Gracia Trujillok bere liburua “Las lesbianas no somos mujeres” aurkeztuko du SUKUBOn

IRAILAK 20 SEPTIEMBRE 12etan
Presentacion del libro:

“LAS LESBIANAS (NO) SOMOS MUJERES”
En torno a Monique Wittig

Con GRACIA TRUJILLO erekin

SUKUBON

KUBO, 5. Gasteiz

Este libro es un homenaje, ahora que se cumplen diez años de su muerte, a la persona y la obra de Monique Wittig (1935-2003). Desde diferentes perspectivas y bajo la mirada particular de cada una de sus autoras, los seis trabajos aquí reunidos constituyen una reflexión en torno a las claves fundamentales del pensamiento de la creadora y teórica francesa, poniendo énfasis en el carácter precursor de algunos de sus conceptos y revisando la forma en que han contribuido a generar o a reafirmar planteamientos teóricos y/o posiciones de militancia. La presente edición no busca trazar una línea de coherencia entre los distintos ensayos que la componen; sí señala, más bien, líneas de fuga hacia un horizonte de interpretaciones posibles, porque un texto conjunto es, por definición, polifónico.

Es verdad (no podía ser de otro modo) que todas las autoras aquí reunidas seguimos las cuestiones más incisivas que plantea Monique Wittig, pero lo hacemos según nuestros intereses particulares y trayectorias personales diversas: qué es la lesbiana, quién es, para qué sirve (la) lesbiana; cómo la palabra es un caballo de guerra con que demoler el heteropatriarcado; y, finalmente, cómo plantearnos políticas, y micropolíticas, poswittigianas que miran el presente y el futuro y realizan (con Wittig creemos que la palabra es siempre realizadora) otro presente y otro futuro posibles.

Gracia Trujillo es profesora de Sociología de la Universidad de Castilla La Mancha y activista feminista queer. Docente en varios posgrados en el ámbito de las teorías y prácticas feministas-LGTB y queer en la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad Internacional de Andalucía, entre otras. Ha colaborado en trabajos colectivos como El eje del mal es heterosexualFiguraciones, movimientos y prácticas feministas queer (2005), Una discriminación universalLa homosexualidad bajo el franquismo y la transición (2006) yCuerpos políticos y agencia. Reflexiones feministas sobre cuerpo, trabajo y colonialidad(2011). Su libro Deseo y Resistencia. Treinta años de movilización lesbiana en el Estado español ganó en 2010 el premio “Desayuno en Urano”. Ha cofundado y formado parte de grupos activistas como Las Goudús (que editó el fanzine Bollus Vivendi), Retóricas del Género o el Grupo de Trabajo Queer (GTQ). Forma parte de la Asamblea Transmaricabollo de Sol, que integra el 15M.

Gracia Trujillok bere liburua “Las lesbianas no somos mujeres” aurkeztuko du SUKUBOn

IRAILAK 20 SEPTIEMBRE 12etan
Presentacion del libro:

“LAS LESBIANAS (NO) SOMOS MUJERES”
En torno a Monique Wittig

Con GRACIA TRUJILLO erekin

SUKUBON

KUBO, 5. Gasteiz

Este libro es un homenaje, ahora que se cumplen diez años de su muerte, a la persona y la obra de Monique Wittig (1935-2003). Desde diferentes perspectivas y bajo la mirada particular de cada una de sus autoras, los seis trabajos aquí reunidos constituyen una reflexión en torno a las claves fundamentales del pensamiento de la creadora y teórica francesa, poniendo énfasis en el carácter precursor de algunos de sus conceptos y revisando la forma en que han contribuido a generar o a reafirmar planteamientos teóricos y/o posiciones de militancia. La presente edición no busca trazar una línea de coherencia entre los distintos ensayos que la componen; sí señala, más bien, líneas de fuga hacia un horizonte de interpretaciones posibles, porque un texto conjunto es, por definición, polifónico.

Es verdad (no podía ser de otro modo) que todas las autoras aquí reunidas seguimos las cuestiones más incisivas que plantea Monique Wittig, pero lo hacemos según nuestros intereses particulares y trayectorias personales diversas: qué es la lesbiana, quién es, para qué sirve (la) lesbiana; cómo la palabra es un caballo de guerra con que demoler el heteropatriarcado; y, finalmente, cómo plantearnos políticas, y micropolíticas, poswittigianas que miran el presente y el futuro y realizan (con Wittig creemos que la palabra es siempre realizadora) otro presente y otro futuro posibles.

Gracia Trujillo es profesora de Sociología de la Universidad de Castilla La Mancha y activista feminista queer. Docente en varios posgrados en el ámbito de las teorías y prácticas feministas-LGTB y queer en la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad Internacional de Andalucía, entre otras. Ha colaborado en trabajos colectivos como El eje del mal es heterosexualFiguraciones, movimientos y prácticas feministas queer (2005), Una discriminación universalLa homosexualidad bajo el franquismo y la transición (2006) yCuerpos políticos y agencia. Reflexiones feministas sobre cuerpo, trabajo y colonialidad(2011). Su libro Deseo y Resistencia. Treinta años de movilización lesbiana en el Estado español ganó en 2010 el premio “Desayuno en Urano”. Ha cofundado y formado parte de grupos activistas como Las Goudús (que editó el fanzine Bollus Vivendi), Retóricas del Género o el Grupo de Trabajo Queer (GTQ). Forma parte de la Asamblea Transmaricabollo de Sol, que integra el 15M.

DEIA: Mikel Oribe Escuela Vasca de Educación Sexual “En Euskadi estamos tan hipersensibilizados que no sabemos ligar ”

Mikel Oribe analiza la situación social de Euskadi desde otro punto de vista: el sexológico. Asegura que quedan muchos aspectos por mejorar y que la hipersensibilización existente a las agresiones sexuales supone un arma de doble filo.

mikel oribe

Mikel Oribe

Bilbao – El sexo y la sexualidad, a día de hoy, continúan siendo un tema morboso debido al desconocimiento general de unas nociones básicas de sexología. Mikel Oribe es miembro de la Asociación de Libertad y Diversidad sexual Bizigay y fundador de Euskal Herriko Sexu Heziketa Eskola, un gabinete sexológico especializado en educación sexual, aunque también ofrezca otros servicios como sexoterapia. A sus 36 años, este sexólogo cuenta con un análisis diferente de la sociedad y sus comportamientos y, entre otros, de lo que algunos denominan en broma “el otro problema vasco”.

Uno de los topicazos más comunes sobre los vascos es que en Euskadi no se pilla. ¿Es así?

-Sí se pilla, pero de forma diferente y casi siempre ayudado de grandes dosis de alcohol. Creo que no tenemos la cultura del ligue que existe en otras sociedades. Ya sea por su costumbre o porque viven en otras latitudes y el sol lo favorece, en ellas se puede ligar de forma más abierta y directa. Aquí no. En Euskadi hay comportamientos que no se toleran que en otras sociedades sí. Por ello, curiosamente, nuestro juego de la seducción consiste en ligar sin que se note que estás ligando. Un juego bastante absurdo, y de ahí viene el tópico.

¿Por qué ocurre esto?

-Euskal Herria se caracteriza por la pluralidad de movimientos sociales y su activismo en la lucha social. Los múltiples movimientos feministas existentes tienen mucha influencia y gracias a este caldo de cultivo hemos avanzado en la lucha contra el machismo, y más que nos queda aún. Pero en el feminismo coexisten grandes diferencias tanto en el posicionamiento de partida como en las medidas correctoras planteadas. Y desde la Sexología Sustantiva consideramos que han acabado imponiéndose algunos criterios que no facilitan el acercamiento entre los sexos. Ha calado en la sociedad el miedo a los malentendidos y, consecuentemente, cambiando el juego de la seducción.

¿En qué consistiría el juego de la seducción?

-Desde el punto de vista sexológico, la seducción consiste en “transgredir” de forma positiva el espacio vital de una persona, generalmente, con un fin erótico. En el ligoteo heterosexual habitual, por ejemplo, podemos imaginar que alrededor de ella hay una especie de valla y, para ligar, él tendrá que superarla. El truco de la seducción consiste en sortear esa valla con arte. No puedes tirarla abajo de malos modos, ni quedarte fuera pensando qué alta es. Las mujeres que participan en este juego esperan a un hombre con las suficientes habilidades sociales e inteligencia emocional como para que se acerquen a ellas de forma respetuosa y atractiva.

Y aquí se ha cambiado el juego de la seducción.

