TABAKALERAk “Archivo SIDA” izeneko erakusketa antolatzen du, non HIESak kulturgintzan izandako eragina aztertzen den.

EKIPO REk eginda, hainbat material grafiko erakusten du, baita EHGAMeko kartel batzuk ere

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Una muestra repasa en Tabakalera el impacto del sida en la creación cultural

Convivirá en la sala contigua con las instalaciones fotográficas de la artista Maryam Jafri

Una de la obras de la exposición Anarchivo sida, que ha sido presentada hoy por el Centro Internacional de Cultura Contemporánea Tabakalera en colaboración con DSS2016

Una de la obras de la exposición “Anarchivo sida”, que ha sido presentada hoy por el Centro Internacional de Cultura Contemporánea Tabakalera en colaboración con DSS2016 (EFE)

El impacto del sida en la producción cultural protagoniza una exposición que se celebra desde hoy en el centro Tabakalera de Donostia, donde se recogen intervenciones artísticas, vídeos de performances, publicaciones, carteles o recortes de prensa.

DONOSTIA. La directora cultural de Tabakalera, Ane Rodríguez, y el director general de Donostia 2016, Pablo Berástegui, han presentado hoy en una rueda de prensa esta muestra, titulada “Anarchivo sida”, que se celebrará hasta el próximo 26 de junio.

Esta exposición es fruto de un proyecto de investigación desarrollado a lo largo de tres años por el colectivo Equipo re -Aimar Arriola, Nancy Garín y Linda Valdés- para recopilar “la producción cultural, visual y performativa” en torno al sida desarrollada fuera del “marco hegemónico de EEUU y centro y norte de Europa”.

Por este motivo, la muestra pone “por primera vez” el foco en la actividad artística generada en España, Chile, Colombia, Brasil y Guatemala en torno a esta temática desde finales de la década de los ochenta hasta la actualidad.

Reactivar la memoria de las luchas de ayer para hacer frente a las complejidades de hoy es el objetivo de este proyecto, que se estructura sobre tres ejes conceptuales: la dicotomía animal y hombre; la muerte y su simbología, y la salud.

Ane Rodríguez ha explicado que por primera vez Tabakalera acoge simultáneamente dos exposiciones ya que “Anarchivo sida” convivirá en la sala contigua con las instalaciones fotográficas de la artista Maryam Jafri.

Esta creadora paquistaní, quien ha expuesto su trabajo en la bienal de Venecia y estará presente este mismo año en la bienal de Sao Paulo, presenta en Donostia la muestra “The day after” en la que reflexiona sobre las diferentes posibilidades que ofrece el “archivo” como pieza de artista, caso de estudio o propiedad.

Varios mosaicos de instantáneas colgadas en la pared suponen el punto de partida para la reflexión de la artista, que trae a Tabakalera una de sus obras más destacadas, “Independence Day”, que recrea las primeras 24 horas de algunos territorios que se transforman en naciones independientes.

Esta exposición ha sido concebida por Bétonsalon-Centre d’art et de Recherche (París), en colaboración con el centro donostiarra, que ha programado actividades paralelas para ambas exposiciones que permanecerán en sus instalaciones hasta mediados de junio.

Una exposición repasa en Tabakalera el impacto del sida en la creación cultural

El impacto del sida en la producción cultural de diversos estados protagoniza una exposición que se celebra desde hoy en el centro Tabakalera de Donostia, donde se recogen intervenciones artísticas, vídeos de performances, publicaciones, carteles o recortes de prensa.

Acto de presentación de la exposición «Anarchivo»

Acto de presentación de la exposición «Anarchivo». (Donostia 2106)

La directora cultural de Tabakalera, Ane Rodríguez, y el director general de Donostia 2016, Pablo Berástegui, han presentado en una rueda de prensa esta muestra, titulada «Anarchivo sida», que estará presente hasta el próximo 26 de junio.

Esta exposición es fruto de un proyecto de investigación desarrollado a lo largo de tres años por el colectivo Equipo re –Aimar Arriola, Nancy Garín y Linda Valdés– para recopilar «la producción cultural, visual y performativa» en torno al sida desarrollada fuera del «marco hegemónico de EEUU y centro y norte de Europa».

Por este motivo, la muestra pone «por primera vez» el foco en la actividad artística generada en el Estado español, Chile, Colombia, Brasil y Guatemala en torno a esta temática desde finales de la década de los ochenta hasta la actualidad.

Reactivar la memoria de las luchas de ayer para hacer frente a las complejidades de hoy es el objetivo de este proyecto, que se estructura sobre tres ejes conceptuales: la dicotomía animal y hombre; la muerte y su simbología, y la salud.

