EL PAIS: Condena de por vida para los homosexuales de África

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Retrato de un joven homosexual ugandés. / DESRUS BENEDICTE (CORDON PRESS)

El mensaje de móvil decía lo siguiente: “Estoy muy enamorado de ti”. Salió del teléfono de Roger Jean Claude Mbede, joven camerunés muerto el pasado 10 de enero, a la edad de 34 años. El receptor del sms era un amigo al que conoció a finales de 2010, mientras cursaba un máster en filosofía de la educación en la Universidad de Centroáfrica, en Yaundé, capital de Camerún. El individuo del que Roger se había enamorado trabajaba en la administración de la Presidencia de la república, ocupada desde hace más de 30 años por Paul Biya. El 2 de marzo de 2011, este joven telefoneó a Mbede para invitarle a su casa tras llegar a su buzón telefónico la declaración de amor. Allí aguardaban al invitado por sorpresa dos policías en lo que, según llegó a concluir Mbede posteriormente, era una emboscada orquestada por su anfitrión y supuesto amigo. Siete días después entraba en la prisión de Kondengui con una condena de tres años y un estigma que le llevarían a la muerte: era homosexual.

“Sus últimos días fueron un infierno”, admite en un intercambio de correos uno de los abogados de Mbede, el también camerunés Michel Togué, acosado y amenazado en su tierra por defender en los tribunales a un homosexual —se ha visto incluso obligado a enviar fuera del país a su familia. “La mediatización de su caso le ha expuesto a la homofobia de la sociedad camerunesa y de su familia”, continúa el letrado que junto a Alice Nkom y Saskia Ditisheim trataron de sacar del penal al joven camerunés. Ni los suyos pudieron resistirse a condenar a Mbede por su orientación sexual. “Le veían como un servidor del diablo”, señala Togué. Y por eso, como apuntan activistas que han seguido el caso hasta el triste final, le dejaron morir muy enfermo en su localidad natal, Ngoumou, cerca de Yaundé.

Pero no siempre fue así. “Antes de que se revelase que era homosexual”, recuerda Togué, “Roger tenía una vida normal con su entorno, pero tras su condena, esa armonía se convirtió en una discriminación salvaje y una estigmatización total”.

Mbede no es un caso excepcional, aunque por llegar su pena al Tribunal Supremo de Camerún se convirtiera en un símbolo, un ejemplo del maltrato, sentencia y marginalización de los homosexuales en ese país, que ha traspasado fronteras. La muerte de Mbede coincide con la reciente aprobación en dos países africanos de leyes que encierran a los gais entre rejas por serlo, mostrarlo o unirse en pareja; dos polémicas normas que persiguen a cualquiera que anime la homosexualidad —se haga como se haga eso— o participe en organizaciones o forme parte de clubes gais.

Primero llegó Uganda, en diciembre, con el visto bueno parlamentario de un paquete legislativo que prevé incluso la cadena perpetua por actos homosexuales. El presidente ugandés, Yoweri Museveni, bien por la fuerte presión internacional —azotada por organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch— o bien porque no aceptaba alguna coma del texto, se negó a firmarlo en primera instancia y la ley está por el momento bloqueada. Un portavoz de Museveni admitió no obstante a la agencia de noticias AFP que el mandatario mantenía que los homosexuales están enfermos, pero que no por eso había que matarles o condenarles de por vida.

Eso habrá que verlo porque el pasado viernes, el presidente ugandés comunicó a miembros de su partido, el Movimiento de Resistencia Nacional, que firmará. Y lo hará avalado por el trabajo presentado por un grupo de científicos convocados por el Ministerio de Sanidad para resolver el siguiente dilema: el homosexual nace o se hace. La conclusión a la que han llegado apunta a que no existe “responsabilidad genética” en la homosexualidad, esto es, que no es una enfermedad, sino un comportamiento “anormal” que surge en la vida. Y visto así, hay que regularlo, han aconsejado a Museveni sus expertos.

“La homosexualidad”, le comunicó al presidente el asesor científico Richard Tushemereirwe, según recoge Reuters, “tiene consecuencias serias para la salud pública y, por lo tanto, no debe ser tolerada”.

Tras Uganda llegó Nigeria a mediados de enero, que si bien evitó la posibilidad de mandar a alguien a prisión a perpetuidad, sí marcó grosso modo dos caminos posibles: 14 años en el penal para los que, siendo del mismo sexo, osen celebrar su unión, y 10 años para aquellos que alienten la homosexualidad, participen en asociaciones gais, actos homosexuales… Aquí no hubo forma de bloquear nada. El presidente nigeriano, Goodluck Jonathan, firmó la norma —conocida como la ley “Encarcela a los gais”— y en prácticamente 24 horas empezaron los arrestos.

Pero ni la ley viene de nuevas —fue aprobada ya en el Senado en 2011— ni la homofobia pilla por sorpresa a los nigerianos. Según pudo saber la ONG Amnistía Internacional, las autoridades del Estado de Bauchi, uno de los 36 que forman Nigeria, contaban ya con una lista de 168 personas sospechosas de ser homosexuales. Bauchi es, en cualquier caso, uno de los nueve Estados en los que rige la sharía (ley que aplica con rigor los dictados del islam) y juzga por tanto ilegal la homosexualidad —el pasado 17 de enero, la cadena BBC informaba de la condena en este Estado a 20 latigazos a un joven, Mubarak Ibrahim, por haber mantenido relaciones sexuales hace siete años.

“[Desde la aprobación de la ley] ha habido muchas detenciones, pero también han puesto a muchos en libertad posteriormente”, relata en conversación telefónica Makmid Kamara, investigador para Nigeria de Amnistía, organización que tilda esta norma, como lo ha hecho Naciones Unidas, de “draconiana”.

Los arrestos, sirva de ejemplo Bauchi, no provienen solo de las fuerzas de seguridad del Estado o de la policía de la sharía. “Mucha gente se ha visto forzada a abandonar su casa por los ataques de grupos de ciudadanos”, apunta Kamara. “Hay muchos que se han tenido que ir a dormir con amigos para evitar a los asaltantes”, prosigue. ¿Por qué cebarse ahora contra los homosexuales? “No es nuevo, antes teníamos casos aislados de agresiones, pero ha habido una escalada de la violencia con esta ley”, responde el investigador de Amnistía. Preocupan las agresiones a esta organización, pero también la marginalización a la que los legisladores nigerianos han querido someter al colectivo gay, a los activistas que luchan por sus derechos, a sus organizaciones, a la libre asociación de personas…

¿Qué será, por ejemplo, de las ONG que tratan de prevenir el contagio del VIH y a las que acuden sin duda ciudadanos homosexuales? “Cualquiera puede caer en las manos de esta ley”, advierte Kamara, “y como ejemplo están las tomboys [mujeres con apariencia y comportamientos masculinos]”. También están en la mirilla de las masas que azuzan la homofobia.

Camerún, Nigeria, Uganda, Ghana, Senegal, Gambia… Según las cifras de Amnistía, 38 de los 54 países del continente africano, un 70%, criminalizan la homosexualidad. En algunos, como Mauritania, Somalia o Sudán, ese delito puede llevar a una sentencia de muerte. ¿A qué se debe tan vasto rechazo a la homosexualidad en África? Motivos sociopolíticos hay muchos, pero hay uno que se repite más que otros: la religión.

El think tank estadounidense Pew Research Center trató de analizar en un informe datado el pasado mes de junio la aceptación que la homosexualidad tiene en el mapa del mundo. En bruto, el estudio concluía que allí donde la religión no tenía presencia en la vida de la gente, la homosexualidad contaba con mayor aceptación en la sociedad. También coincidía esta tendencia con aquellos países en los que la hucha anda algo más llena a final de mes. En los que caen del lado del globo más pobre y con una influencia de la religión notable —con excepciones, una cosa lleva a la otra—, pocos creen que la homosexualidad deba ser aceptada.

