Bruce Jenner: ‘Soy una mujer’

Bruce Jenner, durante la entrevista concedida a ABC

Bruce Jenner, durante la entrevista concedida a ABC. REUTERS

Las lágrimas de Bruce Jenner paralizaron Estados Unidos durante una hora. Las redes sociales se volcaron con la valiente decisión del ex atleta de 65 años de confesarle a la periodista Diane Sawyer su deseo desde la infancia de ser mujer.

“A todos los efectos, lo soy”, dijo al inicio del especial de dos horas de la cadena ABC sobre la constante lucha por mostrar su verdadera identidad.

“La parte femenina es parte de mi. Eso es lo que soy. Mi cerebro es más de una mujer que el de un hombre”, dijo el padre de seis hijos, célebre durante su juventud como medallista olímpicoen los Juegos Olímpicos de Montreal en 1976 y después como personalidad televisiva.

Jenner, que ahora luce pelo largo y que lleva décadas tomando hormonas en una transición lenta y dolorosa, confesó que ya desde niño se ponía los vestidos de su hermana a escondidas de su madre, sin saber muy bien lo que sentía salvo que “me gustaba la sensación”.

Su habilidad para el deporte le ayudó a encontrar un refugio frente a sus dudas, aunque explica que en ningún momento dejó de sentirse mujer. A base de entrenamiento y perseverancia, llegó a convertirse en el atleta más completo del mundo en la prueba de decathlon. Aún así, dice que veía “a una persona confusa en ese momento, con mucho miedo y huyendo de mi propia realidad. Estaba muerto de miedo, sin saber lo que iba a ser de mi futuro”.

Pensó incluso en suicidarse a lo largo del camino, pero decidió después que prefería quedarse hasta el final, “para ver qué pasa”. De momento, podrá esperar a ver la reacción de semejante tumulto social en torno a su entrevista y comprobar si el acoso y las burlas que ha tenido que soportar en los últimos meses se transforman en muestras de apoyo y cierta sensación de normalidad con su nueva vida.

“Llevo pensando en este día desde hace una eternidad”, indicó con lágrimas en los ojos, preparado para hacer un repaso a su insólita historia, la del mejor atleta del mundo convertido después en estrella mediática, con tres matrimonios en su haber y la seguridad de sentirse mujer y al mismo tiempo atraído por ellas. “No soy gay. No me atraían los hombres. Siempre me sentí heterosexual”, aclaró.

Pero no le dijo al mundo abiertamente lo que sentía por dentro, ese gran secreto que ahora ha decidido liberar con gran estruendo.

 

¿Lincoln era homosexual? ¿Y Nixon? ¿Y Washington? Sí, lo eran

De izquierda a derecha los presidentes George Washington, Abraham Lincoln y Richard Nixon

De izquierda a derecha: los presidentes, George Washington, Abraham Lincoln y Richard Nixon. CORDON

 

Cuando se tarda 40 años en escribir un libro es fácil estar seguro de lo que se va a contar. Lo curioso, o lo interesante en este caso, es que el trabajo enciclopédico del conocido escritor y activista Larry Kramer, ‘The American People: Volume 1’ -más de 800 páginas lo forman-, no es tanto un intento de satirizar o de sacar a nadie del armario, sino de denunciar la exclusión del colectivo gay a lo largo de la Historia americana. Y en ese intento, no ha tenido problema en exponer las tendencias -algunas conocidas, otras, no tanto y muchas envueltas en la sospecha o el rumor- de personajes como Mark Twain, Herman Melville, George Washington, Abraham Lincoln o Richard Nixon.

Todos ellos fueron gays. Lo dice convencido un hombre que lleva toda una vida escribiendo sobre el tema, que estuvo en primera fila cuando el sida empezó a azotar con fuerza en las calles del Nueva York de la década de los 80, y que se ha pasado media vida luchando contra la enfermedad. A él mismo le corre el virus por dentro, desgastado y muy enfermo a sus 79 años.

Kramer está convencido de que el presidente Abraham Lincoln (1809-1865) fue gay, que durmió con varios hombres incluyendo al actor John Wilkes Booth, quien posteriormente asesinó al mandatario. Pero no fue, aclara el autor, por una cuestión relacionada con la Guerra Civil americana, como cuenta la versión oficial, sino por un asunto de celos tras haber sido su amante.

Cuenta además que el presidente estaba acostumbrado a compartir la cama con varones en cuanto su mujer, Mary Lincoln, se marchaba de la ciudad, y que uno de ellos fue el capitán David Derickson, que visitaba al político en la mismísima Casa Blanca.

El primer presidente gay

A uno de los padres fundadores, George Washington (1732-1799), le llama Kramer “la gran reina”. “Lo decoraba todo. Diseñaba todo los botones y los uniformes. Existe la correspondencia con los proveedores con los que lidiaba en Inglaterra para hacer todo”, explica. Además, “se entendió” con el varón Von Steuben, un alemán estratega de los ejércitos europeos del momento.

