Un total de 11 películas optan al Premio Sebastiane, que otorga Gehitu en el marco del Festival de San Sebastián

Ulialde Elkartea entregará el Premio Ramón Labayen de Cine 2016 a los actores vascos Ane Gabarain y Gorka Aginagalde

La asociación Gehitu hará entrega el próximo 23 de septiembre del Premio Sebastiane a aquella producción cinematográfica proyectada en el Festival de San Sebastián que mejor refleje “las realidades, libertades y progresos sociales del colectivo LGTBI”. Este galardón, que este año celebra su 17ª edición, será elegido entre 11 candidatas.

Los trabajos asprirantes al premio se reparten en Sección Oficial – ‘As You Are’ de Miles Joris-Peyrafitte, ‘Ikari / Rage (Rabia)’ de Sang-il Lee, ‘Jesús’ de Fernando Guzzoni, ‘Orpheline / Orphan’ de Arnaud Des Pallières-, Nuev@s Director@s – ‘Bar Bahar / In Between’ de Maysaloun Hamoud, ‘Yeon-ae-dam / Our Love Story’ de Lee Hyun-ju-, Horizontes Latinos -‘La región salvaje’ de Amat Escalante, ‘Rara’ de Pepa San Martín y ‘Santa y Andrés’ de Carlos Lechuga- y Zabaltegi – ‘O Ornitólogo / L’Ornithologue’ de Joao Pedro Rodrigues y ‘Uncle Howard’ de Aaron Brookner- de la 64 edición del Festival donostiarra.

Además, se proyectará, dentro de la sección Horizontes Latinos, la cinta ganadora del Premio Sebastiane Latino 2016 a la mejor película latinoamericana de temática del año que ha obtenido ‘Rara’ (Chile), dirigida por Pepa San Martín.

La asociación Gehitu ha mostrado su satisfacción por “la gran cantidad” de películas candidatas al premio, de las cuales cuatro formarán parte de la Sección Oficial.

Asimismo, ha destacado la celebración, entre los días 19 al 21 de septiembre , del 2º Encuentro de Festivales de cine LGTBI Iberoamericanos. Este encuentro, llevado a cabo en colaboración con el Festival de San Sebastián y Acción Cultural Española, pretende “tender puentes entre los dos continentes y servir de marco de reflexión sobre la realidad de este tipo de festivales”.

PREMIO RAMÓN LABAYEN

Por otra parte, Ulialdea Elkartea ha anunciado que el Premio Ramón Labayen de Cine 2016, con motivo de la Capitalidad Europea de la Cultura, recaerá en los actores vascos Ane Gabarain y Gorka Aginagalde por sus trayectorias cinematográficas.

La entrega del premio se celebrará durante el Festival de San Sebastián el día 17 de septiembre en Ulialde Elkartea y contará con la asistencia de representantes institucionales, actores y gente del mundo audiovisual, quienes arroparán a los galardonados.

El Bronx acoge la primera exposición dedicada al impacto del sida en el arte

Art AIDS America, con obras de Haring, Maplethorpe o Leivobitz, estará en Nueva York hasta el 23 de octubre

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Exhibición de arte relacionada al VIH/SIDA en el MoMA Bronx de Nueva York. MARISOL DIAZ (QUALITY)

Cuando Keith Haring realizó su última obra no podía levantarse de su cama de un hospital del Nueva York de 1990. Tenía 31 años y su asistente le ideó un mecanismo para que, pese a todo, pudiera realizar aquel canto de cisne: le preparó un molde de cera y en él el artista estadounidense pudo dibujar con el dedo su último festival de siluetas infantiles, bailarinas y optimistas pese a que la obra se titulara Altar Piece, fuera un tríptico al que no le faltaban la Madonna con el niño ni un pueblo esperando la salvación y estuviera tomada por el miedo a una muerte inminente. Esta pieza es uno de los principales reclamos y una excelente síntesis de las emociones divididas que se agitan en la coctelera de Art AIDS America. Incertidumbre, infección, dolor, estigma, sentimiento religioso in extremis, folclore, activismo, sentimiento de culpa, sangre y semen conviven en la primera exposición que analiza el impacto del sida en el arte no solo entonces, sino también ahora.

Still Here reza un cuadro de Deborah Kass, pintado en 2007, para un doble recordatorio: que todavía duelen las heridas de la época más destructiva de la enfermedad y que, aunque el virus ya no cause la carnicería de los años 80, sigue allí, se sigue transmitiendo, sigue siendo incurable y sigue arrastrando una considerable desinformación. Art AIDS America ha recalado, no por casualidad, en el Museo del Bronx de Nueva York, que hasta el 23 de octubre lanza un grito más político que artístico, aunque sea a través de 125 obras con nombres tan importantes como, además de Haring, Robert Maplethorpe, Annie Leibovitz, Derek Jackson o los latinos Félix González-Torres, Tino Rodríguez o Luis Cruz Azaceta. “¿Por qué se ha tardado tanto?”, exclamaba desde el New York Times el crítico de arte y ganador del premio Pulitzer Holland Cotter. Y aseguraba que el sida había sido para Estados Unidos el segundo Vietnam.

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“Ante todo queríamos abrir un debate”, explica a EL PAÍS el director del museo, Sergio Bessa, que ha completado la exposición con un ciclo de conferencias y proyecciones. “La exposición creó cierta polémica en Tacoma (estado de Washington, donde arrancó un recorrido que terminará en Chicago) por no tener suficiente representación latina y afroamericana (…) Además, el Bronx fue una comunidad especialmente afectada por el sida de una manera diferente: más por las drogas y las transfusiones de sangre que por la homosexualidad. Eso implicó que los archivos oficiales y la prensa no registraran sus cifras ni sus efectos”, añade.

La exposición ha sumado así varias obras importantes, entre ellas el documentalTongues Untied (lenguas desatadas) del fallecido Marlon Riggs, que sirve de prólogo de lo que luego vendrá en una muestra dividida en cuatro capítulos temáticos: cuerpo, espíritu, activismo y camuflaje, como si fueran fases evolutivas de la propia enfermedad.

“La primera respuesta a la crisis del sida llevó a los artistas hacer obras sobre el impacto físico de la enfermedad, sea con fotografías o trabajos que trabajan con sangre, piel… Pero también había otra gente, particularmente los infectados, intentaron encontrar una salvación espiritual”, argumenta Bessa. De un lado se pueden ver obras donde las erupciones cutáneas se traducen en lienzos abultados y sanguinolentos cual sarcoma de Kapozy, como la impactante obra del artista israelí Izhar Patkin, todavía vivo, realizada irónicamente con látex y titulada Desvelando una manera moderna de castidad (1981). Pero también duele la sábana santa surgida de una máquina de gimnasio que forma parte de la serieIcaria, de Daniel Goldstein.