Ane Rodríguez ha explicado que por primera vez Tabakalera acoge simultáneamente dos exposiciones, ya que «Anarchivo sida» convivirá en la sala contigua con las instalaciones fotográficas de la artista Maryam Jafri.

Esta creadora paquistaní, quien ha expuesto su trabajo en la bienal de Venecia y estará presente este mismo año en la bienal de Sao Paulo, presenta en Donostia la muestra «The day after», en la que reflexiona sobre las diferentes posibilidades que ofrece el «archivo» como pieza de artista, caso de estudio o propiedad.

Varios mosaicos de instantáneas colgadas en la pared suponen el punto de partida para la reflexión de la artista, que trae a Tabakalera una de sus obras más destacadas, «Independence Day», que recrea las primeras 24 horas de algunos territorios que se transforman en naciones independientes.

Esta exposición ha sido concebida por Bétonsalon-Centre d’art et de Recherche (París), en colaboración con el centro donostiarra, que ha programado actividades paralelas para ambas exposiciones que permanecerán en sus instalaciones hasta mediados de junio.

 

«Podría perder mis pezones. Ese es mi mayor miedo»

Un joven británico relata sus temores antes de someterse a su primera operación de cambio de sexo

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“Podría perder mis pezones. Ese es mi mayor miedo”. Esto es lo que confesó Romario Wanlis, un transexual británico de origen jamaiquino, antes de someterse a su primera operación de cambio de sexo, una extirpación de senos, que finalmente salió con éxito. “Las cicatrices podrían no cicatrizar bien, lo que me deprimiría al tener un pecho irreconocible”, agregó.

“Es importante para mi someterme a esta operación, porque, estéticamente, creo que va a ayudar en mi autoconfianza”, reconoció Wanlis en declaraciones a la BBC.

“Es la oportunidad de sentirme un hombre común”.¡Seré capaz de llevar una camisa! Mi sueño siempre ha sido el de vestir una camisa tradicional africana estampada que se deslice por mi pecho de forma recta”, manifestó el joven.

“En serio, esta operación es un momento crucial en la vida de un transexual, porque tendré la oportunidad de sentirme como un hombre corriente. Por ejemplo, si quiero ir a un vestuario a cambiarme la parte de arriba, no tendré que ocultar los pechos”, recalcó.

“Someterme a la operación no es una cuestión de validez, en términos de si la gente me va a considerar un hombre”. “Si soy honesto, la cirugía para mi es algo más estético. Es una cuestión de vanidad”, admitió.

“Mi mayor preocupación es que mis pezones no estén a la misma altura”, manifestó. Sin embargo, esa preocupación se desvaneció despues de que le médico le quitara los puntos. Dos semanas de la operación, Wanlisa ha relatado a la BBC cuál ha sido su sensación al vestirse su camisa favorita. “Siempre quise que esta camisa me quedara perfecta. Ahora se ve tan diferente”, ha indicado orgulloso

Archivos que hablan de cómo somos

MITXEL EZQUIAGASAN SEBASTIÁN.

Tabakalera abre hoy una muestra sobre el impacto del sida en la cultura y otra de Maryam Jafri

tabakalera-archivo sida

Tabakalera dobla la apuesta. El centro cultural inaugura hoy dos exposiciones que retan al espectador con propuestas arriesgadas tanto en el concepto como en su presentación. En una sala se exhibe ‘Anarchivo sida’, un proyecto de investigación sobre el impacto que tuvo el sida en la producción cultural y los hábitos sociales, y que pone el foco en lugares como Chile, España o el propio País Vasco. «Buscamos la historia no oficial», explicaban esta semana sus comisarios a este periódico.

En otra de las salas la artista de origen paquistaní Maryam Jafri reflexiona sobre el uso del archivo como pieza de artista, e incluye una original colección de imágenes del ‘primer día de independencia’ de países surgidos entre 1934 y 1975. «También hay referencias a España en el caso de Filipinas», dice la artista.

Como recuerda Ane Rodríguez, directora de Tabakalera, es la primera vez, desde la inauguración del centro cultural, en que su espacio expositivo principal reparte sus salas en dos muestras distintas. Las exposiciones celebradas hasta ahora ocupaban las dos grandes naves. «Son contenidos distintos pero tienen un nexo común: utilizar los archivos como elemento artístico y como herramienta para conocer mejor los cambios sociales», añade la responsable del centro cultural.

