Un centenar de niñas y niños guipuzcoanos son transexuales

chrysallis

“Apostamos por la difusión del conocimiento de esta realidad porque es la mejor lucha contra el acoso” “Nuestros niños no son enfermos sino parte de la diversidad existente y tienen que ser felices”

DONOSTIA – La asociación de familias con menores en situación de transexualidad Chrysallis estima que un centenar de familias de Gipuzkoa están viviendo esta circunstancia. Además, temen que más del 90% abordan este proceso en la intimidad, con las dificultades y angustias que ello conlleva, ya que se trata de una realidad desconocida para la gran mayoría de las personas, que muchas veces carecen de las herramientas necesarias para hacerle frente.

Chrysallis se constituyó el 8 de marzo de 2015 en Euskadi con ocho familias. Un año después, ya atiende a 24 -ocho de ellas en Gipuzkoa-, una cifra que se eleva a 250 en el conjunto del Estado. No obstante, la asociación estima que el número de personas que no recibe ningún apoyo para afrontar esta realidad es mucho mayor. Tomando como referencia diversos estudios internacionales, calculan que uno de cada 1.000 niños nace con unos genitales que no les corresponde. Así, un centenar de familias guipuzcoanas podrían tener menores en situación de transexualidad.

Dos representantes de Chrysallis, Aingeru Mayor y Abi Labaien, comparecieron ayer en las Juntas Generales para dar cuenta de la situación que viven las familias que integran esta asociación, que apenas tiene un año de vida en Euskadi. Y lo hicieron con un propósito claro: reclamar a la Diputación de Gipuzkoa que ponga en marcha una campaña informativa que permita visibilizar la realidad que viven estos menores y su entorno y pedir una mayor formación o especialización de los profesionales sociales para que puedan llevar a cabo el proceso de acompañamiento de la mejor manera posible.

Partiendo de la base de que la tasa de intentos de suicidio de los transexuales -que se sitúa en el 41%- está directamente ligada con la aceptación de su identidad durante la infancia, la asociación demanda que se pongan en marcha campañas que permitan a las familias afectadas “entender qué está pasando y aprender a ver a sus hijos conforme a los que son y no conforme a unos genitales”, señaló Mayor.

De esta forma, pidieron a la Diputación que aproveche las marquesinas o la inserción de publicidad en los medios de comunicación para visibilizar la realidad de este colectivo. En este sentido, consideraron que la herramienta más efectiva para luchar contra el acoso que pueden sufrir estos niños es la información.

Asimismo, demandaron una mayor formación de los profesionales que trabajan en el sector de los servicios sociales. “En el último año, en Gipuzkoa ha habido dos casos de menores en los que los profesionales desconocían la realidad de la transexualidad y no se ha hecho el acompañamiento que se debía. No es que la acogida o la atención no hayan sido buenos, pero el acompañamiento no ha sido el que debía”, expuso Mayor, que subrayó la importancia de que en este tipo de servicios “haya una persona de referencia que pueda realizar el seguimiento” oportuno.

Sin embargo, estas no son las únicas reclamaciones que hace Chrysallis a las instituciones. La asociación, que está en “contacto permanente” con el Gobierno Vasco, pide al Departamento de Educación la creación de un Plan Integral de Formación en los centros escolares. Entienden que el trabajo que se está haciendo con los docentes es “muy bueno”, valorando muy positivamente la creación de un protocolo de actuación en los centros cuando se encuentran con un menor en estas circunstancias. No obstante, creen necesario formar también al resto de padres del aula, así como hacer una intervención pedagógica con todos los niños.

En esta misma línea, reclaman que se cree material escolar para que los docentes puedan abordar la transexualidad en sus clases.

Asimismo, al Departamento de Salud le instan a crear un servicio específico de atención y acompañamiento de estas familias. Además, piden a las instituciones que se involucren y promocionen la creación de literatura sobre transexualidad en menores, porque todavía es “inexistente”.

Finalmente, exigen que se avance en la Guía de la Atención de Personas Transexuales y lamentan que, el DNI transitorio con su nueva identidad que se otorga a quienes no han sido sometidos a una reasignación genital “no sirve de nada”, ya que no hace mención alguna al sexo de la persona, sino únicamente a su nuevo nombre, por lo que será solo “una base de datos” que “no garantizará los derechos” de este colectivo.