El activismo, como el propio arte, llega como respuesta a una sociedad que no responde institucionalmente: el silencio llegaba tanto desde la administración de Ronald Reagan como de las grandes instituciones artísticas. “Tomó mucho tiempo hasta que los políticos reaccionaron como crisis sanitaria, pensaron que era una cuestión de subcultura”, asegura Bessa, quien también señala obras fotográficas de este bloque de la exposición que muestran mensajes de castigo moral a los infectados. De hecho, la obra más grande de la muestra se llamaSilencio = Muerte creada con neones por el colectivo Gran Fury en 1987.

Con el camuflaje llega el decir sin decir y, con él, algunas de las piezas más poéticas: La Cortina Azul de González-Torres, que al abrir se asoma a la obra de David Wognarowicz Buffalo, una impactante fotografía de estos animales despeñándose por un barranco, símbolo de la brutal estampida del sueño americano con la llegada del neoliberalismo radical de los años 80.

Sin embargo, pese a la fuerza de los artistas más afectados por la enfermedad y más involucrados en la escena homosexual, Art AIDS America lucha por dar voz a los enfermos menos estandarizados y es por eso que Bessa destaca dos artistas: el heterosexual Willie Cole que hace un juego léxico en una pizarra en su Cómo deletreas América y el trabajo de la veinteañera Kia Labeija, que nació en 1990 con VIH y desde entonces vive como miembro de una de las casas de voguingque sobreviven, la Casa Labeija, y retrata con exuberancia y el colorismo una existencia marcada por un virus que algunos se atreven a pensar que ha pasado de moda.

Las pruebas de verificación de sexo cuestionan derechos individuales y la “protección del deporte femenino”

Caster Semenya en el mitin de Roma 2016

Caster Semenya en el mitin de Roma 2016 / IAAF.

Su participación en los Juegos Olímpicos ha vuelto a colocar el debate encima de la mesa. En Río de Janeiro muchas miradas se posarán sobre la atleta sudafricana Caster Semenya, por la superioridad que ha mostrado en los 800 metros para los que es la gran favorita. Todo después de que el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) anulara en julio de 2015 la norma que castigaba a aquellas atletas que mostraran niveles de testosterona superiores a los considerados “normales” para las mujeres. Debían recortar su producción de hormona por una supuesta ventaja deportiva injusta con el resto de competidoras.

Las federaciones internacionales y el Comité Olímpico Internacional (COI) han utilizado diversas técnicas a lo largo de la historia para “verificar el sexo” de las deportistas –incluida la obligación de posar desnudas para un examen visual– que han dejado por el camino a deportistas humilladas y carreras truncadas.

Semenya es una de ellas. Tras ganar el oro en los Mundiales de Berlín de 2009 fue sometida a uno de estos exámenes tras las quejas de otras corredoras y fue apartada de la pista 11 meses.

La Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF) concluyó que el cuerpo de Semenya  produce tres veces más testosterona que la media de las mujeres. La surafricana fue sometida a un escarnio público sobre su físico hasta que en 2010 la IAAF aceptó las conclusiones de un grupo de médicos que declararon su “idoneidad para competir en la categoría femenina”.

A pesar del dictamen médico sobre Semenya presentado a la IAAF,  el Comité Olímpico Internacional retomó las pruebas de sexo –que había abandonado en 2000– y las aplicó  a la velocista  india Dutee Chand. La velocista, también intersexo, se empeñó en competir tal y como es, y su litigio consiguió la anulación temporal de la regla del límite de testosterona natural por parte del Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS).

Las conclusiones del TAS

La joven se negó a someterse a los tratamientos médicos y operaciones que la IAAF le proponía como única opción para seguir compitiendo en la categoría femenina. La federación prohibió a la deportista en 2014 seguir en la pista durante dos años por haber mostrado unos niveles de testosterona superiores a los exigidos por la llamada norma de hiperandrogenismo, una categoría en la que también había entrado años atrás Caster Semenya.

Pero esta vez, la batalla de Chand motivó la suspensión de una regla que pretende encajonar la sexualidad humana en dos categorías obviando la complejidad de un asunto que la ciencia ha zanjado argumentando que no existe un solo parámetro biológico para determinar el sexo de cada persona.  “El sexo de los seres humanos no es simplemente binario”, sentenciaba el TAS en su laudo.

El tribunal concluía, además, que la norma era discriminatoria con las mujeres y con todas las personas que no encajan en las definiciones biológicas típicas de lo considerado femenino y masculino (intersexuales). El TAS ha dado a la IAAF y al COI dos años para demostrar que la testosterona genera una ventaja. Su dictamen expresaba que la regla del hiperandrogenismo “se usa para introducir una nueva categoría de mujeres no aptas dentro de la categoría femenina”. 

Las dos caras de la moneda

Es ahí donde está el punto caliente de la polémica. ¿Amenaza la ausencia de este tipo de normas el deporte femenino, como afirman algunos expertos? ¿Protege la existencia de estas reglas la identidad de género de las personas? La balanza debe inclinarse, para unos, del lado de los derechos de personas trans e intersexuales en el deporte. Para otros, lo más importante debe ser asegurar “la supervivencia” de las categorías de mujeres.

Es el caso de la atleta transexual y física médica Joanna Harper, que califica la decisión del TAS de “error”. Afirma que las delimitaciones son necesarias para “asegurar la viabilidad del deporte femenino y protegerlo”, un ámbito reservado tradicionalmente para los hombres. “Las mujeres deben competir contra otras mujeres, ya que son superadas por ellos en los altos niveles de la mayoría de deportes”, sostiene.

La también asesora del COI en cuestiones de género no niega que “la biología no divide de forma nítida a las personas en dos sexos”, pero es de la opinión de que a estas mujeres, como Caster Semenya, “se les debe permitir competir en la categoría femenina siempre y cuando estén dispuestas a hacerlo con los niveles de testosterona femeninos en su cuerpo”. Es decir, sometiéndose a tratamientos médicos para ello.

Al otro lado, Victoria Ley,  bióloga y responsable de la Subdirección General de Deporte y Salud del Consejo Superior de Deportes, opina que los métodos químicos para restringir la testosterona naturalmente producida “pueden tener efectos secundarios, no es una forma de fomentar su salud, solo de hacer que encajen en los estándares que ellos consideran para las mujeres”.

“Nadie puede definir quién es un hombre o mujer, hay que detenerse en lo que la persona siente”, matiza. Los tratamientos harían que “su rendimiento cayera en picado y competirían en igualdad de condiciones contra otras mujeres” porque “si queremos mantener las categorías por sexos deben fijarse unos límites”, mantiene el doctor en Fisiología del Ejercicio Jordan Santos. Pero, ¿respeta los derechos humanos la imposición de estas fronteras de sexo en el deporte?

