La Iglesia luterana de Noruega permitirá los matrimonios gays
“Pronto podré casarme en la iglesia. No soy diferente”, afirma Kai Steffen Ostensen, uno de los delegados del Sínodo General, el mayor órgano de decisión de la Iglesia evangélica-luterana de Noruega. Las bodas entre personas del mismo sexo han sido aprobadas por la Iglesia luterana, poniendo fin a un largo debate que ha durado dos décadas.
De los 115 miembros que componen el Sínodo General de la Iglesia noruega, 88 han apostado por fijar una posición favorable a los matrimonios entre personas del mismo sexo. “Es un gran día para mí, para el movimiento de la iglesia abierta y para la Iglesia de Noruega”, ha afirmado el delegado Gard Sandaker-Nilsen, citado por el canal de televisión NRK.
La decisión aprobada introducirá una ceremonia segregada para las parejas homosexuales que complementará, a partir de enero, el ritual tradicional. Así, las parejas contraerán matrimonio en su parroquia, lo que supone “un sueño hecho realidad”, asegura Ostensen, que reduce la cuestión a un concepto básico sin prejuicio, “soy una persona que ama a otra persona”.
El Sínodo opina que “las diferentes visiones teológicas” no deben romper la unidad de la Iglesia, ante las que sólo cabe la permisividad a la hora de “expresar las opiniones sobre los matrimonios entre personas del mismo sexo”.
Los sacerdotes podrán abstenerse de realizar dichos enlaces. En Noruega, el 73% de sus 5,2 millones de habitantes son de religión luterana.
Este no ha sido el primer intento de lograr un matrimonio igualitario. En el año 2009, Noruega reemplazó la Legislación de 1993 por una nueva ley que permitió que las parejas del mismo sexo se registrasen, pero no casarse. En 2014, se realizó otra propuesta de posicionamiento que el Sínodo de la Iglesia luterena rechazó y en el otoño de 2015, la conferencia de obispos, de nuevo, no consiguió llegar a un acuerdo.