El Supremo cuestiona si cambio de identidad sexual debe exigir más de 18 años

MADRID. El Tribunal Supremo ha preguntado al Constitucional si es acorde con la Constitución el artículo 1 de la norma que regula el cambio de identidad sexual en el Registro Civil, el cual exige la mayoría de edad para efectuar dicha modificación.

La ley reguladora de la rectificación registral relativa al sexo de las personas immpone que para cambiar ese dato la persona afectada tenga más de 18 años.

La Sala de lo Civil del Supremo ha presentado un auto ante el Constitucional defendiendo que las personas menores de edad son titulares de derechos fundamentales y pueden defenderlos con una justificación adecuada y en proporción a su madurez.

Se trata del caso de un joven de 14 años que tiene escritos médicos y el apoyo de sus padres en su favor y el suficiente grado de madurez, según aprecia el tribunal, pero al cual la ley no permite efectuar el cambio, lo que ha llevado a la sala a cuestionar ante el TC si la norma es acorde con la Constitución.

El Supremo plantea facilitar el cambio legal de identidad sexual antes de los 18 años

Considera que los menores «son titulares de derechos fundamentales» y duda de la constitucionalidad del actual texto legal

Mónica charla con su hijo Leo, el primer niño transexual de Euskadi al que Osakidetza trata con una terapia hormonal

Mónica charla con su hijo Leo, el primer niño transexual de Euskadi al que Osakidetza trata con una terapia hormonal. / EFE

¿Pueden los menores de 18 años pedir un cambio legal de su identidad sexual? ¿Tienen derecho a que en su DNI figure como sexo el que siempre han sentido como propio? La respuesta a ambas preguntas es que no, aunque posiblemente sea así sólo de momento. El Tribunal Supremo ha presentado una iniciativa ante el Constitucional para que responda si se ajusta a la Carta Magna el artículo 1 de la norma reguladora del cambio de identidad sexual en el Registro Civil, según la cual sólo los mayores de edad pueden promover una iniciativa así. Pero, y si un menor de edad es lo suficientemente maduro como para dar ese paso, ¿por qué se le ha de negar? ¿No es inconstitucional impedirlo?

Ese es el conflicto que deberá resolver el más alto tribunal. La ley reguladora de la rectificación registral señala que cualquier modificación legal en lo relativo a la sexualidad de una persona requiere por parte del individuo afectado una edad mínima de 18 años. Lo dice muy claramente: «Toda persona de nacionalidad española, mayor de edad y con capacidad suficiente para ello, podrá solicitar la rectificación de la mención registral de sexo».

Madurez intelectual

El caso de un adolescente de 14 años ha llevado a la sala de lo Civil del Supremo a elaborar un auto que pone en duda la legitimidad legal del texto. El escrito no dice en ningún momento que se trate de una ilegalidad, ni siquiera de una inconstucionalidad, pero sí plantea dudas sobre este último aspecto que el Tribunal Constitucional debera responder. La resolución de esa incógnita podría implicar un cambio legal de notable repercusión social.

Escritos médicos y el testimonio de los padres avalan en el caso que ha llegado al Supremo la madurez intelectual del chico para abordar cuestiones como la sexualidad con la que se identifica. El crío nació con atributos sexuales femeninos, pero su personalidad se ha correspondido siempre con la de un niño y como tal quiere ser considerado legalmente. En su día, la familia intentó inscribirlo como un varón, pero primero lo impidió la juez titular del registro y después, el juzgado y la Audiencia Provincial. Ahora el Supremo tiene dudas.

¿En qué basa todas esas dudas? En el recurso planteado por el menor, donde el adolescente explica que se acoge al artículo 10 de la Constitución, que defiende «la dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes y el libre desarrollo de la personalidad». La jurisprudenicia existente hasta la fecha, las sentencias judiciales anteriores sobre el asunto, que se consideran como doctrina judicial, imponen que las normas sean interpretadas atendiéndose siempre al interés superior del menor. Se trata por tanto, al menos en teoría, de hacer lo que más le convenga al chico desde el punto de vista tanto legal como emocional.

Desde los tres años

El recurso se apoya en un informe firmado por un psicólogo, un psiquiatra y un endocrino que no encontraron indicios de patología alguna en el chiquillo. Los profesionales médicos aceptan que el menor asumió «un rol genérico masculino desde los tres años, presenta un fenotipo totalmente masculino y está totalmente adaptado a su rol masculino».

