EL PAIS:Torneo contra el matrimonio homosexual en el polideportivo de La Elipa

50 ultraderechistas de España en Marcha organizaron el 28 de junio un evento “por la familia”

grupo futbol fascista

Miembros de España en Marcha posan en La Elipa. / FOTO CEDIDA POR UGT

Unas 50 personas de la plataforma ultraderechista España en Marcha organizaron el sábado 28 de junio un partido “por la familia” en el polideportivo de La Elipa de Madrid. El grupo colocó banderas preconstitucionales como la cruz celta o el águila imperial en el recinto, denuncia el sindicato UGT, que detectó la intención del grupo de celebrar un torneo de fútbol en favor del matrimonio “oficial” y en contra de los enlaces homosexuales.

El colectivo, integrado por Alianza Nacional, el Movimiento Católico Español y Falange, colocó dos puestos, uno para bebidas y otra con simbología fascista, según adelantó Madridiario. El Ayuntamiento asegura que los operarios del recinto, apenas a unos metros de distancia de un campo de béisbol con población de origen dominicano, llamaron al 112, que a su vez puso en marcha a los efectivos de Policía Municipal y Nacional.

El Ayuntamiento confirma que un particular reservó una pista para jugar al fútbol sala con su DNI y pagando las correspondientes tasas. Los efectivos policiales retiraron la simbología (la normativa municipal impide colocar banderas o pancartas en los polideportivos) y la megafonía, que no estaba autorizada. Los agentes, que recibieron la llamada a las 11.53, abandonaron el recinto a las 13.16 sin altercados. El informe policial califica la actitud del grupo hacia los agentes como “correcta”.

UGT asegura que este es el segundo año que el grupo celebra este torneo, aunque en 2013 “no se hicieron notar tanto”. El sindicato califica de “indignante” que se usen recintos públicos para actos homófobos y asegura que el torneo continuó con las banderas colocadas en la instalación, situación que desmiente el Ayuntamiento.

El portavoz del Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento, Jaime Lissavetzky, ha condenado el acto: “Este torneo nunca debió celebrarse. Madrid no es esto. La inmensa mayoría de los madrileños nos avergonzamos de este tipo de manifestaciones y la casa de todos, como es el polideportivo de La Elipa, no puede ser sede de un acto que, además de xenófobo, podría llegar ser ilegal”. Lissavetzky pide explicaciones al Ayuntamiento y que se tomen las medidas necesarias para que “algo así no vuelva a suceder”.

PUBLICO: SHANGAY LILI -Gaypitalismo: Orgullo Empresarial

http://blogs.publico.es/shangaylily/2014/07/02/gaypitalismo-orgullo-empresarial/

Otro Orgullo Gay de Madrid (MADO) y otro año en el que los gaympresarios (esa élite de empresarios que han convertido la lucha gay en negocio) monopolizan y desvirtúan el Orgullo convirtiéndolo en una lucha por mejorar sus beneficios empresariales. Tristemente, con la colaboración de las asociaciones, los gaympresarios de AEGAL han conseguido convencer a la comunidad y  la sociedad en general de que los logros del Orgullo Gay se deben medir en virtud de sus beneficios económicos. El argumento que desde la FEGLGTB hasta COGAM se da como legitimidad del Orgullo es que da beneficios de 100 millones de euros a Madrid.

¿Quiere decir eso que si eres maricón, bollera o trans y pobre no tienes derecho a ser visible o respetado? ¿Si no generas beneficios al patriarcado homófobo a costa de tu identidad, tu dignidad y tu cuerpo no existes? ¿Es ése el argumento neoliberal que las asociaciones gays quieren imponer al Ayuntamiento de Madrid y a la sociedad como parámetro de respeto o integración? Porque ese argumento es puro neoliberalismo, privatización en acción que deja a la masa trabajadora, los de abajo, las transmaricabollos precarios, fuera de los supuestos logros de la lucha gay.

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Y es que el gaypitalismo, tal como lo denunciaré en mi venidero libro Adiós, Chueca (Memorias del gaypitalismo: creando la marca gay), ha secuestrado el Orgullo Gay como herramienta política y lo ha convertido en un lucrativo negocio privado a manos de unos pocos oligayrcas que constituyeron AEGAL para controlar los beneficios y organización de MADO (los otros dos son las esclavas asociaciones FELGTB y COGAM). Pero el orgullo no es una verbena con más o menos conciertos para solaz de heteros borrachos, el Orgullo es una herramienta política que transmaricabollos luchadoras levantaron con su sacrificio y esfuerzo para visibilizar nuestra diferencia, no para promocionar las carreras de artistas más o menos pop que pagan a gaympresarios para cubrirse de una pátina de modernidad y tolerancia que termina llamándose “diva gay” o “icono gay”.

