Sida: el reverso del Nueva York de los 80

Fue también una década terrible, en la que se descontrolaba el contagio por el VIH

Julia Roberts y Mark Ruffalo protagonizan una película para televisión sobre el SIDA

ulia Roberts y Mark Ruffalo protagonizan una película para televisión sobre el SIDA

Resulta difícil no simpatizar con los 80, aunque, si el ejercicio de memoria se afina, enseguida aparecen Ronald Reagan, Margaret Thatcher y otras figuras controvertidas, por no hablar de los yuppies… En puridad, aquella fue también una década terrible, en la que se descontrolaba el contagio por el VIH mientras muchos se empeñaban en circunscribir ese virus al territorio supuestamente lejano de los ambientes homosexuales. Este martes se celebra el día mundial de la lucha contra el Sida, un propósito especialmente relevante en España, donde, por encima de la media europea, más de 3.000 personas reciben cada año el diagnóstico de esa enfermedad.

Ryan Murphy, un autor bendecido por el éxito gracias a series tan arriesgadas como el musical adolescente Glee y la aterradora saga American Horror Story, se ha comprometido con la causa a través de The Normal Heart, una TV movie de HBO que se estrena a las 22.30 horas en Discovery MAX. “Este proyecto era una pasión personal”, explica Murphy en declaraciones facilitadas por correo electrónico a EL MUNDO.

Subraya Murphy su admiración “desde estudiante” por Larry Kramer, narrador autobiográfico de la parálisis generalizada en la Nueva York de los primeros 80 por la que se extendía la enfermedad. Si en su paso por teatros el relato de Kramer fue reconocido con un Premio Tony, esta versión televisiva, en la que ese autor ha firmado como guionista, cuenta con un Globo de Oro y un Emmy. Las localizaciones del rodaje han tratado de situarse en el mismo epicentro de aquella crisis, como la costera -y festiva- Fire Island.

La película termina en 1984, antes de que hubiera incluso pruebas de VIH (…) Cuando la gente no estaba escribiendo sobre esto, ni había soluciones a la vista, Kramer ya recogía su experiencia“, destaca Murphy, que calcula que esta TV moviecontiene en torno a “un 40 o 45% de nuevo material”. La protagonizan Mark Ruffalo (Zodiac), Matt Bomer (Ladrón de guante blanco), Taylor Kitsch (True Detective), Jim Parsons (The Big Bang Theory) y Julia Roberts (Pretty Woman).

“Se trata de una historia casi shakespeareana por sus altibajos, algo que siempre me ha atraído; una pieza de época, pero aun así moderna”, valora Murphy, que ha testado The Normal Heart con “veinteañeros homosexuales” para comprobar sus reacciones ante esta “película sobre derechos civiles”.

Las barras y las estrellas, en consecuencia, no lucen como en la imagen: “Al final, hablamos sobre el presidente Reagan y sobre Ed Koch [alcalde de Nueva York] y el legado de ambos, y ninguno hizo realmente nada… Así, la Historia nos muestra que algo que podría haber sido menos trágico creció hasta convertirse en una epidemia global. Y me da la impresión de que los temas contra los que estaban luchando estos tipos son exactamente los mismos que los que combatimos hoy día”.

Cuando el VIH golpea al cerebro

El equipo médico del doctor Jordi Blanch del Hospital Clínic de Barcelona atiende a Vicente, paciente con VIH y depresión

El equipo médico del doctor Jordi Blanch del Hospital Clínic de Barcelona atiende a Vicente, paciente con VIH y depresión. JORDI SOTERAS

Desde que se desarrollaron los fármacos antirretrovirales de alta eficacia, a finales de los 90, el sida fue desapareciendo del panorama de los países desarrollados y quedó la infección crónica, pero no mortal, por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Los controles periódicos muestran si el nivel de VIH es alto en sangre o está controlado por la medicación. Sin embargo, a veces, una carga viral baja no implica que el virus esté ausente del cerebro, un lugar donde se suele ‘esconder’, y donde puede generar una alteración de su funcionamiento. Otros pacientes sufren alteraciones psiquiátricas no vinculadas a un daño en el sistema nervioso central sino debido al impacto del diagnóstico o al estigma asociado que todavía permanece en la sociedad.

Vicente (nombre ficticio, 65 años) es una de las personas con VIH que han visto cómo su salud mental se venía abajo por, como él lo define: “dos años de horror“. Si ya de por sí tuvo que afrontar el impacto de saber que era seropositivo, a esa noticia se sumó otra no menos dura, la de que su sobrina, a la que él consideraba su hija, tenía cáncer hepático por el que falleció. A los pocos meses también murió su hermana. “En todo ese tiempo no paré, me iba del trabajo al hospital y de allí al trabajo. Al final, fue un mazazo. No pude más. Los momentos de la caída no se los deseo a nadie porque es algo horroroso. Días y noches sin poder dormir”.

El aislamiento personal o la percepción de falta de soporte social, a mediano o largo plazo, pueden provocar estados de depresión crónica, “muy prevalente entre las personas con VIH si se las compara con la población general. El mismo diagnóstico puede generar reacciones de confusión, depresión, rabia y negación“, explica Jordi Blanch, psiquiatra del Hospital Clinic de Barcelona que dirige una unidad especializada en salud mental de personas con VIH.

