Wyoming y la rebelión de los autobuses contra el odio de Hazte Oír

El ‘autobús del odio’ de los ultracatólicos de Hazte Oír ya tiene su contundente respuesta en las calles. Tras la polémica surgida con esta campaña con un mensaje transfóbico ya han surgido varios autobuses alternativos para promover el respeto a la identidad sexual y en contra los mensajes de odio.

En Valencia, el Ayuntamiento de la ciudad ha sacado a las calles un autobús de la Policía Local rotulado con el lema “Ante el odio, denuncia”. El vehículo, que ya fue utilizado en la última manifestación del orgullo gay, invita a los ciudadanos a denunciar los delitos de odio.

El consistorio ya había anunciado que la Policía Local impediría la entrada en la ciudad al vehículo de Hazte Oír. “Somos una ciudad inclusiva y este autobús no es bienvenido porque puede incitar al odio”, aseguró la concejala de Protección Ciudadana, Anaïs Menguzzato.

El bus de ‘El Intermedio’

Por su parte, desde el programa El Intermedio de La Sexta, han anunciado que sacarán a la calle un autobús para responder al de la asociación ultra. El autobús estará rotulado con los colores del programa y llevará el mensaje “La identidad de género no se elige, que no la elijan otros por ti”.

En su programa de este miércoles, el Gran Wyoming analizó la polémica e ironizó, asegurando que “en lugar de Hazte Oír deberían llamarse ‘Háztelo Mirar’”. “Tiene pinta de que ese autobús siempre llega tarde… al menos sus planteamientos tienen 50 años de retraso”, consideró.

Otros buses alternativos están empezando a salir, por ejemplo en Barcelona la cervecería Moritz ha rotulado un pequeño autobús con las palabras de la madre de un niño transexual: “Entender la diversidad nos enseña la importancia de ser uno mismo y las consecuencias de no serlo”.Este jueves el Juzgado de Instrucción Número 42 de Madrid ha acordado como medida cautelar la prohibición de circulación del autobús desplegado por Hazte Oír hasta que no retire el mensaje contra la transexualidad. En su escrito, se decreta la prohibición de circular de este autobús, al entender que su mensaje “no se limita a exponer” el ideario del colectivo, sino que se dirige a personas con una orientación sexual “distinta” para lesionar su “dignidad”.

El gobierno da largas a la retirada de la utilidad pública de Hazte Oír

El portavoz del gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, no ha querido posicionarse y ha dicho que habrá que esperar a la resolución judicial para tomar alguna medida. 

El portavoz del Gobierno y ministro de Educación, Cultura y Deportes, Íñigo Méndez de Vigo, ha indicado que hay que esperar a la resolución judicial sobre el autobús de la plataforma Hazte Oir para que el Ministerio del Interior proceda a revocar o no la utilidad pública de esta asociación.

“En cuanto a la cuestión de utilidad pública, es competencia del Ministerio de Interior; somos un Estado de Derecho, por tanto, si hay una resolución judicial en ese sentido, esperamos, el Ministerio del Interior procederá según sea la resolución judicial, pero hay que esperar a que exista“, ha precisado Méndez de Vigo este viernes 3 de marzo, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

Así se ha pronunciado después de que el grupo parlamentario socialista anunciara este viernes que pedirá al ministro del Interior, José Ignacio Zoido, explicaciones en el Congreso sobre la declaración de utilidad pública otorgada a la organización Hazte Oír; y después de que en Comú Podem registrara este jueves una proposición no de ley por la que insta al Gobierno a revocar “de manera inmediata” esta orden ministerial.

Desde que el PP declaró a esta organización ultracatólica de utilidad pública en 2013, sus ingresos se han incrementado en un 69%, gracias a los beneficios fiscales que lleva aparejado este título, ya que además de un reconocimiento social de la labor de la entidad, permite acogerse a una serie de exenciones. Esta situación ha hecho que este lobby llegue a manejar 2,6 millones de euros anuales.

Además, Méndez de Vigo ha reiterado que el Gobierno está a favor del respeto a la diversidad y en contra de cualquier discriminación, en referencia al lema del autobús de Hazte Oir.

“El Gobierno está, por convicción y porque son obligaciones internacionales -quiero recordar aquí la Carta Europea de Derechos fundamentales-, a favor del respeto a la diversidad y en contra de cualquier discriminación de género, por tanto nuestra posición es clara”, ha insistido, en línea con sus declaraciones de este jueves tras su visita a AULA y Spainskills -olimpiadas de Formación Profesional-.

Según ha recordado, este asunto del autobús ha sido objeto de la actuación de la Fiscalía de Madrid, que ha solicitado la prohibición de que circulara, y que ha sido avalada por el juez.

La caravana de Hazte Oír sale a la calle de nuevo y es multada por la Policía Municipal

Si al final hay sanción, la recurrirán, ha avanzado Ignacio Arsuaga, presidente de la formación ultraconservadora, quienes han mantenido el mismo mensaje que el del autobús de la polémica pero añandiendo cuatro interrogaciones. 

