La ex soldado Manning cuenta su transición de hombre a mujer desde la prisión donde cumple condena

EEUU Entrevista en Cosmopolitan

  • “Me encantaba estar en la habitación de mi hermana, jugaba con su ropa y sus muñecas”
  • “Siempre había sabido que era ‘diferente’, aunque no lo entendí hasta que me hice mayor”
  • De estatura baja y complexión débil, los niños se metían con ella llamándola “marica”
  • “Por el día estoy bien, pero por la noche, cuando estoy en mi celda, me vengo abajo”
  • Podría haber vivido de otra manera de haberse sentido “más confiada en mi misma”

manning

Por primera vez, la ex soldado de EEUU Chelsea Manning, antes conocida como Bradley Manning, relata en una entrevista por correo a la revista ‘Cosmpolitan’ cómo filtró documentos militares y diplomáticos a WikiLeaks, su vida en la prisión en la que cumple unacondena de 35 años por ello y su lucha por el reconocimiento de su condición sexual.

Manning creció en una zona rural de Oklahoma y, según relata, encontró un oasis en la habitación de su hermana. “Me encantaba estar en la habitación de mi hermana. Realmente la admiraba y me ponía su ropa para jugar, también jugaba con sus muñecas y con su maquillaje“, comenta. “Allí había un espejo preparado para ver lo que se vería con una iluminación diferente. Pensé que era increíble”, añade Manning.

La ex soldado saltó a la fama en el año 2010 tras filtrar cientos de miles de documentos militares clasificados a WikiLeaks. En aquel momento lo justificó como un deber para dar a conocer el coste humano de la guerra. En agosto de 2013, Manning fue condenado a 35 años en una prisión militar . Después de la sentencia, Manning acaparó titulares aún más sensacionales anunciando que su verdadero yo era Chelsea Manning.

En la prisión consiguió un cambio de nombre legal y solicitó tratamiento para la disforia de género, el término médico para las personas que se identifican con un género diferente al que tenían al nacer, que le había sido diagnosticada por los doctores. Después de un año sin la atención médica que requiere la disforia, que incluye una terapia hormonal y el arreglo personal femenino, Manning y laUnión Americana de Libertades Civiles demandaron a los militares de la prisión de Fort Leavenworth, en Kansas, donde cumple condena.

La reclusa, de 27 años, dice que su búsqueda de la atención médica que requiere ha sido angustiante porque se siente “como una broma” para los funcionarios militares. Aunque es optimista sobre el progreso que ha logrado, expresa que es “doloroso e incómodo”que no le permitan dejarse el pelo largo. “Me siento presionada”, dice. “Por el día estoy bien, pero por la noche, cuando estoy en mi habitación, me vengo abajo”, añade.

Un infancia difícil

“Pasé mucho tiempo negando la idea de que podía ser gay o trans. Desde los 14 a los 16 años, estaba convencida de que estaba pasando por ‘fases'”, dice a ‘Cosmopolitan’. “Siempre había sabido que era ‘diferente’, aunque realmente no entendí todo hasta que me hice mayor”, añade. “Pero siempre tuve el presentimiento de que algo estaba equivocado. Nunca supe cómo hablar de ello. Sólo recuerdo haberme sentido aterrorizada de lo que pasaría si alguien se enteraba. Era una sensación de soledad”.

Su vida en el colegio no fue fácil, como ella misma relata. De estatura baja y complexión débil, los niños se metían con ella llamándola “niño afeminado” y “marica”. Según relata, el consejo de su padre era “dar un puñetazo en la cara” a los matones que se burlaban de ella, lo que le supuso “muchas peleas en la escuela”.

Tras hundirse el matrimonio de sus padres, se trasladó a Gales con su madre. Allí, encontró nuevos amigos con los que comenzó a salir, pero pronto empezó a recibir burlas de los que “creía amigos” y acabó repitiendo curso. En 2005 regresó a Oklahoma donde vivió con su padre y más tarde se mudó a casa de una tía cerca deWashington y se enroló en el Montgomery College.

Según relata, los pensamientos de vivir como una mujer se incrementaban pero su “agenda era muy apretada y los terapeutas demasiado caros”. “A pesar de que empecé a ver a un psicólogo con la intención específica de explorar mi identidad trans, me entró el pánico y nunca hable el tema con él. Comencé a consumir gran cantidad de refrescos y cigarrillos, y usaba Internet como vía de escape“, explica.

Entonces comenzó a sopesar su entrada en el ejercito, también animado por su padre. “Yo estaba siguiendo la cobertura de la guerra de Irak y empecé a preguntarme si podía ayudar. Efectivamente, me alisté”, cuenta Manning.