Las cifras asustan, pero explican: en el África subsahariana, el 98% de los nigerianos consultados, el 96% de los senegaleses, ghaneses y ugandeses, y el 90% de los kenianos consideran que la homosexualidad es inaceptable. Dando la vuelta a los porcentajes, el exiguo visto bueno al colectivo gay resulta escalofriante: dos de cada diez en Nigeria, cuatro de cada diez en Senegal… Tampoco resulta muy diferente en el norte africano arabo-musulmán, y tan solo es algo menos inquietante en el sur, en uno de los países más desarrollados del continente, bandera de la lucha contra el racismo: Sudáfrica. Según el Pew Research Center, el 61% de los preguntados para el estudio rechazan la homosexualidad. Y eso que es legal y su discriminación pasa por ser inconstitucional.

El empuje de la religión, de las religiones, iglesias, confesiones, etc. es también uno de los argumentos que el escritor keniano Binyavanga Wainaina, de 43 años y bien conocido en su país, trae a la charla cuando es preguntado por qué tantos africanos dan la espalda a los gais. Él es homosexual. Lo hizo público en su último cumpleaños, el pasado 18 de enero, en un texto personal y demoledor que ha sacudido el país y el continente bajo el título “Mamá, soy un homosexual”. Wainaina lo escribió como un capítulo perdido de su libro Un día escribiré sobre este lugar. Y lo escribió para afirmar que era gay ahora que sus padres, fallecidos, ya no podían escucharle.

“Lo hice justo el día de mi cumpleaños”, relata en conversación telefónica y a ritmo acelerado el autor keniano, “para provocar una discusión entre los africanos y ver qué pasaba”. Admite que no sabía cómo explicarse, pero que la muerte de un amigo con sida hace ocho meses y las leyes aprobadas en Uganda y Nigeria dieron la puntilla a sus ganas de contarlo.

“Nadie, nadie en mi vida ha escuchado esto antes. Nunca, mamá”, dice el texto publicado por el escritor en la Red (webs Africa is a country y Chimurenga Chronic). “No me fiaba de ti, mamá. Y. Yo. Cogí aire con fuerza y lo llevé hasta mi ombligo para dejarlo salir lento y firme, limpio y sin golpes, alto y claro por encima del hombro y hacia tu oído. Soy un homosexual, mamá”. Ya en Internet su canto de libertad, el perfil del escritor en Twitter empezó a recibir decenas de mensajes de agradecimiento y coraje, aunque también alguna salida de tono.

Porque no todo en el vasto continente se tiñe de homofobia. El propio Wainaina rompe una lanza por una de las tierras que él más quiere, Nigeria. “Es un país que amo, precioso, con gente adorable y de mucho talento”, dice el autor keniano. Y dicho esto, al grano: según el autor de Cómo escribir sobre África, el “poder, dinero y apoyo” de esos que él llama “elementos conservadores y reaccionarios”, en otras palabras, las diferentes ramas religiosas que vertebran las creencias africanas, tiene mucho que ver en la homofobia que recorre su tierra. “Manipulan a la población”, sentencia. Wainaina recuerda, no obstante, que en los años sesenta y setenta, la tolerancia hacia la homosexualidad era mayor en África. Llegó la descolonización y nuevas iglesias, como el pentecostalismo o el evangelismo, se hicieron fuertes ante la incapacidad del cristianismo, llevado al continente por el hombre blanco, para afrontar los nuevos retos, para servir al ciudadano de esa experiencia espiritual que entonces necesitaba. Y de la calle, con un tufillo muy conservador, llegó a los Gobiernos.

“Nuestra libertad ha crecido”, reconoce Wainaina, “pero muchos Gobiernos quieren mantener el control; es importante que el mundo escuche las voces de libertad que vienen de África, de sus intelectuales, escritores, artistas… Necesitamos libertad para discutir”. Pero las voces se topan con la ley. Kenia también criminaliza los actos homosexuales. ¿Tiene miedo a las repercusiones de hacer pública su orientación sexual? “No, en absoluto”, se ríe con cierta sorpresa el autor keniano, “mi gente no es así”.

La gente que se encontró Roger Jean Claude Mbede en la prisión de Kondengui sí era de la que hace imposible la vida a un homosexual. Las agresiones y malos tratos, de reclusos y funcionarios, acompañaron a Mbede en un penal en el que la falta de salubridad deja libres a las enfermedades. La hernia empezó entonces a hacer la vida imposible al joven camerunés. Tras varios recursos y por su enfermedad, Mbede obtuvo a los 16 meses de entrar en la cárcel la libertad provisional. Ingresó en un hospital, pero su familia decidió que no era lugar para él, que esa maldición debía morir en casa. Y así fue. Lo sacaron y se lo llevaron a Ngoumou.

¿Por qué tanto odio? “Creo que tiene que ver con ideas ya recibidas”, contesta Togué, el letrado de Mbede. “Porque esas personas que ven en el homosexual al diablo ignoran lo que es en realidad tener una orientación sexual diferente a la de la mayoría”.

EL CORREO: FRANCESC GRANJA | FUNDADOR DE TANDEM TEAM :”Nos dicen que con discapacitados han sentido tanto o más placer”

Nace la primera asociación en España que ayuda a personas con minusvalías a disfrutar de su sexualidad gracias a la colaboración de voluntarios

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Francesc Granja es el fundador y presidente de Tandem Team./ V. Giménez

El día 12 de mayo de 1994, Francesc Granja, jefe de ventas y marketing, conducía bajo la intensa lluvia por una carretera portuguesa cuando se topó con un accidente. “Giré el volante y el coche empezó a dar vueltas. Me rompí el cuello por la sexta cervical. Quedé tetrapléjico, puedo mover los hombros y los brazos, pero no las manos, así que necesito ayuda para vestirme, asearme, comer… Tenía 32 años, llevaba dos casado, pero el accidente supuso un golpe muy fuerte para nuestra relación. Estuve un año ingresado en el hospital y al regresar a casa, solo aguantamos otro más y nos separamos”.

Tras aquella desgracia, lo primero fue superar el duelo por la pérdida sufrida, en este caso una importante parte de la movilidad. Pero pasado un tiempo, volvió a recuperar sus sueños, sus deseos… también los sexuales. “Con mi mujer lo intenté al principio, los médicos me hablaban de penetración, de repetir el modelo genital, pero no funcionaba”. Probó con inyecciones en el pene y viagra para lograr la erección: “Al principio iba bien, pero no era lo que yo necesitaba, aunque a otros les pueda valer. Después de romper con mi esposa, de forma casual conocí a una persona que tenía una sensibilidad especial, investigué más allá de la genitalidad y empecé a sacarme el pene de la cabeza”. Así entendió que había una necesidad colectiva.

El año pasado, este catalán de 51 años, licenciado en Ciencias Empresariales, publicó un libro, ‘Vivir el sexo. El hombre que aprendió a vibrar’ (Ed. Luciérnaga, 2013), donde habla de todo esto, y montó en Barcelona Tandem Team, la primera asociación sin ánimo de lucro que promueve “la asistencia sexual” a personas discapacitadas ¿Qué significa esto? Que hace de intermediaria, de puente, para que puedan encontrar “a hombres y mujeres que quieran compartir con ellas su intimidad y su sexualidad”.

Francesc Granja no utiliza los servicios de esta iniciativa porque ahora mantiene una relación, “aunque en otras épocas los hubiera necesitado”. Existe ya en países como Suiza, Alemania, Holanda, Dinamarca o Bélgica; de hecho, Tandem Team ha recreado el modelo belga. Granja quiere aclarar que las personas con una minusvalía son capaces de dar y recibir sexualidad: “Hay quien nos dice que con discapacitados ha disfrutado de tanto o más placer que en otros casos; que una caricia puede despertar más gusto que una penetración”.

