El largo camino hacia la igualdad real

Aún estamos muy lejos del objetivo final: conseguir que en el espacio público ser homosexual, transexual o bisexual no signifique nada diferente a ser heterosexual

Todo presente tiene su pasado. Tal día como hoy, hace 46 años, en la madrugada del 28 de junio de 1969, en un bar llamado Stonewall Inn, sito en la neoyorquina Chistopher Street, un grupo de lesbianas, gáis, bisexuales y, sobre todo, transexuales y travestis, cansados de las redadas y abusos policiales que tenían lugar periódicamente, ofrece resistencia. Los disturbios se prolongan durante varios días. Es el comienzo, si es que hay que poner una fecha icónica, del llamado movimiento de liberación LGTB (acrónimo de Lesbianas, Gáis, Transexuales y Bisexuales), cuya culminación, hasta el momento, tuvo lugar antes de ayer, 26 de junio de 2015, fecha en que el Tribunal Supremo de Estados Unidos declaró inconstitucionales todas aquellas leyes estatales que aún prohíben el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Desde aquel primer momento, que, lógicamente, vino precedido de otros que permitieron llegar a este, hasta la actualidad, hemos recorrido un largo camino, repleto de hitos (despatologización de la homosexualidad por parte de la Organización Mundial de la Salud en 1990; reconocimiento del matrimonio igualitario en más de veinte países de todo el mundo a partir de los primeros años del presente siglo; etc.) que nos ayudan a construir un relato, tan necesario para explicar una historia: la de la progresiva conquista de la igualdad de las personas LGTB y el paulatino fin de la discriminación que veníamos padeciendo. Pero aunque ha habido importantes avances, aún estamos muy lejos del objetivo final: conseguir que en el espacio público ser homosexual, transexual o bisexual no signifique nada diferente a ser heterosexual.

Si fijamos la mirada en España, y tomamos cierta distancia como observadores, apreciaremos la velocidad con que hemos recorrido ese camino de la igualdad. Lo que no quiere decir, ni mucho menos, que haya sido fácil ni que, como decíamos, esté ya todo conseguido. El pasado reciente, la época para siempre oscura del franquismo y su ideología cerril, no permitía augurar, en efecto, que en tan poco tiempo tuviésemos este presente. Ni siquiera años más tarde, en plena democracia ya, en 2003, nadie en su sano juicio hubiese dicho que dos años más tarde dos mujeres o dos hombres podrían casarse entre sí. Solo algunos locos, como aquellos de los sesenta, creyeron que había que ser realistas y, por tanto, pedir lo imposible. Fue así, vicisitudes y escaramuzas al margen, cómo un junio como este de hace 10 años, gracias, entre otras cosas, al formidable empuje de los colectivos LGTB y al arrojo de un presidente del Gobierno valiente y decente, se aprobaba la ley de reforma del Código civil que permitía el matrimonio entre personas del mismo sexo. Y así fue cómo, junto a sus amigos, un ya reconocido activista del movimiento LGTB que empezaba a dar sus primeros y firmes pasos en la política institucional, el añorado Pedro Zerolo, uno de los más locos entre todas aquellas “locas”, dio una lección de cordura a los que se creían los más cuerdos, pues fue él, de la mano de todos los demás que pensaban como él, uno de los grandes protagonistas de esta historia, al señalar y transitar el sendero de baldosas amarillas que conducía hacia la igualdad. Y así llegó el matrimonio y con él la fiesta.

Lo que pasó después lo sabemos bien: el desgraciado recurso de inconstitucionalidad contra esta ley igualitaria que pendió, cual espada amenazante de Damocles, durante varios años sobre la cabeza de la igualdad; y la sentencia feliz de 2011 del Tribunal Constitucional, por la que tanto peleamos y que tanto celebramos también.

Esta es parte de la historia que conviene no olvidar. No por rencor, no, sino para saber de dónde venimos, en qué momento estamos y a dónde queremos ir. Porque venimos, en efecto, de ahí: del insulto, del escarnio, de la vergüenza y del horror que es toda muerte, herida o privación de libertad que te inflige el otro, sea ser humano o Estado. Y porque, por mucho que creamos haber avanzado, todavía seguimos ahí, porque se nos sigue insultando, vejando, horrorizando, e, incluso, en algunos, que siempre son demasiados, lugares de este cada vez más pequeño mundo, se nos sigue matando o privando de libertad, porque la ley o el déspota así lo dispone.

Así que la fiesta, al igual que el espectáculo, debe de continuar, sí (Show must go on!), siempre y cuando no olvidemos, como no lo hacemos, que esta es una fiesta que celebra con orgullo la igualdad conseguida, pero que, sobre todo, reivindica la que nos queda por conseguir, que es casi toda. Ya lo hemos dicho en otras ocasiones: seguimos en la prehistoria de la igualdad. Y es que no podemos permanecer indiferentes, por mucho que hayamos avanzado, a las asesinatos de Estado que se cometen contra las personas LGTB en Uganda, o al retroceso preocupante que en este terreno se está produciendo en una Rusia cada vez menos democrática, o a las agresiones verbales y también físicas que todavía padecen muchas personas LGTB en nuestro país, sobre todo, las más jóvenes, por poner solo tres ejemplos, entre otros muchos que también se podrían mencionar.

