Gonzalo excusó el cierre de la Cámara de Vizcaya en vacaciones y deudas domiciliadas

La existencia de “débitos domiciliados” en la cuenta de la Cámara de la Propiedad Urbana de Vizcaya fue una de las razones o excusas aducidas por José María Gonzalo para mantener operativa esa entidad más de tres años después de que un decreto del Gobierno al que representaba estableciera su extinción. Gonzalo era delegado territorial del Departamento de Vivienda y Asuntos Sociales en Vizcaya y en su condición de tal fue comisionado por el consejero Javier Madrazo para finiquitar la Cámara.

Lejos de ello, se embarcó en una operación que nadie entiende, ni quienes le conocen y le atribuyen una honestidad fuera de duda, ni quienes, conociéndole o no, consideran que su condición de jurista -es letrado del Gobierno- le hacía conocedor de lo que estaba haciendo y de sus eventuales consecuencias. Todos dan por hecho que no se ha lucrado personalmente, y fuentes vinculadas entonces a EB dan por hecho que los responsables de la organización y del departamento debieron extrañarse del modo en que se estaba financiando una película producida por un servicio del Gobierno, Berdindu. Por ejemplo, de que no hubiera recurrido a las ayudas que ofrece el Departamento vasco de Cultura y más tratándose de un rodaje en euskera.

Según consta en la documentación que obra en el Gobierno, Gonzalo envió a finales de abril de 2009 -el decreto de extinción data de enero de 2006- un escrito al director de Finanzas del Ejecutivo, dependiente del Departamento de Hacienda, que dirigía la también vicelehendakari Idoia Zenarruzabeitia. En él expresaba la “imposibilidad” de cerrar la cuenta corriente y prometía enviar “en breve” una información “más detallada y precisa (…) con vistas al cierre definitivo (…)lamentando habernos retrasado en su elaboración da causa del paréntesis vacacional”. Gonzalo respondía a un requerimiento de principios de ese mismo mes, uno después de celebradas las elecciones autonómicas que originaron el relevo del Gobierno tripartito de Juan José Ibarretxe. En él se le pidió el cierre de las cuentas y el traspaso de los saldos a la Tesorería General del País Vasco. Con anterioridad, el delegado de Vivienda en Vizcaya había sido ya emplazado desde la Oficina de Control Económico (OCE) en dos comunicaciones distintas para que liquidara la Cámara y enviara a la OCE relaciones de cobros y pagos, extractos bancarios y otra documentación.

A la llegada del nuevo Gobierno de Patxi López, en mayo de 2009. y con la exploración de los departamentos para su reorganización el responsable de Vivienda se encontró con la Cámara sin liquidar y la de Empleo y Asuntos Sociales con una nómina que se pagaba a un empleado en ella. El 10 de noviembre el Ejecutivo destituyó a Gonzalo y encargó la auditoría.

* Este articulo apareció en la edición impresa del Viernes, 1 de abril de 2011

Txema Gonzalo evitó cerrar la cuenta en la que operaba aunque se lo exigió el Gobierno

