Chrysallis EH dice que la guía no contempla la atención a las familias

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La asociación Chrysallis Euskal Herria, que agrupa a familias de menores transexuales, dice que la Guía Integral de atención a transexuales garantiza atención sanitaria, pero no familiar.

La Asociación Chrysallis Euskal Herria, que agrupa a familias de menores transexuales, ha afirmado que la Guía Integral de atención a personas transexuales del Gobierno vasco, presentada este viernes, “garantiza una atención sanitaria desde el respeto a los menores” pero no contempla un Servicio de Atención a familias.

La asociación ha afirmado que valora “muy positivamente” la actitud del Departamento de Salud, con quien, han indicado, han mantenido un “diálogo fluido”. Chrysallis Euskal Herria ha asegurado, a este respecto, que, tras “ceder cada una de las partes en diversos aspectos”, se “ha alcanzado un documento de consenso”, que creen “garantiza una atención sanitaria desde el respeto a los menores”.

En materia de política familiar, la asociación ha recordado que solicitó la puesta en marcha de un Servicio de Atención a familias, que desde el Departamento de Política Social “no se ha contemplado”, por lo que “en estos momentos, la atención se lleva a cabo familia a familia desde Chrysallis, no cuenta con ninguna ayuda”.

La asociación ha indicado, por otro lado, que el Departamento de Educación solicitó a Chrysallis EH un documento sobre el que elaboró el protocolo que ahora presenta, por lo que “siendo la base un documento de Chrysallis, la atención a los menores en situación de transexualidad queda garantizada”.

No obstante, según han dicho, el Departamento de Educación “quiso incluir en el título otras realidades como la de los menores con comportamiento de género no normativo, a los que en la introducción de la versión en castellano se llama ‘travestis’, ‘drag queens'”, pero el protocolo no incluye medidas de atención para ellos, por lo que resulta “confuso e incompleto”.

Chrysallis Euskal Herria considera “imprescindible” establecer un Plan de Formación Integral del personal docente y no docente en los centros educativos donde hay menores en situación de transexualidad, cuestión que “no está siendo garantizada por el Gobierno vasco”.

La asociación ha indicado, por último, que el Gobierno vasco “sigue sin hacerse cargo de las labores de visibilización de esta realidad, algo vital para que estos menores sean comprendidos y acompañados”.

La identidad sexual está en el cerebro

Los genitales no siempre determinan el sexo. La transexualidad vivida en la infancia puede provocar la alarma de los padres, pero hay que buscar ayuda y afrontarla con naturalidad

Los adultos deben respetar la progresión de cada niño o adolescente transexual y no precipitarse a la hora de designar lo que creen que les puede ocurrir o lo que les viene mejor

Los adultos deben respetar la progresión de cada niño o adolescente transexual y no precipitarse a la hora de designar lo que creen que les puede ocurrir o lo que les viene mejor. / ILUSTRACIÓN: SR. GARCÏA

Imagine por un momento que uno de sus mejores amigos le dice un buen día que su hijo Pedrito, de apenas cinco años, es transexual. Vamos a dar por hecho que como se trata de una familia cercana y querida no se ha llevado las manos a la cabeza ni ha reaccionado con espanto ante la idea de que en adelante tendrá que decir adiós a Pedrito y darle la bienvenida a Paula. Vamos a dar por hecho también que sabe que la transexualidad no es una enfermedad y que la Asociación Americana de Psiquiatría la excluyó de su Manual Diagnóstico y Estadístico de Enfermedades Mentales (DSM5), la referencia en esta especialidad a nivel mundial, allá por diciembre de 2012.

A pesar de todo ello es muy posible que la mayoría de los que hayan hecho este ejercicio de imaginación hayan sentido una mezcla de asombro, perplejidad, desorientación, preocupación y por qué no admitirlo, algo de alarma. Seguro que no por ustedes, sino por el futuro que le aguarda a esa niña y por el dificilísimo papel que tiene por delante su familia.

A pesar de todo ello es muy posible que la mayoría de los que hayan hecho este ejercicio de imaginación hayan sentido una mezcla de asombro, perplejidad, desorientación, preocupación y por qué no admitirlo, algo de alarma. Seguro que no por ustedes, sino por el futuro que le aguarda a esa niña y por el dificilísimo papel que tiene por delante su familia.

Pues bien, borre todos estos pensamientos y empecemos de nuevo. «Es normal reaccionar de esta manera no por maldad, sino por puro desconocimiento. En nuestras cabezas persisten estereotipos negativos asociados a la persona transexual. Adicciones, trastornos mentales, suicidio, prostitución, marginalidad… y nadie quiere eso para sus hijos», explica Almudena Herranz, especialista en transexualidad infantil y juvenil, además de directora del Centro Sexorum.

De hecho, de todos los problemas que suelen asociarse a la transexualidad ninguno de ellos es intrínseco a la incongruencia que existe entre el sexo con el que se nace y el género con el que se identifican las personas transexuales. Se trata de efectos colaterales muy negativos derivados del rechazo, del acoso, de la persecución y de la discriminación de la que tradicionalmente han sido objeto.

Precisamente para evitar estos daños y la perpetuación de los estereotipos es necesario dar un giro a la manera que tenemos de mirar esta manifestación de la diversidad sexual. «Todo va a depender del entorno en el que le toque desenvolverse a cada pequeño. Queda un largo camino por recorrer, pero se han roto muchos clichés. Hemos constatado que una vez que la gente recibe la información correcta las cosas discurren mejor de lo que creemos», desdramatiza Herranz.

Cuestión de sentimientos

La identidad sexual o de género no reside en las preferencias amorosas o sexuales de cada persona, sino en sentirse hombre o mujer. Es decir, no se trata de si a una persona le atraen las mujeres, los hombres o ambos; sino de ser una fémina o un varón. «Al nacer, determinamos el sexo en función de los genitales. Los niños tienen pene y las niñas vagina. Casi siempre es así, pero no siempre y en ocasiones la genitalidad y el sentimiento de identidad no van de la mano», argumenta José Luis Carrasco, catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense de Madrid y Director Científico de la Unidad de Personalidad y Comportamiento del Hospital Rúber Juan Bravo del grupo Quirónsalud.

Numerosas investigaciones apuntan que la identidad sexual tiene una base biológica. Una de las más recientes, publicada en ‘Journal of Neuroscience’ hace un par de años, reveló diferencias significativas en la microestructura de las conexiones cerebrales entre hombres y mujeres. Asimismo estableció que las conexiones cerebrales de las personas transexuales estarían en una posición intermedia entre las de ambos sexos.

