El amigo americano
Pocas noticias podían habernos producido una mayor satisfacción en pleno Orgullo LGTB 2015 que la resolución del Tribunal Supremo de EEUU declarando plenamente constitucional el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo. Cuando se celebran los 10 años de consecución en España del matrimonio igualitario y, por tanto, de la igualdad plena para toda la ciudadanía.
Estos 10 años han demostrado la capacidad transformadora de este derecho. La visibilización que ha posibilitado ha causado un cambio radical en la percepción, por parte de la sociedad, de la diversidad sexual y de género.
Extrapolándolo a nivel internacional, la inclusión de EEUU en el todavía reducido grupo que reconoce este derecho es un momento clave que, con toda probabilidad, va a suponer un salto cualitativo en la expansión de derechos LGTB -derechos humanos, no lo olvidemos- por todo el planeta.
Es ocioso insistir en la influencia a todos los niveles de EEUU: política, económica, cultural… El avance legislativo español tuvo enseguida una influencia positiva en su entorno cultural: Argentina, Uruguay y México han ido reconociendo en pocos años la igualdad en el derecho a contraer matrimonio. El área de influencia de Estados Unidos es global.
Y no olvidemos que la expansión de derechos es contagiosa. La Historia nos ha demostrado que sucede como en el juego de fichas de dominó: una vez que cae una, las otras la siguen irremediablemente. Esta vez ha caído la ficha más alta, la que tiene más poder para poner en marcha el juego. Los ejemplos son muchos: el sufragio femenino, que fue imponiéndose en las democracias a lo largo de los años. Igual que con la abolición de la esclavitud o el derecho al divorcio.
En materia de derechos de las minorías sexuales, la pequeña historia del movimiento LGTB ya viene también cargada de influencias de la metrópoli libertaria que en ocasiones es EEUU. La bandera del arco iris fue inventada en San Francisco y ahora da color en una buena parte del planeta.
Si la expansión cultural estadounidense ha conseguido (no olvidemos que se trata de Hollywood, la industria del disco, editorial, televisiva, los vídeo juegos, la publicidad, etc.) que sintamos como una tradición irrenunciable la celebración de Halloween, podemos hacernos una idea de lo que va a suceder con el matrimonio igualitario. En esta ocasión, cuando se trata de derechos humanos, bienvenida la influencia norteamericana.
Porque, además, recordemos que la sentencia no solo habla de constitucionalidad, sino que establece el acceso al matrimonio como un derecho fundamental. Y eso son palabras mayores. Con la ayuda inestimable, por supuesto, del resto de los países que hemos precedido a EEUU.
Feliz Orgullo. Feliz Igualdad, compañeras y compañeros norteamericanos.
Jesús Generelo es presidente de la FELGTBA