EL MUNDO: ¿Cómo y cuándo hay que operar a un transexual?

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Fotograma del documental ‘Alondra’ de Cuatro donde se ve una operación de cambio de sexo. | El Mundo

Considerada hace años como enfermedad mental y ahora denominada disforia de género por el nuevo manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, el DSM V, la transexualidad ha sido objeto de múltiples definiciones que, según los expertos, lo único que hacen es confundir. No tiene nada que ver, como se podría llegar a pensar, con la homosexualidad, la bisexualidad ni tampoco con la intersexualidad. Se trata de una discordancia entre biología y género, es decir, cuando una persona no se identifica con el sexo con el que biológicamente ha nacido sino con el opuesto.

Y de casos está lleno el mundo. El último ha sido el soldado Manning que, tras ser condenado a 35 años de cárcel por sus filtraciones a Wikileaks, asegura que quiere ser mujer.

“En Estados Unidos no existe una sanidad pública como la nuestra, algo que puede ser un inconveniente, al menos, en cuanto a la transexualidad se refiere, ya que no hay protocolos reglados sobre este tema”, asegura a ELMUNDO.es el endocrino Antonio Becerra, coordinador de la Unidad de Trastornos de Identidad de Género (UTIG) de la Comunidad de Madrid y profesor en la Universidad de Alcalá. Una situación similar a la de Manning en nuestro país no hubiera pasado, mantiene este especialista, ya que los protocolos están mucho más avanzados, reglados y controlados.

Actualmente, en España existen nueve Unidades de Trastornos de Identidad de Género (UTIG) pero sólo cuatro realizan intervenciones quirúrgicas genitales. Las unidades más destacadas son la de Madrid y la de Málaga. Esta última fue la primera que se fundó en nuestro país, en el año 1999. No obstante, estatalmente, no hay ninguna unidad de referencia.

Concretamente, en la UTIG de la Comunidad de Madrid, formada por un equipo multidisciplinar de profesionales procedentes de los hospitales La Paz y Ramón y Cajal, se han atendido a unas 800 personas desde que empezó a funcionar en el año 2007. “Cada año vemos alrededor de 120 personas en nuestra unidad, cuando los estudios oficiales al respecto hablan de unas 60 personas anualmente”, explica Becerra.

Las edades de las personas atendidas por esta unidad oscilan entre los cuatro o cinco años hasta los 68. Los menores de edad ocupan el 5% de todos los casos, puntualiza este experto, aunque los protocolos de las unidades públicas españolas establecen que la intervención quirúrgica de cambio de sexo no se puede realizar antes de los 18 años. No obstante, la ley sí que permite esta operación a menores de edad, pero debe haber una sentencia judicial favorable. De hecho, hay estudios que constatan que cada vez son más los menores que solicitan un tratamiento de este tipo.

Pasos del proceso

El proceso es largo y complejo y tiene que estar controlado de por vida. En primer lugar, se realiza un diagnóstico psicológico. Se valora caso por caso y, principalmente, se trata de “normalizar (calmar) la situación y de no precipitarse”, explica el especialista. Las circunstancias personales son muy diversas, por ejemplo, hay personas con hijos en el que el proceso, a nivel psicológico, puede ser más complicado.

La terapia hormonal se realiza una vez esté clara y consensuada la evaluación psicológica por todos los miembros del equipo multidisciplinar, algo que suele darse entre los tres y seis meses de la primera consulta. “Una vez transcurrido este periodo, se realiza la terapia hormonal cruzada, de hombre a mujer, y de mujer a hombre”, matiza. Las hormonas se administrarán siempre que no exista un problema médico que contraindique esta terapia, que consistirá en hormonas femeninas (estrógenos) para ellos y masculinas (testosterona) para las mujeres.

Por último, se lleva a cabo el tratamiento quirúrgico que, en el caso de hombre a mujer, incluiría mamoplastia, vaginoplastia, eliminación de la nuez y una operación de las cuerdas vocales para el cambio de voz. En el caso inverso, de mujer a hombre, habría que hacer una extirpación de las mamas, útero y ovarios, y por último una faloplastia (reconstrucción estética de los genitales masculinos externos, pene y testículos).