Los escáneres de los participantes revelaron una estrecha relación entre las redes de conectividad neuronal y sus niveles de testosterona. Según los autores, esto avala que «la identidad sexual se refleja en las redes neurológicas que se forman bajo la influencia moduladora de las hormonas sexuales en el transcurso del desarrollo del sistema nervioso».

Por su parte, un trabajo español recogido en las páginas de la revista ‘Cerebral Cortex’ en 2012 también realizó importantes hallazgos partiendo del estudio de la corteza cerebral; un área neurológica cuyo grosor está ligado al género (las mujeres tienen esta zona más gruesa que los varones).

La corteza cerebral de los varones que se sienten mujeres es similar al grosor de la corteza femenina. En el caso de las mujeres transexuales no se apreciaron diferencias respecto a las demás mujeres, lo que implica que el espesor del tejido de las personas transexuales se corresponde con la identidad sexual que sienten y no con los genitales con los que han nacido. Además, los investigadores descubrieron que en determinadas regiones cerebrales localizadas en el hemisferio derecho, las mujeres y hombres transexuales que participaron en el seguimiento presentaban rasgos de masculinización y feminización respectivamente, lo que les situaba en un punto intermedio entre ambos sexos y que podría explicar, al menos en parte, la discordancia entre su género y su genitalidad.

Sentido común

Independientemente de las bases biológicas de la transexualidad, los expertos y asociaciones que trabajan este tema coinciden en señalar tres claves para afrontarlo correctamente: «Sentido común, naturalidad e información», señala Natalia Aventín, presidenta de Chrysallis, una asociación de familias de niños y adolescentes transexuales que canaliza la búsqueda de ayuda de todas esas familias que no desean ver crecer a sus hijos como bichos raros que sufren algo que únicamente les sucede a ellos.

Aventín, madre de un niño transexual de 13 años, llegó a la asociación que ahora preside «como casi todos; con una desorientación y una falta de información total».

¿Es mi hijo transexual?

La transexualidad no es una enfermedad, de manera que la forma de identificarla no se reduce a la observación de una serie de signos y síntomas. «La mejor síntesis que podemos hacer es que no hay manera de saberlo hasta que ellos mismos lo expresan», resume Almudena Herranz. De esta forma, los padres pueden empezar a percibir que su pequeño es transexual en torno a los dos o tres años de edad, que es cuando los niños toman conciencia de su identidad personal y emplean el lenguaje (oral y de otro tipo) para expresarse, definirse y hablar de sí mismos.

«Haciendo una escucha activa los padres se van dando cuenta de si el niño se refiere a sí mismo en femenino o masculino, cómo se dibuja, cómo le gusta vestirse o disfrazarse, con qué iguales se identifica… », enumera la psicóloga.

No obstante, estas manifestaciones van a depender mucho del ritmo de maduración de cada pequeño, de su carácter y de la percepción que tienen acerca del impacto que su circunstancia puede causar en su entorno. De esta forma, hay niños que pueden reivindicar constantemente su género e incluso enfadarse o desarrollar conductas agresivas cuando se les confunde con alguien del sexo contrario. Sin embargo, otros optarán por la evitación o la ocultación si son más retraídos o si, por ejemplo, perciben que su identidad sexual va a provocar rechazo o angustia en su entorno.

En opinión de los especialistas, los adultos deben respetar la progresión de cada niño o adolescente transexual y no precipitarse a la hora de designar lo que creen que les puede ocurrir o lo que les viene mejor. «Ese respeto forma parte de una estrategia unívoca en apoyo de la persona que está formulando su identidad sexual», explica el doctor Carrasco.

Asimismo abogan porque los progenitores se mantengan en un estado de ‘semialerta’ que les capacite para acompañar al menor transexual en cada momento de su desarrollo. «No es fácil adoptar esta actitud. A veces los padres sienten que es como si se cruzasen de brazos, pero es el menor quien debe dirigir el proceso y nosotros tenemos que procurar que sea lo más fácil posible para ellos», agrega el doctor.

Recursos para familias: Chrysallis. Grupo de apoyo; Guía para Familias con hijos e hijas transexuales. Documento; Unidad de Identidad de Género Barnaclinic+, en el Clinic de Barcelona; TRANS-fondo. Un cuento para ayudar a comprender.

Cómo hacer el camino más fácil

-En la familia. El término ‘acompañar’ es quizá el que mejor sintetiza el papel de la familia en estos casos. Una vez que se ha identificado, hay que tratar al niño o niña transexual conforme al género con el que se identifica en lo referente al nombre, la ropa, los juegos… Cada caso y cada entorno es diferente, pero por regla general no es conveniente ocultarlo al resto de familiares ni cambiarlos de colegio, dado que esto contribuye a estigmatizarlos. Hay que respetar los tiempos de cada pequeño porque no todos evolucionan de la misma manera. Buscar ayuda especializada (canalizada por asociaciones formadas por otras familias) libera de muchos miedos, ansiedad y estrés a unas familias que normalmente están desorientadas y desinformadas.

-Protocolos en los colegios. Los centros escolares pueden ‘registrar’ al alumno transexual con el nombre que desea llevar independientemente de su documentación oficial. Asimismo, deben favorecer que el resto de compañeros entiendan la circunstancia de su compañero explicándola con naturalidad y tratarle en función del género con el que se sienta identificado. Es necesario facilitarle el acceso a vestuarios, baños y actividades conforme a dicho género y permitirle usar el uniforme con el que se sienta cómodo.

-En el ámbito legal. El cambio de nombre y género de una persona transexual debería ser un proceso más sencillo, ágil y barato. Corregir la incongruencia en la que vive una persona transexual en su documentación oficial (DNI, tarjeta sanitaria, pasaporte…) evita muchas situaciones cotidianas que pueden provocar un daño innecesario como, por ejemplo, cuando se pasa lista o se publican los nombres de los admitidos a un curso, se llama en voz alta en el médico…

-En el sistema sanitario. Las familias reclaman un acceso más igualitario a la sanidad, dado que ahora hay un protocolo diferente en cada Comunidad Autónoma. Asimismo, desean una atención específica a los menores transexuales por las vías ordinarias y por parte de personal con formación específica en transexualidad infantil y juvenil. Finalmente, solicitan un acceso más sencillo a los fármacos bloqueadores de la pubertad para menores de edad.