Esta unidad, formada por dos psiquiatras y dos psicólogas clínicas, se creó en 1992, ante la necesidad de tratar problemas específicos de este grupo de pacientes. “La prevalencia de enfermedad psiquiátrica o neurológica asociada al VIH es muy alta pero muchas veces pasa desapercibida, no se tiene en cuenta“, señala Blanch en su consulta en pleno centro de Barcelona, en la que lleva trabajando desde 1994 y donde hay unos 4.000 pacientes en tratamiento activo.

Vicente reconoce que “lo del VIH lo llevó fatal”. Él, que nunca le ha gustado tomar pastillas y que ha sido más de herbolario, lleva mal el tratamiento diario (dos pastillas antirretrovirales y otra para la depresión), “pensar que cada mañana me tengo que tomar esa mierda que, por otra parte me está salvando la vida, me come el coco”.

La sociedad tampoco ayudan. “Todavía hay mucho estigma con el VIH y con la depresión también. En el caso del VIH, parece que te lo has buscado y la gente percibe la depresión como algo de cobardes; porque todavía se ve así, una persona que tiene depresión parece que es débil y yo creo que es lo contrario: a mí me cuesta mucho llorar, tras las muertes que he tenido en mi familia me fui al día siguiente a trabajar, porque hay que seguir. Pero llega un punto en que todo te supera”.

Desde la unidad del Clinic, no sólo se ofrece tratamiento farmacológico, la atención psicológica y diferencial es uno de sus pilares. “Ayudamos a los pacientes a convivir con el VIH no a malvivir. Les ayudo a afrontar los retos del diagnóstico y los cambios que van a tener”, explica Araceli Rousaud, psicóloga clínica. La terapia psicológica “es algo que reclaman los pacientes para resolver problemas y desarrollar estrategias que les servirán de por vida para enfrentarse a distintos estresores. Prefieren esto porque ya están muy medicados y añadir fármacos les cuesta”.

Pero Vicente es sólo un ‘tipo de paciente’ de los que tratan en esta unidad. “Aunque la depresión es lo más prevalente, detrás de este problema le siguen otros generados por las alteraciones del virus en el cerebro. El VIH produce una reacción inflamatoria que puede provocar psicosis, depresión, trastornos cognitivos, problemas para dormir, etc. Por otro lado, también se dan psicopatologías asociadas al consumo -cuando lo ha habido- de drogas o sustancias tóxicas como el tabaco o el alcohol. Y por último, están los efectos secundarios que pueden aparecer en algunas personas por la ingesta de algunos antirretrovirales”, explica Blanch.

Averiguar las causas

Los diferentes síndromes psicopatológicos que pueden darse en pacientes con VIH van desde los trastornos adaptativos, del estado del ánimo (depresión, manía…), de ansiedad, de personalidad (trastorno paranoide, esquizoide…), psicóticos (alucinaciones, delirios…), alteraciones de las funciones fisiológicas (trastornos del sueño, sexuales…) y las manifestaciones neuropsiquiátricas.

Silvia Cañizares, psicóloga clínica y experta en neuropsicología clínica, se encarga de valorar con pruebas específicas a los pacientes que llegan a esta unidad para determinar si existen problemas y qué tipo de problemas son. “A través del empleo de test psicológicos específicos y otras pruebas averiguamos si el virus, el tratamiento, una enfermedad psiquiátrica u otras causas (una coinfección por hepatitis C, presencia de diabetes o hipertensión, etc.) pueden contribuir a que su cerebro no funcione correctamente en algunos aspectos”, argumenta esta experta.

Las típicas funciones que pueden estar afectadas en las personas con VIH con alguno de los factores mencionados son la capacidad de memoria, la de organización, la atención, la psicomotricidad fina, la fluencia verbal o la capacidad para procesar la información. “Dentro de estas disfunciones hay grados. A veces la alteración es tan ligera que ni el paciente la percibe, en otras ocasiones la disfunción puede tener consencuencias pero que son menores, y en otros casos estas afectaciones pueden interferir gravemente en el día a día”, señala Cañizares.

Para tratar adecuadamente estos problemas, los integrantes de esta unidad del Clinic insisten en que es importante contar con un profesional especialista para que pueda tomar una decisión adecuada y establezca un tratamiento que puede consistir en cambios en el estilo de vida, estrategias para la rehabilitación neuropsicológica o métodos compensatorios que permitan suplir de algún modo el impacto de este déficit.

“Lamentablemente no suele haber suficientes recursos en todas las ciudades para poder implementar esto en el día a día. Nosotros somos afortunados porque tenemos una unidad donde hay especialistas que se dedican a esto, en muchos lugares no hay gente con una formación específica“, apunta Cañizares.

