El ‘sí, quiero’ de Maroto y Josema

Javier Maroto y José Manuel Rodríguez, a su llegada al enlace junto a los testigos

Javier Maroto y José Manuel Rodríguez, a su llegada al enlace junto a los testigos. ARABA PRESS- PAULINO ORIBE

Javier Maroto y José Manuel Rodríguez ya son un ‘matrimonio’ más tras la celebración ‘íntima’ que ha tenido lugar pasadas las 9.30 horas de hoy. Un acto tan reservado que en él sólo han estado presentes los contrayentes, el concejal Miguel Garnica, la madre de Javier y el parlamentario Iñaki Oyarzabal como testigos, un fotógrafo contratado por la pareja y la ‘mano derecha’ del alcalde y responsable de comunicación Rafael Laza.

Maroto ha querido cuidar todos los detalles hasta el punto de modificar la hora del enlace que en el acta matrimonial preparada aun mantenía las 20.00 horas, el momento que se había señalado para un acto abierto que este jueves fue suspendido.

Boda muy discreta

El ‘sí, quiero’ de Maroto y ‘Josema’ se ha celebrado en un despacio de apenas ocho metros cuadrados que cuenta con un balcón hacia la plaza de España, y que preside una enorme bandera de Vitoria de aspas rojas sobre fondo blanco.

La informalidad en los atuendos y la brevedad del mismo han sido las notas predominantes junto a la discreción. Maroto ha llegado al edificio Consistorial pasadas las nueve de la mañana pero tanto su pareja ‘Josema’ con su madre han accedido por unas dependencias laterales sin que los medios de comunicación presentes en los aledaños hayan captado su llegada.

El ex alcalde de Vitoria ha formalizado su ‘matrimonio’ en un espacio muy funcional en el que tres fotografías antiguas del centro de la ciudad y detalles en miniatura con un pequeño Celedon, un paso de los faroles vitorianos y un logro de la ‘Green Capital’ aportan los detalles personales del político vasco.

Maroto: “El PP dice hoy aquí que el derecho al matrimonio es para todos”

El secretario sectorial de la formación conservadora, Javier Maroto, reconoce a “todos esos activistas de todos los partidos” que le han permitido casarse este viernes con su novio de siempre en una ceremonia a la que asistió Rajoy, Cospedal y la cúpula del PP en Vitoria

Parte de los invitados del PP a la boda de Javier Maroto.

Los dirigentes del PP arropan a los recién casados. / FOTOS: B. CASTILLO-I. AIZPURU

“Hoy, la dirección de mi partido, el Gobierno, dice que el derecho al matrimonio es para todos”. El vicesecretario general del PP y exalcalde de Vitoria, Javier Maroto, ha contraído este viernes matrimonio con su novio de siempre, Josema Rodríguez, en un enlace que los conservadores han aprovechado para sumarse a la corriente mayoritaria de aceptación del matrimonio homosexual en igualdad de condiciones que el heterosexual. “Las sociedades evolucionan, los partidos evolucionan y hoy mi partido y el Gobierno quiere sumarse a eso porque ya en España el derecho al matrimonio es para todos y hoy todos compartimos ese mensaje”. Así lo ha tratado de expresar al menos el propio Maroto, una vez finalizado el enlace en un hotel-restaurante de Vitoria, su ciudad, a la que ha acudido la plana mayor del PP con el presidente Mariano Rajoy y la secretaria general Dolores de Cospedal a la cabeza.

Maroto ha pronunciado estas palabras mientras en el interior del restaurante le aguardaban los 270 invitados al evento. Todos ellos han podido presenciar el acto no oficial de boda, tras el enlace formal que ha tenido lugar esta mañana en el Ayuntamiento. Posteriormente, se ha servido un cóctel de bienvenida a los invitados y una cena compuesta por ensalada de gambas, solomillo al foie y tarta nupcial.

La boda de Maroto, anunciada en junio (antes de ser llamado a Madrid por Rajoy para entrar en la dirección nacional del partido), había causado en las últimas quebraderos de cabeza en el PP, que abordó en términos de estrategia la conveniencia de que la cúpula acudiera a un enlace que era heredero de la ley de matrimonios gays aprobada por Zapatero, y que el PP recurrió al Tribunal Constitucional. Finalmente, los líderes conservadores dieron el sí. Rajoy, Cospedal, la líder vasca Arantza Quiroga, Floriano, Moragas, Javier Arenas… todos se han dejado ver sonrientes este viernes en Vitoria.

Maroto, que abandonó la celebración un momento al filo de las 21.30 horas para atender a la prensa, dijo que era evidentemente un momento muy especial para él “en lo personal”, pero básicamente acudió a los micrófonos a lanzar un mensaje político, como se esperaba. El vicesecretario sectorial tuvo un recuerdo a “todos los activistas, algunos de los cuales ya no están aquí (en una alusión que recordó a Pedro Zerolo, el socialista recientemente fallecido) que hicieron posible esto, que lucharon por los derechos de los que ahora hemos gozado nosotros”.

