Zerolo: “Desde la izquierda tenemos que ser el cambio que queremos ser”

Pedro Zerolo en junio de 2014

Pedro Zerolo en junio de 2014. / SAMUEL SÁNCHEZ

Pedro Zerolo era un volcán. Un hombre de mil ideas por minuto, y todas esas ideas eran para mejorar la vida de la gente. Como activista, como republicano. Ayudó a la gente a ser más libre; cuando enfermó se decidió a combatir el destino fatídico proclamando su fe en la libertad como una manera de la salud. La suya era una revolución a la vez pública e íntima. Esta entrevista, realizada para la última página de EL PAÍS, una sección que tiene 600 palabras, tiene cerca de 5.000 palabras, y aquí aparece íntegra. Muestra su carácter volcánico, de volcán noble, y en ese momento lo era más que nunca, como si bulleran en esas palabras las condensaciones humanas de su compromiso emocionante. Fue en cierta manera la expresión de su voluntad de perdurar ayudando con palabras a que los demás se siguieran organizando para hacer mejor la vida. Esta es, pues, la entrevista completa con el volcán Zerolo.

PREGUNTA. ¿De qué tenemos que presumir en este tiempo?

RESPUESTA. Tendríamos que presumir de nosotros mismos. El compromiso es con nosotros mismos, desde la izquierda tenemos que ser el cambio que queremos ver. Como ciudadanos, pueblo o país tenemos muchas cosas para presumir y no lo hacemos. Nos castigamos demasiado y no es bueno para un país y en una realidad, como la latinoamericana por ejemplo, que no ha tenido la autoestima muy alta durante mucho tiempo. Es más, ha tenido un bajón. En los últimos años, tanto en América Latina como en España, se han producido hechos como para tener un subidón de autoestima. Nos hemos convertido en referentes de apuesta por las políticas públicas, de apuestas valientes por los derechos civiles; por ejemplo, durante la primera legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero, España se convirtió en el primer país del mundo en reconocer la dignidad de las personas homosexuales, transexuales y bisexuales. Cierto que son una minoría, pero luego se reconoció la igualdad efectiva entre mujeres y hombres y nos convertimos en un referente en la Unión Europea y Latinoamérica. España jamás llegó puntual a la cita por la igualdad. No fuimos los primeros en abolir la esclavitud, ni en reconocer el derecho al voto de la mujer, ni en reconocer derechos sociales o laborales. Por primera vez llegamos puntuales a la cita con la igualdad. Nos tenemos que sentir orgullosos. Creo en el orgullo. El orgullo es el exceso de autoestima que hay que tener para seguir viviendo, para sobrevivir, para resistir.

P. Habrá sido un subidón para las causas que tú has defendido ver que el Rey de España [Felipe VI, recién llegado al Reinado] reciba a los homosexuales en la semana del Orgullo Gay.

R. Sí. El reconocimiento de la diversidad social y cultural del Rey en su discurso tiene que ver con España, que es un pueblo de pueblos. Es bueno para algunas cuestiones que tenemos pendientes. Bien que el Rey reconozca la diversidad social, en este caso la afectivo-sexual, que conozca y reconozca a los colectivos reivindicativos, el LGTB, que han sido los auténticos protagonistas de la lucha por el matrimonio igualitario y de la Ley de Identidad de Género, la que reconoce la dignidad de las personas transexuales, de la que siempre nos olvidamos. Me parece un gesto muy positivo.

P. ¿Somos ahora un país mejor?

R. Creo que somos un país más digno. Siempre digo que no hay mejor construcción del ser humano que la poesía y las Constituciones. La poesía nos ayuda a querernos, a entendernos y a analizarnos y las Constituciones generan un espacio de respeto y de dignidad. Toda Constitución tiene su anclaje en el respeto a la dignidad de cada cual y como los que creemos en la Constitución lo interiorizamos y lo defendemos, hemos luchado por ello. Los países que tienen una Constitución y por tanto un estadio de respeto tienen que reconocer la dignidad de todas las personas que viven en ese espacio con los mismos derechos, los mismos deberes y con los mismos nombres. Por eso somos un país más digno, más decente (como diría Zapatero) y somos un país de referencia, lo vuelvo a decir. Los grandes movimientos de liberación, de autodeterminación personal tienen raíces anglosajonas. En España y Latinoamérica siempre pensamos que solo era posible en esos países y que para nosotros era imposible. Hemos hecho posible lo imposible, de hecho, hay movimientos de liberación y autodeterminación que ahora tienen acento latino, como el LGTB (aunque nació en EE.UU).

El reconocimiento del matrimonio igualitario, de la Ley de Identidad de Género me produjo un orgullo latino también, lo subrayo porque los pueblos tienen que sentirse orgullosos de sus logros. El bajón de autoestima ha sido tan grande que durante largos años hemos olvidado que muchos países de América Latina fueron precursores de leyes como la del divorcio, la del reconocimiento al voto de la mujer o de interrupción voluntaria del embarazo, como la Argentina y el Uruguay de los años treinta.

Pero nos olvidamos y nos castigamos en exceso y creo que no es bueno. Soy socialista, internacionalista y he estado siempre en los movimientos sociales que son fundamentales, esa es la clave. No he crecido políticamente en el Foro de Davos sino curiosamente en los foros sociales de Portoalegre. Y ahí creíamos (como utopías que muchas se han hecho realidad en América Latina) que el círculo de progreso está en saber recoger las iniciativas ciudadanas que surgen en las calles, para asumirlas inmediatamente desde el movimiento asociativo y trasladarlas a los partidos políticos para que las incorporen (o no) a su programas electorales. Una vez llegados al Gobierno las devuelven al pueblo convertidas en leyes. Ese es el círculo de progreso que quiero, para eso hace falta valentía y ahí son importantes los movimientos sociales, los de autodeterminación personal, que son en los que creo.

