Barcelona impedirá oficiar matrimonios a concejales que se opongan a casar a parejas del mismo sexo

La concejala de ciclo de vida, feminismos y LGTBI, Laura Pérez

La concejala de ciclo de vida, feminismos y LGTBI, Laura Pérez EFE

El Ayuntamiento de Barcelona ha decidido que los concejales que expresan su objeción a casar a parejas del mismo sexo no puedan celebrar ningún tipo de boda. La decisión, anunciada este jueves por la concejala de Ciclo de Vida, Feminismos y LGTBI, Laura Pérez, y comunicada el lunes de la semana pasada a los concejales por la alcaldesa Ada Colau, responde a una situación producida en el año 2014. El entonces concejal del PP Óscar Ramírez se negó a casar a una pareja de mujeres. El caso llegó al Síndic de Greuges que lo consideró una violación de sus derechos.

El Consejo LGTBI de la ciudad llegó a la misma conclusión que el Síndic: que “la objeción de conciencia ante la celebración de un matrimonio de personas del mismo sexo constituye una vulneración de los derechos de los colectivos LGTBI”. Por eso la alcaldesa, que es quien delega la potestad de oficiar ceremonias de matrimonio, la retirará a aquellos concejales que manifiesten objeción a casar a parejas del mismo sexo para garantizar los derechos de este colectivo.

Este jueves se ha reunido el Consejo LGTBI para constituir un grupo de trabajo de la aplicación de la ley contra la LGTBIfòbia aprobada la pasada legislatura en el Parlament. “Hay que acompañar a las entidades que han trabajado para que se aprobara esta ley”, ha remarcado Laura Pérez, que ha explicado que actualmente están analizando desde el ayuntamiento el trabajo realizado en este sentido por el gobierno Trias y haciendo formación específica a los trabajadores municipales.

Impulso al Centro municipal de recursos LGTBI

El Ayuntamiento ha decidido destinar un local de 1.314 metros cuadrados para ubicar el Centro Municipal de Recursos LGTBI en respuesta a las medidas recogidas en el Plan Municipal LGTB 2010-2015. El proyecto se ha trabajado con el Casal Lambda, el Frente de Liberación Gay de Catalunya (FAGC), la Asociación de Padres y Madres de Gays, Lesbianas y Transexuales (AMPGIL), la Asociación de Familias Lesbianas y Gays, y Gays Positius, y ahora se abre a un proceso participativo.

Más de la mitad de los menores LGTB sufre acoso escolar en las aulas

La historia de Alan, el transexual de 17 años que se quitó la vida el pasado 24 diciembre por “la presión e incomprensión social”, es uno de tantos casos de acoso escolar que sufren los menores LGTB. La Federación Estatal de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales (FELGTB) denuncia que más de la mitad de los jóvenes de este colectivo sufre acoso en centros educativos por su orientación sexual. El porcentaje aumenta respecto a los transexuales porque “son víctimas más visibles y eso les hace exponerse a un mayor riesgo”, explica el presidente de la asociación, Jesús Generelo.

La federación no tiene un informe único sobre acoso escolar contra el colectivo LGTB, pero extrae sus deducciones del compendio de diversos estudios. Una de las conclusiones es que la primera causa de acoso en los centros educativos es la orientación sexual, porque los menores de este colectivo “apenas reciben apoyo dentro del sistema”, subraya Generelo. La asociación denuncia que el sistema educativo está aún muy por detrás de la sociedad en lo que respecta el reconocimiento e integración de estos jóvenes en las aulas.

“Es muy dramático que tengan que ocurrir casos como el de Alan para despertar las conciencias”, se lamenta Generelo. La federación realizó una muestra con 700 jóvenes que habían sufrido acoso escolar por su condición de homosexual, cuyos datos revelaron que el 43% había ideado alguna vez el suicidio, el 35% lo había preparado con algún detalle y el 17% lo había intentado en alguna ocasión. La encuesta no incluía a los menores transexuales, como Alan, pero el presidente de FELGTB manifiesta que en este colectivo se acentúa la marginalidad y soledad a la que se enfrentan en las aulas.