El planteamiento del Supremo también tiene, lógicamente, una fuerte base jurídica, que podría inclinar la balanza a favor del menor. La jurisprudencia del Supremo da prioridad a «los sentimientos profundos» de «convicción de pertener al otro sexo» frente a los biológicos, de cara a «la petición de rectificación registral». Además, según recuerdan y el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, el de Derechos Humanos, además de otras resoluciones, recomendaciones e informes de las que España es miembro, aconsejan el reconocimiento de la identidad de género a las personas transexuales».

La Asamblea de Madrid aprueba la Ley de transexualidad con la abstención del PP

La bandera arcoiris, símbolo de la lucha del movimiento LGTB, frente al Ayuntamiento

La bandera arcoiris, símbolo de la lucha del movimiento LGTB, frente al Ayuntamiento. BERNARDO DÍAZ

La Asamblea de Madrid ha aprobado la Ley Identidad y Expresion de Genero e Igualdad Social y no Discriminacion de la Comunidad de Madrid sin los votos del PP que se ha abstenido. La norma, elaborada por los grupos de la posición y que se antepuso a un proyecto de ley parecida presentada por el Gobierno autonómico, busca “la plena integración social de las personas transexuales” y que, como novedad, garantiza la integridad corporal de los menores intersexuales hasta que éstos definan su identidad”.

La aprobación de la Ley fue recogida con gran alborozo hasta el punto que la presidenta de la Cámara, Paloma Adrados, ha tenido que pedir a los ujieres que retirasen la banderas que desde los asientos de los invitados se estaban desplegando. Los diputados de PSOE, Podemos y Ciudadanos aplaudieron puestos en pie la decisión de la Cámara.

Es la primera ley de la Comunidad de Madrid que aprueba la opisición y no cuenta con el apoyo del Gobierno.

Con ella, Madrid se suma a otras comunidades autónomas que ya cuentan con una legislación sobre transexualidad, como Andalucía, País Vasco, Navarra, Extremadura y Canarias.

El texto contempla como sujetos de derecho a todas las personas residentes en la Comunidad de Madrid “sin contemplación de su nacionalidad”.

Entre las novedades de la ley, destaca la garantía de la integridad corporal de los menores intersexuales (con caracteres sexuales masculinos y femeninos) para evitar“que sean operados en su infancia para asimilarlos al patrón normativo de hombre o mujer sin saber cuál es la identidad de dicha persona”.

“Cualquier intervención quirúrgica que asimile al menor a una identidad puede ser una auténtica castración traumática”, dice el texto.

El Supremo ve inconstitucional que los menores transexuales no puedan inscribir el cambio de sexo

El Tribunal Supremo tiene serias dudas de que sea constitucional el primer artículo de la ley que regula las modificaciones en el registro civil por motivo de cambio de sexo.

El Pleno de la Sala de lo Civil ha planteado una cuestión de inconstitucionalidad para que el Tribunal Constitucional se pronuncie sobre si es acorde con la Carta Magna que los menores de edad transexuales no puedan cambiar su nombre y su sexo en el registro civil. A juicio del 10 magistrados de la Sala -uno ha votado en contra- esa exigencia podría vulnerar derechos fundamentales de los menores. En particular, la protección de la integridad física y moral, el derecho a la intimidad personal y a la propia imagen y el derecho a la salud, todos ellos en relación con el derecho al libre desarrollo de la personalidad.

El Pleno ha analizado el caso de un menor de edad que este mes cumplirá 14 años y que al nacer fue inscrito con sexo y nombre de mujer, pero que desde muy pequeño se sintió varón y prefirió usar un nombre masculino. En su demanda de cambio en el registro, presentada por sus padres, relata episodios donde se hace patente la diferencia entre el sexo que le fue asignado al nacer y el sexo que “siente” como suyo, situaciones que le provocan sufrimiento y humillación.

La norma cuestionada por el Supremo es la ley 3/2007, de 15 de marzo, “reguladora de la rectificación registral de la mención relativa al sexo de las personas”. Y el artículo 1, el que ha motivado la cuestión de inconstitucionalidad, establece que “toda persona de nacionalidad española, mayor de edad y con capacidad suficiente para ello, podrá solicitar la rectificación de la mención registral del sexo”. La clara literalidad de la norma fue la que llevó a los jueces (juez de primera instrancia y luego audiencia provinvial) a denegar, con el respaldo de la Fiscalía, la modificación del registro.

El Supremo recuerda ahora que el criterio del Constitucional es que “cualquier limitación o restricción en el ejercicio y disfrute de los derechos fundamentales por parte de los menores de edad debe tener una justificación adecuada y proporcionada”. Y en este caso el Supremo no halla motivos que justifiquen la limitación al libre desarrollo de la personalidad que conlleva la prohibición sin matices a los menores de reflejar en el registro su cambio de sexo.

