Nuevas agresiones homófobas en Madrid al grito de “puto maricón”

Besada celebrada en 2014 en Madrid contra las agresiones homófobas

Besada celebrada en 2014 en Madrid contra las agresiones homófobas / M.D.

Madrid se ha vestido esta semana de banderas arcoíris para conmemorar el Orgullo LGTBI mientras el colectivo sigue denunciado agresiones homófobas. La última, este miércoles por la noche, cuando tres jóvenes volvían a sus casas tras haber asistido al pregón en la madrileña plaza Pedro Zerolo. Salían del metro sobre las 23:00 horas y “aparecieron tres chavales detrás de nosotros que empezaron a gritarnos ‘maricón, vete a comer pollas’ o ‘id a chueca’ al tiempo que nos empezaron a tirar piedras”, cuenta Raúl, uno de los agredidos.

Los tres, que forman parte de la junta directiva del colectivo por los derechos LGTBI Magdalenas Diversas, cambiaron de rumbo y se dirigieron a casa de Raúl para cenar. Unas dos horas después, “cuando mis dos amigos se iban, a uno le siguieron otros dos chicos distintos”, que empezaron a insultarle y le rompieron el labio de un puñetazo. El joven remarca que los tres portaban banderas arcoíris, chapas y abanicos.

Uno de ellos ha vuelto ha sufrir otro episodio esta misma mañana al subir a un autobús en el madrileño barrio de San Blas. En esta ocasión, dice Raúl, también iba con chapas similares. “Un neonazi del distrito, al que ya conocemos, le ha empezado a llamar ‘maricón de mierda’, pero la gente que había en el autobús ha salido en su defensa y no ha pasado nada más”, explica el integrante del colectivo.

Otra agresión en la ciudad

Este mismo jueves la organización LGTBI Respeta ha denunciado los hechos que se produjeron el pasado viernes sobre las 20:30 de la noche en la calle López de Haro. Una pareja de dos chicos fueron agredidos mientras paseaban y repartían panfletos contra la discriminación al colectivo.

“Pasaban por un supermercado y se encontraron con un grupo de unas veinte personas que vestían camisetas con las letras ‘HSM’, presumiblemente del colectivo nazi Hogar Social Madrid’, que tras un cruce de palabras comenzaron a golpearles en el cuerpo al grito de ‘puto maricón’ y ‘maricón de mierda'”, cuenta Adolfo Martínez, portavoz de la asociación.

En ese momento, uno de ellos comienza a ser perseguido por un grupo de agresores después de que comenzara a correr para huir y se resguarda en un establecimiento de la zona. “Los vecinos y los dueños de la tienda no dejan entrar a los agresores, que se alejan para coger objetos como botellas y vuelven”, afirma Martínez. “Es en ese momento cuando el chico decide salir del establecimiento y correr hasta dejarlos atrás”, continúa.

Tanto estos últimos como los jóvenes agredidos en San Blas han decidido denunciar los hechos. Algo que no hacen la mayoría de gays, lesbianas, bisexuales o trans que sufren episodios de violencia. El colectivo Arcópoli ha contabilizado 105 agresiones homófobas o tránsfobas en lo que va de año solo en Madrid. De ellas, únicamente 17, el 16%, se han puesto en conocimiento de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. “Los delitos de odio no se denuncian, no es que no existan, pero solamente así podemos acabar con esta lacra”, dice Martínez.

Madrid: Tres jóvenes gais, agredidos en San Blas tras acudir al pregón del Orgullo

El colectivo Arcópoli tiene registradas 107 agresiones homófobas en la región en lo que va de año

Tres jóvenes gais de entre 21 y 25 años han sido agredidos esta madrugada cuando regresaban de asistir al pregón del Orgullo, celebrado ayer en el barrio de Chueca. Un grupo de personas les ha increpado, les ha insultado y les ha lanzado objetos. En lo que va de año, el colectivo Arcópoli, de defensa del colectivo de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (LGTBi) lleva registradas 107 agresiones homófobas en la región en lo que va de año.