En referencia a su propio partido, Maroto dijo que era consciente de que “mis compañeros han dado un paso al frente para hacer un matrimonio para todos igual, con los mismos derechos y deberes”.

La firma, por la mañana

En realidad, Javier Maroto había formalizado su unión con su novio por la mañana, a primera hora, en una simple ceremonia en su despacho de apenas diez metros cuadrados en el Ayuntamiento de Vitoria, del que es portavoz del primer partido de la oposición. Por la noche, el convite fue mucho más nutrido, con cerca de 270 invitados. Poco antes de las 20.30, hora programada para el enlace, ha llegado la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal. Después lo hicieron el propio Rajoy y Arantza Quiroga, entre otros muchos compañeros de formación. Los ya maridos, Javier Maroto y Josema Rodríguez, se dejaron ver felices en el acceso al restaurante. El exalcalde vestía un chaqué de corte moderno, azul marino con chaleco gris de seis botones y una llamativa corbata en tonos azules sobre camisa blanca. Maroto ha declarado estar “nervioso”. Pero enseguida ha matizado. “Son mis amigos, mis familiares y vamos a pasarlo bien”, ha manifestado.

Maroto se casará finalmente en su despacho en un acto “íntimo”

El exalcalde de Vitoria varía sus planes de boda ante el revuelo que ha suscitado la ceremonia a la que está previsto que acuda Rajoy

Javier Maroto, vicesecretario general del PP, en la comparecencia ante los medios en el Ayuntamiento de Vitoria

Javier Maroto, vicesecretario general del PP, en la comparecencia ante los medios en el Ayuntamiento de Vitoria. / L. RICO

El vicesecretario general del PP y exalcalde de Vitoria, Javier Maroto, ha anunciado esta mañana que contraerá matrimonio con su Josema Rodríguez, su pareja desde hace 19 años, en un acto “privado” en el despacho municipal de su partido en el Ayuntamiento de Vitoria, y no en el salón de ceremonias del Consistorio, como inicialmente había previsto.

Maroto ha tenido que variar los planes de su boda ante el revuelo que ha generado esta ceremonia, a la que tiene prevista su asistencia el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Su idea inicial era reunir a unos 275 invitados en uno de los salones nobles del Ayuntamiento de la capital alavesa. Sin embargo, ha decidido cambiar el lugar por la enorme expectación que está generando la boda y las quejas que ha planteado Podemos, que criticó la decisión de Maroto de casarse un viernes, fuera de los días establecidos para este tipo de eventos, y le exigió que corriera con los gastos de la boda civil.

El exalcalde ha anunciado que renuncia a casarse en el salón de bodas municipal y que lo hará en su despacho en un acto “privado” cuya hora aún no ha sido dada a conocer. “Será a lo largo del día de mañana en compañía de mis amigos y familiares”, ha dicho el dirigente popular. El cambio se debe, según ha explicado, a que no quiere “entorpecer el trabajo de los funcionarios” y no causar molestias en el edificio municipal.

La boda de Maroto con Josema Rodríguez ha suscitado voces encontradas en el seno del PP. Un sector del partido ha expresado su disconformidad con la asistencia de Rajoy al enlace porque su presencia podría interpretarse como una incoherencia con la posición que ha mantenido el PP al recurrir ante el Tribunal Constitucional la ley que permite el matrimonio homosexual.

Maroto ha asegurado que siente el respaldo de su partido y espera que su boda se entienda como un hecho de “absoluta normalización”. Para Maroto, el recurso que el PP presentó en 2005 ante el Constitucional “ya no es el debate de hoy” y ha asegurado que la sociedad española está “preparada para entender estas cuestiones”.

Gasteiz sale a la calle contra la última agresión homófoba

SUCESO EN EL BARRIO DE GAZALBIDE

A la concentración de ayer en la Virgen Blanca se sumará otra mañana junto a la estación de autobuses

Concentración celebrada ayer en la Virgen Blanca.

Concentración celebrada ayer en la Virgen Blanca.

GASTEIZ – Aunque resulte difícil de entender, en pleno siglo XXI y en una ciudad como Vitoria todavía hay espacios para la intolerancia, para agresiones con tintes homófobos como la que ocurrió hace sólo unos días en el barrio de Gazalbide. Según ha trascendido, el lamentable suceso tuvo lugar alrededor de la medianoche del pasado jueves 16 a la altura del Conservatorio de la capital alavesa, cuando un joven de 21 años que se encontraba de camino a su casa fue increpado por cuatro personas que comenzaron a seguirle con distintos insultos alusivos a su condición sexual.