El Gobierno vasco publica una guía para no discriminar a los transexuales

  • El Gobierno vasco ha publicado una guía para evitar la discriminación de los transexuales y avanzar en el reconocimiento de sus derechos, que incluye actuaciones en los ámbitos educativo, social y sanitario.

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GASTEIZ. Representantes de tres departamentos del Ejecutivo vasco -la viceconsejera de Educación, Arantza Aurrekoetxea; la de Políticas Sociales, Lide Amilibia, y el de Salud, Guillermo Viñegra-, han presentado hoy en Gasteiz este documento, que según han destacado, va “mucho más allá” de la obligación legal de elaborar una guía clínica para la atención sanitaria de este colectivo, tal y como se comprometió el Gobierno de Iñigo Urkullu en 2012.

Para el Ejecutivo vasco los transexuales son un “colectivo vulnerable” que necesita políticas públicas específicas que eliminen cualquier discriminación.

“Hay que decirlo alto y claro: la transexualidad no es un trastorno. Ni una enfermedad mental. Ni una sociopatía. Es un hecho de diversidad. Una variante más de la diversidad humana, que se puede manifestar desde la más tierna infancia y que, en muchos casos, precisa una atención coordinada desde los ámbitos educativo, social y sanitario”, señala el comunicado conjunto elaborado por los tres departamentos.

La redacción de la guía ha corrido a cargo de un grupo de trabajo en el que han participado asociaciones de transexuales, Osakidetza y los tres departamentos del Gobierno Vasco, con el fin de recoger “todas las visiones y sensibilidades posibles”.

Sobre las recomendaciones en el ámbito sanitario, cerca de medio centenar, el viceconsejero ha destacado el esfuerzo realizado en favor de la despatologización de la transexualidad, pero también ha tenido en cuenta que la mayoría de los transexuales “necesitan de los servicios sanitarios para sortear los obstáculos que a diario encuentran en el libre desarrollo de sus derechos más fundamentales”.

Respecto al ámbito educativo, la viceconsejera Arantza Aurrekoetxea ha señalado la importancia de responder a cualquier tipo de diversidad en las aulas desde el enfoque de la escuela inclusiva, en la que todo el alumnado se sienta “seguro, reconocido, acompañado y pueda ejercer su derecho a ser diferente desde la normalidad y a obtener éxito escolar”.

En ese proceso, pero especialmente en el caso del alumnado trans, se requiere la coordinación y la colaboración del centro con las familias y con el resto de la comunidad, ha comentado.

Por su parte, la viceconsejera de Políticas Sociales, Lide Amilibia, ha destacado el valor del servicio público “Berdindu!”, gestionado por asociaciones del ámbito LGTBI, que se encarga del acompañamiento emocional y social de estas personas, buscando que logren la entereza emocional necesaria para conseguir su inserción social en igualdad de derechos que el resto.

Este servicio, según ha recordado, “también ofrece atención itinerante a personas trans, lo que facilita que los usuarios que lo deseen puedan ser atendidos en su lugar de residencia por una persona transexual.

La asociación Chrysallis Euskal Herria ha aplaudido hoy la elaboración de esta guía, en cuya elaboración ha participado, pero considera “imprescindible” establecer un plan de formación integral del personal de los centros educativos donde hay menores en situación de transexualidad, cuestión que a su juicio “no está siendo garantizada por el Gobierno vasco”.

Además, considera que el Ejecutivo de Euskadi “sigue sin hacerse cargo” de las labores para dar visibilidad a esta realidad, “algo vital para que estos menores sean comprendidos y acompañados”.

El Gobierno vasco edita la primera guía de atención integral a a los transexuales

Guía de atención integral a las personas transexuales

Guía de atención integral a las personas transexuales. / Rafa Gutiérrez

El Gobierno vasco ha lanzado su primera guía de atención integral a las personas transexuales, que trata de romper tabúes y trabajar a favor de la no discriminación del colectivo. Tres departamentos, los de Educación, Empleo y Políticas Sociales, junto al de Salud se han unido para poner en marcha un plan de trabajo que busca el reconocimiento de «un derecho humano fundamental», que es «la libre autodeterminación personal de la identidad sexual, aunque ésta no coincida con el sexo asignado al nacer».

La viceconsejera de Educación, Arantza Aurrekoetxea; la de Políticas Sociales, Lide Amilibia; y el de Salud, Guillermo Viñegra aunaron sus voces para proclamar «alto y claro» que «la transexualidad no es un trastorno, ni una enfermedad mental, ni una sociopatía. Es –afirmaron los tres dirigentes políticos– un hecho de diversidad. Una variante más de la diversidad humana, que se puede manifestar desde la más tierna infancia y que, en muchos casos, precisa una atención coordinada desde los ámbitos educativo, social y sanitario».

Un grupo de trabajo participado por profesionales de las tres consejerías ha elaborado el documento, que ha buscado, según se ha dicho, que «estuvieran presentes todas las visiones y sensibilidades posibles». «Confiamos en que esta guía sea algo vivo, no el final de un camino», explicaron. «Estamos seguros de que servirá para avanzar en la no discriminación y el ejercicio de las mejores prácticas de atención al colectivo en los ámbitos social, educativo y sanitario».

«Obstáculos diarios»

El viceconsejero de Sanidad, Guillermo Viñegra, ha destacado el esfuerzo realizado a favor de la «despatologización» de la transexualidad. «Estamos convencidos de que ésta y otras diversas expresiones de género no son enfermedades», recalcó, «pero también somos conscientes de que las personas transexuales necesitan de los servicios sanitarios para sortear los obstáculos que a diario encuentran en el libre desarrollo de sus derechos fundamentales».

Arantza Aurrekoetxea destacó la importancia de promover una «escuela inclusiva», en la que todo el alumnado «se sienta seguro, reconocido, acompañado y que pueda ejercer su derecho a ser diferente desde la normalidad; y a obtener el éxito escolar». La representante institucional del departamento de Políticas Sociales, Lide Amilibia, enfatizó en su intervención en el valor del servicio público Berdindu!, que «gestionado por asociaciones del ámbito LGTBI (Lesbianas, Gays, Transexuales, Bisexuales e Intersexuales) se ocupa del acompañamiento emocional y social de las personas, «buscando que logren la entereza emocional necesaria para lograr su inserción social en igualdad de derechos».

El gobierno vasco lanza una guía para promover el reconocimiento del colectivo transexual

Manifestación del día del orgullo gay, lesbico y transexual en Bilbao, País Vasco

Manifestación del día del orgullo gay, lesbico y transexual en Bilbao, País Vasco IÑAKI ANDRÉSEL MUNDO

El Gobierno Vasco ha publicado una guía para evitar la discriminación de los transexuales y avanzar en el reconocimiento de sus derechos, que incluye actuaciones en los ámbitos educativo, social y sanitario.