“Cuando se trata”, dicen los magistrados, “de un menor con suficiente madurez, que realiza una petición seria por encontrarse en una situación estable de transexualidad, y cuando la discrepancia entre el sexo psicológico y el registral le provoca unos sentimientos de vulnerabilidad, humillación y ansiedad incompatibles con las exigencias del derecho a la integridad moral del artículo 15 de la Constitución y a la salud, entendida en su sentido más integral de bienestar físico y moral, del artículo 43 de la Constitución, y le expone al conocimiento público de su condición de transexual cada vez que ha de identificarse en el ámbito escolar, de relaciones con las administraciones públicas, etc, con la vulneración que ello supone de su derecho a la intimidad del artículo 18.1 de la Constitución, este tribunal tiene dudas”.

El Supremo resalta que en el caso concreto examinado el menor fue examinado por un equipo médico compuesto por un psiquiatra, un endocrinólogo y un psicólogo. Diagnosticaron un trastorno de identidad de género sin ninguna patología psiquiátrica que pudiera haber influido en la decisión de cambio de sexo.

Otros requisitos

La decisión de la Sala presidida por el magistrado Francisco Marían Castán cuenta con el voto particular del magistrado Ignacio Sancho Gargallo. La deliberación de la Sala sobre el asunto fue muy prolongada. Finalmente, se llegó a la conclusión de que no había margen para interpretar el artículo 1 de la ley de forma que no fuera necesaria una consulta directa al TC.

Los magistrados han rechazado en cambio la petición de los padres del menor de plantear también la posible inconstitucionalidad de otros puntos de la ley. Son los que exigen para el cambio en el registro que se haya diagnosticado una disforia de género y que el afectado lleve dos años de tratamiento médico.

La negativa no obedece al fondo de la cuestión, sino a las limitaciones propias de las cuestiones de inconstitucionalidad, que sólo permiten plantear lo que es imprescindible para resolver el caso. Y en este caso esos dos requisitos no lo son, puesto que al menor se le diagnosticó la disforia y si bien no lleva dos años de tratamiento, lo cierto es que lo comenzó en cuanto biológicamente fue posible. Así que ninguno de esos requisitos sería un obstáculo para registrar como niño al nacido niña si el Constitucional finalmente concluye que la exigencia de mayoría de edad es inconstitucional.

Una agresión por homofobia o transfobia en Madrid cada dos días

Saray, que sufrió una agresión el pasado 5 de marzo frente a la madrileña iglesia de San Antón

Saray, que sufrió una agresión el pasado 5 de marzo frente a la madrileña iglesia de San Antón / Miguel Campos

A los pocos minutos Sergio perdió el conocimiento. Uno de los empujones le hizo caer al suelo y golpearse la cabeza con un pivote metálico de los que bordean la acera. Eran las tres de la mañana y el joven caminaba por la madrileña calle Augusto Figueroa junto a un amigo cuando sintió algo en la espalda. “De repente un grupo de hombres se abalanzó sobre nosotros y comenzaron a pegarnos al grito de ‘banda de maricones'”, relata Sergio a eldiario.es.

Ocurrió el pasado 11 de febrero. En aquellas fechas, la asociación en defensa de los derechos de las personas LGTB Arcópoli contabilizaba alrededor una veintena de agresiones homófobas en la capital en lo que va de 2016. Un mes después ya lleva 32. Una cifra similar a la que el mismo colectivo registró un año antes y veinte más de las que contabilizó en todo 2014. La organización monitoriza los ataques gracias al recién creado Observatorio contra la Homofobia, Bifobia y Transfobia, que ha computado, además, seis episodios de acoso, amenazas e insultos a través de la red.

El embrión del observatorio, afirma Rubén López, vocal de delitos de odio de Arcópoli, se remonta a 2014. “Empezamos a recibir bastantes casos y un día a dos chicos les pegaron una paliza en la calle. Eso hizo que saltara la alarma”, recuerda. El apoyo psicológico y el acompañamiento si la víctima necesita asistencia sanitaria o se decide a denunciar son dos de los pilares de este servicio, que identifica “un repunte de las agresiones en los últimos meses”.