Por fortuna el ataque no pasó a mayores, se quedó en el ámbito verbal, pero la víctima tuvo que refugiarse en la estación de autobuses para evitar males mayores. Ayer, Gasteiz quiso decir basta ante este tipo de episodios con una concentración en la plaza de la Virgen Blanca. Mañana, Gazalbide hará lo propio con otra movilización junto a la nueva terminal (19.00 horas), convocada por la asociación vecinal Etxegorri. “Actitudes como ésta son inaceptables, y ante estos sucesos es necesaria e imprescindible una respuesta inmediata y contundente. Tal y como queremos liberar a la madre tierra del fracking, queremos liberar también nuestros cuerpos, sexualidad y vidas de la transfobia, lesbofobia y homofobia”, denuncia la Plataforma Transbollomari de Gasteiz. – C.M.O.

Decenas de personas protestan contra la agresión homófoba

 Noticia publicada en Gasteiz hoy

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Decenas de personas se han concentrado hoy en la Virgen Blanca, después de que un joven fuera increpado el pasado jueves por la noche por su condición sexual. La plataforma ha estado convocada por la plataforma Transbollomari de Vitoria-Gasteiz. Ha contado con el apoyo de EHGAM, Sare Antifaxista, Gasteizko Transbollomari Plataforma, Gasteizko Kitzikan, Uribe Kostako Kitzikan y Gasteizko Mugimendu Feminista. A la protesta han acudido decenas de personas, así como representantes de los grupos de izquierdas del Ayuntamiento y Juntas Generales.

Según algunas informaciones, la agresión verbal se produjo el pasado jueves en el barrio de Gazalbide, sobre las 23:30 cuando el joven se iba hacia casa. Cuando se encontraba en la Plaza de la Constitución cuatro personas comenzaron a seguirle por detrás, lanzando insultos homófobos. Insultos que fueron subiendo de tono, a medida que se acercaban al joven. Para evitar una posible agresión física el joven se refugió en la Estación de Autobuses.

El próximo miércoles hay convocada una nueva concentración frente a la Estación de autobuses. En este caso se trata de una protesta convocada por la asociación de vecinos Etxegorri.

La liberación sexual de Maroto

Artículo publicado por Pikara Magazine

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La opinión pública tiende a interpretar el protagonismo de políticos del PP abiertamente homosexuales como un signo de progresismo o de apertura hacia la libertad sexual. Mi intención es reflexionar sobre el poder que gays provenientes de espacios privilegiados tienen sobre el resto de colectivos discriminados por su orientación sexual e identidad de género, especialmente las lesbianas y las personas trans.

Hace unas semanas despertó mi atención un post en Facebook sobre Javier Maroto, exalcalde del PP en Vitoria-Gasteiz, quien había hecho pública su homosexualidad al anunciar sus futuras nupcias con otro hombre. Para mí no fue ninguna sorpresa que el edil revelase su orientación sexual, ni su deseo de ejercer el derecho al matrimonio a pesar de las luchas intestinas que su partido mantiene con la diversidad sexual. Lo que de verdad me sorprendió fueron los comentarios que seguían a la noticia, donde distintos usuarios confirmaban la tesis de que “como Maroto se casa con otro hombre, se trata de un político progresista”.

El debate estuvo liderado por voces masculinas que aseveraban la necesidad de reconocer al partido conservador su apertura con la libertad sexual, confirmando así que los homosexuales en España pueden estar tranquilos con el PP. No es mi intención abrir un debate sobre las identidades incongruentes, ni mucho menos juzgar a Maroto por ser del partido que es. Me da absolutamente igual. En cambio, mi intención es reflexionar sobre el poder que los hombres españoles y homosexuales provenientes de espacios privilegiados tienen sobre el resto de colectivos discriminados por su orientación sexual e identidad de género, haciendo suya una lucha por la liberación sexual que en todo caso nos encarcela.

En primer lugar, me pregunto qué hubiese pasado si Maroto hubiese sido una mujer lesbiana. En la red abundan los comentarios que vienen a identificarle como un “tío” que ha tenido “dos cojones” por hacer pública su orientación sexual e intención de contraer matrimonio. Tales discursos, rancios y machistas, los de siempre, jamás hubiesen aplaudido a una edil lesbiana y del PP manifestando su deseo por otras mujeres, ni mucho menos su intención de casarse.

La vieja política todavía viste trajes de hombre para las mujeres. Pantalones donde no caben las mujeres lesbianas, maquillaje para rostros heterosexuales, camisas y chaquetas donde la identidad se diluye y donde siempre tiene que haber sitio para que abulten los cojones. Hombres como Maroto, con sus preferencias sexuales y deseo pueden acceder a la política, gustar a su electorado y de paso declararse defensores de los derechos de los homosexuales. Se les puede reconocer como progresistas, modernos y valientes. Al mismo tiempo, el acceso al poder permanece cerrado para las mujeres lesbianas, que además de estar menos privilegiadas por el sistema patriarcal, son invisibilizadas en la política por su orientación sexual.