-Sí. El problema que se da aquí es que debido a algunas interpretaciones, guiadas más por contextos luctuosos y de pánico, se ha considerado necesario el consentimiento explícito previo y, ahí, se rompe el juego de la seducción. Me recuerda al puritanismo estadounidense. Pero el problema grave lo generan muchos hombres que aún hoy siguen viendo a las mujeres como inferiores, como sus particulares juguetes sexuales y, consecuentemente, su forma de ligar es nefasta: rompen esa “valla” a patadas, van tocando el culo de malas formas, profiriendo frases inadecuadas, forzando las situaciones, etc. Como respuesta nos hemos hipersensibilizado. Hay hombres muy concienciados y conscientes con la seducción respetuosa y empática, pero debido a este nuevo clima prejuzgador pueden temer mucho crear incomodidades y malentendidos. Ahora parece que cualquier forma de acercamiento explícito y directo por parte de un hombre es una agresión per sé y, por ende, él un agresor en potencia.

¿Qué consecuencias trae consigo este cambio?

-Pues que ya no sabemos cómo ligar. No nos sentimos seguros dejándonos llevar por nuestros deseos. Un chico heterosexual, por ejemplo, puede dudar en mirar los pechos o no de una chica con la que quiera ligar y sentirse culpable por ello mientras, paradójicamente, ella en las circunstancias adecuadas podría desearlo.

Ha hablado del ligoteo heterosexual. ¿Y el homosexual?

-El ligoteo gay, por ejemplo, en un contexto homosexual, suele ser directo, sin miedo. Si te gusta alguien se lo haces saber, incluso desde el minuto cero, y gestionas su respuesta de forma natural y libre. Yo creo que la clave está en que se puede expresar públicamente lo que te gusta, te puedes mostrar dueño de tu cuerpo y de tu placer sin que te juzguen por ello.

¿Hay algún aspecto en el que haya habido una involución?

-Sí, en esto que acabo de comentar. Aquí se señala a la mujer que es dueña de su cuerpo y de su placer y se la asocia con el estigma de puta. Una doble moral sustentada en los valores patriarcales y sexistas, que impide, sobre todo a las más jóvenes, sentirse realmente libres de decirle a un chico que les atraiga que sí con comodidad y seguridad. Este estigma, además, las obliga a no explicitar su deseo erótico y, por lo que observamos en los institutos en los últimos años, vamos a peor. Alumnas de secundaria nos cuentan que en un contexto de fiesta, ante una seducción masculina deseada, tienden a negarse las suficientes veces como para que a él y al entorno le quede claro que no son fáciles. Creen que deben mostrar dignidad. Pero esto no tiene absolutamente nada que ver con su dignidad y, además, es una trampa peligrosa.

¿Por qué?

-Porque esta coyuntura impide un correcto aprendizaje del ligoteo y de su disfrute, donde ambos juegan a la seducción sabiendo a qué juegan y aprenden a gestionar la gran diversidad y matices de los noes, los síes, los cuándos, los cómos, los quiénes, los qués, etc. Habilidades interpersonales que, en general, hemos perdido. Y este vacío hace creer a algunos cabestros que todos los noes son síes si se insiste lo suficiente.

¿En qué situación nos deja?

-En la actualidad estamos bastante más sensibilizados respecto a las agresiones machistas que hace algunas generaciones, algo evidentemente positivo. Pero si la solución aportada es una monumental combatividad contra el deseo heterosexual masculino tenemos otro gran problema. La norma imperante en ambientes heterosexuales del consentimiento explícito previo por parte de las mujeres, y la presunción de agresor potencial en los hombres, creo sinceramente que es caer de nuevo en el paternalismo. Prescribir café para todos, estas conductas sí, estas otras no, invertir en prevención en vez de en educación, seguir un guión preestablecido, artificial… Todo esto infantiliza, nos priva de nuestra peculiar gestión erótica. Simplemente no sirve ni se ajusta a los deseos eróticos de nadie. Nos hace falta más pedagogía sexual.

¿Las nuevas tecnologías están afectando de alguna manera en este ámbito?

-Las nuevas tecnologías están trasladando las formas de ligoteo a internet: WhatsApp, redes sociales, páginas para contactos, etc. Los más jóvenes se escudan aquí porque tienen un miedo atroz al rechazo en persona, pero al carecer de la experiencia “real” se hacen más vulnerables ante situaciones de riesgo.

Además de los ligoteos, ¿hay algún otro problema en este ámbito a nivel social en Euskadi?

-Principalmente, que la sexualidad se sigue reduciendo a la genitalidad, al coito y a la heterosexualidad, cuando es mucho más. Pero esto no es una cuestión intrínsecamente vasca: es universal. La sexualidad es la cualidad del sexo y el sexo no es el sexo que se hace, sino el que se es. Es cuerpo, placer, emociones y sentimientos, bienestar, es una parte fundamental e insoslayable de nuestra vida. Somos mujeres y hombres y eso implica una serie de circunstancias, y cómo vives tú desde que naces hasta que mueres esa realidad, cómo la comunicas y te relacionas con los demás en función de ser mujer u hombre, eso también es sexualidad. Todos la tenemos, desde que nacemos hasta que morimos. Que a 2014 muchas familias hablen de ello a partir de los 15 años es vergonzoso.

¿Cuál sería la vía para abordar estos problemas?

-La educación, sin ninguna duda. Nosotros damos de ocho a diez horas de formación al alumnado en las escuelas, generalmente a partir de los 10/11 años, aunque nos gustaría poder empezar a una edad más temprana. También formamos a sus familiares. Nuestro objetivo principal es enseñar que las relaciones eróticas son mucho más que el coito y, sobre todo, ayudar a romper el tabú que impide que se hable en casa con naturalidad. La verdadera educación sexual se hace en las familias y la edad adecuada para hablar de sexualidad es desde que nacen. Hacerlo así generara un mayor acercamiento entre progenitores e hijos basado en la confianza y evitaría algunos problemas.

Una activista lesbiana británica viaja al Congo a ver a su familia y acaba secuestrada para “curarla”

Christina Fonthes

Christina Fonthes

Parece una historia sacada de una película, pero cuando se trata de la homofobia rampante que hay en muchos lugares del mundo, la realidad acaba superando a la ficción. Buena prueba de ello es la historia de Christina Fonthes, una chica británica de 27 años de origen congoleño que nunca pudo imaginar que un viaje a la tierra de sus familiares el pasado 11 de agosto podía acabar con un secuestro con la intención de “curarla” de su homosexualidad. Fonthes, que vive en Manchester y es una activista por los derechos LGBT a través de Rainbow Noir ya está a salvo, pero la odisea en la que se ha visto envuelta ha sido muy dura. La historia se ha conocido gracias a la novia de Fonthes, la periodista deportiva de la BBC Jessica Creighton, que alertó de la situación por la que estaba pasando la joven.

Todo empezó cuando su madre le arrebató el pasaporte y le dijo que tenían intención de mantenerla allí para curarla. Deseperada, Fonthes comenzó a mandar mensajes a sus amistades alertándoles de la situación. Con ayuda de unas amistades consiguió escapar de la casa y llegar a la embajada británica en Kinshasha, la capital del país. Pero su odisea no había concluido. Las autoridades británicas le dijeron que iban a concederle documentos provisionales de emergencia para que pudiera volver a Gran Bretaña, pero cuando salió de la embajada y se montó en un taxi con la misma amiga que la había acompañado, la policía les paró y ella acabó detenida por la falta de documentación. Fue liberada, pero entonces volvió a estar en poder de su familia. Tras muchas gestiones y luchas, el colectivo Rainbow Noir por fin confirmó que Fonthes había conseguido de nuevo liberarse y que pronto estaría de vuelta en Reino Unido. La presión de la embajada británica logró que la familia le devolviera el pasaporte.

BERRIA: UDAKO SERIEA. Gurasotasuna eta zaintza (III) Andoni Etxebarria Mendiburu Bat, aski

19 urteko mutil baten aita bakarra da, baina gurasotasunari bikotekiderik gabe ekiteko erabakia ez zaio zama, muga edo sakrifizio bihurtu. Sarritan esaten du aitatasuna esperientzia «polita» dela.

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Duela hamabi urte ekarri zuen Andoni Etxebarriak semea Ukrainatik; 19 urte ditu egun. GORKA RUBIO / ARGAZKI PRESS

Amets heldu berritan, eskolatik ateratzean bere zain nengoela, emakume bat hurbildu zitzaidan: ‘Esan didate gure ikasgelan badagoela maritxu bat, umea adoptatu duena, eta ni begira eta begira nabil, baina ez dakit nor izan daitekeen’. Erantzun nion parez pare zuela, eta sentitzen nuela, soinekoa eta abanikoa etxean utziak nituela. Oraindik gorritzen da ikusten nauenean». Pasadizoa barrez kontatzen du Andoni Etxebarria Mendiburuk (Errenteria, Gipuzkoa, 1965), baina halako erasoez betea du aitatasunari buruzko kontakizuna. Dioenez, denboraren poderioz ohartu da familia «oso desberdina» osatu duela: guraso bakarra da, gizonezkoa, homosexuala, eta adoptatutako seme bat du. Aitatasun eredua sortu egin behar izan du, orotariko iruzkinez inguratuta, baina zaintzaz gozatuz.