Cuenta también lo que sucedía en Jamestown, Virginia, en los años de la lucha por la independencia americana y lo que hacían los soldados en ausencia de mujeres en el campo de batalla. “Es una cuestión natural que los hombres se acostaran entre ellos, cuando no había mujeres alrededor durante meses”.

Sobre el escritor Mark Twain (1835-1910), también en su lista, dice que vivió una vida manifiestamente gay y que no entiende cómo las personas que escribieron sobre su obra y su vida no fueron capaces de verlo y contarlo. “La forma en que vivió, quiénes eran sus amigos y cómo empezaban sus relaciones… Quiero decir, que cómo puedes escribir la vida de Mark Twain sin darte cuenta de que era enormemente gay”.

Habrá un segundo volumen de esta particular Historia americana,donde habla (y mucho) de Ronald Reagan, en los años de mayor propagación del virus del sida. Dice que no es una historia agradable, pero que alguien tiene que contarla, acostumbrado a generar polémica con obras como ‘Faggots’ y novelas sobre el movimiento gay. Si sigue vivo, dice, es por algo.

Porque, a pesar de su enfermedad,Kramer no pierde la pasión por el tema gay, efusivo en sus entrevistas con los medios para promocionar su libro, denunciando la miopía de otros historiadores y escritores que se ocuparon de las biografías de los personajes a los que se refiere en su polémico libro: “La mayoría de las historias han sido escritas por gente heterosexual”, explica el fundador de la coalición Act Up de lucha contra el sida. “Nunca ha habido un libro de Historia donde la gente gay estuviera allí desde el principio. Es ridículo pensar que no hemos estado aquí desde siempre”. O como él mismo dice usando un giro de palabras, son autores sin “gaydar”, un radar para detectar homosexuales.

Algunos expertos, como el editor de la revista ‘Out’, le dan la razón al decir que la línea de tiempo de los gays en la Historia se remonta tan sólo a Oscar Wilde, algo insuficiente e incompleto. Otros, sin embargo, se han echado las manos a la cabeza al considerar las “denuncias” de Kramer sobre la orientación sexual de algunos presidentes americanos como infundadas y falsas.

Doris Kearns, por ejemplo, biógrafa de Lincoln, reaccionó con ira al libro de Kramer, aunque el autor neoyorquino se defendió alegando que si estaba histérica es porque ella no lo había escrito antes.

Rusia clasifica “para mayores de 18” el vídeo de campaña de Hillary Clinton en el que sale una pareja gay

 

La televisión rusa TV Rain ha emitido con la etiqueta de “para mayores de 18 años” el vídeo con el que la política demócrata estadounidense Hillary Clinton ha iniciado su campaña para optar a la Presidencia de su país, por mostrar una pareja gay que habla de su intención de casarse.

La cadena ha explicado a la televisión estadounidense CNN que no quería incumplir la polémica ley rusa que prohíbe la “propaganda de relaciones sexuales no tradicionales hacia los menores” y el debate público sobre los derechos de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales cuando pueda ser escuchado por niños.

“No hay precedentes legales para esta ley, por lo que no sabemos qué entra en su ámbito y qué no”, ha declarado un portavoz de la cadena. “Por eso, por miedo a incumplir la legislación, especialmente teniendo en cuenta la alta vigilancia que las autoridades supervisoras prestan a TV Rain, decidimos poner la etiqueta”, ha argumentado.

En el vídeo, que se ha presentado este domingo, aparecen dos hombres que, mientras pasean, se cogen de la mano y uno de ellos dice: “Este verano me caso con alguien que me importa mucho”. La escena dura unos 5 segundos y sigue a otras muchas que muestran a diferentes personas hablando de sus proyectos de futuro. Finalmente, aparece Hillary Clinton anunciando que va a presentarse a las primarias del Partido Demócrata para ser la candidata a la Presidencia de Estados Unidos.

La ex secretaria de Estado y ex primera dama declaró por primera vez su apoyo al matrimonio entre personas del mismo sexo en 2013. La ley rusa contra la ‘propaganda homosexual’ fue aprobada hace dos años y ha recibido fuertes críticas internacionales por parte de los colectivos de defensa de los derechos de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales, que la consideran fuertemente discriminatoria.

Transexual de 16 años se suicida por bullying en su escuela

Taylor Alesana solía describir en YouTube los sufrimientos que vivía por culpa de sus compañeros de clase

Taylor Alesana gustaba de publicar videos en YoutTube.

Un grupo de apoyo dio la noticia y  planteó más interrogantes acerca de lo que los educadores pueden y deben hacer para apoyar a los estudiantes que cambian de género, publico Time.com.

Taylor Alesana era constantemente molestada por sus compañeros antes de quitarse la vida la semana pasada, informó el Centro de Recursos LGBTQ de San Diego.

“Con pocos adultos a quien acudir y sin apoyo de su escuela, su vida llegó a ser muy difícil,” comunicó el grupo.

“Taylor era una hermosa y valiente muchacha; todo lo que quería era aceptación.”, agregó

Alesana asistió a reuniones en el centro y fue un gran apoyo para los demás, dijo Max Disposti, director ejecutivo del grupo.

