“Críos de 20 años me gritaban que los transexuales somos unos degenerados, que con Franco me fusilarían”

Daniel Peinado, un joven de Granada de 21 años, ha denunciado en Youtube que el pasado martes por la noche fue objeto de una agresión por parte de dos desconocidos por el hecho de ser transexual. “Me insultaron, me pegaron. Críos con 20 años: que somos unos degenerados, unos viciosos, que si Franco levantara la cabeza nos fusilaba, que ellos antes que ser como yo preferirían ahorcarse…”, relata Daniel desde su habitación. Los hechos han sido denunciados a la Policía, según Granada Hoy.

El muchacho explica en el vídeo que sufrió daños en el ojo, en el costado (muestra un hematoma) y en la pierna, que tiene vendada. Pero además, refleja un daño emocional por la impotencia que sintió: “Quiero contar cómo viví la experiencia de tener miedo y decir ¿merece la pena todo esto?”.

Según explica, los hechos ocurrieron en un parque cercano al Palacio de Congresos mientras paseaba a su mascota. Los agresores, a los que no conocía, le llamaron por su nombre y luego le insultaron. Golpearon al perro y finalmente lo golpearon a él. Daniel llegó a temer por su vida: “Supongo que en cierto modo… tenía que pasar. Hubo un momento en que pensaba que me mataban, que no salía de ahí”.

“Esto me ha hecho tener muy claro que antes que vivir una vida de mujer prefiero arriesgarme a estas cosas, aunque me duela y sea difícil, aunque sea un poco inhumano. Nunca te imaginas que vayan a ti. Nunca piensa que realmente hay gente cerca de ti así”, comenta el joven, entre incrédulo, dolido e impotente. Daniel abrió un canal de Youtube el pasado diciembre. En el primer vídeo comunicaba que había comenzado un tratamiento hormonal y ahora cree que los agresores podrían conocerlo por eso.

El relato de Daniel estremece porque refleja el sinsentido con el que actuaron los agresores y la incomprensión del agredido. “Yo no me meto nunca con nadie y no me merecía eso, que dos personas por diversión me dijesen las cosas que me dijeron (…) Mi pregunta es ¿de verdad en pleno siglo XXI hay gente tan patética de llegar a ese extremo?”. “¿A ti qué te molesta que yo sea transexual o deje de serlo?”, se pregunta más adelante.

Daniel Peinado, que recuerda el caso de Alan (un joven de Barcelona que se suicidó en diciembre ante el acoso de sus compañeros) reflexiona más adelante sobre las heridas que le deja el episodio: “Lo que más duele es la parte emocional, pararme y decir, ¿no tengo ya suficiente de verme en un cuerpo que no me corresponde, que no deseo, para que haya hijos de puta que se sacien con una persona, como se saciaron conmigo?”.

La Asociación de Transexuales de Andalucía-Sylvia Rivera ha emitido un comunicado en el que, después de condenar la agresión que relata Daniel, pide a la Junta de Andalucía el desarrollo de medidas contra la transfobia previstas en la Ley Andaluza 2/2014, entre las que se incluyen campañas de sensibilización. “Es hora ya de que el desarrollo de la misma la haga efectiva, entre otras, en medidas contra la transfobia”, explica Mar Cambrollé, presidenta de la asociación.

Un transexual denuncia a dos jóvenes por pegarle una paliza e insultarle en un parque

Un joven transexual de Granada denuncia la agresión sufrida en un parque de la capital a manos de otros dos jóvenes.

Un joven transexual de Granada denuncia la agresión sufrida en un parque de la capital a manos de otros dos jóvenes.

Un joven granadino de 21 años ha denunciado ante la Policía Nacional haber recibido una paliza por su condición de transexual a manos de dos jóvenes que le insultaron y le abordaron mientras paseaba a su perro por un parque de la capital granadina. La víctima ha narrado su experiencia en su canal de YouTubeLa Policía Nacional ha abierto una investigación para tratar de identificar a los autores de la agresión, que se produjo en la noche del martes en la Plaza de la Concordia de los Alminares, en la capital granadina, según han informado a Europa Press fuentes de este cuerpo. La víctima, que ha colgado un vídeo en YouTube exponiendo lo sucedido, relata que los agresores le llamaron por su nombre y cree que le reconocieron por el canal que tiene en esta página web de vídeos.