Los jóvenes regresaban a sus domicilios cuando se toparon con un grupo de tres chavales (dos de ellos menores de edad), en la plaza de Alsacia y en la avenida de Guadalajara, en el distrito de San Blas. Sus integrantes comenzaron a insultarles con improperios como “maricones y comepollas”. Los jóvenes subieron al domicilio a uno de ellos, sin enfrentarse a sus atacantes. “Llevábamos las banderas arcoiris [símbolo del movimiento LGTBi] y por eso nos reconocieron. De todas formas, saben nuestra orientación sexual porque llevamos toda la vida residiendo en este barrio”, señala una de las víctimas.

Cuando terminaron de cenar, uno de los jóvenes gais se marchó a su casa. Le estaban esperando de los atacantes, que siguieron con los insultos. En este caso, la víctima sí se encaró a ellos y les recriminó su actitud. Los chavales le empezaron a tirar manzanas y hasta piedras, cuando caminaba por la calle de los Hermanos García Noblejas. Una de ellas le alcanzó en la cara y le partió el labio. El herido pudo llegar a su casa y curarse la herida.

Los agredidos tienen previsto acudir esta tarde a la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía del distrito y denunciar los hechos. “Ante todo tenemos más ganas de acabar con este tipo de ataques y que se tomen medidas”, explica uno de los agredidos.

El colectivo Magdalenas Diversas, al que pertenecen los jóvenes, ha convocado una concentración a las seis de la tarde de mañana en la plaza de Alsacia para denunciar la agresión y pedir medidas contra este tipo de ataques. A la misma está prevista que se sumen otras asociaciones, como Arcópoli. 

PEGATINAS HOMÓFOBAS EN CHAMBERÍ

La glorieta de Bilbao ha amanecido esta mañana con nuevas pegatinas homófobas, según ha denunciado Arcópoli. En las mismas se ve a un grupo de personas pintadas con el arcoíris y justo en medio una con perfil negro y el logotipo del grupo neonazi Bases Autónomas. Sobre ellas se lee el texto: “Somos diferentes”.

El colectivo de defensa LGTBi ya se ha puesto en contacto con la Policía Municipal para denunciar este hecho, de forma que lo investiguen por si supone un delito de odio.

Las 88 agresiones homófobas en Madrid que no llegan a la comisaría

Arcópoli ha contabilizado 105 agresiones homófobas o tránsfobas en Madrid en lo que va de año

Arcópoli ha contabilizado 105 agresiones homófobas o tránsfobas en Madrid en lo que va de año EFE

Casi 50 años después de que un grupo de trans, lesbianas y gays hicieran frente a la policía de Nueva York en los alrededores del pub Stonewall Inn, el colectivo LGTB sigue contabilizando agresiones homófobas y tránsfobas en Madrid. Frecuentemente se considera aquel 28 de junio el inicio de la lucha contra todo un sistema que perseguía a aquellos que no respondían a los patrones sexogenéricos impuestos. Pero aún hoy a muchos siguen pisándoles los talones cuando vuelven a casa por la noche y muchos evitan esa calle para no palpar el riesgo de recibir una paliza.

Como Sergio, que perdió el conocimiento tras uno de los empujones que les dieron a él y a su amigo al grito de ‘banda de maricones'”. La que sufrió este joven madrileño es una de las 105 agresiones homófobas o tránsfobas que ha contabilizado la asociación LGTB Arcópoli en la capital desde el inicio del año. De ellas, solo se han denunciado ante las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado 17. Es decir, 88 agresiones son invisibles para la Policía.

Algo similar ocurre con los datos que proporciona el Ministerio del Interior en su informe anual de delitos de odio. El último, correspondiente a 2015, contabilizó 169 incidentes por homofobia en toda España. Pero en la estadística solo se incluyen aquellos que han sido puestos en conocimiento de un agente. Según relató a eldiario.es, Sergio acudió a comisaría poco después de la agresión para denunciar ante un policía.