Los responsables de las dos muestras trabajaban estos últimos días intensamente en el montaje. ‘Anarchivo sida’ está comisariada por el equipo Re, formado por el vizcaíno Aimar Arriola y las chilenas Nancy Garín y Linda Valdés, residentes en Barcelona. «Queremos que los contenidos expuestos apelen directamente al espectador porque hablamos de arte pero sobre todo de la gente», cuentan. En la sala contigua Maryam Jafri, nacida en Karachi y residente ahora entre Nueva York y Copenhague, ultimaba con mimo la colocación de sus imágenes. En un correcto castellano mostraba su interés por exponer en San Sebastián. La propia Ane Rodríguez colaboraba con la artista en la supervisión del montaje.

«Más que una epidemia»

La exposición ‘Anarchivo sida’, en la que colabora Donostia 2016, es fruto de un proceso de investigación y producción del colectivo ‘Equipo Re’, y toma como punto de partida la producción cultural en torno a la crisis del sida en el sur de Europa y América Latina. «El proyecto aborda el VIH no sólo como una epidemia médica, sino como un cambio de paradigma visual, afectivo y económico en plena convivencia con la consolidación de las políticas neoliberales y del proceso de globalización», informan sus responsables.

Tras tres años de investigación y producción de materiales, ‘Anarchivo sida’ se presenta como exposición en Tabakalera con la colaboración de la artista Carme Nogueira en el diseño de la muestra. La exposición aborda la articulación de la naturaleza con la cultura a través de tres cuestiones: la tendencia histórica de dividir al humano del animal; la dimensión cultural de la muerte; y la salud «entendida como la convención por la cual algunos cuerpos son considerados normales y otros enfermos».

Los contenidos de la exposición incluyen obras artísticas y fondos documentales desde mediados de la década de los ochenta hasta la actualidad. «Se trata de materiales nunca antes reunidos: producciones de artistas, documentación fotográfica y en vídeo de performances y acciones activistas, carteles y vídeos de campañas de prevención, recortes de prensa y otros materiales». Hay obras de Águeda Bañón, Santiago Echeverry, Pepe Espaliú o Pepe Miralles, entre otros. La exposición estará acompañada de un programa de actividades.

Descolonización

La otra exposición, ‘The Day After’, de Maryam Jafri, es una coproducción de Bétonsalon, centro de arte e investigación afincado en París, y Tabakalera. La artista articula la exposición en torno al archivo y a una triple dimensión del mismo: el archivo como pieza de artista, como caso de estudio y como propiedad.

El proyecto tiene su punto de partida en la obra ‘Independence Day 1934-1975’, que Maryam Jafri comenzó en 2009 y que sigue todavía en proceso. Esta pieza reúne fotografías de los días de independencia de algunas antiguas colonias europeas de África y Asia. «Son imágenes tomadas expresamente ese primer día de la independencia y rescatadas solo de los archivos de cada país», matiza la artista.

Las fotos retratan ese momento en el que un territorio dependiente se transforma en país y estado. Tomando como excusa esta pieza, el centro Bétonsalon inició una colaboración con Maryam Jafri para desarrollar una serie de casos de estudio con el objetivo de reflexionar en torno a las diferentes cuestiones y debates que generan los procesos de independencia y descolonización.

Voces contra la homofobia marroquí

El pequeño colectivo clandestino Aswat (Voces) lucha contra el acoso y la discriminación

Familiares y amigos de los agresores de un joven gay se manifiestan durante el juicio, el pasado 4 de abril en Beni Melal

Familiares y amigos de los agresores de un joven gay se manifiestan durante el juicio, el pasado 4 de abril en Beni Melal. Fátima Zohra Bouaziz EFE

Pongamos que él se llama Hasán y ella Zora. No quieren dar sus verdaderos nombres, ni siquiera aparecer de espaldas en una foto. La razón de tantas prevenciones es el artículo 489 del Código Penal, que prevé en Marruecos penas que de hasta tres años de cárcel, como sucede en Túnez y Argelia. Zora tiene 31 años y disfruta de trabajo estable. Solo se atrevió hace tres años a hablarle a su madre con franqueza.“Intenté usar palabras vagas. Le confesé que yo me sentía distinta de las otras mujeres. Y después de un rato le pregunté: ‘¿Me aceptas como soy?’ Me dijo que no. Pero yo creo que fue la reacción del momento, el susto. Después hemos seguido con nuestra relación igual que antes. Pero sin mencionar nunca mi orientación sexual, sin que me haya vuelto a preguntar sobre el tema. Eso es muy típico de Marruecos. Es el país de la contradicción y de la hipocresía”.