¿Impulsar competiciones mixtas?

La abogada Grecia González Miranda analiza esta perspectiva en la investigación  Las mujeres en el deporte profesional entre la verificación de sexo y el hiperandrogenismo: una aproximación desde los Derechos Humanos. “Estos reglamentos generan una discriminación entre mujeres que no concuerdan con el perfil físico y estereotipado de lo que debe ser una mujer desde una visión paternalista”, afirma.

En una de sus conclusiones asegura que “la división dualista del sexo en las competiciones deportivas está obsoleta dada la diversidad sexual que se presenta con la incorporación de transexuales e intersexuales” y apuesta por poner en marcha “competiciones mixtas en todos los deportes para generar el caldo de cultivo para futuras competiciones igualitarias”.

Para ella, con las normas de verificación “se hace una inferencia de que el desempeño atlético superior es un dominio del hombre y no de las mujeres”. Sin embargo, Harper, que compitió como hombre antes de someterse a tratamientos de bloqueo de testosterona, defiende que la hormona provoca una ventaja deportiva, algo que comprobó “al perder muchísima velocidad tras el tratamiento”.

Santos cree que es un “absurdo” considerar que la testosterona “no supone una ventaja en la competición”, pero, afirma, “supongo que el TAS ha primado los argumentos sociales sobre los biológicos, algo loable pero injusto para la mayoría de mujeres”.

¿Por qué solo se pone límite a ese parámetro biológico?, se cuestiona Ley: “La altura en baloncesto, el nivel de eritrocitos, que mejora la capacidad muscular o de miostatima, que favorece el desarrollo muscular, también generan ventaja”.

Santos responde ejemplificando que “no existen categorías por altura en baloncesto, pero sí por sexos con el objetivo de proteger el deporte femenino”. ¿Es entonces la testosterona el único parámetro evaluable para dividir las categorías? “Es el factor más importante”, dice Harper. “Los niveles de testosterona son muy variables tanto en mujeres como en hombres”, le contrapone Ley.

El podio de la homofobia en la cobertura informativa de los Juegos Olímpicos

El podio de los Juegos Olímpicos formado por el tratamiento informativo a las noticias de Río de Janeiro está cada día más competido, con varias noticias candidatas para recibir la medalla de oro a la peor cobertura del evento. En este caso nos centramos en la categoría de la homofobia, manifestada en varias ocasiones tanto en medios nacionales como internacionales.

En España, el caso más sonado lo protagonizó el Periodista Digital cuando informaba sobre la jugadora de rugby que recibió una petición de boda por parte de su pareja, que participaba como voluntaria en los Juegos Olímpicos, al termino del partido. El momento emotivo estuvo empañado por la homofobia que desprendieron noticias como la del citado medio, que tituló el articulo de la siguiente manera: “A la jugadora de rugby le hace propuesta de matrimonio su amiga al terminar el partido”.

El revuelo en las redes sociales fue instántaneo, que criticaron duramente que no calificaran de ‘pareja’ a la chica que le había pedido matrimonio tras el partido.

Los ejemplos de esta cobertura no terminan en España y traspasan fronteras. Concretamente hasta Venezuela, donde el gigante mediático TeleSur se sumó al hashtag homófobo que se creó en Twitter bajo la etiqueta #GaysNoMerecenMedallas. El medio siguió el juego y contribuyó al “debate” preguntando a sus seguidores si debía excluirse o no a los deportistas homosexuales de las competiciones de Río de Janeiro.

Pero el podio lo completa el medio estadounidense ‘The daily beast’ que fue más allá que el resto. El periodista Nico Hines, enviado por el rotativo a cubrir los Juegos Olímpicos de Río, decidió realizar un reportaje sobre cómo los deportistas gays que se alojan en la Villa Olímpica se encuentran entre ellos. Para ello, Hines utilizó la app Grinder, que pone en contacto a personas del mismo sexo.

Posteriormente el periodista publicó los resultados de sus intercambios de mensajes con los deportistas, proporcionando datos que dejaban bastante claro de quiénes se trataba. Las críticas no se hicieron esperar, principalmente por el riesgo que entrañaba toda esa información para aquellas personas en cuyos países la homosexualidad está perseguida.  Ante el revuelo causado , ‘The daily beast’ retiró la noticia para poner en su lugar una nota de disculpa. “El artículo no tenía la intención de herir o degradar a los miembros de la comunidad LGBT. Pero la intención no importa, el impacto sí”.

Amini Fonua, deportista de Tonga y que hace tiempo hizo público que era gay, lamentaba la actuación del periodista con dos tuits en los que mostraba su pesar: “se me caen las lágrimas”.

La alcaldesa que detuvo un ‘show’ transformista en Labastida

El PP denuncia que la regidora de Labastida, del PNV, ordenó que finalizara un espectáculo de variedades en mitad de las fiestas

Imagen del espectáculo Twister Show cedida por Krossko Espectáculos.

Imagen del espectáculo Twister Show cedida por Krossko Espectáculos.

Lunes, 8 de agosto. Labastida celebra su tercer día de fiestas, cuatro si se suma el clásico día de prefiestas. Pasada la medianoche del domingo al lunes, la discomóvil contratada por el Ayuntamiento, regentado por el PNV, regresa a los escenario tras la sesión infantil de tarde. Hacia las 1.15 horas, un cuarto de hora más tarde de lo previsto, comienza Twister Show, un espectáculo de dos transformistas contratado como parte de la discomóvil, a través de la misma productora. Hacia las 2.00 horas, la alcaldesa, Laura Pérez, se dirige al responsable del espectáculo y le ruega que la revista de variedades finalice su actuación y que se retome la música de la discomóvil.

Hasta aquí, lo que todas las partes aseguran que ocurrió y lo que ha originado la polémica. Fue el Partido Popular quien ayer, a través de un comunicado, criticó este hecho, que en los días previos había pasado desapercibido más allá del municipio de Labastida. «La decisión fue poco acertada porque el grupo ya había sido contratado, el espectáculo estaba dentro del programa de fiestas y ya había dado comienzo», denuncia el PP, que acusa a la alcaldesa de haber actuado de ese modo tras recibir la llamada de un concejal de EH Bildu.

«Yo estaba en la plaza», responde Pérez, en conversación con este periódico. Su versión de los hechos es la siguiente: argumenta la alcaldesa que tras el comienzo del espectáculo transformista, la plaza comenzó a vaciarse. «Había bastante runrún, la gente se iba y se llevaba a los niños que aún quedaban a esas horas. Había cierto malestar entre los vecinos por el espectáculo. Quizá el show les resultaba ofensivo y se sentían incómodos», explica Pérez.