No hay cifras oficiales de cuántos menores transexuales se han quitado la vida este año movidos por el acoso escolar, pero Generelo confirma que muchas veces es la propia familia la que esconde el motivo del suicidio por la dureza que supone enfrentarse a tanto sufrimiento y porque “les obliga a salir del armario”. Aunque los familiares deciden no revelar la verdadera razón del suicidio, la federación recaba los datos a través de amigos o profesores del fallecido.

Una normativa insuficiente

La identidad de género se regula en la ley 3/2007, pero para la federación la normativa es insuficiente. “Necesitamos una ley transexual que atienda todos los ámbitos”, demanda Generelo. El presidente de FELGTB revela que miembros de su federación y otras tres asociaciones de ámbito estatal están preparando un borrador que presentarán “pronto”, donde se regule el trato que deben recibir los transexuales desde su infancia para acompañarles en su desarrollo. Una legislación que recoja el espíritu de la ley andaluza 2/2014 —Ley Integral para la no discriminación por motivos de identidad de género y reconocimiento de los derechos de las personas transexuales de Andalucía— e imponga unos parámetros básicos e iguales a nivel estatal.

La triste historia de Alan tenía en su origen varios episodios de acoso de sus compañeros de instituto, que le llevaron a tan trágico final, según la asociación Chrysallis, que agrupa a familias de menores transexuales. Pero a veces es el propio centro educativo el que sitúa al joven en una situación incómoda. Como ejemplo, la niña transexual de Málaga que en 2013 abandonó un colegio concertado porque no admitía su identidad de género y le daba trato de varón porque no le dejaba vestir la falda del uniforme. La Audiencia Provincial reabrió las diligencias del caso el pasado mes de mayo, pero la titular del Juzgado de Instrucción número 10 de la capital andaluza volvió a archivarlo hace tres meses.

Las demandas de FELGTB se orientan a intentar acabar con la discriminación “sistémica” que padecen los menores LGTB tanto de sus compañeros como del propio sistema educativo. De ahí la “necesidad” de una normativa transversal que ponga el acento en la Educación, como punto de partida para erradicar los problemas que sufren algunos menores desde la infancia. “Mientras la situación siga como está vamos a seguir teniendo más casos como el de Alan”, sentencia Generelo.

La muerte de Alan

“Paso el año recorriendo lugares en los que socializan personas transexuales, entornos sanitarios, centros educativos, espacios de ocio… y tengo que decir, claramente, que en muchos de los casos lo que falta es sensibilidad… Jamás identificaremos como transfobia algo que entendemos como un “juego de niños”

Llevo un buen puñado de horas en silencio, no he sido capaz de agarrar ningún teclado para hablar del trágico suceso que ha conmocionado España en los días de Navidad, y sin embargo, puede que much@s hayan echado de menos que yo compartiese o dijese algo sobre el asunto.

Ha habido varios motivos para que se produzca este silencio…

El primero, es que he estado madurando de qué manera hacía llegar esta información a l@s integrantes del grupo de personas trans de Extremadura y sus madres y padres… En la mayoría l@s chic@s que lo forman son jóvenes –algun@s de ell@s no son mayores de edad- y sinceramente no me apetecía que esta triste noticia empañase las fechas navideñas de paz y familia que estaban pasando. Esta noticia, puede provocar un efecto llamada para otr@s chic@s que estén en situaciones similares, y debemos estar muy pendientes de ellxs, para que nada de esto vuelva a sucederle a nadie.

Por otro lado, y esta sería la segunda causa, es que me parece oportuno deconstruir el concepto de transfobia tal y como la venimos entendiendo. Seguramente, entendéis la transfobia como un profundo sentimiento de odio hacia las personas transexuales, que se sustenta en la ausencia de conocimiento o empatía hacia la realidad transexual. Sin embargo yo tengo otra teoría.

Efectivamente transfobia es el miedo o rechazo hacia las personas trans, el bullying o acoso escolar por esta misma causa también lo es. Hacemos campañas y actuamos cuando se producen de manera clara y directa, las organizaciones gestionamos decenas de casos cada año, en las que nuestras gentes sufren esta lacra. Sin embargo… por qué no llegamos a otras… por qué se nos sigue escapando aquella que es sutíl, la que no se denuncia, la que apenas se ve. La respuesta es clara, porque no la consideramos, porque no la identificamos como transfobia.