Entre lágrimas, el joven explica que le tiraron al suelo y le agredieron repetidamente provocándole hematomas en la cara, las costillas, las piernas y otras partes del cuerpo. También le insultaron llamándole “vicioso y degenerado” y afirmando “que si Franco levantara la cabeza le fusilarían” o que “preferirían ahorcarse” antes que ser como él. Pensaba que le “mataban” El joven ha narrado en este vídeo la experiencia de “miedo” que pasó y reconoce que “hubo un momento en el que pensaba que le “mataban, que no salía de allí”.

“Yo no me meto nunca con nadie y no me merecía eso, que dos personas por diversión me dijeran esas cosas”, “tengo el cuerpo lleno de morados (…) pero lo que más me duele es la parte emocional, pararme y pensar si ya no tengo suficiente con verme en un cuerpo que no me corresponde, que no deseo”, sostiene entre sollozos. Tras lamentar que “haya gente” de este tipo “en pleno siglo XXI” les advierte de que no han acabado con su “sueño”, pues a pesar de que se rían de él y le “humillen”, este episodio, que avanza este viernes la prensa local, le hace “el doble de fuerte”

Una pareja denuncia haber sido víctima de una brutal agresión homófoba en Santiago

Noyicia publicada por La Voz de Galicia

El incidente ocurrió en un supermercado tras un incidente con un perro. Los dueños de otro can le dieron dos puñetazos al denunciante. La persecución continuó en el hospital donde fue atendido y de donde el matrimonio gay tuvo que salir escoltado

Supermercado donde tuvo lugar la agresión

Supermercado donde tuvo lugar la agresión

n las últimas horas las redes sociales se han llenado en Santiago de mensajes de condena contra una agresión que tuvo lugar este lunes día 8, sobre las 21.00 horas, en el supermercado Familia de la rúa Galeras de la capital gallega. El denunciante, Antonio José Roldán Sánchez, explica que se dirigía hacia el establecimiento con su perro, al que tenía intención de dejar fuera, pero ante la presencia de otro can que trataba de morder al suyo, prefirió entrar en el supermercado para preguntar quién era el dueño.

Rápidamente y -según declara su marido, Roberto Santiago- «sin mediar palabra», un hombre que se encontraba acompañado por otro junto a la caja registradora se abalanzó sobre él y le dio dos puñetazos en la cara. Tras comenzar a sangrar, se sucedieron múltiples insultos homófobos (como «maricón» o «sidoso de mierda, espero que no me contagies nada»). Incluso, le mencionaron que no era la primera vez que «iban a por él». Antonio Sánchez recordó entonces otro episodio en el que un hombre se le acercó con un paraguas por la calle y le avisó de que le «iba a matar».

Tras avisar a la Policía Nacional, y mientras llegaban los agentes, el marido del denunciante se acercó también al supermercado, donde los agresores le dedicaron nuevas ofensas homófobas. Fue justo después, cuando los policías identificaron a los dos hombres, de entre 40 y 50 años, que no quisieron declarar.

Ya solos en el supermercado, el matrimonio explica que se trasladaron en ambulancia hasta el PAC del Clínico, para que Antonio fuera atendido de sus múltiples lesiones en el ojo y en la boca.

La historia, sin embargo, no terminó ahí. Roberto Santiago denuncia que mientras fumaba fuera del hospital  vio de nuevo a los dos agresores que estaban esperándoles fuera del centro. La persecusión continuó entonces por el centro de salud y hasta la habitación donde estaba el agredido, que era «custodiado» por médicos y enfermeros. Finalmente, y tras avisar de nuevo a la policía, el matrimonio tuvo que salir escoltado del hospital, que abandonaron entre insultos de los agresores. Desde el Clínico fueron directamente a poner la denuncia en comisaría.