Polita hitza erabiltzen baitu semearen hazkuntzarekin lotutako esperientzia laburtzeko. «Poliki-poliki eta egunero-egunero» ikasi du guraso izaten. «Ez da erraza, baina oso polita da: egun txarrak eta gogorrak ditu, baina konpentsatzen du, guztiz, gauza on askoz gehiago dituelako». Gaztetan ohitu zen umeez inguratuta egotera, familia handi bateko iloba zaharrenetakoa izaki. «Asko gozatzen nuen senide txikien hazkuntzaren lekuko izaten: ibiltzen eta hitz egiten ikastea, jolastea…». Hartara, gazte jakin zuen aita izango zela: «Ondo pentsatutako eta sentitutako nahi bat zen, baina ez zen ezinbestekoa».

Duela hamabi urte gauzatu zuen desioa, adoptatuz: Ukrainatik ekarri zuen Amets, 7 urterekin. «Haur txikiagoa ekartzeko aukera izan nuen, baina nahastu egin zen auzia. Guraso gehienek umetxoak hobesten dituzte; haur koskorrak ez ditu inork nahi. Baina haurra ikusten duzun unean, zure semea denean, dena berdin zaizu». Guztira bi urte iraun zuen adopzio prozesuak; orduan antzeman zuen berez konplexua zen bide hari oztopo asko erantsiko zizkiola bikotekiderik gabeko gizona izateak. «Homosexualitatea ez zuten baloratu; beti diot horren inguruan ez nuela egia osoa esan, baina gezurrik ere ez: ez nuen zuzenean aipatu, baina uste dut argi geratu zela. Segur aski, traba izan zen gizona izatea; bakarra nintzen, prozesuan zeuden gainerakoak bikote heterosexualak ziren». Adoptatzeko egokitasuna lortze aldera, eskakizun gehiago eragin zizkion baldintza hark: garai hartan, guraso bakarrek psikiatraren txostena aurkeztu behar zuten.

Ukrainako bizipenak ere ez ziren samurrak izan: «Umezurtzen etxeak egoera latzean zeuden: ez zuten urik, ezta argirik ere; haur pila bat zeuzkaten, oso emakume helduen zaintzapean, janari gutxirekin». Ondorioz, oso ahul heldu zen Amets Euskal Herrira: hamabi kilo besterik ez zuen pisatzen. «3 urteko haur baten tamaina. Hezurrak baino ez zituen». Abiapuntua zaila izan arren, azkar egokitu zen: «Oso ondo hartu zuen pisua, eta bi hilabetean euskara ikasi zuen».

Erabakietan, bakarrik

Orduan hasi ziren aita-seme harremana garatzen. «Oso mutil erraza izan da Amets. Heldu zenean, txukuna zen, adibidez, bere ohea egiten, arropa jasotzen… Eguneroko lantxo horietan asko lagundu zuen. Oso gauza gutxi edukitzera ohituta zegoen; beraz, dena asko zaintzen zuen». Halere, atzera begira, zorrotza izan dela aitortu du: «Oso txikitatik adierazi diot biak bakarrik ginela, eta gauzak azkar ikasi behar zituela». Kontzienteki ebatzi zuen Etxebarriak aitatasunari bikotekiderik gabe ekitea, eta erabakia ez da zama izan, oso gutxitan sentitu izan baitu bakardadea. Zalantza uneetan soilik: «Batzuetan ez dakizu nola jokatu, edo ondo ari zaren. Batzuetan, eguna amaitzean, zerbait nola egin hausnartzeko norbait alboan edukitzea, bai, faltan izan dut».

Izan ere, erabaki konplexuak hartu behar dituzte guraso guztiek, baina adoptatutako haurrekin lotutakoek berariazko buruhausteak ekar ditzakete. Adibidez: jatorrizko hizkuntza ikasi behar dute? «Donostian bazegoen errusiera ikasteko aukera, baina uko egin nion. Zalantza asko izan nituen, baina ume batzuen prozesuak ikusita, pozten naiz hartutako erabakiaz: zentzua gal dezake inoiz erabiliko ez duen hizkuntza bat irakasteak. Izan ere, gure seme-alabak errusiarrak, ukrainarrak edo txinatarrak al dira? Bizi osoan mantendu behar dute haiena ez den kultura bat?». Izena ere euskalduna jarri zion semeari: «Jatorrizkoa ahoskatzea oso zaila zen; ni ez nintzen gai, eta Euskal Herrian gutxik asmatuko zuten. Zentzugabea zen mantentzea». Umeak ez zion aldaketari eragozpenik jarri, eta aitari ez zaio erabakia damutu: «Egunerokoa lasaiago pasatzen duzu».

Erabakiak hartzean ez ezik, zaintzari aurre egitean ere eragin handia izan du aita bakarra izateak. Amets heldu zenean, gainera, laguntzeko sarerik ez zuen Etxebarriak gertuko familian: gurasoak hilda zeuzkan, eta anaia, espetxean. Egunerokoa ondo antolatzeko aukera izan zuen, ordea, lantokian haurraren ikastetxeko ordutegi bera lortu baitzuen. Hala, Etxebarriak berak eramaten eta jasotzen zuen. «Denerako zu bakarrik zaude, gauza onetarako zein txarretarako. Nekagarria da, arduratsua, eta zure bizitza bihurtzen da aita izatea».

Hala ere, ez du muga edo sakrifiziotzat hartu: «Asko lagundu zidan semeak 7 urte edukitzeak. Gainera, nik banekien hazkuntza prozesua laburra izango zela, eta gozatu nahi nuen. Ez nuen bizitza propioaren beharrik sentitu: lau urte pasatu zirenean konturatu nintzen denbora horretan ez nuela parranda bat ere egin, baina ez nuen faltarik sumatu. Horrek dena erraztu zuen».

Gizartearen begietara, ordea, rara avis dira aita bakarrak. Gurasotasunaren eta bikotearen arteko loturak guztiz errotuta jarraitzen du iruditegian; areago, gurasotasunaren eta bikote heterosexualaren artekoak. Etxebarriak onartu du askotan galdetu izan diotela non dagoen umearen ama, eta semeari ere behin baino gehiagotan esan diotela ogitarteko goxoa prestatu diola amak: «Jendeak ez du inondik inora pentsatzen guraso bakarra izan naitekeenik; bururatzen zaie alarguna izatea, edo banandua, edo bestelako egoera berezi batekoa, baina inoiz ez aita bakarra».

Ondorioz, eredu propioak sortu behar izan ditu; aitatasun eredua bai, baina gizontasun eredua ere bai. Amei eta aitei ezarritako genero rolen bereizketa urtu egiten baita guraso bakarren kasuan: denetarik egin behar izaten dute. «Baina bitxia da: Ametsek lagunekin aita-amei buruz hitz egiten duenean, ez nau inoiz kokatu aitaren lekuan, amaren rola betetzen omen dudalako. Gizon diferentea naizela esaten dit». Harreman estua dute aita-semeek, konfiantzazkoa. Haurrek amekin izan ohi dutena, Etxebarriaren arabera: «Horrek zer pentsatua eman beharko lieke aitei».

Homofobiaren itzala

Hain justu, gizonek, beste aitek, izan dute Etxebarriaren egitekoa auzitan jartzeko joera handiagoa. Ispilu efektua dagoela uste du: «Haiek ez dute lan hori egiten, eta euren emazteek konparazioen bidez ikusarazten diete». Baina, batik bat, aita bakarra izateak nahasmena eragiten die guraso heterosexualei, genero rolak oso barneratuta dauzkatenei bereziki: «Ez dakite non kokatu nire figura. Parkera ni joaten naiz, eta futbolera ere ni joaten naiz. Orduan, ni nora gonbidatu behar naute, parkeko bazkarietara ala futboleko afarietara? Emakumeekin ala gizonekin egotera?».

Aurreiritzi eta iruzkin homofoboak ere jasan ditu, baina semearengan izandako eragina eraman du okerren: telebista saio batean Etxebarria aita homosexual gisara agertu ondotik, eskola jazarpena pairatu zuen haurrak, eta ikastetxez aldatu behar izan zuen. «Adoptatua izatea baino arazo handiagoa izan zen aita homosexuala edukitzea. Nire minik handiena da semeak ez zuela ezeren errurik, baina hark ordaindu zuela». Homosexualitatearen eta aitatasun arduratsuaren gaineko onarpena azalekoa dela antzeman zuen orduan. «Egoerak engainatzen zaitu: inguruak goraipatzen eta eroso sentiarazten zaitu, baina horren azpian ez dago benetan halako sentimendurik».

Ez du orokortu: ez du uste mundu guztia halakoa denik, baina direnak oso krudel mintzatu izan zaizkio. «Lagun batek behin galdetu zidan: ‘Zuk zer duzu mutiko honi eskaintzeko?’. Bada, arazoak arazo, nik uste dut Amets zoriontsua dela: mutil alaia da, sentibera. Beti pentsatu dut nire semea oso maitatua izan dela; berak ondo daki maitasuna jasotzen eta ematen».