El nuevo vehículo que recorrerá las ciudades españolas /EFE

La autocaravana que forma parte de la campaña de Hazte Oír contra la transexualidad ha salido este mediodía a recorrer las calles españolas. Nuevo vehículo y lema mínimamente cambiado. Tan solo cuatro signos de interrogación: ¿Los niños tienen pene? ¿Las niñas tienen vulva? Por esta razón la Policía Municipal les ha denunciado por contravenir la ordenanza de publicidad. Así lo anunciaba el presidente de la plataforma ultraconservadora, Ignacio Arsuaga: “Nos acaba de denunciar la Policía Municipal. Nos acusan de violar la ordenanza municipal de Publicidad, que en el artículo 2 prohíbe los vehículos que lleven publicidad”. Si al final hay sanción, la recurrirán, ha avanzado.

Arsuaga ha respondido al Policía que les ha parado en la plaza de Cibeles citándole el artículo 1,3 de la misma Ordenanza que, según ha asegurado, permite que las organizaciones sin ánimo de lucro puedan “lanzar campañas de concienciación en vehículos” como es ésta.

La polémica campaña de corte homófobo sigue después de que un juez de Madrid prohibiera circular al autobús de la polémica y de que la asociación amenazada -y cumpliera- con sutituirlo por otro. El presidente de la formación ultraconservadora, Ignacio Arsuaga, se quejaba de que “la Inquisición gay haya impuesto su dictadura”. “Decir hoy en España que 1+1=2 está prohibido” y ha afirmado que decir que “los niños tienen pene” es solo un “hecho de la biología” y eso es lo que quiere que “aprendan” sus hijos.

No obstante, se ha felicitado porque la polémica ha servido para demostrar que su campaña es “absolutamente acertada”, ya que ha dejado en evidencia “el carácter totalitario del lobby LGTB, del establishment”

El juez de Instrucción número 42 de Madrid ha acogido la petición de la Fiscalía aunque ha descartado su tesis de que los eslóganes que exhibía fueran constitutivos de un delito de incitación al odio, aunque sí denigran a los menores transexuales.

Por ello, ha prohibido su circulación mientras siga rotulado con las frases: Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva. Que no te engañen. Si naces hombre, eres hombre. Si eres mujer, seguirás siéndolo, ya que discriminan a los que “que ejercitan su identidad sexual de forma diferente a la heterosexual, que la entidad Hazte Oír defiende como única”.

Ante estos argumentos, la asociación ultracatólica ha optado por cubrir el eslogan con un “vinilo gigante” que portará otros mensajes “muy llamativos” en contra de la “ideología de género”. Ya han anunciado acciones contra la resolución judicial, entre las que destaca una “campaña masiva” de recogida de firmas y una manifestación en defensa de la libertad de expresión.

Con ello, espera que este viernes el autobús, en el que han invertido “bastantes miles de euros”, pueda volver a circular otra vez por las calles, si bien el Ayuntamiento de Madrid les ha avisado de que estará “atento” a los nuevos mensajes y de que, llegado el caso, actuará con la misma firmeza que en la primera ocasión.

El consistorio ha considerado además una “buena idea” la propuesta del PSOE para que los vehículos de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) realicen una campaña compensatoria que reconozca el derecho y la dignidad de los menores transexuales.

La plataforma ultracatólica ha informado además de que se querellará contra el ex secretario general del PSOE Pedro Sánchez, el secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, el diputado de esta formación Íñigo Errejón, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, y el dirigente popular Javier Maroto.

“El PP está pagando a Hazte Oír los servicios prestados”

Paralelamente, COGAM, el Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid, ya ha anunciado que se personará como acusación popular. La polémica ha suscitado un día más numerosas reacciones, como la del portavoz del Gobierno y ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo quien, sin entrar a evaluar la resolución judicial, ha afirmado que el Ejecutivo apuesta “por la libertad, la inclusión y por el respeto a las diferencias”.

Sin embargo, Podemos y PSOE han pedido al Gobierno que retire con urgencia la declaración de utilidad pública de la que goza la asociación desde 2013, cuando así se la concedió el entonces ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz.

La portavoz socialista de Igualdad, Ángeles Álvarez, cree que Hazte Oír no cumple ninguno de los requisitos legales para serlo, pero el PP “está pagando a Hazte Oír los servicios que le prestó estos últimos años, cuando sacó a la calle a miles de personas” en contra de la ley del matrimonio homosexual o del aborto.

Podemos también quiere evitar que una entidad que ha hecho de “la incitación al odio su principal actuación” mantenga los beneficios de las asociaciones declaradas de utilidad pública, entre ellos la desgravación fiscal, y por ello ha presentado una iniciativa en el Congreso. Su secretario de Organización, Pablo Echenique, ha añadido que Hazte Oír, fundada por “un primo de Rodrigo Rato”, no sólo “es fundamentalismo, sino una organización cercana al PP”.