Reacciones de condena

Varios colectivos, partidos y ciudadanos compostelanos se han sumado a las reacciones de condena ante esta agresión homófoba. El grupo Ultreia LGTBI, que aclara que ya se ha puesto en contacto con el Concello de Santiago para que en las próximas horas tenga lugar en la capital gallega un acto de repulsa, incide a través de un comunicado, en que «non podemos permitir que no século XXI por unha cuestión de orientación sexual se discrimine, ataque e persiga a homes e mulleres».

La formación recuerda que a pesar de que «moitos pensan que xa está todo conseguido, é todo o contrario» y que «nos últimos anos os actos homófobos aumentaron en Galicia». Por ello, desde este grupo reclaman a la Xunta que se «poña en marcha a lei pola igualdade de trato e non discriminación de lesbianas, gais, transexuais, bisexuais e intersexuas de Galicia, a cal leva aprobada case dous anos e a día de hoxe ainda non se comenzóu a súa implantación, unha lei que esta gardada no mais profundo dun armario».

Desde la secretaría de LGTBI también se ha solicitado una reunión con la Valedora do Pobo y con el fiscal de igualdade para poder analizar estos casos. En Santiago no se había denunciado una agresión homófoba desde hace dos años.

Denuncian una agresión homófoba en Santiago al grito de “maricón” y “sidoso de mierda”

“Maricón, te voy a matar” o “sidoso de mierda, espero que no me contagies nada” son algunas de las frases que tuvo que escuchar A.J.R.S., un vecino de Santiago de Compostela de 44 años que el pasado lunes fue presuntamente víctima de unaagresión homófoba en el interior de un supermercado de la capital gallega y, más tarde, recibió insultos y amenazas de características similares en el centro de salud en el que le estaban atendiendo.

El agredido y su marido, R.S.B., presentaron una denuncia en la Comisaría de la Policía Nacional en la que relatan los hechos, ocurridos pasadas las nueve de la noche de este lunes en un supermercado de la calle Galeras de Santiago. Fuentes policiales confirman que en la comisaría figuran datos identificativos tanto de los denunciantes como de los dos varones que presuntamente realizaron la agresión, y los hechos ya han sido puestos en conocimiento del Juzgado de Guardia.

Todo empezó, según relatan, cuando A. llegó con su perro a un supermercado próximo a su casa y, al intentar dejarlo atado en la puerta, se encontró con que no podía porque ya había otro animal que podría atacarlo. Entró al establecimiento para preguntar de quién era el otro perro y ver cómo procedía, pero en ese momento un cliente salió y le dijo: “Eres un maricón”, y le amenazó de muerte.

El hombre “estaba alucinando” y se metió en el supermercado. En ese momento, otro individuo que acompañaba al primero “se le echó encima” y le pegó dos puñetazos, según la versión que aporta el agredido y que asegura que tiene que estar recogida en las grabaciones de seguridad del supermercado. Tras la agresión, quedó en el suelo con lesiones leves y el atacante tenía un rastro de sangre en la mano. Fue en ese momento en el que le dijo “sidoso de mierda, espero que no me contagies nada”.

Lo ocurrido causó un gran revuelo en el supermercado y fueron alertados tanto la Policía como su marido, que, a su llegada, asegura que “ya me di cuenta de que ellos sabían perfectamente quiénes éramos”. Los agentes desplazados al lugar tomaron datos de los implicados en el incidente y los denunciantes aseguran que incluso “delante de la Policía seguían llamándole maricón y sidoso”.

El agredido fue trasladado al Punto de Atención Continuada (PAC) situado en elHospital Clínico de Santiago mientras su marido llevaba a su perro a casa. Media hora después, cuando aún estaban atendiéndole, su marido salió a fumar un cigarro y vio que los dos hombres, de entre 40 y 50 años, que les habían atacado en el supermercado estaban allí.

Les persiguieron por una foto

“Se tuvo que esconder”, llegó a “correr por los pasillos del hospital” y fue necesario que mediasen un guardia de seguridad y una médico, hasta tal punto que, según han hecho constar en la denuncia, “tuvimos que salir prácticamente escoltados”. Habían ido hasta allí porque en el supermercado, tras la agresión, les había sacado una foto y le pedían que la borrase.