Por este motivo, expertos del Grupo de Estudios del Sida (GeSIDA) de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), la Secretaría del Plan Nacional sobre el sida, la Sociedad Española de Psiquiatría y la Sociedad Española de Infectología Pediátrica han elaborado el primer documento de consenso que se publica en nuestro país para un abordaje diferenciado de las alteraciones psiquiátricas y psicológicas en pacientes con VIH.

“El aumento de la complejidad de los tratamientos antirretrovirales, sus efectos secundarios psiquiátricos y sus interacciones con psicofármacos obligan a que el psiquiatra deba estar muy informado sobre la infección por VIH y trabaje de forma muy cercana al infectólogo”, señalan los autores del consenso. Idea en la que también insiste Blanch, que forma parte del grupo que ha elaborado este documento, “es importante que en los sitios donde haya psiquiatras esté al menos uno formado en VIH, como es una enfermedad en constante evolución es necesario que haya alguien formado”.

Vicente ha sido uno de los pocos afortunados en España que ha recibido atención psiquiátrica de una unidad especializada en VIH. “Jordi [Blanch] me ha tratado como un amigo, he venido muchas veces a hablar con él”. Ahora se encuentra mejor que este verano, y sigue yendo al gimnasio todos los días, al cine cuando puede sin dejar de lado la música o la lectura. El último libro en el que está enfrascado es El Hotel Nirvana, de (Manuel) Leguineche, “es la historia del mundo a través de los mejores hoteles del mundo. Muy bueno, te lo recomiendo. Es un libro que cuando tienes un momento ofuscado, vale la pena”.

Día del SIDA: Avance mundial, retroceso en España

Pilar Estébanez, médico y presidenta de la Sociedad Española de Medicina Humanitaria

Hace más de treinta y cinco años que se inició la pandemia del VIH/SIDA, y como cada 1 de diciembre hacemos balance de los avances en la lucha contra la enfermedad y recordamos los muertos desde que en 1981 se diagnosticó por primera vez: desde esa fecha han sido diagnosticados más de 82 millones de personas, de los que han fallecido 42,3 millones, el 80 por ciento de ellos en países de rentas bajas, principalmente africanos. Podemos hablar de avances a nivel global, pero tenemos que ser muy críticos con las políticas que nuestro país está llevando a cabo: España lidera el número de infecciones entre los países europeos.

 

Pilar Estébanez
Los datos de la enfermedad, a día de hoy, son los siguientes: en 2014 36,9 millones de personas viven con la enfermedad. Esta cifra sigue aumentando en parte debido a que gracias al acceso a las terapias basadas en antirretrovirales, las tasas de mortalidad han disminuido y los enfermos viven más tiempo. A junio de 2015 15,8 millones de personas tienen acceso a tratamiento. Al mismo tiempo, aunque la cifra de nuevas infecciones ha disminuido, sigue siendo inaceptablemente alta: en 2014 dos millones de personas se infectaron y 1,2 millones de personas murieron por enfermedades relacionadas con el virus. Así, el VIH/SIDA sigue siendo la primera causa de mortalidad por enfermedades infecciosas en el mundo, superando a la mayoría de las grandes epidemias que ha sufrido la Humanidad a lo largo de la Historia.

A pesar de esos datos, sin embargo, hay que reconocer los hitos positivos, e incluso la propia percepción que sobre la enfermedad tiene ahora la sociedad: gracias a los avances en los tratamientos a partir de los años noventa hemos pasado de considerarla como una enfermedad “terrible” o “mortal” a considerarla una enfermedad crónica.

También se han producido avances en las políticas de educación para la prevención, así como en los programas de Reducción de Daños y Educación Sexual.

La situación a la que se llegó a principios de este siglo llevó a organizar en el año 2001 una Asamblea de Naciones Unidas para plantear una batalla global contra la enfermedad y hacer accesibles los medicamentos. Se creó entonces el Fondo Global para la Lucha contra el SIDA, la malaria y la tuberculosis.

En el año 2003 se iniciaron los primeros programas de Acceso a los tratamientos  antirretrovirales, que llegan, en la actualidad, a casi 16 millones de personas. Gracias a esa masiva extensión de los medicamentos, se produjo un descenso radical en la mortalidad, y una disminución de la carga viral de los pacientes. También se ha logrado un drástico descenso de los nuevos casos: una caída del 35% desde el año 2000 (58% en los niños) y una disminución en un 42% de los fallecimientos. La Respuesta Global ha evitado, en este período, 30 millones de nuevos casos y cerca de ocho millones de muertes.

En el último Informe De ONUSIDA se constata como objetivo poner fin a la epidemia en el año 2030, puesto que ya se dispone de los medios, incluidos los financieros.

Aún no contamos con la vacuna, pero las estrategias están demostrando su eficacia: el acceso universal a los antirretrovirales, la identificación de las poblaciones vulnerables (programas dirigidos a las prostitutas de Kenia, por ejemplo), la disponibilidad de test de autodiagnóstico, el trabajo con las comunidades, la implementación de la respuesta rápida (comenzar el tratamiento como medida preventiva) como se ha demostrado con éxito en San Francisco (EEUU), o el acceso del tratamiento a los presos diagnosticados.

