Madrid:El Orgullo pierde peso político tras el fin de la campaña

El secretario Político de Podemos, Íñigo Errejón (2d), junto al presidente de la FELGTB Jesús Generelo (d) durante la manifestación del Orgullo LGTB más grande de Europa que recorre el centro de Madri

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Madrid volvió a teñirse ayer de multicolor como cada mes de julio pero este año, a diferencia del pasado, se notó que las urnas electorales acaban de guardarse y que ningún partido cree que vayan a desempolvarse próximamente. Si en el Orgullo de 2015 Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Alberto Garzón casi codearon entre ellos por agarrarse a la pancarta de cabecera de la manifestación, en esta ocasión los líderes de PSOE, Podemos e IU cedieron sin aspavientos el papel protagonista a políticos secundarios y hasta de reparto dentro de sus partidos.

A falta de rostros nacionales que poderse llevar a la cámara -con la sola excepción del número dos de la formación morada, Íñigo Errejón, muy aclamado entre la chavalería-, Begoña Villacís y su sonrisa perpetua fueron el epicentro de los focos. La portavoz de C’s en el Ayuntamiento de Madrid participó en el acto reivindicativo organizado por la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) y Cogam para reclamar una sociedad libre de homofobia.

Pese a la inexistencia de otras elecciones generales a la vista, la cita vino precedida por un nuevo veto al PP como tal. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, fue invitada únicamente en razón de su cargo institucional, así que la también líder de los populares en la región optó por no asistir debido a la discriminación a la que considera que ha sido sometido su partido.

Bajo el lema Leyes por la igualdad real ¡ya!, la marcha del Orgullo partió de Atocha y desembocó en Colón. Allí, al igual que hace un año, la alcaldesa de la capital, Manuela Carmena, se subió al escenario para manifestar públicamente su compromiso con la causa LGTB. A efectos prácticos ya lo ha demostrado también al llevar al Pleno del Ayuntamiento junto al PSOE una propuesta para que se le puedan aplicar excepciones de ruido a esta celebración y así evitar las tradicionales multas por incumplimiento de la Ordenanza contra la Contaminación Acústica que se imponen a sus promotores.

En su intervención, la regidora señaló que «hay que ser tolerantes ante la intolerancia» para que no pueda haber nadie que se oponga a erradicar «los nidos de homofobia» que quedan. «Muchos de los que dijeron que no, que pusieron dificultades, que negaron derechos, ahora están aquí con nosotros; ésa es la mejor victoria», destacó la primera edil sin personalizar su mensaje, aunque a su espalda en el escenario sí estaba por primera vez un cargo político vinculado al PP.

Se trataba del consejero de Presidencia de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido, que mostró la voluntad del Gobierno regional por abanderar «la defensa de las libertades». Al número dos de Cifuentes los organizadores de la marcha lo pusieron en un compromiso al mostrarle en público su deseo de que la Ley LGTB sea aprobada por unanimidad en la Cámara de Vallecas, cuando lo más parecido que ha habido hasta ahora -la de Transexualidad- salió adelante en marzo con los votos a favor de la oposición en bloque -PSOE, Podemos y Ciudadanos-, pero con la abstención del Grupo Popular.

Los mismos cambios normativos para la protección de este colectivo a nivel nacional en todos los ámbitos, desde el educativo hasta el sanitario, han sido las demandas que ha enarbolado la manifestación del Orgullo 2016. La marcha contó con una segunda pancarta de cabecera para reivindicar este año el de la Visibilidad Bisexual en la Diversidad.

A modo de flautista de Hamelin, una furgoneta con altavoces amenizó el comienzo del ecléctico desfile en el que se dieron cita una treintena de carrozas. Los himnos clásicos del colectivo LGTB, como el A quién le importa de Alaska, se intercalaron con los mensajes reivindicativos en los que no faltó el recuerdo a los 49 jóvenes asesinados el mes pasado en una discoteca de Orlando mientras celebraban el Orgullo Gay, ni al político socialista Pedro Zerolo, fallecido hace un año, que fue uno de los artífices de la aprobación del matrimonio homosexual en España.