La ex soldado Manning cuenta su transición de hombre a mujer desde la prisión donde cumple condena

EEUU Entrevista en Cosmopolitan

  • “Me encantaba estar en la habitación de mi hermana, jugaba con su ropa y sus muñecas”
  • “Siempre había sabido que era ‘diferente’, aunque no lo entendí hasta que me hice mayor”
  • De estatura baja y complexión débil, los niños se metían con ella llamándola “marica”
  • “Por el día estoy bien, pero por la noche, cuando estoy en mi celda, me vengo abajo”
  • Podría haber vivido de otra manera de haberse sentido “más confiada en mi misma”

manning

Por primera vez, la ex soldado de EEUU Chelsea Manning, antes conocida como Bradley Manning, relata en una entrevista por correo a la revista ‘Cosmpolitan’ cómo filtró documentos militares y diplomáticos a WikiLeaks, su vida en la prisión en la que cumple unacondena de 35 años por ello y su lucha por el reconocimiento de su condición sexual.

Manning creció en una zona rural de Oklahoma y, según relata, encontró un oasis en la habitación de su hermana. “Me encantaba estar en la habitación de mi hermana. Realmente la admiraba y me ponía su ropa para jugar, también jugaba con sus muñecas y con su maquillaje“, comenta. “Allí había un espejo preparado para ver lo que se vería con una iluminación diferente. Pensé que era increíble”, añade Manning.

La ex soldado saltó a la fama en el año 2010 tras filtrar cientos de miles de documentos militares clasificados a WikiLeaks. En aquel momento lo justificó como un deber para dar a conocer el coste humano de la guerra. En agosto de 2013, Manning fue condenado a 35 años en una prisión militar . Después de la sentencia, Manning acaparó titulares aún más sensacionales anunciando que su verdadero yo era Chelsea Manning.

En la prisión consiguió un cambio de nombre legal y solicitó tratamiento para la disforia de género, el término médico para las personas que se identifican con un género diferente al que tenían al nacer, que le había sido diagnosticada por los doctores. Después de un año sin la atención médica que requiere la disforia, que incluye una terapia hormonal y el arreglo personal femenino, Manning y laUnión Americana de Libertades Civiles demandaron a los militares de la prisión de Fort Leavenworth, en Kansas, donde cumple condena.

La reclusa, de 27 años, dice que su búsqueda de la atención médica que requiere ha sido angustiante porque se siente “como una broma” para los funcionarios militares. Aunque es optimista sobre el progreso que ha logrado, expresa que es “doloroso e incómodo”que no le permitan dejarse el pelo largo. “Me siento presionada”, dice. “Por el día estoy bien, pero por la noche, cuando estoy en mi habitación, me vengo abajo”, añade.

Un infancia difícil

“Pasé mucho tiempo negando la idea de que podía ser gay o trans. Desde los 14 a los 16 años, estaba convencida de que estaba pasando por ‘fases'”, dice a ‘Cosmopolitan’. “Siempre había sabido que era ‘diferente’, aunque realmente no entendí todo hasta que me hice mayor”, añade. “Pero siempre tuve el presentimiento de que algo estaba equivocado. Nunca supe cómo hablar de ello. Sólo recuerdo haberme sentido aterrorizada de lo que pasaría si alguien se enteraba. Era una sensación de soledad”.

Su vida en el colegio no fue fácil, como ella misma relata. De estatura baja y complexión débil, los niños se metían con ella llamándola “niño afeminado” y “marica”. Según relata, el consejo de su padre era “dar un puñetazo en la cara” a los matones que se burlaban de ella, lo que le supuso “muchas peleas en la escuela”.

Tras hundirse el matrimonio de sus padres, se trasladó a Gales con su madre. Allí, encontró nuevos amigos con los que comenzó a salir, pero pronto empezó a recibir burlas de los que “creía amigos” y acabó repitiendo curso. En 2005 regresó a Oklahoma donde vivió con su padre y más tarde se mudó a casa de una tía cerca deWashington y se enroló en el Montgomery College.

Según relata, los pensamientos de vivir como una mujer se incrementaban pero su “agenda era muy apretada y los terapeutas demasiado caros”. “A pesar de que empecé a ver a un psicólogo con la intención específica de explorar mi identidad trans, me entró el pánico y nunca hable el tema con él. Comencé a consumir gran cantidad de refrescos y cigarrillos, y usaba Internet como vía de escape“, explica.

Entonces comenzó a sopesar su entrada en el ejercito, también animado por su padre. “Yo estaba siguiendo la cobertura de la guerra de Irak y empecé a preguntarme si podía ayudar. Efectivamente, me alisté”, cuenta Manning.

Irak, punto de inflexión

En el Ejército tampoco lo pasó bien ya que no “estaba físicamente preparada” y tuvo algún que otro incidente como cuando su sargento rebuscó en sus pertenecidas y encontró un teléfono móvil rosa. Finalmente Manning se convirtió en un analista de Inteligencia del Ejército en Nueva York y se preparó para ser enviado a Irak. Entró en una fase más feliz, comenzando una relación con un estudiante de la Universidad de Brandeis. “Me enamoré de él. No era mi primera relación, pero fue sin duda la más importante”, dice ella.