En cuanto fue atendido de las lesiones en la cara y la boca y recibió el alta, acudieron directamente a la Comisaría, a denunciar una agresión en la que aseguran que les “dijeron de todo”, frases tan amenazantes como “maricón de mierda, te meto unas hostias, un día te va a pasar algo”.

Desde el lunes, el agredido, que prefiere que no se difunda su nombre completo, “no quiere salir de casa, está angustiado”, pero sí ha querido dar a conocer lo ocurrido a través de su marido, con el que lleva casado desde el año 2011. Consideran que “es claramente homófobo y serofóbico” y son comportamientos que hay que denunciar y perseguir. De hecho, han recordado que hace unos meses un hombre le “había amenazado en la calle” y no descartan que ambos incidentes puedan tener algo que ver, si bien en aquella ocasión no presentó denuncia.

Denuncian una nueva agresión homofóbica en Madrid

Un chico gay de 25 años fue increpado y golpeado en la calle Cea Bermúdez de Madrid por tres jóvenes en la madrugada del sábado al grito de maricón.

El joven volvía a su casa el sábado a las seis de la mañana cuando se cruzó con tres chicos de unos 25 años que le increparon al grito de maricón. A continuación los tres chicos le rodearon y le golpearon por todo el cuerpo, con puñetazos y una patada en el estomago de la cual tiene marcas visibles. Rápidamente varios testigos de la agresión acudieron a socorrerle y los agresores huyeron, han comunicado desde la asocación Arcópoli.

En el mismo momento de la agresión, uno de los testigos informó a Arcópoli y rápidamente nos pusimos a su disposición. La victima fue atendida por la policía en la misma calle y más tarde acudió a la Fundación Jiménez Díaz para ser atendido por las múltiples contusiones y solicitar un parte de lesiones. A continuación la victima acudió a interponer la denuncia en la policía nacional.

Desde Arcópoli añaden que han ofrecido una labor de acompañamiento, asesoría jurídica y psicológica y han puesto en conocimiento de estos hechos al comisario de Delitos de Odio de la Comunidad de Madrid, a la fiscalía de Delitos de Odio y al concejal de seguridad del ayuntamiento de Madrid.

Yago Blando, coordinador de Arcópoli señala que “tristemente en menos de 24 horas, el Observatorio Madrileño contra la LGTBfobia ya ha recibido la primera denuncia por delito de odio, lo que demuestra que esta iniciativa era indispensable y solicitamos el apoyo de las administraciones madrileñas. Desde Arcópoli lanzamos un claro mensaje a los homófobos: estos delitos ni son impunes ni van a quedar impunes.”

Víctimas de acoso escolar: “Los profesores contribuyen a que se banalice la violencia”

“Cualquiera puede ser un acosador. El perfil no es el del típico macarra”

Nidia Represa, Enrique Fonseca y Francisco Polo

Nidia Represa, Enrique Fonseca y Francisco Polo. ANTONIO HEREDIA

“¿Y tú no has hecho nada?” “Qué raro que siempre te toque a ti” o “No me cuentes tu vida, que yo también sufro mucho” son algunas de las frases que más escuchaba Enrique Fonseca, 28 años ahora, cuando denunciaba a sus profesores que sufría acoso escolar. Que en los intercambios de clase le aplastaban contra la pared tres o cuatro compañeros, que le escupían, le pegaban, le daban collejas. Y que fue así sistemáticamente y a diario durante dos años.

“Nunca me atreví a decírselo a mi familia. Hubiera sido como reconocer que era un pringao. Trataba de ocultarlo por todos los medios. Y si llevaba algún moratón, me lo tapaba”, recuerda. Pero sí avisó a sus maestros, de un colegio de Valladolid, sobre lo que estaba ocurriendo. Sí buscó ayuda en ellos, sin éxito. Por eso, en una reunión que ha mantenido esta mañana con el Ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, para tratar el asunto, esta víctima de acoso escolar le ha pedido que haga algo para que “los colegios presten más atención a los niños que denuncien”. Y que se pongan los medios para que “no haya ni impunidad ni desprotección”.