La faloplastia es mucho menos demandada ya que los resultados aún no son del todo satisfactorios, según afirma Becerra. Pero eso sí, “la apariencia física externa que se produce en el caso de mujer a hombre es mucho más satisfactoria, por regla general, que al revés pues en el cambio de hombre a mujer puede haber ligeros rasgos que permanecen”, expone.

No para todos

Pero no todo el mundo quiere pasar por un proceso transexualizador, como formalmente se llama a todos los pasos necesarios para el cambio de género. “Y no por eso dejan de ser transexuales”, mantiene Lola Martín, socióloga y sexóloga del Programa de Información y Atención a Homosexuales y Transexuales de la Comunidad de Madrid. Hay transexuales que por razones médicas y, sobre todo, personales no realizan el proceso completo, “pero se siguen llamando y son transexuales, no tienes por qué llegar hasta el final”, afirma.

Martín, quien es también autora de varios libros publicados sobre esta temática, mantiene que no existe una edad concreta en la que se toma conciencia de la transexualidad. Cada persona es un mundo y, como tal, asume su propio proceso cuando le llega.

La experta alude al doctor argentino Edgardo Menvielle, investigador en el ‘Children’s National Medical Center’ (EEUU) quien habla de comportamientos de género diversos: “Hay niños que mantienen desde muy pequeños un comportamiento de género variante y, según datos de EEUU, esos niños en su edad adulta han sido tanto transexuales, homosexuales y heterosexuales”. Eso sí, “hay muchos casos de ‘manual de libro’, pero cada persona es un mundo”. En gran parte, afirma esta experta, el género es construido socialmente.

“No se sabe el origen de la transexualidad, puede estar influido por muchos aspectos: hormonales, cromosómicos, familiares, sociales, etc. Se nace, no se hace. Pero lo único que está claro es que no es ninguna enfermedad”, concluye Becerra.

EL MUNDO: Besos contra Putin en la calle Velázquez

PROTESTA | Frente a la embajada rusa en Madrid

 

  • Decenas de personas se reunireron para protestar contra la ‘ley antigay’ rusa
  • La embajada permitió el acceso a comitiva, que entregó sus reivindicaciones
  • Los concentrados también reclamaron acciones de repulsa de España
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Concretrados en la protesta contra la ‘ley antigay de Putin’ con caretas del presidente. | Daniel J. Ollero

Frente a la embajada de la Federación Rusa en Madrid y bajo el lema “Para Rusia con Amor” se ha reunido un variopinto grupo de unas 200 personas afines al movimiento en favor de los derechos de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales. Su objetivo era protestar contra la nueva ley de propaganda homosexual rusa promovida por el ejecutivo de Vladimir Putin.

A la sombra de los árboles de la calle Velázquez protegidos del sol de casi mediodía, bajo la atenta mirada de un pequeño grupo de antidisturbios y separados por la carretera del recinto de la embajada, se fueron sucediendo los distintos actos de una protesta más reducida de lo esperado. Las redes sociales anunciaban la presencia de 1.600 asistentes. “La historia de siempre”, comentaban tres chicas en ‘pettit comité’, “la gente le da a me gusta en Facebook pero luego nunca aparece”.

Durante los primeros momentos de la protesta, de no ser por una nutrida presencia de carteles, pancartas y un crisol de banderas donde primaba el color arcoíris salpicado por alguna ‘tricolor’ y hoces y martillos, el clima que se vivía era más parecido a una heterogénea suma de corrillos charlando animadamente que a una protesta organizada.

Cuando el portavoz del acto, Óscar Olmo, agarró el megáfono, cesó el rumor de los corrillos y los asistentes escucharon atentamente un breve discurso improvisado de agradecimiento a los allí presentes que sirvió de calentamiento para la lectura de un manifiesto por parte de Antoni Ruiz Saiz, presidente de la Asociación de Ex presos sociales.

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Beso entre dos asistentes al terminar el acto. | Daniel J. Ollero

“Derogar la ley de propaganda homosexual”, que consideran ilegal por contradecir el artículo 19 de la Constitución rusa, “restituir el importe de las multas” producto de esta ley y “que se criminalice a los autores de los asesinatos” homófobos que se han producido en Rusia fueron las tres principales exigencias del manifiesto de Ruiz. Esta lectura sólo se vio interrumpida durante un momento por gritos de “Stop ‘LGTBfobia'” que cesaron rápidamente.