Habrá quien me diga que es cierto que los movimientos de autodeterminación territorial han cambiado las fronteras de un país a otro, o los colores de una bandera. Pero los movimientos que más tranquilidad y felicidad han traído al planeta han sido los movimientos de autodeterminación personal, el de liberación racial, el antiesclavista, el de LGTB, el de las mujeres, el feminista, el obrero y el movimiento socialista, porque el socialismo es un movimiento, un activismo, por eso me gusta definirme como activista socialista.

P. Ese bajón de autoestima que hemos sufrido incluye a la política. ¿Qué efecto ha tenido en la política española de este tiempo, qué hemos perdido?

R. Más que un efecto lo que se ha producido es un desafecto por la política y lo que más me preocupa es que pudiera haber un desafecto por la democracia. Para vencerlo tenemos que acudir a la corresponsabilidad, no podemos salir, lo haya provocado quien lo haya provocado, tenemos que saber que vivimos en sociedad y que tenemos corresponsabilidad. Hablo de los partidos políticos, de los sindicatos, de los movimientos sociales y también de los medios de comunicación.

Existe una corresponsabilidad para seguir creyendo en algo mágico que es la democracia, por ella se luchó a lo largo de la historia del mundo. Hay que profundizar en ella, apostar para que procure mayor participación y contacto con la ciudadanía. Hay que tener fe en la democracia, es algo mágico y además funciona. Cada vez que hay una convocatoria electoral se producen muchos mensajes que recogemos y analizamos, también desde los medios de comunicación, y nadie dice que ha sido por el proceso electoral.

Acabamos de salir de unas elecciones que por desgracia siempre se han considerado menores en este país y en otros porque Europa sigue interesando poco. Creo en Europa y defiendo la idea de una Constitución europea pero no se subraya lo importante de esta convocatoria. Los mensajes salen por la participación, si hay mucha o poca, si hay partidos que suben o bajan o si hay partidos que aparecen por primera vez, hay que recogerlos. Si no leemos el resultado del proceso democrático, malo. Creo que es posible recuperar la magia de la democracia.

Todos somos corresponsables, no se pueden utilizar sinónimos que son negativos con la democracia o con los principios de la izquierda -hemos perdido mucho en ese sentido-. La democracia no es un lío. Es la mejor de las apuestas, siempre en continua transformación. “Siempre nos quedarán las palabras”, decía León Felipe. La derecha nos ha querido quitar hasta las palabras, ha intentado contaminar algunos de nuestros principios y hemos ido perdiendo en la batalla de las ideas, y democracia no es lío. Las primarias no son un problema, todo lo contrario, pero la derecha ha conseguido que muchos de nuestros principios los veamos negativamente. El laicismo no es anticlericalismo, el federalismo no es independentismo y la república no es caos sino todo lo contrario, son los principios que han inspirado a la inmensa mayoría de los países para generar estadios de estabilidad, respeto, corresponsabilidad, avance y progreso social.

P. ¿Cuál ha sido tu propia lectura como socialista?

R. En estas elecciones irrumpe una fuerza política, Podemos, que viene a dar un toque a la izquierda desde la izquierda. A mí me parece bien y tiene su explicación en lo que ha pasado en este país. Han pasado muchas cosas y todos hemos mirado para otro lado. Cuando la gente es capaz de echarse a la calle indignada porque no puede más es que algo está pasando. Hay que valorar lo que está pasando y no minusvalorarlo, o incluso despreciarlo, sino tomar nota.

En muchos casos se trató a las manifestaciones del 15M con una enorme soberbia. Se llegó a decir: “Si quieres algo, dímelo en las urnas”. Marea tras marea, verde, blanca, roja (la de la cultura), o naranja (la de los servicios sociales -en las que me impliqué mucho-). Al final, ha habido un grupo de ciudadanos que se han organizado como fuerza política y han tenido un resultado espectacular en democracia, 1.200.000 votos. Hay que tomar nota y no dedicarnos a despreciarlos, minusvalorarlos e incluso insultarlos. Son una manifestación más de las izquierdas, la izquierda siempre ha sido plural Podemos es una de ellas.

P. ¿Crees que el estado de ánimo de este país está a la baja interesadamente, que hay razones para que el estado de ánimo no sea tan bajo?

R. Está muy bien que hablemos de las posibilidades que hay de gobernar en Madrid, en Catalunya o en el País Vasco pero la batalla de las ideas es aún más importante. La izquierda debería ser consciente de que en el mejor de los casos gobierna (no soy tan pesimista como Rosa Luxemburgo cuando decía “el camino de la izquierda está integrado de derrotas”. No, me gusta decirlo de otra manera para que se entienda mejor) pero el poder lo sigue teniendo siempre la derecha política, mediática, empresarial o religiosa. A la izquierda no le queda más que ser valiente -o lo es o no es izquierda- y se ha perdido la valentía. Si nos circunscribimos a Europa la batalla de las ideas la está ganando la derecha y es donde tenemos que estar. De ahí, que insista tanto en mi discurso sobre justicia social, laicismo, federalismo y republicanismo.

Más importante que el relato de lo que llevas en tu programa o de lo que cuentas que vas a hacer cuando llegues al Gobierno es el discurso, la identidad ideológica, la ideología. A veces, me acusan de decimonónico y ese el problema, que alguien pueda pensar que hablar de ideología, de identidad social es decimonónico. Sonará así, pero es que han cargado de negatividad nuestras ideas, seguimos siendo lo que somos. La inmensa mayoría somos hombres y mujeres trabajadores/as, obreros/as, emprendedores/as, pequeños empresarios/as, currantes, por eso tenemos que tener clara la importancia de la ideología, del discurso.