Representantes de tres departamentos del Ejecutivo vasco –la viceconsejera de Educación, Arantza Aurrekoetxea; la de Políticas Sociales, Lide Amilibia, y el de Salud, Guillermo Viñegra-, han presentado este viernes 22 de julio, en Vitoria este documento, que según han destacado, va “mucho más allá” de la obligación legalde elaborar una guía clínica para la atención sanitaria de este colectivo, tal y como se comprometió el Gobierno de Iñigo Urkullu en 2012.

Para el Ejecutivo vasco los transexuales son un “colectivo vulnerable” que necesita políticas públicas específicas que eliminen cualquier discriminación.

“Hay que decirlo alto y claro: la transexualidad no es un trastorno. Ni una enfermedad mental. Ni una sociopatía. Es un hecho de diversidad. Una variante más de la diversidad humana, que se puede manifestar desde la más tierna infancia y que, en muchos casos, precisa una atención coordinada desde los ámbitos educativo, social y sanitario”, señala el comunicado conjunto elaborado por los tres departamentos.

La redacción de la guía ha corrido a cargo de un grupo de trabajo en el que han participado asociaciones de transexuales, Osakidetza y los tres departamentos del Gobierno Vasco, con el fin de recoger “todas las visiones y sensibilidades posibles”.

Sobre las recomendaciones en el ámbito sanitario, el viceconsejero ha destacado el esfuerzo realizado en favor de la despatologización de la transexualidad, pero también ha tenido en cuenta que la mayoría de los transexuales “necesitan de los servicios sanitarios para sortear los obstáculos que a diario encuentran en el libre desarrollo de sus derechos más fundamentales”.

Respecto al ámbito educativo, la viceconsejera Arantza Aurrekoetxea ha señalado la importancia de responder a cualquier tipo de diversidad en las aulas desde el enfoque de la escuela inclusiva, en la que todo el alumnado se sienta “seguro, reconocido, acompañado y pueda ejercer su derecho a ser diferente desde la normalidad y a obtener éxito escolar”.

En ese proceso, pero especialmente en el caso del alumnado transexual, se requiere la coordinación y la colaboración del centro con las familias y con el resto de la comunidad, ha comentado.

Por su parte, la viceconsejera de Políticas Sociales, Lide Amilibia, ha destacado el valor del servicio público “Berdindu!”, gestionado por asociaciones del ámbito LGTBI, que se encarga del acompañamiento emocional y social de estas personas, buscando que logren la entereza emocional necesaria para conseguir su inserción social en igualdad de derechos que el resto.

Este servicio, según ha recordado, “también ofrece atención itinerante a personas transexuales, lo que facilita que los usuarios que lo deseen puedan ser atendidos en su lugar de residencia por una persona transexual.

Una ley para que los transexuales sean “productivos” en la India

Varias personas celebran el Día del Orgullo Gay en Nueva Delhi

Varias personas celebran el Día del Orgullo Gay en Nueva Delhi MANAN VATSYAYANA

El Gobierno de la India ha presentado este miércoles en el Parlamento una ley que pretende mitigar “el estigma” y hacer de los transexuales “miembros productivos de la sociedad”, en un país en el que están reconocidos como “tercer género” pero en el que las relaciones homosexuales son ilegales.

El Ejecutivo de Narendra Modi introdujo para su debate en la sesión parlamentaria de verano la Ley de Personas Transexuales (Protección de Derechos) de 2016, que busca “el reforzamiento social, económico y educacional” de esta comunidad, según explicó en un comunicado.”La ley beneficiará a un gran número de transexuales, mitigará el estigma, la discriminación y el abuso contra esta sección marginada y les traerá al seno de la sociedad”, subrayó en la nota.

El Gobierno de Modi recalcó que la norma “conducirá a una mayor inclusión y hará a los transexuales miembros productivos de la sociedad“, en la que actualmente representan “una de las comunidades más marginadas en el país porque no entran en las categorías estereotipadas de hombres o mujeres“.

Los travestis sufren discriminación en acceso al empleo, la educación o la sanidad, reconoce el Ejecutivo. El Tribunal Supremo de la India reconoció en 2014 a los transexuales como un “tercer género” diferente al masculino y femenino, en una sentencia en la que pidió al Gobierno que les considere un grupo “social y económicamente subdesarrollado” y que reserve trabajo público y plazas en centros educativos para ellos.

El pasado febrero, el máximo órgano judicial del país reabrió la puerta a la legalidad de las relaciones homosexuales al aceptar la revisión de una sentencia de 2013 que las declaraba ilegales.

El artículo 377 del Código Penal indio, una ley británica que data de la época victoriana, penaliza los actos “contra natura” entre personas del mismo sexo y había sido derogado en 2009 por la Corte Superior de Nueva Delhi por anticonstitucional, pero en 2013 el Supremo ratificó su validez.

De acuerdo con el último censo de 2011, en la India hay medio millón de transexuales, en un país de 1.250 millones de habitantes.

Este colectivo sufre una palpable discriminación pese a la aceptación social de las “hijras“, travestidos que por una antigua tradición bendicen a recién nacidos y matrimonios.

Misty Plowright, la primera candidata transgénero al Congreso de Estados Unidos

La candidata transgénero a diputada estadounidense Misty Plowwright

La candidata transgénero a diputada estadounidense Misty Plowwright. MISTY FOR CONGRESS

Misty Plowright cree que vivirá lo suficiente para ver a gente a la que, cuando se presente a elecciones, solo se le pregunte sobre verdaderos temas electorales: inmigración, control de armas, impuestos a los ricos, energía nuclear, sanidad universal, aborto.

Algún día, las otras preguntas no surgirán, porque a los votantes ya no les preocuparán. “¿Cuándo te diste cuenta de que habías nacido en el cuerpo equivocado? ¿Cuánto tardaste en convertirte en una mujer? ¿Cómo es ser la primera candidata transgénero al Congreso, o al Senado, o a gobernadora, o a presidenta? ¿De verdad crees que los votantes están preparados para alguien como tú?”.

Plowright tiene motivos para tener esperanzas. Incluso mientras la batalla por el acceso a los baños públicos se propaga por el país, los derechos transgénero han dado grandes pasos adelante en los últimos días.