El perfil de las víctimas y las zonas y días de la semana en las que se producen la mayoría lleva a López a asociar el incremento con la mayor visibilidad del colectivo LGTB. Casi todos los casos que han registrado en lo que va de año, son de jóvenes menores de 35 años “porque ahora somos más espontáneos y naturales, en definitiva, más visibles. Antes no se nos ocurría darnos un beso en un Burguer King, por ejemplo, y ahora sí”, explica López.

La mayoría de los agredidos de los que tienen conocimiento, dice, son chicos y mujeres transexuales. Al perfil de agresor, hombre, dos chicos de la mano “le saca de sus casillas”, analiza el experto, pero no dos lesbianas. “No es una ofensa, incluso muchos lo ven como un objetivo, algo que también es violencia”. El último ataque a chicas que recuerda fue en el barrio de Malasaña. Ellas estaban agarradas de la mano “y un hombre comenzó a incomodarlas. “Bolleras, os voy a currar y así aprendéis a disfrutar”, les dijo.

En zonas cercanas a Chueca

Las zonas de Madrid en las que han tenido lugar la mayoría de ataques también son características. La plaza de Colón, Gran Vía, Cibeles… en el mismo centro de la capital y muy cerca del barrio de Chueca. “Hemos empezado a salir de él con la misma actitud que mostrábamos allí”, sentencia el también responsable del Observatorio contra la Homofobia, Bifobia y Transfobia. Además, se producen sobre todo los fines de semana, que es “cuando somos más visibles, al ir a comprar el pan puede que no vayamos de la mano, pero de fiesta sí”.

A las que sí suele ocurrirles en cualquier momento, afirma, es a las personas transexuales. Es el caso de Saray, que sufrió una agresión el pasado 5 de marzo frente a la madrileña iglesia de San Antón, donde hacía cola para recibir un bocadillo. Un grupo de cuatro hombres comenzó a mirarla fijamente mientras se reían y la insultaban. “Maricón, que te gusta chuparla”, le decían. “Uno de ellos se abalanzó sobre mí y comenzó a darme patadas, otro me agarró del cuello”, cuenta.

Saray tiene miedo. Sobre todo porque la agresión que sufrió no se quedó ahí. “Un día después volví y se acercó un hombre que me dijo ‘como les pase algo a mis amigos te mato'”. Al rato, cuenta a eldiario.es, apareció uno de sus agresores. “Me las vas a pagar, maricón”, le amenazó. La mujer, que está buscando empleo y sobrevive gracias a la ayudas que solicita al Ayuntamiento de Madrid, ha denunciado por agresiones y amenazas reiteradas. Y es que el sábado pasado volvió a cruzarse con uno de ellos, que volvió a intimidarla.

La mayoría no denuncia

Sin embargo, no son mayoría los que denuncian. Algo que preocupa, y mucho, a los colectivos como Arcópoli, que asegura que solo en torno a un 20% de víctimas lo hacen, una cifra muy similar a la que maneja la Federación de Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transexuales (FELGTB). Para su presidente, Jesús Generelo, el aumento de casos, “por lo menos, conocidos”, afirma, se debe a varios factores.

“No sabemos por qué a ciencia cierta, la visibilidad es uno de ellos, pero quizás también que la gente lo está contando más”. “Ese factor puede tener influencia”, añade López, “pero nosotros no tenemos una presencia tan grande ni hemos hecho nada estos dos últimos años como para que la gente se anime a ello”.

Según el avance del informe que anualmente presenta el Ministerio del Interior, en 2015 se produjeron 168 delitos de odio contra personas LGTB. Estos son solo los que denunciaron. Una cifra que no se puede comparar con la de otros años porque este han comenzado a contabilizar los datos de otra forma. Saray denunció a la Policía, al igual que Sergio, justo después de acudir a Urgencias. Sin embargo, su amigo no lo hizo. “No quiso. Yo creo que mucha gente no se decide, sobre todo, por vergüenza y por miedo”, opina el joven.

Generlo cree que las víctimas “siguen teniendo mucha desconfiaza ante los jueces y los agentes, de hecho, existen quejas de algunas que no han sido atendidas como corresponde”. López está de acuerdo: “Hasta el año 1988, cuando se elimina el delito de escándalo público, la Policía nos perseguía por darnos un beso”, explica. Pero, además, extiende las causas del recelo a denunciar a que “la gente quiere olvidarlo porque es un ataque a su persona y duele y muchos no quieren salir del armario”.