Por supuesto, tanto FELGTB como COGAM se llevan la peor parte: la de legitimar y defender políticamente los desmanes empresariales de AEGAL. Así este año se ha vuelto a hacer pasar como prioridad de la lucha contra la homofobia, como agresión a la comunidad, la defensa de los intereses empresariales de una élite agrupada bajo AEGAL que plantea como gran victoria gay que el recorrido pase por unas calles  o los conciertos y pregones se hagan en determinadas plazas (gran parte de la presidencia de AEGAL la constituyen las gaympresarias dueñas de los locales de la Plaza de Chueca) o nuestra lucha se habrá perdido. ¿De verdad quieren que creamos que el gran logro de la lucha gay es que Maika Contreras, dueña del Escape, Trucco y demás, o mi ex-socio Alfonso Llopart, dueño de mi robada revista Shangay (por algo lleva mi nombre) y sus negocios con artistas que van en paquetes promocionales de portada y concierto (y este año un macroconcierto en el Vicente Calderón a beneficio de su bolsillo), o Pedro Serrano y sus locales Trip-Family (en cuyas oficinas está AEGAL), pueden hacer el mejor negocio privado posible? ¿Es ese el objetivo de la lucha gay y del Orgullo? ¿Y cómo se entiende que denuncien como malos de la película al Ayuntamiento del PP con el que mantienen inmejorables relaciones y en algunos casos hasta negocios compartidos? ¿Cómo se explica su amistad con Gallardón, Villanueva o concejales del PP con los que cenan y van a fiestas en las que cierran negocios o concesiones de licencias a terrazas ilegales para luego denunciarlos a través de sus colegas de la FELGTB o COGAM como homófobos en contra de la comunidad?

La hipocresía y victimismo que las asociaciones FELGTB y COGAM (esclavas de la Asociación de Empresarios Gays y Lesbianas AEGAL, creada por mi ex-socio Alfonso Llopart con su compinche Pedro Serrano y Maika Contreras, repito) queda una vez más en evidencia. En acaloradas intervenciones denuncian el desprecio y boicot del PP de Madrid, especialmente su homófoba alcaldesa Ana Botella y la nueva estrella homófoba, la delegada del gobierno Cristina Cifuentes, cuando por otro lado legitiman y defienden a sus socios en MADO de AEGAL que son íntimos y socios del PP de Madrid en numerosos negocios. Un dato es que uno de los principales oligayrcas y socios de Llopart-Serrano-AEGAL es Kike Sarasola, íntimo de Gallardón y ahora de lo peperos malagueños desde que abrió su hotel allí. O los desmanes de la Terraza de la Reina o la del Hotel Óscar o los negocios peperos en el antiguo Mercado de San Antón en Chueca, convertido en centro de negocios del PP y grandes superficies que han destruido a los pequeños negocios para llenarse de absurdigays… ¿cómo se explica esa intimidad con la supuesta guerra que tiene el PP con los promotores de MADO? Sencillo, lo utilizan como herramienta política para justificar su inexistente “martirio” ante la comunidad LGTB a la que dicen defender de estos enemigos cruentos (que son sus amigos, socios y aliados).

Y mientras tanto, se multiplican las agresiones a gays, lesbianas y trans en las escuelas, las calles, los espacios que el PP, la Iglesia y los absurdigays llenan de odio. En la Universidad de Santiago de Compostela se readmite a un profesor despedido por homofobia, en la Universidad de Extremadura una profesora da apuntes que son pura homofobia, en El Corte Inglés y la Casa del Libro se vuelven a vender libros para “curar la homosexualidad”… pero lo importante es que el recorrido del Orgullo sea mono.

No al gaypitalismo y su destrucción de la lucha (de clases) gay que nos ha llevado a una espantosa derechización de la comunidad (la mayoría de los dueños de los pocos locales gays que quedan en Chueca se declaran abiertamente votantes del PP) que ha acabado con ese Chueca que era símbolo de libertad (de ahí el título de mi venidero libro Adiós, Chueca). El Orgullo Gay no es una verbena de conciertos que dé poder y monopolio a gaympresarios espabilados. El Orgullo es una herramienta política con la que combatir la opresión y dar visibilidad a nuestra dignidad frente a la homofobia. Ya está bien de que en el Orgullo los más visibles sean artistas heterosexuales que no han sufrido el boicot de una industria que niega lo alternativo, lo transgresor, la diferencia… es muy fácil ser “diva gay” cuando eres heterosexual, patriarcal y blanca.