Irak, punto de inflexión

En el Ejército tampoco lo pasó bien ya que no “estaba físicamente preparada” y tuvo algún que otro incidente como cuando su sargento rebuscó en sus pertenecidas y encontró un teléfono móvil rosa. Finalmente Manning se convirtió en un analista de Inteligencia del Ejército en Nueva York y se preparó para ser enviado a Irak. Entró en una fase más feliz, comenzando una relación con un estudiante de la Universidad de Brandeis. “Me enamoré de él. No era mi primera relación, pero fue sin duda la más importante”, dice ella.

La experiencia en Irak “me hizo estar absolutamente segura de lo que soy”, dice. “Tratar con correos electrónicos, notas e informes de personas que mueren a mi alrededor todos los días me hizo darme cuenta de lo corta y preciosa que es nuestra vida. Así que, ¿qué mejor día para empezar a ser yo misma que hoy, ¿no? Cuando me fui de permiso en enero de 2010, me vestía como una mujer en público. No habría sido capaz de hacer eso antes”, comenta.

Aunque Manning se negó a responder preguntas acerca de la fuga masiva de documentos, sí explicó que hasta que no llegó a Irak no empezó a “cuestionar la moralidad” de lo que se estaba produciendo. Ahora cumple 35 años de condena en una prisión militar donde recibe miles de cartas de transexuales de todo el mundo. “Me halaga que sientan que les he inspirado de alguna manera. Pero, sinceramente, creo que es al revés, ellos me inspiran más de lo que pueden imaginarse”, explica.

Su estado actual no es lo que había deseado para su futuro cuando era niño, ya que se veía “en los negocios o la política, como un CEO de una gran empresa, un senador de Estados Unidos, un astronauta o un oficial militar”. Lo que sí tiene claro es que podría haber llevado su vida de otra manera de haberse “sentido más cómoda y confiada en mi misma, y no aterrorizada del mundo” que la rodeaba.

Ataca a un joven por besarse con otro chico en una calle de Algorta

AGRESIÓN HOMÓFOBA QUE INVESTIGA LA ERTZAINTZA
Tras dos días de agresiones verbales, el lunes le golpeó en la cabeza con una silla y varios platos

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Concetración de rechazo a la agresión esta tarde en Getxo (Borja Guerrero)

BILBAO – Ser homosexual y besar a un hombre en la calle. Ese fue aparentemente el motivo por el que un hombre golpeó brutalmente a un joven a plena luz del día en Algorta mientras su pareja, mujer, le animaba a ello. La Ertzaintza busca ahora al presunto agresor, quien apaleó a la víctima con una silla y con varios platos que rompió en su cabeza. Las heridas en su ojo, ceja y cabeza, de las que se está recuperando en casa, son muestra de la intolerancia que todavía hoy pervive en algunas personas. La Ertzaintza ha abierto una investigación por la agresión y también por el robo de la riñonera de la víctima, que es miembro del colectivo para la liberación sexual Kitzikan.

El ataque ocurrió el pasado lunes, pero, según confirman a DEIA desde el colectivo en defensa de los derechos de gays y lesbianas, el acoso empezó unos días antes, el sábado. Al parecer, ese día, el agresor se molestó al ver a la víctima besarse con otro chico en la calle. Y ahí comenzaron los primeros insultos. “En cuanto vio que dos hombres se besaban en la calle, delante de todos, le molestó y comenzó a insultarles llamándoles maricones”, explican fuentes de Kitzikan. Según relatan, la pareja decidió marcharse sin dar respuesta a la agresión verbal. Pero, al día siguiente, y ya en domingo, uno de ellos se volvió a encontrar con el atacante. “El chico enseguida reconoció a mi amigo”, explica la misma fuente, “y otra vez comenzó con lo mismo”. Nuevamente, la víctima decidió hacer caso omiso y no darle respuesta.

LA TERCERA BRONCA La gota que colmó el vaso llegó el lunes. Por tercera vez consecutiva, ambos volvieron a cruzarse. En esta ocasión, la víctima se encontraba solo disfrutando de la soleada tarde del lunes en la terraza de un bar de Algorta. Fue entonces cuando, según cuentan desde Kitzikan, el presunto agresor volvió al ataque con palabras despectivas. Pero, en esta ocasión, el joven decidió defenderse y le recriminó la actitud que estaba teniendo. “Entonces empezó la agresión física. Le golpeó con todo lo que pilló por delante”, explican. “Primero cogió una silla y le golpeó con ella en la cabeza. Luego le reventó varios platos, también en la cabeza… le pegó con todo lo que tenía a su alcance”.