Ante esa situación, la regidora afirma que se sintió obligada a actuar. «Entendí que las fiestas están para pasar momentos agradables y que reine un ambiente festivo. Como alcaldesa, no puedo permitir que la gente se sienta incómoda en la plaza por culpa de una actuación», añade. Así que Pérez decidió acercarse al responsable del espectáculo y pedirle que el show acabara cuanto antes y continuara la música de la discomóvil hasta la hora contratada, las 4.00 de la madrugada.

«Les expliqué lo sucedido. Les dije que respetaba su trabajo, pero que tenían que entender mi papel como alcaldesa. Creo que lo entendieron, ambos respetamos el trabajo del otro», afirma que le transmitió al responsable de Krossko Espectáculos, la productora con la que el Ayuntamiento de Labastida había contratado un paquete de actos festivos que incluían también una fiesta de la espuma y payasos para los niños.

«Nos pidió que cortáramos sin más. Yo todavía estoy esperando una explicación de Laura», replica el responsable de Krossko Espectáculos, quien asegura que nunca le había ocurrido algo parecido con el espectáculo de transformismo tras una década trabajando con los dos artistas que lo interpretan.

El PNV suspende un espectáculo de travestis en un pueblo alavés por “inapropiado”

Un grupo de artistas representaba en una plaza de la localidad alavesa de Labastida el espectáculo transformista ‘Twister Show’, en el que aparecían caracterizados como personas del sexo contrario, cuando la alcaldesa decidió la suspensión

La alcaldesa de la localidad alavesa de Labastida, Laura Pérez (PNV), ha suspendido un espectáculo de transformismo durante las fiestas del pueblo. El portavoz del PP en este ayuntamiento de La Rioja Alavesa, Diego González, considera que se trata de una decisión “poco acertada”, ya que el grupo ya había sido contratado y el espectáculo “estaba dentro del programa de fiestas y había comenzado”.

La suspensión se produjo durante la madrugada del pasado lunes, cuando un grupo de artistas representaba en la plaza principal de la localidad el espectáculo transformista ‘Twister Show’, en el que aparecían caracterizados como personas del sexo contrario. El espectáculo formaba parte de una discoteca móvil. En un momento dado, parte del público se sintió “incómodo” con lo que estaba presenciando y demandó su suspensión. La alcaldesa también se encontraba presente en la plaza en el momento de la actuación. “Yo sabía lo que había contratado para las fiestas, pero lo que no puedo permitir es que el espectáculo siga adelante como si nada si mis vecinos se sienten molestos con lo que están viendo. No es que fuera un clamo en contra, pero sí había muchas voces en contra”, apunta la alcaldesa a eldiarionorte.es

Según el concejal del PP, “cuando llevaban 45 minutos de actuación, los artistas fueron obligados a suspenderla por orden de la Alcaldía”. “La alcaldesa recibió una llamada por parte de un concejal de EH Bildu, que consideraba que el espectáculo era inapropiado, por lo que decidió suspender la representación”. La alcaldesa puntualiza que efectivamente recibió la llamada de ese edil de EH Bildu, quien también le trasladó el malestar de los vecinos, pero ella lo había presenciado todo en directo y constatado en primera persona el enfado de una parte del público. “Se suspendió la parte de la discoteca móvil correspondiente al espectáculo de transformismo, y siguió la música  y la fiesta sin ningún problema”.

El pleno del Ayuntamiento de Labastida aprobó por unanimidad en julio una moción presentada por EH Bildu en apoyo a la libertad sexual, en contra de la homofobia y de respeto hacía todas las orientaciones sexuales.

El mundo LGTB cubano visto por un irlandés

viva

Para comentar “Viva” (2015), todos se están acordando de “Fresa y chocolate” (1993), pero la película de Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío abordó la problemática homosexual en un periodo de la historia cubana muy diferente al actual. Además, la película que ha representado a Irlanda en los Óscar, ofrece la mirada de un extranjero que cuando visitó La Habana se sintió atraído por los cabarets nocturnos en los que actúan “drag queens” haciendo sentidos play-backs de las grandes damas de la canción cubana. Y no cabe duda de que en lo musical Paddy Breathnach se ha asesorado bien, porque no falta niguna de esas añoradas voces, como las de Rosita Fornes, Lourdes Torres, Gina León, Blanca Rosa Gil, Maggie Carles, Elena Burke, Annia Linares o Zoraida Marrero. Lo más curioso de todo es que el tema principal es de una cantante foránea, ya que se trata de “El amor” interpretado por la más que reconocible Massiel.

Aun así, no hay que distraerse y olvidar que lo que importa en esta historia es la persona que vive, parafraseando el título, la letra de la canción a través de su puesta en escena, con esa melodramatización tan propia del transformismo. Y quien se transforma lleva consigo otra existencia detrás, que es la de un joven que quiere subir al escenario convertido en mujer, y mientras espera su oportunidad peina a las artistas del local y ejerce como peluquero en el día a día. Sus sueños libres se ven amenazados al enterarse de que no está solo y sin familia, pues la salida de la cárcel de su padre boxeador tensará la convivencia y la aceptación de su condición sexual.

Héctor Medina, visto en “El rey de La Habana” (2015), se convierte en la gran revelación de la película, dando réplica a nada menos que Jorge Perugorría, dentro de una difícil relación paternofilial que pasará del rechazo inicial al acercamiento.

CATHERINE CORSINI

DIRECTORA DE «UN AMOR DE VERANO»

Nacida en Dreux (Estado francés) en 1956, el descubrimiento de la identidad sexual es un tema recurrente en la mayoría de sus películas, muchas de las cuales han participado en el Festival de Cannes. Con «Un amor de verano», estrenada la semana pasada coincidiendo con el día del orgullo LGTB, la cineasta nos brinda su filme más luminoso con una historia ambientada en los convulsos años 70.

«También los homófobos han salido del armario, es algo que me da pavor»

Protagonizada por Cécile de France e Izïa Higelin, “Un amor de verano” narra el encuentro entre Delphine, una joven campesina que, consciente de su lesbianismo, opta por vivirlo en secreto y Carole, una militante feminista enemiga de reprimir sus pasiones, en una época donde el mero hecho de luchar constituía un motivo de alegría.

¿Cuál fue el punto de partida de «Un amor de verano»? Da la sensación de que se basa en recuerdos muy personales.
Fue mi productora y pareja Elisabeth Pérez quien me animó a contar esta historia de amor entre dos mujeres. Yo no las tenía todas conmigo dado que el personaje de Delphine estaba muy próximo a mí y la idea de construir un relato que estuviera salpicado de elementos autobiográficos me generaba una cierta incomodidad. En parte por eso decidí ambientar la historia en los años 70, no solo porque se trataba de una época muy interesante desde el punto de vista dramático, sino porque me permitía tomar cierta distancia.

