Un portavoz del PP en Mallorca quiere celebrar el ‘día del machote’
- El exalcalde de Sóller crea polémica en el debate sobre la diversidad sexual
- Su otra propuesta frente a la moción de la oposición por los derechos LGTBI es promover “la semana de la señorita de toda la vida”
El portavoz del PP en el Ayuntamiento de Sóller, Carles Simarro, ha propuesto la celebración del “día del machote” y la “semana de la señorita de toda la vida” en contestación a una moción promovida por los grupos Més, PSOE y Guanyem que instaba a hacer visible la diversidad sexual de las personas y garantizar los derechos de lesbianas, gays, trans, bisexuales e intersexuales y para erradicar la fobia que aún existe hacia estos colectivos.
La moción, que recoge la reciente ley aprobada en el Parlament Balear con el apoyo de todos los partidos, prosperó en Sóller gracias a los votos de los tres partidos progresistas y obtuvo la abstención del PI y del PP, y el voto negativo particular de un concejal popular, Joan Ruiz.
Las caras de los miembros del equipo de gobierno parecían un poema a medida que tanto Jaume Bestard (PI) como Carles Simarro (PP) iban explicando sus argumentos para no apoyar la moción. Situados en órbitas diametralmente diferentes no fue posible el entendimiento entre los dos bloques pese al debate que se estableció durante la recta final del pleno del martes por la noche.
Catalina Esteva (Més) fue la encargada de defender un texto institucional que llega a Sóller poco después de la aprobación en el Parlamento balear de una ley que pretende acabar con las situaciones de discriminación, acoso o violencia contra las personas que forman parte de estos colectivos. Esteva defendió que “Orlando nos debe hacer reflexionar sobre una lacra social que no está superada”.
Desde el PP, Simarro señaló que “esta no es una tarea que nos compete como Ayuntamiento” y animó a los miembros del Consistorio a mejorar la limpieza de las calles. Sostuvo que “nunca en este Ayuntamiento ha habido discriminación por ninguna orientación sexual”, dijo que “las mujeres tienen más derechos que los hombres” y se interesó sobre los compromisos que adquiría el Consistorio con la aprobación del texto y las consecuencias que de ellas se derivarían. El portavoz del PP acusó a los promotores de la moción de “aprovecharlo para parecer aún más progresistas” y reivindicó “la celebración del día del machote” y “la semana de la señorita de toda la vida” o también “del día de los músicos o el de los heterosexuales“.
El fondo
En un discurso similar, Bestard aseguró que estaba de acuerdo con el fondo de la propuesta, pero no con la forma, considerando que “aprobar este texto puede llegar a tener el efecto contrario al deseado” y que “puede haber problemas si cada uno reivindica el suyo”. Para Bestard “la legislación es bien concisa y de cada día más gente lo tiene claro”.
Susana Sina (Guanyem) contestó detallando que el Ayuntamiento puede realizar una “buena labor de educación para normalizar todas las orientaciones sexuales” mientras que Esteva dijo de Simarro que tiene “una visión estrecha, porque piensa que hacer política municipal es sólo limpiar las calles”. Para Esteva “todo lo que pasa en el mundo nos interesa porque podríamos haber tenido un hijo estudiando en Orlando”, y detalló que la moción “no obliga a exhibir la bandera multicolor en el balcón del Ayuntamiento una vez al año y a tener esta cuestión en cuenta a la hora de organizar actos”.
Simarro concluyó que no quería aprobar un texto con el que muchos vecinos de Sóller no se sintieran cómodos, negó la existencia de ningún problema de discriminación y atribuyó la presentación de esta moción a la “falta de operatividad del Ayuntamiento”. Además, instó a los tres partidos que presentaban la iniciativa a defender sus tesis como partido, pero no como institución municipal.
Ya más tarde, y a raíz de la polémica desatada en el municipio con sus declaraciones, Simarro afirmó a este medio que no pretendía ofender a nadie y que su intención era destacar que “la sexualidad entra en el ámbito privado”. Insistió en que con sus intervención en ningún momento quiso “ridiculizar nada ni ofender a nadie”.