El martes de la semana pasada, Plowright, que vive en Colorado y tiene 33 años, se convirtió en la primera candidata transgénero en ganar las primarias de un gran partido a la Cámara de Representantes de Estados Unidos. Al mismo tiempo, Misty K. Snow, nacida en Utah y de 30 años, fue la primera candidata transgénero en hacer lo mismo para el Senado estadounidense.

Y el jueves, el secretario de Defensa, Ash Carter, anunció que los hombres y mujeres transgénero podrán servir abiertamente en el Ejército dentro de un año. También dijo que los miembros de las Fuerzas Armadas podrán pasar por una transición de género mientras están en ejercicio.

Plowright, veterana del Ejército, afirma en una entrevista con the Guardian que “ya va siendo hora” de que las Fuerzas Armadas –y la política también– se vuelvan más inclusivas. “Cualquiera que quiera servir”, explica, “que sea capaz de hacer el trabajo, debería poder hacerlo”.

Para algunos, esto marca un momento trascendental en la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos, un impulso para los 1,4 millones de adultos que se identifican como transgénero, según un estudio publicado este jueves, que eleva la población transgénero en EEUU al doble de lo que se pensaba que era.

“Las actitudes hacia la identidad sexual han cambiado mucho más rápido y de forma más radical de lo que nadie podría haber anticipado hace una década”, valora John J. Pitney, politólogo en el Claremont McKenna College. “En 2004, los republicanos usaban la lucha contra el matrimonio entre personas del mismo sexo para movilizar a sus filas”.

“Este es uno de los cambios más rápidos y profundos de la opinión pública en la historia de las encuestas”, afirma Pitney. “Es mucho más rápido que el cambio en las relaciones raciales”.

Un camino escarpado hacia la victoria

Los votantes demócratas de Utah y Colorado dieron la espalda a candidatos más tradicionales para elegir a Plowright y Snow como sus abanderados para las elecciones de noviembre. Sin embargo, estas dos mujeres progresistas y de clase trabajadora se están presentando en zonas profundamente republicanas, lugares en los que muchos demócratas se han rendido.

Sus caminos hacia la victoria son escarpados, cuanto menos. Sin embargo, ganen o pierdan, tienen la oportunidad de cambiar percepciones a nivel nacional en un momento en el que los estadounidenses parecen cada vez más receptivos.

“Esto es política inteligente”, explica Ted Trimpa, estratega político de Denver. “Dándote cuenta de que tienes una batalla cuesta arriba, utilizas la plataforma de una carrera hacia el Congreso estadounidense para que la gente vea que las personas transgénero son como todas las demás, con las mismas luchas. Que las vean en carne y hueso, en la vida real”, precisa. “Me parece brillante. Estoy celoso porque no se me ocurriera a mí”.

Las personas transgénero han conseguido cargos electos en el pasado, pero sus victorias han tenido lugar en niveles políticos más bajos y en regiones del país que son más liberales que Utah o el quinto distrito parlamentario de Colorado.

Stu Rasmussen fue elegido alcalde de Silverton (Oregón) en 1988 y 1990 –cuando aún se vestía como hombre– y de nuevo en 2008, 2010 y 2012 bajo su nueva identidad transgénero, según Los Angeles Times. Rasmussen se sigue identificando principalmente como hombre, pero se ha puesto implantes mamarios, se viste como mujer y a veces usa el nombre de Carla Fong. Fue el primer alcalde abiertamente transgénero elegido en Estados Unidos.

Victoria Kowalski transitó en 1989 durante su último año en la Facultad de Derecho y se sometió a una cirujía de reasignación de sexo dos años después. Consiguió un asiento en el tribunal superior del condado de Alameda, en el norte de California, en 2010. Se convirtió así en quien se cree que fue la primera jueza abiertamente transgénero del país.

“No es para nada imposible”

Plowright, que venció a su rival en las primarias esta semana con unos 16 puntos porcentuales de ventaja, no se presenta al Congreso para hacer historia. Esta seguidora de Bernie Sanders cree que el sistema político está corrupto y que ha dado la espalda a la gente que más lo necesita. Plowright quiere cambiar eso.

Es una demócrata inusual –una política inusual– más allá de su identidad de género. Experta tiradora con el rifle, no le gustan las armas pero no se las quitaría a los demás. También le gustaría tener una AR-15 de Hello Kitty. Autoproclamada “geek de los ordenadores”, cree que el próximo gran movimiento de derechos civiles tratará de la inteligencia artificial y los problemas éticos que surgirán “si creamos una inteligencia sensible”.

Pero, por encima de todo, la crió una madre soltera que tenía que tener tres trabajos y aun así apenas lograba salir adelante. Recuerda el mes en que su madre ganó 50 dólares más de lo habitual y perdieron las prestaciones del Gobierno que les ayudaban a sobrevivir: vivienda subvencionada, vales de alimentación y comedor escolar gratuito.

“Sinceramente, no creo que haya mucha gente en el Parlamento que sepa lo que es trabajar duro y aun así no llegar a fin de mes”, señala. “Yo he pasado por quedarme mirando comida para gatos y preguntarme si de verdad tenía tanta hambre. Nadie en el Congreso sabe lo que es sentir eso”.

Sobre un sándwich con mucho beicon, lechuga y tomate en un bar del centro de Denver, Plowright reconoce que sus posibilidades de ganar a su rival republicano, ya en el cargo, “no son buenas, pero no es para nada imposible”. Dice que el sentimiento anti-establishment que impulsó a Sanders y a Donald Trump juega a su favor.

Pero vive en lo más profundo de Colorado Springs, que está rodeada de bases militares y es el hogar del grupo cristiano conservador Focus on the Family (Centrados en la Familia). Y sabe que el diputado Doug Lamborn “hará todo lo que pueda” contra ella cuando se enfrenten en noviembre.

“Me va a atacar por el asunto trans”, prevé. “Probablemente no me tratará con el género adecuado. Y me va a golpear por mi relación poliamorosa”.

El poliamor al que se refiere Plowright es su situación de convivencia inusual, que menciona de pasada en su web de campaña. Su mujer, Lisa, y ella, que llevan juntas nueve años, comparten su casa y su vida con Sebastian. Lo describe como “un caballero al que conocemos desde hace años”. “Hace dos años, estábamos en Las Vegas para la Serie Mundial de Póker. Le compramos un anillo. Consideramos eso como nuestro matrimonio con él”.

Plowright dice que el mayor obstáculo para el éxito en noviembre no es el hecho de que sea transgénero –”a mucha gente con la que hablo le da igual”–. Tampoco es su relación poliamorosa, aunque reconoce que “ha fruncido algunos ceños”. “Creo que la mayor dificultad a superar –dice– será la D junto a mi nombre”. La D de demócrata.