Desearía poder yacer a tu lado esta noche y tomarte entre mis brazos”, escribió una de las artífices de Declaración Universal de los Derechos Humanos, Eleanor Roosevelt, a la periodista estadounidense Lorena Hickcock en un mundo convulso tras la Segunda Guerra Mundial. A día de hoy, tristemente nadie quiere recordar a la Primera Dama de Roosevelt como una mujer lesbiana, a pesar de las hermosas cartas henchidas de pasión y amor que escribió a su amante. En Estados Unidos recuerdan que su esposo ganó la guerra contra el terror nazi. Un hecho demasiado trascendente como para que haya lesbianas de por medio.

También en España y en otros muchos lugares del mundo las hemerotecas se tiñen de relatos donde el deseo lésbico poco o nada tiene que ver con la política y con la gestión pública. Poco importa, ya que hombres como Maroto declaran sus intenciones, y con ello, muchas conciencias se quedan tranquilas ya que viven en un país progresista y liberal. ¡Pinkpower!

No nos engañemos, se trata de un progreso envenenado. Ni las mujeres lesbianas están representadas en política, ni se puede ser progresista persiguiendo a los más vulnerables. Culpar a los inmigrantes de los males de un Estado en crisis es un cuento muy viejo. Un cuento que al edil de la capital de Euskadi le gusta mucho. Maroto tiene “dos cojones” para hacer pública su orientación sexual y deseo de contraer matrimonio. También los tiene para denunciar a los menos privilegiados, a los ciudadanos de segunda, enfrentándoles con el resto de la población por las ayudas sociales. Y no es el único que recurre a este argumento. Pero sí se trata de un político que por su orientación sexual abandera para algunos el progreso.

Junio es el mes del orgullo para las personas lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, transgénero e intersexuales en medio mundo. Un mes en el que se conmemora la liberación sexual. También la lucha contra la discriminación por orientación sexual e identidad de género. Treinta días de activismo, reivindicación y fiesta contra la homofobia y transfobia. Sin embargo, se trata de un orgullo herido. Un orgullo que en ciertos ámbitos simpatiza con el machismo, racismo, xenofobia e islamofobia. Un orgullo maquillado, que necesita mirarse en el espejo y hacerse una urgente autocrítica.

Necesitamos iniciar una reflexión urgente para ver con nuestros propios ojos dónde estamos y dónde no hemos llegado. El empoderamiento de las mujeres lesbianas es a día de hoy una asignatura pendiente. La discriminación, violencia y exclusión social que sufren las personas transexuales y transgénero continúa a la orden del día. Los discursos racistas y xenófobos por parte de homosexuales privilegiados son incomprensibles. En lo legal se han dado muchos pasos. En lo social, el sistema heteronormativo privilegia y subordina a los de siempre.

Reparar ese orgullo implica buscar aliados, dejar de mirarse en el ombligo y defender a los más vulnerables. En este sentido, el movimiento feminista resulta un aliado ineludible tras siglos de colonización patriarcal. Elijamos entonces si la libertad sexual y el progreso están representados por figuras como Maroto, o si creemos que una verdadera revolución solo será posible con la integración social, el fin de la discriminación y el feminismo.

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Orgullo más allá del Orgullo

Pasado el día en que la plena igualdad del colectivo LGTBI se reivindica a lo largo del planeta, el activismo apuesta por no abandonar esa senda. Acabar con el ‘binarismo’ e incidir en la educación de los escolares son dos de los retos fundamentales.

El Día del Orgullo LGTBI ya es historia y los medios de comunicación han realizado una amplia cobertura de los actos festivos y de protesta organizados a lo largo de este pasado fin de semana, pero hoy, 30 de junio, las reivindicaciones del movimiento siguen estando sobre la mesa, igual que hace sólo unas pocas horas. En Gasteiz, los colectivos que trabajan en favor de los derechos de gays, lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexuales y por acabar con cualquier forma de discriminación tomaron la calle este domingo para hacer visible que el camino hacia la plena igualdad todavía es largo, pese a los avances logrados. Un parque temático reivindicativo que sustituyó a la tradicional manifestación sirvió para teñir con los colores del arcoiris el centro de la capital alavesa, una original iniciativa que no dejó indiferente a casi nadie que tuvo la ocasión de acercarse a la Virgen Blanca. “El balance es súper bueno porque conseguimos el objetivo de que fuese vistoso, aunque pensábamos que era difícil”, advierte la activista Zuri Estívariz, del colectivo 7menos20.

Claro que el trabajo no puede quedarse solamente ahí, en flor de una jornada. El orgullo de la diferencia se practica todos los días y no debe circunscribirse únicamente al 28-J. La cantidad de retos que aún se acumulan sobre la mesa así lo justifica, a juicio de Estívariz. “Debemos acabar con el binarismo y reivindicar toda la diversidad. También hay mucho que hacer en los colegios, donde el bullying todavía es bastante fuerte. Los jóvenes necesitan referentes”, remarca la activista en este sentido.