Paso el año recorriendo lugares en los que socializan personas transexuales, entornos sanitarios, centros educativos, espacios de ocio… y tengo que decir, claramente, que en muchos de los casos lo que falta es sensibilidad… Jamás identificaremos como transfobia algo que entendemos como un “juego de niños”. En realidad hay transfobia en los chavales y chavalas que acosan a nuestr@s compañer@s, ¡¡claro que la hay!! Pero más aún existe en los adultos que la acompañan con tibieza, en quienes miran para otro lado sin ser capaz de identificar un claro riesgo para las vidas de nuestrxs chavalxs… Y pido disculpas al puñado de cómplices que tenemos en este camino, que los hay, pero son sólo un puñado, generalizar es siempre injusto.

Lo que le ha sucedido a Alan no es más que la respuesta de esta sociedad a la realidad transexual, invisibilizarla, no tomarla en consideración, pensar que… “no será para tanto” ¡¡maldita frase!! ¡¡maldita sociedad!!

“Demasiado mayor para ser transexual”

Verónica, transexual a la que la Generalitat catalana le niega la vaginoplastia

Verónica, transexual a la que la Generalitat catalana le niega la vaginoplastia

A Verónica no le permiten terminar el proceso de cambio de sexo porque “ya es demasiado mayor para ser transexual”, dice esta mujer de 52 años. Llevaba seis años en una lista de espera para ser sometida a una vaginoplastia -cirugía para modificar los genitales- y asegura que en abril le confirmaron que había sido excluida.

“Me tenían que haber operado en 2013, terminó el año y tampoco me intervinieron. Cuando preguntaba sobre el retraso de la intervención, me respondían que la culpa la tenía la crisis. Pero vi que una chica más joven, que llevaba menos tiempo esperando, sí que era operada”, recuerda esta colombiana que lleva 15 años viviendo en Barcelona. “Desde pequeña quería ser mujer, en Colombia no tuve la oportunidad, pero cuando llegué aquí sentí más libertad. Hace siete años comencé la transición de género”.

Al final, este año le confirmaron la decisión que preveía: no iba a ser intervenida porque su edad “no permite garantizar el resultado óptimo esperado tras la cirugía”, señalan las especialistas de la Unidad de Identidad de Género del Hospital Clínic (Barcelona) en un informe emitido en febrero al que ha tenido acceso eldiario.es.

Asimismo estas profesionales justifican la negativa esgrimiendo que “la paciente no trabaja y tiene pocos recursos económicos” y también consideran destacable que Verónica no cuente con apoyo familiar ya que, según señalan en este documento, “no puede tener el soporte social y/o familiar para los cuidados del postoperatorio”.

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nforme emitido en febrero del 2015 por la Unidad de Identidad de Género del Hospital Clínic

El Observatorio catalán contra la homofobia considera que esta mujer está siendo discriminada y por eso su presidente denunció su caso ante el Defensor del Pueblo catalán (Síndic de Greuges). Esta institución ha dado la razón a la paciente en una resolución emitida a finales de octubre que desmonta las argumentaciones de la administración, solicita al Departamento de Salud que revise este caso y cuestiona que no se haya puesto en duda “hasta ahora” la inclusión de la paciente en la lista de espera.

Por un lado, el Defensor recuerda que los seis años que ha estado esperando a ser intervenida “no son imputables a la paciente” y que el paso del tiempo “ha jugado en su contra, de tal forma que ha supuesto su exclusión”.

Por otro, se pronuncia sobre la falta de entorno social y recursos económicos a los que hacen referencia las especialistas. Recuerda que durante estos años Verónica ha contado con el acompañamiento de  ACATHI (Asociación catalana por la integración de homosexuales, bisexuales y transexuales inmigrantes) y que esta organización “estaría dispuesta a ofrecerle apoyo postquirúrgico” y “asumir el coste del material”.

