EL MUNDO: Besos contra Putin en la calle Velázquez

PROTESTA | Frente a la embajada rusa en Madrid

 

  • Decenas de personas se reunireron para protestar contra la ‘ley antigay’ rusa
  • La embajada permitió el acceso a comitiva, que entregó sus reivindicaciones
  • Los concentrados también reclamaron acciones de repulsa de España
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Concretrados en la protesta contra la ‘ley antigay de Putin’ con caretas del presidente. | Daniel J. Ollero

Frente a la embajada de la Federación Rusa en Madrid y bajo el lema “Para Rusia con Amor” se ha reunido un variopinto grupo de unas 200 personas afines al movimiento en favor de los derechos de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales. Su objetivo era protestar contra la nueva ley de propaganda homosexual rusa promovida por el ejecutivo de Vladimir Putin.

A la sombra de los árboles de la calle Velázquez protegidos del sol de casi mediodía, bajo la atenta mirada de un pequeño grupo de antidisturbios y separados por la carretera del recinto de la embajada, se fueron sucediendo los distintos actos de una protesta más reducida de lo esperado. Las redes sociales anunciaban la presencia de 1.600 asistentes. “La historia de siempre”, comentaban tres chicas en ‘pettit comité’, “la gente le da a me gusta en Facebook pero luego nunca aparece”.

Durante los primeros momentos de la protesta, de no ser por una nutrida presencia de carteles, pancartas y un crisol de banderas donde primaba el color arcoíris salpicado por alguna ‘tricolor’ y hoces y martillos, el clima que se vivía era más parecido a una heterogénea suma de corrillos charlando animadamente que a una protesta organizada.

Cuando el portavoz del acto, Óscar Olmo, agarró el megáfono, cesó el rumor de los corrillos y los asistentes escucharon atentamente un breve discurso improvisado de agradecimiento a los allí presentes que sirvió de calentamiento para la lectura de un manifiesto por parte de Antoni Ruiz Saiz, presidente de la Asociación de Ex presos sociales.

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Beso entre dos asistentes al terminar el acto. | Daniel J. Ollero

“Derogar la ley de propaganda homosexual”, que consideran ilegal por contradecir el artículo 19 de la Constitución rusa, “restituir el importe de las multas” producto de esta ley y “que se criminalice a los autores de los asesinatos” homófobos que se han producido en Rusia fueron las tres principales exigencias del manifiesto de Ruiz. Esta lectura sólo se vio interrumpida durante un momento por gritos de “Stop ‘LGTBfobia'” que cesaron rápidamente.

Al terminar la lectura del manifiesto se vocearon varias consignas, casi tantas como grupo los grupillos dispersos del principio, como “Hijos de Putin”, “Asesinos”, “Homofobia mata”, “Rajoy cómplice” y alguna más anticapitalista que sonrojó a alguno de los presentes. “Vamos a movernos hacia allá que yo no quiero que me relacionen con estos ‘machipunkis'”, comentaba un asistente de mediana edad a su acompañante.

El momento más serio y emotivo del acto fueron dos minutos de silencio en los que un grupo de cinco personas aprovechó para hacer una performance con caretas del presidente ruso. Con el rostro oculto tras la máscara presidencial, mostraban las palmas de las manos tintadas de rojo sangre tras dos carteles que rezaban: “El silencio del Gobiernos es cómplice” y “la homofobia mata”.

El acto finalizó de un modo alegre con una besada multitudinaria entre los asistentes. La embajada rusa había recogido el guante permitiendo que una comitiva de tres personas pudiese entrar en el recinto para informar sobre sus reivindicaciones contra la ‘ley antigay de Putin’. Misión cumplida.