El llamado binarismo de género contra el que el movimiento LGTBI se rebela está basado en la construcción social que categoriza de manera dicotómica las actividades, los comportamientos, las emociones, los modales o la anatomía en masculino o femenino, lo que supone uno de los pilares fundamentales de la sociedad patriarcal. Una división simplista en la que, por ejemplo, no tienen cabida las personas cuyos genitales son ambiguos, las llamadas intersexuales, y que también excluye a las mujeres que nacen con genitales masculinos, y viceversa: porque ese binarismo implica que al género varón sólo le corresponde el sexo masculino y al género hembra, el femenino.

A juicio de Estívariz, el mero hecho de que todavía siga denominándose en muchos medios al 28-J como “Día del Orgullo gay” a secas también denota que hay muchos pasos por dar dentro del propio movimiento, como si en cierta medida los homosexuales se hubiesen apropiado de esta jornada, cuando dentro de las siglas LGTBI se integran ya cinco colectivos distintos. “Todo esto lo empezó una trans”, recuerda la activista, mirando a los disturbios de Stonewall (New York) que marcaron el inicio de la liberación de esta comunidad hace ya 45 años.

Una eclosión de libertades que, sin embargo, tardó unos cuantos años más en llegar a Euskadi y Álava en particular, sumidas en los estertores del franquismo, pero en cuya expansión ha jugado un papel nuclear un activismo que a día de hoy se encuentra un tanto “desmovilizado”, a juicio de Estívariz. “Esa lucha ha perdido un poco de impulso y, aparte, el Orgullo sigue primando ese negocio rosa. Muchas veces se nos pregunta, ¿qué queréis ahora? Pero sigue habiendo agresiones y discriminación”, lamenta la portavoz de 7menos20. “Sí se ha avanzado mucho, y en Vitoria también, pero esas expresiones de discriminación existen. Y hoy en día está feo decir lo políticamente incorrecto, aunque se piense”, añade.

PASOS DE GIGANTE En la capital alavesa, que bajo el mandato de José Ángel Cuerda nació el primer registro estatal de uniones civiles tanto para parejas heterosexuales como homosexuales, hubo tras el franquismo varios intentos por constituir grupos en favor de los derechos del colectivo que no llegaron a cuajar, salvo excepciones como Ehgam, y no fue hasta el nacimiento de Gaytasuna cuando contó con el primer colectivo de ámbito estrictamente local, hace ya casi 20 años. A él no tardaron en sumarse otros grupos organizados en favor del colectivo LGTB como Gaztelesbos o Gaztegays, una nueva oleada que tuvo mucho que ver con la lucha contra el Sida y que se correspondió también con los pasos dados en el resto de territorios vascos y del Estado y que sirvió para que la visibilización y normalización del movimiento diese sus primeros pasos de gigante.

Sin desmerecer el trabajo desarrollado anteriormente por muchas personas no organizadas, el activismo o la visibilización del colectivo apenas se había limitado hasta entonces a la concentración que todos los 28-J celebraba la Asamblea de Mujeres de Álava, históricamente cercana a los postulados del movimiento LGTB.

Pasada la década de los 90, en la que el activismo alcanzó su punto álgido, ya se produjo la primera fractura dentro del movimiento local, coincidiendo con la apertura de recursos subvencionados por las instituciones como el servicio Énfasis, bajo el mandato del popularAlfonso Alonso. Con el paso del tiempo, la mayoría de estos grupos históricos fueron desapareciendo como tal y actualmente apenas quedan unos pocos en Gasteiz, como 7menos20 o el Colectibo Las Trans, una desmovilización que también ha tenido que ver con el testigo que han recogido en favor de esta lucha otros grupos sociales e incluso la clase política.

La aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo constituyó un hito sin precedentes en el Estado, un paso fundamental hacia la plena equiparación de derechos que han seguido posteriormente un buen número de países de todo el mundo. El último, Estados Unidos, donde el Tribunal Supremo legalizó hace sólo cuatro días este tipo de uniones en todo el país. “Todas estas leyes está bien. Supone igualarse en unos derechos, pero debería haber leyes en favor de la igualdad individual”, analiza Estívariz. Por desgracia, todavía son muy numerosos los países donde la homosexualidad está castigada, incluso con la pena de muerte, en pleno siglo XXI. Según ha denunciado recientemente Ammnistía Internacional, actualmente siete Estados -Afganistán, Irán, Mauritania, Pakistán, Arabia Saudí, Sudán o Yemen- castigan con la pena capital la homosexualidad. Además, el organismo ha reportado entre los ejercicios 2008 y 2014 un total de 1.731 crímenes de odio contra personas transgénero en 62 países distintos.

ALGUNAS CIFRAS

ANIVERSARIO. De los disturbios en el pub Stonewall Inn de New York, inicio de la liberación del movimiento.