Al terminar la lectura del manifiesto se vocearon varias consignas, casi tantas como grupo los grupillos dispersos del principio, como “Hijos de Putin”, “Asesinos”, “Homofobia mata”, “Rajoy cómplice” y alguna más anticapitalista que sonrojó a alguno de los presentes. “Vamos a movernos hacia allá que yo no quiero que me relacionen con estos ‘machipunkis'”, comentaba un asistente de mediana edad a su acompañante.

El momento más serio y emotivo del acto fueron dos minutos de silencio en los que un grupo de cinco personas aprovechó para hacer una performance con caretas del presidente ruso. Con el rostro oculto tras la máscara presidencial, mostraban las palmas de las manos tintadas de rojo sangre tras dos carteles que rezaban: “El silencio del Gobiernos es cómplice” y “la homofobia mata”.

El acto finalizó de un modo alegre con una besada multitudinaria entre los asistentes. La embajada rusa había recogido el guante permitiendo que una comitiva de tres personas pudiese entrar en el recinto para informar sobre sus reivindicaciones contra la ‘ley antigay de Putin’. Misión cumplida.

 

EL PAIS: Protesta contra la homofobia ante la Embajada rusa en Madrid

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Manifestantes protestan ante la Embajada rusa en Madrid. / Samuel Sánchez

Rostros cubiertos con caretas del presidente ruso, Vladímir Putin, y manos arriba pintadas de rojo. Esta es la escena que se ha vivido este viernes ante la Embajada rusa en Madrid, donde un centenar de personas ha exigido la derogación de las leyes homófobas recientemente aprobadas por el Kremlin. Los manifestantes han sujetado banderas arcoíris y pancartas en las que se leía Stop homofobia. “Ha sido una reacción popular”, comenta el creador del evento en la red social Facebook, Óscar Olmo, quien, sin representar a ningún colectivo en particular, ha buscado una manera para dirigir un mensaje de protesta contra difícil situación que está viviendo el colectivo LGTB —gais, lesbianas, bisexuales y transexuales— en Rusia.

El debate ya lleva tiempo en el aire. Estalló antes incluso de que la Duma aprobara el pasado junio la ley que prohíbe la propaganda de la homosexualidad entre los menores, y que prevé multas para aquellos que hablen o difundan la idea de que la homosexualidad es algo normal y comparable a las “orientaciones sexuales tradicionales”. Pero se ha recrudecido al calor de varios vídeos que circulan por Internet hasta poner en el disparadero los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi, a orillas del mar Negro, de 2014 Políticos y organizaciones llamaron a boicotearlos en una polémica que ha obligado a Rusia a garantizar que estarán abiertos “a todos”. Durante el recién clausurado Mundial de atletismo, celebrado en Moscú, varios deportistas tomaron parte a favor o en contra de las leyes antigais de Putin.

A la concentración de hoy en Madrid han acudido, entre otros, Boti García, presidenta de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), y la conocida drag queen española Shangay Lily. La FELGTB ya había expresado su preocupación por la “gravísima situación de violencia” que sufre el colectivo en Rusia, y su presidenta se ha felicitado por la espontaneidad de la iniciativa de hoy. “Tiene que ser la sociedad misma la que condene y denuncie la homofobia”, ha considerado. Según las organizaciones defensoras de los derechos LGTB, esta legislación ha contribuido al incremento de los episodios de violencia contra el colectivo por parte de grupos neonazis y homófobos.

El comunicado del acto lo ha leído Óscar Olmo. En él, el creador del evento ha exigido al Kremlin que derogue las leyes homófobas y rechace y tome medidas severas contra la violencia impune que sufre el colectivo LGTB en Rusia. “Me llegaron las imágenes brutales de las palizas y de las torturas y me sorprendí de que no hubiéramos hecho algo antes”, ha comentado. En la carta se volvió a llamar al boicot de los Juegos de Invierno, ya que según la presidenta de la FELGTB, si se mantienen las leyes represivas, en Sochi “no habrá nada que celebrar”.