Lo que a Saray y a Sergio no se les quita es el miedo. El joven volvió a vivir un episodio homófobo el pasado fin de semana. “Un chico me pidió el billete de metro para pasar, le dije que no y él me soltó ‘maricón tenías que ser, como te vuelva a ver por aquí no sales vivo’”. Sergio admite que, desde febrero, su vida está condicionada. “Por el día menos, pero ya al atardecer me da pánico, voy con mil ojos y solo con que pase alguien cerca de mí, estoy alerta”.

Saray comparte el mismo sentimiento, aunque, confiesa que no es la primera vez, “llevo pasándolo mal desde que comencé la transición, hace cuatro años”. Sin embargo, cada vez que le ocurre se sorprende aún más: “Adapto mi imagen a lo que soy, una mujer, y eso hace que sea muy visible. Yo parece que voy marcada, que salgo a la calle como si fuera a la selva. Parece que todavía seguimos en dictadura, seguimos sin tener derecho a ser libres”.

El Supremo avala que también los menores de edad “maduros” puedan cambiar de identidad sexual en el registro

El Supremo cuestiona ante el TC si cambio de identidad sexual debe exigir más de 18 años

El Supremo cuestiona ante el TC si cambio de identidad sexual debe exigir más de 18 años

El Tribunal Supremo ha preguntado al Constitucional si es acorde con la Constitución el artículo 1 de la norma que regula el cambio de identidad sexual en el Registro Civil, el cual exige la mayoría de edad para efectuar dicha modificación.

La ley reguladora de la rectificación registral relativa al sexo de las personas impone que para cambiar ese dato la persona afectada tenga más de 18 años.

La Sala de lo Civil del Supremo ha presentado un auto ante el Constitucional defendiendo que las personas menores de edad son titulares de derechos fundamentales y pueden defenderlos con una justificación adecuada y en proporción a su madurez.

Se trata del caso de un joven de 14 años que tiene escritos médicos y el apoyo de sus padres en su favor y el suficiente grado de madurez, según aprecia el tribunal, pero al cual la ley no permite efectuar el cambio, lo que ha llevado a la sala a cuestionar ante el TC si la norma es acorde con la Constitución.

La Sala expone la jurisprudencia que funda la procedencia del cambio en la mención registral del sexo de las personas transexuales en principios y derechos fundamentales reconocidos en la Constitución: la protección de la integridad física y moral, el derecho a la intimidad personal y a la propia imagen y el derecho a la salud, todos ellos en relación con el derecho al libre desarrollo de la personalidad.

Según la nota hecha pública, el Supremo “considera que las personas menores de edad también son titulares de esos derechos fundamentales, aunque con limitaciones o restricciones en su disfrute que deben tener una justificación adecuada y proporcionada en la falta de madurez para ejercer el derecho o en la necesidad de protección que la propia Constitución reconoce a los menores”.

“Cuando se trata de un menor con suficiente madurez, que realiza una petición seria por encontrarse en una situación estable de transexualidad, el tribunal tiene dudas de que la restricción absoluta que supone la exigencia de la mayoría de edad para poder solicitar el cambio en la mención registral del sexo y del nombre sea acorde a los principios y derechos fundamentales citados, por lo que ha planteado al Tribunal Constitucional la presunta vulneración por parte del artículo 1 de la Ley 3/2007 de los preceptos constitucionales que los regulan”.

Las hermanas Wachowski alzan la voz

EN un mundo mayoritariamente blanco, masculino y heterosexual como el de Hollywood, el director de cine Andy Wachowski dio un paso al frente la semana pasada y, como en el pasado hiciera su hermana Lana, anunció que es una mujer transgénero.

“Así que sí, soy transgénero”, explicó Lilly Wachowski, su nuevo nombre, en un comunicado publicado en Windy City Media, un medio especializado en temas de la comunidad LGBT (lesbianas, gais, bisexuales y transexuales) de Chicago, en el que explicaba las razones de su anuncio al tiempo que reivindicaba su identidad. “Cuando vives como una persona transgénero es difícil de ocultar. Sólo quería-necesitaba algo de tiempo para tener la cabeza en su sitio y sentirme cómoda”, argumentó la realizadora y co-creadora de Matrix, quien también señaló que lo hizo público por miedo a que la prensa revelara su historia.

Lilly Wachowski (48 años) siguió de esta manera los pasos de su hermana Lana (50), antes conocida como Larry, quien en 2012 comunicó que era una mujer transgénero durante la promoción de la película (Cloud Atlas) El atlas de las nubes. Lana recibió ese año el Premio Visibilidad de la organización LGBT Human Rights Campaign y en su discurso de agradecimiento recordó una frase de uno de los personajes del filme: “Si hubiera permanecido invisible, la verdad se habría quedado oculta y yo no podía permitir eso”.