Sin embargo, este cierto grado de optimismo no es similar en todas partes del mundo. Hay dos áreas geográficas, donde las tasas eran bajas, donde está creciendo la epidemia: Oriente Medio y Norte de África, donde el número de personas que han adquirido la enfermedad ha aumentado en un 26% entre los años 2000 y 2014.

La otra área que preocupa es Europa del Este y Asia Central, donde el número de nuevas infecciones aumentó en un 30% en ese mismo período.

España, fuera de juego

El éxito del Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la tuberculosis y la malaria depende de las aportaciones financieras. El Fondo Mundial es la principal organización que promueve la investigación científica y la prevención en este campo y destina al año unos 4.000 millones de dólares (3.200 millones de euros). Dicho presupuesto depende de la aportación de los distintos países: España llegó a ser el cuarto mayor donante entre los años 2008 y 2010 con una aportación de 200 millones de dólares, lo que permitió que millones de personas accediera a los tratamientos y salvaran su vida, así como permitió millares de infecciones nuevas.

A día de hoy, nuestro país no aporta ni un solo euro.

El 70% del dinero que recauda el Fondo Mundial procede de la Unión Europea (UE). Así, en la última Conferencia de Reposición Financiera celebrada en diciembre de 2013, en la que cada gobierno anuncia su aportación para los siguiente tres años, el miembro europeo que más aportó fue Reino Unido, con 1.600 millones de dólares (1.280 millones de euros). Justo por detrás se sitúan Francia, con una donación de 1.400 millones de dólares (1.120 millones de euros), y Alemania, con 1.260 millones (en euros, 1.000 millones). Asimismo, los países nórdicos están aportando para los años 2014, 2015 y 2016 un total de 750 millones de dólares.  Estados Unidos, aportará al Fondo 5.000 millones de dólares durante los próximos tres años.

España, sin embargo, no aportará nada durante el próximo trienio y esto ocurre desde 2011, pese a que se había comprometido a colaborar con 10 millones de euros en 2012, cosa que no ha sucedido. Durante el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, nuestro país llegó a estar entre los primeros donantes. Ahora no aportamos ni un céntimo.

Durante 2013, el Congreso de los Diputados aprobó dos ambiciosas proposiciones no de ley con el respaldo unánime de todos los Grupos Parlamentarios que instan al Gobierno a priorizar, financiera y políticamente, la causa global de la lucha contra el SIDA, la tuberculosis y la malaria. Sin embargo, esto no ha sido suficiente para que el Gobierno incluya esta partida en sus presupuestos. Tampoco, por supuesto, las peticiones que se han hecho desde la sociedad civil, organizaciones y asociaciones.

Situación preocupante de la epidemia en España

Quizás esa falta de compromiso tenga que ver en que las cifras de nuestro país no sean buenas: en España hay entre 130.000 y 160.000 personas con VIH/SIDA, según el Ministerio de Sanidad. Solo en 2014 se registraron 3.278 nuevos casos, de los que el 46,6% fueron diagnósticos tardíos. En concreto, el 35% de los nuevos casos de diagnosticaron a menores de 29 años y el 30% del total de españoles que tiene VIH/SIDA desconoce que es positivo, una tasa por encima de la media europea. La mayoría son jóvenes (la edad media es de 35 años) y varones que tienen sexo con otros hombres (60,2%).

Tal y como nos encontramos en la actualidad en cuanto a la efectividad de los tratamientos, eso significa que más de 3.000 personas se convierten cada año en enfermos crónicos. Además de la carga personal, el cuidado y los tratamientos farmacológicos necesarios, van a suponer una pesada carga para la sanidad pública, en un momento de crisis económica sin precedentes. Además, casi dos tercios de las personas que son diagnosticadas, lo son casualmente, cuando acuden por algún problema de salud. Es decir, no saben que tienen VIH/SIDA y éste suele estar en un estado avanzado. Además, al desconocer que tienen la enfermedad, ponen en riesgo a sus parejas si no toman precauciones.

Para evitar en la medida de lo posible las consecuencias de esa ignorancia, son muchos los expertos que están pidiendo que aumente el número de pruebas del VIH/SIDA que se hacen cada año, incluyéndolas de forma rutinaria en los análisis que se efectúan en los centros de atención primaria, o bien favoreciendo, a través de campañas, la concienciación de la población que haya mantenido conductas de riesgo para que se hagan el test. Sólo así podrá reducirse el riesgo de nuevos contagios por ignorancia, y sólo así las personas infectadas comenzarán su tratamiento en los estadíos iniciales de la enfermedad.

España es el país de Europa líder en nuevas infecciones. Cómo es posible que estemos en esa situación cuando se conocen las medidas de prevención, que, además, son fáciles de llevar a cabo, como se demostró en los años 90. Los nuevos enfermos son jóvenes, y con prácticas homosexuales, y la enfermedad crece en ese colectivo precisamente porque en nuestro país se ha perdido el miedo a la enfermedad y se ha dejado de hacer campañas de prevención. En los últimos años no se ha hecho ni una sola campaña específica de prevención. Por ejemplo, los jóvenes no saben cómo prevenir la infección con unas prácticas sexuales adecuadas: dilatación anal, uso de lubricantes, uso de preservativos, etc. A los gais no se les enseña a vivir la sexualidad de forma sana, como si aún existieran prejuicios o culpabilidad o vergüenza. No existe educación sexual adecuada, ni en los centros de enseñanza ni en las familias, y tiene que ver con la discriminación y el estigma que aún se mantiene hacia la población homosexual.