En esta fiesta del Orgullo, que se prolonga durante varios días, y que tendrá su culminación el sábado próximo, con la celebración de la gran manifestación estatal convocada por el Colectivo de Lesbianas, Gáis, Trasexuales y Bisexuales de Madrid (COGAM) y por la Federación Estatal (FELGTB), recorreremos los muy madrileños y, por tanto, universales, Paseos del Prado y Recoletos, y volveremos a reivindicar igualdad, más igualdad. Una voz que se alzará potente, porque será la de cientos de miles de personas de toda edad y condición, que, como cada año desde hace ya varios años, acudirán a esta cita, esta vez bajo el lema “Leyes por la Igualdad Real, ¡Ya!”.

Nos acompañará, que nadie lo dude, Pedro Zerolo, porque en nuestras cabezas estará muy presente su recuerdo, y porque de él hemos aprendido muchas cosas. Tal vez, una de las principales sea que la visibilidad es la mejor herramienta para luchar contra quienes pretenden invisibilizarnos, esto es, aniquilarnos.

Pero Pedro Zerolo, que tanto defendió la necesidad del laicismo, no hubiese querido que lo convirtiéramos en un dios. Los dioses, para quienes creen en ellos, son solo luz. Los que solo creemos en la capacidad del ser humano para luchar por aquellas causas que considera justas, asumimos que hay hombres y mujeres que iluminan los caminos a seguir para alcanzar el objetivo soñado, pero que, al mismo tiempo, también tienen sus sombras. Si somos capaces de diferenciar las luces, por muy luminosas que sean, de las sombras, por muy ocultas que estén, tendremos la seguridad de saber que no estamos ciegos o cegados.

La luz que Pedro Zerolo arroja es muy intensa, porque nos hace ver que la búsqueda de la igualdad solo tiene sentido si primero se reconoce la legitimidad de la diversidad de los homosexuales, bisexuales y transexuales, pero también de los gitanos, los inmigrantes, los discapacitados, etc. Él también estuvo allí.

¿Y hacia dónde queremos ir? En materia de diversidad afectivo-sexual nos queda casi todo por conseguir. También en nuestro país. Y el próximo paso a dar, por muy difícil que sea para algunos de comprender o asumir, me parece que es este: Extraer de la lucha partidista la defensa de los derechos y, en definitiva, de la dignidad de las personas LGTB. No sé si Pedro Zerolo estaría de acuerdo con esto, lo que sí creo saber, y por eso lo digo, aun a riesgo de equivocarme estrepitosamente, es que ese es el mejor regalo que le podemos hacer, pues a la postre servirá para dar un paso de gigante en la consecución de ese sueño que él tan bien encarnó: el de la igualdad real.

Antonio Arroyo Gil es profesor de Derecho constitucional de la Universidad Autónoma de Madrid. Premio Pedro Zerolo a la Trayectoria 2015, concedido por COGAM.

Una parroquia retira un texto sobre cómo “sanar” la homosexualidad

Página web de la parroquia Dulce Nombre de María de Sevilla.

Página web de la parroquia Dulce Nombre de María de Sevilla.

¿Es la homosexualidad una patología o una enfermedad? Este era el interrogante que planteaba un artículo publicado en la página web de la parroquia Dulce Nombre de María de Sevilla y que ha sido retirado este lunes por la mañana. Según el párroco de esta iglesia, Santiago César González Alba, el texto fue publicado por el voluntario que gestiona la web “sin previa información”.

El artículo, publicado el pasado jueves con motivo del Día del Orgullo Gay, se titulaba Sanar la homosexualidad sí es posible e iba acompañado de un trabajo del escritor Richard Cohen con un conjunto de terapias para la “sanación” de la homosexualidad. Además, ofrecía consejos y material técnico-terapéutico para los familiares, según ha adelantado elDiario de Sevilla. En la introducción, se animaba a los feligreses a compartir y difundir el artículo para “hacer frente a la ideología que destruye la familia cristiana”.

A través de un comunicado de prensa, el párroco ha asegurado que no es el autor de la entrada de la web y que el texto fue publicado por otra persona “sin previa información”. “Aprovecho para pedir disculpas a las personas y/o colectivos que se hayan podido sentir ofendidos por la desafortunada entrada”, ha señalado el religioso.

El colectivo LGTB ha expresado  su “condena” por esta publicación y ha exigido responsabilidades a la diócesis de Sevilla. “Estas declaraciones no pueden quedar impunes”, han reclamado a través de un comunicado.

MÁS INFORMACIÓN

Madrid luce una histórica bandera gay en el Ayuntamiento

La alcaldesa y colectivos LGBT despliegan por primera vez un estandarte arcoíris en el Ayuntamiento

Bandera gay en el Ayuntamiento de Madrid

Bandera gay en el Ayuntamiento de Madrid. / JULIAN ROJAS

Unas 300 personas han asistido a las 12.26 de esta mañana a un momento histórico. Desde uno de los balcones del Palacio de Cibeles, cuatro operarios han desplegado una llamativa bandera arcoíris de 26 metros de largo que lucirá en la sede principal del Ayuntamiento hasta el próximo domingo 4 de julio. Según ha descrito la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, se trata de “una bandera con cicatrices”, ya que es la que ha utilizado el Colectivo Gay de Madrid (Cogam) desde hace años para reivindicar la igualdad de los homosexuales. “Se perdió y se recuperó. Sus tejidos están ahora perfectos, lo que es una gran alegría por todo lo que supone”, ha explicado la regidora.