Tras esto, el agresor se dio a la fuga, mientras que los testigos de la agresión llamaban a una ambulancia para trasladar al herido al hospital de Cruces. Esa misma noche recibió el alta médica y ahora se recupera de sus heridas en un ojo, en la cabeza y en la ceja. No conforme con esto, “le robó el móvil, solo para molestarle y cotillearle las fotografías que tiene guardadas”, detallan en Kitzikan. “Por lo menos, ahora sabemos que el móvil se ha quedado sin batería así que ya no van a ver mucho más”. Fuentes de la Ertzain-tza confirmaron, además, que en la denuncia por la agresión también se incluyó la sustracción de una riñonera propiedad de la víctima.

“Es injusto que pasen estas cosas; no nos quejamos de una sola agresión, nos quejamos de todas. Si un chico puede besar en la calle a su novia, los homosexuales también tienen ese mismo derecho”, defienden sus compañeros del colectivo Kitzikan. Porque, denuncian, este caso no es aislado y “le puede pasar a cualquier niño en el colegio o a una persona que pasea por la calle”, concretaba. “La libertad sexual no es privada”, concluyen.

Investigan una “violenta” agresión homófoba en un bar de Algorta

CONCENTRACIÓN DE RECHAZO EN GETXO
La Ertzaintza investiga una denuncia por agresión “homófoba” y  robo interpuesta por una persona que este lunes fue agredida sobre  las cinco y media de la tarde, cuando tomaba una consumición en una  terraza de un establecimiento hostelero de Algorta.

Concetración de rechazo a la agresión esta tarde en Getxo (Borja Guerrero)

Concetración de rechazo a la agresión esta tarde en Getxo (Borja Guerrero)

BILBAO.  El movimiento de liberación de homosexuales del País Vasco EHGAM ha denunciado una “violenta agresión homófoba” ocurrida ayer en un bar de Algorta, en Getxo, y ha anunciado que se concentrará esta tarde en dicha localidad para rechazarla.

Según ha informado en una nota, la víctima es un militante del colectivo Kitzikan y exmilitante de EHGAM, que fue agredido por su condición homosexual.

Para denunciar la agresión, EHGAM se ha sumado a la concentración convocada por Kitzikan para esta tarde en la plaza Telletxe de Algorta.

Por su parte, la Ertzaintza investiga una denuncia por agresión y robo interpuesta por una persona que ayer fue agredida sobre las cinco y media de la tarde, cuando tomaba una consumición en una terraza de un establecimiento hostelero de Algorta.

Según han informado fuentes del departamento vasco de Seguridad, al parecer, un individuo que conocía a la víctima se le acercó y le insultó por su condición homosexual, lo que dio lugar a una pelea en la que el denunciante fue agredido con una silla.

Además de la agresión, la víctima también denunció la sustracción de una riñonera que portaba. Cuando agentes de la Ertzaintza llegaron al local, el presunto agresor ya había abandonado el lugar.

COMUNICADO DE RECHAZO DEL AYUNTAMIENTO

La Junta de Portavoces del Ayuntamiento de Getxo ha condenado hoy “toda agresión o maltrato derivado de actitudes homófobas”, tras la denuncia. En un comunicado, la Junta de Portavoces del Consistorio vizcaíno, integrada por el alcalde de Getxo, Imanol Landa, y un representante de los partidos en el Ayuntamiento (PNV, PO, EH Bildu y PSE-EE), ha solicitado que se aclaren cuanto antes las responsabilidades que puedan derivarse de los hechos denunciados.

La Ertzaintza ha abierto una investigación en relación a una denuncia presentada por una agresión sufrida por una persona cuando tomaba una consumición en una terraza de un bar de Algorta.

La Ertzaintza investiga una agresión homófoba en un bar de Algorta

Un individuo se acercó a la víctima y le insultó por su condición homosexual, lo que dio lugar a una pelea y al posterior robo de su riñonera por parte del presunto autor de los hechos

La Ertzaintza investiga una denuncia por agresión homófoba y robo interpuesta por una persona, conocido por su militancia en varios colectivos en defensa de los homosexuales, que este lunes fue golpeada sobre las cinco y media de la tarde, cuando tomaba una consumición en una terraza de un establecimiento hostelero de Algorta.

Según ha informado el Departamento vasco de Seguridad, al parecer, un individuo se acercó al denunciante y le insultó por su condición homosexual, lo que dio lugar a una pelea en la que el denunciante fue agredido con una silla. Además de la agresión, la víctima también denunció la sustracción de una riñonera que portaba.