La experiencia en Irak “me hizo estar absolutamente segura de lo que soy”, dice. “Tratar con correos electrónicos, notas e informes de personas que mueren a mi alrededor todos los días me hizo darme cuenta de lo corta y preciosa que es nuestra vida. Así que, ¿qué mejor día para empezar a ser yo misma que hoy, ¿no? Cuando me fui de permiso en enero de 2010, me vestía como una mujer en público. No habría sido capaz de hacer eso antes”, comenta.

Aunque Manning se negó a responder preguntas acerca de la fuga masiva de documentos, sí explicó que hasta que no llegó a Irak no empezó a “cuestionar la moralidad” de lo que se estaba produciendo. Ahora cumple 35 años de condena en una prisión militar donde recibe miles de cartas de transexuales de todo el mundo. “Me halaga que sientan que les he inspirado de alguna manera. Pero, sinceramente, creo que es al revés, ellos me inspiran más de lo que pueden imaginarse”, explica.

Su estado actual no es lo que había deseado para su futuro cuando era niño, ya que se veía “en los negocios o la política, como un CEO de una gran empresa, un senador de Estados Unidos, un astronauta o un oficial militar”. Lo que sí tiene claro es que podría haber llevado su vida de otra manera de haberse “sentido más cómoda y confiada en mi misma, y no aterrorizada del mundo” que la rodeaba.

La igualdad vence a los prejuicios

Las protestas masivas en EEU U obligan a dos Estados a modificar una ley sobre libertad religiosa que abría la puerta a la discriminación de los homosexuales

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Manifestación en Indiana contra el gobernador Pence. / NATE CHUTE (REUTERS)

Una oleada de protestas en Estados Unidos ha forzado esta semana la rectificación de dos leyes que amenazaban el avance de los derechos de los homosexuales en nombre de la libertad religiosa. Las manifestaciones, boicots y pronunciamientos de las mayores empresas del país, casi al unísono, lograron que los Estados de Indiana y Arkansas dieran un paso atrás para evitar que las leyes sean utilizadas para discriminar contra gais y lesbianas. Pero su iniciativa ha sacado a la luz el intento del sector más conservador de la sociedad estadounidense para impedir la consolidación de unos derechos que muchos ya consideran inevitable.

En el tira y afloja que protagonizan estos días los conservadores y la comunidad homosexual es el mismo que sucedió a las primeras regulaciones del derecho al aborto o el acceso a los anticonceptivos. La sociedad estadounidense, impulsada por un cambio demográfico que forma una nación más diversa y más progresista, respalda ampliamente el derecho a la igualdad de los homosexuales. En el extremo contrario, la libertad religiosa se convierte en el último recurso legal de los conservadores contra ese avance.

Los principales líderes republicanos han defendido la ley de Indiana, copiada después por Arkansas. El republicano Jeb Bush, exgobernador de Florida y probable candidato a la Casa Blanca, afirmó que Indiana ha hecho “lo correcto” y que la ley “no es discriminatoria”. Su compañero de partido y candidato a la presidencia en 2016, Ted Cruz, celebra que la ley diera voz “a millones de valientes conservadores”. Frente a ellos, la demócrata Hillary Clinton lamentó que EE UU todavía se enfrente a estos debates. La Casa Blanca rechazó la ley porque “renuncia a los valores que defienden los ciudadanos”.

La estrategia republicana responde a los últimos avances de los derechos de los homosexuales, explica Sally Steenland, del Center for American Progress. El Tribunal Supremoestudiará esta primavera si los homosexuales tienen derecho a casarse. Seis de cada 10 votantes apoyan el matrimonio entre personas del mismo sexo y siete de cada 10 viven en uno de los 37 Estados donde está reconocido el matrimonio homosexual. Un 72% cree que el matrimonio igualitario es inevitable, según datos del Centro Pew. Las cifras justificaron una portada del diario conservador The Indianapolis Star esta semana. Eran tres palabras en blanco sobre negro para instar a los legisladores a cambiar la ley: “Arreglen esto ya”.

Los republicanos se amparan en una ley firmada por Bill Clinton en 1993, pero el país ha cambiado profundamente desde entonces. Decenas de organizaciones civiles reaccionaron contra Indiana junto a líderes empresariales de Apple, Walmart, General Electric o Yelp y gobernadores demócratas que anunciaron boicoteos contra Indiana.

Estados Unidos busca el límite donde pueden convivir la libertad religiosa y los derechos de las minorías. Los asuntos sociales separan a los republicanos de los demócratas, aunque en el caso de Indiana, los conservadores libran una batalla con su propio ideario, obligados a satisfacer a los votantes de mayor edad sin poner en peligro el futuro al electorado más joven ni el ala empresarial del partido.