UNA HISTORIA REAL: MARK O’BRIEN

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Fotograma de “Las sesiones”

LA VANGUARDIA: “Son los roles y no el género lo que define a los hombres”

Rawelyn Connell (antes Robert William Connell), experta en masculinidad

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Rawelyn Connell

Hábleme de cuando era Robert William...

Fui criada como chico, pero siempre supe que eso no era lo correcto.

¿Fue feliz de niño?

Sí, pero con dudas de cuál era mi lugar en el mundo. Crecí, traté de hacer mi vida como hombre, me enamoré.

¿De un hombre o de una mujer?

De una mujer. Fuimos pareja durante 21 años, hasta que murió de cáncer. Entonces fui padre soltero de una niña de 12 años, y sobreviví a su adolescencia. Ahora tenemos muy buena relación, y me apoyó cuando decidí hacer la transición de hombre a mujer. Entonces ella tenía 20 años, pero era algo que yo había considerado mucho antes.

¿Y se lo comentaba a su mujer?

Sí, y me apoyó. Creo que le debo mi vida porque muchas mujeres transexuales no sobreviven: hay una alta tasa de suicidios.

¿No le importaba que su marido se convirtiera en mujer?

Yo siempre fui quien fui, siempre me sentí mujer. El cambio en sí consiste en lograr eliminar el desfase que hay entre el cuerpo y lo que sientes.

Resulta difícil de entender.

Lo que importa es como uno logra manejar esa contradicción entre cuerpo y género, y yo conseguí desarrollar una vida como padre, maestra…

¿Como maestra o como maestro?

En inglés no hay distinción, de todas formas es algo que importa dependiendo de cómo te ve la gente, y a mí mayormente me veían como hombre, pero no como un hombre tradicional.

Decidió operarse. ¿Cómo se vive esa transición?

No es fácil, es un proceso imperfecto, no se pueden crear órganos que no existen, así que hay que ser realista con las expectativas y las consecuencias.

¿Y siendo profesor universitario?

Fue como reconocer algo que era evidente para mí desde hacía mucho, pero que no lo era para otra gente, lo que tiene sus complicaciones porque además uno de mis campos de investigación es el género, y la gente reacciona de manera muy distinta a textos que entienden que han sido escritos por un hombre o por una mujer.

Usted, que socialmente ha sido hombre y ha sido mujer, ¿qué diferencias esenciales ha encontrado?

Tuve acceso a ciertos privilegios que tienen los hombres en términos de carrera profesional y autoridad social, pero siempre en peligro por ser un tipo raro de hombre.

¡Pero está considerada una de las más importantes científicas sociales!

El trabajo de los australianos no circula fácilmente en Europa o en Norteamérica, y cuando lo hace es de una manera medio anónima porque el autor está muy lejos.

¿Qué ha descubierto sobre la masculinidad?

Fui una de las primeras personas en hacer trabajo empírico sobre la masculinidad, entrevisté a varones de distintas clases sociales, intelectuales, empresarios, activistas…

¿Y qué tenían en común?

Casi nada, no hay una psicología común, pero los hombres son colocados en determinadas expectativas: llevar el pan a casa, ser los jefes de familia, en tiempos de guerra ser los responsables de la lucha… Y las cumplan o no, todos tienen una relación con esos patrones. Las obligaciones que se dan a los hombres los definen.

Entonces, ¿qué es la masculinidad?

El género es la manera en que la sociedad maneja las diferencias sexuales, pero sabemos, hay gran cantidad de investigación que lo demuestra, que no existen diferencias psicológicas significativas entre géneros. Los libros del tipo Los hombres son de Marte, las mujeres de Venus están totalmente errados.

Los científicos dicen que nuestros cerebros, su química, nos diferencian.

Precisamente esa es mi contribución a la sociología, demostrar que nuestro destino como seres humanos no está determinado por la química cerebral ni por nuestros órganos reproductivos, sino por las estructuras sociales, y es ahí donde empiezan los problemas entre hombres y mujeres.

¿A qué se refiere?

Las estructuras sociales son las que permiten el abuso, la falta de respeto entre géneros, la violencia. Pero se puede cambiar: los problemas sociales son sociales, no biológicos.

Si fuéramos iguales, no se habrían impuesto unos sobre otros.

Excepto por el ejercicio de poder social. Lo que yo me pregunto es cómo hemos llegado a tener instituciones tan desiguales en la historia y cómo podemos cambiarlas.

¿Y?

Los niveles de desigualdad cambian a través del tiempo, así que no hay un patrón fijo a través de la historia, y eso me da cierto optimismo. El camino para acabar con las desigualdades es la igualdad económica.

¿Lo más importante que le ha pasado?

Tener una hija, y también lo más difícil, ja, ja… es broma. Lo más difícil fue sobrevivir a la muerte de mi esposa.

Parece que la suya ha sido una relación muy especial. ¿Qué es lo esencial?

La paciencia, un deseo de querer seguir intentándolo cuando hay dificultades, respeto por el otro, y tener propósitos comunes, hacer cosas juntos.

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En su tierra ha sido galardonada por la Asociación Australiana de Sociología “por sus distinguidos servicios a la sociología en Australia” , y fuera de ella ha recibido el premio de la Asociación Americana de Sociología por sus contribuciones a los estudios sobre sexo y género. Sus investigaciones sobre masculinidad han dado paso a la creación de esta nueva área de investigación. Como Orlando, de Virginia Woolf, ha vivido parte de su vida como hombre y parte como mujer, quizá esa singularidad sea lo que le ha permitido entender tan bien que por encima de la biología lo que determina el género son las estructuras sociales. Ha participado en el Congrés Iberoamericà Masculinitats i Equitat.

EL PAIS: Árabe, gay e ‘indie’

El grupo libanés Mashrou’ Leila, cuyo cantante se declara homosexual, apasiona a la juventud de Oriente Medio con sus mensajes críticos con la sociedad y la política de los países de la zona

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https://www.youtube.com/watch?v=-gyENyztDl8&feature=player_embedded

Algún crítico les ha definido como “los Radiohead de Oriente Medio”. A su cantante, Hamed Sinno, le llaman “el Freddy Mercury libanés”. Y no solo por su potencia vocal y porque algunas veces se deja crecer el bigote (coquetería que casi siempre adornó el rostro del cantante de Queen), sino porque Hamed es abierta y orgullosamente homosexual. Y lo declara en un país, Líbano, y en una zona, Oriente Medio, no especialmente empática con los colectivos homosexuales. El grupo se llama Mashrou’ Leila, son de Beirut, y se están convirtiendo en portavoces de la juventud libanesa, y del resto de los países árabes, que sale a la calle reclamando unos cambios que se resisten a producirse.

Uno de los últimos movimientos del grupo sirve de ejemplo para conocer sus intenciones. Para grabar su tercer disco, editado a finales de 2013, prefirieron recurrir al crowdfunding (seguidores que hacen de mecenas con pequeñas cantidades) que aceptar la oferta de varias compañías discográficas que andaban tras sus pasos. Su argumento: “No queremos que nos moldeen en un producto fácil para el mercado tradicional de Oriente Medio”. Con el hashtag en Twitter #occupyarabpop consiguieron en unas semanas 50.000 euros. Con ese presupuesto han grabado su mejor álbum, Raasuk. Uno de los grandes atractivos del grupo son las letras, muchas veces procaces y de doble sentido, que retratan la pacata sociedad libanesa, denuncian los desmanes del poder o cuentan historias de amores homosexuales.