Tenemos que tener en cuenta la batalla de las ideas porque son las que procuran los vuelcos electorales, no ganar una determinada alcaldía, presidencia de comunidad autónoma o la presidencia de un país. Eso está muy bien, pero yo voy más allá: son los vuelcos electorales los que permiten avanzar y profundizar en democracia. Los hemos vivido, en España ha gobernado el Partido Socialista más años que la derecha y cuando hemos sido valientes hemos acertado. La batalla de las ideas es fundamental y en eso tenemos que estar.

P. Ese concepto de valentía, ¿cómo se adapta a lo que sucede en Catalunya?, ¿crees que es un problema para España?

R. Está bien que reconozcamos a presidentes, expresidentes, ex jefes de Estado, pero el verdadero protagonista de la historia de España en estos años de democracia ha sido el pueblo, la ciudadanía española, porque parece que hasta “el pueblo español” suena mal. Las palabras son muy importantes para entendernos sobre todo cuando tratas de explicar un discurso político, cuando te explicas bien la gente te entiende.

La cuestión catalana es la crónica de un fracaso colectivo, y además, retroalimentado por el nacionalismo excluyente españolista y catalanista de derechas que ahora nos ha metido en un callejón sin salida. Y aquí, lo que hay que aplicar es generosidad. A veces, la gente mira únicamente a la izquierda. ¡Oiga, perdone, si en el callejón sin salida nos ha metido el Partido Popular y Convergencia i Unió! Hasta hace dos días no sabía que Convergencia era un partido independentista.

P. No lo sabían ni ellos, en 2012 Masdijo que no lo eran.

R. Nos hemos metido en un callejón sin salida y de un fracaso colectivo tenemos que salir entre todos. Tiene que haber concordia y generosidad. Hay posibilidades desde la valentía.

Coincido con el discurso de Felipe VI cuando afirma que la fuerza de España está en su diversidad. España es de los países que acumula mayor cantidad de diversidad por kilómetro cuadrado del mundo, y Latinoamérica también, de ahí su fuerza. Se están comiendo el mundo, a EE UU, con la mejor fuerza que se puede tener, la cultura, la fusión, el mestizaje. Y Europa no, porque quizá no hacemos una política adecuada para ello. El español está más vivo que nunca -y todas las lenguas que directa o indirectamente tiene que ver con el español-. Hay que ser valientes.

España siempre fue históricamente las Españas, el Rey habló por primera vez de la diversidad y eso ya es bueno, de la diversidad social, de la diversidad afectivo-sexual. Ha reconocido y conocido a los colectivos de LGTB, la diversidad cultural, y por tanto, a la realidad de los distintos pueblos que forman España. España es un pueblo de pueblos y una nación de naciones. Si fuéramos capaces de dar un salto valiente con el que dejáramos claro que Estado solo hay uno -donde reside la soberanía popular y en el que todos decidimos, un estado federal y plurinacional- creo que podría lograrse la concordia con el reconocimiento que se pretende por unos y por otros.

Es muy importante dar ese paso de valentía, miremos a América Latina que se reconocen plurilingüísticos, plurinacionales. El concepto jurídico es el de nación, el de Estado, la soberanía reside en el pueblo español, que es el que tiene que decidir. Y luego es un pueblo compuestos por otros pueblos, que son naciones porque muchos de ellos tienen una cultura propia, una lengua propia y un derecho propio. Podríamos transitar ese camino con valentía para salir de esto decidiendo todos. Sobre todo en una Europa y en un momento, el siglo XXI, donde como socialista lo que busco y defiendo son proyectos de colaboración y de cesión de soberanía, de construcción como es el mismo proyecto europeo, no proyectos egoístas.

Me pareció motivo de orgullo que España fuera el primer país de Europa en convocar el referéndum por la Constitución europea porque es una magnífica construcción del ser humano. Las constituciones tienen su anclaje en el reconocimiento de la dignidad de cada cual, pero crean estadios de respeto y algunos defendemos el Estado constitucional y que España pudiera ser un Estado social, democrático, de de derecho, laico, federal y republicano.

P. ¿Hay mucha generosidad?

R. No hay tanta. La generosidad la he aprendido de las mujeres, han marcado mi vida tanto desde el punto de vista intelectual, fundamentalmente mujeres feministas, como en el día a día. De mi padre aprendí a proclamar las ideas y de mi madre a llevarlas a la práctica, a las pequeñas cosas. De mi madre y de muchas compañeras y amigas que diariamente constituimos red.

Le comentaba a un personaje muy conocido que cuando uno se pone enfermo o hay una tragedia funciona de inmediato y se pone en marcha la red de mujeres. Me dijo: “¿Qué red?”. Una red a la que cada vez se suman más hombres solidarios. Me parece un mundo enormemente enriquecedor porque lo mismo hablas de un tema con profundidad, una tarde intelectual fuerte, que hablas de la vida. Yo últimamente hablo mucho de la vida, de que tiene sus cosas buenas y cosas menos buenas, de que existe también la muerte y la enfermedad y de que tenemos que estar preparados para ello.

Por eso, yo que soy ateo pero soy creyente, no creo que nos quiten las palabras. Creo en la libertad, en la igualdad, la fraternidad y en la generosidad. Quiero ser bueno aquí y ahora, coherente con lo que pienso. Quiero ser el cambio que quiero ver y lucho por serlo, porque genera referencias. Creo que la izquierda ha perdido referentes. Hay una parte importante de la ciudadanía que en este momento no sabe qué es ser de izquierdas, la izquierda es ser, estar, vivir.