BERRIA: UDAKO SERIEA. Gurasotasuna eta zaintza (II) Alberto Santisteban eta Iñaki Alonso Oztopoak, erakundeetan

Elkar ezagutu zutenean, emakumeekin ezkonduta zeuden: bi neskaren aita zen bat, eta mutil batena bestea. Auzitegietan gatazka luzea gainditu ondoren, alabekin bizi izan dira, urteetan.

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Alberto Santisteban ezkerrean eta Iñaki Alonso eskuinean, Bilboko kaian, Ikatz eta Entxo zakurrekin pasieran. MONIKA DEL VALLE / ARGAZKI PRESS

Kezkatuta geratu zen Alberto Santistebanen (Trapaga, Bizkaia, 1958) semea, 13 urte zituela, aitak esan zionean amarengandik banandu eta beste gizon batekin bizitzera joango zela. «Arduratuta zegoen, bera ez zelako ni bezalakoa: konturatzen hasia zegoen neskak zituela gustuko». Aitaren joera sexuala ez da oztopo izan Iñaki Alonsoren (Barakaldo, Bizkaia, 1960) bi alabentzat ere: urteak egin dituzte bikotearen etxean. Haurrak heldu bihurtuta, «zoriontsu» mintzatu dira gurasotasunaz: «Poz-pozik gaude seme-alabekin». Baina bidean izan dute trabarik; garai ilunagoen arrastoak, Alonsoren arabera: «Homosexualok aske bizi gaitezen eta familiak sor ditzagun erabat prest dago gizartearen gehiengo handi bat, naturaltasunez onartzen dute; baina erakundeetan arazo gehiago dago: sistemaren isla dira, oraindik barneratuta dauzkate homosexualen aurkako legeak».

Egun, 26 eta 29 urte dituzte Alonsoren alabek, eta 27 urte Santistebanen semeak. Bikotekide ohiekin bihurtu ziren guraso, emazteekin. Ohituraz, ia-ia gizartearen aginduz. «Garai hartan, ohikoa zen soldadutzatik itzultzea, urtebete itxarotea, gazte ezkontzea, eta haurrak edukitzea», azaldu du Santistebanek. 11 anai-arrebako etxean ikusi zuen hori: «Mutilak zein neskak, ia denak antzera jardun ginen». «Orain egin daiteke, baina 1970eko urteetan ia ezin zen planteatu bikote batek umerik ez ekartzea», gaineratu du Alonsok. Halere, biek diote haurrak gustuko zituztela, aita izan nahi zutela. Santisteban: «Sei urte egon ginen umerik gabe, askatasun hori gozatzen, eta gero ekartzen saiatu ginen». Alonso: «Beti izan nuen buruan. Bizi proiektu ederra da».

Ezkondu baino lehen ere beste gizonekiko harremanak izan zituzten, gaztaroan homosexualitatea bizitzeko abagune aproposik izan ez zuten arren. «Hura ez zen existitzen». Burgosko herri txiki batean bizi izan zen Alonso hamar urtez, adindun bihurtu arte; gogoratu du han «pentsaezina» zirela sexu berekoekiko harremanak: «Hiri handiago batean agian norbaitekin egin dezakezu topo, baina herritxoetan ez dago inor. Gogoa duzu, eta egiten duzu, inor aurkitzen baduzu, baina oso ezkutuan». Gay da Santistebanen anaietako bat ere: «Gorriak ikusi zituen, anaiekin eta aitarekin. Etxetik alde egin behar izan zuen, Kaliforniara». Halere, ezkontzea ez zen sexu joera ezkutatzeko modua izan. «Ni gustura egon nintzen emaztearekiko erlazioan», dio Santistebanek.

Baina, orain hamalau urte, elkar ezagutu zuten. Aurreko harremanak eten, eta proiektu komuna hasi zuten: hilabete gutxira, elkarrekin bizi ziren. «Erabakia hartzea erraza izan zen, baina etxean esatea askoz zailagoa», onartu du Alonsok. «Oso gogorra izan zen alabekin hitz egitea: eurek eskatu zidaten alde ez egiteko, baina joan behar nuen, beharra sentitzen nuen». Egun, ikuspegi positibotik aztertzen du une hura: «Zure alabei adieraztea nola sentitzen zaren, haiek ikustea erabaki koherenteak hartzen dituzula, ez da irakaspen txarra».

Muturreko banaketa prozesuak izan zituzten. Oso lasaia izan zen Santistebanena; ohiko sistemaren arabera antolatu zuten semearen hazkuntza: amak hartu zuen zaintza nagusia, baina haurra nahi zuenean ikusteko aukera gorde zuen aitak. Alonsoren banaketa, berriz, oso gatazkatsua izan zen, eta gorabehera handiak izan zituen separatu osteko hilabeteetan: «Hasieran egunero ikusten nituen alabak, esfortzu handiak egiten nituen arratsaldeko uneren batean topo egin ahal izateko. Gero distantzia hartu zuten; euren inguruak ez zituen gauzak erraztu». Auzitegietan urte luzeak egin zituen bi alaben zaintzaren inguruko gatazkak. Mingarria zaio garai hura oroitzea, alaben sufrimendua gogora ekartzea: «Neskek 12 eta 14 urte zituzten, eta ikusi behar izan zuten ustez maite zituzten pertsona batzuek ez zietela bidea erraztu».

Azkenean, baina, aiten etxera mugitu ziren alabak. «Eurak gustura zeuden gurekin, argi zuten gure etxean bizi nahi zutela, eta guk argi genuen gurekin nahi genituela, baina gizarteak, oro har, ez zuen egoera hura onartu», esan du aitak. Oztopoak nondik heldu zitzaizkien zehaztu du: «Esparru juridikoak, banaketak positiboan landu eta umeak zaindu ordez, gatazka bultzatzen du. Baina banaketa bat judizial bihurtzen denean, ezagutzen ez dituzun pertsona askok zure bizitzarekin egin behar duzunaz pentsatzen dutenaren mende zaude». Tartean, aurreiritzi homofobo eta sexistak nahastu ziren: «Epaileak alabei galdetu zien ea nork egiten zituen etxeko lanak, uste zuelako neskame gisara nahi genituela. Eta epailea andre gaztea zen; niretzat, sinestezina izan zen hura».

Edonola ere, bikotekide berria sexu berekoa izatea ez zuten iraultza gisara hartu Alonsok eta Santistebanek. Ez dute uste bizikidetza eredurik sortu behar izan zutenik. Eguneroko egitekoak ez baitziren aldatu, Santistebanen hitzetan: «Emazteekin bizi ginenean bezala bizi gara orain». Izan ere, txikitan biek xurgatu zituzten genero rolak, baina joera hautsi egin zuten nagusitan. Santisteban: «Nirean, denetarik egin izan dut: garbitu, plantxatu, josi… Semearen fardela ere nik aldatu nuen lehenengoz». Alonso: «Amari nerbioak dantzan jartzen zitzaizkion harrikoa egiten ikusten ninduenean. Emakumeen lana zen hura».

Aita homosexualak izatea ez zen gatazka gehigarria izan seme-alabentzat ere. «Desberdina agian bai, baina ez gogorragoa». Haurren egokitze prozesua, aiten sexu joerari bainoago, gurasoen banaketei egotzi die Alonsok: «Guk gure bilakaera egin behar izan genuen bezala, haiek eurena egin behar izan zuten. Lehen hilabeteetan arraro sentitzen ziren, adibidez, gurekin kalera ateratzen zirenean. Normala da: amarekin eta aitarekin ibiltzera ohituta zeuden, eta, bat-batean, aitaren bikotekide berriarekin ibili behar zuten. Baina gutxi iraun zuen garai hark».

Bizikidetza «erraza»

Gerora, bizikidetza «erraza» izan zutela nabarmendu dute. Ezinegonak ohikoak izaten dira halako familietan, aurreko harremanetatik ekarritako seme-alaben hezkuntza kudeatzean: irizpide desberdinak, jabetza sentimenduak, jeloskeriak… «Alberto eta ni oso gutxitan haserretu gara», aitortu du Alonsok, «baina gutxi horiek seme-alabekin lotuta egon dira, batek errieta egin dielako bestearen ustez egokia ez zenean, eta halakoengatik. Bikote guztiek dituzte antzeko gatazkak, umeak bienak izan ala ez». Alabekiko harremana oso ona dela berretsi du Santistebanek: «Ez da gatazka esanguratsurik izan. Neskekin oso ondo moldatu izan naiz beti. Semeari emandako tratu bera eman diet haiei». Txantxetan erantsi du harengana jotzen dutela «aitak ez dakizkien gauzak» galdetzera: «Moda gustuko dut, eta aholku eske etortzen zitzaizkidan, ea fraka hauek ondo geratzen diren elastiko horrekin».