La Ertzainta está investigando los hechos y, por el momento, no se ha producido ninguna detención. La víctima es militante del colectivo Kitzikan y exmiembro del movimiento de liberación de homosexuales del País Vasco EHGAM.

Por su parte, a Junta de Portavoces del Ayuntamiento de Getxo, integrada por el alcalde, Imanol Landa, y un representante de los partidos en el Consistorio (PNV, PP, EH Bildu y PSE-EE), ha condenado “toda agresión o maltrato derivado de actitudes homófobas” y solicita que “se aclaren y diluciden cuanto antes las responsabilidades que puedan derivarse de la citada denuncia”. Asimismo, manifiesta que la homofobia es “un atentado contra los derechos humanos” y que “el machismo y la heteronormatividad, tan extendidas en la sociedad, son los pilares sobre los que se sustentan las agresiones contra la opción y la identidad sexual”, por lo que “para erradicar la homofobia es necesario un cambio de valores profundo”.

Por tanto, desde el Ayuntamiento de Getxo reivindican “el derecho de todas las personas a vivir con plena libertad su sexualidad, sea la que sea”. Además, el Ayuntamiento de Getxo se suma a cuantas movilizaciones se realicen en relación con la reivindicación de este derecho o con la denuncia de cualquier acto de vulneración del mismo. En ese sentido, para denunciar la agresión, EHGAM se ha sumado a la concentración convocada por Kitzikan para esta tarde en la plaza Telletxe de Algorta, a las 20.00 horas.

Algortako jatetxe batean gertatutako eraso homofoboa salatu dute

ELKARRETARATZEA, GAUR

Erasoa salatzeko, Kitzikanek elkarretaratzea deitu du gaur arratsalderako, 20:00etan, Algortako Telletxe plazan

Kitzikan sexu askapenerako elkarteak Algortako jatetxe batean gertatutako eraso homofobo baten berri eman du gaur. Elkarte horretako kide bat modu bortitzean kolpatu zuten atzo, 17:30etan, eta erietxera eraman behar izan zuten, begian zauriak eta buruan kolpeak zituela. 

Erasoa salatzeko, Kitzikanek elkarretaratzea deitu du gaur arratsalderako, 20:00etan, Algortako Telletxe plazan. EHGAMek bat egin du deialdiarekin.

Elkarteak bidalitako oharraren arabera, atzo arratsaldean, talde horretako kidea Algortako Bikain jatetxean zegoela, egin zuten erasoa. “Algortako eta Euskal Herriko kaleak, matxista eta homofoboentzako kale arriskutsuetan nahi ditugu bihurtu”, Kitzikanen esanetan.

Biktima jatetxe bateko terrazan zerbait hartzen ari zenean jazo zen erasoa. Antza, ezagutzen zuen gizonezko bat hurbildu zitzaion eta irainak egin zizkion homosexuala izateagatik. Borrokan hasi ziren biak eta erasotzaileak aulki bat jaurti zion. Ertzaintza jatetxera heldu zenean erasotzailea joanda zegoen jada.

Erasoaz gain, aldean zuen gerriko poltsa lapurtu ziotela ere salatu du biktimak.

El Orgullo Gay, con los mineros y contra Thatcher

Pride, dirigida por Matthew Warchus, comienza con el desfile del Día del Orgullo Gay celebrado en Londres en 1984 y termina en el del año siguiente. En ese lapso de 12 meses, los mineros en huelga se rindieron a la intransigencia de Margaret Thatcher, que dio un golpe de muerte a los sindicatos. No todo fueron derrotas porque, en esa lucha desigual contra el cierre de numerosos pozos que dejarían sin trabajo a comunidades enteras, los huelguistas tuvieron, sobre todo en Gales, un aliado con el que no contaban: el movimiento LGSM (Lesbianas y Gais Apoyan a los Mineros), fundado en Londres ese año por Mark Ashton y Michael Jackson.

La película recoge aquella singular convergencia de intereses basada en la necesidad de combatir a enemigos comunes: la policía que reprimía protestas y marchas pacíficas con brutalidad, tabloides homófobos y de derechas que manipulaban la información y, por supuesto, la política ultraliberal del Gobierno conservador de la Dama de Hierro, que entendía el patriotismo como la exigencia de machacar el movimiento obrero.