Hace unos meses la BBC se hacía eco de la primera actuación de Mashrou’ Leila en Londres. En aquel concierto, su cantante introdujo un tema de la siguiente manera: “Esta canción trata de tener buen sexo”. Como bien apunta la cadena pública británica, es difícil imaginar a un músico árabe presentar una canción sobre sexo con esa franqueza. Mashrou’ Leila se expresa en árabe, con unos textos sin miedo a tratar las relaciones homosexuales o a desafiar con valientes y poéticos mensajes a las sociedades árabes. En una canción de su tercer y último disco claman: “Mantenemos nuestros ojos abiertos incluso cuando ellos nos arrojan polvo. / Digámosles que todavía podemos ver”.

Además de poéticos también pueden ser explícitos, algo nada habitual en los grupos árabes. En otra de sus canciones señalan: “Hemos estado peleándonos 50 años. / La misma guerra, que no podemos olvidar. / Estamos enfermos de religión, cansados de humillación. / Estamos hambrientos, pero solo comemos mierda”. Escriben textos que juegan, con ironía, a la confusión sexual: “No sé si soy un chico o una chica, pero el alquiler del piso es demasiado caro, colega. / Así que cásate conmigo y lee a Engels en la cama. / La solución es romántica, pero eso no es malo. / Tu amor rompe mi vida privada, pero eso no es malo”. En Imm El Jacket (que se puede traducir por La chica de la cazadora), Sinno escribe sobre una lesbiana: “Ey, chica con cazadora y pantalones, te vi sin maquillar y con un peinado a lo garson. / Pensé que eras un chico, perdona”.

Hamed Sinno es el ideólogo del grupo, un tipo carismático que se está convirtiendo en una potente estrella del rock árabe. La revista gay francesa Têtu (el que puede ser el equivalente a la desaparecida publicación española Zero) le sacó en su portada con la siguiente declaración del cantante: “Puedes perseguir tus sueños después de salir del armario”. Y con el subtítulo: “El cantante gay libanés que te hará babear”.

Pero no estamos ante un grupo que destaca solo por su lírica. Musicalmente Mashrou’ Leila es una robusta, rítmica y original banda de indie rock. El grupo mantiene las esencias de su tierra al cantar en árabe, con la presencia del sonido del violín y con las rítmicas estructuras de la música de allá. Pero unas veces pueden brotar atmósferas guitarrísticas muy Radiohead o alborotados coros a lo Arcade Fire. Cada canción es una aventura. Se declaran seguidores de Joy Division o Franz Ferdinand.

Mashrou’ Leila (que se puede traducir por Proyecto Nocturno) nació como vehículo de expresión de una situación social y política restrictiva. Fue en 2008, en la Universidad Americana de Beirut. Unos cuantos alumnos realizaron un concierto sin tener muy claro lo que saldría de allí. Muchos estudiantes se subieron al escenario. Entonces surgió un núcleo que acabó formando el grupo. En la actualidad es un sexteto y todos son veinteañeros. “Escribimos sobre nuestra sociedad, sobre política. Somos jóvenes: nos interesa cómo vamos a vivir en este mundo”, afirman.

https://www.youtube.com/watch?v=5vvr7KXAfck&feature=player_embedded

Líbano es uno de los países árabes con fama de ser más tolerante con los derechos de los homosexuales. Sin embargo, el informe de 2013 de Amnistía Internacional apunta: “En julio se sometió por la fuerza a exámenes rectales a 36 hombres detenidos en una proyección cinematográfica, para detectar si habían practicado o no sexo anal. Tras ello, el Colegio de Médicos de Líbano pidió a todos los médicos que se negaran a participar en este tipo de exámenes humillantes, y advirtió de que impondría medidas disciplinarias a quienes no lo hicieran”.

 

EL PAIS: “La pederastia está tan enraizada que la Iglesia teme una hecatombe”

SARA Oviedo es coautora del informe de la ONU sobre el Vaticano

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Sara Oviedo, Vicepresidenta del Comité de Derechos del Niño de la ONU. / Edu León

Sara Oviedo Fierro (Ecuador, 28 de julio de 1952) fue elegida en 2012 vicepresidenta del Comité de la Convención de Derechos del Niño en la ONU ante el que compareció el Vaticano el pasado 16 de enero. La socióloga ecuatoriana, que empezó a los 13 años a defender los derechos de los indígenas, las mujeres y los niños, fue testigo de las respuestas esquivas y de la negativa de los portavoces de la Santa Sede a ofrecer datos y hechos concretos sobre los casos de abusos sexuales en el seno de la Iglesia. Como coautora del durísimo informe emitido tras la comparencia, en el que la ONU exige a la Iglesia que entregue a los curas pederastas y que proteja a los niños, Oviedo afirma en esta entrevista, a través de videoconferencia, que el tema de la pederastia está “tan enraizado en las bases de la Iglesia” que sus autoridades tienen miedo a enfrentar el problema.

Pregunta. Hasta ahora nunca nadie había conseguido interpelar a la Santa Sede. ¿Fue difícil sentar al Vaticano?

Respuesta. Lo que hicimos fue cumplir con el procedimiento de realizar exámenes a todos los países firmantes del tratado de los derechos del niño, pero la diferencia es que teníamos la convicción de que había que hablar de la pederastia. El diálogo con la Santa Sede se dio en un momento en el que era factible. Existe una mayor apertura de la Santa Sede y existe una necesidad latente de las víctimas y la sociedad de reconocer este tema.

P. ¿Cumplirá el Vaticano los compromisos?

R. Yo insisto en que ya hay cosas que hemos logrado. La primera es reconocer el problema de la pederastia en todo el mundo. Hasta ahora ninguna autoridad, como la ONU en este caso, lo había verificado como un problema importante que existe y que debe ser tratado. Y otra cosa es reconocer el dolor de las víctimas, que han tenido en su ser esa sensación de culpabilidad y de no ser oídos. El Comité tuvo valentía y consistencia, sé que ellos sintieron en nuestras palabras esa posición madura al pedirles que muestren los datos que nunca han dado, que den cuenta de las acciones que están haciendo y que entreguen a los sacerdotes criminales a la justicia común.

P. ¿Cómo valora las respuestas de los portavoces ante el Comité?

R. La comparencia de ese día fue una suerte de sainete. Ellos plantearon que es un hecho que hay pederastas, que están muy avergonzados y que están haciendo una serie de medidas para evitarlo. El diálogo a la larga fue un tira y afloja. Nosotros insistíamos en conocer casos concretos y en decirles medidas que se deberían hacer. Ellos decían que sí, que hay que hacer cosas, pero no hechos concretos. No entregaron una lista de sacerdotes sacados del sacerdocio por pederastia. Como resumen, yo no les creo. O están haciendo muy poco o no están haciendo. Fue una situación bien ambigua, muy confusa.

P. ¿Cómo definiría su actitud?

R. Yo advertí mucho miedo, la inseguridad propia de quien es cogido en falta y de quien sabe que está defendiendo lo indefendible. Quien contesta así sabiendo todo el daño que se ha hecho a tantas vidas humanas tiene mucho cinismo.

P. ¿Mintieron los portavoces del Vaticano durante la comparecencia?

R. Yo no creo que hayan mentido. Sí creo, como dicen, que están preocupados y que han tomado tibias medias, pero el problema es ese, que creo que lo hacen para contentarnos y para que bajemos la presión. Usaron esa forma ambigua tratando de que nosotros cayéramos en el juego y que al final les dijéramos: “Qué bien que están pensando en todo eso y gracias”. Pero no caímos, les dijimos claramente que no les creíamos, con diplomacia y en buen ambiente, sin gritos: “No les creemos, no se ve lo que hacen. Las víctimas siguen esperando respuestas”.