En este primer choque cultural del año ha vencido el derecho a la igualdad de los homosexuales. Las protestas celebradas durante toda la semana obligaron a Indiana a modificar el texto de la ley para prohibir que se niegue la atención a nadie en los comercios. “El mensaje es claro. Nuestros negocios están abiertos. Damos la bienvenida a todo el mundo. No discriminamos contra nadie”, declaró el portavoz de su Asamblea, Brian Bosma.

Conscientes del riesgo de perder votantes por estas posiciones más conservadoras, el grupo de jóvenes Log Cabin Republicans celebró los cambios en la legislación. “Era demasiado amplia y vaga e invitaba a cualquiera a confiar en que el Estado le defendería si se le acusaba de discriminación”, dice su director, Gregory Angelo. “Ahora sí queda claro que la libertad religiosa y los derechos de la comunidad LGBT sí pueden convivir”.

La primera señal de la desconexión entre los políticos más conservadores y el resto de la sociedad llegó el pasado domingo. Un periodista preguntó al gobernador de Indiana, Mike Pence, si su nueva ley daba permiso para discriminar. Su reacción de fue un tartamudeo de varios días. El jueves, Pence atribuyó la fuerte reacción ciudadana a una “confusión” creada por los medios.

“La ley supone una limitación en lo que el Gobierno federal puede decir y lo que no”, afirma Montserrat Alvarado, directora de operaciones de la fundación Becket Fund, especializada en la intersección entre la libertad religiosa y los derechos de las minorías.

El rechazo y la reacción casi coordinada de decenas de organizaciones revela un cambio de mentalidad impensable hace solo cinco años. “Al tener que hablar de discriminación, perdieron la iniciativa en este debate”, alega Sally Steenland. La experta define la reacción de la sociedad y los líderes empresariales como una “bofetada” a los republicanos. “Lo que les sorprendió fue lo fuerte y alto que sonó el rechazo en todo el país”.

La aprobación de las leyes en Indiana y Arkansas ha funcionado como una luz roja para los republicanos. El gobernador de Indiana, Mike Pence, tardó solo una semana en proponer una enmienda para impedir la discriminación por motivos de orientación sexual. Su homólogo de Arkansas, que había copiado el texto en una iniciativa similar, anunció que no firmaría la ley. Y en Georgia, el siguiente en la lista, han cancelado su votación.

Para la Unión Americana por los Derechos Civiles el giro “representa un cambio drástico” en la manera en que EE UU reacciona a la discriminación en nombre de la religión. “Indiana cometió un error terrible y peligroso y chocaron con una condena que va a dañar su reputación y su economía”. Era el mismo argumento de cinco exalcaldes de Indianápolis, que exigieron en una carta la corrección inmediata de la ley para evitar “consecuencias indeseadas”.

La avalancha de protestas, y la consiguiente rectificación, puede haber llegado a tiempo para evitar que esta polémica se convierta en un problema para la campaña republicana. El partido conservador se enfrenta al reto de convencer a un electorado cada vez más joven más diverso y más abierto a los avances sociales de lo que lo ha estado nunca EE UU.

Un año de ofensiva republicana

Numerosos gobernadores republicanos han alegado en los últimos meses que era necesario aprobar leyes similares a nivel estatal para impedir que el Gobierno interfiriera en las prácticas religiosas de los ciudadanos. El último de ellos ha sido el de Indiana.

Los conservadores se amparan en una normativa que aprobó el presidente Bill Clinton en 1993, la Ley de Libertad Religiosa. El texto concedía a los ciudadanos determinadas excepciones en el caso de que una legislación federal les obligara a actuar en contra de su religión. En la actualidad, un total de 20 Estados cuentan en la actualidad con leyes de estas características que, según sus detractores, pueden ser utilizadas para justificar la negación de determinados servicios a los homosexuales. Otros 12 las han incorporado solo en el último año.

Las normativas, como ha alegado el gobernador de Indiana, tienen el objetivo de obligar al Gobierno federal a cumplir con más requisitos para poder exigir a corporaciones, organizaciones o individuos que actúen en contra de sus principios religiosos.

El mapa de los 32 Estados que cuentan con este tipo de leyes, frente a los que carecen de ellas, es muy similar al de los lugares donde el matrimonio entre personas del mismo sexo ha sido legalizado. Mientras que las costas Este y Oeste avanzan con la mayoría de la sociedad, en un cambio que ha llegado también incluso a Alabama, tradicionalmente conservadora, el centro y el medio oeste mantienen la misma postura que se respiraba hace más de 20 años, cuando Clinton firmó las protecciones legales para minorías religiosas en la Casa Blanca.

Tim Cook se pasa al activismo y alerta del ‘peligro’ de las nuevas leyes contra los gays en EEUU

Carta abierta del CEO de Apple

  • El directivo llama a unirse en un movimiento contra la discriminación y la desigualdad
  • Compara la aprobación de estas normas con la segregación racial que vivió el país
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El consejero delegado de Apple, Tim Cook. REUTERS

El consejero delegado de Apple se ha colocado en la primera fila del activismo por la igualdad de los derechos de los homosexuales en Estados Unidos. Tim Cook, que declaró públicamente su homosexualidad a través de la revista Businessweek, ha escrito ahora una carta en ‘The Washington Post’ para denunciar que “algo muy peligroso” está ocurriendo en varios estados del país, en referencia a las últimas leyes que se han aprobado y que permiten un trato desigual a gays y lesbianas sólo por su condición sexual.

