Un Tribunal eclesiástico italiano investiga un presunto escándalo sexual entre curas gays

Orgías entre sarcerdotes, sexo a cambio de dinero, religiosos que mantienen relaciones homosexuales con chicos jóvenes… todo esto es lo que ha denunciado al Tribunal eclesiástico regional de Puglia, en el sur de Italia, un hombre de 32 años, Andrea Baldon. La denuncia ha llevado a la Diócesis de Taranto a apartar de sus funciones al párroco de una iglesia de la ciudad con el que Baldon mantuvo un contacto durante meses a través de las redes sociales.

Todo comenzó, según ha contado el joven italiano al diario ‘Il Corriere del Mezzogiorno’, a finales del pasado año. Baldon, que meses atrás había perdido su trabajo como ayudante de cocina y se encontraba en una situación desesperada, fue contactado a través de Facebook por Antonio Calvieri, un hombre de unos cincuenta años que se presentó como sacerdote. “Pensé que era una señal del cielo. Necesitaba ayuda espiritual”, dice en una entrevista al diario. Nada más lejos de la realidad.

Poco tiempo más tarde, y después de intercambiar mensajes a través de las redes sociales durante un par de días, el sacerdote confesó al joven cocinero ser gay e inició a insinuarse cada vez de manera más explícita. “Yo no soy gay pero necesitaba un padre espiritual que me apoyase moralmente. No quería correr el riesgo de perderlo”, confiesa el joven italiano. Así, Baldon comenzó a satisfacer las peticiones -cada vez más explícitamente sexuales- del cura, como mandarle una foto íntima o conectarse con la webcam del ordenador. El joven italiano asegura incluso que el sacerdote le coaccionó para que rompiera con su entonces pareja. A cambio: la promesa de ayudarle a encontrar un trabajo.

Durante sus conversaciones, siempre a través de las redes sociales ya que el cocinero vive en Rovigo, en el noreste de Italia, el sacerdote le confesó que le gustaban los chicos jóvenes, “delgados y bien dotados”, y que, a veces, organizaba orgías en las que participaban otros religiosos gays así como un miembro de la Guardia Suiza del Papa. “Me dijo que le gustaban los chicos, especialmente si eran jóvenes, y que les compraba ropa, móviles o recargas telefónicas”, asegura Baldon que le confesó el sacerdote.

Las consecuencias de la denuncia de Baldon

La denuncia pública del joven ha provocado que el religioso fuera apartado de sus funciones al frente de la Iglesia del Santissimo Crocifisso de Taranto. Y ahora, el Tribunal eclesiástico de Puglia está invesetigando si, como aseguraba el párroco a través de Internet, los encuentros sexuales entre curas homosexuales existen de verdad. Al parecer, el religioso tenía en su poder un informe que habría entregado al Tribunal con fotos, vídeos y conversaciones en redes sociales que demostrarían la existencia de estas orgías y encuentros sexuales a cambio de dinero, así como el intercambio de direcciones de curas homosexuales, en los que habría participado no solo el cura investigado sino otros exponentes de la Iglesia de distintas partes de Italia.

En una nota oficial la Curia de Taranto ha asegurado que el comportamiento del sacerdote es “moralmente reprobable y absolutamente no compatible con el ministerio de un párroco del arzobispado de Taranto”. El cocinero, por su parte, continúa consternado: “Una de sus fantasías era que yo era Judas y, como había traicionado a Jesús, tenía que pagarlo convirtiéndome en su esclavo”. El encuentro virtual con el religioso “me ha cambiado la vida”, asegura el joven en una entrevista con Il Corriere del Mezzogiorno. “Ahora, cada vez que veo un cura, tengo miedo”.