Más prudentes han sido las asociaciones de jueces, salvo la progresista Jueces para la Democracia, cuyo portavoz, Ignacio González, cree que los mensajes están amparados por la libertad de expresión, “aunque no nos gusten”. Desde la Asociación Profesional de la Magistratura (APM), María Jesús del Barco ha dicho que se trata de un proceso que está “muy al inicio” que afecta a derechos “muy delicados”.

Raimundo Prado, de la Francisco de Vitoria, ha expresado su respeto por todas las resoluciones judiciales, “siempre que estén motivadas adecuadamente”, como en este caso, mientras que Concepción Rodríguez, del Foro de Judicial Independiente, ha destacado que el derecho penal es “de aplicación restrictiva, sin interpretaciones extensivas, aunque a veces no nos guste”.

Mientras está por ver si vuelve a transitar el autobús, la consellera catalana de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias, Dolors Bassa, ha reiterado que le pondrán “las máximas dificultades” si consigue llegar a Cataluña.

La plataforma E28J llama a manifestarse en Iruñea contra la transfobia

La plataforma E28J, que agrupa a los colectivos LGTB de Nafarroa, ha convocado para este sábado día 4 a las 18 horas una manifestación en Iruñea, que partirá de la antigua estación de autobuses con el lema ‘Nafarroa, tierra de diversidad, transfobiarik ez!’.

Cartel de la manifestación convocada en Iruñea contra la transfobia.

Con esta movilización, la plataforma quiere reivindicar que «la transexualidad no es una patología y el género de una persona no lo marcan sus genitales», según han señalado Nora Gómez y Erika Salvatierra, que han dado lectura a un comunicado de la plataforma en una rueda de prensa en la iruindarra plaza de Navarrería.

La manifestación de este sábado se producirá tras el rechazo que ha suscitado entre las instituciones, colectivos y partidos navarros el autobús de la asociación Hazte Oír contra la transexualidad, que precisamente los días 5 y 6 de marzo tenía previsto viajar a Iruñea.

No obstante, la plataforma E28J ha explicado que desconocían si finalmente el autobús llegaría a Nafarroa, dado que fue inmovilizado en Madrid. «Hay un segundo autobús, parece ser. Pero no sabemos todavía lo que lleva escrito y no sabemos por dónde andará», ha indicado Nora Gómez.

Los colectivos LGTB de Nafarroa han defendido que «esta sociedad ha avanzado mucho en los últimos tiempos, por mucho que unos pocos se nieguen a verlo y sigan vejando y discriminando a toda aquella persona que no viva según sus estándares». «Este es el momento de todas de demostrar que esos cambios positivos no tienen vuelta atrás. La transexualidad no es una enfermedad», han añadido.

Nora Gómez y Erika Salvatierra han afirmado que «el odio no tiene cabida en nuestro territorio, Navarra es tierra de diversidad y defendemos y reclamamos el valor de las diferencias».

Han indicado que «la sociedad evoluciona hacia la integración de la diversidad y convive sin problemas con realidades como la trans» y han considerado que las compañas contra la transexualidad «no son más que los últimos coletazos del pasado y de los sectores de la sociedad que aún viven anclados en él».

En este contexto, la plataforma ha mostrado su «solidaridad con todas las personas trans que están siendo objetivo de la campaña que busca inocular el odio y la discriminación» y ha instado a la ciudadanía a movilizarse este sábado para «frenar el odio y reivindicar la Navarra floral y diversa».

Esperanza Aguirre financió a HazteOir con dinero de la Agencia de Cooperación e Inmigración

Lucía Figar y Esperanza Aguirre, en una foto de archivo.

El Gobierno de la Comunidad de Madrid bajo la presidencia de Esperanza Aguirre financió la ceremonia de premios y los congresos del grupo ultracatólico HazteOir. Aunque su presidente, Ignacio Arsuaga, siempre se ha jactado de que su asociación nunca ha recibido subvenciones públicas para sostener su actividad, tanto los premios de la asociación como algunos de sus congresos fueron financiados con dinero público de la Administración autonómica. Este periódicos trató sin éxito de ponerse en contacto en la tarde del jueves con el gabinete de prensa de la asociación y con Ignacio Arsuaga.

En 2007, la Agencia Regional de Inmigración y Cooperación dedicó 12.000 euros de su presupuesto al pago de los gastos del organización del III Congreso E-ciudadanos de HazteOir. En este cónclave, que se celebró en el Aula Magna de la Universidad CEU San Pablo de Madrid, se analizó “cómo llega el mensaje político a la sociedad civil, particularmente en período electoral”.

En ese momento, la Agencia Regional de Inmigración y Cooperación dependía de la Consejería de Inmigración, dirigida por Lucía Figar, que en 2015  dimitió por su imputación en el caso Púnica.