Pero la formación de los agentes es “insuficiente”, según sostiene el jefe de la Policía Local del municipio madrileño de Fuenlabrada y portavoz de la Plataforma por la Gestión Policial de la Diversidad, José Cano. Arcópoli, a través de su Observatorio contra la Homofobia, Bifobia y Transfobia, imparte cursos a varios cuerpos de policía madrileños, pero “es fundamental poner en marcha un proceso de formación intensiva”, explica Cano. Y ejemplifica: “Si un agente presencia un puñetazo a un chico que se estaba besando con otro, puede dudar si es un ataque de odio, pero si el agresor tiene tatuado en el brazo ’88’ –símbolo del saludo Heil Hitler– podrá identificar mejor la motivación”.

Pero eso requiere, matiza Cano, que “los policías lo sepan, y muchos aún no tienen esa formación”. El portavoz asegura que los de odio, como los homófobos, son “delitos complejos, que requieren muchos medios de prueba… y por ello se necesita tanta información para identificarlos”.

La normalización de la violencia

Sergio sí denunció, pero no lo hizo el amigo que le acompañaba y al que también agredieron. “Por vergüenza y por miedo”, contó el joven. La Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea –FRA– elaboró en 2013 un estudio que cuantificaba en un 80% el número de victimas de discriminación que viven las agresiones en el ámbito privado, sin denunciar.

Entre los motivos para no poner en conocimiento de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado la agresión, el informe enumera  la desconfianza en que la policía hiciera algo al respecto –32%– o pudiera hacerlo –19%–, el miedo a la reacción de los agentes –19%–, el temor a las represalias –16%– o la vergüenza –15%–. Sin embargo, la razón más frecuente –48%– es “no se me ocurrió” o “no me pareció lo suficientemente grave”.

Rubén López, vocal de delitos de odio de Arcópoli, recibe casi diariamente llamadas de chicos y chicas a los que han agredido junto a insultos homófobos o tránsfobos. Ve en ellos y ellas su reticencia a denunciar. El experto identifica la normalización de la violencia como uno de los factores fundamentales. “Lo ven como algo normal, que está aceptado que alguien les agreda o insulte”, sostiene. Pero también la creencia de que no sirve para nada y la desconfianza motivada “porque el colectivo LGTB ha tenido una historia muy dura con la policía que sigue en el imaginario”.

López explica que el perfil de las víctimas suele ser un hombre joven que va en pareja porque para el agresor, un hombre la mayoría de las veces, “dos chicos dándose un beso supone una traición al concepto de masculinidad”, pero que lo hagan dos chicas, “lo ve morboso y excitante”. Por otro lado, continúa, “el contacto físico entre dos hombres en público es más tabú”, aunque “últimamente estamos observando un aumento de denuncias de chicas”.

Ante esta situación que los colectivos LGTB llevan años vigilando, exigen la aprobación de una ley de igualdad LGTB que incluya la formación de jueces, fiscales y abogados en esta materia e incorpore la diversidad afectivo sexual “en todos los ámbitos: sanidad, educación…”, dice López. Además, que contemple medidas y herramientas concretas para combatir la homofobia desde las instituciones. Sin embargo, el Partido Popular, que ha ganado las elecciones de este 26J, es el único partido que no incluía esta medida en su programa electoral, al contrario que el PSOE, Unidos Podemos y Ciudadanos.

Condenado a 16 años por descuartizar a un homosexual

La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a 16 años y tres meses de prisión al hombre al que un jurado popular halló culpable de matar a cuchilladas a otro que le propuso mantener relaciones sexuales en un domicilio de la playa de Gandía.

Según un comunicado del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, se ha aplicado, además, el agravante de cometer el crimen por motivos de discriminación por la orientación sexual de la víctima, aunque concurre también el atenuante de embriaguez.

La sentencia también condena a otros tres hombres que ayudaron al primero adeshacerse del cadáver y a limpiar el escenario del crimen. A ellos se les ha considerado como autores de un delito de encubrimiento, y se les ha condenado a penas que oscilan entre los cinco meses y un año de prisión.