P. ¿La Iglesia se siente impune?

R. Si analizamos sus respuestas ese día no les veo síntomas de sentirse impunes, aunque en los hechos sí han actuado así, con la lógica de seguirlos protegiendo [a los pederastas]. Si un militar es evidenciado en situaciones de este tipo se lo entrega a la justicia común, no se entiende por qué ellos no lo hacen. La única conclusión que saco es que el asunto de la pederastia es estructural y que está tan enraizado en las bases de la Iglesia que hace temer que si esto se comienza a enfrentar ocurre una hecatombe y salen comprometidas todas las estructuras y sus autoridades. Por la protección con la que tratan el asunto nos hacen pensar que el tema es muchísimo más grande.

P. Los portavoces del Vaticano les han acusado de interferir en la libertad religiosa ¿qué opina?

R. Yo pienso que eso fue una salida por la tangente para poder disminuir la presión. Quisieron decir que no solo estábamos siendo duros e injustos con el tema de la pederastia, sino que interferíamos en otros como el aborto, la homosexualidad o la cuestión de género, pero ellos saben que no hubo insistencia sobre esos asuntos.

P. ¿Cómo valora el silencio del papa Francisco tras el informe?

R. A mí me gustan las personas que hablan un poco tarde, pero con consistencia y con la verdad. Me parece coherente que no haya hablado, él debería hablar con hechos y para presentar las propuestas. Si hablase ahora para decir lo que están diciendo los portavoces de la Santa Sede defraudaría a mucha gente. Creo que se está tomando su tiempo para ofrecer respuestas concretas.

P. Para las víctimas esto ha sido una gran victoria. ¿Qué sigue ahora para ellas?

R. Las víctimas son las que tienen la sartén por el mango. Creo que nosotros cumplimos de manera madura y consistente. Ahora les corresponde a ellas hacer las demandas en sus países de origen, volver a la carga y proponerse agendas bien claras para ver cómo conseguir que en la práctica se vayan concretando los hechos que la Santa Sede reconoció ante el Comité que hay que hacer.

P. Las asociaciones mexicanas piden que se juzgue al Vaticano por crímenes de Estado, ¿cree que hay elementos para ello?

R. Yo no sé sinceramente cuáles son los elementos necesarios para eso, a mí eso ya no me compete juzgarlo.

P. El portavoz del Vaticano ante la ONU dijo que hay pederastia en la Iglesia igual que en otras profesiones.

R. Justamente ellos como guías espirituales están obligados a dar ejemplo. Además, no porque lo hacen los otros se justifica, son ellos los que han asumido ser guías espirituales y han asumido el celibato. La protección a los sacerdotes criminales ha creado ahí un lugar casi morboso, con situaciones muy insanas donde la sexualidad humana está absolutamente deformada.

P. ¿Cree que algún día se hará justicia a las víctimas?

R. Yo creo que el ser humano va avanzando y esa humanidad va a poner el límite a quien haya que ponérselo. Tal vez nosotros no lo veamos, pero sí llegará la justicia.

P. ¿Es usted creyente?

R. Es complicado. Yo creo en Dios, pero en el Dios de los pobres. A mí me cuesta mucho creer en la institución Iglesia, que ha cometido tantos errores y que está siempre del lado de los que tienen el poder. No me nace creerle.

EL MUNDO: ‘La orientación sexual se determina en el útero’

http://www.elmundo.es/salud/2014/02/12/52fa7ad5e2704edb698b4588.html?a=d65770b9477b4cdbdf5a880c9f395807&t=1392190057

Esta semana, en una pequeña tertulia en la residencia del embajador de Holanda en España, el neurólogo Dick Swaab (Ámsterdam, 1944) mostraba una foto de sus hijos cuando eran pequeños: la niña entretenida con unas muñecas y el chico con un coche. A continuación, mostró la misma escena pero protagonizada por dos monos, hembra y macho. Las preferencias de unos y otras por unos juguetes y no otros, explicó, no tienen nada que ver con el ambiente o la educación recibida de los padres, sino con las preferencias del cerebro femenino por los rostros (las muñecas) y por los objetos en movimiento (los coches) en el caso del cerebro masculino.

Swaab ha visitado esta semana Madrid invitado a los ‘Diálogos por la Ciencia’ que organiza la Obra Social La Caixa para presentar su best seller Somos nuestro cerebro (Plataforma actual), un libro que lleva vendidos más de 400.000 ejemplares en Holanda y al que acompaña la polémica desde su publicación por sus puntos de vista sobre la homosexualidad o la religión, entre otras cuestiones. “Sé cuántos se han vendido, pero no cuántos de los lectores lo han acabado o comprendido”, bromea con EL MUNDO ante las más de 600 páginas de su manuscrito.

Probablemente uno de los aspectos más controvertidos de su libro es el que indica que la orientación sexual se determina durante la gestación del embrión en el embarazo.
La orientación sexual del individuo se determina en el útero materno por una serie de factores. Un 50% de ellos son genéticos y los otros son interacciones entre las hormonas y las células en el cerebro en desarrollo. Puede haber muchos factores implicados, también externos. Como el estrés de la madre durante la gestación, que segrega altos niveles de hormonas como el cortisol que atraviesan la placenta e interactuan con las hormonas del cerebro en desarrollo, también el tabaco (la nicotina también afecta al cerebro en desarrollo), ciertos fármacos, compuestos de tipo hormonal… Hay otro factor interesante que también influye: el número de hijos varones nacidos antes que tú. Es una cuestión inmunológica, cuando la madre está embarazada de un niño, éste genera una proteína que el organismo de la madre reconoce como extraña, y produce anticuerpos contra este compuesto que reconoce como extraño. Cuantos más hijos varones haya tenido, más eficientes son esos anticuerpos y eso influye en la orientación sexual del cerebro del niño en desarrollo.

Sus puntos de vista sobre la homosexualidad han sido criticados por quienes consideran que se trata de una manera de ‘patologizar’ o medicalizar la cuestión.
La ciencia es una búsqueda de la verdad. En los años 60 ó 70 se creía que la homosexualidad era fruto de una madre dominante, era la madre a la que se patologizaba sin ningúna razón. Ahora sabemos que la base está en el cerebro, hay variabilidad en todo lo que hacemos, todos nuestros potenciales. La variabilidad es el motor de la evolución. Hay variabilidad en todos los aspectos del comportamiento, y debería aceptarse. Nada más lejos de patologizar, sino aceptar que la gente es diferente, que hay que proteger esas diferencias y permitir a cada uno vivir de acuerdo a lo que marca nuestro cerebro.

Algunos colegas argumentan que sus afirmaciones no se han replicado en otros ensayos, que no hay evidencias científicas suficientes.
Sí, hay estudios que demuestran eso. No estoy muy de acuerdo con esa afirmación. Además, se demuestra también porque la gente ha intentado corregir la homosexualidad de diversas maneras hasta la fecha sin éxito. Se ha tratado con hormonas, castración, trasplante de testículos, psicoanálisis, compuestos como la apomorfina… También se ha encarcelado a la gente, pero nada de esto logra cambiar la orientación sexual. Hay otra línea de investigación más reciente, sobre los hijos adoptados de parejas homosexuales, y se ha demostrado que criar a un niño en este entorno no influye en su orientación sexual, porque todo está programado desde muy temprano en el desarrollo cerebral.

Según esos puntos de vista, ¿no hay nada entonces que podamos hacer para cambiar lo que viene escrito de serie en nuestro cerebro? ¿Nada que la educación o el ambiente social puedan aportar?
No es una cuestión de nada, pero la orientación sexual no se puede influenciar después del nacimiento. Por supuesto que todo lo que aprendemos cambia nuestro cerebro, nuestras sinapsis. El cerebro está cambiando por todo lo que aprendemos, lo que hacemos, lo que vemos, lo que pensamos… el cerebro tiene una cierta plasticidad, pero para algunos comportamientos -como la orientación sexual- no hay esa plasticidad. Igual que la identidad de género. Si eres hombre o mujer está escrito en el cerebro desde que nacemos, y los niños pueden tener fuertes convicciones a la edad de dos o cinco años de que han nacido en un cuerpo equivocado, sin que se pueda hacer nada más que cambiar ese cuerpo, el cerebro no se puede cambiar, me refiero a la transexualidad.