La relación con diferentes cargos autonómicos y políticos del Partido Popular ha sido continua desde la creación de la asociación en 2002. En algunos casos, con coincidencias sorprendentes.

En 2004, la Comunidad de Madrid otorgó a HazteOir el premio ‘Galardón Juventud 2004’, en su modalidad de ‘Periodismo’. El acto de entrega de los premios corrió a cargo del Consejero de Educación, Luis Peral, y el director General de la Juventud, Antonio González Terol.

Ese mismo año 2004, la Dirección General de la Juventud patrocinó una “cenagala” para 200 personas en el Hotel Husa Princesa en la cual tuvo lugar la ceremonia de entrega de los premios HazteOir. Esta ceremonia estuvo “co-presidida” por Ignacio Arsuaga y Antonio González Terol, director General de Juventud. Entre los premiados estaban políticos del PP como José Eugenio Azpíroz y el diputado de CiU, Manuel Silva.

Luis Peral dejó su escaño en la Asamblea de Madrid por motivos ideológicos el pasado 2016, tras saltarse la disciplina de grupo parlamentario después de votar contra las ley sobre los vientres de alquiler o la LGTBIfobia. Antonio González Terol es hoy diputado autonómico y alcalde de la localidad madrileña de Boadilla.

Ese congreso de 2004 contó con la participación de un político del PP, que posteriormente se confirmará como fundamental en la andadura financiera de la asociación. El entonces secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Jorge Fernández Díaz, alababa la labor de lobby en los círculos políticos: “La actividad de HazteOir tiene influencia y cuando menos hace reflexionar sobre temas desde el fondo de las conciencias, no desde lo políticamente correcto, enriquece el debate público, haciendo una sociedad más adulta y dignificando la vida pública”.

Nueve años después, Jorge Fernández Díaz era ministro del Interior y firmaba la orden de declaración de asociación de utilidad pública para Hazteoir. Con esta orden el grupo ultracatólico disfruta de potentes beneficios fiscales y ayudas.

Con esa nueva situación legal, HazteOir pasó a mostrar de manera diferente sus cuentas. La organización no recoge en sus memorias públicas sus ingresos hasta 2008, pero es a partir de 2013, tras la declaración de utilidad pública, cuando empieza a diferenciar en sus ingresos las donaciones de las cuotas de socios.

Según las cuentas que muestra en sus memorias, la crisis no ha afectado nunca a la asociación integrista. Desde 2008 sus ingresos no paran de crecer. Si en ese año las donaciones y las cuotas de socios ascendían a 295.038 euros, en 2015 esas mismas partidas alcanzaban 2.623.017 euros, un incremento del 889% en siete años en el que España ha sufrido una crisis sin precedentes.

El PP de Rajoy quiere romper todos los puentes con HazteOir

 

l Gobierno de Mariano Rajoy quiere distanciarse de la ultraderecha de HazteOir. El ministerio de Interior está barajando la posibilidad de retirar la declaración de “utilidad pública” para la asociación que estos días ha revolucionado a la opinión pública con una campaña transfóbica, que la justicia vigila como un posible delito de odio.

Fuentes cercanas a Interior, consultadas por eldiario.es, aseguran que “ si alguien presenta una queja, HazteOir podría perder los beneficios que le concedió el Consejo de Ministros”. En el Ministerio que dirige José Ignacio Zoido dan por hecho que el Gobierno acabará quitando a la asociación ultracatólica la condición de ser considerada “de utilidad pública”, con las  ventajas fiscales que eso supone para promotores y socios de una organización que mueve un volumen de aportaciones que anualmente superan los dos millones de euros.

El PSOE presentará este viernes una petición formal en el registro del Ministerio del Interior para retirar los beneficios que el Gobierno da a la asociación que persigue a los niños y niñas transgénero. Con esa propuesta sobre la mesa, el Consejo de Ministros no tardará en deshacer lo que construyó el exministro Jorge Fernández Díaz y acabará retirando a HazteOir la declaración de “utilidad pública”.

HazteOir representa un mundo al que Rajoy quiere dar la espalda. En Génova consideran que no deben impulsar un tipo de discurso que les aleja del centro. Buena muestra de ello ha sido el debate del PP en su último Congreso, donde los sectores más reaccionarios han plantado batalla en torno a la decisión de regular los vientres de alquiler. “Los votantes de Vox son pocos y acabarán volviendo”, aseguran en la dirección del PP.

Por ese motivo, Rajoy ha dado vía libre para que el Consejo de Ministros ponga tierra de por medio con HazteOir y retire los beneficios que el Gobierno dio a una asociación nacida en la etapa de Aznar y que alcanzó su mayor grado de protagonismo en la campaña contra el aborto e impulsando las denominadas misas de la familia frente al matrimonio entre personas del mismo sexo.