El magistrado ha apreciado en uno de ellos la circunstancia atenuante de confesión, y a otro le aplica los atenuantes de confesión y embriaguez.

Los hechos sucedieron en mayo de 2014, cuando el condenado asestó varias puñaladas a la víctima en la casa a la que habían acudido con otros dos de los acusados, tras estar hasta la madrugada en un pub de Gandía, donde consumieron drogas y alcohol.

En la vivienda continuaron bebiendo y, en un momento dado, la víctima, que entonces tenía 44 años, intentó iniciar relaciones sexuales con el asesino, al que se le insinuó y le tocó la pierna y los genitales.

Según considera probado la sentencia, “al comprobar que la víctima era homosexual y movido por su aversión hacia esta orientación sexual, el condenado cogió un cuchillo de la cocina y se lo clavó varias veces en el tórax, el abdomen y la cabeza”.

Posteriormente, ayudado por el resto de acusados, cortó el cadáver en ocho trozos, lo metió en bolsas de basura y lo ocultó en la zona de Monte Pego, en Alicante. A continuación, el asesino y los otros condenados limpiaron el domicilio donde se produjeron los hechos.

El magistrado considera “cierto” que la insinuación “pudo ser el desencadenante del desgraciado suceso, pero no parece más que la muerte de una persona que era homosexual; no parece que estemos ante la muerte de una persona por ser homosexual ni está acreditado motivo de odio alguno a la víctima, con el que estuvo tomando copas y en el coche del cual se montó para seguir bebiendo”, relata la sentencia. “Parece que una mala interpretación de una acción obtuvo una respuesta exagerada fatal para su vida”, ha concluido el magistrado-presidente del jurado.

Maricas, lesbianas, bisexuales y trans, siempre en el punto de mira

El reputado periodista del The Guardian Owen Jones se levantó el otro día, en plena entrevista, de un plató de Sky News donde dos de sus colegas de profesión negaban la naturaleza homófoba del reciente atentado en el club gay de Orlando. Se largó visiblemente indignado, como lo estamos todas las personas con dos dedos de frente ante el negacionismo que hemos tenido que soportar tras la masacre del Pulsar. Esas voces que niegan la relación entre el crimen y la opción sexual o la identidad de género de las víctimas, que niegan la evidencia de que el ataque se produjera en un club gay, ¿no establecerían relación alguna en el caso de que el asesino hubiera abierto fuego en, por ejemplo, el interior de un iglesia católica llena de fieles? El propio Jones, que pertenece a la comunidad LGTBI, ha usado una comparación semejante.

La cuestión tras el atentado de Orlando no solo pone de manifiesto la obviedad de que la comunidad LGTBI estuviera en el punto de mira de Omar Mateen, sino que deja patente que los maricas, las lesbianas, las bisexuales, los trans están siempre en el punto de mira de una sociedad homófoba. Tan homófoba que cuando matan a 49 personas que están en un club LGTBI se niega lo determinante de esa circunstancia para, como insistía la periodista que compartía tertulia con Owen, defender que se trata de “un atentado contra la humanidad”. Con la patraña de la universalidad se incurre en la falacia de una presunta defensa de la comunidad LGTBI que, sin embargo, evita su visibilidad.

Pero lo del Pulsar no es nuevo. Maricas, lesbianas, bisexuales y trans han estado y están en el punto de mira: el tercer Reich metió en los hornos a personas LGTBI por el hecho de ser personas LGTBI; las cárceles franquistas estaban llenas de personas LGTBI por el hecho de ser personas LGBTI; la dictadura militar argentina asesinó y encarceló a personas LGTBI por el hecho de ser personas LGTBI; el ISIS defenestra personas LGTBI por el hecho de ser personas LGTBI; en Arabia Saudí y Emiratos Árabes las personas LGTBI pueden ser condenadas a muerte, así como en Irán, Afganistán y varios países africanos; en Irak y Siria han sido decapitadas miles de personas LGTBI por el hecho de ser personas LGTBI; muchos de los refugiados que llegan a Europa o que se han ahogado en el Mediterráneo tratando de llegar son personas LGTBI que han huido de la persecución por el hecho de ser personas LGTBI.