También ha dicho que hay diferencias físicas entre el cerebro de un hombre y una mujer. ¿Cuáles son?
Hay diferencias a todos los niveles. Los genes del cromosoma Y de los varones están ya expresados en todo el cerebro masculino desde la segunda mitad del embarazo, por lo que hay diferencias moleculares, funcionales, también de la conexión entre los hemisferios izquierdo y derecho, que es mayor entre las mujeres. Ellas son capaces de combinar distintas piezas de información para llegar a conclusiones, ésa es la base de la intuición femenina, son mejores en la interacción social, el lenguaje, mientras que los hombres son más capaces de focalizar y centrarse en un aspecto. En todos los niveles, del molecular al tamaño, hay muchas diferencias entre hombres y mujeres.

¿Qué hay sobre la inteligencia? ¿Hay una especie de gen de la inteligencia?
El cociente intelectual [IQ en inglés] es un 88% genético, por eso es importante elegir bien a tus padres. La inteligencia es el producto de todos los genes que componen el cerebro, no hay un gen de la inteligencia. Es la forma en que el cerebro reacciona al entorno y soluciona los problemas.

¿Pero hay algo que las madres puedan hacer durante el embarazo para que sus hijos sean más inteligentes?
Las madres pueden hacer mucho para evitar daños, dejar de usar fármacos que no sean absolutamente necesarios, evitar el tabaco, el alcohol, la contaminación… Todo eso es muy importante para el desarrollo del cerebro en el útero. También se puede ejercitar el cerebro después de nacer si el niño nace en un entorno sano y estimulante, la estimulación es ejercicio para el cerebro. El niño tiene unos potenciales que debe desarrollar, en base a la estimulación que recibe de su entorno. Si crece por ejemplo en un hogar bilingüe, se puede retrasar hasta cuatro años la aparición del Alzheimer. Se pospone porque estás estimulando el cerebro con las dos lenguas. Una buena educación, un trabajo interesante y mantenerte activo hasta una edad tardía son algunas cosas que se pueden hacer para mantener tu cerebro intacto.

De alguna manera admite entonces que el entorno es importante.

Sí, yo no he dicho lo contrario. Pero sí hay cosas importantes que están programadas en el cerebro en el momento de nacer y que no se pueden cambiar después. Tenemos memorias, cambiando todos los días, pero son cambios microscópicos, la plasticidad es muy limitada en algunas cuestiones.

EL PAIS: El PP impone el apoyo en bloque a la ley del aborto pese al malestar interno

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Gallardón entrega su voto a Posada. / ULY MARTÍN

Si el PSOE quería situar en el primer plano el debate sobre la reforma de la ley del aborto y dejar claro que la mayoría del PP está con la norma que tanta polémica ha generado, el Pleno del Congreso ha sido un éxito para los socialistas. Pero si el objetivo del PSOE era dejar patentes discrepancias y fisuras en el Grupo Popular a la norma elaborada por Alberto Ruiz Gallardón y apadrinada por Mariano Rajoy el intento resultó fallido y fracasado.

El Congreso ha rechazado una proposición no de ley del PSOE que pedía al Gobierno la retirada del anteproyecto que derogará la ley de plazos para instaurar de nuevo una de supuestos, eliminando el de malformación del feto. El texto está aún en fase de informes y debe aún ser estudiado por segunda vez en el Consejo de Ministros antes de iniciarse el trámite parlamentario. Pero el PSOE sometió a debate y votacion su proposición no de ley y, de forma extraordinaria, forzó una votación secreta.

Es imposible saber si hubo fugas significativas de votos y los diputados del PP presentes votaron teóricamente en bloque a favor de la norma. Fueron 151 votos por la retirada y otros 183 en contra y seis abstenciones. A los 178 presentes del PP habría que añadir los seis de Unió, el de UPN y el de Foro Asturias, lo que sumaría 186 y faltarían tres que nadie sabe de quién son y podrían ser fugas o errores. Las seis abstenciones procederían de diversos grupos, porque, por ejemplo, Convergencia tenía libertad de voto y quizás alguno del PP. Todo ello dando por supuesto que en el resto de grupos todos siguieron la disciplina.

En todo caso, los parlamentarios del PP recibieron el resultado con aplausos y los miembros del Gobierno presentes con mutuas palmadas en el hombro y sonrisas evidentes, sobre todo de Alberto Ruiz-Gallardón. La exhibición de disciplina y control les sirvió para felicitarse del éxito obtenido.

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A los diputados del PP les pudo más el rechazo a la presión del PSOE, que el malestar por el texto elaborado por el Gobierno. Por ejemplo, Celia Villalobos que está dispuesta a rechazar el texto si mantiene su redactado, aseguró que votaría contra la proposición del PSOE. “A nosotros no nos gustan que nos pidan que seamos traidores. Queremos dar la cara, pero eso de que te den la oportunidad los socialistas, eso es muy poco serio”, aseguró. La diputada añadió que no hay precedentes de iniciativas de la oposición para pedir la retirada de proyecto de ley que ni siquiera se han presentado en las Cortes y por eso dijo estar molesta con el intento del PSOE. Y les pudo, sobre todo la llamada a rebato de la dirección del Grupo Popular, en momentos de zozobra y malestar internos por la reforma, la impresión de que el debate les debilita ante las elecciones europeas y las apelaciones a la estabilidad del Gobierno.

Su tesis es similar a la que en su momento utilizaron diputados del PP para en 2003 no votar contra la Guerra de Irak. Ese es el único precedente de votación en urna y por llamamiento uno a uno a una proposición no de ley que consta en el Congreso en democracia. “Apelo a las diputadas del PP para que no voten como diputadas lo que no votarían como mujeres”, dijo la socialista Elena Valenciano en defensa de la iniciativa. La votación da respaldo formal a la propuesta de reforma, pero no liquida las críticas en silencio en las filas del PP, a la que han puesto voz varios barones regionales. Este mismo martes, el presidente valenciano, Alberto Fabra, dijo en la Cadena Ser que “pocos ciudadanos votaron por lo que dice un partido u otro sobre el aborto. Si los ciudadanos nos votaron fue para sacar a este país de la crisis”.

El desconcierto por haber abierto este debate afecta a ministros y dirigentes del PP, conscientes de que les ha cambiado la agenda de la venta de la recuperación económica y les alejará de sus potenciales votantes de centro. Ni siquiera creen que les aproxime a los de su derecha más conservadora, partidarios de eliminar cualquier resquicio legal para el aborto. Por eso, el PP y el Gobierno se mantiene la idea que el proyecto será congelado, al menos, hasta las europeas de mayo retrasando los informes preceptivos y, a partir de ahí, algunos aventuran la retirada definitiva. En la tribuna y en la urna el PP solo tuvo el apoyo de los seis diputados de Uniò.

El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, como siempre, fue mucho más allá en el entusiasmo para defender sus propios argumentos. Se puso a la cabeza de la manifestación y en el Senado se refirió al apoyo a la posición del PSOE de la ultraderechista francesa Mariane Le Penn. Omitió que su padre, Jean Marie Le Penn, también ultraderechista, es el único partidario en Europa de la ley del Gobierno de Rajoy.