Era una época en la que la homosexualidad, que ni siquiera hacía dos décadas que había sido despenalizada, era vista todavía por amplios sectores de la sociedad como una enfermedad, una perversión o hasta un delito. La mayoría de los gais y lesbianas ocultaban sus tendencias incluso a sus padres –o sobre todo a ellos- sin atreverse a salir del armario, por temor a la exclusión social e incluso la violencia física. Huelga decir que en un entorno de gente ruda como el de los mineros, la homofobia estaba muy extendida, aunque el porcentaje de homosexuales no tenía por qué ser inferior al de cualquier otro colectivo… sin que casi ningún minero osara admitirlo.

Por fortuna, por lógica y por justicia las cosas han cambiado mucho desde entonces, aunque no todo lo que deberían. La irracional intolerancia sigue viva en este campo como en tantos otros. Sin embargo, crece la percepción de que unos padres que rechacen a su hijo/a por ser gay/lesbiana, o que lo consideren una tragedia que destruye sus vidas, no merecen ser llamados padres. Son ellos, no sus hijos, los que tienen un grave problema o, si se prefiere, una enfermedad o una perversión.

No obstante, cualquiera que tenga ya un buen puñado de años a sus espaldas sabe que las convenciones sociales cambian a veces de forma gan radical que lo que hoy se ve como absolutamente normal –porque lo es- no lo pareciese tanto en los ochenta, la época en la que se desarrolla Pride.

Se trata de una película comprometida, con lo que antaño se llamaba mensaje, pero también comercial, quizás en exceso, y eso hace que el ternurismo que busca la lágrima fácil, orientado de forma descarada al éxito en taquilla, vaya en detrimento de su eficacia como denuncia. Para entendernos: el efecto que produce se acerca más al de Billy Elliot o Full Monty que al de Mi nombre es Harvey Milk. Lo más injustificable es quizá que, en aras de no alienarse el favor de los espectadores norteamericanos, se haya ocultado que Mark Ashton era comunista, una condición que –una eternidad después de la caza de brujas de McCarthy sigue siendo en Estados Unidos el segundo nombre de Lucifer.

Ashton murió de sida en 1987.El filme refleja que la plaga iba extendiendo sin freno en esa época sus tentáculos, sobre todo entre el colectivo gay, lo que era considerado en amplios sectores conservadores como poco menos que un castigo divino. Otro personaje de Pride, Jonathan Blake, fue uno de los primeros infectados por el VIH en el Reino Unido aunque, cumplidos ya los 65, sigue vivo.

Quien sí murió, mientras se rodaba su película, fue la activista galesa Hefina Headon, que jugó un papel crucial en el estrechamiento de los lazos entre mineros y homosexuales. Su compañera de lucha Sîan James, esposa de minero, casada a los 16 y madre por dos veces a los 20, se concienció durante la huelga y la convivencia con los miembros de LGSM. Eso le llevó a mejorar su educación y reforzar su compromiso político. Hoy es diputada laborista por el distrito galés de Swansea Este.

Matthew Warchus ha sabido convertir en buen cine comercial una historia real que, pese a su indudable interés, había caído en el olvido. El guion exigió un escrupuloso proceso de documentación con entrevistas a muchos de sus protagonistas, quienes, según un amplio reportaje publicado en The Observer (http://www.theguardian.com/film/2014/aug/31/pride-film-gay-activists-miners-strike-interview),están en términos generales satisfechos de su traslación a la pantalla.

El LGSM –como otros grupos en el Reino Unido- se rebeló contra el bloqueo por Thatcher de los fondos del sindicato minero, so pretexto de que no pagaba las multas impuestas consecuencia de las protestas. Los huelguistas tuvieron que recurrir a donativos privados. Gais y lesbianas se mostraron muy eficaces en esta misión y los integrantes del colectivo de Londres se trasladaron para expresar su solidaridad a una zona de Gales brutalmente castigada por los planes del Gobierno.

Parte de los habitantes y de los miembros del comité de huelga y del organismo que coordinaba la recogida de fondos rechazaban esa ayuda, no solo por machismo y homofobia –que también- sino, sobre todo, para evitar ser objeto de descalificaciones o a ser manipulados por quienes tenían intereses muy diferentes a los suyos. La convivencia entre los dos grupos, tan opuestos en principio, resultó muy difícil y debió derribar muchas barreras mentales, pero al final se impuso el espíritu de solidaridad y la convicción de que había que luchar todos a una contra el enemigo común.

Un momento crítico, que casi derriba el edificio trabajosamente construido durante meses, fue cuando el sensacionalista The Sun publicó con honores de primera página una información  en la que se denunciaba la alianza entre mineros ypervertidos. Sin embargo, al tabloide manipulador –y a sus aliados en el Gobierno- les salió el tiro por la culata, porque eso dio a LGSM una gran visibilidad, que se reforzó con la celebración exitosa de un concierto multitudinario, Pits and Perverts(algo así como Minas y Pervertidos), en el que se recaudaron miles de libras para los huelguistas. A la postre, el paro fracasaría, pero esa lucha quedaría como uno de los principales ejemplos de la nefasta política social de Thatcher.