Lo fácil es ser de derechas. Ser de izquierdas no es nada fácil porque tienes que ser coherente con lo que piensas, adaptarte a muchas realidades cuando ya tienes un recorrido. No digamos ya mis padres, que han tenido que adaptarse a cosas para las que nunca les instruyeron. Tienes que tener la mente abierta, de ahí que mi obsesión sea la apuesta por el laicismo. Por eso me impliqué muchísimo en la última conferencia política, para hacer explícito lo que era implícito en el Partido Socialista. Nunca fue explícito, ya es claro que el Partido Socialista es un partido laico que responde a una cultura laica en la que se reconoce el pluralismo ético, moral y religioso. Y el laicismo es un movimiento social teórico y práctico, lo aprendí entre otros de Gregorio Peces Barba y de Luis Gómez Llorente, que busca la defensa de la libertad de conciencia. Es fundamental ser libres de conciencia y por lo tanto el laicismo.

Me empeñé y lo conseguí, porque además fueron enmiendas que se llevaron desde el Partido Socialista de Madrid que no se subsumieron, se debatieron y se ganaron por inmensa mayoría. Se ganó porque el Partido Socialista se define como un partido laico que va a plantear una nueva relación con las distintas confesiones religiosas. Por supuesto, con la derogación de los acuerdos entre España y el Vaticano, con una apuesta por la autofinanciación de las distintas iglesias y su sujeción al sistema tributario; y que desde luego quiere dejar clara la apuesta pública por la educación, universal y laica.

Me he empeñado tanto en el laicismo porque son los principios, ese es el problema, el Partido Socialista tiene que tener ahora claridad en el mensaje. A veces me comentan que yo digo lo mismo que otros compañeros pero que a mí me entienden (risas). Es fundamental la claridad en el mensaje, la identidad en el discurso y la valentía en la acción. El discurso es más importante que el relato y en el discurso no sólo está una apuesta por la justicia social. Por supuesto que el Partido Socialista nace para combatir la desigualdad apostando por la igualdad entre todos los hombres y mujeres y a través de las políticas públicas, pero también es importante apostar por el laicismo, el federalismo y el republicanismo, es un discurso redondo que no puedes compartimentar porque si no le falta algo.

Eso ha hecho que muchos partidos socialistas en Europa hayan desaparecido. Ahora hay otra cosa, pueden coincidir en principios y en ideas pero ya no son partidos socialistas. Los partidos pueden desaparecer. El Partido Socialista puede desaparecer y yo lucho no sólo para que no desaparezca, sino para que tenga más fuerza que nunca. Por eso hay que volver a la identidad de clases y del discurso ideológico.

El laicismo es fundamental, la laicidad es el resultado, laicismo es el movimiento. Laicidad es un resultado que ya nadie discute porque es implícita a toda Constitución. Pero es fundamental porque es el movimiento histórico que ha ido secularizando la sociedad para que tengamos leyes como las que tenemos: la del matrimonio igualitario, de identidad de género, la de educación sexual y reproductiva y de interrupción voluntaria del embarazo, la de investigación con células madre, la de reproducción asistida, la del divorcio, la de la adopción; y otras tantas más que son fruto de la laicidad y del republicanismo cívico implícito del Partido Socialista. Eso hay que explicitarlo porque si no lo olvidamos, nos desorientamos.

El problema que tiene ahora la izquierda en general y la socialista en particular es un problema de desorientación, de falta de identidad y hay que recordar que esos son sus frutos. Por eso no les gusta a los de siempre el laicismo, no les queda más que admitir la laicidad pero sin laicismo no avanzamos, y sin laicidad no hay futuro en paz en una sociedad plural y diversa.

Por si esto fuera poco, además el laicismo es el mejor antídoto contra el fundamentalismo político, el integrismo religioso y el nacionalismo excluyente.

P. Te parecerá bien que Felipe VI haya accedido a su reinado sin misa.

R. Claro, me parece bien. Cuando digo que han contaminado las ideas quiero decir que ha sido una labor perfectamente orquestada. La derecha, el poder, la derecha política, mediática, religiosa, empresarial, tiene una estrategia y ha ido cargando todo de negatividad. El laicismo es anticlericalismo, federalismo es independentismo, república es caos. Ahora se ha hablado mucho de la república, que no es sólo una forma de Estado, es un movimiento social, es una transmisión de valores.

La virtud republicana se basaba en el reconocimiento de la igualdad y hay formas de Estado donde ya no hay igualdad de origen, de nacimiento, de sexo; aunque luego el parlamento, al ser monarquías parlamentarias, lo vaya corrigiendo pero la esencia republicana es la esencia de la democracia. Se han dicho muchas cosas, incluso desde sectores progresistas, que si cuesta más que si cuesta menos, que si pudiera haber presidentes de la república conservadores o de derechas… Vamos a ver, primero habría que pensar. Soy partidario de un referéndum pero habría que pensar también qué tipo de república queremos, no es lo mismo la de Francia que la de Alemania.

La falta de referentes en Europa y en España es fundamental, la izquierda tiene que construirse de abajo arriba, lo fácil es ser derechas, y la izquierda tiene que instruirse continuamente, para eso nacieron las casas del pueblo pero también la enseñanza pública, un objetivo también fundamental. ¿Qué queremos que piensen nuestros hijos si no tienen una enseñanza pública de excelencia? Ya no digamos si el abuelo no está y no cuenta historias, los padres no tienen tiempo para transmitir valores y van a colegios concertados de una determinada ideología.

Encima ha desaparecido Educación para la Ciudadanía, vital para entender lo que es la democracia, la diversidad, los valores, hay que volver a los valores. Yo soy ateo pero creo en la libertad, en la igualdad, en la generosidad y para que nadie piense que las personas que no tenemos valores religiosos somos seres vacíos y hemos caído en el nihilismo y en la vacuidad, tengo que recordar que tenemos ética, moral y espiritualidad.