Esta situación ha llevado a que las asociaciones de homosexuales contra el VIH se han proclamado en rebeldía con el Ministerio de Sanidad, por lo que no van a acudir  a los actos institucionales que se celebran el 1 de diciembre. Por ejemplo, la catalana Plataforma Gais contra el VIH, que aglutina a las ongs Afírma’t y Projecte dels NOMS-Hispanosida, han denunciado la “falta de voluntad política” del departamento que dirige el consejero catalán para combatir una epidemia, que presenta unos 700 casos nuevos cada año en Cataluña.

Las asociaciones también han exigido que se empiece un estudio clínico de la profilaxis pre-exposición, la nueva técnica terapéutica que consiste en administrar antiretrovirales a una persona antes, durante y después de mantener relaciones de riesgo. El éxito de esta técnica ya ha sido probado en proyectos de investigación europeos y Francia dio luz verde a la terapia y empezará a suministrar la píldora preventiva de forma gratuita a partir de diciembre.

Otra gran barrera se produce en el acceso de los inmigrantes en situacion irregular al Sistema Sanitario a raiz de la entrada en vigor del Real Decreto 16 /2012, que ha supuesto la pérdida del derecho de atención sanitaria pública y gratuita para aquellas personas inmigrantes y todos los españoles que no puedan acreditar la pertenencia a la Seguridad Social. Esto ha supuesto que muchos colectivos vulnerables los propios inmigrantes y jóvenes sin aceso a la vida laboral han visto vulnerado su derecho a la asistencia sanitaria, lo que se traduce en dificultades para acceder a los medios de prevención y a todos los programas de salud.

En este sentido, la Dirección General de Salud Pública, Calidad e Innovación publicó en 2013 una enmienda al RD 16/2012 en el que se recogen algunas excepciones a la norma en situaciones que supongan un riesgo para la Salud Pública. En este documento se incluye el VIH como “enfermedad infecciosa que requiere de un tratamiento médico prolongado o crónico y que sin tratamiento puede suponer un riesgo de Salud Pública por su capacidad de transmisión y dificultad en su control”. A pesar de esto, el acceso al sistema sanitario de las personas inmigrantes que viven con VIH en situación irregular sigue siendo deficiente y muy desigual, por la falta de información de los profesionales y de las poblaciones vulnerables. Consecuentemente, entre la población infectada en este último año, un pocentaje no desprediciable corresponde a grupos con dificultades de acceso al Sistema Sanitario, y que tardará, seguramente, mucho tiempo en saber que tiene la enfermedad, con lo que eso significa de riesgo para su entorno. Y aunque estas restricciones no existan para el tratamiento, el hecho es que se restringe administrativamente el acceso.

Como vemos, cada 1 de diciembre nos encontramos con los mismos hitos en el avance mundial, y tropezamos con las mismas piedras que en nuestro país se ponen para que el avance contra esta enfermedad continúe.

Una de cada tres personas con VIH desconoce que tiene el virus

La Agència de Salut Pública de Barcelona alertó de la relajación en el uso del preservativo por parte de la población joven

Una de cada tres personas con VIH desconoce ser portadora del virus, según Creu Roja, que ha impulsado junto a Creu Roja Joventut la campaña ‘Posa-te’l. Què més dóna? Sí que dóna’, en el marco del Día Mundial contra el Sida.

BARCELONA. Busca minimizar el impacto y alertar del diagnóstico precoz, porque el 50% de los casos se detecta tarde, pese a la gratuidad y confidencialidad de la prueba, ha informado la entidad este lunes en un comunicado.

La campaña consistirá en realizar acciones de información y sensibilización en diferentes puntos del territorio catalán para promover el diagnóstico precoz en personas con prácticas de riesgo entre ciudadanos y sanitarios.

La Agència de Salut Pública de Barcelona alertó de la relajación en el uso del preservativo por parte de la población joven y del incremento de casos de infecciones de transmisión sexual.

El informe de vigilancia epidemiológica de la infección del VIH y Sida –de diciembre de 2014–, recoge un total de 763 casos de nuevos diagnósticos de VIH, 147 de los cuales son menores de 30 años –un 19,23%–.

RELACIONES SEXUALES Y DROGAS, De las orgías al Chemsex

DIFERENTES ASOCIACIONES Y COLECTIVOS TEMEN QUE ESTA TENDENCIA QUE AÚNA DROGAS Y RELACIONES SEXUALES CONLLEVE UN REPUNTE EN EL CONTAGIO DEL VIRUS DEL SIDA Y EN LA ADICCIÓN A LAS NUEVAS SUSTANCIAS ESTIMULANTES

HASTA 72 horas. Eso es lo que puede durar una fiesta Chemsex, en la que drogas y relaciones eróticas se combinan a lo largo de todo el fin de semana. Sin parar, sin comer, sin dormir. Según Marco Imbert, coordinador de la Asociación T4 de lucha contra el sida, esta nueva tendencia en auge entre los colectivos gays ya ha aterrizado en Euskadi. “Casos directos no conocemos, pero a través del seguimiento que realizamos en las redes sociales sí que hemos encontrado diferentes invitaciones a este tipo de fiestas”.