PAÍSES. Han legalizado hasta la fecha el matrimonio entre personas del mismo sexo. El último, EEUU.

las claves

El activismo no olvida el rechazo ‘popular’ a las bodas homosexuales o su recurso ante el Constitucional

GASTEIZ – La imagen de la gaviota del Partido Popular impresa sobre una bandera arcoiris se ha viralizado este fin de semana a través de las redes sociales, especialmente Twitter. Y junto a ella, el hashtag #YosoyGayYdelPP, creado por un usuario de esta red social que ha logrado situarlo como trending topic durante 24 horas y que incluso ha acaparado la contraportada de uno de los medios de comunicación más importantes de corte conservador.

Claro que el primero de estos dos logros, el de haberse convertido en tendencia en Twitter, no ha sido sólo mérito de quienes estando ideológicamente cerca del PP han proclamado su condición de homosexuales empleando ese hashtag. El recuerdo de todos los movimientos que en los últimos años ha realizado la formación conservadora en contra de los derechos del colectivo LGTBI sigue latente, por mucho que dirigentes como Iñaki Oyarzábal o el exalcalde de Gasteiz Javier Maroto hayan salido del armario públicamente. “No nos toméis el pelo con el hashtag #YoSoyGayYDelPP, porque NO OLVIDAMOS”, escribió ayer enTwitter el usuario Álvaro Escudero acompañando a su crítica cuatro noticias muy concretas: La presentación del recurso popularante el Tribunal Constitucional contra la ley del matrimonio homosexual impulsada por José Luis Rodríguez Zapatero, su apoyo a la masiva manifestación ultraconservadora en contra de estas uniones bajo el lema La familia sí importa, así como las declaraciones de dos ministros del Gobierno de Mariano Rajoy en contra del colectivo homosexual, Cristóbal Montoro y Jorge Fernández Díez. Este último llegó a decir sin pelos en la lengua que el matrimonio gay “no garantiza la supervivencia de la especie”.

A juicio de Zuri Estívariz, del colectivo 7menos20, este y otros movimientos de los populares buscan “limpiar su imagen”, una circunstancia “bastante hipócrita” a la vista de estos hechos. “No hay que olvidar que ha sacado una Ley de Familia donde nos pone de degenerados”, censura la activista. – C.M.O.

Gasteiz celebra el día del orgullo LGTBI entre fiesta y reivindicación

Además de la fiesta, se denuncia que en 62 países han cometido crímenes de tinte xenófobo.

Día del orgullo 2015 en Vitoria

Día del orgullo 2015 en Vitoria. Fotos: Jorge Muñoz.

Vitoria. Con motivo de celebrarse hoy el Día Internacional del Orgullo LGTBI (lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexuales), diversas asociaciones y colectivos sociales han recordado en Vitoria y otras capitales del Estado español que aún existe en todo el mundo discriminación contra estas personas e incluso crímenes de odio.

Amnistía Internacional (AI) ha denunciado que una decena de países (Afganistán, Irán, Mauritania, Pakistán, Arabia Saudí, Sudán o Yemen) aún castiga con la pena de muerte la homosexualidad y entre 2008 y 2014 se han producido 1.731 crímenes de odio contra personas transgénero en 62 países. Así, las manifestaciones se han celebrado en multitud de capitales, además de Vitoria, como en Bilbao y Pamplona, convocadas por EHGAM (Euskal Herriko Gay/les Askapen Mugimendua.

En la capital alavesa, el colectivo LGTBI ha celebrado la jornada por todo lo alto, con música, concursos y diferentes juegos en la Plaza de la Virgen Blanca, todo ello en un claro ambiente marcado festivo, pero también de reivindicación por sus derechos.

Javier Maroto, el alcalde de Vitoria se casa: ‘No me gustan ni los guetos gays ni los del Partido Popular’

El alcalde de Vitoria, Javier Maroto pasea con su novio Josema Rodríguez (d) por el parque del Prado en Vitoria.

El alcalde de Vitoria, Javier Maroto pasea con su novio Josema Rodríguez (d) por el parque del Prado en Vitoria. ARABA PRESS

“Presidente, le presento a Josema, mi pareja”, le dijo Javier Maroto Aranzábal (43) a Mariano Rajoy hace ahora cuatro años, el 11 de junio de 2011. Una investidura como alcalde de un joven político vasco, bregado en el cuerpo a cuerpo de la política local desde 1999 y endurecido por la presión del terrorismo etarra y su mundo que le obligó a estar permanentemente custodiado por escoltas desde los 27 años.

Rajoy estrechó la mano de José Manuel Rodríguez Carballo, Josema, y Maroto, en uno de los días más importantes de su vida, amplió su sonrisa. Cuatro años después, tras casi 20 años desde que Javier y Josema se conocieran, el mejor alcalde del PP, según los resultados de las últimas elecciones, se casa y con su boda reivindica, con la misma naturalidad que en la presentación ante Rajoy, su homosexualidad.