Lo de Pulsar no es nuevo, no: los hooligans rusos son homófobos y Putin los jalea; el Vaticano rechaza por homofobia a un embajador y Francia se lo permite; el obispo Cañizares vomita declaraciones homófobas y no se le aparta de su ejercicio público. Todo ello significa que maricas, lesbianas, bisexuales y transexuales están cada día, todos los días, en el punto de mira, en muchos puntos de mira. La discriminación familiar y escolar por el hecho de ser una persona LGTBI es un punto de mira: incapaces de soportarlo, con frecuencia son los propios adolescentes quienes disparan contra sí mismos. La discriminación laboral y profesional por el hecho de ser una persona LGTBI es un punto de mira transversal que obliga a obreros o a directivas a esconder su orientación sexual o su identidad de género.

En el Informe de Delitos de Odio que publicó recientemente el Ministerio del Interior los ataques homófobos están en cuarto lugar, aún teniendo en cuenta, como denuncia la FELGTB, que el 70% de los mismos no son denunciados. Esto significa que el colectivo LGBTI está permanente amenazado, incluso en los países, como España, donde sus derechos han avanzado más. Negar que las personas LGTBI están en un punto de mira permanente, puesto que la homofobia es una lacra social, es un insulto a las víctimas de Orlando, que se encontraban en el Pulsar por ser o por estar en compañía de maricas, lesbianas, bisexuales y transexuales. Y es un insulto a todas las personas LGTBI que son discriminadas a diario por el hecho de serlo. La homofobia encuentra su caldo de cultivo en el radicalismo islamista, sí, pero también en el radicalismo católico, en la nueva ultraderecha europea y norteamericana, en la educación heterosexista, en la publicidad heterosexista, en los medios de comunicación heterosexistas, en las oficinas, en los colegios, en los bares, en los estadios de fútbol, en las comunidades de vecinos, en los partidos políticos.

El club Pulsar está en Orlando, Florida. Un Estado donde la comunidad LGTBI no podía donar sangre. Hasta que fue tiroteada por un presunto islamista. Queda todo dicho. Queda bien claro por qué Owen Jones se levantó de un plató donde se negaba la homofobia del ataque. Los atentados homófobos lo son contra los derechos humanos universales, sí. Pero por homofobia. Porque las personas LGTBI están siempre en el punto de mira.

El colectivo LGBT lo califica de «infame atentado terrorista»

Considera que el Estado Islámico y el islamismo radical constituyen en la actualidad la mayor amenaza internacional para ellos

Flores en las cercanías del lugar en el que se ha producido la matanza.

Flores en las cercanías del lugar en el que se ha producido la matanza. / EFE

Colegas-Confederación LGBT ha mostrado este domingo su más enérgica condena por la matanza ocurrida en el club gay Pulse de Orlando (Florida), que ha causado 50 muertos y 53 heridos y que la Policía investiga como “un acto de terrorismo”.

Colegas ha enviado una carta de condolencias al embajador de Estados Unidos en España, James Costos, por este “infame atentado terrorista”, y ha mostrado su solidaridad con los amigos y allegados de las personas muertas y heridas en la masacre.

El colectivo LGBT ha convocado una concentración a las 20.00 horas a las puertas de la Embajada de Estados Unidos en apoyo a las víctimas y ha animado a la ciudadanía a depositar flores y velas ante la sede diplomática.

“Desde Colegas consideramos que el Estado Islámico y el islamismo radical constituyen en la actualidad la mayor amenaza internacional contra la población LGBT, convirtiendo las zonas ocupadas de Oriente Medio en un auténtico gaycidio, ante el silencio y la complacencia del mundo”, subraya el presidente de Colegas, Francisco Ramírez.

En un comunicado, Ramírez hace un llamamiento a “actuar con contundencia” frente a los islamistas que pretenden “exportar el terror hacia Europa y otros países de Occidente, imponer su fundamentalismo religioso y exterminar a todos aquellos que no piensen como ellos”.