Traducción de Jaime Sevilla Lorenzo

El mundo LGTB cubano visto por un irlandés

viva

Para comentar “Viva” (2015), todos se están acordando de “Fresa y chocolate” (1993), pero la película de Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío abordó la problemática homosexual en un periodo de la historia cubana muy diferente al actual. Además, la película que ha representado a Irlanda en los Óscar, ofrece la mirada de un extranjero que cuando visitó La Habana se sintió atraído por los cabarets nocturnos en los que actúan “drag queens” haciendo sentidos play-backs de las grandes damas de la canción cubana. Y no cabe duda de que en lo musical Paddy Breathnach se ha asesorado bien, porque no falta niguna de esas añoradas voces, como las de Rosita Fornes, Lourdes Torres, Gina León, Blanca Rosa Gil, Maggie Carles, Elena Burke, Annia Linares o Zoraida Marrero. Lo más curioso de todo es que el tema principal es de una cantante foránea, ya que se trata de “El amor” interpretado por la más que reconocible Massiel.

Aun así, no hay que distraerse y olvidar que lo que importa en esta historia es la persona que vive, parafraseando el título, la letra de la canción a través de su puesta en escena, con esa melodramatización tan propia del transformismo. Y quien se transforma lleva consigo otra existencia detrás, que es la de un joven que quiere subir al escenario convertido en mujer, y mientras espera su oportunidad peina a las artistas del local y ejerce como peluquero en el día a día. Sus sueños libres se ven amenazados al enterarse de que no está solo y sin familia, pues la salida de la cárcel de su padre boxeador tensará la convivencia y la aceptación de su condición sexual.

Héctor Medina, visto en “El rey de La Habana” (2015), se convierte en la gran revelación de la película, dando réplica a nada menos que Jorge Perugorría, dentro de una difícil relación paternofilial que pasará del rechazo inicial al acercamiento.

CATHERINE CORSINI

DIRECTORA DE «UN AMOR DE VERANO»

Nacida en Dreux (Estado francés) en 1956, el descubrimiento de la identidad sexual es un tema recurrente en la mayoría de sus películas, muchas de las cuales han participado en el Festival de Cannes. Con «Un amor de verano», estrenada la semana pasada coincidiendo con el día del orgullo LGTB, la cineasta nos brinda su filme más luminoso con una historia ambientada en los convulsos años 70.

«También los homófobos han salido del armario, es algo que me da pavor»

Protagonizada por Cécile de France e Izïa Higelin, “Un amor de verano” narra el encuentro entre Delphine, una joven campesina que, consciente de su lesbianismo, opta por vivirlo en secreto y Carole, una militante feminista enemiga de reprimir sus pasiones, en una época donde el mero hecho de luchar constituía un motivo de alegría.

¿Cuál fue el punto de partida de «Un amor de verano»? Da la sensación de que se basa en recuerdos muy personales.
Fue mi productora y pareja Elisabeth Pérez quien me animó a contar esta historia de amor entre dos mujeres. Yo no las tenía todas conmigo dado que el personaje de Delphine estaba muy próximo a mí y la idea de construir un relato que estuviera salpicado de elementos autobiográficos me generaba una cierta incomodidad. En parte por eso decidí ambientar la historia en los años 70, no solo porque se trataba de una época muy interesante desde el punto de vista dramático, sino porque me permitía tomar cierta distancia.

Al margen de eso me imagino que ambientar su historia en un momento tan convulso, con el movimiento feminista en su máximo apogeo reivindicativo, fue algo deliberado.
Absolutamente, pero no quería recrearme en lo anecdótico ni en lo folclórico. No quería convertir la película en un muestrario de pantalones de campana y melenas al viento. Lo que me interesaba era captar la energía de la palabra y del pensamiento y a partir de ahí aniquilar tópicos absurdos y lugares comunes, como ese que dice que las feministas de aquella época eran marimachos resentidas, cuando lo cierto es que al ver los testimonios gráficos que hay sobre sus asambleas, te das cuenta de que eran mujeres muy femeninas y estilizadas.

Antes ha comentado que cuando le propusieron hacer esta película tuvo sus dudas. ¿A qué se debieron?
Al ser una historia que sentía tan cercana pensaba que me daría mucho pudor plasmar la pasión amorosa que se da entre las dos protagonistas desde el punto de vista del encuentro físico. Creí que no iba a ser capaz de hacerlo. Pero fueron esas dudas las que hicieron surgir, dentro de mí, la determinación de rodar esta película, en primer lugar para demostrarme a mí misma que era capaz de hacerla y segundo para no defraudar a Elisabeth, no solo por su implicación en este proyecto como productora, sino por la confianza y el amor que siempre me ha transmitido.

El personaje de Delphine vive el conflicto de no querer hacer público algo que ella asume que pertenece a su ámbito privado. Por lo que me cuenta, sus recelos a la hora de rodar esta película vinieron dados también por eso.
Sí, de hecho hacer esta película lo he vivido como una especie de ‘salida del armario’ y creo que se trata de un ejercicio muy sano porque poder manifestar abiertamente lo que uno es, es algo muy bello que genera mucha alegría. Esa necesidad de abrirse al mundo yo la veo semejante al florecimiento de una planta y ese tono de revelación, de felicidad y de libertad es el que yo quería para la película.

¿Es por eso que, a pesar de retratar una época donde la confrontación y la represión estaban a la orden del día, optó por un tono tan luminoso?
Es que creo que, a pesar de todas las dificultades, los años 70, fueron una época especialmente luminosa precisamente por ese espíritu contestatario que dejó tras de sí ‘mayo del 68’, con una juventud en lucha por ocupar su propio espacio. Si he puesto el foco en el movimiento feminista es porque de todas las revoluciones que se dieron entonces, fue la que produjo avances más concretos, y eso es algo que se debe al carácter pragmático de las mujeres que dirigieron sus reivindicaciones sobre objetivos muy claros: el reconocimiento de la violación como delito, la despenalización del aborto o el uso de anticonceptivos.