Junto a este joven, que luego ha sacado sus fantasmas a través del activismo político y ahora vive en Praga, han dado su punto de vista al ministro otras dos víctimas de acoso. Nidia Represa, autora del libro Bajo mi piel, y Francisco Polo, director de la plataforma de Change.org en España.

Todos ellos han coincidido en una cosa, que han transmitido a Méndez de Vigo, quien se ha comprometido a estudiar todas sus propuestas para ver cómo incluirlas en el Plan Estratégico de Convivencia Escolar. Es la siguiente: “En todos los colegios hay casos de acoso y no sólo uno. Las escuelas son una minisociedad en la que impera la ley del más fuerte”.

Uno de los principales problemas que Enrique Fonseca ve a la hora de abordar el acoso escolar es que todos los informes fallan en lo mismo, “en dibujar el perfil del acosador como el típico macarra, como el Nelson de ‘Los Simpsons’, pero no es real. Cualquiera puede ser un acosador si se dan las circunstancias propicias para ello, casi actúan así por instinto de supervivencia”, admite este joven, que explica que ahora se lleva bien con sus acosadores.

También ve un error en que “los profesores censuran acciones leves pero no graves y esto contribuye a que la agresión se banalice. Los niños están en un momento en el que están aprendiendo lo que es la justicia y hay que orientarles”.

Las medidas para combatirlo

Nidia Represa cree que lo prioritario para paliar el acoso es “educar” y “dar charlas en los colegios para explicar cómo se siente un chico acosado y que los profesores se puedan dar cuenta de su situación”. Habla con conocimiento de causa. Sufrió bullying en la escuela y le ha costado mucho salir de eso. Tanto, quesufrió estrés postraumático y hay muchos episodios de aquella mala época que no recuerda. “Lo mío era un acoso psicológico. Me insultaban por lo bajo y la profesora me regañaba a mí y si lloraba me decía que era una excusa para escaquearme de decir la lección”.

En su caso, quien se dio cuenta de que algo pasaba fue su madre. “Yo estaba bloqueada, no se lo conté a nadie. Me costó mucho verbalizarlo. Incluso cuando me cambiaron de colegio me seguían acosando por Tuenti y las redes sociales. Mi madre me salvó, se dio cuenta de que algo iba mal”.

Por su experiencia, insiste a los profesores y a los padres de que estén atentos a los cambios de los hijos y alumnos. “Yo me ponía el pelo por la cara, para ocultarme. Cambió la relación con mi familia, dejé de hacer los deberes… Pueden parecer cosas nimias, pero indican que algo pasa”, afirma.

Por su parte, Francisco Polo ha recordado que sufrió dos tipos de acoso: “Uno, por ser el diferente. Soy gay y de niño llamaban a mi padre para decirle que tenía un hijo maricón. Yo lo pasaba fatal. Y, el segundo, porque era el estudioso de la clase”. Este empresario de éxito afirma que el acoso no es “un juego de niños”,que hay que desterrar esta idea, esta expresión, porque no es ninguna broma. Y ha advertido del problema aún mayor que tienen los niños homosexuales o transexuales porque “son incapaces de verbalizar su sexualidad y, por tanto, tampoco cuentan nada del acoso que sufren”.

El Secretario de Estado de Educación ha declarado que ha sido una reunión muy productiva. Entre las medidas que ya hay propuestas en el borrador del Plan de Convivencia, destaca el teléfono de atención a las víctimas de acoso, que funcionará 365 días al año y será gratuito; una guía para padres e itinerarios de formación del profesorado en convivencia.

Por su parte, Francisco Polo le ha propuesto al titular de Educación habilitar un espacio en la web Change.org para que todos los implicados en el ámbito educativo puedan hacer propuestas para combatir el acoso.

No es un hecho aislado, se llama patriarcado

Artículo publicado en Diario Información

Hoy es el último día del primer mes del año y el balance de mujeres asesinadas como efecto de la violencia patriarcal es terrorífico. Once mujeres. De todas las edades, desde los 17 meses de la niña Alicia, defenestrada por el hombre que mantenía con su madre una relación afectivo-sexual (?), hasta los 80 años de la mujer cuya identidad no ha trascendido y que murió como consecuencia de los abusos sexuales perpetrados por uno de los «cuidadores» de la residencia en la que vivía. De todas las condiciones sociales, con denuncia y sin ella. Once mujeres asesinadas por once hombres que no son locos ni sufrían transtorno alguno que explique esta conducta violenta. Once mujeres asesinadas y once hombres asesinos. Como afirmamos desde el feminismo y gritamos en las concentraciones de repulsa de la violencia machista: no es un hecho aislado, se llama patriarcado. Pero esto parece no entenderse.