Aprovecha la ocasión para felicitar al Parlamento canario por haberse convertido en la primera Cámara legislativa del mundo en reconocer que la persecución penal de personas LGBT es un crimen de lesa humanidad.

Ramírez anima a otras comunidades autónomas, al Gobierno español y a otros países a seguir el ejemplo y promover una causa contra el gaycidio ante la Fiscalía de la Corte Penal Internacional, de forma que tanto el Estado Islámico como otros países y personas sean debidamente investigados, encausados y condenados.

“El mundo no puede cometer de nuevo el mismo error cuando ignoró a Adolf Hitler mientras comenzaba uno de los mayores crímenes perpetrados contra la humanidad. Ya dijo el pensador irlandés Edmund Burke que para que el mal triunfe, sólo es necesario que los buenos no hagan nada”, apunta Ramírez.

Omar Mateen, un joven con vínculos yihadistas y homófobo vigilado por el FBI

Omar Mir Sediq Mateen

Omar Mir Sediq Mateen. / Facebook

El autor de la matanza de esta madrugada en el club Pulse de Orlando (Florida), Omar Mir Sediq Mateen, es un joven de 29 años de edad, de origen afgano y residente en la localidad de Port St. Lucie (también Florida).

Mateen fue investigado en dos ocasiones entre 2013 y 2014 por el FBI, por su posible vinculación a grupos terroristas.

Según el agente Ron Hopper, fue investigado en 2013 por comentarios a favor del grupo terrorista Estado Islámico en su cuenta en redes sociales, y en 2014 por aparentemente querer cometer un ataque suicida, aunque las autoridades consideraron la investigación “no concluyente”.

Asimismo, el FBI ha desvelado que el tirador podría haber tenido “vínculos” con la causa islamista. Sin embargo, el padre del sospechoso asegura creer que su hijo estaba motivado por el odio a los gays, no por su religión musulmana.

Su padre, un simpatizante talibán

“Esto no tiene nada que ver con la religión”, ha dicho Mir Seddique a la cadena NBC, al afirmar que su hijo recientemente le había expresado la ira que le causó ver a una pareja gay besándose en el centro de Miami, y ha sugerido que el incidente pudo haber disparado la tragedia.

El padre de Mateen había salido en un programa de televisión en numerosas ocasiones, entre ellas en una en la que expresó su apoyo a los talibán de Afganistán.

Identificado por el diario ‘The Washington Post’ como Seddique Mateen, había participado en un programa de nombre ‘Durand Jirga Show’, en el canal Payam-e-Afghan, que emite desde California. El término ‘Durand’ hace referencia a la línea fronteriza que separa Afganistán de Pakistán.

Expresándose en persa darí, una de las dos lenguas oficiales de Afganistán, Seddique Mateen trata numerosos asuntos políticos de Afganistán y su relación con Pakistán. En uno de los vídeos, publicado en la plataforma YouTube el 24 de mayo de 2015, Mateen anuncia su candidatura a la Presidencia de Afganistán.

El número de teléfono y el código postal que normalmente se publican en pantalla durante el programa han sido rastreados, y llevan directamente a la vivienda de Florida de Mateen, quien además tiene una organización sin ánimo de lucro denominada Durand Jirga.

En uno de sus vídeos, Mateen expresa directamente su gratitud a los talibán afganos, al tiempo que denuncia al Gobierno paquistaní. “Nuestros hermanos en Waziristán, nuestros hermanos guerreros en el movimiento talibán y los talibán afganos se están levantando”, asegura.

Una esposa maltratada

Por su parte, la exmujer del supuesto autor de la matanza, Sitora Yusufiy, ha declarado que no era una “persona estable” y que la maltrataba.

“No era una persona estable”, ha declarado la exesposa al diario ‘The Washington Post’ bajo condición de anonimato porque teme por su seguridad tras la masacre supuestamente cometida por su exmarido.

“Me golpeaba. Venía a casa y empezaba a golpearme porque la colada no estaba acabada o cosas así”, ha afirmado la mujer, que conoció al sospechoso hace ocho años en internet y decidió mudarse a Florida para casarse con él en marzo de 2009.