Yo tengo una espiritualidad laica, siento luego existo, sentir es fundamental. Me gusta insistir mucho en lo del socialismo afectivo. Creo que ahora más que nunca el socialismo es efectivo en la medida en que es afectivo, somos una familia, somos seres gregarios pero en todo caso, insistiendo en ello, tengo una espiritualidad, trasciendo, me emociono. Dicho de otra forma, unos trascienden con los profetas y otros trascendemos con los poetas. Yo lloro, yo me emociono y esa es una batalla que también se ha ganado desde el poder, desde la llamada de atención que nos han hecho. Somos un partido de Gobierno, lo hemos sido durante mucho tiempo y hemos hecho muchas cosas bien, otras menos bien y algunas mal pero somos un partido de gobierno, no de poder, eso es lo que nos están diciendo.

P. Sigues siendo un volcán.

R. No lo sé, soy así y así seguiré, como dice la canción. El sábado 5 de junio seguiré yendo en la pancarta de cabecera del Día del Orgullo y volveré a cantar esa canción: Yo soy así, así seguiré, nunca cambiaré, a quién le importa.

P. ¿Qué has aprendido durante tu enfermedad?

R. Que quien siembra, recoge. Más aún que el cariño de los que me rodean, de Jesús, mi marido, de mi familia o de mis amigos, me ha sorprendido el cariño anónimo, el de cualquier persona que de repente se acerca y me abraza cuando salgo a la calle, a veces el abrazo es tan afectivo que me hace llorar. Gente completamente anónima. Jesús se pone muy nervioso porque vienen y nunca sabes a qué vienen, creo que para llevar bien esto no hay que tener miedo, lo que he tratado es de vencer el miedo. No es fácil, el miedo se vence con tranquilidad, estando tranquilo con uno mismo.

Los valores son importantes, cuando te dicen que tienes cáncer miras inmediatamente para atrás. Siento cierta satisfacción al ver que hecho cosas, y estoy tranquilo, sin miedo, y sin miedo sientes que la vida está contigo, que la fuerza está contigo. No me gusta hablar de valentía porque es otra idea, no todo el mundo responde igual, no todos los días son iguales, hay días que no me puedo levantar, esto es durísimo, terrible pero no tengo miedo, que ya es.

Todo esto tiene que ver con el discurso, todo está relacionado, creo que lo que hace el poder es inocular el miedo y la izquierda en este momento, y dentro de la izquierda la socialdemocracia ha sido una sucesión de salidas del armario, como emigrante, gay, republicano, ateo o como persona enferma de cáncer ahora. Además el activismo me ha ayudado, me ha dado vida porque en su momento los homosexuales tuvieron que hacer bandera de la visibilidad con el sida, una enfermedad que se utilizó por el poder para perseguir y discriminar entre otros a los homosexuales. El manifestarte como eres, ser transparente es fundamental, sobre todo en un servidor público como yo me considero, soy concejal, secretario de movimientos sociales del PSOE pero fundamentalmente soy un servidor público y tengo que manifestarme como soy. Por eso he salido del armario.

También me lo han enseñado las mujeres, que en esto del cáncer han sido adelantadas sobre todo para combatir las ideas negativas sobre una enfermedad y luchar por sobrevivir y por la vida que es de lo que se trata, de luchar por vivir. Y hay que vivir de la mejor manera que se puede vivir, viviéndola y afrontándola con valentía, determinación e ilusión.

Algo que no te había dicho es que en el discurso la izquierda tiene también que procurar no sólo transmitir la defensa de esos valores, de esa apuesta por las políticas públicas que son las que garantizan la igualdad de trato, de oportunidades y de consideración, sino también tener un discurso claro y valiente sobre el modelo económico, sobre la necesaria progresividad fiscal, sobre los paraísos fiscales, la tasa Tobin, un discurso valiente que nos están reclamando. Hemos sido valientes en muchas cosas y no lo hemos sido en materia económica, hay que dejar bien claro que la izquierda no sólo debe procurar la mejor redistribución de la riqueza sino que debe apostar por un modelo que genere puestos de trabajo y prosperidad económica.

Pedro Zerolo, saber morir

Zerolo, felicitado por su marido en abril del año pasado

Zerolo, felicitado por su marido en abril del año pasado. / ATLAS / EFE

El saber vivir lo ocupa todo. Secciones de periódico, programas de televisión, libros de autoayuda, salas de espera donde anhelamos que alguien nos alivie la ansiedad con algunos consejos certeros sobre cómo disfrutar del mero hecho de estar vivos. Parece que cuánta más información tenemos sobre la paz de espíritu menos sosiego sentimos, tal vez porque deseamos algo que no existe: una existencia sin contratiempos.

El caso es que a menudo sufrimos por tropiezos nimios, que con un poco de fortaleza podríamos sobrellevar sin queja; sólo hacemos un catálogo real de cuáles son los problemas graves y cuáles los superables cuando nos golpea la enfermedad. Habría que observar con más detenimiento la mirada de las personas enfermas. Si uno se fija, se dará cuenta de que miran a los sanos como diciendo, no entendéis nada.

Queremos que nos digan cómo vivir, pero mantenemos la enfermedad y la muerte fuera de nuestra vista. Así que cuando nos llega la hora de padecer pocos sabemos cómo hacerlo. No fue así el caso de Pedro Zerolo que demostró entereza y sabiduría para vivir y para morir. La suya era una personalidad alegre, tenía la fuerza de la dulzura y eso no se ha apagado hasta el último suspiro. Lo encontré estas pasadas navidades por el viejo Madrid y ahí estaban, a pesar de la delgadez y de la debilidad, la sonrisa de siempre, la educación exquisita, la coquetería en la indumentaria. Habría que aprender tanto de quien muere con la misma elegancia con la que ha vivido. De buenas maneras defendió aquello en lo que creía y amplió el marco de derechos de muchos ciudadanos; sin estridencias se ha despedido, rodeado de su marido Jesús, su familia, y del cariño de tanta gente que le apreciábamos a distancia. Estoy segura de que descansa en paz. Se lo merece.