El 9 de marzo cinco hombres entraron en la casa de un homosexual que yacía en la cama con su pareja en la ciudad de Beni Melal. Los golpearon, los insultaron y los sacaron desnudos a la calle mientras filmaban la escena con un teléfono y la difundían dos semanas después en Internet. En un primer juicio, una de las víctimas fue sentenciada a cuatro meses de cárcel mientras los agresores escapaban en libertad condicional. El caso trascendió escandalizó a los medios marroquíes más progresistas y trascendió las fronteras del país. Pero esta semana, en una segunda vista, los jueces determinaron que las víctimas sean condenadas con 3 y 4 meses de prisión condicional, con lo cual no irán a la cárcel, mientras que dos de los agresores estarán presos durante medio año. En Beni Melal, un municipio de 163.000 habitantes, a unas tres horas en coche desde Rabat, ya se han celebrado varias manifestaciones en contra de los dos homosexuales y a favor de sus agresores.

El entorno en el que Hasán y Zora viven se puede resumir con la mención de cuatro casos recientes: en junio fueron detenidos en Rabat dos hombres “en flagrante delito” de homosexualidad, según la ficha policial. Sus nombres y domicilios fueron difundidos por un canal público de televisión, lo cual provocó que se organizaran sendas manifestaciones frente a sus domicilios. En julio del año pasado una turba apaleó y desnudó en Fez a un supuesto travesti. En septiembre también golpearon y desnudaron a un joven de 17 años en Casablanca. En ambos casos fueron difundidos los vídeos en Internet y arrestados algunos de los agresores.

Hasán tiene 26 años y mantiene una relación estable con un hombre. Pero su familia y su entorno no lo saben. O al menos, él no les dice nada. “A mí nunca me han golpeado. Pero la homosexualidad aquí es un estigma social, un pecado y un crimen. Son tres razones poderosas para no hablar”, explica. Desde pequeño supo que era distinto de la mayoría de sus amigos. “Pero no sabía en qué consistía esa diferencia. No conocía tampoco el concepto de homosexualidad. Y a los 18 años supe que esa era mi identidad. Descubrí también que no soy ningún enfermo mental ni un pervertido y lo acepté”.

Las veces que ha ligado han sido casi siempre por Internet. “Con un desconocido jamás me atrevería en la calle. Es muy peligroso”. Zora y Hasán pertenecen al colectivo clandestino Aswat (voces), que lucha contra la discriminación sexual. Les gustaría decir que lo integran mil personas, pero en realidad son apenas 15, sin ninguna jerarquía entre ellos. No obstante, sus mensajes llegan cada vez más lejos.

Aseguran que vivir junto a sus parejas en un piso es relativamente fácil, siempre y cuando mantengan las apariencias ante el exterior. “Todo en Marruecos gira en torno a las apariencias”, explica Zora. “Si alguien en la calle te ve algo raro se siente legitimado para llamar a tus padres o incluso a la policía. En un bar de Casablanca estaba con mi exnovia a punto de besarnos y el dueño del local nos echó. Enfrente había una pareja heterosexual besándose y le pregunté que por qué ellos podían y nosotras no. Me dijo que este es un país musulmán y con ellos no pasaba nada”.

Zora vivió tres años con su exnovia en Rabat y no sufrió grandes problemas. “Los únicos percances vinieron por nuestra militancia. Las dos pertenecemos al colectivo Aswat. Así que cuando el año pasado hubo detenciones de homosexuales y el colectivo se movilizó un policía se dedicó a vigilar nuestra casa”.

Tanto Zora como Hasán afirman que quienes más sufren en esta sociedad son las personas transgénero. “Ellas no pueden fingir como lo hacemos nosotros. Un miembro de nuestra organización aprovechó un día que caminaba por una calle vacía para andar tal cual es realmente y tal como se siente en su interior. Pero alguien lo vio y comenzó a apedrearlo. Y a él solo le quedó la opción de salir corriendo”.

Zora y Hasán no sueñan con irse de Marruecos. “Yo solo quiero despertarme una mañana y no tener miedo a expresarme”, dice Zora. “Estoy cansada de una sociedad que persigue a los diferentes. Mi deseo es que desaparezca el artículo 489 del código penal, el que castiga la homosexualidad”.

Ni el Gobierno ni la oposición pretenden reformar ese artículo. Zora y Hasán asumen que aún queda bastante tiempo para alcanzar sus sueños, pero creen que ya se ha avanzado mucho en los últimos años. “Al menos hemos llevado el debate a la sociedad. Antes ni siquiera se hablaba de esto”, aclara Hasán. “Nos hemos dado a conocer dentro y fuera del país”, añade Zora, “y ahora sería muy difícil para el Estado cortar nuestro trabajo de golpe”.