Al emotivo despliegue han acudido representantes de diversos colectivos de Lesbianas, Gay, Transexuales y Bisexuales (LGTB) además de los portavoces de los grupos de la oposición y algún diputado regional. Carmena se ha referido a la importancia que tuvo hace 10 años la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo y del hecho de que pudieran adoptar niños. “Fuimos los primeros y estoy muy orgullosa de ser la alcaldesa de una capital que dio un paso tan importante”, ha relatado Carmena, que ha dicho que España se ha convertido en este tiempo en “la linterna” que ha marcado el camino que han seguido otros países. Ha recordado que en algunas naciones existe la pena de muerte para este colectivo. También ha hecho referencia a la aprobación a las palabras del presidente de EE UU, Barack Obama, con la aprobación del matrimonio gay el pasado viernes: “América ha ganado porque América ha ganado en igualdad”.

“Os agradezco vuestra alegría, vuestra ilusión, vuestra tenacidad y vuestro espíritu de sacrificio, porque con todo ello señaláis el camino para acabar con la desigualdad y la injusticia”, ha dicho Carmena a los colectivos.

Jesús Santos, el viudo del activista y exconcejal socialista Pedro Zerolo recientemente fallecido, ha sido el encargado de izar en un mástil instalado dentro de un salón de actos del Ayuntamiento la bandera arcoíris, momento  en el que han brotado las lágrima en algunos asistentes. Entre ellos la concejal Inés Sabanés, compañera de Corporación de Zerolo. Un cerrado aplauso ha concluido este primer acto. La alcaldesa ha tenido unas palabras muy emotivas para Zerolo. “Le vamos a echar mucho de menos. Él siempre quiso hacer leyes que convencieran, no que vencieran. Qué bonito y qué previsor en él que hizo tanto e hizo tantas cosas. Vamos a tardar mucho en olvidarle. Por su sonrisa. Por Pedro. Por lo que fue”.

El culmen de este acto ha llegado a las 12.26 cuando los operarios han desplegado la bandera multicolor. De nuevo, aplausos, silbidos de alegría y el esperado “sí se puede, sí se puede”. Algunos asistentes se han fundido en abrazos, mientras otros se echaban a llorar. “Es un momento único, histórico, que jamás se olvidará de nuestros corazones”, decía uno de los asistentes. Cuando se ha quitado el cordón de seguridad para la alcaldesa, los concejales y los miembros de los colectivos LGTB, la gente ha rodeado a Carmena y ha querido hacerse fotos con ella.

Para el presidente del Cogam, Jesús Grande, hoy es “un día muy importante para toda la ciudad y un hito incomparable después de tantos años de lucha”. “Es una bandera que me llena de emoción. Es un orgullo para Madrid”. La portavoz de la Federación Estatal de colectivos LGTB (FELGTB), Isabel Gómez, ha señalado que la capital se ha convertido en un escaparate para el resto del mundo y que por primera vez el Consistorio se ha convertido en un defensor de los homosexuales, a los que no se les ve una amenaza como ocurría antes: “Es un orgullo que por primera vez este Ayuntamiento esté a la altura del movimiento LGTB. Queremos una igualdad real y efectiva:

Este acto se une a otro similar al realizado el pasado viernes en el que las 21 juntas municipales de distrito y la sede de la plaza de la Villa también recibían la bandera arcoíris.

Países donde la homosexualidad está castigada con la pena de muerte

Todavía quedan unos pocos países en el mundo donde la homosexualidad está castigada con la pena de muerte. Son estos:

-Mauritania

-Sudán

-Irak

-Arabia Saudí

-Nigeria (en algunas zonas del país)

-Somalia (también en algunas zonas)

-En Pakistán y Afganistán existe esa condena, pero en realidad no se aplica.

Cifuentes se suma al izado de banderas gais en las instituciones

La sede del Gobierno regional en la Puerta del Sol ha amanecido con la bandera arcoíris en el balcón principal

Fachada del Gobierno regional en la Puerta del Sol

Fachada del Gobierno regional en la Puerta del Sol / KIKE PARA

La nueva presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes (PP), se ha sumado desde esta mañana a la corriente de colocar una bandera gay en los edificios de las Administraciones públicas. La titular del Ejecutivo regional lo ha anunciado a través de su cuenta personal de Twitter y ha puesto una fotografía de cómo ha amanecido el balcón principal de la sede de la Puerta del Sol. Esta es la primera vez que la institución autonómica luce la bandera arcoíris.

Algunos Ayuntamientos de la región se han sumado a esta celebración del Día del Orgullo Gay, que se conmemora hoy. La presidenta ha recibido numerosos comentarios en su cuenta de Twitter, en la que la felicitaban por el gesto: “Gracias por devolvernos la ilusión con otra forma de gobernar”, “no es cuestión de justicia y un gesto que la honra como política”. También hay algunos que se muestran contrarios al apoyo al colectivo de Lesbianas, Gay, Transexuales y Bisexuales (LGTB): “Y usted cree que esto es lo que quieren la mayoría de los madrileños?”.

Las diputadas de la Asamblea de Madrid Beatriz Gimeno y Lorena Ruiz presentaron el pasado viernes 26 una proposición en el registro de la Cámara en la que pedían que la bandera del arcoíris ondeara también en el edificio, en Vallecas, según ha pubilcado en su cuenta de Twitter el portavoz de Podemos, José Manuel López.

Está previsto que a mediodía de hoy la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, coloque la bandera gay en la sede del Ayuntamiento, en la plaza de Cibeles.