Txema Gonzalo, el ex alto cargo del departamento de Vivienda encabezado por Javier Madrazo implicado en un presunto desvío de fondos públicos procedentes de la liquidación de la extinta Cámara de la Propiedad Urbana de Vizcaya, mantuvo abierta la cuenta bancaria de la entidad de derecho público a pesar de haber recibido hasta tres requerimientos por escrito del director del la Oficina de Control Económico (OCE) del Gobierno vasco y del responsable de Finanzas del Ejecutivo para que procediera a su cierre y al traspaso de los fondos a la Tesorería General del País Vasco.
En una auditoría posterior, la OCEdescubrió un ‘agujero’ de casi 450.000 euros en ese depósito, de los cuales más de 100.000 aparecieron en poder de Jon Alonso –un trabajador contratado por Gonzalo para la gestión del organismo que debía liquidar– y otros 330.000 se destinaron a pagos sin destinatario conocido. Gonzalo, actual asesor jurídico del Ejecutivo aunque con un expediente disciplinario en curso, aseguró a la OCEque las cantidades ‘extraviadas’ se destinaron a financiar la película ‘Ander’, que también contaba con la subvención de Berdindu, el servicio público de apoyo a gays y lesbianas que él mismo dirigía desde la adjudicataria Aukeratu. No obstante, la OCEha acreditado la realización de obras en la sede bilbaína de la Cámara, ubicada en la esquina de Colón de Larreátegui con Ercilla, y, según desveló ayer ELCORREO, Gonzalo cargó a esa cuenta el coste de un viaje para dos personas al Festival de Cine de Diversidad Sexual que se celebró en Montevideo (Uruguay) en 2006.
Los apremios del director de la OCEa Gonzalo para que consumase la liquidación del patrimonio de la Cámara y cerrase sus cuentas se remitieron el 29 de enero y el 19 de febrero de 2009, sin obtener respuesta, según la documentación a la que ha tenido acceso este periódico. El 8 de abril del mismo año el responsable de Finanzas insistió en la petición. El 22 de abril el delegado de Madrazo asegura que le ha sido imposible cerrar la libreta de la BBK «por la existencia de débitos domiciliados» y se excusa por no haber enviado «una información más detallada y precisa del estado de situación (…) con vistas al cierre definitivo del proceso de liquidación» debido «al paréntesis vacacional» de Semana Santa.

La Policía vincula el apuñalamiento de dos chicos en Bilbao a la homofobia

El herido peor parado permanece grave en el hospital de Basurto, donde se encuentra «estable» después de una larga intervención

La Ertzaintza achaca a la homofobia el apuñalamiento de dos jóvenes en Bilbao, que fueron atacados a medianoche del domingo por cuatro menores cuando se encontraban en las inmediaciones del ascensor que une el barrio de Begoña con el Casco Viejo. Así lo desvelaron ayer fuentes del departamento vasco del Interior, que han deducido el móvil de la denuncia presentada por los propios heridos. Uno de ellos sufrió cortes en la espalda, mientras que su acompañante, peor parado, recibió una puñalada en el abdomen que le dejó en un estado tan grave que en un primer momento llegó a temerse por su vida.
En el ataque participaron cuatro adolescentes, todos de edades comprendidas entre los 15 y los 17 años y de origen extranjero, según fuentes cercanas a la investigación, que abordaron y rodearon a las víctimas. Según el relato de uno de los heridos, en ese momento se inició una discusión y, en el transcurso de la disputa, uno de los menores -el presunto autor material de la agresión, de 17 años- empezó a propinarles puñetazos y arremetió contra ellos con una navaja antes de abandonar el lugar de los hechos junto a sus acompañantes. El joven con lesiones más leves -fue dado de alta en pocas horas- logró perseguirles y alertar a efectivos de la Ertzaintza, a quienes ofreció una descripción de los sospechosos que sirvió para interceptarles.
«Recrudecimiento»
El brutal ataque suscitó ayer el más rotundo rechazo de los principales colectivos de gays y lesbianas de Euskadi, reunidos en la Coordinadora 28-J. Estas agrupaciones -Hegoa, EHGAM, Aldarte, Bizigay, Euskal Hartzak y MDM- advirtieron de que, aunque los ataques homófobos y sexistas «no son algo nuevo, sí resulta altamente preocupante su más que evidente recrudecimiento en los últimos años, incluso meses».
Por ello, además de solidarizarse con los heridos, aseguraron en un comunicado conjunto que «no nos podemos dejar engañar por las falsas apariencias», porque aunque «algunas cosas han cambiado a mejor, especialmente en el terreno legal», la discriminación «persiste y se expresa de diferentes maneras, también mediante agresiones directas como la ocurrida».
La víctima que sufrió heridas más graves continuaba ayer en el área de Reanimación del hospital de Basurto, donde el lunes pasado fue sometido a una larga operación, según detallaron fuentes sanitarias. El joven, que no pudo ser intervenido hasta que los médicos lograron estabilizarle horas después de la agresión, debido al preocupante estado en que llegó al centro sanitario, se recupera ahora de la puñalada que le perforó el flanco abdominal izquierdo y le causó una copiosa hemorragia. Al cierre de esta edición, aunque continuaba todavía en estado grave, se mantenía «estable».