Habrá quien interprete que esa luminosidad que guía la película, lo que denota, en el fondo, es una mirada plena de nostalgia.
Sí, y no me molesta porque, de hecho, yo soy una persona terriblemente nostálgica y creo que eso es algo que también está en la propia naturaleza del cine como medio de expresión. Dicho lo cual tengo que reconocer que entre la gente de mi generación existe una cierta nostalgia de la utopía porque, de hecho, llegamos a pensar que el futuro sería mejor. En mi caso también hay una cierta nostalgia por lo que fueron los valores del ‘colectivo’, cuando nos movíamos todos a una guiados por unos sueños compartidos, no como ahora donde lo que impera es el individualismo y una cultura pequeño burguesa que hace que la idea de futuro esté ligada a la consecución de unos fines materiales: un buen trabajo, un buen sueldo, una buena casa…

¿No cree que las luchas que se daban entonces eran más transversales que las de hoy, donde las reivindicaciones son mucho más sectoriales?
Absolutamente, de hecho en los años 70 había filósofos que iban a las fábricas a fin de difundir su pensamiento entre el proletariado que se había visto excluido del sistema educativo. Existía una energía y una disposición que hoy en día no abunda y, sobre todo, había una sincera alegría en el hecho de luchar. Actualmente cabe encontrar focos de resistencia y de movilización, pero suelen ser movimientos duros, por así decirlo. Además, la izquierda política se ha diluido y le resulta imposible hacer una demostración de fuerza como lo prueban las recientes manifestaciones en París donde, a pesar de todo, no se ha conseguido la tan deseada unidad de acción entre trabajadores, estudiantes e intelectuales. Creo que la diferencia fundamental es que entonces se discutía todo, empezando por los fundamentos del sistema y hoy, sin embargo, estos no se cuestionan, al contrario, se aceptan.

No obstante, en lo que se refiere al reconocimiento de la diversidad sexual aquella fue una época oscura.
Es verdad que entonces la homosexualidad se vivía de una manera casi clandestina y que hoy en día tenemos muchos más derechos y que si los hemos conquistado es porque hemos dejado de ser invisibles, pero, en paralelo, también los homófobos han salido del armario y cada vez son más los que exhiben y hacen visible ese sentimiento de odio. Es algo que me da pavor.

“Al ser una historia tan cercana pensaba que me daría mucho pudor plasmar la pasión entre las dos protagonistas desde el punto de vista del encuentro físico”.


“En los años 70 se discutía todo, empezando por los fundamentos del sistema. Hoy, sin embargo, estos no se cuestionan, al contrario, se aceptan.De todas las revoluciones que se dieron entonces, la feminista fue la que más avances concretos produjo, y eso es algo que se debe al carácter pragmático de las mujeres”.

Urtaran llama a vivir las fiestas de Vitoria sin actitudes sexistas y homófobas

Izal, Dvicio, Esne Beltza, Reincidentes y Celtas Cortos, los platos fuertes de las fiestas de la Virgen Blanca, del 4 al 9 de agosto

El alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, ha llamado hoy a vivir las fiestas patronales de la Virgen Blanca de Vitoria con unas relaciones basadas en el “respeto, la igualdad y la convivencia” para erradicar toda actitud u agresión sexista y homófoba.

Urtaran ha ofrecido una rueda de prensa en el consistorio vitoriano junto con la concejal de Cultura, Estíbaliz Canto, para presentar el programa de fiestas del 4 al 9 de agosto y ha adelantado que en las próximas semanas se dará a conocer un protocolo contra agresiones.

Los platos fuertes de la programación musical tendrán lugar en la plaza de los Fueros a partir de la medianoche, con Izal el día 4, seguido por Dvicio el día 5,Esne Beltza, el 6, Reincidentes el 7 y Celtas Cortos el 8 de agosto.

La edil de Cultura ha explicado que el presupuesto total de las fiestas asciende a 704.500 euros, similar al de ediciones anteriores.

El programa cuenta con 350 actos y, según ha manifestado Canto, se caracteriza por la presencia de grupos locales, el fomento de la participación ciudadana y una apuesta por el euskera, así como por la introducción de criterios de “igualdad y sostenibilidad”.

Canto ha anunciado que habrá espacios íntegramente “euskaldunes”, como la programación completa en euskera de la plaza del Matxete, donde volverán a celebrarse cinco conciertos en lengua vasca tras el parón de los últimos cinco años.

La plaza de los Fueros contará con la actuación de Esne Beltza, el recinto de Txosnas con Eskean Kristo y En Tol Sarmiento, la plaza de la Provincia con el espectáculo “Cuba canta a Euskal Herria” y el “Rincón del humor” con Joseba Usabiaga y Jose Cruz Gurrutxaga.

Entre los grupos locales destaca el concierto de Izal en Fueros, Kodigo Norte en la plaza del Matxete y Gorka Aginalgalde en el “Rincón del humor”.

Los fuegos artificiales tendrán lugar entre el 5 y 8 agosto en Mendizabala a partir de las 23.00 horas con los hermanos Fernández de Murcia el día 5, Pibierzo de León el 6, Martí de Castellón el 7 y cerrará Gironina de Valencia. El público elegirá en una votación popular a través de la web municipal a la pirotecnia ganadora.

Para mejorar la accesibilidad este año se adaptarán la mayoría de los espacios festivos para eliminar barreras para personas con algún tipo de dificultad.

Así, se traducirá el pregón al lenguaje de signos, habrá monitores especializados en este lenguaje en el Espacio Aventura y en los conciertos en los Fueros se reservará un espacio vallado destinados a personas con movilidad reducida.

Las prefiestas arrancarán el martes 2 agosto con el pregón en honor a la Virgen Blanca a las 21.30 horas en la plaza Nueva a cargo de escritora vitoriana Karmele Jairo, seguido de un concierto a cargo de la Banda de Música Municipal.

Por otra parte el alcalde ha anunciado que partir de hoy y hasta el 18 de julio la gente que lo desee puede apuntarse en la web municipal para el sorteo de 50 invitaciones dobles de acceso a la balconada de San Miguel donde vivir la tradicional bajada de Celedón y el “txupinazo” en la plaza de la Virgen Blanca, el 4 de agosto a partir de las 18.00 horas. El sorteo del total de 100 entradas se realizará el 22 de julio.

El drama de Natasha, refugiada transexual

El periplo de Natasha de Pakistán a Grecia

El periplo de Natasha de Pakistán a Grecia EL MUNDO

Los rumores sobre el inminente desalojo del campamento de refugiados de Idomeni, en la frontera entre Grecia y Macedonia, se confirman en la tarde del pasado 23 de mayo. Cientos de policías griegos de paisano peinan todas las tiendas de campaña y comienzan a expulsar a voluntarios y periodistas de la zona. No quieren testigos. Las expulsiones van a tener lugar de madrugada y por la fuerza.

