REPENSAR LA SEXUALIDAD DESDE EL FEMINISMO

ENTREVISTA A LURDES ORELLANA,
“DESMONTANDO A LA PILI” (ZARAGOZA)
 por Eduardo Nabal
Publicado en Jackerouack
Lurdes Orellana (Sevilla, 1979). Activista transfeminista, psicóloga y sexóloga. Psicóloga del Colectivo por la diversidad sexual, 'Towanda', y socia de la Cooperativa 'Desmontando a la Pili'

Lurdes Orellana

Lurdes Orellana (Sevilla, 1979). Activista transfeminista, psicóloga y sexóloga. Psicóloga del Colectivo por la diversidad sexual, “Towanda”, y socia de la Cooperativa “Desmontando a la Pili”. Una sevillana que transita la ciudad de Zaragoza desde 2003.
                  -Las mujeres necesitamos espacios propios y seguros-
 
– Hola Lurdes. ¿Qué es “Desmontando a la Pili”? 
Lurdes Orellana: “Desmontando a la Pili” es una cooperativa feminista y de mujeres que trabaja la sexualidad desde una perspectiva del placer y la salud. Una cooperativa que trabaja el sexo bajo criterios de la economía social. La finalidad es cuestionar el imaginario colectivo que tenemos del sexo para reencontrarnos y que la vivencia sexual sea una herramienta para el agenciamiento. Desmontar un sistema que coloniza nuestros cuerpos para construirnos desde nuestros deseos.
 
– Existe otro “Desmontando a la Pili” en Sevilla ¿Qué tenéis en común aparte del nombre?
 
L.O.:  Lo que tenemos en  común es que ambas trabajamos para acercar otro discurso de la sexualidad que pueda servir como instrumento para el cambio. Desde Sevilla lo lleva mi buena amiga Mónica Ortiz, con la idea de usar y compartir los recursos que habíamos ido construyendo por tierras mañas para trabajar la sexualidad pero en su caso de Despeñaperros para abajo.  
 
– ¿Cómo os gusta que os definan, (aquí puedes corregir) librería, colectivo, centro de salud, lugar de encuentro, espacio lúdico, asamblea, espacio “ecológico”?
 
L.O Nos gusta definirnos como una cooperativa que tenemos un espacio donde trabajamos la sexualidad a través de diferentes actividades. No sólo ofrecemos productos sexuales y terapéuticos, sino que ofrecemos un espacio donde las personas se puedan sentir seguras y cómodas para trabajar o hablar de sexo. Ya sea a través de tuppersex, talleres o asesorías o terapias. Aunque nuestro trabajo no sólo se centra en nuestro local, sino que nos movemos allí  a dónde nos llamen, ya sea un cole, una asociación o una casa.
 
 
– ¿Crees que las mujeres  – con todos los peros que podamos poner a esa categoría-  siguen necesitando espacios propios? ¿Dónde os sentís más a gusto y donde se os escucha más?
 
L.O.: Por supuesto que consideramos que son necesarios los espacios propios, espacio de seguridad. Mientras sigamos en una sociedad heteropatriarcal, hay que generar redes y lugares donde cuidarnos, donde crecer juntas. Sabemos el potencial que tiene que un grupo de personas nos juntemos para hablar, cuestionar o compartir. Y más aún cuando hablamos de sexo. Para nosotras el sexo puede ser una herramienta feminista para cuestionar las estructuras sexistas y machistas. Por ejemplo, para muchas mujeres supone un antes y un después hablar de sexo desde el darnos el derecho y desde la alegría. Nombrar el propio deseo es existir, y reconocerlo o sentirlo puede permitirnos confrontar las estructuras o las relaciones que nos quieren invisibilizar o anular. Y sí, esto lo hacemos.
 
– ¿Ves una juventud diferente? ¿Hasta qué punto crees que las nuevas fuerzas políticas van a recoger las demandas de género en general y de las mujeres en particular?
 
L.O.: Si las nuevas fuerzas políticas no acogen la idea de que estamos en un sistema heteropatriarcal y que forma parte del mantenimiento del capitalismo, no se dará un verdadero cambio. Se tiene que entender que la cuestión de género atraviesa el modo de entender el mundo y sus relaciones. No es una mera cuestión de cuotas. La “nueva” política tiene que facilitar el cambio de las estructuras patriarcales, pero desde mucho más temprano, si de verdad se quiere una sociedad basada en relaciones de equidad y de buen trato. Una buena forma es usar las herramientas que los feminismos manejan para el agenciamiento o para cambiar las relaciones de desigualdad y poder. Por eso, “la revolución es feminista o no será”
 
 
– ¿Quién quiere desmontar a “La Pili”? ¿ Y quiénes lo impiden?
 

L.O.: Las personas que están dispuestas o tienen el deseo de parar, mirar y sentirse para así construirse desde su subjetividad y vivir la sexualidad de un modo más libre, más autónomo. Pero sabiendo que las dificultades están en cómo cada una hemos interiorizado la opresión social que no nos permite ese acercamiento tan libre a nuestro cuerpo. Aún así, todas podemos desmontar a la Pili que llevamos dentro, para construirla de nuevo.

Lurdes Orellana