Detenido el menor que hirió muy grave a otro joven de un navajazo en Bilbao

En la agresión participaron otros tres menores de edad, de entre 15 y 16 años, que fueron detenidos por la Policía vasca y que esta mañana han sido puestos a disposición de la Fiscalía de Menores.

El suceso, cuyo móvil investiga la Ertzaintza, se produjo poco antes de la medianoche de ayer, domingo, en las inmediaciones de un ascensor urbano público ubicado en la calle Calzadas de Mallona, en el barrio bilbaíno de Begoña.

Dos amigos se encontraban junto al ascensor cuando un grupo de cuatro jóvenes -los cuatro menores- les rodeó y mantuvieron una discusión, tras lo cual uno de esos jóvenes soltó un puñetazo y atacó con una navaja a las víctimas. Uno de los amigos fue herido en el abdomen y el otro en la espalda.

Los agresores abandonaron el lugar pero una de las víctimas persiguió a tres de ellos, que huyeron hacía el Arenal, y alertó a la Ertzaintza del asalto. Los tres fueron detenidos poco después en la calle Santa María, en el Casco Viejo de Bilbao.

Mientras se producía la persecución de los sospechosos, otra patrulla policial localizó a la otra víctima junto al ascensor y solicitó la presencia de personal sanitario ya que el joven presentaba una herida sangrante en el abdomen.

Posteriormente, una ambulancia trasladó a los jóvenes heridos a un centro hospitalario de la capital vizcaína, donde quedaron ingresados, uno de ellos en estado muy grave.

El joven lesionado en la espalda ha sido dado de alta esta mañana, mientras el herido muy grave sigue ingresado en el hospital bilbaíno de Basurto, han precisado a Efe fuentes del departamento vasco de Interior.

La Policía vasca arrestó a los tres menores de 15 y 16 años bajo la acusación de participar en la agresión, aunque los investigadores identificaron al chico de 17 años que escapó como supuesto autor material del apuñalamiento.

Las pesquisas han llevado a la Ertzaintza a detener al presunto autor de los navajazos sobre las 12:15 horas de este mediodía en Bilbao.

«Antes nuestra vida la guiaban los curas; ahora, los médicos»

Juan Gervás

Médico y coordinador del equipo Cesca

Médico general rural y profesor de la Escuela Nacional de Sanidad española y de la Universidad Autónoma de Madrid, hoy jubilado, ha impartido en Bilbo una conferencia «irrepetible», porque sus apariciones son contadas. «No soy el oso de la feria», esgrime, pero su descarnado discurso contra la «medicalización de la vida» hace que sus esporádicas presencias públicas sean más que interesantes.

Jornadas sobre " Medicalizaci—n de la vida" en la Alh—ndiga de Bilbo. Entrevista al mŽdico Juan Gervas.

Jornadas sobre ” Medicalizaci—n de la vida” en la Alh—ndiga de Bilbo. Entrevista al mŽédico Juan Gervas.

«Uno puede ser alguien feliz hasta que un día va al médico a tomarse la tensión… `Eres hipertenso’, te dicen. Tu vida cambia a partir de entonces dolorosamente. `La tensión tiene que bajar’, te insiste el médico… hasta que te quedes impotente si hace falta… y con 50 años. ¡La de polvos que te has perdido! Te quedas para los restos. Y si un día te hartas y dejas de hacer lo que te mandan, te quedará un sentimiento de culpabilidad. ¡No es broma lo que digo!… Y todo por tener la tensión alta». Este es ejemplo muy gráfico de cómo la medicina en general, la industria farmacéutica y los médicos en particular, han medicalizado nuestra vida durante el último medio siglo.