Orain, ilobez hitz egiteko garaia aurki heltzea espero dute. «Alaba zaharrenak zioen goiz izan nahi zuela ama, baina unea atzeratzen ari da. Oso zail dago lan esparrua». Aitona bihurtzeko gogoz dabiltza, guraso izateko garaiak ihes egin dielakoan, alaba gazteenak eurekin bizitzen jarraitzen duen arren. «Lehen, gauza asko egiten genituen elkarrekin, baina, orain, bakoitzak bere bizitza du, eta ezer gutxi egiten dugu haiekin. Guraso gehienei gertatzen zaien bezala».

BERRIA: UDAKO SERIEA. Gurasotasuna eta zaintza (I) Elena Garcia Bakarra bai, bakarrik ez

Seme-alaben zaintzari buruzko hausnarketak eta jardunak plazaratuko ditu asteon BERRIAk. Zenbait gurasotasun eredu bilduko ditu, testigantza sorta batean: bikote gay, lesbiana zein heterosexualak, guraso bakarrak…

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Elena Garcia, Oier eta Martin seme bikiekin, atzean haurren zaintza sarea dutela: Garciaren gurasoak, lagunak, bikotekidea… MARISOL RAMIREZ / ARGAZKI PRESS

Martin eta Oier anaia bikiek urtea bete zuten arte, igogailurik gabeko eraikin bateko bosgarren solairuan bizi izan ziren. «Etxetik ateratzea odisea bat zen. Hasieran zapi batean bildu eta bularrera lotzen nituen, baina hazi ahala gero eta astunagoak ziren, eta arriskutsua bilakatu zen hala ibiltzea. Orduan hasi nintzen zaintza sarea sendotzen». Bikotekiderik gabe ama izatea erabaki zuen Elena Garciak (Bilbo, 1971), eta sarri sentitu izan du bere bi eskuak eta bi hankak ez zirela nahikoak semeak zaintzeko. Halere, oso gutxitan egon da bakarrik: «Ama bakarra zarenean, laguntzeko prest agertzen zaizu jendea. Bikotekidea duten ama askok ez dute halako eskaintzarik jasotzen».

Garciak dio ez duela inoiz ama izateko senik sentitu, baina bazuela esperientzia bizitzeko grina: «Jakin nahi nuen zer sentitzen den pertsona bat hazita. Bizitzan beti saiatu izan naiz ahalik eta gauza gehien egiten, eta hori ere bizi nahi nuen». Ama izatea erabaki zuenean, bazuen bikotekidea, baina bakarrik ekin zion amatasunari. Erabaki kontzientea izan zen; inguruko guraso heterosexualei begira hartua: «Nire lagun emakumezkoak ikusten nituen euren mutilei azaltzen umeekin zer egin behar zuten, eta nik hura ezin nuen jasan; betiko patroia zen, modernoagoa, gizonek gauza batzuk egiten zituztelako, baina emakumeek gogorarazita eta antolatuta. Eta umeak zaintzeko bai, baina 40 urteko gizon baten ama izateko prest ez nengoen. Agian ez nuen egitasmo hura partekatzeko pertsona egokirik aurkitu, baina ez nuen ezta planteatu ere egin».

Naturaltasunez hartu zuen ama bakarra izateko erabakia, baina azkar heldu zitzaion lehen oztopoa: haurdun geratzeko, osasun sare publikora jo zuen, eta ernalkuntza lagundua bikote heterosexualen eskubidea baino ez zela erantzun zioten. «Andra aldizkarian irakurria nuen lesbianek ere bazutela eskubide hori, eta leihatilara itzuli nintzen artikulu moztuarekin. Lesbianek ahal bazuten, nik ere bai; ez zidaten galdetuko norekin oheratzen nintzen». Sei hilabeteko itxaro aldi baten ostean hasi zuen tratamendua. Prozesuaz oroitzapen onak ditu: «Une batzuk gogorrak dira, baina adiskideekin joaten nintzen medikuarenera, eta oso ondo pasatzen genuen. Ez nuelako presiorik: niretzat ama izatea ez zen ezinbestekoa; ez banuen lortzen, ez zen porrota izango. Baina oso giro grisa zegoen, oro har: tentsio handia ikusi nuen bikote heterosexualetan».

Bikiak izan zituen. Zaintza lanak ingurukoekin partekatzea pentsatua zuen aurretik ere, baina bi haur etortzeak ez zion beste aukerarik utzi. Izan ere, umeak jaio osteko lehenbiziko asteetan, etxetik ateratzeko ere laguntza eskatu behar zuen. «Eraikinean bertan neuzkan lagunak. Halere, ia egun osoa igaro behar nuen etxetik kanpo, eskaileretan gora eta behera ibili behar ez izateko, zeren gerta zitekeen norbaiti deitzea eta etxean ez egotea, edo beste zerbaitetan ibiltzea. Sekulako autonomia eman zidan igogailua zuen etxe batera mugitzeak».

Tentsioa eta nekea

Edonola ere, dena zen konplexuagoa bi haurrekin, «tentsio handikoa». Loa: «Titia ematearen ondorioz, lehen hilabeteetan gehienez hiru ordu laurden egiten nuen lo jarraian. Fisikoki zaila zen». Erosketak egitea: «Auzoko dendari guztien lagun bihurtu nintzen, etxean zerbait ahaztuz gero dendetan uzten nituelako umeak». Eguneroko erritmoarekin jarraitzea: «Ama izan aurretik, egunari zukua ateratzen nion: esnatzen nintzenetik lo hartzen nuen arte mila gauza egiten nituen. Bi ume etortzea izan zen frenatzeko modu bakarra».

Umeak hazi ahala, baina, haien beharrak eta jarduerak ere aldatu egin dira. 6 urte dituzte gaur egun Oierrek eta Martinek; bi izatea lagungarri da maiz: «Ez dute ia telebistarik ikusten; ez dute behar entretenituta egoteko: elkarrekin jolasten dira. Nik haiekin dudan harremana ere desberdina da: orain haiekin negoziatu behar da, haserretu egiten dira, erritmoa gehiago markatzen dute, baina, aldi berean, konplizitate handiagoa dugu hirurok».

Sei urteotan, amatasuna lanarekin uztartzea ere zaila izan da. Bilboko metroko gidaria da Garcia. Enplegu finkoa lortu zuenean hasi zen amatasuna planifikatzen, ekonomikoki prestatzen: «Egonkortasuna lortu nahi nuen, esperientzia hau ahalik eta tentsio gutxienarekin igarotzeko». Haurrak jaio ostean, dirua aurreztuta zeukanez, urtebeteko baimena hartu zuen. «Bestela, ez nuen umerik izango, ezinezkoa delako txandakako lana edukita ume txikien beharrei erantzuteko antolatzea. Lan merkatu kapitalistaren oso mende dago gizartea, eta ez bakarrik soldatengatik: haurren zaintza ere horren inguruan dago egituratua». Lantokira itzuli zenean, mahai gainean jarri zuen lana eta familia bateratzeko neurrien beharra: «Mugatuak dira, baina niretzat soldata baino askoz garrantzitsuagoak ziren».

Baina Elena Garciak ez ditu bakarrik hazi bi semeak: une oro zaintza sare zabala izan du alboan. Logistika arazoei zein nekeari aurre egiteko eraiki zuen sarea, «familia, hautatutako familia». Gurasoak ere sartu zituen sarearen barruan, baina une zehatzetarako bakarrik: «Beti egon dira hor, baina politikoki onartezina iruditzen zitzaidan pisu guztia haien gainean jartzea, areago euren gurasoak ere zaindu zituztela kontuan hartuta. Ikusten nuen disfrutatzeko garaia heldua zitzaiela».

Beraz, lagunek osatu zuten Garciaren sendi berria: Bizkaiko Emakumeen Asanbladakoak batzuk, auzoko beste batzuk, bikotekideak eta bikotekide ohiak… «Taula bat egin genuen, goizeko, arratsaldeko eta gaueko ordutegiekin, bakoitzaren prestasuna adierazteko. Eta, halere, zaila da kudeatzea une bakoitzean nor egongo den haurrekin, eskolaz kanpoko jardueretarako zer eraman behar duten, nork egingo duen afaria, noiz jarriko dudan garbigailua… Eguneko minutu guztiak aprobetxatu behar dira».

Ez da kontraesanik eta hausnarketarik gabeko bidea izan, ordea. Zailtasunak izan ditu, adibidez, espazioak partekatzeko: «Kosta egin zitzaidan une oro beste norbaitekin egotera ohitzea, etxera heldu eta haurrak zaindu zituenarekin hitz egin behar izatea. Oparia da gaur egun umeekin bakarrik egon ahal izatea». Zaintzaileekin zorretan dagoela ere sentitu izan du: «Azkenean, barneratu nuen pertsonen arteko mendekotasun hori existitzen dela, eta existitu behar duela, eta eraiki dugun kooperazio eredu hau ona dela. Baina hasieran iruditzen zitzaidan ez nintzela nor lagun bati esateko umeei azukrerik ez emateko, mesede bat egiten ari zitzaidalako».

