciado un género con nombre propio: el coming-of-age. Literalmente, algo así, como el paso de edad. De Harry Potter a El Rey León pasando por Grease y sus cumbres como Boyhood o Quédate conmigo son algunos de los ejemplos en gran pantalla. Entre las series también ha sido, y cada vez lo es más, un argumento muy frecuente (véase ahora Stranger Things) y, en concreto, en un canal como Disney Channel, cuya audiencia principal está entre los nueve y los 16 años, las tramas alrededor de la idea de crecer y de autodescubrirse se ven aún más.

 

Andi Mack es una de esas series, de las más recientes, que habla del paso de edad en el canal de Disney: protagonizada por una niña de 13 años, Andi, que intenta pasar la adolescencia sin traumas apoyada por sus tres mejores amigos, dos chicos, Cyrus y Joshua, y una chica, Buffy. Hasta aquí y hasta ahora todo normal y muy visto, pero la gran novedad presentada este jueves por la cadena llegará el viernes en el estreno de la segunda temporada cuando uno de los amigos, Cyrus, descubra sus sentimientos románticos hacia otro chico. Aunque no será el primer personaje gay de la cadena, sí es la primera vez que retratan el descubrimiento de la identidad sexual en una serie infantil y hablarán de cómo el protagonista realizará ese viaje.

“Andi Mack es una historia de preadolescentes descubriendo quiénes son”, ha explicado Disney Channel. “El creador Terri Minsky, el reparto y todo el equipo tiene mucho cuidado en asegurarse que es apropiado para todas las audiencias y que manda un mensaje potente de inclusión y respeto por la humanidad”.

Para introducir la historia y hacerlo de la manera más adecuada, los creadores hablaron con distintas asociaciones LGBTQ, como GLAAD, la alianza de gays y lesbianas contra la difamación que vigila los mensajes sobre el colectivo en los medios americanos y promueve la igualdad. “Andi Mack está reflejando las vidas y las experiencias vividas de muchos jóvenes LGBTQ alrededor del país”, dijo tras la presentación Sarah Kate Ellis, presidenta y CEO de GLAAD. “La televisión refleja la vida del mundo real y hoy eso incluye jóvenes LGBTQ que merecen ver sus vidas representadas en sus series favoritas”.

Estrenada en EE UU el pasado mes de marzo, Andi Mack fue un éxito instantáneo entre su público objetivo (niñas de una edad media de 10 años) y número uno de su franja horaria entre niños de seis a 14 años, además de mantenerse entre los primeros puestos en las plataformas de video on demand del canal. Por lo que los colectivos LGBTQ valoran aún más este paso histórico con ese potencial de alcanzar a una gran audiencia especialmente sensible.

“Declararse gay requiere un acto de autoreflexión honesto, una gran valentía y un lugar seguro con al menos una persona de confianza”, dijo también Jaime Grant, director de PFLAG, la organización LGBTQ más grande de EE UU, también contactada por los creadores como asesores. “Y el equipo de Andi Mack ha capturado este momento de revelación con cuidado y autenticidad. Será recordado como un gran momento para algunos, y enseñará mucho a otros”.

El crimen homófobo que inspiró ‘It’

En los horrores de Stephen King hay mucho más que payasos: el asesinato de un joven gay en Bangor, su ciudad, fue una de las influencias decisivas para su historia

“Pinta tu aldea y serás universal”, escribió León Tolstoi. Y, aunque Stephen King no tenga mucho en común con el escritor ruso, sí lo ha leído a fondo y le ha sacado mucho partido a esa máxima. Sin ir más lejos, It no deja de ser una descripción a fondo de Bangor, la ciudad de Maine en la que el bestsellerista más popular de EE UU reside desde hace décadas. A través de los chavales del Club de los Perdedores (y también de sus versiones adultas, esas que llegarán próximamente al cine), King aprovechó su novelón para describir con detalle dicha localidad (33.000 habitantes en su casco urbano: lo que se dice una metrópolis), tanto sus cines y bibliotecas como sus barriadas obreras, sus descampados o un sistema de alcantarillas con fama de ser el peor de la toda Nueva Inglaterra. Y en el cual, si hacemos caso al autor, habita un horror cósmico e inmencionable.