Esa «tragedia» que se inicia con algo tan asumido y normalizado como ir a tomarse la tensión -cuando no se hace en casa con aparatos ni siquiera homologados- es una de las innumerables que diseccionó Juan Gervás en el marco de las jornadas sobre medicalización de la vida organizadas por Alhóndiga Bilbao y la Asociación vasca en defensa de la Salud-Osalde.

Es «un médico normal y corriente», como le presentaron, que lleva años «defendiendo la salud como un derecho y no como un negocio». A sus 61 años y recién jubilado, este médico de atención primaria coordina el Equipo CESCA, un grupo multiprofesional de investigación, estudio y docencia en Atención Primaria y Medicina General fundado en 1980 que no duda en meter el bisturí hasta lo más profundo del cada vez menos sano corazón del sistema sanitario. Y eso es lo que vino a hacer a la capital bilbaina.

«Nadie de los que estamos aquí terminará el siglo XXI -sentenció como premisa-. Es la certeza de la muerte. Pero hay médicos que creen que salvan vidas, incluso que hacen resucitaciones, cuando lo único que hacemos es prolongarla. La pregunta es ¿con qué calidad?». Pero la sociedad actual, como el legendario rey Gilgamés, persigue la vida eterna.

Vivimos en la «sociedad más sana de la historia» y «no por razones médicas, sino gracias a la educación de la mujer». Sin embargo, asistimos a una brutal medicalización de la vida. «La actividad médica cada vez es más intensa, se tratan más precozmente los problemas y con métodos más poderosos y, a la vez, problemáticos», insistió. ¿El resultado? «Que la gente se muere por causa médica. Cada vez los médicos somos más mortíferos… Como decía aquél, cuando un médico acude a un entierro, la causa va detrás del efecto», comentó. Un dato: En EEUU las muertes por razones médicas son ya la tercera causa de mortalidad.

Gervás aseguró que la sociedad está siendo consciente ahora de ese «poder de matar» de los médicos. «Porque no hablamos sólo de crear enfermedades o de amplificar la importancia de otras, sino de que los médicos nos extralimitamos», reprueba. Y puso otro ejemplo: «Hay una epidemia de minusválidos por operaciones de espalda no justificadas».

La biometría es uno de los caballos de batalla contra los que Gervás y otros como él pelean con cada conferencia o cada artículo. «La biometría es la que nos dice qué es lo normal; es la que medicaliza nuestra vida obligándonos a estar en la media de multitud de parámetros médicos». Como en la tensión. O el colesterol. O el percentil infantil que controla el peso y la altura de los bebés y niños. «Los médicos definen la salud en base a la biometría, cuando la realidad es que hemos dejado de escuchar a los pacientes… y así se nos mueren. Tengo el alma rota y mi médico me receta un antidepresivo. Infectamos a los pacientes con falsas enfermedades», denunció.

Una medicalización a la que no es ajena la población. «Quiere acabar el siglo XXI. Te pide ese antidepresivo. La gente también pide respuestas simples a problemas complicados. Queremos de la vida lo que la vida no da. Y la solución no es tomar una pastilla».

La prevención

De una parte, el sistema sanitario en su conjunto «nos infecta de enfermedades falsas» y, de otra, la dependencia de esa medicalización nos conduce a «una pérdida de resistencia ante la vida, cuando nuestra resistencia es como la de las ratas. Pero pretenden reducirnos a un estado infantil». ¿Consecuencia última? «Nos volvemos dependientes del sistema sanitario. Antes, nuestra vida la guiaban los curas; ahora, el sistema sanitario».

Nos dicen cuándo hacernos una mamografía, cuándo una citología, cuándo el colesterol está alto o cuándo lo mejor es anticiparse a un cáncer de vejiga y dejarnos impotentes y perdiendo orina. «La medicalización de la vida ha logrado disminuir el número de gente sana y, si hace falta reducirlo más, se cambian las biometrías y sigue el negocio», se quejó.

La tensión arterial alta es un factor de riesgo, entre otros, pero ni siquiera una causa y menos aún una enfermedad. «Pero hoy ha adquirido dignidad propia y ya nos viene en poco tiempo la prehipertensión, lo mismo que la preenfermedad mental», puso sobre alerta.