Kontraesanak feminismoan

Esparru politikoan, militantzian ere sentitu izan ditu kontraesan horiek. Feminismoak «askeago» egin duen arren, kritiko mintzo da mugimenduak amatasunaren «aurka» hartu duen ildoarekin: «Ama izateko derrigorrezkotasunaren kontra, ama ez izatea erabaki dugu, eta bestaldean kokatu dugu gure posizioa. Ni oso estututa sentitu nintzen hor, nire erabakia auzitan balego bezala: bazirudien ahalik eta azkarren itzuli behar nuela ama izan aurretik nintzen pertsona izatera. Horrek ez ninduen askeago egin».

Hezkuntza prozesuan ere adi ibiltzera bultzatu du feminismoak. Areago, bi mutil heztean: «Beldur puntu batekin begiratzen diot etorkizunari, nolako gizonak izango diren pentsatzen dudanean. Espero dut gu egiten ari garen lana eraginkorra izatea bestelako gizon moldeak eraikitzeko, baina sistema hau uste baino sotilagoa da, kamuflatuta dago, eta jendarteak une batean suntsi dezake lan hori».

Txantxetan dio Garciak bikien ama bakarra izatea zoratzeko modukoa dela: «Bi dira baten kontra: etengabeko matxinada». Baina serio mintzatzean ere ez du amatasuna idealizatu: «Ez naiz ausartzen baieztatzera bizitzan egin dudan onena denik. Une batzuk ederrak dira, baina zaila ere bada, neketsua. ‘Gaur ezin dut’ esateko aukerarik ez dizu ematen». Halere, berriro haurdun geratzeko aukera aztertu zuen orain bi urte: «Adinak bota ninduen atzera. Umeekin jolastu egin behar da, eta 40 urterekin gorputzak ez du energia bera». Baina, errepikatzekotan, ez luke erabakia bakarrik hartuko: «Orain badakit zer den ni ama izatea, niretzat ez ezik, nire inguruarentzat ere bai. Sareari galdetu behar nioke: haiek ere gauzak alboratu dituzte niri laguntzeko; bidezkoa da».

BERRIA: UDAKO SERIEA. Gurasotasuna eta zaintza (IV) Izaskun Guarrotxena eta Ainhoa Etxaide Adostua, eraikia, partekatua

Semearekiko lotura biologikoari baino pisu handiagoa eman diote eraikitako harremanari, baina zaintza sarea zabalduz landu dute hori. Amatasuna askatasunarekin uztar daitekeela uste baitute.

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Ainhoa Etxaide eta Kakun Guarrotxena, 4 urteko Aner semearekin jolasten, Hondarribian. JON URBE / ARGAZKI PRESS

Gorka konpontzaileak bezala, bi ama dituela erantzuten die Anerrek aita non duen galdetzen diotenei. «Naturaltasun osoz. Berarentzat ez da arazo. 4 urterekin epaiketarik edo diskriminaziorik gabe galdetzen dute umeek; nagusiagotan hasiko dira bestelako tonuak erabiltzen. Horrek demostratzen du uste horiek eraikuntza sozialak direla». Normaltasuna iraultzeko «borroka ideologiko» horretan, Irrien Lagunak dituzte laguntzaile nagusi Kakun Guarrotxenak eta Ainhoa Etxaidek. «Zorionez, gero eta tresna gehiago daude». Diotenez, bestelako amatasun eredua eraikitzen ari dira, konpartitua, erruduntasun sentimendurik gabea, askea; baina ez gatazkarik gabea, oztopo juridiko eta sozialez josita baitago lesbianen amatasuna.

Prozesu hausnartua, eztabaidatua eta negoziatua izan da amatasuna haientzat. Eta adostea ez da zaila izan, hasieratik «oso argi» zituzten gauzetan bat etorri izan baitira. Biek nahi zuten umea, biek nahi zuten haurdunaldia osasun sare publikoan egin, biek nahi zuten haurraren zaintza sarean antolatu, biek nahi zuten semearekin biologiaz gaindiko lotura eraiki, biek nahi zuten lanarekin eta militantziarekin jarraitu… «Bizimodua aldatu genuen, ordura arteko bizitzarekin jarraitu ahal izateko», azaldu du Etxaidek; «Ez dugu bizimodua aldatu umea etorri delako, baizik eta umearen neurrirako bizitza egiteko, bere beharrak asetzeko, baina, aldi berean, guk gure bizitzekin segitzeko».

Hamar urtez Bilgune Feministako bozeramaile izan ostean, Urtxintxa Eskolan dihardu egun Guarrotxenak (Bilbo, 1975); 2008tik LAB sindikatuko idazkari nagusi da, berriz, Etxaide (Hondarribia, Gipuzkoa, 1972). Duela bederatzi urte hasi zuten bikote harremana, eta duela bost pasatxo geratu zen haurdun Guarrotxena: «Nik geratu nahi nuen haurdun». «Eta nik oso argi nuen haurdunaldia saihestuko nuela, ahal izanez gero», gaineratu du Etxaidek. «Erabakia erraza izan zen. Eta esperientzia hartatik ez zait hutsunerik gelditu; haurdun ez geratzea ez da zama bilakatu». Harreman biologikoarekin lotuta lesbiana bikote askotan izaten diren tentsioak ekiditen lagundu zien irmotasun horrek. «Feminista gisa, pertsonen eraikuntza sozialean sinesten dugu, biologian baino gehiago; beraz, aplika dezagun: nik ez dut umearekin lotura berezi bat, ni erditu nintzelako; hiruron artean ari gara hori eraikitzen», berretsi du Guarrotxenak.

Erantsi du erabaki batzuk hartu zituztela horren harira: «Emakume askok titia emanda lokartzen dituzte umeak, lotura natural hori mantentzeari begira. Guk hori moztu egin genuen: titia beharrezkoa izan ez denean, beste modu batera egin dugu, biak izateko partaide. Adibidez: txikitan, Ainhoak bainatzen eta lokartzen zuen Aner; egun batean ezin bazuen, nik lokartzen nuen, baina titirik eman gabe».

Edonola ere, Etxaidek onartu du jende askok «auzitan» jartzen duela berak semearekin duen lotura, «bigarren mailan» jartzen dutela. Amek eta aitek rol desberdinak hartzea kritikatu du, aitaren lekuan jarri nahi izan dutelako bera: «Lotura biologikoa hainbeste nabarmentzen dutenean, zein egiteko ematen diote aitari? Zergatik onartzen dute gizonek bigarren edo hirugarren mailako leku hori?». Ikuspegi feministatik, kontraesanak ikusi dizkio amatasun eredu horri: «Ez nuen gustuko non jartzen ninduten ni. Baina Kakunek uko egin zion amatasun absolutu horri, amatasun konpartitu bat eraikitzeko, bion artekoa».

Berrantolatu beharra

Umearen zaintza antolatzean ere bide bera hartu dute. «Ez gara Aner zaintzen dugun bakarrak: sare bat dugu, umea ondo zainduta egoteko, gu zaintza horren arduradun garelarik, baina gure militantziak bateragarri egiteko aukera ematen diguna», azaldu du Etxaidek. Ordutegiak eta jarduerak berrantolatzeaz mintzatu da Guarrotxena: «Ez dugu umea izan, egunero 22:00etan etxera heltzeko eta harekin ez egoteko».

Eta, bide horretan, «aliatuak» bilatu dituzte, euren ereduan parte hartzeko prest dauden senideak eta lagunak. Haurraren beharren araberako faseak egon dira: txikitan, bizpahiru lagun-minekin geratzen zen Aner, eta orain, parkeko gurasoen artean antolatzen dute umeen zaintza. Baina badaude zaintzaile egonkorrak ere. Adibidea jarri du Guarrotxenak: «Badugu lagun bat, nahi izan arren seme-alabarik eduki ezin izan duena: hiru hilean behin asteburu batez eramaten diogu umea, hark eskatuta, gainera, ostiraletik igandera, eta asteburu planen bat egiten saiatzen gara».

Lanean jarraitzea ahalbidetzen die sare horrek, Etxaidek azaldu duenez: «Ama onak izateko, suposatzen da Aner eskolara guk eraman eta jaso beharko genukeela, irakasleari astean bizpahirutan galdetu beharko geniokeela zer moduz pasatu duen eguna, eta jakin beharko genukeela zenbat aldiz egin duen eztula. Guk ez daukagu hori guztia egiteko aukerarik; gure lanak utzi beharko genituzke. Baina niri ez dit kontzientzia kargurik eragiten hori ez egiteak: Kakunek eramaten du Aner eskolara, lagun batek jasotzen du, eta ni arratsaldez egoten naiz berarekin. Eta ez naiz sentitzen emakume frustratua. Nola egiten da hori? Gauzak bestela ikusiz, eta gauza batzuei balioa kenduz, beste batzuei emateko».