GARA: Palabras de Isinbayeva

Víctor Moreno | Escritor y profesor

Víctor Moreno se refiere a las polémicas declaraciones de la atleta rusa Yelena Isinbayeva a favor de las leyes de su país contra la homosexualidad, obviamente no para defender sus palabras, sino para analizar, con su habitual dosis de ironía, las reacciones que estas han provocado, especialmente la de exigir que se le retire a la plusmarquista de pértiga el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes que le fue otorgado en 2009. Concluye que le convendría al jurado «afinar un poquito más» en la definición de «la ejemplaridad de una vida» por la que se concede el Príncipe de Asturias, para seguidamente mostrar su temor de que, si se hace una investigación demasiado exhaustiva sobre ese requisito, es probable que no encuentre candidatos al premio «ni en un convento de cartujos».

Las declaraciones de la plusmarquista mundial de pértiga, Yelena Isinbayeva, a favor de las leyes de su país contra la homosexualidad, han generado más de un encontronazo dialéctico, no faltando intervenciones tendentes a descalificarla en el plano ético, ideológico, político, mental e, incluso, físico. La han llamado hasta «marimacho».

La intervención que más ha llamado mi atención ha sido la que exigía que se le privara con carácter retroactivo del Premio Príncipe de Asturias de los Deportes, que le fue concedido en septiembre de 2009, por un jurado presidido por Samaranch.

Entiendo y comprendo dicho sentimiento, que, sin duda, esconde un movimiento de desagrado, cuando no de venganza, contra quien imaginábamos que era o pensaba de una forma concreta y, de la noche a la mañana, descubrimos que su pensamiento está en las antípodas del que nosotros tenemos. Sentimos que nos ha chantajeado o mentido vilmente. Nos hizo creer que era uno de los nuestros aunque en ningún momento de su vida se manifestara en un sentido u otro.

En el caso de Isibayeva, nadie sabía, ni siquiera el jurado que le dio el premio, qué pensaba acerca de la homosexualidad, de la pena de muerte, de la libertad de expresión, de la corrupción, de la literatura de Tolstoi y de Nabokov y de Chaikovsky. Y, de pronto, surge el escándalo. La atleta habla, condena actitudes, delimita conductas, establece fronteras; luego, titubea, rectifica, para, finalmente, descubrir el alma que nunca hubiéramos querido contemplar.

Sucede con frecuencia. El día que descubrimos que ese personaje público que admirábamos no era como nosotros, algo se rompe en nuestro interior produciéndonos una rabia y un dolor incontenibles. Sentimos que nos ha tomado el pelo vilmente. ¡Maldito sea mil veces! Importa menos que el otro sea como sugiere que es, que nuestra falta de perspicacia analítica por no haber descubierto antes cómo era por dentro nuestro fan preferido.

Lo cierto es que, aun tratándose de un sufrimiento poco recomendable -ningún sufrimiento lo es-, tal descubrimiento forma parte de un aprendizaje tan necesario como higiénico. Caerse del guindo de la ingenuidad que ve en la conducta del ser humano una unidad indisoluble entre pensamiento y conducta, es una enseñanza que conviene aprenderla cuanto antes. Porque entre lo que pensamos y hacemos existen, a veces, tales fisuras que parece hasta mentira que ambos hechos, pensar y hacer, procedan del mismo sujeto. Y desde que leímos el mito de Pandora, bien sabemos que verdad, bien y bondad no son simétricos.

Los adolescentes de mi edad aprendían este desajuste al leer «La isla del tesoro». El pirata John Silver no era tan malo como decían que era los buenos que acompañaban a Jim Hawkins en la Hispaniola. El mal que representaba el hombre de la pata de palo era mucho más apetecible que el bien practicado por los amigos del doctor Livisey y compañía.

En la actualidad, este conocimiento se adquiere gracias a las escisiones que se producen en la vida de un personaje público y su obra. En el caso de los escritores, son bastante habituales. El lector jamás podría imaginar que el autor de una obra tan maravillosa pudiera deberse a un crápula. Cuesta aceptar que ser buen novelista, pintor o músico, no es incompatible con ser un degenerado.