Pedro sin miedo

Muere Pedro Zerolo, víctima de un cáncer, a los 54 años

Pedro Zerolo llega a la sede del PSOE, tras la celebración de las elecciones del 24-M, para acudir a la Ejecutiva Federal

Pedro Zerolo llega a la sede del PSOE, tras la celebración de las elecciones del 24-M, para acudir a la Ejecutiva Federal. ÁNGEL NAVARRETE EL MUNDO

Sin miedo. Pedro Zerolo (Caracas, 1960) aprendió desde pequeño que lo único que vale en la vida es no tener miedo. No tuvo miedo a salir del armario, pese a que entonces estar orgulloso de serhomosexual no era algo bien visto. No tuvo miedo a gritar su amor por un hombre como Jesús a los cuatro vientos, siendo uno de los primeros en casarse cuando Zapatero se lo permitió. No tuvo miedo de pasar del activismo social a la política en 2003 aunque el Ayuntamiento de Madrid lo recibía como una luz demasiado deslumbrante para una institución llena de telarañas.

Ni siquiera tuvo miedo de raparse un pelo negro, rizado, que ya pintaba en canas, y unas patillas pobladas que, con el tiempo, se habían convertido en la seña de identidad de un león con mucho coraje, como ha demostrado hasta el final el secretario de Movimientos Sociales del PSOE y diputado electo a la Asamblea de Madrid, en la candidatura de Ángel Gabilondo.

Pedro Zerolo nació en el exilio allá por el 20 de julio de 1960, en Venezuela. Su padre tuvo que emigrar por cuestiones políticas y la política, en forma de lucha por los derechos civiles, ha sido la bandera (multicolor, siempre multicolor) de este chicharrero muy internacional. “Oye mi niña, aquí cabemos todos”, bromeaba siempre desde su palco del Consistorio cuando se hablaba de igualdad entre mujeres y hombres, de igualdad entre homosexuales y heterosexuales, de igualdad entre ‘con papeles’ y ‘sin papeles’…

En el banco de al lado tenía a Trinidad Jiménez (de su mano llegó al Ayuntamiento en 2003 y tras su salida, él continuó en el servicio público hasta el final de sus días). Para ‘Trini’, Pedro era una pieza fundamental en una lista renovada, nueva, diversa… Precisamente,en esa misma lista estaba el ahora secretario general del PSOE,Pedro Sánchez. Él y Zerolo eran los ‘pedros’ de Trini, dos niños mimados que entraban en la política madrileña como un huracán.

En la sala de Plenos del viejo Ayuntamiento deben estar resonando todavía los encontronazos ideológicos y dialécticos entre este activista tatuado y la todavía alcaldesa, Ana Botella. Lo que muy poca gente sabe es que Zerolo y Botella se comían juntos una vez al mes“las peras y las manzanas” de forma amistosa, una reunión a las que incluso se sumaba la entonces concejala de IU, Inés Sabanés. Hasta en los menús, Pedro Zerolo respetaba la ‘diversidad’.

Ser concejal del Ayuntamiento de Madrid obligó a Zerolo a dejar su puesto como presidente de COGAM pero visualizó aún más la lucha de un sector de la sociedad que exigía derechos. Y Zapatero, su gran referente político por “valiente”, como le gustaba decir a Zerolo, les regaló por norma lo que tenían inscrito por derecho.

Pedro fue uno de los primeros que hizo uso de ese matrimonio que muchos no entendían ni siquiera que se llamara así. Precisamente, el 1 de octubre de 2005, Trinidad Jiménez casaba a Zerolo con, como dirían las crónicas sociales, su novio de toda la vida, Jesús Santos, su marido durante los últimos 18 años de hecho y “de derecho desde que pudimos”.

El edil sabía que tenía que casarse “por amor y por militancia” incluso aunque Jesús no siempre le votara en las elecciones municipales, como bromeaba para demostrar que la tolerancia era su máxima hasta en el matrimonio. Jesús Santos siempre quiso estar con Pedro pero siempre supo ser una sombra sonriente que no sólo ha acompañado a Zerolo en su ‘hasta luego’ de la lucha sino que asumió ese dolor como algo compartido: “Los dos hemos sufrido la enfermedad”, reconocía en una de sus últimas entrevistas a LOC Pedro Zerolo.

Públicamente ateo, Zerolo se ha ido entendiendo mejor que nadie que “la vida sólo se vive viviéndola”, incluyendo la muerte, y que sólo la poesía, de la que era un amante fiel, podía crear un estado de éxtasis por momentos que le borrara sólo a ratos, la dureza del día a día.

Cruel que fueran los Reyes Magos a los que nunca pidió nada porque no creía en ellos, los que le trajeran el pasado enero de 2014 el peor regalo de su vida. Pedro Zerolo hacía público el 7 de enero que padecía un cáncer de páncreas, pero también que iba a luchar hasta el final. Sólo quería llegar al momento de cerrar los ojos, trabajando y luchando, como había vivido el resto de sus días y con la esperanza de que iba a vencer. Hasta la victoria siempre.

El 5 de julio de 2014, el día del Desfile del Orgullo Gay, Pedro escribía en su twitter un suspiro reivindicativo: “Por 1ª vez en casi 30 años no podré estar en el Orgullo pero cantaré el ‘A quien le importa’ con fiebre y en cama ¡Viva el Orgullo de la Diversidad 2014! Lesbianas, Gays, Transexuales, Bisexuales y Heterosexuales solidarios”.Descanse en paz.

Muere Pedro Zerolo

Secretario de Movimientos Sociales del PSOE

 

Pedro Zerolo (Caracas, 1960), secretario de Movimientos Sociales del PSOE, ha muerto esta madrugada víctima de un cáncer de páncreas contra el que luchaba desde diciembre de 2013. El político madrileño había empeorado de su dolencia en los últimos días, según han confirmado fuentes del Partido Socialista a este diario.