Menos del 2% de los matrimonios son entre personas del mismo sexo

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No son mayoría, pero ahora están donde antes no estaban: en las estadísticas de matrimonios. En 10 años, desde la entrada en vigor del matrimonio igualitario, en España se han celebrado 31.610 enlaces entre personas del mismo sexo, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). La cifra —baja si se toma en cuenta que apenas equivale al 1,72% de los más de 1,8 millones de casamientos registrados en una década— es lo de menos para las organizaciones que promovieron la ley: nunca se trató de cantidad, sino de tener los mismos derechos que cualquier otra pareja.

El Congreso votó la ley el 30 de junio de 2005, durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE), y casi dos semanas después, el 11 de julio, se celebró la primera boda gay. Emilio Menéndez y Carlos Baturín, que entonces tenían más de tres décadas como pareja, se casaron en el Ayuntamiento de Tres Cantos (Madrid). El primer matrimonio entre dos mujeres llegó 11 días después, el 22 de julio, cuando Tani y Verónica se dieron el “sí” en Mollet del Vallès (Barcelona). Detrás de ellos, muchos más.

Así, con la palabra “matrimonio” y no bajo el amparo de uniones civiles o contratos, empezaron a casarse ante jueces, alcaldes, concejales, notarios, como cualquier ciudadano español. Los hombres son mayoría, con el 61,40% del total de los matrimonios celebrados entre personas del mismo sexo.

Solo en 2006 se oficiaron 4.313 bodas entre homosexuales en España, la cifra anual más alta en esta primera década. Desde entonces los matrimonios no han bajado de 3.000 al año. La incertidumbre, sin embargo, llevó a muchos a pensar en el “ahora o nunca”. En septiembre del 2005, poco tiempo después de la entrada en vigor del matrimonio igualitario, el PP recurrió la ley ante el Tribunal Constitucional. El partido, entonces en la oposición, consideraba que las bodas entre homosexuales “desnaturalizaban” el matrimonio. Un largo silencio —el tribunal tardó siete años en resolver el recurso— hizo que las parejas ya casadas temieran por la validez de su unión. El Constitucional avaló la norma en noviembre de 2012.

Solo en 2006 se oficiaron 4.313 bodas homosexuales en España, la cifra anual más alta en esta primera década

Y así como ahora están en las estadísticas de matrimonios, también están en las de divorcios, que empezaron a aparecer en 2007. El INE tiene las cifras de las uniones homosexuales celebradas entre 2005 y 2014. En el caso de las separaciones, sin embargo, por ahora solo cuenta con el desglose de datos hasta 2013. Los números dan cuenta de una característica: proporcionalmente, las personas del mismo sexo se divorcian menos. En este periodo de nueve años, de 2005 a 2013, 1.858 de los 28.310 enlaces entre personas del mismo sexo se disolvieron en procesos de divorcio, separación o anulación. Es decir, el 6,56% de las uniones homosexuales terminaron en una ruptura.

Las tasas de separación han sido más altas en el caso de los matrimonios heterosexuales. En el periodo 2005-2013 se registraron 1.626.783 matrimonios y 1.075.893 divorcios, separaciones y nulidades entre parejas heterosexuales. Esto quiere decir que por cada 10 bodas entre hombres y mujeres hubo 6,6 rupturas.

En otras palabras, de los 1.077.751 divorcios, separaciones y nulidades registrados entre 2005 y 2013, apenas 1.858 —el 0,17% del total— corresponden a rupturas entre parejas del mismo sexo.

Aunque entre las parejas del mismo sexo se registren menos divorcios si se compara con las cifras de las parejas heterosexuales, ese dato ha ido en aumento año tras año, sin excepciones. Los primeros se registraron en 2007, con 59 rupturas entre parejas que habían contraído matrimonio, según la base de datos del INE. Desde entonces, el número no ha hecho más que subir hasta llegar a las 549 disoluciones en 2013, la cifra anual más alta.

Como ocurre también con las parejas heterosexuales, el divorcio es el tipo de disolución matrimonial entre quienes deciden separarse; ha sido la elección de 1.773 parejas del mismo sexo (95,42% del total). Las separaciones son mínimas (22) y las nulidades, casi inexistentes (4).

Cómo nueve jueces vitalicios han modelado la sociedad de EE UU

De la esclavitud al matrimonio homosexual, la historia de este país no se entiende sin las decisiones del Tribunal Supremo

Celebración en Washington tras el dictamen

Celebración en Washington tras el dictamen. / JACQUELYN MARTIN / AP (REUTERS-LIVE!)

Los nueve jueces del Tribunal Supremo, designados por el presidente de Estados Unidos y ratificados por el Senado, ostentan cargos vitalicios. Su influencia es con frecuencia mayor que la del presidente. Sus decisiones son inapelables, nadie puede despedirlos, no rinden cuentas. ¿Antidemocrático? No. Casi siempre, el tribunal ha mantenido la sintonía con la opinión mayoritaria de los ciudadanos. Los jueces, escribió el politólogo Robert McCloskey en su clásico The American Supreme Court (El Tribunal Supremo americano, 1960), “rara vez se han apartado demasiado de la corriente principal de la vida americana, y rara vez han sobreestimado sus propios recursos”. Así modelaron los jueces la sociedad estadounidense:

A FAVOR DE LA ESCLAVITUD. Posiblemente Dred Scott vs. Sandford, de 1857, sea la decisión más vergonzosa de la historia del Tribunal Supremo. Los jueces dictaminaron que los esclavos no eran ciudadanos y que el Congreso no podía prohibir la esclavitud en los nuevos territorios de EE UU. Cuatro años después estalló la Guerra Civil.