Seguro que aquel jurado de 2009 no tenía ni idea acerca de la compostura ideológica que adornaba el cerebro de la mejor deportista mundial en la especialidad del salto con pértiga. En el acta del fallo se decía que «en ella recaen las condiciones fundamentales por las que se concede el premio» y que se refieren «además de la ejemplaridad de su vida y obra, a que haya conseguido nuevas metas en la lucha por superarse y contribuir con su esfuerzo al perfeccionamiento, cultivo o promoción de los deportes».

Todo eso está muy bien, pero no se nos aclara si en dicha ejemplaridad formaba parte la ideología de la deportista en cuestión. ¿La hubiera distinguido con tal premio caso de haber conocido la actitud de la atleta en relación con las leyes contra la homosexualidad en Rusia? Seguro que no. El revuelo social armado hubiera sido de «escraches» tomar.

Así que, para futuras concesiones del premio, sería bueno que dicho jurado hiciera un test de inteligencia social a quien decidiera apelmazarlo con semejante vitola. Se evitaría así contratiempos desagradables que ningún bien hacen al deporte olímpico, que como es bien sabido debe estar por prescripción dogmática de sus estatutos libre de excrecencias políticas.

Y, desde luego, lo que sí le convendría afinar un poquito más en describir en qué consiste la ejemplaridad de una vida. Qué obras y qué ideas deben acomodarse en el cerebro de un atleta para que, además de premiar sus saltos y carreras insólitas, asombre al mundo por sus ideas y ocurrencias. Pues conviene no olvidar que lo que hace y dice un atleta es mucho más importante y decisivo para la marcha de la historia que lo que diga, por ejemplo, un científico.

Aunque mucho me temo que, como el jurado indague demasiado sobre este particular ideológico, quizás, no encuentre candidatos para este premio ni en un convento de cartujos.

A fin de cuentas, ¿cómo hacer coincidir la ideología de un atleta con la que adorna la almendra cerebral de un jurado tan variopinto? De la única manera posible: hacer que los atletas sean unos eunucos ideológicos cuando participan en estos eventos. Luego, fuera de la cancha, que digan y hagan lo que quieran aunque esté en contradicción lo primero con lo segundo.

Y, claro, sería higiénico que el jurado aclarase si aplicarán con carácter retroactivo la denegación de dicho premio al galardonado si este manifestara públicamente que es, por ejemplo, caníbal.

EL MUNDO :El soldado Manning asegura que quiere ser mujer y que le llamen Chelsea

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Mannig, vestido de mujer con peluca rubia y, a la dcha., de soldado. | US Army | Afp

Bradley Manning quiere ser Chelsea Manning y recibir terapia hormonal para tener los atributos físicos de una mujer. Así lo ha explicado el soldado al día siguiente de su condena en una carta dirigida al programa matutino de la NBC.

“Mientras voy evolucionando en esta nueva fase de mi vida”, explica en su carta el filtrador estadounidense, “quiero que todo el mundo conozca mi verdadero yo. Me llamo Chelsea Manning y soy una mujer. Esto siento y esto he sentido desde mi infancia. Por eso quiero iniciar una terapia hormonal tan pronto como sea posible. También solicito que a partir de hoy os refiráis a mí con mi nuevo nombre y con el pronombre femenino”.

Tras conocerse la carta de Manning, el Ejército de EEUU ha precisado que no proporciona ni terapia hormonal ni cirugía para el trastorno de identidad de género.

No es la primera vez que Manning admite sufrir un trastorno de identidad de género. Sus letrados lo contaron durante el proceso militar que concluyó este miércoles con su condena a 35 años de cárcel y él mismo lo desveló en una carta enviada a su supervisor en abril de 2010. Entonces, el soldado reconocía que quería cambiar de sexo y enviaba una fotografía (la imagen de arriba) en la que lucía pintalabios y una peluca rubia.

Manning firmó dos cartas a su terapeuta con el nombre de ‘Breanna’ durante su arresto y se desconocen los motivos por los que ahora ha optado por llamarse ‘Chelsea’.