Eta, bide batez, umea jendearekin egotera ohitu dute. Etxaide: «Hasieratik egin dugu: Anerrek bi asterekin parte hartu zuen Emakumeen Mundu Martxan. Prozesu naturala izan da, baina oso induzitua. Giltzarrietako bat da, nire ustez, umea norbaitekin uztean dramarik ez egitea, adieraztea oso ondo pasatuko duela izekorekin jolasten».

Hartara, biek nabarmendu dute ez dutela sentitzen ama askorengan ohikoa den erruduntasunik. Feminismoa lagungarri izan da ikuspegi aldaketa horretan. Etxaidek dio aske egin duela: «Seme-alabek lotura bat sortzen dizute, baina ez mendekotasun bat». «Feminismoaren ardatza da sinestea emakumeak subjektu politikoak garela»erantsi du Guarrotxenak. «Beraz, zu beti izango zara emakumea; ama den emakume bat, bai, baina inoiz ez ama bakarrik».

Lesbianak, ikusezin

Ordea, horrek ez du esan nahi bidean aldaparik igo behar izan ez dutenik. Bi ama dira, baina gizarteak ez ditu hala ikusten. Guarrotxena haurdun zegoeneko uneak ekarri ditu gogora Etxaidek: «Bikotekiderik gabeko emakume bat zen Kakun, eta ni bere laguntzailea; ez zitzaion inori bururatzen bikotea izan gintezkeenik, esan egin behar genuen». Ondorio latza izan zuen horrek erditzean: «Aner jaio zenean, Kakunek eskatu zuen bere bikotekideari abisatzeko; kanpora atera ziren, ni ikusi ninduten, ez zuten pentsatu ni bere bikotekidea nintzela, eta ez zidaten ezer esan». Antzera, haurrarekin larrialdietara joan behar izan zuten egun batean: «Liskarra eduki behar izan genuen biak barrura sartu ahal izateko: aita eta ama umearekin egon daitezke, baina amak ezin zuen laguna sartu, eta ez zuten ulertzen umeak bi ama zituela».

Paperetan ere ageri da bazterketa. Ikastetxean izena ematean, amaren eta aitaren izen-abizenak eskatzen dituzte. «Matrikulazio orria bete genuenean, langileari Aitaren izena ezabatuarazi nion», gogoratu du Guarrotxenak. Dena den, eskolan zortea izan dutela esan du Etxaidek: «Nire amaren beldurra zen zer egingo zuen Anerrek aitaren egunean, orain gutxira arte eskoletan ospatu egiten zutelako. Zorionez, gero eta familia eredu gehiago daude ikasgeletan, eta gauza batzuk aldatu dira, presioaren ondorioz. Kontua da urrats horiek zein neurrian diren langileen borondatezkoak, eta zein neurrian arautzen eta orokortzen diren».

Halere, juridikoa da arazorik handiena: lesbiana bikoteek ezkonduta egon behar dute erregistro zibilean biak ama gisa agertu ahal izateko —bikote heterosexualei ez zaie halakorik eskatzen—; bestela, soilik ama biologikoak ditu haurraren gaineko eskubideak. «Sekulako segurtasun eza eragiten du», aitortu du Etxaidek. «Eta arazo bat da: zergatik egon behar dugu ezkontzera behartuta?».

EL DIARIO: Ruth Toledano – El futbolista como modelo de macho

El modelo de deportista que se vende mayoritariamente es el que representa a un modelo de hombre detestable: el macho imbatible, duro, escupidor. El macho macho: granítico, millonario, follador. Y heterosexual, claro

Soy de las que no les gusta el fútbol. No me refiero al juego (he visto un par de partidos y, sí, comprendo el interés que suscita como tal –aunque se me escapa que ese interés sea tan excesivo, sobre todo comparado con el escaso o nulo interés que suscitan otras actividades-). Lo que no me gusta del fútbol es todo lo demás. Principalmente, los futbolistas. Es decir, el modelo de hombre que fomenta el fútbol, la representación del mundo que sugiere a través de esos hombres. El futbolista como modelo estético y mito erótico. Sé que hay mujeres que juegan al fútbol, pero son ninguneadas de manera sistemática y su esfuerzo deportivo es minimizado. Es más, ni siquiera, a día de hoy, es concebible una mujer futbolista como modelo estético o mito erótico: una mujer de complexión fuerte, de bíceps poderosos, de piernas rápidas y potentes muslos. No suena nada mal.

Y, sin embargo, busquen en su navegador imágenes de “mujeres futbolistas” y vean lo que aparece: mujeres desnudas, medio desnudas o sexualizadas, sin ninguna pinta de ser futbolistas; novias, amantes y esposas de hombres futbolistas, todas ellas en actitud o pose sexy. Encontrarán alguna escena, pocas, de fútbol femenino. Comprueben también cuáles son las primeras entradas en la web con esa búsqueda: “Las mujeres de futbolistas más sexys”; “Las mujeres más calientes de los futbolistas del Mundial”; “ Mujeres de futbolistas”. Es asqueroso. Cuando aparecen por fin mencionadas las mujeres futbolistas, el titular es este: “Las futbolistas más bellas y sexys del mundo”. Y, por supuesto, lo que se destaca como más bello y sexy no son sus bíceps o sus cuádriceps, sino sus pechos y sus ojos maquillados. De su gesta deportiva, ni hablamos.

Ellos sí. Los futbolistas son héroes, campeones, estrellas. Son titanes, glorias, semidioses. Son superhombres. Los futbolistas son los grandes ídolos masculinos de nuestra época. Por brutos que sean, por zafios que sean, por horteras que sean. No digo que no haya futbolistas de otro tipo, digo que el modelo de futbolista que se vende mayoritariamente es el que representa a un modelo de hombre detestable: el gran macho. El macho imbatible, duro, escupidor. Por metrosexual que sea. El macho macho: granítico, millonario, follador. Heterosexual, claro.

Todo futbolista es heterosexual y liga con tías esculturales (tías con tetas prominentes, aunque sean de plástico; tías que no tienen celulitis en el culo, aunque no sean mujeres futbolistas –que son, en realidad, casi las únicas mujeres en el mundo que no tienen celutitis en el culo-). Según el modelo distribuido no hay futbolistas gays. Según el modelo distribuido las futbolistas no son lesbianas (las futbolistas sexys, claro, las otras sí: marimachos).

Es el modelo que ha tratado de combatir la FELGTB, a propuesta de las entidades de deportistas LGTB Halegatos y Arcópoli, con la campaña lanzada en Twitter a través de los hastags #LaLigaSinHomofobia, #LaLigaSinBifobia y #LaLigaSinTransfobia. Denuncian la LGTBfobia en las ligas de fútbol profesionales y su preocupación por que el mundo del fútbol siga sin aceptar la diversidad sexual y de género. Hacen ver lo llamativo que resulta que ningún futbolista profesional haya salido del armario y, lo que es aún más grave, que ni siquiera hayan mostrado su firme rechazo a la homofobia, la bifobia y la transfobia, como sí ha sucedido, por ejemplo, en la Bundesliga alemana (es el caso del jugador Manuel Neur, que ha mostrado su apoyo público a compañeros que han declarado su homosexualidad).

La FELGTB solicita a la LFP (Liga de Fútbol Profesional), a la RFEF (Real Federación Española de Fútbol), y a las demás federaciones de otras disciplinas deportivas, un compromiso de apoyo a campañas que erradiquen estas discriminaciones (solo el Athletic de Bilbao ha colaborado hasta ahora en una campaña así), y al Consejo Superior de Deportes que promulgue una Carta de contra la discriminación LGTB, como han hecho ya el Gobierno francés o el británico.

Amanda Rodríguez, coordinadora de Arcópoli, pone el dedo en una llaga terrible: “Algo está fallando cuando, si a un futbolista se le lanzan insultos racistas o xenófobos, el mundo entero se vuelca en su defensa, como corresponde, pero, si a otro le corea todo un estadio ‘maricón’, nadie se atreve a alzar la voz en su defensa”. También Rubén López, responsable de Deportes de la FELGTB: “Hay que romper el último gran tabú de la homosexualidad en España. Los futbolistas deben mostrar su apoyo a sus compañeros no heterosexuales. España no puede ser la excepción europea y la LFP y la RFEF deben implicarse”.

Mientras no haya al respecto una voluntad clara de las instituciones, una postura firme de las instancias deportivas españolas, seguirá transmitiéndose este modelo de futbolista machote (o de futbolista marimacho) que resulta muy peligroso para una sociedad donde el machismo es una lacra y se lleva cotidianamente por delante la vida de las mujeres. Un modelo pernicioso, dado que (por incomprensible que me resulte) el gran ídolo de nuestro tiempo, el gran mito erótico, es ese hombre que juega al balompié. Ese hombre, señores, que acaso sea un maricón.