Al margen de eso me imagino que ambientar su historia en un momento tan convulso, con el movimiento feminista en su máximo apogeo reivindicativo, fue algo deliberado.
Absolutamente, pero no quería recrearme en lo anecdótico ni en lo folclórico. No quería convertir la película en un muestrario de pantalones de campana y melenas al viento. Lo que me interesaba era captar la energía de la palabra y del pensamiento y a partir de ahí aniquilar tópicos absurdos y lugares comunes, como ese que dice que las feministas de aquella época eran marimachos resentidas, cuando lo cierto es que al ver los testimonios gráficos que hay sobre sus asambleas, te das cuenta de que eran mujeres muy femeninas y estilizadas.

Antes ha comentado que cuando le propusieron hacer esta película tuvo sus dudas. ¿A qué se debieron?
Al ser una historia que sentía tan cercana pensaba que me daría mucho pudor plasmar la pasión amorosa que se da entre las dos protagonistas desde el punto de vista del encuentro físico. Creí que no iba a ser capaz de hacerlo. Pero fueron esas dudas las que hicieron surgir, dentro de mí, la determinación de rodar esta película, en primer lugar para demostrarme a mí misma que era capaz de hacerla y segundo para no defraudar a Elisabeth, no solo por su implicación en este proyecto como productora, sino por la confianza y el amor que siempre me ha transmitido.

El personaje de Delphine vive el conflicto de no querer hacer público algo que ella asume que pertenece a su ámbito privado. Por lo que me cuenta, sus recelos a la hora de rodar esta película vinieron dados también por eso.
Sí, de hecho hacer esta película lo he vivido como una especie de ‘salida del armario’ y creo que se trata de un ejercicio muy sano porque poder manifestar abiertamente lo que uno es, es algo muy bello que genera mucha alegría. Esa necesidad de abrirse al mundo yo la veo semejante al florecimiento de una planta y ese tono de revelación, de felicidad y de libertad es el que yo quería para la película.

¿Es por eso que, a pesar de retratar una época donde la confrontación y la represión estaban a la orden del día, optó por un tono tan luminoso?
Es que creo que, a pesar de todas las dificultades, los años 70, fueron una época especialmente luminosa precisamente por ese espíritu contestatario que dejó tras de sí ‘mayo del 68’, con una juventud en lucha por ocupar su propio espacio. Si he puesto el foco en el movimiento feminista es porque de todas las revoluciones que se dieron entonces, fue la que produjo avances más concretos, y eso es algo que se debe al carácter pragmático de las mujeres que dirigieron sus reivindicaciones sobre objetivos muy claros: el reconocimiento de la violación como delito, la despenalización del aborto o el uso de anticonceptivos.

Habrá quien interprete que esa luminosidad que guía la película, lo que denota, en el fondo, es una mirada plena de nostalgia.
Sí, y no me molesta porque, de hecho, yo soy una persona terriblemente nostálgica y creo que eso es algo que también está en la propia naturaleza del cine como medio de expresión. Dicho lo cual tengo que reconocer que entre la gente de mi generación existe una cierta nostalgia de la utopía porque, de hecho, llegamos a pensar que el futuro sería mejor. En mi caso también hay una cierta nostalgia por lo que fueron los valores del ‘colectivo’, cuando nos movíamos todos a una guiados por unos sueños compartidos, no como ahora donde lo que impera es el individualismo y una cultura pequeño burguesa que hace que la idea de futuro esté ligada a la consecución de unos fines materiales: un buen trabajo, un buen sueldo, una buena casa…

¿No cree que las luchas que se daban entonces eran más transversales que las de hoy, donde las reivindicaciones son mucho más sectoriales?
Absolutamente, de hecho en los años 70 había filósofos que iban a las fábricas a fin de difundir su pensamiento entre el proletariado que se había visto excluido del sistema educativo. Existía una energía y una disposición que hoy en día no abunda y, sobre todo, había una sincera alegría en el hecho de luchar. Actualmente cabe encontrar focos de resistencia y de movilización, pero suelen ser movimientos duros, por así decirlo. Además, la izquierda política se ha diluido y le resulta imposible hacer una demostración de fuerza como lo prueban las recientes manifestaciones en París donde, a pesar de todo, no se ha conseguido la tan deseada unidad de acción entre trabajadores, estudiantes e intelectuales. Creo que la diferencia fundamental es que entonces se discutía todo, empezando por los fundamentos del sistema y hoy, sin embargo, estos no se cuestionan, al contrario, se aceptan.

No obstante, en lo que se refiere al reconocimiento de la diversidad sexual aquella fue una época oscura.
Es verdad que entonces la homosexualidad se vivía de una manera casi clandestina y que hoy en día tenemos muchos más derechos y que si los hemos conquistado es porque hemos dejado de ser invisibles, pero, en paralelo, también los homófobos han salido del armario y cada vez son más los que exhiben y hacen visible ese sentimiento de odio. Es algo que me da pavor.

“Al ser una historia tan cercana pensaba que me daría mucho pudor plasmar la pasión entre las dos protagonistas desde el punto de vista del encuentro físico”.


“En los años 70 se discutía todo, empezando por los fundamentos del sistema. Hoy, sin embargo, estos no se cuestionan, al contrario, se aceptan.De todas las revoluciones que se dieron entonces, la feminista fue la que más avances concretos produjo, y eso es algo que se debe al carácter pragmático de las mujeres”.

Urtaran llama a vivir las fiestas de Vitoria sin actitudes sexistas y homófobas

Izal, Dvicio, Esne Beltza, Reincidentes y Celtas Cortos, los platos fuertes de las fiestas de la Virgen Blanca, del 4 al 9 de agosto

El alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, ha llamado hoy a vivir las fiestas patronales de la Virgen Blanca de Vitoria con unas relaciones basadas en el “respeto, la igualdad y la convivencia” para erradicar toda actitud u agresión sexista y homófoba.

Urtaran ha ofrecido una rueda de prensa en el consistorio vitoriano junto con la concejal de Cultura, Estíbaliz Canto, para presentar el programa de fiestas del 4 al 9 de agosto y ha adelantado que en las próximas semanas se dará a conocer un protocolo contra agresiones.

Los platos fuertes de la programación musical tendrán lugar en la plaza de los Fueros a partir de la medianoche, con Izal el día 4, seguido por Dvicio el día 5,Esne Beltza, el 6, Reincidentes el 7 y Celtas Cortos el 8 de agosto.

La edil de Cultura ha explicado que el presupuesto total de las fiestas asciende a 704.500 euros, similar al de ediciones anteriores.

El programa cuenta con 350 actos y, según ha manifestado Canto, se caracteriza por la presencia de grupos locales, el fomento de la participación ciudadana y una apuesta por el euskera, así como por la introducción de criterios de “igualdad y sostenibilidad”.

Canto ha anunciado que habrá espacios íntegramente “euskaldunes”, como la programación completa en euskera de la plaza del Matxete, donde volverán a celebrarse cinco conciertos en lengua vasca tras el parón de los últimos cinco años.