Elena Valenciano, número dos del PSOE, había apelado antes a la conciencia de las diputadas del PP para que, en la votación secreta sobre la retirada de la ley del aborto, no ejerzan su voto como políticas, sino como mujeres. “Apelo a las diputadas del PP para que no voten como diputadas lo que no votarían como mujeres”, ha dicho. Minutos antes de la tercera votación en urna y secreta que se recuerda en el Congreso, la vicesecretaria general del PSOE ha defendido que la ley que ha presentado el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, con la aquiescencia de Mariano Rajoy, va a dividir a las mujeres en dos grupos: “Las que se puedan desplazar a un país vecino y pagar un aborto seguro; y las que se vean obligadas a un aborto clandestino”.

Valenciano ha intentado que los diputados, y sobre todo las diputadas del PP, que discrepan de la ley que ha presentado Gallardón muestren su rechazo. “Si tienen un problema con el ala dura de su partido, las mujeres no deberíamos de ser la moneda de cambio”, ha dicho al Hemiciclo. “Han llegado ustedes demasiado lejos y ahora deben parar”. “Retírenlo en vez de esconderlo hasta que hayan pasado las elecciones europeas, tratando de evitar así el desgaste que les supone semejante iniciativa”, pidió la socialista

Con ella estuvo el resto de grupos, salvo PP y los diputados de Unió, dejando de nuevo patente que no habrá consenso con ningún grupo en la regresión de la actual ley de plazos a una de supuestos. Cambie lo que cambie el texto en el trámite parlamentario el consenso no irá más allá del diputado de UPN y los seis de Unió. “Las leyes que restringen el derecho a la libre maternidad no hacen descender el número de abortos. Lo único que consiguen es aumentar el número de abortos inseguros. Bélgica, Italia y Países Bajos, junto con España, tienen hoy menores tasas de abortos”, dijo Valenciano en su primera intervención parlamentaria tras ser designada candidata en las elecciones europeas del 25 de mayo.

 “Las mujeres españolas volverán a dividirse en dos grupos: las que se puedan permitir viajar a un país vecino para acceder a un aborto seguro, y las que no puedan y se vean obligadas a un aborto clandestino”, concluyó Valenciano, aplaudida en pie por sus diputados. Con idéntico ardor defendieron la retirada del proyecto de ley Olaia Fernández (BNG), Teresa Jordà (ERC), Onintza Enbeitia (Amaiur), Joseba Agirretxea (PNV), Carlos Martínez Gorriarán (UPyD), Ascensión de las Heras (IU) y Lourdes Ciuro (CiU). Utilizaron expresiones como “reforma fascista”, “recorte de derechos”, “norma retrógrada”, “brecha de desigualdad entre las mujeres”, “paternalista”, “aberrante” e “insulto a las mujeres y al estado laico”, entre otras.

Marta Torrado intervino en nombre del Grupo Popular para defender el proyecto. Su tesis fue que el PP está dispuesto a dialogar para buscar el consenso, porque “los tiempos del porque yo lo digo” han terminado”. “Ustedes creen que tienen el monopolio de decidir y superioridad moral”, dijo la diputada. Más contundente ha sido Onintza Enbeita (Grupo Mixto, Amaiur): “En mi coño y en mi moño mando yo. Y solamente yo”, ha dejado dicho desde la tribuna.

EL PAIS: Gallardón al PSOE: “Ni vencen ni convencen, solo dividen a la sociedad”

 

gallardonSe mantiene el debate y la tensión en torno a los planes del Gobierno sobre el aborto, que de momento se traduce en la existencia de un anteproyecto que no ha entrado en el Congreso. Un día después de que el pleno del Congreso con los votos del PP rechazara la proposición del PSOE –avalada por el resto de la oposición salvo por Unió – para que se retirara ese anteproyecto, los socialistas han vuelto a la carga en la sesión de control al Gobierno.

La responsable parlamentaria de Igualdad, Carmen Montón, ha tomado como percha el “tren por la libertad” que la pasada semana llegó a Madrid con mujeres de toda España en defensa de la actual ley del aborto y contrarias al plan del Gobierno de sustituir la ley de plazos por una de dos supuestos y su vuelta a ser un delito. “No nos van a callar”, advierten las diputadas socialistas.

“Ni vencen porque no pueden porque perdieron las elecciones, ni convence porque no tienen argumentos; solo dividen a la sociedad”, ha replicado el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, a la intervención de la diputada socialista. ¿La manifestación, el tren de la libertad?. “El Gobierno respeta esa u otra manifestación y por muy minoritaria que hubiera sido, tiene el respeto del Gobierno; pero ninguna manifestación está por encima de la voluntad del Parlamento”, ha replicado.

Ha aprovechado Gallardón la votación del día anterior para resaltar la unidad mostrada por los diputados del Grupo Popular, ya que, aunque la votación fue secreta, nadie incurrió en indisciplina. La respuesta unitaria de los populares se enmarca en la explicación que ofreció la diputada popular Celia Villalobos crítica con el anteproyecto del Gobierno. ¿Apoya la ley de Gallardón?, se le preguntó: “No es eso, yo rechazo al PSOE, que no es lo mismo”. En efecto, ayer se votó la retirada del anteproyecto a petición del PSOE y esto concitó la cohesión de los populares. Cuando la ley llegue al Parlamento se verá si esa unidad se mantiene.

Sí quedó claro en la sesión del martes por la noche que todos los grupos rechazan el anteproyecto, aunque la intervención de la diputada del Grupo Popular, Marta Torrado, no se centró en las principales quejas contra el anteproyecto. Torrado irritó a la bancada socialista por estas apreciaciones: “Ahora dicen que hablan en nombre de las mujeres y eso no es así: hay muchas mujeres que no pensamos como ustedes, que no somos ni menos modernas ni menos formadas, que hemos superado ese feminismo rancio que algunas no pueden quitarse de encima dejando ver una animadversión casi patológica hacia los hombres”.

La oportunidad de responder a estas consideraciones la ha visto hoy Carmen Montón en la sesión de control a Gallardón: “Yo soy feminista, y no me van a callar. Ayer nos llamaron rancia, anticuada y con aversión patológica a los hombres; todos los días conocemos acciones y manifestaciones como las del tren de la libertad que quieren que retire el anteproyecto y usted, indolente y soberbio no escucha”. Y se ha advertido desde el PSOE : “La libertad no se negocia, es mía, me tengo y no me vendo”, ha dicho Montón, parafraseando a la escritora Virginia Wolf.

Gallardón ha mantenido el pulso e incluso se ha regodeado en la exhibición de unidad que el día anterior hizo su grupo. “Los electores van a castigar a quienes tratan de dividir”, ha sentenciado. El debate sigue porque el pleno del Congreso tendrá como broche una moción del Grupo de Izquierda Plural para que se retire el anteproyecto gubernamental.

Villalobos espera que la ley no llegue al Congreso

La vicepresidenta primera del Congreso, Celia Villalobos,  ha afirmado en los pasillos del Congreso que espera que la ley del aborto no llegue a votarse y que ayer no los diputados no tenían que pronunciarse sobre la reforma.

“Por supuesto, no es real”, ha afirmado también sobre la teórica unanimidad que el PP escenificó este martes en la votación contra una moción del PSOE para retirar la reforma legislativa.

Sin embargo, ha agregado, los socialistas intentaban que el PP se traicionara a sí mismo. “Y eso une mucho”, ha apostillado. Si la votación no hubiera sido secreta, Villalobos hubiera votado en conciencia, como ha hecho en ocasiones anteriores que se ha planteado esta cuestión. “Por supuestísimo que sí y creo que más gente que yo”, ha respondido.