INTEGRACIÓN EN LAS ESCUELAS. La decisión Brown vs. Consejo educativo de Topeka, en 1954, ilegalizó la segregación racial en las escuelas. La base legal, como en la decisión que este viernes legalizó el matrimonio homosexual, es la Enmienda 14 de la Constitución, que garantiza la igualdad ante la ley.

MATRIMONIO INTERRACIAL. Mildred Jeter, una mujer blanca, y Richard Loving, un hombre negro, fueron detenidos varias veces por violar las leyes que prohibían los matrimonios entre distintas razas. En el caso Loving vs. Virginia, de 1967, los jueces dictaminaron que estas prohibiciones en varios estados eran inconstitucionales.

ABORTO LEGAL. La decisión sobre el caso Roe vs. Wade, en 1973, reconoció el derecho al aborto en todo el país, pero más de cuatro décadas después el debate sigue abierto y las divisiones entre progresistas y conservadores persisten.

RECUENTO EN FLORIDA. En el caso Bush vs. Gore, el Tribunal Supremo frenó el recuento en Florida, el estado que debía decidir las reñidas elecciones presidenciales de 2000. La consecuencia fue la victoria del republicano George W. Bush ante su rival demócrata, Al Gore.

FINANCIACIÓN ELECTORAL. En el caso Citizens United vs. FEC, de 2010, el Tribunal Supremo abrió la puerta a la financiación sin límites de campañas políticas. La decisión enfrentó a los jueces con el presidente Barack Obama.

REFORMA SANITARIA. En dos sentencias, en 2012 y 2015, el Tribunal Supremo ha avalado la reforma sanitaria, el proyecto central de la reforma sanitaria de Obama. El Supremo, adversario hace unos años, se ha convertido en su gran aliado.

El Tribunal Supremo de EE UU legaliza el matrimonio gay

Celebración ante el Supremo este viernes

El matrimonio homosexual es desde ayer legal en todo Estados Unidos. El Tribunal Supremo, máxima instancia judicial en este país, declaró ilegales las leyes que en 14 Estados prohibían casarse a personas del mismo sexo. Tras décadas de lucha, en pocos años los estadounidenses y sus líderes, contrarios hasta hace poco a la equiparación de los derechos de gais y lesbianas, han dado un giro irreversible. La decisión, comparada con la que en 1954 ilegalizó la segregación racial en las escuelas, cierra una era de discriminación.

“Este fallo es una victoria para América”, dijo Barack Obama. “Cuando todos los americanos son tratados como iguales, todos somos más libres”. El caso Obergefell et al. contra Hodges, director departamento de Sanidad de Ohio, et al. pasará a los libros de historia con otros casos como Brown contra el Consejo educativo de Topeka o Roe contra Wade, que han transformado EE UU. James Obergefell y los otros demandantes pedían al Supremo que ilegalizase las leyes que, en Michigan, Kentucky, Ohio y Tennessee, definían el matrimonio como la unión entre hombre y mujer.

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El tribunal, con 5 votos a favor y 4 en contra, dio la razón a Obergefell. Anthony Kennedy, el juez centrista que suele desempatar en las decisiones reñidas y que redactó el fallo, argumentó que las leyes de estos cuatro Estados vulneran la 14ª enmienda de la Constitución, que consagra la igualdad ante la ley y, según el fallo, “exige al Estado que case a dos personas del mismo sexo”. “Piden una dignidad igual a los ojos de la ley”, escribió Kennedy en referencia a los demandantes. “La Constitución les garantiza este derecho”.

Automáticamente, la decisión sobre los cuatro Estados demandados se aplica a los diez que sólo permitían casarse a un hombre con una mujer. De golpe, el matrimonio homosexual, hasta ahora legal en 36 Estados, lo es en los 50 de la Unión, sin excepción.

La primera potencia, la democracia más poderosa, un país con un largo historial de discriminación pero también de batallas por los derechos civiles, propicia el mayor avance en décadas, quizá en la historia, de los derechos de gais y lesbianas. Quienes se oponen al fallo de ayer tiene poco margen para revocarlo. Deberían enmendar la Constitución o lograr que los jueces —los actuales u otros más conservadores— dictasen otro fallo que anulase el actual. El juez conservador Antonin Scalia describió la decisión, en un voto particular, como un “golpe de Estado judicial” y dijo que el Tribunal Supremo es una amenaza a la democracia estadounidense. El argumento de la minoría conservadora es que los jueces se han excedido al intervenir en un asunto que debería decidir el pueblo.

Cambio en pocos años

Hace medio siglo, todos los Estados de EE UU menos uno criminalizaban la homosexualidad, y la Asociación Psiquiátrica Americana la calificaba de enfermedad mental, escribe el profesor de Harvard Michael Klarman, autor de Del armario al altar, una historia de la lucha por el matrimonio homosexual.

Hace sólo diez años, el único Estado en permitir las bodas entre personas del mismo sexo era Massachusetts. La doctrina del Supremo era que cada Estado debía decidir por su cuenta. “Mis creencias religiosas dicen que el matrimonio es algo santificado entre un hombre y una mujer”, decía Obama en 2004, cuando aspiraba a ser senador por Illinois. Aquel año, un 31% se oponía al matrimonio igualitario y un 60% estaba a favor, según el Pew Research Center. Ahora un 59% está a favor y un 39% en contra. Todo ha cambiado en pocos años: las Fuerzas Armadas aceptan a gais y lesbianas, el Gobierno federal ya reconoce a efectos administrativos a los matrimonios homosexuales y Obama se ha sumado al movimiento.