El Departamento de Salud ha señalado a eldiario.es que la exclusión se debe a “criterios médicos” y no ha confirmado que vaya a revisar el caso.

“Llevo seis años con mi vida paralizada a la espera de ser operada. No me he ido a otras ciudades en las que tenía opciones de encontrar trabajo para no cancelar el procedimiento médico porque nunca me llegué a imaginar que iba a ser excluida de la lista de espera”, añade esta mujer. Para ser incluida en el programa quirúrgico, Verónica estuvo siguiendo un tratamiento en la Unidad de Identidad de Género durante dos años, 12 meses de tratamiento hormonal y 12 meses de experiencia real.

“Se está vulnerando la ley contra la homofobia”

El presidente del Observatorio catalán contra la homofobia considera que en este caso no se están respetando los derechos sexuales y, por lo tanto, no se está cumpliendo la ley contra la homofobia aprobada por el Parlamento catalán. “Creemos que denunciar esta situación ante la Administración no iría a ningún sitio porque son los mismos que han excluido a Verónica. Por eso, decidimos iniciar un procedimiento ante el Defensor del Pueblo”, apunta Eugeni Rodríguez, portavoz de este organismo.

Aunque la vaginoplastia no está incluida en la cartera del Servicio Nacional de Salud, el Defensor recuerda que “esta operación forma parte de la cartera de prestaciones complementarias que puede ofrecer una comunidad autónoma”. Al año en Cataluña se realizan ocho intervenciones de este tipo y hay una lista de espera de 187 pacientes. Por lo tanto, Verónica reivindica que no es una “batalla” personal. “Hay muchas personas del colectivo LGTB en la misma situación”, recuerda. Añade que van a seguir protestando, han comenzado una r ecogida de firmas en Change.org y no descartan manifestarse en la calle contra el Departamento de Salud.

Más de la mitad de los jóvenes homosexuales sufre acoso escolar

La pasada Nochebuena un joven transexual se suicidió en Barcelona por “la presión e incomprensión en el ámbito escolar”. Un estudio de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales, sobre una muestra de 700 menores acosados por su orientación sexual, asegura que el 43% pensaron en el suicidio.

SOCIEDAD ALAN TRANSEXUAL QUE SE HA SUICIDADO CAPTURAS DE LA WEB DE CHRYSALLIS ASOCIACION DE FAMILIAS DE MENORES TRANSEXUALES

Imagen de Alan, el joven transexual que se quitó la vida la pasada Nochebuena.

MADRID.- Más de la mitad de los jóvenes homosexuales sufre acoso escolar por orientación sexual, según la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (Felgtb), que urge a abordar con seriedad este problema que se prolonga años y que permanece invisible en la mayoría de los casos.

El porcentaje de acoso es superior en el caso de los niños transexuales, y un triste ejemplo de ello es Alan, que se suicidó hace unos días por “la presión e incomprensión” que sufría en el ámbito escolar, a pesar de contar con el apoyo de la familia y haber obtenido la autorización de un juez para cambiar su nombre en el DNI y en los documentos oficiales.

El presidente de la Federación, Jesús Generelo, asegura que al menos el 55% de los jóvenes LGTB afirmaron, en un estudio realizado por este colectivo, haber sufrido algún tipo de violencia psicológica o física en el ámbito educativo.

“Hicimos otra investigación para saber las consecuencias sobre la salud de los chicos acosados y con una muestra sobre 700 jóvenes que lo sufrieron concluyó que el 43% idearon el suicidio, el 35% lo prepararon con algún detalle y el 17% lo había intentado en alguna ocasión”, explica Generelo, quien recuerda que estas cifras duplican las cifras de riesgo de suicidio de la población de adolescentes en general.

El mayor porcentaje de acoso se da entre los 12 y 15 años, pero la federación tiene datos de víctimas desde la temprana edad de 5 años. En el caso de los niños transexuales, destaca que el porcentaje de víctimas de acoso es superior porque “son víctimas más visibles, y eso les hace exponerse a un mayor riesgo”.