Pride tiene un final feliz. En el Día del Desfile Gay de 1985, los derrotados mineros se suman con sus estandartes en agradecimiento por el apoyo recibido. Marchan en cabeza del desfile entre el entusiasmo de los asistentes. Mientras suena la fanfarria, unos rótulos en pantalla informan del destino de los personajes principales y explican que en la conferencia laborista de ese mismo año se aprobó una declaración que comprometía el apoyo del partido a la igualdad de derechos de gais y lesbianas. Con el respaldo unánime, por supuesto, del sindicato de mineros.

Denuncian un ataque homófobo en un bar de Algorta

CONCENTRACIÓN ESTA TARDE

La agresión contra un miembro de Kitzikan se produjo en un bar de Algorta en la tarde del lunes, según ha denunciado la propia plataforma. Esta tarde llevarán a cabo una concentración de repulsa.

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La agrupación Kitzikan de Uribe Kosta ha denunciado un ataque homófobo registrado el pasado lunes en un bar de Algorta contra uno de sus integrantes. Como consecuencia de las heridas sufridas, la víctima tuvo que ser hospitalizada, según esta asociación.

Para denunciar esta agresión, Kitzikan ha convocado una concentración para esta tarde, en la plaza Telletxe de Algorta. A ella se ha sumado ya la agrupación EHGAM.

Al parecer, la agresión se produjo a las 17:30 horas de ayer, cuando el miembro de la asociación por la libertad sexual Kitzikan y exmiembro de EHGAM fue golpeado de modo violento en el bar Bikain de Algorta. En concreto, sufrió heridas en un ojo y variosgolpes en la cabeza. Tras ser atendido, recibió el alta médica. Según ha relatado la asociación Kitzikan, la víctima había sufrido ataques de este tipo anteriormente.

El ataque se produjo cuando tomaba una consumición en la terraza del bar. Al parecer, un individuo que conocía a la víctima se le acercó y le insultó por su condición homosexual, lo que dio lugar a una pelea en la que el denunciante fue agredido con una silla.

Además de la agresión, la víctima también denunció la sustracción de una riñonera que portaba. Cuando agentes de la Ertzaintza llegaron al local, el presunto agresor ya había abandonado el lugar.

En un comunicado, EHGAM ha señalado que “quienes queremos construir otro modelo de sociedad en Euskal Herria, sin homofobia, racismo y sexismo, vemos que es imprescindible responder a todos estos ataques por razones de sexo, etnia, género u opción sexual”.

Por su parte, el departamento vasco de Seguridad ha informado de que la Ertzaintza investiga una denuncia por agresión y robo interpuesta la víctima.

Denuncian una “violenta” agresión homófoba en un bar de Algorta

ESTA TARDE, CONCENTRACIÓN DE RECHAZO

El movimiento de liberación de homosexuales del País Vasco EHGAM ha denunciado una “violenta agresión homófoba” ocurrida ayer en un bar de Algorta, en Getxo, y ha anunciado que se concentrará esta tarde en dicha localidad para rechazarla.

BILBAO.  Según ha informado en una nota, la víctima es un militante del colectivo Kitzikan y exmilitante de EHGAM, que fue agredido por su condición homosexual.

Para denunciar la agresión, EHGAM se ha sumado a la concentración convocada por Kitzikan para esta tarde en la plaza Telletxe de Algorta.

Por su parte, la Ertzaintza investiga una denuncia por agresión y robo interpuesta por una persona que ayer fue agredida sobre las cinco y media de la tarde, cuando tomaba una consumición en una terraza de un establecimiento hostelero de Algorta.

Según han informado fuentes del departamento vasco de Seguridad, al parecer, un individuo que conocía a la víctima se le acercó y le insultó por su condición homosexual, lo que dio lugar a una pelea en la que el denunciante fue agredido con una silla.

Además de la agresión, la víctima también denunció la sustracción de una riñonera que portaba.

Cuando agentes de la Ertzaintza llegaron al local, el presunto agresor ya había abandonado el lugar.

Denuncian una agresión homófoba en un bar de Algorta (Getxo)

Convocadas concentraciones de protesta

  • Al parecer la víctima fue insultado por el agresor que le golpeó después con una silla
  • El herido es militante del colectivo Kitzikan y ex militante de EHGAM

El movimiento de liberación de homosexuales del País Vasco EHGAM ha denunciado una “violenta agresión homófoba” ocurrida ayer en un bar de Algorta, en Getxo (Bizkaia), y ha anunciado que se concentrará esta tarde en dicha localidad para rechazarla.