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Tras conocerse la decisión, frente a la escalinata del Supremo, Bill Wooby, de 67 años, recordaba los años de lucha, la discriminación, los amigos muertos y lloraba. “Por primera vez me siento americano”, dijo.

80.000 firmas para que Pedro Zerolo tenga una plaza en Chueca

La Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales piden que se renombre la plaza de Vázquez de Mella

Homenaje a Pedro Zerolo en la Plaza de Chueca el día de su muerte, el pasado nueve de junio

Homenaje a Pedro Zerolo en la Plaza de Chueca el día de su muerte, el pasado nueve de junio. / C. ÁLVAREZ

Más de 80.000 personas han firmado ya una petición para que la plaza Vázquez de Mella, en el barrio de Chueca, lleve el nombre dePedro Zerolo. La petición fue lanzada por de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) y el colectivo COGAM a través de la página de Internet change.org, el 9 de junio, día del fallecimiento del político y exedil socialista,. “Pedro ha sido una persona clave en la defensa de los derechos LGTB, y por ende de los derechos humanos. Queremos rendirle un homenaje y creemos que debe hacerse en el corazón de Chueca”, afirma Jesús Generolo, portavoz de FELGTB.

La petición en la página de Internet está acompañada de una carta al Ayuntamiento de Madrid que destaca el activismo de Zerolo por los derechos del colectivo homosexual en particular. “Pedro se merece nuestro reconocimiento. Y aunque se puede hacer muy poco para agradecer tantas cosas buenas, la ciudad de Madrid debe dar su nombre a una plaza, porque Pedro es ya todo un símbolo”, dice una parte del escrito. Se propone la neurálgica plaza de Vázquez de Mella, puerta de Chueca a la Gran Vía.

“Hemos hecho una movilización de fuerzas muy rápida. Pedro estaba muy enfermo. El día de su muerte teníamos claro que debíamos hacer un homenaje para que la gente pudiera manifestar su dolor. Entonces nos congregamos en la Plaza de Chueca y en ese mismo momento decidimos lanzar la petición por la red”, comenta Generolo y añade que la FELGTB también habló de manera informal ese día con el político del PSOE Antonio Miguel Carmona sobre la posibilidad de pasar la pregunta al Ayuntamiento para renombrar la plaza. “La Comunidad LGTB no tiene que reconocer partidos. Carmona habló de la posibilidad de pasar la propuesta del renombramiento de la plaza en el primer pleno del Ayuntamiento”, afirma Generolo y continua, “esperamos que se tome la decisión de manera unánime. Quiero creer que el Partido Popular no va a estar en contra, si lo hicera estaría mostrando una vez más un retrato muy feo del partido”.

Aunque la FELGTB no ha concertado aún hasta cuándo realizarán esta acción, la recogida de firmas continua por el momento, “por lo menos hasta el primer pleno que celebre el Ayuntamiento”, dice el portavoz de la organización y resalta que este año se cumplen diez años de que se aprobara el matrimonio homosexual. “Hay que sacar orgullo de un país que está a la vanguardia de los derechos LGTB, concluye Generolo.

Negro, gay y rapero

Zebra Katz introduce ‘performances’ y discursos de género en sus composiciones

Zebra Katz, en una foto de promoción.

Zebra Katz, en una foto de promoción.

Responde bajo el álter ego de Zebra Katz, aunque su verdadero nombre es Ojay Morgan. Criado en las escuelas de arte de Florida y Nueva York, el carácter transgresor de este joven artista ha permitido que un sector del hip hop se renueve y transite terrenos como laperformance o las cuestiones de género. “Me gusta verme como una persona en constante cambio. Mi formación dentro del mundo del arte me ha ayudado a tratar la problemática del género y el lenguaje desde un punto de vista diferente”, comenta un corpulento chico negro de casi dos metros de estatura en el backstage del SonarDome. “No me interesan las lecturas literales de mis composiciones, busco los dobles sentidos y reapropiarme del significado de muchas de las palabras que son de uso común en la sociedad”.

Morgan se daría a conocer hace cuatro años, cuando el productor Diplo puso su mirada sobre una de sus obras más incontestables,Ima Read. “Esta canción la compuse hace ocho años. En ella pronunciaba repetidamente la palabra bitch (la traducción más cercana sería la de perra), mi objetivo era desvirtuar su significado original y llegar a hacerla mía. De esta manera podía transformarla con mi voz y buscar nuevos matices”, explica el rapero. Este juego de dobles sentidos va estrechamente ligado a su figura. “El nombre Zebra Katz lo tomé porque buscaba potenciar la sensación de extrañamiento. Las cebras son animales que aunque parezcan idénticos son diferentes, además las rayas les sirven para camuflarse y no ser vistas”.

Las primeras obras de Zebra Katz impactaban además de por su torrente lírico, lascivo e inquietante, por un uso muy despojado de la música, bases cortantes y secas que dejaban ver un esqueleto oscuro y claustrofóbico. “Mis influencias son muy dispares. Mis padres son de origen jamaicano, por lo que los ritmos tropicales estaban presentes en el hogar donde crecí. Otro de mis referentes claros es el Miami Bass y la música de 2 Live Crew”, aclara el músico sobre su filiación por los bajos gordos.