La plaza de los Fueros contará con la actuación de Esne Beltza, el recinto de Txosnas con Eskean Kristo y En Tol Sarmiento, la plaza de la Provincia con el espectáculo “Cuba canta a Euskal Herria” y el “Rincón del humor” con Joseba Usabiaga y Jose Cruz Gurrutxaga.

Entre los grupos locales destaca el concierto de Izal en Fueros, Kodigo Norte en la plaza del Matxete y Gorka Aginalgalde en el “Rincón del humor”.

Los fuegos artificiales tendrán lugar entre el 5 y 8 agosto en Mendizabala a partir de las 23.00 horas con los hermanos Fernández de Murcia el día 5, Pibierzo de León el 6, Martí de Castellón el 7 y cerrará Gironina de Valencia. El público elegirá en una votación popular a través de la web municipal a la pirotecnia ganadora.

Para mejorar la accesibilidad este año se adaptarán la mayoría de los espacios festivos para eliminar barreras para personas con algún tipo de dificultad.

Así, se traducirá el pregón al lenguaje de signos, habrá monitores especializados en este lenguaje en el Espacio Aventura y en los conciertos en los Fueros se reservará un espacio vallado destinados a personas con movilidad reducida.

Las prefiestas arrancarán el martes 2 agosto con el pregón en honor a la Virgen Blanca a las 21.30 horas en la plaza Nueva a cargo de escritora vitoriana Karmele Jairo, seguido de un concierto a cargo de la Banda de Música Municipal.

Por otra parte el alcalde ha anunciado que partir de hoy y hasta el 18 de julio la gente que lo desee puede apuntarse en la web municipal para el sorteo de 50 invitaciones dobles de acceso a la balconada de San Miguel donde vivir la tradicional bajada de Celedón y el “txupinazo” en la plaza de la Virgen Blanca, el 4 de agosto a partir de las 18.00 horas. El sorteo del total de 100 entradas se realizará el 22 de julio.

BORIS IZAGUIRRE “Recuerdo el primer puñetazo que me dieron por ser marica”

A PRIMERA VISTA

Mientras Boris actúa, Izaguirre es. Del viejo histrión de griterío marciano y vocales estiradas que asombró a España a principios de siglo quedan ahora restos elegidos cuando toca, pero la vida real de este vigía del mundo es para la escritura, el análisis y la ironía. La verdad está ahí dentro, mi amoooor / Aquel niño extraño y culto del otro lado del mar filosofa la frivolidad, o viceversa, y hace del exilio un orgullo, una carroza de flores contra el mal / Socarrón y cortés, hoy revela aquí un dolor olvidado, un puñetazo de adolescencia que se hace mayor en tantos / Al terminar la entrevista nos enseñó una bolsa llena de fármacos para su familia de Venezuela, esa patria enferma de toda la vida. Con ustedes, Boris e Izaguirre.

///NO UTILIZAR SIN PERMISO DE FOTOGRAFIA. FOTO EXCLUSIVA PARA 12+1 DE RAFA ÁLVAREZ/// Madrid, 21 de junio de 2016. Boriz Izaguirre posa para la contraportada de El Mundo, Doce Mas Una. Foto: Antonio Heredia