Y si la biometría es su “dios”, el diagnóstico es su “profeta” o, como él lo define, «el truco de la medicalización de la vida». Tanto que el diagnóstico es el campo médico menos desarrollado y el de peor calidad, según reconoce la propia Medicina. «Se diagnostica cada vez más innecesariamente, pero claro, después del diagnóstico, viene la cascada del tratamientos».

Enfermedades falsas, pérdida de resistencia vital, dependencia del sistema sanitario… Y la prevención. «Es una gran mentira, porque no sabemos bien las causas de las enfermedades. Y se convierte en un peligro cuando excede de sus límites… y está perdiendo esos límites. Porque es un peligro cuando quiere dominar nuestras vidas».

Gervás propone a modo de reflexión dos fundamentos éticos. Uno, lo que llama ética de la ignorancia, «compartir con el paciente y nuestros jefes lo que no sabemos» porque, «si un médico no quiere saber lo que receta, que se dedique a vender vino». El otro, la ética de la negativa o «saber decir no al paciente y a tus jefes». Este panorama no parece alentador. «Pero yo soy optimista. O -aclara-, como diría Unanumo, un pesimista razonablemente optimista». E invita a médicos y pacientes a hacer «prevención cuaternaria», es decir, «evitar el daño que hace el sistema sanitario», porque «la medicina se está transformando en magia».

Las bambalinas del trágico fin de carrera de un travesti luso

Las bambalinas del trágico fin de carrera de un travesti luso

En Bilbo, entrevista al director de cine portugues Joao Pedro Rodrigues.

En Bilbo, entrevista al director de cine portugues Joao Pedro Rodrigues.

Tônia ofrece su espectáculo de travestismo en un pequeño club de Lisboa. Deseosa de un cambio de sexo, éste nunca llegará a cumplirse y, finalmente, morirá como un hombre. Es la trágica historia de «Morrer como un homem», el tercer largometraje del luso João Pedro Rodrigues. El director de «O fantasma» y «Odete» ya estuvo en Bilbo en 2007 y, tras su paso por Cannes o Xixon, vuelve a Zinegoak porque «me gusta ir a lugares en los que conozco a la gente. En los festivales pequeños me siento mejor acogido y es más fácil llegar al público». Esta vez presenta su trabajo más femenino con un reparto curiosamente masculino, realizando un guiño a la comedia «The women», de George Cukor, de los años 30.

«Es la historia del final de la carrera de un transexual travesti. Pero no aparece nunca en el espectáculo. Es como si estuviera siempre en los camerinos», explicó a GARA el cineasta. «Me interesaba más la vida del personaje, la relación que tiene con su compañero que es mucho más joven… Quería hacer un retrato de una diva, pero sin el lado del espectáculo, mostrar la intimidad de una diva», añadió.

Para conocer de primera mano los sentimientos de estas personas, Rodrigues entrevistó a travestis de todas las edades. «Al principio yo no sabía muy bien cuál era la historia que quería contar. Entrevisté a travestis porque estaba buscando historias. La idea no era contar la historia de alguien. Muchas cosas me han inspirado para crear la historia que al final la película cuenta», explicó. Pero en ningún momento ha querido definir lo que supone ser travesti: «Las películas no deben dar definiciones. Yo no quiero que las personas que vayan a ver la película piensen que la transexualidad o el travestismo es así. Ésta es una historia particular de un personaje y es una ficción», aclaró.

«Yo quería hacer una tragedia y no todas las historias que he oído son trágicas. Las vivencias de los más jóvenes son muy felices. Siempre con dificultades como el largo proceso de los médicos por el cambio de sexo, los papeles…, pero, en general, son felices», añadió.

A Rodrigues le gusta trabajar con actores no profesionales, «me interesa encontrar la persona que pueda hacer el personaje que yo me he imaginado». En esta ocasión, el papel principal lo interpreta Fernando Santos, uno de los travestis más conocidos de Portugal que no es transexual y que ya ha cumplido los cincuenta años.