El ministro de Interior, José Ignacio Zoido, está en la misma estrategia: quiere quitarse de encima el legado de Jorge Fernández Díaz y todas las polémicas asociadas a su mandato en el Ministerio. Y esta es una de ellas.

Digan lo que digan los jueces, en Moncloa ya hay un veredicto: HazteOir y sus más de 6.000 asociados dejarán de desgravarse fiscalmente las aportaciones a la organización ultra, que ya está pidiendo más dinero a sus simpatizantes.

“La violencia cotidiana contra niños trans como mi hijo machaca más que el autobús de HazteOir”

Pau, haciéndose una foto con sus hermanas y sus padres.

En casa de Pau se está hablando mucho de la campaña tránsfoba de HazteOir. Pau tiene 15 años y es un chico transexual muy “cabreado” con los mensajes que está lanzando la organización ultracatólica, pero también muy consciente de que esta violencia pública no es la única ni la más agresiva que sufren las personas cuyo sexo asignado al nacer no coincide con su identidad sexual.

“Desde que vas a la primera ecografía en función del sexo que te dicen te creas una serie de expectativas, construyes el mundo de esa futura persona”, explica su padre, Fernando Ramón. La familia al completo –formada por un matrimonio, dos hermanas y Pau– ha tenido que deconstruir lo que les inocularon desde pequeños: “que el género está entre las piernas”. “Las violencias cotidianas machacan más que una campaña de HazteOir, aunque estén menos publicitadas”, dice.

“El proceso con Pau fue complejo y largo y los mecanismos sociales tampoco ayudan. Nosotros íbamos a salud mental del centro de especialidades a un lugar que está apartado de los demás lugares. No me digas si eso ya no estigmatiza. Son los cauces, pero ya estás mandando un mensaje”, sostiene Fernando.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) menciona expresamente a los niños y niñas trans en la actualización de su manual de enfermedades, prevista para 2018 y donde la transexualidad pasa de trastorno a “incongruencia de género”. La organización marca, ante el escepticismo de las familias que lo viven y que defienden su salida definitiva del manual, “que la incongruencia debe haber persistido durante dos años y no se puede diagnosticar antes de los cinco”.

Pau ha cambiado su nombre y espera poder hacer una rectificación registral del sexo, aunque a los menores no les está permitido hasta cumplir los 18 años. “Ligar la transexualidad a la mayoría de edad está relacionado con una cultura adultocéntrica donde los niños no tienen derechos y no se les respeta. Cuando los niños viven con su identidad real, su identidad legal no coincide. Conseguir que un niño utilice el baño que quiera puede ser un mundo y las familias tenemos que estar peleando todos los días: que le admitan en fútbol, en judo, en ballet…”, explica Natalia Aventín, madre de un niño trans y presidenta de la Asociación de Familias de Menores Transexuales Chrysallis, en esta entrevista.

Estas son solo las barreras administrativas, pero hay más. Para Fernando, una campaña como la de HazteOir ahonda con su repercusión puntual pero notoria en la discriminación cotidiana que ya existe. “Es como cuando clavas una punta en una madera y la sacas después. Le das masilla, sí, pero ahí queda. Imagina que este autobús se pone en la puerta de un instituto con alumnos y alumnas trans, ¿cómo se sentirían?”, abunda.

Dice que su hijo ha “tenido mucha suerte” en su centro escolar porque la educadora social enseguida detectó que se aislaba y que tenía dificultades para relacionarse. El encierro de Pau en sí mismo les puso alerta a tiempo, antes de que pudiera haber acoso escolar. La LGTBfobia es una de las causas, avisan las expertas.

“Solo hace falta mirar los libros de texto de los coles. ¿Qué estamos enseñando a nuestros hijos? Les enseñamos desde pequeños que los niños tienen pene y las niñas vulva, como dice HazteOir”, recuerda Natalia, que lo ha vivido con su hijo en primera persona.

Pau recuerda un episodio “incómodo”, según su padre, cuando una especialista fue a hablar a su clase sobre igualdad de género. “En el aula se cuestionó si entre las personas trans se producía violencia machista y ella dijo que un chico era un chico, y una chica, una chica. Después pidió disculpas”.

“Pago con mis impuestos lo que nos daña”

Cuando este padre reconoció, con apoyo y formación, lo que sentía su hijo pensó en su contexto: un pequeño pueblo de Extremadura que ha terminado contra todo prejuicio generando una red de apoyo para Pau. “Aquí hemos hecho talleres, Pau ha intervenido en la Asamblea. Ha sido un proceso largo pero hemos intentado socializarlo en todos los espacios”, dice su padre.

Si Pau, socializado y aceptado como chico, frena y mira hacia atrás se pregunta sobre el “porqué de la persistencia” en dañar, cuenta Fernando. “No lo entiende y a mí me parece anecdótico que con mis impuestos esté pagando subvenciones a organizaciones que nos hacen daño, a Pau, a mi familia y a toda la sociedad”, argumenta Fernando.