“En el colegio, les llaman con el nombre equivocado o se les viste con el uniforme equivocado, usan unos vestuarios en los que no se sienten cómodos; es una permanente puesta en cuestión de lo que se espera de ellos”. “Es exigirles que tengan mucha fortaleza, que aguanten heroicamente y que perseveren en lo que ellos saben que está equivocado”, asegura Generelo.

Además, algunos de los jóvenes transexuales “no quieren ir al médico porque allí también se les llama con un nombre diferente con el que las familias les conoce, si lo tiene ya aceptado”.

Para superar estos obstáculos, el presidente de la Felgtb, que agrupa a los principales colectivos homosexuales de España, reclama una ley integral de la transexualidad garantice “que no son personas enfermas, sino que el daño viene del entorno”.

A su juicio, la norma debería establecer la creación de unidades de tratamiento o de identidad de género en el ámbito sanitario “y no de trastorno”, además de establecer “el derecho a la autodeterminación de la identidad para todos, para que no tenga que ser un médico después de dos años el que decida la identidad del joven”.

“La ley debe unificar el tratamiento que se da a estas personas en toda España, establecer un mismo criterio educativo y formar a funcionarios, trabajadores sociales y otros profesionales para que conozcan esta realidad y les sepan dar la atención que merecen”, añade.

Para el responsable de la Federación, “es un problema de una gravedad inmensa, generalizado en todas las comunidades autónomas y no se está abordando con la seriedad y la estructuración que requiere”, ha añadido. “No se puede abordar la lucha contra este acoso por los casos que surgen, porque eso sólo es la punta del iceberg. Debe hacerse de manera preventiva y con criterios de identidad de género”.

En este sentido, plantea que “los alumnos en general deben saber que se trata de una circunstancia que parte de la diversidad humana y que debe ser respetada y los alumnos LGTB han de saber que tienen unos derechos y que no es normal recibir insultos y percibir esa sensación de marginalidad”.

Según la encuesta de la Felgtb, la violencia verbal -burlas, insultos o rumores- afecta a un 64% y normaliza una violencia de tipo psicológico que degrada y menosprecia al menor por el hecho de ser LGTB.

Le sigue, por la incidencia, la violencia social -mecanismos de rechazo, exclusión y aislamiento hacia la persona por parte del grupo- que la sufren hasta un 37% a los que se les impide su participación y un 39% a los que no se les deja hablar o se les ignora.

Respecto a la violencia física, el 5% dice haber recibido palizas, un 6% acoso o agresiones sexuales, un 23% amenazas, a un 36% le han tirado cosas, ha recibido golpes o empujones y un 14% ha sufrido algún tipo de violencia por el hecho de ser homosexual a través de internet o móvil.

“Lo de Alan no es un suicidio, es un asesinato social”

BARCELONA 27 12 2015  Sociedad   Concentracion por el suicidio de un transexual de 17 anos por acoso escolar          FOTO de RICARD CUGAT

Concentracion por el suicidio de un transexual de 17 años por acoso escolar

En un ambiente de rabia y tristeza, un millar de personas se concentró este domingo en la plaza de Sant Jaume para recordar aAlan, el menortransexual de 17 añosque se suicidó la víspera de Navidad, y para exigir a la sociedad que plante cara ante la transfobia y evite más casos como el suyo. “No es un suicidio, es un asesinato social”, rezaba un manifiesto que se leyó dos veces.

La concentración fue convocada por Chrysallis, asociación que agrupa a familias de menores transexuales, y que la familia de Alan descubrió hace solo un mes. “No le pudimos ayudar pero él nos ayudará mucho”, afirmaba la presidenta de la entidad, Natalia Aventín. Los congregados encendieron velas y guardaron cinco minutos de silencio y estuvieron allí más de una hora y media.

Alan había logrado hace un mes modificar, vía decisión judicial, su DNI. Casi un hito, a la vista de que solo 25 menores lo han conseguido en España: por ley hay que ser adulto y llevar dos años en tratamiento de hormonación. Pero no fue suficiente para paliar todo el dolor de Alan. El menor había sufrido acoso en varios centros, también en el último al que llegó, en Sant Cugat. Allí, lamentaban en la concentración varios participantes, sufrió el acoso por parte de tres chicas.

