Así vive el Orgullo un discapacitado gay italiano

DÍA DEL ORGULLO GAY  En Italia, los homosexuales siguen discriminados

DÍA DEL ORGULLO GAY

En Italia, los homosexuales siguen discriminados

Así vive el Orgullo un discapacitado gay italiano

Pío es italiano y tiene 29 años. Ha venido al Orgullo Gay de Madrid porque su novio, Fabio, de 50, quería que viera algo que en Italia todavía se mira de reojo. En Madrid , los gays pueden darse la mano por la calle sin miedo y reivindicar su amor.

Pero no todo es tan bonito como parece. El Orgullo homosexual, este acto que pretende ser inclusivo, para un homosexual en silla de ruedas es un calvario.

Pío no se queja, ya tiene bastante con su enfermedad como para preocuparse por los borrachos molestos que pululan por el barrio de Chueca. Algunos se apartan y apartan los demás, pero la mayoría ni se da cuenta de Pío y de su silla de ruedas. Tampoco se ven más chicos en las condiciones de Pío ‘celebrando’ el orgullo.

Tiene que ser su amigo Francesco, un turinés que lleva 12 años en España, el que forcejea para abrir el camino entre la calle Pelayo y San Marcos, donde hay gente que empuja por todos lados.

Este grupo de italianos se para -mejor, se esconde- detrás de una esquina en Vázquez de Mella para descansar. Cruzar el barrio de Chueca la noche anterior de la cabalgata es una hazaña más que un placer.

La banalización del Orgullo gay

Además Francesco – el italo-español – empieza a enfadarse ante la banalización del Orgullo de Madrid. Una fiesta, una reivindicación, que justo hace 10 años fue una referencia en Europa. “Entonces se celebraba la conquista del matrimonio gay, pero desde después no ha habido ningún otro avance. Al revés, vamos hacia atrás”, dice Francesco recordando como son cada vez más frecuentes los episodios de violencia contra los gays.

Su indignación roza la rabia al ver tanta gente abarrotada delante de un bar que – según una denuncia que se hizo viral en las redes, pero todavía se está a la espera de confirmación judicial- habría despedidoa un empleado homosexual por tener VIH.

A pesar de todo, y de que su novio lo pase mal, para Fabio el Madrid gay es un lugar deseado. “Prefiero todo esto a lo que hay en Italia”, dice este hombre que en Roma, su ciudad, organiza el festival de cine gay alternativo Buzz Intercultura”. “Aquí los chicos de 15 añospueden decir que son homosexuales sin miedo. En Italia, esto no pasa, ha habido casos de adolescentes que han acabado en suicidio”.

El otoño pasado, Fabio se empadronó en Madrid para poderse casar en España y así sortear la ley italiana, que prohíbe incluso las uniones civiles del mismo sexo. Al país transalpino todavía le falta mucho camino por recorrer para acercarse a la legislación española.

Pío empieza a respirar otra vez cuando la comitiva italiana llega a la Gran Vía. La calle está cortada, a pesar de que no hay mucha gente. Son casi las dos de la madrugada. Pío y su novio Fabio vuelven a su hostal de Malasaña sorteando el escenario, masivo escenario, que se encuentra en la Plaza de la Luna. Mañana irán al Museo del Prado. Lo de participar en la cabalgata… ya se lo pensarán.