Así pues, si hubiese que resumir It (la novela), podríamos decir que va sobre una ciudad que se come a la gente. Y, para aniquilar a sus habitantes, Derry (el nombre con el que King rebautizó a Bangor en su libraco) adopta formas muy diversas. Sobre las fuentes de inspiración para estas apariciones asesinas se ha escrito mucho, y más aún ahora que la adaptación de Andrés Muschietti va camino de ser el filme de terror más taquillero de la historia. Por ejemplo, es público y notorio que el payaso Pennywise (Bill Skarsgård en la película) está basado en John Wayne Gacy, el asesino en serie que asesinó a 33 chavales entre 1973 y 1978, y que actuaba como clown en fiestas benéficas. Pero hay otra historia de la que no se habla tanto, y que influyó muchísimo en It. 

¿De qué se trata? Pues del asesinato de Charlie Howard, un chico de 23 años que murió en 1984, cuando King llevaba ya tres años dándole forma a su obra magna. Y murió de una forma bastante horrible, además: tras propinarle una paliza, un grupo de adolescentes lo lanzó al río Kenduskeag, pese a sus súplicas. El motivo de dicho ensañamiento fue sencillo: Charlie Howard era homosexual. Sus asesinos lo habían visto salir del único bar gay del pueblo acompañado de su novio y decidieron darle una macabra lección. Durante los años anteriores, Howard había sufrido un acoso constante: no sólo vivía su identidad sin tapujos (algo que, en algunos pueblos y ciudades pequeñas, sigue siendo casi heroico en el día de hoy), sino que también participaba en un grupo parroquial de apoyo a personas LGTB. A resultas de esas actividades, había sido agredido, insultado y represaliado con ‘bromas’ tales como la muerte de su gato.

Protestas y contraprotestas tras el asesinato de Charlie Howard (1984).

Al ser menores de edad, los tres asesinos de Charlie Howard fueron condenados a penas de cárcel casi testimoniales: 22 meses entre rejas, la más larga. Las protestas de la comunidad LGTB corrieron en paralelo a otras, de signo opuesto, organizadas por grupos de extrema derecha. Por otra parte, los periodistas que investigaron sobre el crimen descubrieron que las agresiones homofóbicas en Derry… perdón, en Bangor, eran algo cotidiano. Sólo que, como sigue ocurriendo actualmente en muchos lugares, el miedo a salir del armario y la actitud hostil de la policía llevaban a los agredidos a no denunciarlas. Para un escritor de izquierdas y gayfriendly como Stephen King, aquella historia era material de primera. Y no digamos si estaba escribiendo un novelón en el que pretendía exponer el lado oscuro de su pueblo.

Así pues, Charlie Howard (con el nombre de Adrian Mellon) acabó apareciendo en It, así como sus asesinos. En la novela, el crimen es descrito casi tal cual, con un pequeño añadido de carácter sobrenatural que preferimos no desvelar. En su momento, el caso había llamado la atención del público estadounidense, pero fue el interés de King el que lo convirtió en una causa célebre, elevando a Howard al estatus de mártir LGTB en Nueva Inglaterra.

¿Aparecerá esta historia en la segunda parte de It? Seguramente, sí, porque no hablamos de un incidente aislado, sino de un hecho muy importante en la vida adulta de los protagonistas. Por otra parte, dado el clima político de EE UU en la actualidad, seguro que Andrés Muschietti y los guionistas Chase Palmer Gary Dauberman no desaprovechan la ocasión de mostrar los delitos de odio como una fracción más del mal que acecha en Derry. Porque, si en El resplandor los verdaderos monstruos eran el alcoholismo, la soledad y el miedo a ser un mal padre, el vórtice del horror en It está en la falta de expectativas vitales, la miseria y el secretismo que afectan a quienes viven en una ciudad pequeña, pobre y de provincias. Ante tales espantos, los engendros con rostro de payaso son lo de menos.