De hecho estaba ingresado por depresión. Le dejaron salir para las fiestas navideñas, aunque según alguna versión si no le volvieron a ingresar el mismo 24 de diciembre fue por falta de camas. Muchos de los asistentes consideraban que se podía haber hecho más, empezando por el colegio. Fuentes de Ensenyament, el colegio y la familia estaban en contacto para abordar el problema del acoso escolar. Y agregan que se había fijado una reunión para después de las vacaciones navideñas y no antes porque el menor estaba ingresado.

LA PRIMERA Y ÚLTIMA NAVIDAD

“Esta era la primera Navidad que Alan vivía de acuerdo a su identidad. Era también la primera en la que celebrar un DNI recién estrenado. Pero, trágicamente, ha resultado ser la última. La transfobia en el ámbito escolar ha podido con Alan. Sufrió mucha transfobia a lo largo de su vida; como su madre dice, lo ocurrido no es resonsabilidad de una sola persona, sino que cada día durante años, alguien se ocupó de que supiera que su diversidad no era aceptada. Entre todos le mataron. No ha sido un suicidio, sino un asesinato social”, explicaba el comunicado que se leyó, que subrayaba que las personas transexuales y sus familias sufren de forma cotidiana “actos de microviolencia tanto social como institucional que se acumulan y que, como le pasó a Alan, se convierten en una carga insoportable”.

Los padres de Alan no acudieron a la concentración. Por la mañana, hubo un velatorio en el tanatorio de Rubí al que acudieron algunos miembros de Chrysalis. Luego, ya en la intimidad familiar, el cuerpo fue llevado al crematorio. A la concentración acudieron representantes de algunos partidos y la secretaria de Família, de Benestar Social i Família, Dolors Gordi.

Los frentes de batalla del colectivo transexual y de sus familiares son varios. Por un lado, la ignorancia general sobre su situación. Por otro, las trabas administrativas para lograr un cambio de documentación, que puede resultar clave para algunos menores (y adultos). Pero sobre todo, la protección de los transexuales frente a agresiones de todo tipo. “Desde Chrysallis, exigimos a los poderes públicos, a las administraciones educativas y sanitarias, a los encargados de registros civiles, a los grupos parlamentarios y partidos políticos, y en general a toda la sociedad, que se proteja a los menores transexuales, haciendo que se reconozca y respete su identidad sexual”, proseguía el comunicado, que concluía así: “La transfobia nos mata a todos.Todos somos Alan”.

El derecho al género en la infancia transexual

Las personas ‘trans’ menores de edad se encuentran en España en un infernal limbo

A la memoria de Alan.

«¡Es un niño!». Estas palabras, breves y familiares, pronunciadas por un profesional de la medicina ante una ecografía, producen la idea de que ese «niño» lo será para siempre. Y lo es simplemente porque sus genitales se acomodan a las normas que conforman el binarismo (hombre-mujer) en el que estamos instalados. Se es hombre y se es mujer biológicamente predeterminados y socialmente manifestados. Todo aquel que no encaje en una de las dos columnas de la sociedad será sometido a los consiguientes castigo y corrección. Por eso las personas intersexuales (antes denominadas hermafroditas) son sometidas a dolorosos procesos quirúrgicos a los que debemos llamar «mutilaciones»(Naciones Unidas lo hace desde el 2013). Por eso las personas transexuales son patologizadas para poder acomodar su documentación administrativa al sexo sentido. Y en esta realidad los menores transexuales son el colectivo LGTBI más vulnerable y que mayor violencia (individual e institucional) sufre, junto a los menores intersexuales.

«Es un juego, ya se le pasará». Esta es, en muchas ocasiones, la sentencia emitida ante el caso de un menor transexual. Porque es un menor, y como tal, su voz queda lapidada ante un sistema binario y adultocéntrico. Excluidos de la sanidad pública. Excluidos del sistema jurídico. Las personas trans menores de edad en nuestro Estado se encuentran en un infernal limbo. Y eso a pesar de la reciente ley 26/2015 (que modifica el sistema de protección del menor), que reconoce como principio rector de los poderes públicos «el libre desarrollo de su personalidad conforme a su orientación e identidad sexual».