‘MATRIX’ Las hermanas Wachowski saltaron a la fama al crear la trilogía de ciencia-ficción Matrix (1999-2003), un filón de oro protagonizado por Keanu Reeves que mostró las intenciones de las cineastas de plantear historias ambiciosas, complejas y con un sustrato reflexivo. También dieron en el clavo con el subversivo y estimulante guión de V de Vendetta (2005), mientras que en la dirección encadenaron posteriormente títulos descafeinados y notables tropiezos como la citada El atlas de las nubes (2012) o El destino de Júpiter (Jupiter Ascending) (2015).

No existen muchos casos de personas del mundo del espectáculo en Estados Unidos que hayan declarado públicamente su condición de transgénero. El año pasado alcanzó gran notoriedad el anuncio de la estrella televisiva y exatleta estadounidense Bruce Jenner, quien afirmó ser una mujer transexual y pidió ser llamada Caitlyn.

FICCIÓN También en la ficción se han visto avances interesantes en la representación de personas transgénero como en la aclamada serieTransparent, protagonizada por un muy elogiado Jeffrey Tambor, o la película La chica danesa, cuyo reparto lideró Eddie Redmayne para relatar la historia de Einar Wegener, el primer hombre que afrontó una operación de cambio de sexo. No obstante, la caracterización uniforme de la sociedad sin prestar la debida atención a las minorías continúa siendo un obstáculo muy relevante en Hollywood. Un reciente y exhaustivo estudio de la Universidad del Sur de California (USC) aseguró que en las películas y series de 2014 y 2015 sólo el 28,3 % de los personajes con diálogo no fueron blancos mientras que el 2% fueron gais, lesbianas o bisexuales. Incluyendo también a las personas transgénero, cerca del 75 % de los personajes LGBT fueron hombres y casi el 80% del total fueron blancos.

“Ser una persona transgénero no es fácil. Vivimos en un mundo mayoritariamente obligado y binario en cuanto a género. Esto significa que, si eres transgénero, tienes que enfrentar la dura realidad de vivir el resto de tu vida en un mundo que es abiertamente hostil a ti”, apuntó Lilly Wachowski en su comunicado. “Mi realidad -zanjó- es que he estado transicionando y lo continuaré haciendo toda mi vida”.

Chrysallis Euskal Herria agrupa ya a 24 familias con hijos e hijas transexuales

La asociación Chrysallis Euskal Herria, creada el 8 de marzo de  2015 por ocho familias con el objetivo de acompañar a sus hijos e  hijas en situación de transexualidad “de la mejor manera posible”,  agrupa un año después a 24 familias, que demandan

Un año de Chrysallis Euskal Herria

Un año de Chrysallis Euskal Herria

En un comunicado, Chrysallis Euskal Herria ha hecho balance de su  primer año de trayectoria, en el que ha organizado un ‘Punto de  Información y Encuentro’ y un servicio de atención a familias de  menores transexuales, con atención “de familia a familia” y  asesoramiento sexológico “para que ninguna familia más se sienta  perdida”.

BILBAO. Además, según ha destacado la asociación, han ofrecido formación  al profesorado y charlas en centros escolares “para que quienes  acompañan a nuestros hijos e hijas sepan cómo hacerlo, incluyendo  madres y padres del resto de niñas y niños”.

Asimismo, la asociación ha puesto en marcha la Red Loratuz para  que los centros escolares con menores en situación de transexualidad  “puedan compartir sus dudas e inquietudes y los recursos didácticos  que generen para trabajar en las aulas”. En ese sentido, ha  agradecido a los docentes “sus ganas de aprender”.

También han impartido charlas y conferencias para “una comprensión  de la transexualidad” tanto en centros culturales como en  universidades. En ese sentido, la asociación ha destacado que la  grabación de la conferencia “Niñas con pene y niños con vulva:  comprender para poder acompañar” grabada en Gorliz por Plentzia  Telebista ha tenido ya más de 15.000 visualizaciones en internet.

Por otro lado, han informado de que están participando con el  Gobierno vasco en la Comisión de trabajo para la redacción de la  “Guía de atención integral a personas transexuales” que pronto verá  la luz.