Según ha informado en una nota, la víctima es un militante del colectivo Kitzikan y ex militante de EHGAM, que fue agredido por su condición homosexual.

Para denunciar la agresión, EHGAM se ha sumado a la concentración convocada por Kitzikan para esta tarde en la plaza Telletxe de Algorta.

Por su parte, la Ertzaintza investiga una denuncia por agresión y robo interpuesta por una persona que ayer fue agredida sobre las cinco y media de la tarde, cuando tomaba una consumición en una terraza de un establecimiento hostelero de Algorta.

Según han informado fuentes del departamento vasco de Seguridad, al parecer, lo que dio lugar a una pelea en la que el denunciante fue agredido con una silla.

Además de la agresión, la víctima también denunció la sustracción de una riñonera que portaba.

Cuando agentes de la Ertzaintza llegaron al local, el presunto agresor ya había abandonado el lugar.

La igualdad vence a los prejuicios

Las protestas masivas en EEU U obligan a dos Estados a modificar una ley sobre libertad religiosa que abría la puerta a la discriminación de los homosexuales

manifestacion en indiana

Manifestación en Indiana contra el gobernador Pence. / NATE CHUTE (REUTERS)

Una oleada de protestas en Estados Unidos ha forzado esta semana la rectificación de dos leyes que amenazaban el avance de los derechos de los homosexuales en nombre de la libertad religiosa. Las manifestaciones, boicots y pronunciamientos de las mayores empresas del país, casi al unísono, lograron que los Estados de Indiana y Arkansas dieran un paso atrás para evitar que las leyes sean utilizadas para discriminar contra gais y lesbianas. Pero su iniciativa ha sacado a la luz el intento del sector más conservador de la sociedad estadounidense para impedir la consolidación de unos derechos que muchos ya consideran inevitable.

En el tira y afloja que protagonizan estos días los conservadores y la comunidad homosexual es el mismo que sucedió a las primeras regulaciones del derecho al aborto o el acceso a los anticonceptivos. La sociedad estadounidense, impulsada por un cambio demográfico que forma una nación más diversa y más progresista, respalda ampliamente el derecho a la igualdad de los homosexuales. En el extremo contrario, la libertad religiosa se convierte en el último recurso legal de los conservadores contra ese avance.

Los principales líderes republicanos han defendido la ley de Indiana, copiada después por Arkansas. El republicano Jeb Bush, exgobernador de Florida y probable candidato a la Casa Blanca, afirmó que Indiana ha hecho “lo correcto” y que la ley “no es discriminatoria”. Su compañero de partido y candidato a la presidencia en 2016, Ted Cruz, celebra que la ley diera voz “a millones de valientes conservadores”. Frente a ellos, la demócrata Hillary Clinton lamentó que EE UU todavía se enfrente a estos debates. La Casa Blanca rechazó la ley porque “renuncia a los valores que defienden los ciudadanos”.

La estrategia republicana responde a los últimos avances de los derechos de los homosexuales, explica Sally Steenland, del Center for American Progress. El Tribunal Supremoestudiará esta primavera si los homosexuales tienen derecho a casarse. Seis de cada 10 votantes apoyan el matrimonio entre personas del mismo sexo y siete de cada 10 viven en uno de los 37 Estados donde está reconocido el matrimonio homosexual. Un 72% cree que el matrimonio igualitario es inevitable, según datos del Centro Pew. Las cifras justificaron una portada del diario conservador The Indianapolis Star esta semana. Eran tres palabras en blanco sobre negro para instar a los legisladores a cambiar la ley: “Arreglen esto ya”.

Los republicanos se amparan en una ley firmada por Bill Clinton en 1993, pero el país ha cambiado profundamente desde entonces. Decenas de organizaciones civiles reaccionaron contra Indiana junto a líderes empresariales de Apple, Walmart, General Electric o Yelp y gobernadores demócratas que anunciaron boicoteos contra Indiana.

Estados Unidos busca el límite donde pueden convivir la libertad religiosa y los derechos de las minorías. Los asuntos sociales separan a los republicanos de los demócratas, aunque en el caso de Indiana, los conservadores libran una batalla con su propio ideario, obligados a satisfacer a los votantes de mayor edad sin poner en peligro el futuro al electorado más joven ni el ala empresarial del partido.