EL MUNDO: EXCLUSIVA Su primera entrevista tras el revuelo mediático Patricia Yurena, la primera miss en reconocer públicamente que es lesbiana: ‘Tenía ganas de decirlo’

Sólo tiene 24 años y, sin embargo, ha demostrado tener mucha más madurez que otras mujeres en su misma situación y que gran parte de la sociedad. Patricia Yurena Rodríguez (Santa Cruz de Tenerife, 1990), Miss España 2008 y primera finalista de Miss Universo 2013 (lo que la convierte ahora mismo en la segunda mujer más guapa del mundo), es lesbiana. Y la misma máxima con la que ha llevado su sexualidad hasta ahora en su entorno privado ha guiado su forma de hacerlo público: la naturalidad.

yurena

Una romántica y sensual foto (a la izquierda) con su actual novia, la vocalista y compositora de música electrónica Vanesa Klein, alter ego artístico de Vanesa Cortés (34), colgada hace cuatro días en su perfil de Instagram y bajo el título “Romeo and Julliet”, ha sido lo que públicamente se ha considerado su salida del armario. Sin embargo, hace mucho años ya que la modelo vive su condición con la más absoluta libertad, como ella misma cuenta en exclusiva para LOC.

Si llega a saber la que se iba a liar, no cuelga esa foto…
La verdad, no esperaba esto para nada, para nada. La propia Vanesa, que está ahora en Dubai, me ha mandado un mensaje de voz diciendo: “La que has liao, pollito”. Madre mía…
¿Lo pensó mucho antes de darle al botón de “publicar”?
La verdad, fui muy impulsiva y no pensé las consecuencias. Pero esta vez ya quise subir una foto así, como puede hacer cualquier persona. Tenía ganas. Y no es una foto vulgar, es evidente, no hace falta añadir más.
Pero, en realidad, no es la primera foto que publica junto a ella, ¿verdad?
No, pero las fotos que había subido hasta ahora eran como más normalitas, siempre imágenes de amistad… Yo en mi vida soy superdiscreta, no me gusta dar escándalos. Y mi madre, además, siempre me ha dicho que mi vida es mi vida; ella es muy pudorosa y, quizá por eso, por respeto a ella, hasta ahora había sido más discreta. Pero claro, esa foto que he colgado, que habla por sí sola, más lo que puse, pues un montón de gente empezó a preguntarme si era lesbiana, seguidores de todo el mundo me escribían…
¿Quién la ha llamado y en qué términos?
Muchísima gente, algunas de las misses que conocí en los certámenes, como la de Ecuador, a quien también han llamado para preguntarle por mí, el director de Miss Universo en España, Guillermo Escobar, que me ha felicitado, compañeros de teatro…
Es que ha sido usted la primera Miss en declararlo…
Ya… Pero en el fondo da un poco de pena que algo así aún sea hoy noticia. Por otro lado, entiendo que en mi mundo soy la primera, y quizá de ahí venga todo el revuelo, porque es verdad, soy una miss.
¿La primera de muchas?
Yo espero que con el tiempo, que una miss salga con otra chica no sea noticia. O no hasta el punto de salir en el telediario, como yo me vi el jueves. Lo que deseo es que esto no signifique que van a empezar a hablar de mi vida privida, de mi relación o a seguirme, sino para empujar a esas personas que aún no se atreven a decirlo, a esas modelos y misses, a que sean valientes. A que se lo digan, al menos, a su familia.
¿Cómo lleva la suya el revuelo?
Mi madre me ha llamado y me ha dicho que al salir de trabajar la gente se la ha acercado para mostrar su apoyo y cariño. Imagínate, yo que soy de Granadilla, un pueblecito de Santa Cruz… Pues la gente ha compartido en sus redes sociales la noticia, y me escriben… ¡Qué locura! Incluso dupliqué mi número de seguidores en Instagram. Vamos, no sé si en Granadilla me pondrán una alfombra roja, pero una arco iris, sí.
Y a lo mejor usted no necesita el apoyo de nadie…
Hombre, desde luego, prefiero el apoyo a los rechazos. La verdad es que se agradecen, y por eso el mismo jueves di las gracias a mis seguidores.
¿Alguna vez se ha cohibido y no se ha mostrado abiertamente?
A ver, algunas veces, para no armar ningún escándalo, pues bueno, te cortas un poco. Pero ya no, yo voy de su mano por la calle, con naturalidad. Y nos hemos tropezado con conocidos suyos o míos, y yo la presento como “mi pareja”. A mis amigos, a mi familia… Todos lo saben ya.
¿Todos?
Bueno, quizás hay miembros de mi familia a los que, tal vez por respeto, no se lo había contado. Como a mi abuelo, pero mis padres lo sabían. Vane ha estado incluso en mi casa, en Tenerife, y se la respeta y se la quiere muchísimo. Ya te digo, en mi entorno todos saben quién es, y quizá eso me ha envalentonado últimamente a ir con ella de la mano. Con naturalidad, pero sin escándalos.
¿Cómo les contó que es homosexual?
Fue hace cuatro años. Estaba con mi madre en la playa, y se lo dije de forma impulsiva. No paraba de reír y mi madre no se lo creía. Ella es joven, pero también un poco chapada a la antigua. Y creo que fue a la que más le costó aceptarlo. Con mi padre fue supernatural. Mi abuela materna creo que ni se lo creyó, y la paterna fue supergraciosa. Se lo conté, me miró y tras un silencio me dijo: «¡Anda Patri, entonces tu eres maricona!». No podíamos parar de reír.
¿Ha pensado ya en las consecuencias que puede tener en su carrera como modelo y actriz?
Creo que no debería perjudicarme para nada, ni en la moda ni en la interpretación. Al contrario, es un gremio en el que hay muchos homosexuales y que deben entender que el amor no tiene que ver con géneros. Y puedo respetar que haya personas que no lo comprendan, sobre todo de los más mayores, pero no entiendo a los jóvenes que no lo aceptan o que incluso dicen cosas como “mira ese maricón” o “mira esa lesbiana”. Eso no puedo respetarlo. Sólo amo a otra mujer, no le hago daño a nadie.
O sea, que la ama, está enamorada…
Mucho. Y no es que haga mucho tiempo que nos conocemos, un año, y unos seis meses en los que vamos más en serio. Antes era más el tonteo, que si sí, que si no… Y ahora estoy muy feliz
Sigamos con el romanticismo. ¿Cómo se conocieron?
Fue todo una casualidad. La conocí una noche después de una de sus actuaciones, a la vez que a Amaya Valdemoro, jugadora de baloncesto, y ahí empezó un poco la amistad. Y a través de seguidoras en común, pues surgió todo.
Y, ¿cómo siguió?
Pues cuando volví de Miss Universo, nos vimos de nuevo y, pues como todas las relaciones, cuando menos lo esperas, nace el cariño. Me encantó como persona, todo el mundo que la conoce se enamora de ella, tanto chicos como chicas, de verdad.
¿Es su primera novia?
No es la primera chica con la que salgo, pero sí es la primera vez que puedo decir que voy en serio, que mi familia la conoce. Es la primera vez que tengo ese sentimiento de amor y que, además, es mutuo. No considero que sea una relación pasajera.
Pues, ¿qué tiene ella?
Todo, por eso estoy así de tonta. Me encanta su forma de ser, lo amable que es, cariñosa… Es muy alta, mide 1,90, y yo siempre le digo que es grande en altura y en todo.

Patricia se deshace en halagos hacia su chica, “una de las mejores voces que conozco”, apunta, y lamenta que aún no tenga el reconocimiento popular que se merece. “Muchas veces le digo que ojalá pudiera besarle la voz”, revela. Desde luego, Victoria Klein es considerada en el sector de la electrónica, gracias a su potente voz, una auténtica estrella revelación de la escena house internacional y en la vocalista más solicitada por las mejores salas de medio mundo.

¿Le ha llegado a Dubai el revuelo generado aquí?
Sí, sí. Me cuenta que la están llamando todo el rato para preguntarle, y yo le digo que me ha dejado aquí con todo el fregao, je, je. Tengo muchas ganas de que vuelva para que vea toda esta locura.
Desde luego, ni cuando usted rechazó una oferta de Donald Trump se armó esto…
Es verdad… La cosa fue así. Tras la gala de Miss Universo, él se acercó a mí y me propuso trabajar en su agencia. Pero se me juntó que en el día a día, estoy muy activa aquí, haciendo cosas que me gustan, con que estuve siete meses con una urticaria que retrasaron cualquier plan de trabajo allí.
¿Y qué planes tiene ahora?
Ahora mismo estoy con un cortometraje, que se rodará en Ibiza, sobre la novela El código, de Chris Martos. Y hasta hace poco estuve haciendo teatro, dirigida por Josep Linuesa. También tengo a la vista un viaje a Miami, para hacer cosas de moda. Así que, poco a poco y desde abajo, voy consiguiendo mi sueño. Me siento muy feliz, la verdad, también en lo profesional.