Pedro sin miedo

Muere Pedro Zerolo, víctima de un cáncer, a los 54 años

Pedro Zerolo llega a la sede del PSOE, tras la celebración de las elecciones del 24-M, para acudir a la Ejecutiva Federal

Pedro Zerolo llega a la sede del PSOE, tras la celebración de las elecciones del 24-M, para acudir a la Ejecutiva Federal. ÁNGEL NAVARRETE EL MUNDO

Sin miedo. Pedro Zerolo (Caracas, 1960) aprendió desde pequeño que lo único que vale en la vida es no tener miedo. No tuvo miedo a salir del armario, pese a que entonces estar orgulloso de serhomosexual no era algo bien visto. No tuvo miedo a gritar su amor por un hombre como Jesús a los cuatro vientos, siendo uno de los primeros en casarse cuando Zapatero se lo permitió. No tuvo miedo de pasar del activismo social a la política en 2003 aunque el Ayuntamiento de Madrid lo recibía como una luz demasiado deslumbrante para una institución llena de telarañas.

Ni siquiera tuvo miedo de raparse un pelo negro, rizado, que ya pintaba en canas, y unas patillas pobladas que, con el tiempo, se habían convertido en la seña de identidad de un león con mucho coraje, como ha demostrado hasta el final el secretario de Movimientos Sociales del PSOE y diputado electo a la Asamblea de Madrid, en la candidatura de Ángel Gabilondo.

Pedro Zerolo nació en el exilio allá por el 20 de julio de 1960, en Venezuela. Su padre tuvo que emigrar por cuestiones políticas y la política, en forma de lucha por los derechos civiles, ha sido la bandera (multicolor, siempre multicolor) de este chicharrero muy internacional. “Oye mi niña, aquí cabemos todos”, bromeaba siempre desde su palco del Consistorio cuando se hablaba de igualdad entre mujeres y hombres, de igualdad entre homosexuales y heterosexuales, de igualdad entre ‘con papeles’ y ‘sin papeles’…

En el banco de al lado tenía a Trinidad Jiménez (de su mano llegó al Ayuntamiento en 2003 y tras su salida, él continuó en el servicio público hasta el final de sus días). Para ‘Trini’, Pedro era una pieza fundamental en una lista renovada, nueva, diversa… Precisamente,en esa misma lista estaba el ahora secretario general del PSOE,Pedro Sánchez. Él y Zerolo eran los ‘pedros’ de Trini, dos niños mimados que entraban en la política madrileña como un huracán.

En la sala de Plenos del viejo Ayuntamiento deben estar resonando todavía los encontronazos ideológicos y dialécticos entre este activista tatuado y la todavía alcaldesa, Ana Botella. Lo que muy poca gente sabe es que Zerolo y Botella se comían juntos una vez al mes“las peras y las manzanas” de forma amistosa, una reunión a las que incluso se sumaba la entonces concejala de IU, Inés Sabanés. Hasta en los menús, Pedro Zerolo respetaba la ‘diversidad’.

Ser concejal del Ayuntamiento de Madrid obligó a Zerolo a dejar su puesto como presidente de COGAM pero visualizó aún más la lucha de un sector de la sociedad que exigía derechos. Y Zapatero, su gran referente político por “valiente”, como le gustaba decir a Zerolo, les regaló por norma lo que tenían inscrito por derecho.

Pedro fue uno de los primeros que hizo uso de ese matrimonio que muchos no entendían ni siquiera que se llamara así. Precisamente, el 1 de octubre de 2005, Trinidad Jiménez casaba a Zerolo con, como dirían las crónicas sociales, su novio de toda la vida, Jesús Santos, su marido durante los últimos 18 años de hecho y “de derecho desde que pudimos”.

El edil sabía que tenía que casarse “por amor y por militancia” incluso aunque Jesús no siempre le votara en las elecciones municipales, como bromeaba para demostrar que la tolerancia era su máxima hasta en el matrimonio. Jesús Santos siempre quiso estar con Pedro pero siempre supo ser una sombra sonriente que no sólo ha acompañado a Zerolo en su ‘hasta luego’ de la lucha sino que asumió ese dolor como algo compartido: “Los dos hemos sufrido la enfermedad”, reconocía en una de sus últimas entrevistas a LOC Pedro Zerolo.

Públicamente ateo, Zerolo se ha ido entendiendo mejor que nadie que “la vida sólo se vive viviéndola”, incluyendo la muerte, y que sólo la poesía, de la que era un amante fiel, podía crear un estado de éxtasis por momentos que le borrara sólo a ratos, la dureza del día a día.

Cruel que fueran los Reyes Magos a los que nunca pidió nada porque no creía en ellos, los que le trajeran el pasado enero de 2014 el peor regalo de su vida. Pedro Zerolo hacía público el 7 de enero que padecía un cáncer de páncreas, pero también que iba a luchar hasta el final. Sólo quería llegar al momento de cerrar los ojos, trabajando y luchando, como había vivido el resto de sus días y con la esperanza de que iba a vencer. Hasta la victoria siempre.

El 5 de julio de 2014, el día del Desfile del Orgullo Gay, Pedro escribía en su twitter un suspiro reivindicativo: “Por 1ª vez en casi 30 años no podré estar en el Orgullo pero cantaré el ‘A quien le importa’ con fiebre y en cama ¡Viva el Orgullo de la Diversidad 2014! Lesbianas, Gays, Transexuales, Bisexuales y Heterosexuales solidarios”.Descanse en paz.