Al principio de los pocos meses que estuvieron casados, “él parecía un ser una persona normal” hasta que se tornó violento, ha indicado, al precisar que su marido no era muy religioso y hacía ejercicio en el gimnasio con frecuencia.

Según la exesposa, el presunto asesino no dio nunca señales de haberse radicalizado, poseía una pistola de bajo calibre y trabajaba como guardia en un centro de delincuentes juveniles. También ha asegurado que su exmarido quería ser agente de la Policía y había presentado una solicitud para entrar en la academia, según declaraciones recogidas por el diario ‘Los Angeles Times’.

De acuerdo con la mujer, la familia de Mateen procedía de Afganistán, pero él nació en Nueva York y se mudó posteriormente a Florida con sus familiares.

«Le corresponde a Dios juzgar a los homosexuales»

Seddique Mateen, padre del autor de la matanza de Orlando, ha colgado un vídeo en su página de Facebook en el que expresa su “tristeza” ante el atentado

Varias personas, durante la vigilia

Varias personas, durante la vigilia. / Efe

Seddique Mateen, padre del autor de la matanza de Orlando, el estadounidense de origen afgano Omar Mateen, ha expresado su “tristeza” en un vídeo colgado el lunes en su página Facebook, y ha afirmado que le corresponde “a Dios juzgar a los homosexuales”.

“Le corresponde a Dios juzgar a los homosexuales por sus actos, no a sus servidores. Estoy entristecido por esta noticia. Que Dios guíe a la juventud y le permita seguir el verdadero Islam”, declara Seddique Mateen, vestido con traje oscuro y corbata roja y negra, en idioma dari, uno de los dos oficiales de Afganistán, frente a una bandera afgana.

“Estoy tan entristecido por este incidente, y así lo he dicho a los norteamericanos”, asegura, en un mensaje de tres minutos, dirigido al “buen pueblo de Afganistán y a todos mis compatriotas” en el que alude a la muerte de su hijo, abatido por la Policía. “Anuncio aquí la muerte de mi hijo, es una triste noticia”, dice.

“Me pregunto por qué ha hecho esto en este mes sagrado del ramadán” añade. “Mi hijo Omar Mateen era una muy buena persona. Estaba casado y era padre de un niño. Respetaba a su familia”, prosigue. “No sabía que tuviera este odio en el corazón”, agrega. Explica que su hijo “trabajaba para una sociedad de seguridad que le había dado un arma. No lo comprendo. Fue a un club para homosexuales y mató a 50 de ellos”.

Omar Mateen, de 29 años, que abrió fuego el domingo en un club gay de Orlando, en Florida, causando 49 muertos, nació en 1986 en Nueva York y vivía a unos 200 km al sudeste de Orlando, en Port Saint Lucie, según la prensa estadounidense. No tenía antecedentes penales. Su padre había anunciado en febrero de 2015, en una emisión en dari en un cadena comunitaria, su candidatura a la presidencia afgana, denunciando “el control de los extranjeros” en Afganistán y la “corrupción generalizada”.

Los homosexuales, en el punto de mira del Daesh

Desde el inicio de su implantación en Siria y en Irak, el grupo terrorista ha difundido escritos y vídeos propagandísticos para denunciar la homosexualidad

Banderas de la comunidad LGBT ondean en un hotel de París en recuerdo de las víctimas de Orlando

Banderas de la comunidad LGBT ondean en un hotel de París en recuerdo de las víctimas de Orlando. / Bertrand Guay (Afp)

Los homosexuales, principales víctimas de la matanza de Orlando, son uno de los objetivos habituales del grupo terrorista Daesh, que ha matado a varias decenas de ellos en los territorios bajo su control en Siria e Irak.

La investigación abierta en Estados Unidos deberá determinar los motivos que llevaron a Omar Mateen a matar a 49 personas en un club emblemático de la comunidad homosexual en Orlando (sureste de Estados Unidos). Sin embargo, el grupo Daesh ha reivindicado este lunes el ataque especificando que ese “soldado del califato” atacó un “club nocturno de los adeptos de Lot”, como se califica a los homosexuales en los textos sagrados.