La ley española 3/2007, que permite la «rectificación» registral del nombre y el sexo en el DNI (previo diagnóstico de disforia de género y tras dos años de tratamiento hormonal, con los riesgos que conlleva: esterilización, cardiopatías, cáncer), no permite su aplicación a los menores (tampoco a los extranjeros y a las personas sin «capacidad suficiente»). Un menor debe ir a la vía judicial, costosa emocional y económicamente, para cambiar su nombre. Porque la identidad parece que solo es patrimonio que se adquiere al cumplir 18 años.

La sanidad pública, aparentemente universal, hace que el capricho de nacer en un lugar u otro permita acceder a mejoras en la vida. Es así que, excluida la cirugía en menores trans (y de las UTIG -Unidad de Tratamiento de Identidad de Género-: espacios en los que se dan prácticas poco respetuosas con los derechos humanos), los bloqueadores hormonales (para retrasar la aparición de caracteres sexuales secundarios) sean legales en unas comunidades autónomas e ilegales en otras.

Debemos ser conscientes de que la identidad es un continuo que se construye a lo largo de la vida. No podemos mantenernos en la peligrosa idea de la existencia de un sistema cerrado, como si el género y el sexo fueran algo natural, universal y ahistórico. Si de lo que se trata es de propiciar las condiciones de posibilidad de vidas vivibles (que merezcan la pena ser vividas), la sostenibilidad de la vida ha de situarse en el centro. Para ello se hace urgente un cambio constitucional que reconozca el derecho a la autodeterminación de las personas, independientemente de su edad o nacionalidad, previa despatologización de la transexualidad (y de la intersexualidad).

Pero no solo hay que apostar por la estrategia de la reforma jurídica basada en el reconocimiento, ya que por medio de la inclusión y la asimilación se produce una estrategia de secuestro de la resistencia: la violencia se entiende meramente individual y no estructural, de ahí que el racismo, la homofobia, el sexismo, la transfobia, la interfobia o el capacitismo se mantengan intactos en el marco del aparato administrativo (hospitales, colegios, sistema fiscal, registro civil, sistema penitenciario, hogares de acogida, empresas, transporte…). Es necesario desmantelar el sistema de violencia de Estado que sufren las personas transexuales. Nuestro futuro, presente para los menores, está en juego.

Daniel J García López

DANIEL J. GARCÍA LÓPEZ

Profesor de Filosofía del Derecho en la Universidad de Granada y autor del libro ‘Sobre el derecho de los hermafroditas’. Analista de Agenda Pública.

Dolorosa despedida a Alan, joven transexual que se suicidó por el acoso escolar

Pot Informativos Telecinco

Se llamaba Alan y hoy su familia se despide él. Tenía 17 años y hacía un mes desde que había conseguido que su DNI reconociera su identidad masculina; una identidad que sus compañeros de clase al parecer no aceptaban. El acoso escolar que sufría le había sumido en una depresión que no ha conseguido superar. “No pudo con la presión de la sociedad y nos ha dejado para siempre”, manifestó su madre en un comunicado. El joven estaba ingresado en el Hospital Clínico pero le habían dado el alta hospitalaria para que pasara las fiestas en familia. Una familia que siempre le ha apoyado. Ellos pensaban que iba a estar mejor con el DNI, pero muchas cosas seguían sin solución y el acoso continuó, algo que motivó que Alan terminara suicidándose. Esta tarde se han convocado concentraciones en toda España en su recuerdo.