Se habla desde el ámbito político de «soluciones habitacionales para las mujeres maltratadas», de mejora de los dispositivos de denuncia con figuras como la del acompañamiento judicial y de muchas otras que se centran en contrarrestar los efectos de la violencia patriarcal, pero muy poco o nada en atajar la causa. Incluso se proponen simultáneamente otras medidas que proporcionan nutritiva vitalidad a esa causa (como la consideración de la prostitución como un trabajo como otro cualquiera o la posibilidad de que las mujeres podamos alquilar nuestro vientre). Y la causa no es otra que la vigencia de lo que desde el feminismo se ha teorizado claramente desde hace ya al menos medio siglo como patriarcado. Un sistema de dominación secular basado en el poder de un sexo sobre otro. Conocer este sistema, ser conscientes de su vigencia y empeñarse en desactivarlo es tener lo que denominamos conciencia crítica feminista ¿Y qué se hace para posibilitar la existencia de esa conciencia crítica? Poco, por no decir nada. Una mirada al ámbito educativo y a otros determinantes en nuestra socialización resulta bastante desalentadora al respecto.

Pendones en balcones de edificios institucionales, concentraciones, minutos de silencio e incluso campañas de sensibilización contra los malos tratos han ayudado a que aumente el rechazo social a estas manifestaciones violentas de la desigualdad de mujeres y hombres, pero, como reflexiona la filósofa Luisa Posada, eso no viene siempre acompañado de una conciencia crítica. En sus palabras: «la misma estructura social que (?) condena el hecho en sí de esta violencia y sus manifestaciones luctuosas, perpetúa a la vez las condiciones de dominio de un sexo sobre otro como estructura central de relación; y, con ello, sigue haciendo posible esa violencia». No acabaremos con la violencia contra las mujeres mientras sólo veamos sus efectos y no su causa.

Torturas, destierro y examen anal

TÚNEZ En el quinto aniversario de la revolución

Un grupo de homosexuales se manifiesta en Túnez

Un grupo de homosexuales se manifiesta en Túnez. CHEDLY BREN IBRAHIMCORBIS

A M. lo encerraron en prisión como a sus otros cinco compañeros. Allí vivieron un auténtico calvario. Los golpearon, les cortaron el pelo a cero. Los metieron en una celda con otros 190 presos, que les pegaron, les insultaron, les obligaron a bailar desnudos y les violaron con palos. Fueron suspendidos por los brazos y golpeados con un cable. Así 20 días, cotidianamente. Su delito: ser homosexuales.

M. no quiere dar su nombre. Está traumatizado. Su rostro ensombrecido todavía es la expresión del sufrimiento. Se cubre su cabeza con la capucha de su sudadera negra. “Sólo quiero volver a sonreír. Mi vida ya no tiene futuro. He perdido a mi familia, mis estudios. Ya no tengo nada”, dice a EL MUNDO, sentado en un café a las puertas de la kasbah. Tiene 21 años y era estudiante de Filología inglesa. “Quiero irme del país. ¿Adónde iré? No lo sé”, concluye.

Una mueca en sus labios anuncia las lágrimas. M. intentó quitarse la vida en prisión, robando los medicamentos de un preso diabético. Seca sus ojos y le abraza con delicaceza B. Él ha vivido lo mismo. Está muy delgado y pálido, pero fuma compulsivamente. Un gorro de lana color canela oculta su cabeza rapada. Estudiaba segundo curso de Filología árabe. Ya no podrá acabar su carrera, al menos no por ahora.