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Desde el inicio de su implantación en Siria y en Irak, este grupo extremista ha difundido escritos y vídeos propagandísticos para denunciar la homosexualidad, al mismo nivel que el adulterio, la brujería y otros comportamientos a su juicio “desviados”. Los vídeos, especialmente horribles, muestran a personas “condenadas por sodomía” siendo lanzadas desde la azotea de un edificio o lapidadas en público.

La ONG OutRight Action International, una asociación de defensa de los derechos de la comunidad LGTB (lesbianas, gays, transexuales y bisexuales), ha recopilado unos 30 vídeos o series de fotos difundidos desde diciembre de 2014, aunque no ha podido confirmar la veracidad de los hechos.

Costumbres “desviadas”

El último documento gráfico es del 7 de mayo y muestra a un grupo de hombres y niños, algunos de ellos muy jóvenes, congregados en el norte de la provincia siria de Alepo para asistir a la “ejecución de la sentencia” contra un joven. El ajusticiado es lanzado desde lo alto de un edificio de cuatro plantas y, posteriormente, su cuerpo es lapidado, según las fotos difundidas.

Estas ejecuciones se pronuncian en base al “código penal” que el Daesh estableció en 2014 inspirándose, según ellos, en los principios de la ‘sharia’ practicada en los inicios del islam.

Activistas han afirmado en las redes sociales que, en algunas ejecuciones, los hombres habían sido asesinados por oponerse a los yihadistas, quienes utilizaron su presunta homosexualidad como pretexto para matarlos. Naciones Unidas acusa a este grupo extremista sunita de crímenes contra la Humanidad por sus atrocidades (decapitaciones, crucifixiones, esclavitud, etc.).

El Daesh denuncia asimismo frecuentemente las costumbres “desviadas” en los países occidentales. Su revista ‘Dabiq’ escribió en 2015 que los musulmanes que se marchaban de sus países rumbo a Europa se encontrarían allí “bajo la amenaza permanente de la fornicación, de la sodomía, de las drogas y del alcohol”.

En el mundo árabo-musulmán, los homosexuales se enfrentan frecuentemente al rechazo de sus familias, al ostracismo social y a la prisión en virtud de las leyes que castigan las relaciones sexuales “contra natura”. En algunos países como Arabia Saudí, Irán o Yemen, las relaciones entre personas del mismo sexo están castigadas con la pena de muerte.

El Rey insta a permanecer «unidos» frente a ataques como el de Orlando

El monarca ha enviado mensajes de pesar al presidente de EE UU, Barack Obama, y al gobernador de Florida, Rick Scotto

Homenaje a las víctimas de la masacre de Orlando.

Homenaje a las víctimas de la masacre de Orlando. / Efe

El rey Felipe VI ha instado este lunes a permanecer “unidos” frente a ataques contra la convivencia democrática como el perpetrado por un ciudadano estadounidense de origen afgano en un local de ambiente gay en la ciudad de Orlando (EE UU). El suceso que ha dejado un saldo de 50 víctimas mortales y medio centenar de heridos.

En declaraciones a Telecinco desde Toulouse, donde el monarca asiste al partido que la Selección española de fútbol disputa contra República Checa, el Rey ha recordado que ha enviado sendos mensajes de pesar tanto al presidente de EE UU, Barack Obama, que visitará España en julio, como al gobernador de Florida, Rick Scotto, tras este ataque “terrible”. “Hay dudas sobre cómo se desarrollaron los hechos, pero hay muchas personas afectadas, muchos heridos, y debemos estar unidos contra las agresiones“, ha declarado el monarca.

Horas antes, el Rey Felipe condenaba con toda firmeza el ataque en un telegrama de pésame a Obama, a quien ha reiterado el “firme compromiso” de España de “seguir colaborando estrechamente” con EE UU “en aras de alcanzar la paz y la prosperidad” para sendas naciones y pueblos.