“Una ola legislativa permitirá a los ciudadanos discriminar a sus vecinos” alegando cuestiones religiosas. En concreto, Cook se refiere a las normas aprobadas en estados como Indiana, donde se ha dado carta blanca a los comerciantes para prohibir la entrada o negarse a atender a personas homosexuales en nombre de la libertad religiosa. En Texas, por ejemplo, la nueva normativa permite quitar las pensiones a las parejas del mismo sexo que contraigan matrimonio.

“Estas leyes van en contra de los principios sobre los que se fundó nuestra nación y corremos el riesgo de que acaben con décadas de progreso hacia una mayor igualdad”, escribe el responsable de la compañía en el diario.

Cook apunta que el sector económico americano “sabe desde hace mucho tiempo que la discriminación, en cualquiera de sus formas, es mala para los negocios” y defiende que esta es la filosofía que aplica Apple. “Por este motivo muestro mi rechazo a esta nueva ola legislativa. Escribo [esta carta] con la esperanza de que muchas más personas se unan a este movimiento”, asegura.

En su misiva, el directivo de Apple compara la situación que está viviendo EEUU con la segregación racial que vivió el país hace décadas. “Los días de la discriminación en los que se colocaban carteles de ‘Sólo para blancos’ en las puertas de las tiendas o en los baños deben permanecer en el pasado y no deberíamos volver a nada que recuerde a aquellos tiempos”, añade.

Cook también señala que utilizar la “libertad religiosa” como argumento para un trato desigual va en contra de lo que aprendió como creyente en su infancia.

“Nuestro mensaje a toda la gente de EEUU y de todo el mundo es este: Apple está abierto. Abierto a todas las personas, independientemente de dónde vengan, cómo sean, cuáles sean sus creencias o a quién amen. Independientemente de lo que digan las leyes en Indiana o Arkansas, nosotros nunca toleraremos la discriminación”, escribe Cook. “No se trata de un asunto político o religioso. Esto tiene que ver con cómo nos tratamos unos a otros como seres humanos. Es el momento de ser valientes y oponerse a la discriminación”, concluye.

La Ley de Indiana: discriminación homosexual en nombre de la libertad religiosa

Polémica legislativa

  • La aprobación de una norma impulsada por Mike Pence genera una ola de críticas
  • Los comercios pueden negarse a atender a gays alegando objeción religiosa
  • Hillary Clinton o Tim Cook ya se han manifestado en contra de la normativa
Protestas en Indianápolis contra la ley impulsada por Mike Pence

Protestas en Indianápolis contra la ley impulsada por Mike Pence. AFP

Discriminar a homosexuales en nombre de la libertad religiosa. Así podría resumirse la ley aprobada en Indiana que ha provocado el desacuerdo de miles de ciudadanos en todo Estados Unidos. Tim Cook, el consejero delegado de Apple, ha sido el último en sumarse públicamente a las críticas, pero antes que él, otras personalidades famosas y miles de ciudadanos anónimos han manifestado su oposición a la norma que vio la luz el pasado jueves 26 de marzo.

El precepto establece que comercios y empresas pueden negarse a atender a clientes y usuarios gays y lesbianas alegando que, de hacerlo, atentarían contra sus creencias religiosas. La iniciativa impulsada por el gobernador Mike Pence se ha convertido en el último escollo de la lucha por los derechos civiles y la igualdad en Estados Unidos.

Pence se ha defendido en las últimas horas del aluvión de acusaciones de discriminación que ha tenido que soportar: “Este proyecto de ley no es discriminatorio y si yo pensara que legaliza la discriminación de alguna manera, lo habría vetado”, aseguró. El mandatario también apoya la medida apelando a su intención de preservar la libertad religiosa de las personas, que queda así “totalmente protegida bajo la legislación de Indiana”.

Sin embargo, muchas organizaciones defensoras de los derechos homosexuales, ciudadanos y líderes empresariales no coinciden en su interpretación y lo han dejado claro de manera pública. Unas 3.000 personas se manifestaron el pasado sábado en las calles de Indianápolis, capital del estado, para expresar su repulsa con lemas como “Ningún odio en nuestro estado” o “Reparad esa ley”.

De forma paralela, los usuarios de la red social Twitter lanzaban una campaña bajo la etiqueta #boycottIndiana en la que llamaban a un boicot contra el estado. También Hillary Clinton, ex secretaria de Estado y posible candidata demócrata a la presidencia de EEUU en 2016, utilizó esta plataforma para lamentar que una ley así “pueda aprobarse hoy en América”.

Rechazo empresarial

Las críticas también han llegado por parte de directivos de grandes compañías, que creen que la normativa denigra la imagen de Indiana y perjudica el desarrollo económico del estado.