Un dilema sin precedentes

El soldado cumplirá su condena en la prisión militar de Fort Leavenworth. Un recinto que dispone de un departamento de atención psiquiátrica, pero que nunca ha ofrecido terapia hormonal a sus reclusos. Los presos estadounidenses que no han recibido cirugía genital viven en el módulo que corresponde a su sexo de nacimiento. Aunque el dilema que plantea el caso de Manning no tiene ningún precedente en una prisión militar.

El soldado agradeció en su carta el respaldo de sus seguidores en todo el mundo, que le han arropado con sus cartas y han reunido más de un millón de euros para sufragar sus gastos de defensa: “Quiero agradecer a todo el mundo que me ha apoyado durante los últimos tres años. Vuestras cartas de apoyo y de ánimo me han ayudado a mantenerme fuerte en este infierno. Siempre estaré en deuda con quienes me escribieron, hicieron una donación a mi defensa o estuvieron en el juicio”.

Manning escuchó impasible este miércoles su sentencia por filtrar información confidencial a Wikileaks: 35 años de prisión que suponen la condena más dura por desvelar documentos secretos que cualquier estadounidense haya recibido jamás en un tribunal.

Se podría decir que la magistrada Denise Lind optó por un punto intermedio entre los 60 años de cárcel que solicitaba la fiscalía y los 20 que había aceptado el propio Manning al declararse culpable de filtrar documentos secretos a la organización que dirige Julian Assange. Pero la condena se antoja especialmente dura si tenemos en cuenta que el oficial estadounidense Michael A. Peri fue condenado a cinco años menos por filtrar secretos militares a la Alemania comunista unos meses antes de la caída del Muro de Berlín.

La sentencia degrada a Manning al rango de soldado raso, confirma su expulsión del Ejército y le quita el derecho a recibir cualquier compensación económica. Pero deja abierta la puerta a su reinserción al permitirle solicitar la libertad condicional cuando haya cumplido un tercio de su condena. Un extremo que podría propiciar su salida de prisión en apenas ocho años. Unos meses después de haber cumplido 33.

La legislación militar establece la revisión inmediata de la sentencia de Manning. Un proceso que llevará a cabo el oficial Jeffrey Buchanan como comandante del distrito militar de Washington y que podría reducir la condena o dejarla como está. Una vez resuelto ese trámite, los letrados de Manning podrán recurrir la sentencia ante otros dos tribunales militares y solicitar su indulto a la Casa Blanca.

La magistrada Lind reconoce en la sentencia que el soldado ya ha cumplido 1.294 días de su condena durante el tiempo que ha transcurrido desde su arresto y reduce su pena en algo menos de cuatro meses por los malos tratos que recibió durante su estancia en la prisión militar de Quantico.

El soldado estadounidense apenas tenía 22 años cuando llevó a cabo su primera filtración a Wikileaks: un vídeo en el que los pilotos de un helicóptero Apache asesinaban a nueve personas entre las que se encontraban un fotógrafo de la agencia Reuters y su conductor.

Entonces Manning estaba destinado en Irak como analista de la décima división de Infantería y tenía acceso a archivos confidenciales del Pentágono de los que sacó la información que luego entregaría a Wikileaks. El soldado filtró unos 700.000 documentos. Entre ellos detalles sobre las intervenciones militares en Irak y Afganistán y miles de telegramas que desvelaron detalles embarazosos sobre los puntos de vista de diplomáticos estadounidenses en todo el mundo.

El soldado se disculpó hace unos días por sus actos diciendo que había infligido un daño a otras personas y a su país. Explicó que había atravesado “dificultades considerables” durante su vida pero añadió que no eran “una excusa para sus actos” y que era consciente de “lo que estaba haciendo” cuando desveló información confidencial.

EL PAIS: El soldado Manning se declara mujer y pide ser llamada Chelsea

El soldado envía un comunicado al programa ‘Today’ de la cadena televisiva NBC

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Bradley Manning es conducido al tribunal militar. / Patrick Semansky (AP)

El soldado estadounidense Bradley Manning, condenado a 35 años de prisión por la justicia militar de EE UU este miércoles por filtrar 700.000 documentos secretos de la diplomacia estadounidense a Wikileaks en 2010, ha confesado que es transexual, que desea vivir como una mujer y llamarse Chelsea. Un comunicado del soldado ha sido leído esta mañana en el programa Today de la cadena televisiva NBC.