“El nombre, Zebra Katz, surge de mi proyecto de tesis, una obra deperformance donde di vida a diferentes personajes”, confiesa. “La pieza se llamaba Moor Contradictions y en ella ofrecía distintas versiones alrededor del término moro, tan estudiado en la literatura de Shakespeare”. La obra del escritor inglés se mezcla con gran acomodo junto a otro tipo de referencias, como la eclosión del movimiento ballroom en el Nueva York de finales de los ochenta. “El descubrimiento de la película Paris is burning ha sido muy importante en mi obra. Me siento en esa tradición de artistas que experimentaban en torno al cuerpo y la cultura drag”, revela Morgan sobre la influencia del documental dirigido por Jennie Livingston. En esta cinta se narraba la aparición de los primeros clubes neoyorquinos que acogieron fiestas de travestis. En ella también se observa la fuerte relación de comunidad que había entre todos sus implicados.

Los directos de Zebra Katz apuestan por lo imprevisible. “En cada concierto intento cambiar cosas y aprender de lo que hice en el previo. Tienen un alto componente lúdico, no se parecen demasiado a mis discos”. Morgan matiza al final de la conversación que la etiqueta queer rap no le beneficia demasiado. Interpreta que la definición que acoge el término es restrictiva y pobre. “No me gusta alardear de mi condición de homosexual. Tengo otras muchas facetas por las que destacar. Mi música va mucho más allá de la reivindicación de género. Es evidente que existe, pero de esta manera hay capas e interpretaciones que se pierden”.

Cuando el VIH se resiste

Activistas contra el sida indonesios en Yakarta, el pasado día mundial contra la enfermedad

Activistas contra el sida indonesios en Yakarta, el pasado día mundial contra la enfermedad. / FULLY HANDOKO (EFE)

La generalización de los tratamientos antirretrovirales contra el VIH en África tiene dos caras. Sin duda —y sobre todo—, hay una positiva: cada vez más personas pueden sobrevivir sin desarrollar el sida, las tasas de mortalidad caen y, como en los países desarrollados, la enfermedad pasa de ser letal a crónica. La otra, la negativa, es que el virus puede generar resistencias que convierten en insuficientes a los fármacos más convencionales o de primera línea. Son entonces necesarias alternativas menos accesibles, que están a la orden del día en las zonas ricas del mundo, pero no son tan fáciles de conseguir en las pobres.

El avance de estas resistencias se ha constatado en varias investigaciones que indican que la prevalencia de contagio de VIH resistente a los fármacos se ha incrementado recientemente hasta un 5% en Sudáfrica, Kenia y Zambia, y ha alcanzado el 15% en Uganda. Un nuevo estudio que se publica hoy en la revista Journal of Antimicrobial Chemotherapy, abunda en señalar la propagación del virus con estas características. Asegura que, en Mozambique, uno de los países con mayor prevalencia del VIH, los antirretrovirales han fracasado en una cuarta parte de los pacientes. La gran mayoría de ellos (el 89%) ha desarrollado resistencia a los fármacos habituales y necesitan los tratamientos denominados de segunda línea. “Es una foto que refleja bien lo que está sucediendo en muchos países del África subsahariana”, explica la investigadora principal, María Rupérez, de ISGlobal, que ha desarrollado el estudio en colaboración con el Institut de Recerca de Sida IrsiCaixa y elCentro de Investigación en Salud de Manhiça (CISM).

La resistencia del virus puede venir dada por un cumplimiento irregular del tratamiento, que en lugar de contenerlo lo hace más fuerte o, directamente, porque la persona contagiada se infecta con el virus ya resistente. El paciente puede estar bajo medicación sin ser consciente (ni él ni los médicos) de que su carga viral va en aumento, con lo que su salud está en peligro y el riesgo de contagio aumenta.

Los tratamientos de segunda línea, sin embargo, tienen dos trabas fundamentales en los países en desarrollo: una es el precio y la accesibilidad de estos fármacos; otra que es la dificultad en la detección de las resistencias. Como explica Rupérez, en occidente se realizan análisis periódicos de sangre para comprobar que la carga viral de los afectados se mantiene contenida, pero estos seguimientos son difíciles en zonas pobres, pese a que están previstos en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). “Si crece la presencia de virus es signo de que el tratamiento no está funcionando y hay que cambiarlo. Para detectarlo, son necesarios análisis de sangre que requieren una infraestructura con la que quizás solo cuentan en unos pocos centros de países como Mozambique, pero que no está presente en las zonas rurales. Hasta ahora se usan criterios clínicos basados en el recuento de las células T CD4 (las diana del VIH). Esta técnica deja sin detectar el 75% de los casos de fracaso y da falsos positivos, con lo que no es efectiva”, asegura la investigadora.

Se están desarrollando test rápidos asequibles que se pueden usar sobre el terreno y proporcionan resultados rápidos. Esto es crucial, puesto que con otras fórmulas el diagnóstico se demora semanas, lo que puede provocar que el paciente no llegue a tratarse de forma adecuada: las dificultades para acceder a los centros de salud en las zonas rurales puede causar que nunca vuelva a recogerlo. Esta circunstancia es frecuente en África, donde se registran el 70% de los casos de VIH/sida. Esta alternativa más económica y barata la está probando, por ejemplo, Médicos sin Fronteras, pero todavía se encuentra fuera del alcance de la mayoría de quienes lo necesitan.