Originario de Gran Bretaña, donde está siendo analizado por las autoridades sanitarias debido al temor de que conlleve un repunte del contagio del virus del sida, el Chemsex -Chemical sex o Sexo químico, si se prefiere- es un fenómeno social que ya se ha asentado en Madrid y Barcelona y que empieza a llegar a Euskadi. A diferencia de anteriores tendencias, esta no se da ni en pubs, ni en discotecas ni en lugares públicos, sino en apartamentos y casas particulares.

 

Las farmacias vascas han realizado más de 18.400 pruebas del VIH desde 2009

Además de la detección de la infección por el virus, el programa  permite realizar una labor de información y educación sanitaria 

Las farmacias vascas han realizado más de 18.400 pruebas del VIH  desde 2009, un total de 1.883 personas en lo que va de año. El  programa de detención permite, además, realizar una labor de  información y educación sanitaria a la población, ha destacado el  Consejo de Farmacéuticos del País Vasco.

BILBAO.Con motivo del Día Mundial del SIDA, que se conmemora el próximo 1  de diciembre, el Consejo de Farmacéuticos del País Vasco ha realizado  un balance del programa del Test Rápido del VIH, que se lleva a cabo  en medio centenar de farmacias vascas.

Desde marzo de 2009, cuando se puso en marcha dicho programa,  hasta septiembre de 2015, se han realizado 18.407 test en las  farmacias acreditadas, con una prevalencia de resultados positivos  del 1 por ciento.

El número de test realizados experimenta pocas oscilaciones,  registrándose un ligero aumento en 2014 respecto a años anteriores.  Si en 2013 se realizaron un total de 2.389 pruebas (316 en ARaba, 753  en Gipuzkoa y 1.320 en Bizkaia), en 2014 se contabilizaron un total  de 2.837 (376 en ARaba, 900 en Gipuzkoa y 1.561 en Bizkaia).

A falta de los tres últimos meses del año, en 2015 han acudido un  total de 1.883 personas a las farmacias vascas para realizarse el  test rápido del VIH (241 en Araba, 645 en Gipuzkoa y 997 en  Bizkaia).

POSITIVOS

En lo que se refiere a positivos, también 2014 supuso un ligero  aumento con 30 casos respecto a los 25 de 2013. En lo que llevamos de  año, se han contabilizado 18. Precisamente, en estos casos en los que  el test resulta positivo, hay que destacar el protocolo de derivación  asociado al programa, y que se traduce en que, en menos de 24 horas,  el paciente es atendido en un centro de referencia de Osakidetza (uno  por cada territorio) para proceder a la confirmación del resultado y,  en caso necesario, iniciar el tratamiento lo antes posible.

De las personas que acuden a las farmacias a realizarse el test,  el 18,1% son HSH (hombres que tienen sexo con hombres), el 45,6% son  hombres heterosexuales y el 26,2% mujeres. Así, el perfil del usuario  es el de un varón heterosexual de entre 30 y 40 años que ha mantenido  prácticas de riesgo.

No obstante, el colectivo donde más está incidiendo la infección  son los HSH, ya que supone prácticamente la mitad de los casos  positivos detectados en las farmacias.

La prueba consiste en una pequeña punción en un dedo, para extraer  una gota de sangre que se deposita en una tira reactiva, y en tan  solo 15 minutos se obtiene el resultado. En los resultados negativos,  la fiabilidad del test rápido es del 100%, siempre que hayan  transcurrido al menos tres meses (periodo ventana) desde la última  práctica de riesgo. La prueba tiene un coste para el usuario de 5  euros.

El programa del Test Rápido del VIH comenzó con 20 farmacias  acreditadas, pero se han ido incorporando más de forma paulatina,  hasta llegar al medio centenar que hay en la actualidad (7 en Araba,  16 en Gipuzkoa y 27 en Bizkaia), lo que indica “el buen  funcionamiento y estimación de este programa”. Según las encuestas  realizadas, los usuarios valoran positivamente la posibilidad de  realizar el test del VIH en las farmacias por la rapidez en el  resultado, la accesibilidad tanto geográfica como horaria, además del  anonimato de la prueba.

Probablemente uno de los aspectos de mayor valor y eficiencia haya  sido que a lo largo de los más de seis años de andadura, 18.407  personas que han mantenido prácticas de riesgo han podido recibir  información y educación sanitaria sobre el VIH.