“Soy Chelsea Manning, una mujer”, afirma el soldado en su comunicado. “Dada la manera en la que me siento y sentido desde la infancia, quiero empezar un tratamiento hormonal lo antes posible. Espero que me apoyéis en esta transición”.

Manning piensa que su género real es el femenino. Con anterioridad ya había creado una personalidad paralela, con el nombre de Breanna Manning. Con ella mantuvo una vida activa en la Red, un ‘alter ego’ libre de la frustración que sentía en el Ejército.

La homosexualidad de Manning no era ningún secreto en la base de operaciones Hammer de Irak, donde estuvo destinado entre 2009 y 2010 y desde donde sustrajo y filtró los documentos a Wikileaks. Sólo ese dato, confirmado por algunos testigos, compañeros de filas de Manning, ya le sirvió a la defensa para demostrar el abandono al que sus superiores sometieron al soldado.

En la base de Hammer, Manning tuvo al menos cuatro estallidos de violencia en los que llegó a romper ordenadores y en que fue reducido por compañeros que pensaban que iba a atacarles con un arma. Hubo informes oficiales escritos al respecto. Sus superiores los recibieron. Y los ignoraron.

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Durante el juicio sus abogados optaron por demostrar que si filtró los documentos fue porque nadie le detuvo. Sus superiores deberían haberle alejado de las redes de inteligencia, deberían haberle impedido ir a Irak, deberían haberle puesto en terapia psiquiátrica.

En su perfil de Facebook hay fotos como esta, donde expresa su apoyo a la causa del matrimonio gay. Phim Her, entonces una adolescente en Syracuse, en Nueva York, se encontró al soldado en una manifestación a favor de los derechos de los gais en noviembre de 2008. Ésto es lo que escribió en el diario de su escuela. “Al principio creí que estaba bromeando cuando me dijo que era un soldado de Fort Drum, pero me di cuenta de que no era así cuando comenzó a contarme las muchas veces que había sufrido injusticias por su sexualidad”.

EL CORREO: «Podéis llamarme Chelsea Manning»

El soldado Bradley Manning, condenado a 35 años de cárcel por las filtraciones de WikiLeaks, reivindica su condición de mujer en un comunicado

Chelsea Manning

Chelsea manning

El soldado estadounidense Bradley Manning, que ayer fue condenado a 35 años de cárcel por haber filtrado miles de documentos clasificados al portal Wikileaks, ha remitido este jueves un comunicado a la cadena de televisión NBC News en el que asegura sentirse como una mujer y pide que desde ahora se le llame “Chelsea”.

“Soy Chelsea Manning. Soy una mujer”, afirma en el comunicado. “Dado el modo en el que me siento y en el que me he sentido desde la infancia, quiero comenzar una terapia hormonal tan pronto como sea posible y espero que me apoyéis en esta transición”, ha manifestado.

Asimismo, Manning ha pedido que “a partir de hoy os refiráis a mí por mi nuevo nombre y uséis el prononbre femenino (excepto en el correo oficial al centro de detención)”.

“Estoy deseando recibir cartas de seguidores y tener la oportunidad de responder”, ha añadido en su mensaje, que firma como “Chelsea E. Manning”, según la cadena, que recuerda que en el sistema penitenciario estadounidense los reclusos transgénero –como sería el caso de Manning– normalmente conviven con otros presos de su sexo de nacimiento, pero no está clara cuál es la política del Ejército.

Por su parte el abogado de Manning, David Coomes, ha indicado durante el programa Today en el que se ha revelado el mensaje del soldado que espera que su cliente pueda salir en libertad condiciona el siete años. “Pero, en realidad, espero que sea indultado”, ha añadido. “Al menos esa es mi esperanza, que el presidente (Barack Obama) le indulte”, ha asegurado.

DEIA: Manning dice sentirse como una mujer y pide que desde ahora le llamen ‘Chelsea’

El soldado estadounidense ha sido condenado a 35 años de cárcel por haber filtrado miles de documentos clasificados al portal Wikileaks

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Manning, a la izquierda de la imagen vestido de mujer en una imagen difundida por ABC.