 

 

EL MAYOR ESCÁNDALO DE LA IGLESIA CATÓLICA

Pederastia, patriarcado y masculinidad

Juan José Tamayo

            La pederastia es el mayor escándalo de la Iglesia católica de todo el siglo XX y de principios del siglo XXI, el que más descrédito ha provocado en esta institución bimilenaria y el que ha generado más pérdida de creyentes, que han abandonado la Iglesia, bien dando un portazo, bien hecho mutis por el foro. Algunos de los que se presentaban como modelos de entrega a los demás, se entregaron a crímenes contra personas desprotegidas. Algunos de los que eran considerados expertos en educación, utilizaron su supuesta excelencia educativa para abusar de los niños y las niñas que los padres les confiaban para recibir una buen formación. Algunos de los que se presentaban como guías de “almas cándidas” para llevarlas por el buen camino de la salvación, se dedicaban a mancillar sus cuerpos y anular sus mentes.

Y eso sucedió durante décadas en no pocas de las instituciones religiosas: parroquias, seminarios, colegios, noviciados, etc., y afectó a decenas de miles de víctimas, según el reciente Informe de la ONU. Los delitos sexuales fueron cometidos por miles de eclesiásticos apoyándose en su poder espiritual, que demostró ser una coraza para actuar criminalmente y protegerse de la justicia. ¡El poder, siempre el poder! Y en este caso, el poder espiritual, el más dañino de los poderes cuando se desvía del camino de la espiritualidad liberadora, transita por la senda del control de las conciencias y manipula la voluntad de los creyentes; y el poder patriarcal, que ha ejercido más violencia en la historia que todas las guerras. ¡El poder espiritual y el poder patriarcal siempre unidos en las religiones!

             ¿Desconocía el Vaticano tan extendida, programada y perversa situación de la pederastia y tan humillantes prácticas para las víctimas? La conocía perfectamente, ya que hasta él llegaban informes y denuncias que archivaba sistemáticamente hasta olvidarse de ellas. A las víctimas y a los informantes les imponía silencio para salvar el buen nombre de la Iglesia, amenazando con penas severas que podían llegar hasta la excomunión si osaban hablar. Tal modo de proceder creó un clima de permisividad, una atmósfera de oscurantismo y un ambiente de complicidad con los abusadores, a quienes se eximía de culpa, mientras que la culpabilidad se trasladaba a las víctimas, que se veían bloqueadas para ir a los tribunales ante la imagen de autoridad que daban los pederastas. Hacerlo público se consideraba una desobediencia a las orientaciones eclesiásticas y una traición al silencio impuesto por las autoridades competentes, que decían representar a Dios en la tierra.

            No importaba la pérdida de dignidad de las víctimas, ni los daños y secuelas, muchas veces irreversibles, ni las lesiones graves físicas, psíquicas y mentales con las que tenían que convivir los afectados de por vida. Faltó com-pasión con las víctimas y sensibilidad hacia sus sufrimientos. No hubo acto de contrición alguno, ni arrepentimiento, ni propósito de la enmienda, ni reparación de los daños causados, ni se produjo acto alguno de rehabilitación, ni se hizo justicia.  Todo lo contrario: se echó más leña al fuego de las agresiones Tal actitud supuso una nueva y más brutal agresión.

            Sucede, además, que la mayoría de las veces los casos de pederastia se produjeron en instituciones y centros de formación masculinos dirigidos por varones: párrocos, formadores de seminarios, educadores de colegios, maestros de novicios, padres espirituales, obispos, todos célibes, en el ejercicio del poder patriarcal en estado puro. Lo que demuestra que el patriarcado recurre incluso a los abusos sexuales para demostrar su poder omnímodo en la sociedad y en las religiones y, en el caso que nos ocupa, sobre las personas más vulnerables. Un poder legitimado por la religión, que convierte a los varones en “vicarios de Dios” y portavoces de su voluntad.  Es la forma más perversa de entender y de practicar la masculinidad, que despersonaliza y cosifica a quienes previamente ha destruido. Masculinidad y violencia, pederastia y patriarcado son binomios que suelen caminar juntos y causan más destrozos humanos que un huracán.

            El cáncer de la pederastia con metástasis, extendido por todo el cuerpo eclesial, es la mejor y más fehaciente prueba del fracaso del catolicismo del Juan Pablo II y del cardenal Ratzinger, que los encubrieron: el primero como papa concediendo todo tipo de atenciones religiosas a reconocidos pederastas como Marcial Maciel; el segundo como todopoderoso presidente de la Congregación para la Doctrina de la Fe durante casi un cuarto de siglo. Este último, siendo papa, Benedicto VI, se vio obligado a dimitir ante la suciedad que le llegaba al cuello y que no supo limpiar a tiempo. ¿Quiso limpiarla de verdad? No lo sabemos. Lo cierto es que no lo hizo. ¿No pudo? Claro que pudo. ¿No demostró mano dura con los teólogos y las teólogas que disentían de su manera de pensar, a quienes vigiló detectivescamente, impuso silencio, retiró el reconocimiento de “teólogos católicos”, condenó sus libros, expulsó de sus cátedras? ¿No puso bajo sospecha a la Conferencia de Liderazgo de Mujeres Religiosas de Estados Unidos –que representa al 80% de monjas de ese país-, a quienes acusó de feminismo radical y las colocó bajo el control de un arzobispo, que actúa como detective? ¿Por qué entonces le tembló el pulso y no actuó con la misma contundencia ante los casos de pederastia?

            Aunque con retraso, llega ahora una severa denuncia de la ONU contra el Vaticano, al que acusa de anteponer su reputación a la defensa de los derechos de los niños, de violar la Convención que protege dichos derechos, de no reconocer la magnitud de los crímenes, de ejercer una prolongada y sistemática política de encubrimiento de la violaciones y, ante la gravedad de los hechos, limitarse a trasladar a los pederastias de parroquias.

            La reacción inmediata del Vaticano, a través de su portavoz, el jesuita Federico Lombardi, no ha sido precisamente la de ofrecer su colaboración a la ONU y a los tribunales civiles de justicia, ni la de proceder con urgencia al esclarecimiento de tamaños crímenes. Lo que ha hecho ha sido contra-atacar y acusar a la ONU de llevar a cabo “ataques ideológicos” y de interferirse en las enseñanzas de la Iglesia y en la libertad religiosa. Me parece una respuesta equivocada, ya que, a mi juicio, la ONU no hace ataques ideológicos ni se interfiere en asuntos ajenos a su competencia, sino que exige, como es su obligación, el cumplimiento de la Convención de los Derechos del Niño. ¡Demasiado tarde lo ha hecho!

            Si el modelo de Iglesia de los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI fracasó, entre otras razones, por su actitud permisiva hacia la pederastia, el nuevo modelo de cristianismo que está gestándose solo puede ver la luz si el Vaticano cambia de actitud en este tema. En una institución tan centralista y vertical como la Iglesia católica, donde el papa tiene la plenitud del poder, le corresponde a Francisco responder a las graves denuncias y a las legítimas peticiones de la ONU sin titubeos ni estrategias dilatorias, y actuar con contundencia contra la pederastia: poner fin a la impunidad, condenar públicamente los crímenes cometidos, pedir perdón por ellos, cesar en sus  funciones a los responsables, abrir los archivos donde se encuentra la información acumulada durante décadas y entregar a la justicia a los pederastas y a sus encubridores.

             Y debe hacerlo sin demora, ya que el tiempo puede jugar a favor de la credibilidad de Francisco, que hoy es muy elevada, pero también en contra. A mayor retraso y más ambigüedad en la respuesta, más pérdida de credibilidad; a más celeridad en la colaboración y más contundencia en la condena de la pederastia, el papa argentino será más creíble.

            Si se refugia en injustificados contra-ataques, como ha hecho torpemente su portavoz monseñor Lombardi, y no actúa en la dirección que le ha marcado la ONU, mucho me temo que la reforma de la Iglesia con la que se ha comprometido fracasará.  Sus gestos de apertura se quedarían en gestos para la galería y sus palabras de solidaridad se las llevará el viento. ¡Así de triste! Espero y confío en que esto no suceda.