“Fui a la facultad a hacer un examen y sólo pude quedarme apenas una hora. Todos los compañeros me acosaron y me amenazaron, incluso los que eran mis amigos. Tuve que irme para salvar la vida. Si me hubiera quedado allí un minuto, me hubieran linchado”, relata. B. cuenta que ya no es sociable, que tiene miedo. “No puedo quedarme en Túnez. Todo el mundo ha participado en esta tortura. Tengo que salir del país”, afirma.

M. y B. son parte de un grupo de seis estudiantes de Kairuan (en el interior de Túnez) que fueron detenidos en diciembre, juzgados y condenados a tres años de prisión y cinco de destierro por “prácticas homosexuales”. Uno de los acusados fue condenado a otros seis meses de cárcel más por “atentado contra el pudor”, al encontrar un vídeo pornográfico en su ordenador.

Vidas truncadas

Los chicos fueron forzados a someterse a un examen anal para ‘probar’ su culpabilidad. “El test anal es un ataque contra los derechos humanos y está considerado por la ONU como una forma de tortura”, denuncia Ahmed Ben Amor, vicepresidente de Shams, una asociación que defiende los derechos de los homosexuales en Túnez.

“Hemos visto cómo la vida de estos jóvenes ha sido destruida. Sufren un gran trauma psicológico. No pueden dormir, tienen miedo de salir a la calle. Han sido rechazados por sus familias. Han perdido sus estudios”, remarca Ben Amor, que a sus 19 años es la cara visible de la asociación Shams.

Los jóvenes -cuatro tienen 18 años y dos de ellos, 21- fueron puestos en libertad provisional el 7 de enero, a la espera del juicio de apelación, el 25 de febrero. Mientras, están escondidos. Su caso ha levantado una fuerte indignación en la sociedad tunecina. Numerosas personalidades progresistas y asociaciones defensoras de las libertades civiles dentro y fuera de Túnez han llamado a la necesidad de abolir el artículo 230 del Código Penal, que criminaliza la homosexualidad.

“Tenemos una nueva Constitución, pero un Código Penal que data de la época de la colonización francesa y que falla en la aplicación de la ley. La represión contra los gays es contraria a la imagen idílica que Túnez comercializa“, afirma el joven activista.

Prácticas ‘inhumanas’ y ‘degradantes’

En los últimos meses, los colectivos homosexuales han visto incrementada la presión social y de las autoridades. La propia Shams, después de que en mayo de 2015 se convirtiera en la primera asociación que milita por los derechos LGBT que era legalizada en Túnez, sufre ahora el acoso del Gobierno. En noviembre, el ex ministro de Sanidad y diputado del partido islamista En Nahda Abdellatif Mekki lanzó una diatriba en el Parlamento que sostenía que Shams era un peligro para la sociedad. Poco después, un tribunal suspendió sus actividades por 30 días, acusándola de violar la ley de ONG. La vista en la que se juegan su legalidad se celebra este martes 19 de enero.

Han quemado nuestra sede tres veces. Hay una estigmatización en la que han participado medios de comunicación como la televisión Zeituna [próxima a los islamistas de En Nahda], que apeló a la lapidación de los homosexuales, lo que ha devenido en un estado de violencia contra nuestro colectivo”, cuenta Ben Amor.

El caso de M., B. y sus otros cuatro compañeros no es el único. En septiembre, otro joven fue condenado a un año de prisión por “prácticas homosexuales” y sometido a un examen anal. Esta práctica ya fue denunciada entonces por las asociaciones civiles por “cruel”, “inhumana”, “degradante”, contraria a las leyes internacionales y asimilada a un acto de “tortura”. Pero la historia volvió a repetirse con los ‘seis de Kairuan’.

“La situación va de peor en peor en Túnez. Los gays recibimos amenazas de muerte, insultos y agresiones en la calle. La ausencia del Estado permite que esta gente ejerza su odio y su complejo de masculinidad contra nosotros”, denuncia Ben Amor.

Agreden a una transexual en Madrid al grito de “tú eres un maricón”

Una mujer transexual fue insultada y agredida el domingo con gran violencia y pérdida de consciencia en la plaza de Lavapiés de Madrid, según ha denunciado este martes la asociación de lesbianas, gais, transexuales, bisexuales y heterosexuales de las Universidades Politécnica y Complutense de Madrid (Arcópoli).