El colectivo gay concentra la mitad de los nuevos casos de VIH de Euskadi

OSAKIDETZA ATIENDE A MÁS DE 6.000 PACIENTES SEROPOSITIVOS, 5.500 DE ELLOS CON TRATAMIENTO ANTIRRETROVIRAL, Y DIAGNOSTICA TRES CONTAGIOS A LA SEMANA

BILBAO – La epidemia de VIH permanece latente en la sociedad aunque parezca algo del pasado. Y preocupan fenómenos como que la transmisión del virus entre homosexuales que no usan preservativo haya aumentado un 33 % en Euskadi en la última década o que casi la mitad (un 48%) de las nuevas infecciones registradas el pasado año se transmitiera a través de este tipo de relaciones. Osakidetza atiende actualmente a 6.000 pacientes seropositivos, de los que nueve de cada diez reciben tratamiento antirretroviral. Además cada año se detectan alrededor de 150 casos nuevos, tres por semana. En concreto, el 2014 fueron 152 los diagnósticos frente a los 143 de 2013.

Marta Pastor: “Algunos seropositivos elegirían tener cáncer a sida”

PRESIDENTA DE LA COMISIÓN CIUDADANA ANTISIDA

Marta Pastor, presidenta de la Comisión Ciudadana Antisida

Marta Pastor, presidenta de la Comisión Ciudadana Antisida

Revela que el ‘positivo’ de Charlie Sheen no ha aumentado el número de consultas pero sí ha ayudado a que algunas personas no se sientan tan excluidas

BILBAO – ¿La sociedad le ha quitado el miedo al VIH?

-Para nada. No existe el miedo que había en los 90 y se ha relajado mucho la prevención. Pero, a la hora de la verdad, cuando se hacen la prueba, la gente no va cómo cuando se mira el colesterol o la glucosa. Porque el VIH no es igual que otras infecciones. Está estigmatizada. Además, la gente se sigue infectando. Fundamentalmente a través de la transmisión sexual, sobre todo en el grupo de hombres que tienen sexo con otros hombres. En los 90 las transmisiones se daban mucho por el consumo de drogas. Ahora se contagia mucha gente joven porque el grupo principal de diagnósticos se sitúa entre 30 y 39 años.

¿Qué pasa con una persona que se infecta hoy en día?

-Sí se lo detectan pronto y se pone en tratamiento va a tener una calidad de vida y una esperanza de vida prácticamente igual que la de cualquier otra persona. Hoy es una infección crónica clínicamente hablando. El tratamiento impide que el virus se replique en el cuerpo e impide que el virus ataque el sistema inmunitario y que las defensas no desciendan. Con lo cual el cuerpo puede simular que no tiene virus porque con los fármacos la carga viral es indetectable. La gente no conoce que cuando una persona toma el tratamiento y responde bien, no puede transmitir su virus. Si todo el mundo que supiera que es seropositivo se tratase, la transmisión podría frenarse de modo radical.

¿Todavía hay gente que no lo sabe?

-Por supuesto. Se estima que el 40% de las personas con VIH no lo sabe. De media, desde que una persona se infecta hasta que desarrolla el sida pueden pasar diez años si no sabe que tiene el virus. Y es un tiempo perdido. Porque el sida es la progresión del VIH cuando ya hay presencia de síntomas y el sistema inmunitario está muy deteriorado y van apareciendo determinadas enfermedades por la acción del virus.

Pero en tres décadas el panorama ha cambiado mucho.

-Sí, es verdad que clínicamente los avances en los tratamientos han sido muy importantes en estos treinta años. Sin embargo, todo el mundo se asusta un montón cuando se hace la prueba del VIH. Cuando se ponen en la tesitura de tener la infección, se ponen muy nerviosos. En cierta medida hay una especie de disociación. Por una parte, es un problema controlado y, por otra, cuando nos toca nos morimos de miedo. Será por algo.

¿Porqué?

-Será porque todo no está tan controlado. Lo que pasa es que regular la conducta sexual, la más íntima del ser humano es muy complicado. No todo el mundo es capaz de usar el preservativo en todas sus relaciones y desde el principio.

¿Cómo se cuela el VIH entre la sociedad?

-La situación ha cambiado. Nosotros llevamos desde los 80 trabajando con los colectivos más vulnerables que tienen que ver con las vías de transmisión del virus, es decir, sexo sin protección y el consumo de drogas. Y en 1988 ya pusimos en marcha el primer intercambio de jeringuillas de toda España. Ahora, los colectivos más afectados son los hombres que tienen sexo con otros hombres. Pero el virus también se cuela entre los usuarios de drogas que viven en exclusión social, personas que ejercen la prostitución y sus clientes. Y personas inmigrantes que, por su situación de irregularidad, no tienen acceso a tanta información ni a tanta prevención. El colectivo de presos también es importante porque muchos sufren toxicomanías, por eso hay que garantizar las condiciones sanitarias en prisión.

La gente ya no muere de sida.

-Sí, pero algunos seropositivos cuando reciben su resultado positivo dicen que preferirían tener cáncer a tener sida. Cuando Aintzane o Aitor, es un ejemplo, reciben la confirmación de su positivo, se quedan destrozados porque dicen que no se lo pueden contar a nadie. Por eso, la enfermedad no está superada. Ni mucho menos. Es una infección que afecta a la esfera afectiva y sexual, y a la gente le parece que se le acaba la vida en pareja y que se le acaba la vida con amigos porque cuando eres seropositivo estás discriminado y estigmatizado.

