EL FEMINISMO TOMA MADRID Y DEJA CLARO QUE «NI UNA MÁS»
Un grupo de Vox, la formación de ultradercha, trató de boicotear la marcha pero fueron expulsados
«Esto tiene que acabar». Una de las portavoces del movimiento feminista clamaba contra el triste reguero de muertes provocadas por el machismo desde el escenario ubicado junto a Plaza de España. Frente a ella, decenas de miles de personas que secundaron una de las movilizaciones más importantes de los últimos años en Madrid.
Hubo un grupo que quiso aguar la marcha. Pero no duró ni cinco minutos. Militantes de Vox, el partido de ultraderecha española, trataron de reventar la marcha en el inicio colocándose en su cabecera. Fueron invitados a abandonar el acto y la marcha, inmensa, siguió por su camino. Frente a esa pequeña gota, una riada morada (la mayor parte de las asistentes vestía alguna prenda del color del movimiento feminista) tomaba las calles de Madrid y recordaba no solo a las muertas por la violencia machista, sino que defendía que la igualdad debe ser una cuestión de Estado. No es únicamente la violencia, sino la cadena que sustenta la desigualdad.
Entre los clásicos cánticos de «vamos a quemar la conferencia episcopal» y un ambiente festivo, también se colaron candidatos al Congreso español. Pedro Sánchez (PSOE), Pablo Iglesias (Podemos) y Alberto Garzón (IU), por cierto, todos hombres, secundaban sus pancartas aunque, por una vez, no en la cabecera. Lo relevante no era eso. Más de 21.000 personas habían llegado a Madrid solo en autobuses fletados desde todo el Estado. «Las violencias machistas suponen la manifestación más violenta y la más grave violación de los derechos de las mujeres que afronta nuestra sociedad. Mujeres y menores sufren violencia patriarcal en múltiples formas y esto solo es la punta del iceberg», remarcaba el manifiesto, que se leyó en Plaza de España en castellano, euskara, catalán y gallego. Punto de inflexión que debería hacer reflexionar no solo en campaña.