No se usa por ejemplo en Manhiça, una zona rural al norte de la capital mozambiqueña donde el 40% de la población está infectada. Es uno de los lugares con mayor incidencia del VIH en el mundo, y fue donde se realizó el estudio que ahora sale a la luz bajo el título Determinants of virological failure and antiretroviral drug resistance in Mozambique. Allí los antirretrovirales son gratuitos desde 2004. Su generalización consiguió lo que era un drama hasta hace no muchos años, una enfermedad que convirtió en habitual la pérdida de familiares y seres queridos por culpa del sida. Hoy esto se está evitando, pero ahora tienen el reto de detectar el fracaso terapéutico y tratar a ese 25% de la población en las que estos fármacos, por distintas razones, han fracasado.

¿Y si el tratamiento antiretroviral empieza a fallar?

Un investigador en el Centro de Investigación en Salud de Manhiça

Un investigador en el Centro de Investigación en Salud de Manhiça (CISM). / ALFREDO CÁLIZ

Son las 6.30 de la mañana y la sala de espera de la farmacia del Centro de Salud de Manhiça (Mozambique) está ya abarrotada. Frente a la ventanilla de dispensación de medicamentos se forman colas. Algunos han hecho el camino de noche y otros han recorrido muchos kilómetros para llegar hasta aquí los primeros. Hay niños que han venido solos y mujeres que han llegado andando por la carretera con uno o varios bebés sobre sus espaldas. Va despacio. Sólo hay un técnico de farmacia para atenderles a todos. Alguno se va con las manos vacías. El medicamento a por el que venían no está disponible esta semana. Sin mucha explicación, tendrán que volver la semana que viene a esa misma cola, a ver si hay suerte.

Esta imagen se repite a diario en muchos hospitales de África subsahariana. La mayoría de las personas que esperan en esas colas interminables vienen a buscar la medicación para el VIH. Mensualemente recogen el bote con los comprimidos que han de tomar diariamente hasta el mes siguiente. Son los fármacos que mantendrán a raya al virus, que impedirán que la enfermedad progrese y que enfermen como tantos familiares, vecinos y amigos. Y es que aquí todo el mundo ha visto morir a alguien cercano de sida. En una de las zonas con más prevalencia del mundo (hasta un 40% de la población convive con el VIH en Manhiça) las familias y las comunidades se han visto diezmadas por la epidemia. El panorama de hace unos años era desolador. Un diagnóstico de VIH era una sentencia de muerte. Hoy, el tratamiento con antirretrovirales ofrece un futuro más esperanzador. El mensaje ha calado en la población y de ahí las colas.

En un pabellón opuesto a la farmacia se encuentra la maternidad. Allí está ingresada Aurelia, diagnosticada de VIH hace cuatro años. Toma sus comprimidos a diario y asiste a los controles regularmente pero, últimamente, no sale del hospital. Lleva tres ingresos en un mes y está muy débil. Aurelia está embarazada de 12 semanas. El virus le va ganando terreno y se multiplica a pesar del tratamiento. La enfermedad progresa, su embarazo corre peligro y las probabilidades de transmitir el VIH a su bebé aumentan. El virus se ha hecho resistente al tratamiento. Deberían habérselo cambiado hace tiempo. Sin embargo los fármacos alternativos, o de segunda línea, son caros y no siempre están disponibles en la mayoría de centros de salud del país.

El problema de las resistencias a los fármacos antirretrovirales se extiende por toda África. Es la otra cara del éxito de su distribución masiva en el continente en las últimas décadas.Según las últimas cifras de ONUSIDA cerca de nueve millones de personas recibieron tratamiento antirretroviral en los países en vías de desarrollo durante 2013, es decir, diez veces más que en 2003. Esto ha permitido salvar muchas vidas. Sin embargo, problemas en la distribución y abastecimiento en estos países complican el acceso a unos medicamentos en los que el riguroso cumplimiento de la pauta es fundamental. Los virus resistentes aprovechan estas irregularidades para hacerse fuertes, replicarse y extenderse entre la población. Si llegan a extenderse lo suficiente, todo lo que se ha ganado en estos años de lucha contra el VIH/sida en África, donde viven el 70% de las personas afectadas, podría verse amenazado.

Si medimos, de forma periódica, los niveles de virus en pacientes en terapia antirretroviral podemos saber si el tratamiento está siendo efectivo. Este seguimiento, que se realiza de forma rutinaria en países en desarrollo, todavía está fuera del alcance de muchos pacientes con VIH de países con pocos recursos. Debemos hacer llegar a estos países tests rápidos, simplificados y asequibles que permitan detectar si el tratamiento antirretroviral consigue evitar que el virus se replique y destruya las defensas. Esto permitiría cambiar el tratamiento, si es necesario, tan pronto como deje de funcionar, antes de que el VIH se vuelva resistente a todos los fármacos. Para aquellos que ya tienen un virus resistente, un 25% de los que toman tratamiento en Manhiça, es urgente hacerles llegar nuevos medicamentos.

Por eso, si lo hacemos bien, si tomamos las decisiones correctas a tiempo, podemos evitar que el VIH se vuelva resistente a los fármacos, que las madres transmitan la infección a sus hijos, y que la enfermedad progrese en las personas infectadas. Debemos hacer que personas como Aurelia reciban el mejor tratamiento y seguimiento posibles. Para ello debemos invertir en investigación y en políticas de salud pública que puedan cambiar el futuro de estas personas y por qué no, erradicar esta enfermedad.

María Rupérez y Denise Naniche son investigadoras del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal). Roger Paredes es responsable del grupo de Genómica Microbiana del Institut de Recerca de la Sida IrsiCaixa. Los tres son autores del estudio Determinants of virological failure and antiretroviral drug resistance in Mozambique.