Considera que la “sociedad se ha polarizado con esta campaña”, aunque no de forma simétrica en dos bloques parejos. “Una mayoría ha reconocido esta realidad y nos está sirviendo para hablar de ello. Porque de lo que no hablamos no existe. Es triste que se llegue a esto. También es triste que tengamos que justificar que lo que sienten nuestros hijos e hijas no es un capricho. Duele mucho”, añade.

HazteOir es una organización que cuenta con el título de “utilidad pública”, lo que revierte en cuantiosas ventajas. El exministro del Interior Jorge Fernández Díaz firmó la disposición del BOE donde está la orden que concede a los ultracatólicos esta distinción. PSOE y Unidos Podemos ya han exigido al Gobierno que revoque esa declaración, aunque de momento el Ejecutivo se mantiene en silencio.

El arzobispo de Madrid critica veladamente al autobús tránsfobo: “La convivencia no se construye en el insulto”

El cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid

“Quien difama, quien rompe al otro, manifiesta desprecio a la Humanidad”. El cardenal de Madrid, Carlos Osoro, hizo ayer frente a la polémica de los autobuses tránsfobos de HazteOir durante su intervención en el Fórum Europa. Lo hizo al modo eclesial, sin querer referirse directamente a los ultracatólicos, y remitiéndose a una intervención anterior, la base de su discurso, en la que, citando a Ortega y Gasset, se preguntaba “¿qué nos pasa para no saber lo que nos pasa?”.

Preguntado por HazteOir, el purpurado subrayó que “no entro en autobuses, y me remito a lo que dije antes. ¿Qué nos pasa para no saber lo que nos pasa? Este es el autobús que yo quiero, no quiero otro”. ¿Y qué es lo que pasa, en opinión de Osoro? Que “la convivencia se construye en el respeto, no en la difamación, ni en el insulto, ni en el reírse de los otros. Eso no tiene nada que ver con el Evangelio”, como había dicho antes.

Ante la atenta mirada de Cristina Cifuentes y del padre Ángel, dos de los objetos de ataques de estos grupos ultraconservadores y sus terminales mediáticas, el cardenal de Madrid clamó por construir una sociedad al estilo de Jesús, que “nunca rompió puentes, sino que los construyó; que nunca hizo muros sino que los derribó, para hacernos entender que la humanidad es una gran familia, que necesita todos los días revisar lo que está haciendo”.

Retomando la frase de Ortega y Gasset, Osoro alertó de las “tentaciones de ideologizar la fe, privatizar la Iglesia y su misión, y seleccionar páginas del Evangelio, haciendo un Jesús a nuestra medida”. En lo que se puede intuir como una respuesta a la organización dirigida por Ignacio Arsuaga. HazteOir, desde la llegada de Osoro, tiene prohibido utilizar los templos madrileños para sus charlas o iniciativas, dada la pertenencia de algunos de sus miembros a El Yunque. Osoro denunció que “las ideologías no son la respuesta al hombre para construir una casa común”.

“Profanar la dignidad del hombre es blasfemar a Dios mismo. Cualquier clase de violencia, la que fuere, que no duda en atacar a personas sin ninguna distinción, a imponer chantajes que provocan enfrentamiento, desórdenes, pánicos, que obligan a grupos a favorecer sus planes, no tienen ninguna justificación”, declaró. “Ninguna circunstancia justifica una actividad que no respete al otro, le elimine o se ría de él. Por eso, la infamia, a quien la realiza, siempre es reprobable, y cuando uno se apoya en la religión…. No es la religión que Jesucristo nos enseñó”.

“Quien difama, quien rompe al otro, manifiesta desprecio a la Humanidad. Cuando esto se hace, se puede destruir todo. Es terrible estar en este mundo teniendo como arma el odio. Eso ultraja a Dios”, clamó el arzobispo de Madrid, quien recordó que “debemos crear la cultura del encuentro, no la del descarte”.

Dos activistas trans frente al bus de HazteOir: “Tienen que saber que estamos aquí”

Rubén (i) y Aitor (d) junto a la caravana de HazteOir / R.R..

El circo tránsfobo de HazteOir se había instalado en la plaza de Cibeles el viernes a mediodía. Justo frente al Ayuntamiento de Madrid que había inmovilizado su autobús con mensajes contra la transexualidad. El presidente del grupo ultracatólico, Ignacio Arsuaga, repetía sus consignas a pie de la caravana parada por unos agentes municipales. Con la estampa del palacio de Comunicaciones –sede del Gobierno de Manuela Carmena– y la diosa Cibeles como decorado de fondo, Arsuaga insistía: “Si nos quieren ilegalizar tendrán que cambiar la ordenanza”.