Por ejemplo, el consejero delegado de la empresa Angie’s List, Bill Oesterle, anunció la cancelación de unos planes de expansión en ese estado valorados en 40 millones de dólares (algo más de 37 millones de euros).

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Tim Cook, CEO de Apple. AFP

En la misma línea, el alcalde de Seattle (Washington), Ed Murray, comunicó que prohibirá el uso de fondos para viajes de negocios de empleados públicos del Ayuntamiento a Indiana. “Los habitantes de Seattle saben que la discriminación no tiene sitio en nuestra ciudad”, subrayó Murray, al agregar que la ciudad “ha sido líder en la lucha para proteger los derechos civiles y garantizar igualdad para toda la gente”.

Pero si hay un nombre que ha dado visibilidad a las protestas es el de Tim Cook, consejero delegado de Apple. Cook declaró públicamente su homosexualidad hace unos meses y este lunes escribió una carta en ‘The Washington Post’ en la que alertaba del peligro de esta norma y de otras similares que se han aprobado recientemente en otros estados.

El directivo de la compañía ‘de la manzana’ comparaba la discriminación a la que se enfrenta el colectivo homosexual con la segregación racial que EEUU vivió hace décadas y señalaba que las nuevas leyes “van en contra de los principios sobre los que se fundó nuestra nación y corremos el riesgo de que acaben con décadas de progreso hacia una mayor igualdad”.

El revuelo ha provocado que las autoridades legislativas de Indiana se pronuncien y traten de matizar el contenido de la norma. El presidente de la Cámara de Representantes estatal, Brian Bosma, ha insistido en que la ley no discrimina a homosexuales, aunque ha dejado claro que modificarán el contenido que sea necesario para que no se interprete en esos términos.

El de Indiana es el último capítulo de la lucha por la igualdad y contra la discriminación homosexual que se libra desde hace años en Estados Unidos. El próximo mes de junio podría resultar una fecha clave en esta carrera, ya que se espera que el Tribunal Supremo se pronuncie para entonces sobre la constitucionalidad del matrimonio entre personas del mismo sexo. Hasta ese momento, todas las miradas apuntan a Indiana.

Nuevas leyes ‘antigays’ causan alarma en EE. UU.

Una ley de Indiana permite a las tiendas prohibir la entrada a gays, mientras en California una propuesta aboga por legalizar su asesinato y en Texas estudian castigar a quienes oficien bodas gays.

No corren buenos tiempos para los derechos de las personas homosexuales en EE. UU. En Indiana, por ejemplo, una ley aprobada la pasada semana por el gobernador del estado, el republicano Mike Pence, da carta blanca a los comercios paraprohibir la entrada a parejas de homosexuales en nombre de la “libertad religiosa”.

El gobernador de Indiana alegó que “la Constitución de Estados Unidos y la Constitución de Indiana proporcionan un fuerte reconocimiento de la libertad de religión , pero, hoy en día, muchas personas de fe sienten que su libertad religiosa es atacada por la acción del Gobierno”.

El sábado, unas 3.000 personas se manifestaron en el centro de Indianápolis, capital de Indiana, para expresar su repulsa por la aprobación de la ley. Los manifestantes, pertrechados de pancartas, corearon consignas como “Ningún odio en nuestro estado” o “Reparad esa ley”.

Algunas personalidades del país, entre ellas el consejero delegado de Apple, Tim Cook, que el pasado año reconoció abiertamente ser gay, han defendido los derechos de los homosexuales.

“Estos proyectos de ley racionalizan la injusticia con la pretensión de defender algo que muchos de nosotros apreciamos. Van contra los mismos principios bajo los que nuestra nación se fundó y tienen el potencial de deshacer décadas de progreso por una mayor igualdad”, ha aseverado Cook.

Sin embargo, la medida no solo ha provocado las críticas de las organizaciones defensoras de los derechos de los homosexuales, sino también de líderes empresariales que creen que la iniciativa empaña la imagen de Indiana y dificulta la captación de talento.

Así, la empresa Angie’s List ha cancelado planes de expansión en ese estado valorados en 40 millones de dólares; mientras que el alcalde de Seattle (estado de Washington), Ed Murray, ha adelantado que prohibirá el uso de fondos para viajes de negocios de empleados públicos del Ayuntamiento a Indiana.

Asesinato legal de homosexuales y otras leyes en estudio

Indiana es el primer estado en aprobar un cambio legislativo de este tipo, aunque enCalifornia una propuesta popular también provocó la pasada semana el firme rechazo de organizaciones defensoras de los derechos de los homosexuales.

La norma, promovida por el abogado Matt McLaughlin con el nombre de “Ley de supresión de los sodomitas”, permitiría matar a los homosexuales “de un disparo en la cabeza”o con cualquier otro método “que se considere adecuado”.

La fiscal general de California, Kamala Harris, anunció el pasado miércoles que pedirá a la Corte Suprema del estado que emita una orden para detener esta propuesta legislativa, que sería votada por los californianos en los comicios de 2016.

Por si todo esto fuera poco, el estado de Texas estudia aprobar una ley que permitiríaretirar el pago de sueldos o pensiones a funcionarios que emitan licencias de matrimonio a parejas del mismo sexo.