Su reelección -aún en el aire por culpa de EH Bildu-, la boda y las molestias de una intervención de peritonitis, que ya le ha obligado a pasar dos veces por el quirófano, no le dan tregua estos días a Maroto. Junto a él, Josema Rodríguez, un economista brillante con dos licenciaturas en Deusto, aplicadísimo estudiante de euskera (en el que roza la perfección) y gerente de un grupo de sociedades y fundaciones públicas en Durango, el pueblo en el que nació en 1965. Juntos mantienen sus rutinas como la de pasear a media tarde entre el centro de la ciudad y la basílica de Armentia, un recorrido de apenas tres kilómetros en el que la pareja recibe felicitaciones y en el que se niegan con amabilidad y firmeza a atender a LOC.

“Nunca he hablado de mi vida privada, nunca la he ocultado y nunca la voy a utilizar”, responde el alcalde en funciones exquisito en las formas mientras Josema, a su lado, escucha. Pero lo cierto es que la pareja provoca que los grupos de ‘runners’ que trotan por el paseo del Prado y los caminantes que suben y bajan entre Vitoria y el pico de Armentia se giren a su paso y cuchicheen. “¡Qué vivan los novios!”, les grita Eneko González, concursante en un reality de la televisión vasca, en un tono cargado de guasa.

“Lo que más me molesta es la renuncia al anonimato y a mi vida personal”, reconocía Maroto durante la intensa campaña electoral cuando, en charlas informales con periodistas, se planteaba la posibilidad de hacer bandera de su homosexualidad para contrarrestar las acusaciones de intolerante y xenófobo que ahora se reavivan para forzar su expulsión de la Alcaldía con un pacto político a tres entre EH Bildu, PNV y PSE-EE.

Maroto entonces dijo no. Y su historia de amor con Josema volvió a mantenerse en la privacidad de sus más íntimos. Hasta que el alcalde, con las emociones a flor de piel, confesó sus sentimientos en las primeras palabras de la noche electoral. Josema, uno más en la sala del hotel Ciudad de Vitoria en el que el PP vasco celebraba la única alegría de una jornada electoral nefasta, ya intuyó que su relación traspasaría los límites de Vitoria.

DEUSTO, EL ORIGEN

Un noviazgo que se inició en Bilbao, en una de los encuentros que propiciados por la Universidad de Deusto, donde reúne a sus ex alumnos, y que propició un flechazo inmediato. El joven Maroto dejó de lado los convencionalismos de una ciudad de provincias y se aferró con fuerza al carpe diem, su lema. Hijo de una familia de clase media y emparentado con una saga de empresarios, Maroto era pieza codiciada entre las jóvenes de los elitistas colegios del Niño Jesús, Nazareth y Ursulinas y en la ciudad se recuerdan sus efímeros noviazgos, pero el ahora alcalde mostró sin ambages sus sentimientos cuando conoció a Josema y su familia se volcó con él. Sus amigos, un grupo heterogéneo, pero en el que juegan un papel estelar el ministro Alfonso Alonso y el parlamentario Iñaki Oyarzábal, sueltan las confidencias con cuentagotas y, en vísperas de recibir la invitación para la boda del año, que se celebrará en otoño, reclaman absoluto anonimato. “Sus padres y sus hermanos Ramón y Nuria le dijeron: ‘Si tú eres feliz, nosotros también’ y Javier acertó al ser franco porque su familia le adora”, señala uno de sus íntimos.

Maroto y Josema alimentan esa excelente relación y se desplazan asiduamente desde su piso en el Ensanche vitoriano al chalé en un pueblecito de las afueras en el que viven los padres del alcalde. Su vida como pareja discurre en el centro de la ciudad sin hacer ostentosa su relación. Su afición en común: Eurovisión, que vieron el pasado 23 de mayo junto a unos amigos. El favorito de Maroto fue Suecia… y ganó. Su convivencia la iniciaron en Durango, la localidad en la que nació la pareja del alcalde de Vitoria y en la que aún trabaja como gerente de las sociedad públicas y fundaciones -Organismos Autónomos, según la denominación oficial- de este municipio vizcaínoen el que nació el ya fallecido Iñaki Azkuna y en el que residía hasta su designación como lehendakari Iñigo Urkullu. Con ambos mantenía una excelente relación Josema Rodríguez y fue él quien le presentó a Azkuna, uno de los ejemplos de Maroto de alcalde, comprometido con su ciudad.

Rodríguez inició su andadura profesional en el Banco Nacional de París, trabajó luego durante tres años en una empresa de máquina-herramienta de la zona y consiguió, ya como interventor general del Ayuntamiento de Durango (plaza que logró en concurso-oposición)reequilibrar las cuentas de un municipio que llegó a rozar la bancarrota. Muchos de los aciertos en la gestión municipal que Maroto, el único político vasco que habla perfectamente cuatro idiomas (euskera, ingles, alemán y castellano), ha puesto en marcha en Vitoria nacen de los consejos que le traslada su pareja. Durante casi tres años, Maroto se desplazaba todos los días entre Durango y Vitoria (donde formaba parte del equipo de gobierno de Alfonso Alonso) y en ese ir y venir a punto estuvo de perder la vida cuando un conductor semidormido tras una noche de fiesta chocó frontalmente contra él en Mañaria, en el arranque del puerto de Urkiola.