Se trata del tercer delito de odio de este tipo del que tienen conocimiento en los primeros días de 2016. El 1 de enero un joven fue agredido a la salida del Metro, en el madrileño barrio de Salamanca, por su condición homosexual.
En este caso, la víctima, una mujer transexual de más de 50 años, atendió a unos chicos que le pidieron tabaco. Al abrir el bolso los varones empezaron a agredirla brutalmente al grito de “tú eres un maricón”.

A continuación, recibió un fuerte golpe en la cara que le ha provocado varios hematomas, y como consecuencia perdió brevemente la consciencia, recuperándola tras haber recibido golpes por todo el cuerpo y encontrarse caída en el suelo.
Tras la huída de los agresores, la mujer fue atendida allí mismo por el Samur-Protección Civil, que la llevó a un hospital para ser examinada. Se le encontraron varios hematomas y contusiones por todo el cuerpo con pronóstico leve.

“Éste es uno de los más brutales ataques por LGTBfobia de los que hemos tenido noticia en los últimos meses e indica que queda muchísimo trabajo que realizar con las instituciones para erradicar esta lacra. Hay que dar una respuesta urgente a la ola de agresiones contra personas lesbianas, gais, transexuales y bisexuales. Demandamos la colaboración absoluta de los diferentes gobiernos para garantizar la seguridad de las personas LGTB en la vía pública”, ha declarado el coordinador de de Arcópoli, Yago Blando.

Arcópoli ha recordado que llevan dos años trabajando duramente en la denuncia de agresiones por delitos de odio, y que se reunirán en breve con el concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Madrid, Javier Barbero, que les ha brindado todo el apoyo municipal contra la LGTBfobia. “Reclamaremos mayores herramientas para poder trabajar por la erradicación de los delitos de odio”, han señalado.

Asimismo, la asociación ha pedido “mayor implicación autonómica” y la aceptación de un plan de impacto contra agresiones que reclaman a las instituciones desde hace más de un año.
Con respecto a la Policía, Arcópoli solicitará hoy mismo una reunión con Delegación de Gobierno y el comisario especializado en delitos de odio para seguir mejorando los protocolos. Además, está trabajando de forma muy estrecha con la Policía Local de Fuenlabrada para el desarrollo de una campaña de concienciación de la importancia de la denuncia que publicarán en las próximas semanas.

Cuatro detenidos por mutilar y quemar a una lesbiana en Sudáfrica

Pese a que es el único país africano que reconoce el matrimonio entre homosexuales, éstos son condenados por buena parte de la población

La Policía sudafricana ha detenido a cuatro personas por el asesinato de una joven lesbiana cuyo cuerpo fue mutilado y quemado en una localidad al sur de Johannesburgo. El cadáver de la víctima, que tenía entre 18 y 20 años, fue encontrado en un descampado del municipio de Sebokeng atado, calcinado y con los órganos genitales mutilados.

Los ataques homófobos y las llamadas violaciones correctivas (perpetradas contra lesbianas para curar su homosexualidad) son un fenómeno habitual en las zonas deprimidas habitadas por personas de raza negra de Sudáfrica, que tiene una de las constituciones más progresistas del mundo en materia de derechos sexuales.

“Los sospechosos han sido detenidos”, dijo al diario The Citizen un activista político local, que se manifestó junto a miembros de la comunidad gay ante la comisaría de Policía para pedir justicia. “Por el momento, no sabemos si la policía lo clasificará como un crimen de odio”, agregó el activista, quien recordó que en los últimos meses dos lesbianas de la zona han sido violadas.

Colectivos gays sudafricanos han pedido en numerosas ocasiones la aprobación de leyes especiales para los delitos contra las minorías sexuales, que actualmente son tratados como delitos comunes por la ley y las estadísticas en el país austral.

Sudáfrica es el único país africano que reconoce los matrimonios entre personas del mismo sexo y el derecho a la adopción de las parejas del mismo sexo. Sin embargo, las relaciones homosexuales son condenadas por buena parte de una población mayoritariamente pobre y poco educada, entre la que predominan las actitudes machistas.