Chrysallis ha pedido al Ejecutivo vasco que saque a la “Unidad de  género” del Hospital de Cruces del Servicio de Psiquiatría, “para que  no se nos obligue a que un psiquiatra atienda a nuestros hijos e  hijas, porque no lo necesitan, porque es perjudicial, y porque esto  vulnera la Ley 14/2012, de no discriminación por motivos de identidad  de género y de reconocimiento de los derechos de las personas  transexuales”.

La asociación ha proporcionado al Departamento de Educación del  Gobierno vasco un documento base sobre el que están elaborando el  protocolo de actuación en centros escolares donde hay menores en  situación de transexualidad, al que esperan que acompañe un Plan  Integral de Formación en estos centros.

DEMANDAS

“Nuestros hijos e hijas aún tienen muchos obstáculos que vencer”,  ha afirmado la asociación, para añadir que seguirán trabajando para  que “se cree un servicio específico de atención a las familias de  menores transexuales, se desarrollen campañas de sensibilización  sobre la transexualidad en la infancia, y para que se creen y se  publiquen materiales didácticos que puedan ser utilizados en centros  escolares”.

Asimismo, seguirán reivindicando la reforma tanto de la Ley del  2009 del Gobierno de Navarra, como la Ley del 2012 del Gobierno vasco  puesto que algunos de sus artículos “mantienen una visión  patologizadora de la transexualidad que contraviene las  recomendaciones actuales de los organismos internacionales”.

También continuarán haciendo presión para que el Gobierno español  apruebe una Ley integral de reconocimiento de los derechos de las  personas transexuales, “para que, entre otras cuestiones, desde las  instituciones se reconozca la identidad de nuestras hijas e hijos, a  quienes en este momento se les niega la posibilidad de corregir en el  registro y en el documento de identidad la mención de sexo, lo que  vulnera sus derechos, supone discriminación, genera en sus vidas  dificultades y les pone en situación de vulnerabilidad”.

“Vamos a seguir trabajando hasta que los derechos de nuestras  hijas y de nuestros hijos sean respetados. Para que no tengan que  pelear cada día ante la negación de su identidad y puedan dedicarse a  lo que les corresponde a las niñas y a los niños, a jugar, reír,  aprender, crecer, y desarrollarse, y para que puedan ser quienes son,  para que puedan ser”, ha concluido Chrysallis.

El cineasta Andy Wachowski anuncia que es una mujer transgénero

“Sí, soy transexual”, declara Lilly, su nuevo nombre, quien sigue los pasos de su hermana Lana, con quien creó la trilogía ‘Matrix’ y que adoptó su identidad de mujer en 2012

Andy Wachowski

Andy Wachowski. / Fred Prouser (Reuters)

El cineasta Andy Wachowski ha anunciado este martes que es transexual, siguiendo los pasos de su hermana Lana, con quien creó la trilogía ‘Matrix’ y que adoptó su identidad de mujer en 2012.

“Sí, soy transexual. Sí, he transicionado”, ha explicado Lilly, su nuevo nombre, en una carta enviada a ‘Windy City Times’, un periódico sobre temas LGBT de Chicago.

“Ser transexual no es fácil. Vivimos en un mundo obligado a ser dual en temas de género. Eso significa que si eres transexual, tienes que afrontar la dura realidad de vivir el resto de tu vida en un mundo abiertamente hostil a ti”, ha señalado.

A pesar de las dificultades, Lilly Wachowski se siente “afortunada” porque cuenta con el respaldo de su familia y tiene la posibilidad de pagar los médicos y las terapias necesarias que conllevan este proceso. “Los transexuales que no tienen apoyo, medios ni privilegios no tienen este lujo. Y muchos no sobreviven”, ha apuntado la directora de cine, de 48 años.

Acoso de la prensa

Wachoswki ha asegurado que, además de su familia y amigos, casi todos sus compañeros de trabajo sabían del cambio al que se ha sometido. Sin embargo, ha denunciado el acoso de la prensa, que desde hace meses especulaba con su posible transición. “Cuando eres transexual, es difícil esconderse. Solo quería y necesitaba algo de tiempo para ordenar mis ideas, para sentirme cómoda. Pero aparentemente no he podido decidir”, se ha quejado.

Lilly y Lana Wachowski se hicieron mundialmente famosas gracias a ‘Matrix’, la trilogía de ciencia-ficción protagonizada por Keanu Reeves. Su filmografía también incluye el guión de ‘V de Vendetta’ (2005) y ‘El destino de Júpiter’, protagonizada por Channing Tatum y Mila Kunis. Actualmente están trabajando en la segunda temporada de ‘Sense8’, una serie de ciencia-ficción producida por Netflix.