Entre las sombras, un grupo de españoles se mueve a gran velocidad. Intentan sacar de allí, sin ser detectados, a una joven pakistaní que atiende al nombre de Natasha. No pueden dejarla en Idomeni: no tiene dinero, documentación, amigos ni familiares y no domina el inglés; de quedarse, tendría muchas posibilidades de acabar siendo devuelta a Turquía o quizá algo peor.

Sólo 24 horas antes, Natasha había tenido que trasladar su pequeña tienda de campaña a una zona vigilada del improvisado campamento. Durante meses había sufrido abusos, burlas, palizas y robos, principalmente por parte de sus compatriotas, por el único motivo de ser transexual. Casos como el suyo dan sentido a la semana del Orgullo Gay, que se está celebrando estos días en España y otros países para defender el fin de la persecución contra la diversidad sexual y de género. Su situación era límite.

“Tengo miedo, pero también tengo esperanzas”, decía entre lágrimas antes de subirse a un taxi junto a dos voluntarias con las que conseguiría burlar los controles y refugiarse en un piso franco mientras se intentaba tramitar su solicitud de asilo.

Acababa de ser aislada para evitar que siguieran abusando de ella y, sin embargo, no dejaba de sonreír. Cuando uno le preguntaba por sus problemas en Idomeni, señalaba a los chiquillos que correteaban cerca y decía: “Hay muchos niños que sufren y nadie piensa en ellos. Ellos sí que tienen problemas”.

Natasha, maquillada antes de salir de Pakistán, y, a la derecha, en el campo de refugiados de Idomeni, en Grecia

Natasha, maquillada antes de salir de Pakistán, y, a la derecha, en el campo de refugiados de Idomeni, en Grecia. ÁLBUM FAMILIAR / JESÚS BLASCO DE AVELLANEDA

¿Cómo definiría, en una sola palabra, su vida en los campamentos?, le preguntamos. “Soledad. Me siento sola, muy sola. No siento que ésta sea yo“, susurraba con la mirada puesta en la alambrada de una frontera que le cerraron en las narices y que la dejó bloqueada durante meses en el norte de Grecia. Cada noche dormía entre el fango abrazada a sus pocas pertenencias y rezando para que no entraran a pegarle o a intentar violarla, algo que ocurría con demasiada frecuencia.

Generosa, vital y femenina, Natasha no dejaba de sentirse viva y mujer. Se tapaba la cara y se mostraba inquieta ante las cámaras: “Estoy fea. Hace meses que no me tomo las hormonas y no me siento cómoda con mi aspecto”, comentaba entre risas. Para evitar abusos durante el duro viaje, antes de salir de Pakistán se cortó el pelo y suspendió el tratamiento hormonal que había comenzado en 2011.

El viaje más duro

Llora cuando recuerda el viaje, no por lo mucho que ha sufrido sino por lo que ha dejado atrás: “Me acuerdo de mi madre y mi hermana y me siento culpable”, comenta entre sollozos. Y es que para que Natasha esté hoy en Europa, ellas viven esclavizadas hasta pagar la deuda contraída durante el viaje. Un montante que asciende a poco más de 1.000 euros pero que para ellas equivale a ocho años de trabajo.

Tardó dos meses en atravesar Pakistán, Irán y Turquía. Al llegar a Estambul ya habían muerto cinco de los jóvenes que partieron con ella. En la histórica Constantinopla le hicieron trabajar en un taller de costura clandestino durante tres meses sin cobrar. Antes de partir de la costa cercana a la ciudad turca de Esmirna hacia la isla griega de Lesbos, le robaron los últimos 200 euros que tenía, le destruyeron todos sus documentos y le quitaron su tratamiento hormonal para hacerse mujer, que pensaba retomar una vez en Europa.

Ninguno de los que viajaban en la barcaza había visto nunca el mar. No podía dejar de tiritar de frío. Iba tanta gente en el bote que con el movimiento de las olas iban cayendo personas al mar. Muchos murieron antes de alcanzar el puerto de Mitilene, en Lesbos, entre ellos el único chico que quedaba de los que salieron con ella desde su ciudad natal, al noreste de Pakistán.

Ya en la Grecia continental, sola y con lo puesto, fue sometida a explotación sexual y a sistemáticos maltratos físicos por parte de la mafia pakistaní que la controlaba y que la obligaba a trabajar sin recibir contraprestación alguna. Cuando logró fugarse a Idomeni y se encontró con la frontera cerrada y con nuevos abusos y marginación, confiesa que llegó a echar de menos la tierra de donde huyó de todo, hasta de sí misma.

“Pobre como una rata”

En un país como Pakistán, donde la homosexualidad y la transexualidad se consideran graves delitos y pueden estar penadas incluso con la muerte, y donde a los graves problemas de terrorismo, insurgencia, inestabilidad política, corrupción y fracaso institucional se suma una economía abocada, según muchos analistas, al colapso, Natasha no podía ser otra cosa que, según ella misma describe, “transexual y pobre como una rata”.

Nada más nacer su madre la llevaba en brazos cuando salía a pedir por las calles de Gujranwala. A los siete años comenzó a vestirse con ropajes femeninos y a los 12, cuando dejó de mendigar y comenzó a limpiar escaleras, ya había adoptado los atuendos y comportamientos de una mujer. Comenzaba entonces una vida marcada por la constante violencia ejercida sobre ella.

“Mi padre me echó de casa. Mis hermanos me repudiaron, me pegaban. En la calle me han violado, me han llegado a apedrear, a desnudar en plena calle”. Sólo su madre y su hermana pequeña la han apoyado siempre y ayudado a escondidas. Ellas fueron las que sobornaron a la Policía para sacar a Natasha de la cárcel cuando fue detenida por su condición.

Víctima de explotación sexual y laboral, acosada por su familia y perseguida por gran parte de la sociedad, intentó en su desesperación quitarse la vida.

Ahora se alegra de no haber tenido suerte en su intento. No deja de sonreír. Ha vuelto a pintarse y a tomar su tratamiento hormonal y ha recuperado su afición por la peluquería. Tras un mes de dura lucha por parte de voluntarios y organizaciones, Natasha está registrada y es oficialmente potencial demandante de asilo en Grecia. Ya no puede ser detenida ni deportada.

Es libre, pero le cuesta creérselo. Toda una vida de abusos no puede borrarse de un plumazo. Su sueño: poder trabajar en España y saldar la deuda contraída por su madre y su hermana pequeña para su viaje. Siente que ahora sí vuelve a ser ella misma. ¿Cómo definiría en una sola palabra su vida en estos momentos? “Natasha”.