“Josema siempre dice que, pase lo que pase, caigo de pie”, ha reconocido Maroto en plena reflexión ante su posible (y merecida) reelección al frente de Vitoria. Un triunfo electoral que ratificó su perfil político más allá de las siglas de su partido. Frente a una caída en votos del 40% en el resto de Euskadi, Maroto multiplicó sus apoyos con la eficacia y la valentía política como bandera.

“Nada más llegar al Ayuntamiento comencé a reunirme con gente y tras 12 horas de encuentros salía a la calle pero escuchaba cosas muy distintas. ‘¿Por qué recibimos a los mismos?’, le pregunté a mi secretaria. Y ella me confesó que se filtraban las peticiones de citas. Aquello se acabó en ese momento y ahora todos los jueves recibo a vecinos que me cuentan sus problemas particulares, sus cosas… y de ahí nacen muchas propuestas y la posibilidad de saber qué piensan y qué necesitan mis vecinos», defiende este animal político al que teme el PNV porque ha sido el único en abortar su objetivo de imponerse en las instituciones vascas más importantes.

Y es que el método Maroto se ha convertido en la única fórmula con la que el PP vasco parece contar para contrarrestar su pérdida de respaldo electoral agravada por los resultados del pasado 24-M. Maroto, que sí accede a hablar de política, se sonroja cuando se le señala como el mejor activo político del PP en Euskadi y se le recuerda que sólo él y Xavier García Albiol (en Badalona) han logrado en 2015 más votos que hace cuatro años. “Escuchar a la gente y estar en la calle no es el método Maroto, es una obligación”, defiende en el exterior del Parlamento Vasco, donde ha liderado la eliminación del fraude en el cobro de las ayudas sociales que prestan las administraciones vascas.

BODA SIN GUETOS

“Cuando creo en algo, voy hasta el final”, sentencia justo cuando su secretaria en el Ayuntamiento se desplaza hasta la Cámara vasca para la firma de unos documentos urgentes. El alcalde hace un quiebro sobre su papel como político en la defensa de los derechos de los homosexuales. Crítico hacia dentro con el recurso presentado por el PP contra la ley impulsada por Zapatero sobre el derecho al matrimonio, Maroto aboga por el “ejemplo” frente a la “pancarta”.

“Sé que muchos jóvenes en Vitoria y en el País Vasco ven en nosotros que se puede vivir la homosexualidad de manera natural. No entiendo que una pareja tenga que casarse con cinco invitados y de tapadillo. Nuestra boda será en mi ciudad, en nuestro Ayuntamiento, con nuestras familias y amigos. Como cualquier pareja. No me gustan ni los guetos gays, ni los del PP. Soy anti-gueto, pero no voy a hablar más“, zanja Maroto cuando suenan las alarmas para que los parlamentarios vascos voten una resolución sobre la xenofobia tramitada para contrarrestar el tirón del alcalde de moda.

@joseanizarra

EH Bildu crea en Gasteiz la plaza Stonewall, espacio libre de homolesbotransfobia

La coalición EH Bildu ha renombrado la plaza Santa Barbara de Gasteiz como plaza Stonewall y lo ha calificado como «espacio libre de homolesbotransfobia», al tiempo que ha pedido promover el respeto a la decisión de cada persona.

Stonewall plaza Gasteizen

La plaza Santa Bárbara, renmbrada como plaza Stonewall. (EH BILDU)

EH Bildu ha realizado un acto simbólico en Gasteiz en defensa de la libertad sexual y en contra de la homofobia y la trasfobia, renombrando la plaza Santa Bárbara como plaza Stonewall, en homenaje al movimiento que emergió en 1969 en Nueva York tras una redada en el pub Stonewall Inn.

La candidata de EH Bildu a alcaldesa de Gasteiz, Miren Larrion, ha afirmado que si llega a la Alcaldía de la capital alavesa creará «un espacio libre de homolesbotransfobia» en la ciudad como reconocimiento a la represión que ha sufrido este colectivo.

Larrion ha explicado que con este gesto EH Bildu quiere demostrar su apuesta por «una ciudad diversa y libre de actitudes de odio hacia las personas que no son heterosexuales y promover el respeto a la decisión de cada persona» sobre el tipo de relaciones que quiere mantener.

Asimismo, ha recordado que Euskal Herria también tiene sus propios «capítulos negros» en cuanto al respeto a la libertad sexual y ha citado el caso de Vicente Vadillo Santamaria “Francis”, que murió en 1979 en una discoteca de Orereta a manos de un agente de la Policía Nacional.

Por ello, EH Bildu ha remarcado la necesidad de una «Euskal Herria libre de homolesbotransfobia». En este sentido, la candidata de la coalición abertzale ha recordado que todavía existen ataques homófobos como el del lunes en un bar de Algorta.