Estas leyes, que se preparan en más de una veintena de estados, podrían avanzar pese a la posibilidad de que el Tribunal Supremo de Estados Unidos declare inconstitucionales las normativas que prohíben el matrimonio homosexual, que, de hecho, permitirían las uniones del mismo sexo por primera vez en todo el país.

Rechazo a una ley de Indiana acusada de discriminar a homosexuales

El gobernador firma una ley que permite a empresarios negarse a servir a parejas gais si consideran que esto viola su libertad religiosa

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El gobernador Mike Pence durante una comparecencia. / Michael Conroy (AP)

Una ley de libertad religiosa aprobada por el Estado de Indiana que facilita el rechazo contra gais y lesbianas por parte de empresarios que aleguen que, en el caso de proporcionarles sus servicios, estarían atentando contra sus creencias, se ha convertido en el último punto de enfrentamiento en la lucha por el avance de los derechos de los homosexuales en Estados Unidos.

El Tribunal Supremo estudiará dentro de cuatro semanas un caso que puede desembocar en el reconocimiento del derecho al matrimonio de los homosexuales. La sentencia llegará unos meses después, pero ya ha sido anticipada como el cruce definitivo de la última frontera en la batalla por los derechos civiles, y los conservadores están agotando sus últimos recursos para impedirlo.

Es el caso del gobernador Mike Pence, de Indiana, un político republicano que está considerando su candidatura a las presidenciales de 2016, por lo que puede convertir este asunto en una de las espinas de la campaña. Esta semana, Pence firmó en su despacho una ley que protege “las libertades religiosas que muchos sienten están siendo atacadas por el Gobierno”.

La ley ha sido rechazada por un gran número de organizaciones y personalidades por su parecido a las leyes que permitieron hace décadas negar acceso y servicios por motivos raciales. El gobernador ha defendido sin embargo que la ley no es discriminatoria. “Si supiera que iba a legalizar la discriminación, la hubiera vetado”, aseguró Pence.

La normativa establece que desde el próximo 1 de julio, los dueños de restaurantes de Indiana puedan negarse a servir banquetes de boda a parejas del mismo sexo, por ejemplo. Floristas, cocineros o fotógrafos también podrán negar sus servicios a clientes gais si consideran que esto atenta contra su libertad religiosa y serán defendidos por el Estado si son acusados de discriminación, tal y como asegura el grupo Advance America, que ha promocionado la legislación.

El caso es un ejemplo del constante tira y afloja de la sociedad estadounidense entre los derechos de los ciudadanos, frente a las regulaciones federales que, según consideran en este caso los conservadores, interfieren en las libertades de otros. La ley de Indiana puede ser rechazada en las cortes, sin embargo, los jueces deberán demostrar que una persona está obligada a actuar en contra de la religión cuando exista un “interés apremiante” en impedir la discriminación.

El difícil equilibrio de ese interés es el que llevó al Supremo a dar la razón el año pasado a un grupo de empresarios religiosos que se negaban a proporcionar determinados seguros médicos a sus empleadas porque cubrían el gasto de anticonceptivos. Aquel fue el caso conocido como Hooby Lobby y el hecho de que la Corte reconociera que la libertad religiosa de los empresarios estaba por encima del derecho de las trabajadoras a ese seguro médico, inspiró esta nueva estrategia de Indiana.

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Imagen compartida por el gobernador Pence en Twitter tras firmar la legislación en presencia de líderes religiosos de Indiana.

La exsecretaria de Estado Hillary Clinton y posible candidata a la presidencia en 2016 rechazó en Twitter el paso dado por el gobernador Pence y lamentó que esta ley “pueda aprobarse hoy en América”. Otra de las voces en contra de la legislación fue Tim Cook, presidente de Apple, quien la calificó de “decepcionante”. Y el alcalde de San Francisco ha anunciado el primer boicot a la ley: la ciudad no pagará con dinero público ningún viaje de sus funcionarios a Indiana.

La firma de esta ley coincide además con la llegada de la final de la liga universitaria de baloncesto a Indiana, cuyo impacto económico puede verse reducido si siguen adelante las protestas. El exjugador Jason Collins, el primer baloncestista que reveló su homosexualidad durante su etapa profesional en 2013, preguntó desde su cuenta de Twitter al gobernador si estaba “legalizando la discriminación” contra él cuando viaje a la final.

La controvertida ley de Indiana coincide además con lo que ya advirtió la juez del Supremo Ruth Ginsburg tras la sentencia del caso Hobby Lobby, al asegurar que a pesar de que ese caso solo abordaba una pregunta sobre cobertura de anticonceptivos, la sentencia “invitaba a las empresas privadas a buscar excusas” para incumplir normas basándose en cuestiones religiosas. “¿Qué pasa si un empresario se siente ofendido por las obligaciones de vacunación o porque no cree en que deba pagar lo mismo a un hombre que a una mujer?”. Según la juez, el Supremo acababa de adentrarse “en un campo de minas”.