El soldado estadounidense Bradley Manning, que ayer fue condenado a 35 años de cárcel por haber filtrado miles de documentos clasificados al portal Wikileaks, ha remitido este jueves un comunicado a la cadena de televisión NBC News en el que asegura sentirse como una mujer y pide que desde ahora se le llame “Chelsea”.

NUEVA YORK. “Soy Chelsea Manning. Soy una mujer”, afirma en el comunicado. “Dado el modo en el que me siento y en el que me he sentido desde la infancia, quiero comenzar una terapia hormonal tan pronto como sea posible y espero que me apoyéis en esta transición”, ha manifestado.

Asimismo, Manning ha pedido que “a partir de hoy os refiráis a mí por mi nuevo nombre y uséis el prononbre femenino (excepto en el correo oficial al centro de detención)”.

“Estoy deseando recibir cartas de seguidores y tener la oportunidad de responder”, ha añadido en su mensaje, que firma como “Chelsea E. Manning”, según la cadena, que recuerda que en el sistema penitenciario estadounidense los reclusos transgénero –como sería el caso de Manning– normalmente conviven con otros presos de su sexo de nacimiento, pero no está clara cuál es la política del Ejército.

Por su parte el abogado de Manning, David Coomes, ha indicado durante el programa Today en el que se ha revelado el mensaje del soldado que espera que su cliente pueda salir en libertad condiciona el siete años. “Pero, en realidad, espero que sea indultado”, ha añadido. “Al menos esa es mi esperanza, que el presidente (Barack Obama) le indulte”, ha asegurado.

EL CORREO: Wentworth Miller, protagonista de ‘Prison Break’, declara ser gay

El actor, que ha sido invitado al Festival Internacional de Cine de San Petersburgo, ha declinado la propuesta debido a las nuevas políticas del país contra los homosexuales

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Wentworth Miller dió su salto a la fama por la serie televisiva ‘Prison Break’.

Corrían rumores de su condición sexual pero nunca lo había reconocido abiertamente. El guapísimo Wentworth Miller, protagonista de la conocida serie ‘Prison Break’, ha declarado su homosexualidad en una carta publicada en la página web de GLAAD -organización por la igualdad de derechos del colectivo de homosexuales, lesbianas y transexuales-, y dirigida a Maria Averbakh, organizadora del Festival Internacional de Cine de San Petersburgo. Miller, que había sido propuesto como invitado de honor para este acto por ser originario de Rusia, se ha negado a acudir debido a la nueva ‘ley anti gays’ del país.

Las declaraciones de Dimitri Kisilev, director general adjunto de la televisión estatal rusa, en las que aseguraba que los corazones de los gays deberían ser “enterrados o quemados, porque no están hechos para la continuación de la vida”, han provocado la total repulsa del actor y su consiguiente declaración de intenciones. “Estoy profundamente preocupado por la actitud actual y el trato que reciben los gays por parte del Gobierno ruso. La situación no es aceptable de ninguna manera”, ha confesado el artista, a lo que ha añadido: “No puedo participar en una celebración auspiciada por un país donde se le niega sistemáticamente el derecho básico a vivir y amar abiertamente a la gente como yo”. Aun así, Miller ha dejado la puerta abierta a siguientes ediciones si la situación cambia, ya que ha explicado que le “habría hecho feliz decir que sí”.

Por su parte, el portavoz de GLAAD, Wilson Cruz, ha calificado las palabras del actor como de “poderoso mensaje de apoyo a los gays y lesbianas en Rusia, quienes se enfrentan a la violencia extrema y la persecución”. Así, el actor, representando a su colectivo, denuncia las leyes aprobadas este año por el gobierno de Putin, por las que se penaliza a quienes propaguen mensajes sobre relaciones sexuales no tradicionales, y castigan a los que expresen en internet o en las noticias una opinión favorable a los homosexuales.

Las declaraciones del actor contrastan toalmente con las de Yelena Isinbayeva, deportista de élite, que el pasado fin de semana, en los mundiales de atletismo celebrados en la capital rusa, se mostraba a favor de la nueva ley. “Si permitimos que promuevan y hagan todo eso en la calle estaríamos muy preocupados por nuestro país, porque nos consideramos gente normal”.