Boris Izaguirre responde al cuestionario 12+1. DANIEL IZZEDIN | ANTONIO HEREDIA

1.- Boris Rodolfo, con ese nombre de culebrón, ¿usted es más de tele o de novela?
Costó mucho conseguir el Boris, yo estuve tres días sin nombre. Eso es de novela. No se ponían de acuerdo, mi mamá me quería llamar con el nombre de un político venezolano que comparte apellido con mi papá y que estaba acusado de corrupción. Mi papá no quería que su hijo tuviera que ver ya con la corrupción política. Al final me pusieron Boris, como Boris Godunov. Y Boris Vian. Y Boris Karloff.
2.- ¿Cómo lleva el tratamiento para su exhibicionitis?
Está bastante superado. Mi marido dijo que tenía una patología, el exhibicionismo, que supe convertir en fuente de ingresos. Luego, la fuente de ingresos ha traído sus problemas. Las patologías es mejor no curarlas. A mí siempre me han fascinado personajes con taras. Encuentro muy atractivo una tara en una persona.
3.- ¿Qué llevará usted puesto el día que gane Donald Trump?
Ahhh… Ya ahora mismo es noviembre. Prefiero colores vivos. Por horrible que se ponga el panorama, siempre hay luz. Mire 2016 en España, casi un año entero sin Gobierno. Alguien tendría que plantearse 2016 como el año de la nada. Deberíamos hacer nada para muchas cosas. Por ejemplo, yo postergaría mi declaración de la renta hasta que haya Gobierno. Si insisten en ello me gustaría ver en la cola del paro a nuestros políticos.
4.- ¿Usted es demasiado famoso para la homofobia?
La he sufrido. Un heterosexual nunca en la vida tiene que explicar que lo es. La heterosexualidad es un régimen totalitario, invisible, que nadie ha señalado como tal. Pero es una dictadura que hace todo lo posible por considerar que tú eres diferente, que eres otro. Y es una tontería.
5.- ¿Cuántas familias ha roto su matrimonio?
Ninguna. Al contrario, no he dejado de ver más familias a mi alrededor. Cuando Rubén y yo nos casamos éramos Rubén y yo. En el momento que nos casamos nos convertimos en nosotros. Varios de nuestros amigos han incrementado su familia con hijos. (¿Y vamos hacia adelante o hacia atrás? Se lo digo porque las cifras de agresiones homófobas no cesan…) Vivimos en el caos, es una etapa de violencia. Mire, últimamente, no sé por qué, hay una cosa que pensaba que había olvidado… pero recuerdo el primer puñetazo que me dieron por ser marica. Durante mucho tiempo de mi vida no lo recordé y me hizo muchísimo bien no recordarlo, porque ¿qué ganaba con volver a pasar por ese proceso? Fue tan absurdo… Yo sólo estaba intentado entrar a ver una película, King Kong. Estaba allí, muy ausente, muy púber, infinitamente inquieto y amanerado, y probablemente fiel a mi patología, llamando la atención, y me dieron un puñetazo muy fuerte. Prácticamente me reventaron la cara. Me recuperé inmediatamente y, lejos de intentar agredir a mi agresor, compré mi entrada y vi King Kong con mi ojo morado. Mi gesto fue el correcto. Lo había olvidado.
6.- ¿A qué famoso le hace falta una operación de cirugía ética?
Je, je… Todos tenemos que mejorar la ética. Me impacta que consideremos que la ética está detenida, que es como una cosa. Y yo pienso que es como un músculo, igual que la amistad o el amor. Tienes que ir entrenando todos los días. La ética es un ejercicio que no cesa. No puedes esperar a que la ética venga a ti.
7.- Hablando de ética, ¿es mejor tener reyes campechanos o ‘compiyoguis’?
Sí… ¿qué quiere que le diga? La realidad creó una palabra que podemos utilizar todos, más democrático que eso no se puede ser. La palabra compiyogui nos hace mejores, porque es una palabra que se ha agregado, qué mejor que sumar. (No se me escape…) No, no, yo prefiero estos reyes. Son un equipo. Son formidables. Los defiendo. El reinado campechano ya fue y en este universo compiyogui, todas las personas que reciben ese trato de compiyogui al final quedan apartadas. En el momento que te dicen: ‘Hola compiyogui‘ ya es un poco peligro.
8.- ¿De qué se ha operado España?
Se ha operado de sí misma, por eso es un país tan interesante. Es un país que está vivo. España está en el génesis de los tiempos. Basta ir a Cuenca y ver esas rocas tan increíbles que estaban en el fondo del mar y ahora están aquí. Aun así, es un país moderno, al que siempre están pasando cosas. Hace ejercicios de introspección y de purgas. Ahora estamos viviendo una purga. Nunca es grato ser la parte de la purga. Pero una vez que expulsas todo, quedas bien.
9.- ¿Maduro para qué está ídem?
Ja, ja… Es muy interesante que Maduro se confunda tanto con mi nombre. Me sorprende. El domingo pasado Maduro volvió a llamar al periodista Boris Contreras por mi nombre. Es la tercera vez que lo hace. No nos conocemos ni creo que nos vayamos a conocer. No sé si quiere convertirme en un símbolo de lo que detesta o mandarme un mensaje subliminal. Nunca nadie me ha cortejado de esa forma… El fracaso de su gobierno es evidente. Pero ese fracaso no parece tener un fin.
10.- ¿Venezuela es una papeleta?
Hummm… El gran error de Venezuela es el nombre. Americo Vespucio, una de las personas más farsantes de la Historia, al ver las casas de los indios sobre el lago de Maracaibo, los palafitos, pintadas con colores muy llamativos, pensó: ‘Ah, como Venecia, piccola Venecia… Venezuela’. ¡Luego uno va a Venecia y la ve, y piensa que ese señor estaba en peyote! Venezuela es producto de un gran error, de una alucinación. Y ya todo iba mal. Todo empieza mal por el nombre. España es un gran nombre, es verdadero, total. España y español. Peseta y pesetero, que son muchos de nuestros problemas, claro. Pero Venezuela… (Claro, Venezuela es… venezolano) Es un drama. Es un pésimo nombre. (¿Y cómo debería llamarse Venezuela?) Podría llamarse Maracaibo. O Quintanasi, que es como se llama mi casa (O Borislandia) Borislandia, ja, ja… Es mejor Borislandia que Madurolandia.
11.- ¿En que se basa su frivolidad?
En nada. Yo no soy una persona frívola. Yo he dejado que la gente decida arrojarme esa palabra. La gente tiene sensación de que es para insultarme. Yo tuve varias cosas para escoger. Todo lo que mis padres leían lo dejaban a nuestro alcance. Mis padres fueron macrobióticos y ser hijo de unos padres macrobióticos, aparte de todo el amaneramiento y la dislexia, era un show con mis amigos en el colegio. Yo no los podía invitar a mi casa, no había refrescos, era todo vegetal, se comía una pasta de arroz integral… Cuando yo iba a sus cumpleaños ¡arrasaba! Las madres decían: ‘Este Boris se ha comido todo el jamón de la semana’. Había tanto que escoger en mi casa que yo leí El capital a los 14 años, una ridiculez por mi parte. Pero también leía la revistaHola. Yo he decidido hacer de una patología un punto de vista. Mi acumulación de información sobre el universo de la celebridad ya lo preveía en mi infancia y lo supe prever consumiendo frivolidad.Para mí, ha sido siempre una información, no otra cosa.
12.- ¿Usted tiene 50 años o medio siglo?
Yo tengo un siglo. El medio siglo recorrido y el siglo que me da estar entre dos siglos. Es una ecuación. En el fondo, yo creo que tengo 700 años. He estado muy marcado toda mi vida por Drácula. Me encanta la cosa de gestionar siglos en tu propia vida. Estoy muy acostumbrado a detectar vampiros, soy experto en eso. Y me veo anciano… Yo andaba con el estúpido ese, Americo Vespucio.
(+1) ¿Quién escribirá su autobiografía?
Me hubiera gustado que lo hiciera mi papá. Se ha convertido en una voz constante de la oposición a Maduro. Con 85 años está renacido. Y a mí me encantaría escribir la de él. O la de mi madre, que crió conscientemente a un hijo que iba a tener una diferencia muy marcada, su sexualidad. Eso es valentía.

Así se celebra el día del Orgullo en los países más peligrosos

Desfile LGTB en Mumbai, India

Desfile LGTB en Mumbai, India/ AP Photos

“Si una bala atraviesa mi cerebro, dejad que esa bala destruya las puertas de todos los armarios”. Harvey Milk recibió cinco tiros en la cabeza por considerar la libertad de derechos y la orientación sexual un asunto de Estado. Este político de San Francisco logró convertir su manifestación en contra de la iniciativa Briggs -que obligaba a despedir a los profesores homosexuales porque cumplían el perfil de abusadores de niños- en toda una marcha por los derechos LGTB. No eran las primeras movilizaciones de la comunidad gay, pero aquel verano de 1978 fue el más multitudinario desde la primera celebración del Orgullo en Estados Unidos.

El asesinato de Milk se sumó a la crispación por la brutalidad policial en los disturbios de Stonewall y congregó cada vez a más personas al desfile orgulloso. Pero ambas tragedias, aunque contribuyeron a terminar con la persecución legal, estuvieron lejos de romper los armarios, como demostró la última masacre de Orlando. El mundo se ha vestido de luto y ha reivindicado más que nunca su fiesta internacional, incluso cuando implica desafiar lo políticamente correcto y afrontar una buena paliza por parte de las fuerzas de seguridad.

Turquía es el eslabón perdido entre los países secularizados que condenan la homosexualidad y una Europa más o menos tolerante. Las autoridades de Estambul defienden que es necesario amordazar a la comunidad LGTB por su propia seguridad frente a los islamistas radicales. Si hace un año estos argumentos perdían su validez mientras lanzaban un cañón de agua helada sobre los asistentes al Orgullo, este año las imágenes provocan un bochorno muy similar. Esta vez no se han andado con medias tintas y han contraatacado con pelotas de goma, gases lacrimógenos y noches en el calabozo.