En este primer choque cultural del año ha vencido el derecho a la igualdad de los homosexuales. Las protestas celebradas durante toda la semana obligaron a Indiana a modificar el texto de la ley para prohibir que se niegue la atención a nadie en los comercios. “El mensaje es claro. Nuestros negocios están abiertos. Damos la bienvenida a todo el mundo. No discriminamos contra nadie”, declaró el portavoz de su Asamblea, Brian Bosma.

Conscientes del riesgo de perder votantes por estas posiciones más conservadoras, el grupo de jóvenes Log Cabin Republicans celebró los cambios en la legislación. “Era demasiado amplia y vaga e invitaba a cualquiera a confiar en que el Estado le defendería si se le acusaba de discriminación”, dice su director, Gregory Angelo. “Ahora sí queda claro que la libertad religiosa y los derechos de la comunidad LGBT sí pueden convivir”.

La primera señal de la desconexión entre los políticos más conservadores y el resto de la sociedad llegó el pasado domingo. Un periodista preguntó al gobernador de Indiana, Mike Pence, si su nueva ley daba permiso para discriminar. Su reacción de fue un tartamudeo de varios días. El jueves, Pence atribuyó la fuerte reacción ciudadana a una “confusión” creada por los medios.

“La ley supone una limitación en lo que el Gobierno federal puede decir y lo que no”, afirma Montserrat Alvarado, directora de operaciones de la fundación Becket Fund, especializada en la intersección entre la libertad religiosa y los derechos de las minorías.

El rechazo y la reacción casi coordinada de decenas de organizaciones revela un cambio de mentalidad impensable hace solo cinco años. “Al tener que hablar de discriminación, perdieron la iniciativa en este debate”, alega Sally Steenland. La experta define la reacción de la sociedad y los líderes empresariales como una “bofetada” a los republicanos. “Lo que les sorprendió fue lo fuerte y alto que sonó el rechazo en todo el país”.

La aprobación de las leyes en Indiana y Arkansas ha funcionado como una luz roja para los republicanos. El gobernador de Indiana, Mike Pence, tardó solo una semana en proponer una enmienda para impedir la discriminación por motivos de orientación sexual. Su homólogo de Arkansas, que había copiado el texto en una iniciativa similar, anunció que no firmaría la ley. Y en Georgia, el siguiente en la lista, han cancelado su votación.

Para la Unión Americana por los Derechos Civiles el giro “representa un cambio drástico” en la manera en que EE UU reacciona a la discriminación en nombre de la religión. “Indiana cometió un error terrible y peligroso y chocaron con una condena que va a dañar su reputación y su economía”. Era el mismo argumento de cinco exalcaldes de Indianápolis, que exigieron en una carta la corrección inmediata de la ley para evitar “consecuencias indeseadas”.

La avalancha de protestas, y la consiguiente rectificación, puede haber llegado a tiempo para evitar que esta polémica se convierta en un problema para la campaña republicana. El partido conservador se enfrenta al reto de convencer a un electorado cada vez más joven más diverso y más abierto a los avances sociales de lo que lo ha estado nunca EE UU.

Un año de ofensiva republicana

Numerosos gobernadores republicanos han alegado en los últimos meses que era necesario aprobar leyes similares a nivel estatal para impedir que el Gobierno interfiriera en las prácticas religiosas de los ciudadanos. El último de ellos ha sido el de Indiana.

Los conservadores se amparan en una normativa que aprobó el presidente Bill Clinton en 1993, la Ley de Libertad Religiosa. El texto concedía a los ciudadanos determinadas excepciones en el caso de que una legislación federal les obligara a actuar en contra de su religión. En la actualidad, un total de 20 Estados cuentan en la actualidad con leyes de estas características que, según sus detractores, pueden ser utilizadas para justificar la negación de determinados servicios a los homosexuales. Otros 12 las han incorporado solo en el último año.

Las normativas, como ha alegado el gobernador de Indiana, tienen el objetivo de obligar al Gobierno federal a cumplir con más requisitos para poder exigir a corporaciones, organizaciones o individuos que actúen en contra de sus principios religiosos.

El mapa de los 32 Estados que cuentan con este tipo de leyes, frente a los que carecen de ellas, es muy similar al de los lugares donde el matrimonio entre personas del mismo sexo ha sido legalizado. Mientras que las costas Este y Oeste avanzan con la mayoría de la sociedad, en un cambio que ha llegado también incluso a Alabama, tradicionalmente conservadora, el centro y el medio oeste mantienen la misma postura que se respiraba hace más de 20 años, cuando Clinton firmó las protecciones legales para minorías religiosas en la Casa Blanca.