Cuando el  show perdía fuerza y HazteOir ya tenía un boletín de denuncia de la policía, han aparecido dos chicos. Portaban una bandera enseña universal del movimiento reivindicativo trans. “No nos dejan pasar”, decían mientras se quedaban a una prudencial distancia del vehículo naranja con la leyenda: “¿Las niñas tienen vulva?” Rubén y Aitor, activistas de 23 y 24 años, se habían acercado a ver cómo HazteOir había sacado a la calle otro coche con mensajes que niegan su propia identidad. Al final se han atrevido colocarse junto a la autocaravana. Un rato después de que los utras se marcharan rumbo a su sede, ambos chicos han hablado con eldiario.es

¿Cómo os habéis decidido a plantaros allí?

Aitor: Estaba relativamente cerca de la plaza y cuando nos hemos enterado de que la caravana iba a estar allí le he dicho a mi compañero: “Tenemos que hacer algo. Tenemos que ir”.

Rubén: Sí, nos hemos enterado de que esta caravana iba hacia Cibeles por las redes sociales y hemos tirado para allí. Queríamos ver si realmente estaba circulando y comprobar qué estaba pasando.

A: Yo he dicho: esto tengo que verlo con mis propios ojos y tienen que saber que estamos aquí. Así que hemos cogido el autobús para Cibeles.

R: Ha sido bastante improvisado. A llegar no nos dejaban pasar y no teníamos nada pensado pero, al ver la caravana, al final no nos lo hemos pensado dos veces y para adelante. Hemos sacado las banderas.

HazteOir ha dicho que no pretende ofender a nadie. ¿Os ha ofendido?

R: Sí. Porque vulneran nuestros derechos. Es como decir que no existimos. Claro que duele, después de todo lo que hemos tenido que pasar…

A: Claro que me he sentido ofendido. Yo, antes de ser adulto, he sido un niño con vulva. Y su mensaje me está invisibilizando.

¿Deberían prohibir que circularan?

R: Sí. Es una campaña de odio. Que incita al odio y a la discriminación.

A: Debería impedirse que circulara porque promueve la transfobia.

R: Me pongo en la piel de los niños trans… Yo tengo 23 años y tengo más herramientas para manejarlo, pero me imagino cómo puede sentirse un menor al que se le dice que no existe. Se le niega su identidad.

¿Ese es uno de vuestros mayores problemas? ¿Haceros invisibles?

A: Claro. Además se nos asocia directamente a un tipo de gente, un tipo de profesiones…

R: Nosotros intentamos ofrecer referentes para esos jóvenes y cosas como esta nos echan tierra por encima. Desde que eres pequeño te das cuenta de que eres diferente que no eres lo que  hay que ser. Si hubiese leído algo como lo que aparece en esos autobuses… Terminas por pensar que lo que tú eres no puede ser.

A: Yo exterioricé cómo sentía a los seis años con mi madre. A los 16 supe realmente lo que esto suponía. Y siempre he notado los cuchicheos, las miradas…

R: En mi caso, era consciente de que no encajaba pero mi madre siempre me dio mucha libertad. No le puse nombre hasta los 20 años.

¿Creéis que esta campaña es libertad de expresión?

R: Opino que no. La libertad de expresión acaba cuando se pisa al resto.

¿Y si continúa la campaña?

A: Pienso ir donde estén y donde haga falta.

R: Si ellos no se cansan, nosotros tampoco. No vamos a dejar que nos vuelvan invisibles.

«Él decía que era un niño y yo me empeñaba en vestirle de rosa de los pies a la cabeza»

Marian, madre de acogida de un niño con vulva, relata el complicado proceso de asimilación. «Venía llorando del colegio porque no entendía que le mandaran ir al baño de las chicas»

«Hoy jugamos a que soy Ander, ¿vale ama?». Y ella le dejaba jugar, claro. Pero al día siguiente quería jugar a que se llamaba Mikel, y el otro era Andoni… nunca Jone. Es el nombre que consta en su DNI, aunque hace más de un año que le llaman Jon. Relata su historia Marian, madre de acogida de un niño transexual. Una profesora de Hondarribia (Gipuzkoa) de 44 años que quiere dar visibilidad a un asunto que estos días copa titulares por la campaña de la organización ultracatólica Hazte Oír, ‘El autobús que no miente’, contra la transexualidad infantil. El autocar iba a entrar en Bilbao la próxima semana pero permanece retenido por orden judicial. «Yo he tenido mucha relación con la iglesia y no entiendo qué tiene que ver esto con Dios. Nosotros no queremos convencer a nadie, solo que nos entiendan», responde Marian.

A ella, dice, le costó dos años entender lo que le ocurría a su hijo, un bebé «con vulva» y de nombre Jone que llegó con seis meses a su casa para ampliar la familia (tienen otra hija de 12 años). Cuenta que desde que Jone aprendió a hablar dijo que era un niño. «Yo le decía a mi marido: ‘Va a ser lesbiana’. Porque en los cuentos siempre acababa casándose con una niña».