¿Los casos de VIH van paralelos a las enfermedades de transmisión sexual?

-Sí, casi siempre. Es algo que sucede a nivel global. No sólo hay un aumento de VIH también de otras enfermedades de transmisión sexual como la sífilis.

Aumenta el número de casos de VIH en Navarra, con 49 el año pasado

Salud advierte de que la prevención y la detección temprana de la infección son elementos claves para evitar la transmisión de la enfermedad

PAMPLONA. Salud advierte de que continúa el aumento del número de infecciones por VIH ligadas al mantenimiento de relaciones sexuales sin protección que, en Navarra, han pasado de 32 casos en 2012 a 49 en 2014, un 53,1 por ciento más, por lo que considera que la prevención y la detección temprana de la infección son elementos claves para evitar la transmisión de la enfermedad.

En este sentido, y con motivo de la celebración el próximo día 1 del Día Mundial contra el Sida, desde el Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra se insiste en que, a falta de un tratamiento curativo o de una vacuna, la prevención continúa siendo el elemento más importante de lucha contra el VIH.

Se recomienda a todas aquellas personas que mantienen prácticas sexuales de riesgo la realización de la prueba de detección de la infección. El análisis es accesible, gratuito y confidencial, y cualquier persona puede solicitarlo a su médico de familia, en cualquier Centro de Salud Sexual y Reproductiva y en los centros gestionados por ONG (en Navarra, SARE y la Comisión Ciudadana Antisida).

Se recuerda, además, que el uso del preservativo es la medida de prevención más eficaz que previene tanto del VIH como de otras infecciones de transmisión sexual o embarazos no deseados, ha informado el Gobierno en una nota.

49 NUEVOS CASOS EN 2014

En 2014 se registraron en Navarra 49 nuevos casos de infección por VIH, continuando el repunte constatado en 2013 (44 casos), frente a los 32 correspondientes a 2012. En total, 1.107 personas conviven con la infección y se estima que más de 300 personas la tienen sin saberlo.

Los diagnósticos de sida (etapa evolucionada de la infección, con aparición de enfermedades oportunistas) y de fallecimientos (10 y 4 respectivamente en 2014), por el contrario, continúan el descenso iniciado a partir de la introducción de tratamientos antirretrovirales de alta eficacia a mediados de los 90.

Por sexo, el número de hombres diagnosticados en los últimos años triplica al de mujeres. Por categorías de transmisión, como se ha mencionado, predomina la ligada a relaciones sexuales no protegidas, a diferencia de sus inicios en que predominaba la transmisión por material compartido de inyección para uso de drogas.

En más de un 50 por ciento de los nuevos casos, el diagnóstico es tardío, lo que implica que se han perdido oportunidades para la mejora de la situación personal mediante el acceso al tratamiento y por otra parte se ha facilitado la transmisión. Este dato refuerza la importancia de la realización de la prueba de VIH, tal y como recomienda el ISPLN y los servicios asistenciales.

En Navarra, la asistencia médica especializada a personas enfermas de sida se realiza en el Hospital Reina Sofía de Tudela y en el Complejo Hospitalario de Navarra, siendo este último el centro de referencia para el tratamiento de la enfermedad desde el inicio de la epidemia en los años 80.

La remisión de la mayoría de pacientes se hace desde Atención Primaria y, en menor medida, desde Atención Especializada, tras el hallazgo de patologías relacionadas. Un tercer grupo, minoritario, lo integran personas no diagnosticadas previamente que ingresan por patologías graves asociadas a sida.

Las consultas médicas de seguimiento son ambulatorias, y se estima que en el CHN se realizan más de 1.500 anuales. En la actualidad, se ofrece tratamiento antirretroviral a todas las personas con infección, independientemente de su carga viral y su situación inmunológica, con el fin de reducir sus riesgos y evitar en lo posible la transmisión. El tratamiento es personalizado, principalmente en función del estadío y evolución de la enfermedad.

EL 1 DE DICIEMBRE, CONCENTRACIÓN CONTRA EL SIDA

Como cada año, este próximo 1 de diciembre se conmemora el Día Mundial contra el Sida para fomentar la concienciación pública y la implicación de la sociedad en la prevención de la enfermedad. Este año, el lema se centra en evitar el estigma y la discriminación como apoyo a los derechos humanos de las personas infectadas, y en el fomento de la prevención.

Con este motivo, ese día se ha convocado una concentración ante el Parlamento de Navarra, a las 13,30 horas, por parte de las asociaciones ciudadanas que trabajan en la prevención de la enfermedad, abierta a los grupos parlamentarios así como a la ciudadanía en general.

Además, en colaboración con la Filmoteca de Navarra, el ISPLN ha organizado la proyección de la película ‘Dallas Buyers Club’, una reflexión sobre las diferentes respuestas personales de vidas cercanas al sida. Tendrá lugar el mismo día 1, a las 20 horas, en la sede de la Filmoteca (Paseo Antonio Pérez Goyena, 3, Pamplona), al precio de 1 euro.