Pedro Zerolo, de 54 años, se había mantenido activo en la vida política hasta el último momento, a pesar del duro tratamiento que requería su enfermedad. De hecho, hasta ayer era diputado electo en la Asamblea de Madrid y este mismo martes debía recoger su acta que así lo acreditaba tras los comicios autonómicos y municipales del 24 de mayo.

Incansable activista por la igualdad de derechos, especialmente los del colectivo homosexual y transexual, poco antes de las elecciones se ofreció para liderar la candidatura del PSM a la presidencia de la Comunidad de Madrid tras la destitución de Tomás Gómez. Finalmente fue Ángel Gabilondo quien ocupó ese puesto y Zerolo concurrió como número tres de la candidatura del PSOE en la Comunidad de Madrid.

Tras diez años como presidente de laFederación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales, Pedro Zerolo se convirtió en concejal de Madrid en 2003 y un año más tarde pasó a formar parte de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE como secretario de Movimientos Sociales, cargo que ha ocupado hasta su muerte.

Su velatorio tendrá lugar a partir de las 15 horas de la tarde en el Patio de Cristales de la Casa de la Villa, después de que su familia haya aceptado la propuesta de la alcaldesa en funciones, Ana Botella, tal y como recoge Europa Press.

Este emplazamiento está muy vinculado a la actividad de concejal del socialista, tanto por los años que pasó en la Casa de la Villa cuando se celebraban ahí los plenos mensuales como hasta hace unos meses, cuando seguía acudiendo a las comisiones de Familia, Servicios Sociales y Participación Ciudadana, de las que era portavoz del PSOE.

Otro acto emotivo será sin duda la vigilia en homenaje a Zerolo que laFederación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (Felgtb) ha convocado para este martes en la plaza de Chueca a las 19 horas de la tarde.

El presidente de la federación, Jesús Generelo, ha recordado a Zerolo como “un referente político y humano” que contribuyó a lograr una sociedad mejor

Reacciones

En el momento de su fallecimiento, Zerolo estuvo rodeado de su familia, sus hermanos y su marido, Jesús Santos, han informado fuentes de su entorno a la agencia Efe.

El Partido Socialista ha lamentado la pérdida de su compañero a través de un comunicado: “El PSOE quiere trasmitir su cariño y apoyo a su familia y amigos y lamentar la pérdida de un gran socialista que luchó hasta el final por defender las libertades y los derechos de todos los ciudadanos, tanto desde el ámbito municipal como desde en el nacional”, reza la nota.

El secretario general, Pedro Sánchez, ha destacado su faceta como luchador por las libertades y los derechos civiles y ha recordado que su impulso fue decisivo para hacer del PSOE “una palanca de transformación social”.

Otras personalidades de la vida política y social del país han lamentado el fallecimiento de Zerolo. “Mi sentido pésame”, ha escrito Mariano Rajoy en sucuenta de Twitter. “Un fuerte abrazo al marido y la familia de Pedro Zerolo. Pedro ha sido un gran activista, político y concejal muy apreciado por todos”, ha dicho Esperanza Aguirre.

Vida de activismo

Vinculado desde siempre al Partido Socialista, creció en Canarias y tras sus estudios universitarios se trasladó a Madrid, donde comenzó a colaborar en proyectos sociales, entre ellos el del sacerdote Enrique de Castro para ayudar a personas en situación de vulnerabilidad en el barrio de Entrevías.

En 1989 saltó a la política al presentarse como candidato al Senado en las elecciones de octubre, por el partido Lista Antiprohibicionista sobre Drogas, grupo apoyado, entre otros, por el Partido Radical Italiano y personalidades españolas como José Luis López Aranguren, Manuela Carmena o Antonio Escohotado. Pero no logró escaño.

Ingresó en el Colectivo Gay de Madrid (COGAM) en 1992, en el que primero fue asesor jurídico y entre 1993 y 1997, presidente. Desde 1997 compatibilizó su trabajo de abogado con el de presidente de la Federación Estatal de Lesbianas y Gays (FELG).

Unos años más tarde, la candidata socialista a la alcaldía de Madrid,Trinidad Jiménez, le ofreció ocupar el sexto puesto de su lista. Tras aceptar la oferta, el concejal dimitió como presidente de la FELG por considerar que ese cargo era incompatible con una candidatura política.

De la mano de José Luis Rodríguez Zapatero, en 2004 entró a formar parte de la Ejecutiva Federal del PSOE y fue elegido secretario de Movimientos Sociales y Relaciones con las ONG’s.

Firme defensor del matrimonio homosexual, en octubre de 2003, Zerolo y su pareja, Jesús Santos, presentaron una solicitud dematrimonio en el Registro Civil de Madrid, que les fue denegada, compromiso que finalmente alcanzaron en 2005, tres meses después de la entrada en vigor del matrimonio homosexual en España, en un acto oficiado por la entonces concejala Trinidad Jiménez.

En septiembre del 2008 pasó a formar parte de la Comisión Ejecutiva del Partido Socialista de Madrid (PSM-PSOE), y en 2012, en el XII Congreso Regional del PSM, fue elegido secretario de Movimientos Sociales.

“Su lucha política, su compromiso ciudadano y su activismo en defensa de los derechos de los colectivos más vulnerables ha servido y servirá de ejemplo a nivel mundial”, recuerda el PSOE en el comunicado difundido a los medios.

Las terapias de conversión para homosexuales que quiere prohibir EEUU son aún legales en España

Mientras Estados Unidos estudia la posibilidad de prohibir las terapias de reorientación sexual, tal y como anunció el presidente Barack Obama el pasado abril, en España no hay ninguna ley que prohíba explícitamente estas prácticas.