No le dieron importancia más allá de cierta sorpresa. Pero luego fueron los vestidos. «Su padre biológico es africano y le ve una vez al mes. Él le regalaba muchos vestidos pero no quería ponérselos. Yo le obligaba para que su padre no pensara que éramos nosotros los que no queríamos ponérselos». Y con cada vestido, una rabieta. «Yo le vestía de rosa de los pies a la cabeza, por aquello de feminizarla, lo que nunca hice con mi hija mayor. Y le puse también unos pendientes preciosos que no le gustaban nada».

Pero luego (más bien a la vez) fueron los juguetes. «Su hermana tenía un montón de muñecas que están impecables porque no las usaba, las tuvimos que guardar todas en el trastero. Solo quería el balón, el fútbol, juegos tradicionalmente asociados a los niños». Jone gritaba que era un niño y Marian le ‘corregía’: «Tú eres una niña».

«Él iba rápido y mi marido y yo, frenando»

Pero antes de que cumpliera los 4 años se produjo el punto de inflexión. Fue un cambio de edificio en el colegio. «Hasta ese momento los pequeños iban juntos al mismo cuarto de baño, pero en la nueva ubicación había váteres de niñas y de niños, separados. Y todas las tardes venía llorando a casa porque no le dejaban entrar en el de los chicos. Decía que quería ir con sus amigos al mismo váter y no entendía que le mandaran al de las niñas».

Así que Marian consultó con una sexóloga. «Me dijo que por qué le obligaba a llevar pendientes si no quería, que se los quitara». Y se los quitó: «En ese momento empezó a saltar encima de la cama gritando: ‘¡Por fin soy un chico, por fin!’. En realidad llevaba dos años gritándolo, pero yo no lo había entendido. Tanto mi marido como yo íbamos muchos pasos por detrás. Él iba muy rápido y nosotros, frenando».

Ese abrir los ojos fue un proceso liberador pero complicado, confiesa Marian, que sintió «pánico» y «vértigo». Pero su hija mayor lo veía más claro: «’Vamos a cambiarle de nombre porque total, se lo está cambiando todo el día’, me dijo. Y entonces decidimos hacerlo. Para que no fuera un cambio muy grande le quitamos una letra a Jone y le pusimos Jon» (el nombre se ha modificado para salvaguardar la intimidad del menor, pero el real es también uno que se ‘masculiniza’ quitándole la última letra). Al cabo de dos meses decidieron hacer «limpieza de armario» y comprarle las prendas que ha reclamado desde que sabe hablar, pantalones, zapatillas deportivas… «Y no paró hasta que le pintamos su habitación de color azul. Antes era morada».

«Me costó renunciar a mi niña»

«Asumido» en casa, empezaba otro proceso, decirlo fuera. «Hablamos con la andereño para que desde ese día le llamara Jon en clase. Y pedí una reunión con los padres de los niños del aula. La respuesta del colegio ha sido maravillosa». La del colegio y la de todo el pueblo. «Vivir en un sitio pequeño como Hondarribia es ventajoso porque todo el mundo le conoce ya por Jon y le llaman así». Y luego está su familia biológica, que está «haciendo un esfuerzo muy positivo, aunque al abuelo materno todavía le cuesta». No lo dice Marian, de ninguna manera como reproche, sino entendiendo que no es sencillo. «A mí también me costó renunciar a la niña que acogimos cuando era un bebé».

Tras dos años de pelea, Jon es ahora un niño «feliz». E inquieto. «Tiene conversaciones que no parecen propias de un chiquillo tan pequeño, sino de alguien más mayor». Antes de dormir Marian charla un rato con su hijo y va resolviendo sus dudas. «Un día me preguntó si le iban a crecer las tetas porque él no quería pecho. O si podía tener hijos porque un niño de su clase le había dicho que sí podía. Yo le digo que esté tranquilo, que todavía es muy pequeño para preocuparse por esas cosas y que cuando llegue el momento nos plantearemos todo lo que haga falta».

Mientras, Marian trata de hacerle ver las ventajas de la diferencia. «Como su padre es africano, él siempre ha dicho que es un niño ‘marrón’, y nunca le ha parecido mal ser distinto a otros en ese sentido. Yo le digo que esto es algo parecido, que él puede ser un chico con vulva y no pasa nada. Que cada niño es diferente por una cosa y que ser diferente no es malo. Le cuento que yo misma de pequeña quería ser más guapa y que ahora me gusta mi aspecto y no cambiaría nada».

Jon sí ha empezado a cambiar algunas cosas. «Ahora de vez en cuando juega con muñecas, pero solo si está solo. Hasta ahora las rechazaba porque lo identificaba con las niñas y él es un niño». Aunque nada puede competir con el patinete. «Nos pasamos horas en las pistas de skate. Siempre le ha gustado correr, trepar, le encantan esas actividades». Y dice que quiere ser «musculoso». «Ya le digo que no se preocupe, que ya lo es».