Obama conmuta la pena a Chelsea Manning

Chelsea Manning

Fotografía de la soldado Maning con peluca rubia y maquillada que fue exhibida durante el juico / AP

El todavía presidente estadounidense, Barack Obama, anunció el martes la conmutación de la pena a Chelsea Manning. La exsoldado saldrá en libertad el 17 de mayo, cuando cumpla siete años en prisión, coincidiendo con el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia. Manning estaba condenada por haber entregado centenares de miles de documentos secretos a Wikileaks en 2010, mientras era analista de inteligencia militar. El material filtrado demostraba que se habían cometido crímenes de guerra en la ocupación de Irak y que la cifra de civiles muertos en Irak era mucho mayor que la reconocida por el Gobierno norteamericano.

Manning, que ahora tiene 29 años, fue sentenciada a 35 años de cárcel por un tribunal militar. Durante su estancia en prisión, anunció que cambiaba su nombre de Bradley a Chelsea y que quería comenzar un  tratamiento de reasignación de sexo. Las condiciones de su encarcelamiento le llevaron a intentar suicidarse en dos ocasiones. Numerosas asociaciones de defensa de los derechos humanos han protestado por las condiciones en las que vive desde que entró en la prisión militar de Leavenworth, Kansas.

El pasado jueves, la NBC ya había adelantado que, según una fuente del departamento de Justicia, Chelsea Manning estaba en la lista de posibles indultos en la recta final de la Administración de Obama.

Según las leyes estadounidenses, el presidente que se marcha ofrece dos tipos de clemencia: la conmutación de la pena, donde se reduce una sentencia sin anular la pena, y el perdón, que es literalmente el perdón total y legal del crimen cometido, como si nunca hubiera ocurrido. Chelsea Manning está en la lista de las conmutaciones, lo que significa que su pena será reducida pero seguirá siendo reo de traición.

Esta conmutación está en la línea de indulto que ha ofrecido Obama hasta ahora, siempre a gente que ha cumplido parte de su condena y por delitos que no son de sangre.

“Sr. presidente –tuiteó en su momento Snowden–. Si concede un solo acto de clemencia en su salida de la Casa Blanca, por favor: libere a Chelsea Manning. Solo usted puede salvar su vida”.

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Más exuberante, Julian Assange dijo que se dejaría extraditar a los EEUU si Obama liberaba a Manning.

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El mundo estará mirando estos días la puerta de la embajada de Ecuador con interés renovado.

Seis años de condena cumplida

Chelsea Manning fue encarcelada en 2010 y estaba cerca de cumplir siete de los 35 años de su sentencia. Durante el último año, Manning ha intentado acabar con su vida dos veces. Al principio, la respuesta del Ejército fue poner a Manning en una celda de aislamiento. Tras una huelga de hambre de cinco días, el Ejercito se comprometió a facilitar la cirugía de reasignación de sexo que recomendaron sus médicos por su disforia de género. Esta terapia es parte de un tratamiento que comenzó en 2015 con una terapia hormonal. No se le ha permitido dejarse el pelo largo por ir contra las normas militares.

El 10 de noviembre, Manning mandó  una petición formal para la conmutación de su pena al presidente Obama. En ella asume “total y completa responsabilidad por las filtraciones” que hizo “por preocupación por mi país, los inocentes civiles cuyas vidas se perdieron por culpa de la guerra y como apoyo a dos valores que son importantes para nuestro país: la transparencia y la responsabilidad”.

No pido un perdón de mi condena. Entiendo que las múltiples consecuencias colaterales de la condena del tribunal marcial permanecerán en mi expediente para siempre. El único alivio que pido es ser liberada de la prisión militar después de servir seis años de aislamiento, como alguien que no tiene intención de perjudicar los intereses de EEUU ni de hacer daño a ninguno de sus miembros.

Su petición venía acompañada de cartas de apoyo de gente como Daniel Ellsberg, responsable de filtrar los Papeles del Pentágono, que asegura que Manning actuó con la intención de informar al pueblo norteamericano de abusos graves a los derechos humanos, incluyendo el asesinato de inocentes por las tropas estadounidenses en Iraq. Glenn Greenwald, abogado y periodista colaborador de Edward Snowden y editor de The Intercept, asegura en su carta que es un héroe por la libertad de expresión. La petición también fue acompañada de  una campaña de apoyo liderada por miembros de la élite cultural norteamericana como Michael Stipe y Thurston Moore.

Numerosas organizaciones internacionales de defensa de los derechos humanos, como Amnistía Internacional o Human Rights Watch, han pedido a Obama  que perdone a Edward Snowden con el mismo argumento: sus filtraciones estaban motivadas por una voluntad de proteger los derechos civiles de los ciudadanos norteamericanos, y de denunciar abusos de poder por parte del gobierno que lo persigue.

Además, es más probable que la historia le considere un héroe y no un villano. Pero, entre los 64 perdones y 209 conmutaciones que Obama concedió este martes no está el otro notable filtrador norteamericano. “Mr. Snowden no ha cumplimentado los papeles para pedir clemencia a esta administración”, dijo el secretario de prensa de la Casa Blanca Josh Earnest contestando preguntas al final. Es poco probable que el papeleo le hubiera servido de algo. Es cortesía por parte del reo el mostrar un cierto arrepentimiento. Y lo único de lo que Snowden se arrepiente es de no haberlo hecho antes.

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