Concentración en la Plaza Mayor de Burgos por el trágico suicidio de Alan

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Alan ha sido acosado durante mucho tiempo en el Instituto por sus compañeros de centro por su transexualidad, llegando al ingreso en el hospital por depresión.
El bulling le ha perseguido continuamente a pesar de cambiar de Instituto a la salida del hospital.
Había estrenado recientemente su DNI, con su cambio de nombre autorizado por un juez pese a que la legislación solo considera el cambio de nombre en el DNI a mayores de edad, y eran las primeras Navidades que vivía de acuerdo a su identidad.
Pero la presión y el miedo, la persecución continuada en el ámbito escolar por su condición sexual han podido con Alan, y esta noche se ha suicidado.
Para Eduardo Nabal, del colectivo LGTBI de Burgos, el trasfondo del trágico suicidio de Alan en Barcelona es una sociedad binaria y heterosexista que recorre el mundo y que cuesta romper, tras casos como este está la crueldad del bullyng estudiantil y la indiferencia de los mayores de colegios e institutos que mientras ensayan otros sermones se olvidan de la educación en la diversidad y de la diversidad en la educación, echando para atrás las iniciativas renovadores bajo presupuestos reaccionarios que refuerzan el acoso, o al menos lo dejan en un vacío, un entorno hostil e indiferente.

​Ese vacío irremplazable que ha dejado el joven Alan. No son suicidios, o no solo suicidios. Pueden evitarse.

El Observatorio contra la Homofobia pide respuestas ante el suicidio del joven transexual Alan

Los asistentes a la concentración han formado el nombre de Alan con camisetas y velas

Los asistentes a la concentración han formado el nombre de Alan con camisetas y velas JOSÉ LUQUE

El Observatorio contra la Homofobia ha pedido al Síndic de Greuges (el Defensor del Pueblo catalán) que investigue las circunstancias en que se produjo el suicidio del joven transexual Alan, el día de Navidad. El portavoz de este observatorio, Eugeni Rodríguez, lo ha dicho al final del acto de recuerdo a Alan, que tenía 17 años, y de solidaridad con los suyos que se ha celebrado esta tarde de domingo, en la plaza de Sant Jaume, en Barcelona, al tiempo que en otros puntos del Estado convocado por colectivos LGTBI. Rodríguez ha reclamado responsabilidades políticas: “Tenemos que pedir explicaciones a la Generalitat y a los departamentos correspondientes para que digan qué han hecho en este caso y depurar las responsabilidades que correspondan”.

Rodríguez reconoce que la legislación catalana en materia LGTBI es avanzada pero lamenta que no se aplica adecuadamente: “Hay que tratar la transfobia como lo que es: una lacra que se debe erradicar. Hemos pedido una reunión extraordinaria del Consejo Nacional LGTBI para que la Generalitat nos diga qué piensa hacer, qué hizo en este caso y si se podría haber evitado la muerte de Alan”.

Los padres de Alan no han asistido a la concentración que ha sido convocada por la asociación Chrysallis, que reúne una quincena de familias catalanas con menores transexuales y unos 150 padres y madres en todo el Estado, y colectivos LGTBI. Natalia Aventín, la presidenta de la asociación a nivel estatal ha pedido, en su nombre, “una protección mayor a toda la diversidad, especialmente a los menores. Es necesario que haya más formación en los centros educativos y sanitarios y una legislación que los proteja y se aplique. Hacer leyes que no se desarrollan no sirve de nada”.

En el Manifiesto que se ha leído al final de la concentración se ha recordado que esta era la primera Navidad que Alan vivía de acuerdo con su identidad y con un DNI recién estrenado con su nuevo nombre: “Trágicamente ha sido la última. Sufrió mucha transfobia en el ámbito escolar y a lo largo de su vida. Lo que ha pasado no ha sido responsabilidad de una sola persona sino que cada día, durante años, alguien se encargó de que supiera que su diversidad no era aceptada. No ha sido un suicidio, sino un asesinato social”.

La muerte de Alan se ha producido después de que la dirección del instituto donde estudiaba pospusiera hasta pasadas las vacaciones la reunión en la que se debía tratar el acoso que sufría.

Lucas Platero, sociólogo especialista en cuestiones de género y autor del libroTrans*exualidades explicaba, en una entrevista en El Diari de l’Educació que no basta con saber que la transexualidad existe: “Hay que dar un paso más allá, hay que denunciar la transfobia y la discriminación que todavía existen. Debemos facilitar que las personas adquieran más habilidades para entender y convivir con las personas trans* de una manera respetuosa, enfrentándose a sus ideas erróneas y a los mitos existentes”.