‘TRANS-fondo’, el cuento de los niños con vagina y niñas con pene

Cinco hermanos protagonizan un cuento por la diversidad. Una herramienta didáctica para explicarle a los niños qué es la identidad sexual

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Ony es un niño al que, de mayor, le gustaría ser astronauta. Es un niño convencional, con pene. Ailec es una niña muy presumida, le gusta mucho el color rosa y vestirse como una princesa. Pero ella no es la típica niña que imagina formar parte de un gran baile, ella es una niña con pene. Juntos forman el fiel reflejo de una realidad social: los menores transexuales.

Celia López Valero, orientadora escolar y Cristina López Vargas, ilustradora, son las madres de Ony y Ailec, y también de Claumen, Aflec y un pequeño bebé.Cinco hermanos que protagonizan un cuento por la diversidad: TRANS-fondo, una herramienta didáctica para trabajar con el alumnado que se le ocurrió a Celia ante la falta de material con el que poder explicarle a los niños qué es la identidad sexual y por qué ahora “Manuel se llama Manuela”.

“A raíz de detectar que cada vez eran más frecuentes los tránsitos en personas transexuales dentro de los colegios, me faltaban herramientas para explicarle a los alumnos más pequeños por qué Manuel ahora era Manuela o por qué Carla ahora era Carlos. Elaboré TRANS-fondo: un cuento que va con una serie deinstrucciones para que un adulto pueda manejarlo con el niño“, explica Celia, que en un principio lo ideó para las clases de infantil y primaria.

Desde el primer momento, Celia quiso contar con la ayuda de su prima Cristina, ilustradora infantil, que ya le había ayudado anteriormente a hacer láminas y materiales para poder trabajar en los coles. Así plantearon un cuento que “puede ser igual de útil para niños de secundaria que para profesorado” y cuyafinalidad es normalizar y “visibilizar que existen menores transexuales y cuerpos diversos”.

Pero de momento, lo único que separa a estos cinco personajes creados a manos de Celia y Cristina de los más pequeños es el dinero. En concreto, 6500 euros, lo que cuesta la impresión de TRANS-fondo, con un formato en papel más grueso y unas ‘ventanas’ que los niños abren a lo largo del cuento. “Estuvimos preguntando meses y meses en imprentas y editoriales y el sistema de troquelado, las ‘ventanitas’, es carísimo. Las ‘ventanas’ eran de cuatro tamaños distintos y al final, hemos tenido que simplificarlas a un mismo tamaño porque solamente hacer cada troquelado son 900 euros”, argumenta Cristina, la creadora de las ilustraciones.

Con la ilusión de sacar el proyecto adelante reuniendo tal cantidad, estas gaditanas han lanzado una campaña de ‘crowdfunding’ en la plataforma Verkami. En la campaña de TRANS-fondo, se reserva un ejemplar y/o unas recompensas mediante diversas opciones de mecenazgo, que llegarán a casa una vez conseguido el objetivo. Sólo si se hace la reserva mediante Verkami, se conseguirá llevar a impresión el cuento.

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Hasta ahora, llevan recaudados más de un tercio del objetivo, lo que supone aún un camino por recorrer. “La gente tiene muchas dudas de qué es un ‘crowdfunding’, explica Cristina. “Se piensan que se les cobra ahora y no, se cobra si el proyecto sale cuando termine la campaña. O también piensan que el cuento se publicará de todas formas, lleguemos o no al objetivo, no entienden que es una reserva, una inversión para que nosotras podamos publicarlo”, defiende la ilustradora.

La publicación de TRANS-fondo, un “libro para todos”, permite explicar qué es la transexualidad, rompiendo los estereotipos asociados a los géneros. Los niños irán abriendo ‘ventanas’ a lo largo de las siete páginas para descubrir el pelo, los ojos, los genitales y, por último, el corazón de los diferentes personajes. “Somos lo que nos dice nuestro interior”, sostiene Celia. “En el cuento lo hemos puesto de forma metafórica con un corazón, que siempre va a ser el que nos diga qué es el personaje, si un niño o una niña, aunque en realidad lo que nos dice quiénes somos es el cerebro, que es el órgano sexuado, no los genitales”.

Mostrar los genitales de los personajes no ha sido sencillo, y mucho menos, en un libro que caerá bajo ojos inocentes, como bien explica Cristina: “Estuve probando cómo hacerlo y al final, decidí utilizar los menores trazos posibles, de una manera muy inocente y que no pudiera ofender a nadie”. El libro estátratado de una forma muy delicada, aunque parece que los más pequeños entienden mucho mejor y de manera más natural que los adultos que los genitales son una parte más del cuerpo y no definen quiénes somos.

El cuento cierra con un último personaje, “un bebé, al que no se le ve la genitalidad que tiene”, que invita a reflexionar a los niños al encontrarse a un personaje cuyo pañal oculta su genitalidad asignada, con los ojos cerrados y sin pelo. “Bueno, ¿y el bebé qué es? ¿Un niño o una niña?”, se cuestionan los menores. Para Celia, esto “da mucho juego a que los niños vayan reflexionando y analizando que realmente por las características físicas es imposible determinar quién es una persona, hay que esperar a que hable, a que lo diga porque está en el trasfondo de ello”.

Un TRANS-fondo que no tiene un final, en el que no hay un “colorín colorado, este cuento se ha acabado”, porque cuando a Cristina y Celia le preguntas qué es para ellas su cuento, se quedan sin palabras y responden que es “diversidad” y “mucho, una herramienta para cambiar la sociedad”. Una sociedad que tiene mucho que aprender con este cuento, a aceptar que “las niñas con pene son igual de legítimas que las niñas con vulva” y lanzar un mensaje de normalidad, un mensaje simple para Celia: “No existen los cuerpos equivocados”, al igual que “no todo es rosa o azul”.