La represión brutal que se manifiesta este día es solo el reflejo de la discriminación que sufren sus miembros durante todo el año. La homosexualidad sigue siendo delito en casi ochenta países y diez de ellos mantienen la pena de muerte, como Irán, donde el gobierno ha asesinado a más de 6.000 personas por esta razón. Muchos optan por cambiarse de sexo para evitar la horca y hacerse pasar por transgénero -que sí está permitido- antes que admitir su sexualidad. Sin embargo, la población LGTB iraní no ha sacrificado su celebración y han convocado varias manifestaciones clandestinas o, directamente, han trasladado su Orgullo a los países vecinos.

Otros han estrenado su derecho a ondear la bandera de siete colores desde hace bien poco, una forma de reivindicar el cese de la discriminaciones desde los poderes del Estado. Pero reconocen que aún queda mucho camino por recorrer.

India

Celebración del Día del Orgullo en Mumbai, India

Celebración del Día del Orgullo en Mumbai, India/ AP photos

Los indios homosexuales asistieron con estupor a la restauración de una ley previamente derogada que les considera criminales. Todos los que en 2009 se sintieron orgullosos de pertenecer a un país que no juzgaba las relaciones íntimas de sus habitantes, despertaron del sueño en diciembre de 2013. “Es como dar un salto 150 años hacia atrás. Al parecer, el Tribunal Supremo compró los argumentos y accedió a la presión de los grupos religiosos”, decían los activistas. El polémico artículo es una ley británica de la época victoriana que considera ilegales “las relaciones carnales contra el orden de la naturaleza” y las castiga con hasta 10 años de prisión.

Es cierto que los jueces del Supremo accedieron este febrero a revisar la legislación, pero el asunto se ha quedado hasta ahora en buenas intenciones. Algo que, por otra parte, no impidió que Bombay se vistiese de fiesta en su Queer Film Festival. Han pasado ocho años desde que Nueva Delhi acunase la primera congregación gay de un país de mil millones de habitantes. Sus apenas 500 asistentes recordaron a todos aquellos que optaron por el suicidio ante un sistema que les condena a casarse por compromiso con alguien heterosexual. “Gandu hu, gandu hu, garu se kaho” (soy maricón, soy maricón, y estoy orgulloso de serlo), entonaban pronunciando la palabra que en hindi les relega a la categoría de parias.

Es el único día en el que los hijra, el colectivo travestido del país, pueden vestir sus saris sin recibir ataques policiales y protestar junto al resto de la comunidad LGTB. Los miembros de este “tercer sexo” fueron reconocidos en 2014 por el mismo tribunal que criminaliza la homosexualidad. Un paso que se reconoce como histórico pero que abre interrogantes sobre la necesidad de pasar por el quirófano para ser legitimado. 

Namibia 

En Namibia la homosexualidad es considerada un delito

En Namibia la homosexualidad es considerada un delito

Una mirada hacia el África no magrebí muestra la peor cara de la moneda de los países homofóbos.  Uganda es el ejemplo más cruento, pero no es el único sistema con leyes activamente pensadas para reprimir a los LGTB y que condenan su exhibición a varios niveles. Los más mediáticos son los castigos políticos, que pasan por palos, prisión o muerte, pero los más inhumanos son los sociales. En Sudáfrica, único país donde la homosexualidad no es un delito y la ciudadanía está supuestamente más abierta a la diversidad, cada mes muere una lesbiana víctima de las “violaciones correctivas”. Un castigo social que  se repite como un dominó en casi toda África.

Namibia decidió romper su silencio en 2013 y celebrar el primer desfile del Orgullo gay en la ciudad de Windhoek. A pesar de que el país condena la sodomía y es el argumento más utilizado para perseguir a las parejas de hombres, su población es una de las más tolerantes del continente. Sin embargo, entre los peores censores se encuentran los medios de comunicación, que tildan las marchas de “abominación” y “bestialidad” en los diarios y apelan a condenas bíblicas.

Rusia

La policía ataca a los asistentes a las marchas del Orgullo en Moscú

La policía ataca a los asistentes a las marchas del Orgullo en Moscú

El principal desafío del país radica en los grupos ultraderechistas y en la iglesia ortodoxa, “que acuden a las manifestaciones a reventarlas, en el sentido literal”, nos contaba Mario de la Torre, director del documental Primavera rosa en Moscú.

Además, los chicos y chicas homosexuales se han visto obligados a tomar clases de entrenamiento personal contra armas blancas. “Si alguien se entera de que los gimnasios forman al colectivo LGTB, el gobierno podría llegar a cerrar estos negocios amparándose en sus estatutos homófobos”. De la Torre se refería a laLey contra la propaganda homosexual, que se justifica en la protección de los niños ante las “relaciones sexuales no convencionales”, como les gusta calificarlas. El punto maquiavélico de este eufemismo es que engloba desde la homosexualidad hasta la pederastia.

El Gobierno de Putin prohibió en 2012 el día del Orgullo durante 100 años, que desde entonces no se ha dejado de celebrar envuelta en incidentes violentos. Durante la última marcha, l os policías cargaron en cuanto los activistas desplegaron sus pancartas y ondearon las banderas arcoiris ante la sede de la Duma, la Cámara Baja del Parlamento ruso. En el ataque también participaron radicales cristianos ortodoxos, como se puede observar en la fotografía de arriba. Aunque los miembros de las ONG han denunciado en innumerables ocasiones ante el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos, se podrían contar con los dedos de la mano los casos que se han resuelto felizmente.

México

Última marcha del Orgullo en México DF

Última marcha del Orgullo en México DF

“Habría que colgar a los afeminados y a los maricones”, ataca una mujer vestida de blanco impoluto a la salida de una iglesia del DF. Las palabras de esta católica son ley en México, país que ocupa el segundo puesto en la tasa de homicidios cometidos contra el colectivo LGTBI. Los datos que llegan desde el otro lado del Atlántico son escalofriantes: el 68% de los familiares de los asesinados no reclaman su cuerpo por vergüenza, así que las cunetas del país amanecen repletas de homosexuales y transexuales decapitados o torturados.

México es el paradigma de la contradicción. Por un lado están aprobando un amplio paquete de leyes en defensa del colectivo, pero los noticieros evidencian que no es más que palabrería jurídica. El peligro en este caso, además, trasciende al ámbito político. “Hay una purga muy selectiva”, denuncia el colectivo. No es solo una forma de esquilmar a la población activista LGTB, sino también una manera de dar una llamada de atención desde los puestos de poder.

A pesar de esta realidad, la marcha del Orgullo de México es una de las más concurridas de América Latina. Celebrada el pasado domingo, la manifestación sumó este año 200.000 personas y presumió de ser la primera capital latina en reconocer el matrimonio homosexual. Pero d etrás de esa imagen abierta y positiva se esconde una realidad muy cruel. Cada 48 horas es asesinado un miembro de la comunidad LGTB y el 70% de los casos quedan impunes.