Las terapias de conversión son intervenciones, normalmente con terapia psicológica, que tienen como objetivo cambiar la orientación sexual o identidad de género de una persona por considerar que ésta es inadecuada. En la mayoría de los casos estas terapias se dan en familias con profundas creencias religiosas y están a menudo dirigidas a niños o adolescentes que no tienen autoridad legal para tomar sus propias decisiones médicas.

El debate sobre este tipo de terapias se ha reabierto en EEUU a raíz del suicidio de la adolescente de 17 años Leelah Alcorn. El fallecimiento de Leelah, que fue obligada a asistir a una terapia de conversión, provocó una oleada de indignación que ha terminado con una campaña de recogidas de firmas en la que se exige al presidente Obama que prohíba este tipo de prácticas.

La Casa Blanca, a través de un comunicado, ha asegurado compartir la preocupación por los “efectos potencialmente devastadores” de estas terapias y ha afirmado que el gobierno “apoya los esfuerzos para prohibir el uso de la terapia de conversión en menores de edad”.

España en un limbo legal

En España, aunque este tipo de actividades pueden ser perseguidas por medio del concepto jurídico de lex artis, que obliga a todo profesional médico a realizar su trabajo con un estándar mínimo de profesionalidad para evitar la mala praxis, no existe una ley que las prohíba de forma explícita. De esta forma, es el propio paciente el que deberá iniciar un procedimiento que podría terminar en la inhabilitación del profesional implicado.

Sin embargo, esto rara vez sucede. “Muchos de los pacientes de este tipo de terapias acuden presionados por su entorno y avergonzados de su propia orientación sexual, lo que hace difícil que salgan muchos casos a la luz”, asegura Jesús Generelo, presidente de la Federación de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales. Además, continua Generelo, “no nos consta que en España se haya inhabilitado a ningún psicólogo por este motivo, cosa que sí ha sucedido en EEUU”.

Este criterio también es compartido por Juan Manuel Peris, asesor del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid en temas de LGTB. “A lo largo de mis años de carrera nunca me he encontrado un paciente que haya querido denunciar su caso, tras pasar por una de estas terapias”. Además, asegura que este tipo de intervenciones dejan importantes secuelas y “los pacientes suelen necesitar varios años de terapia para corregir el daño que les han hecho”.

“Todos los colegios profesionales de psicólogos rechazan absolutamente este tipo de terapias”, asegura Peris, “pues causan mucho más daño del que supuestamente quieren reparar”, ya que obliga a los pacientes a “luchar contra su propia naturaleza”. Según Generelo, “puede que los padres lo hagan de buena voluntad, pero hay que tener en cuenta que estamos hablando de terapias que se basan en la aversión a uno mismo”.

En qué consisten las terapias

Históricamente se han aplicado todo tipo de métodos para intentar reorientar sexualidad. Hasta mediadios del siglo XX, estos tratamientos incluían intervenciones quirúrgicas como la histerectomía (extirpación de los testítculos), la ablación (extirpación del clítoris) o la lobotomía. Durante la segunda mitad del siglo veinte se han utilizado otros métodos también agresivos como el tratamiento de electroshocks o las terapias de aversión.

En la actualidad no se disponen de tantos datos, ya que “la mayoría de los centros que realizan este tipo de prácticas son muy discretos y no hacen tanta publicidad como antes”, asegura Generelo. Sin embargo, entre los tratamientos más usuales se encuentra el uso de medicación para reducir la libido (castración química), junto con el uso de antidepresivos y ansiolíticos. “He tenido varios pacientes que han pasado por algunas de estas terapias y llegaban a tomar hasta 8 pastillas diarias”, asegura Peris. En cuanto al precio, pueden rondar los 120 euros semanales, según algunos testimonios.

Pueden inducir al suicidio

La comunidad científica no deja lugar a dudas. La homosexualidad o la transexualidad no son tratables, simplemente porque no son enfermedades ni trastornos. Así lo establece tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde 1990, como la Asociación Americana de Psicología (AAP), que en 1973 eliminó la homosexualidad como trastorno de su Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales. Según la AAP “la suposición de que la homosexualidad y la bisexualidad son trastornos mentales se basa en teorías psicoanalíticas desfasadas” y aseguran que “estas ideas han sido ampliamente desacreditadas mediante evidencias”.

Sin embargo, el rechazo de la propia orientación sexual sí que se considera un desorden del desarrollo sexual. La OMS define la orientación sexual egodistónica como un desorden en el que “la orientación o la preferencia sexual no está en duda, pero el individuo desea que fuera diferente porque lo asocia con trastornos psicológicos o de comportamiento, y podría buscar tratamiento para cambiarla”. Los casos en los que el individuo asocia su orientación sexual a algún tipo de trastorno, se suelen deber en la mayoría de los casos a “una homofobia interiorizada”, asegura Peris. Lo que se debe hacer en estos casos, según la mayoría de los profesionales consultados, es tratar de que el paciente asimile su orientación sexual con naturalidad.

Los estudios realizados a lo largo de las últimas décadas tampoco dejan lugar a dudas sobre la nula efectividad de las terapias de conversión y sobre sus efectos adversos. Un análisis detallado de todas los artículos científicos sobre este tipo de terapias publicados entre 1960 y 2007 demostró que es “poco probable que los individuos tratados sean capaces de reducir su atracción por el mismo sexo o aumentar su atracción por sexo opuesto”. El mismo estudio, llevado a cabo por la AAP, concluyó además que estas terapias provocan “efectos secundarios negativos que incluyen pérdida del apetito sexual, depresión, tendencias suicidas y ansiedad”.

Igualmente, un informe emitido por el Banco Mundial en 2012 concluía, en base a todos los estudios científicos realizados hasta la fecha, que existe “una abrumadora cantidad de evidencias” que demuestran que la terapia de conversión es “ineficaz, innecesaria y potencialmente dañina”.