No, no y no. No al gaypitalismo y sus negocios. No somos un negocio, somos diversidad en lucha.

EL MUNDO: Ni soy hombre, ni soy mujer: «Soy ‘Queer’»

Un movimiento defiende en Lavapiés a las minorías no heterosexuales y las clasificaciones fijas entre hombre y mujer

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Miembro del movimiento ‘queer’, con el atuendo de su cofradía y una gran vagina. SERGIO ENRÍQUEZ

Qué somos? ¿Quiénes somos? ¿Alguna vez se lo ha preguntado?

Lo que conocemos, a priori, es que el ser humano nace, en función de sus genitales se le atribuye un género y, con él, unos patrones específicos de educación y comportamiento. La impronta del género lo marca todo: cómo identificarse, cómo actuar socialmente, cómo sentir, cómo vestirse, qué casilla marcar en los formularios o a qué baño entrar en los bares. Algo aparentemente normal para la mayoría de la población, pero bastante complejo para una facción de la sociedad que no encaja en un posicionamiento específico.

Extraño, raro, excéntrico, de carácter cuestionable. Así define el Oxford English Dictionary al vocablo queer, un término acuñado a finales del siglo XX, en EEUU, para designar a las minorías no heterosexuales o de género binario y que rechaza todo tipo de clasificaciones fijas entre el hombre y la mujer, afirmando que los géneros, las identidades y las orientaciones sexuales, son el resultado de una construcción social y no biológica. «Este movimiento trata de expandir la propia identidad, eliminar etiquetas y visibilizar otras realidades», asegura Marian Yélamos, creadora de Dramafree Madrid, una iniciativa para el encuentro y el debate queer.

Chicas varoniles, hombres femeninos, lesbianas con look de chico, transexuales, operados, hormonados, drag kings, o lo que es lo mismo, mujeres pertrechadas con barba, bigote, pelo en el pecho y prótesis de penes para sentir la impronta masculina, aquí no hay barreras. «Yo soy una mujer que lleva maquillaje y se arregla, pero no me identifico como femenina completamente, ni como lesbiana, ni como heterosexual, ni como bisexual tampoco. Busco hacer lo que quiero en cada momento, empujar los límites de la sociedad, de mí misma y experimentar, ya sea teniendo sexo con un hombre, con una mujer, con una persona intersexual, de forma monógama o polígama, sin tener etiquetas ni limitaciones externas», apunta Emma G., profesora de inglés.

Ser queer supone el activismo de vivir con conciencia permanente en un entorno hostil a lo que se considera alejado de lo costumbrista o normal. Para Julia H., también profesora, «más que una corriente es una filosofía vital. Hay que negociar a diario para conseguir la aceptación de lo diferente, de lo fuera de la normativa y no es sencillo». Rendon, una estudiante americana prosigue, «es una aspiración ideológica, la esperanza de vivir en un mundo más libre, sin estereotipos, en el que no todos los príncipes y princesas sean como nos muestran en las películas y se desmonten los prejuicios de esta cultura sexista».

El movimiento llegó a Madrid en los 90 y se instaló en centros sociales del poliédrico Lavapiés, barrio de pacífica convivencia entre dispares culturas, corrientes, tribus urbanas y tipos. Allí se reúne La Cofradía del Santísimo Coño de Todos los Orgasmos, un nutrido grupo de feministas que realizan manifestaciones reivindicativas de los derechos de las mujeres. Vestidas con un hábito morado, sobre el que yace impreso el símbolo de su organización, pasean portando una vagina gigante.

«No pretendemos faltar el respeto a nadie, simplemente queremos llamar la atención sobre un tema que consideramos importante», expone Vanessa P., cofrade de la organización y de aspecto absolutamente masculino. «No me importa que me llamen chaval por la calle, ya lo he superado, de hecho, yo creo que me beneficia parecer un tío, ellos disponen de muchos privilegios sociales. Así me siento más seguro, no me miran y no tengo que aguantar que me estén silbando y acosando por la calle».

En el barrio encontramos otras iniciativas como el Tango Queer de Olaya Aramo, cuyo objetivo es el de olvidarse de los códigos tradicionales de lo femenino y lo masculino, a través de la danza argentina, creando un espacio para parejas gays, lesbianas, transexuales o intersexuales. «Creo que el enfoque binario es una mentira. Por medio del tango se olvidan los códigos establecidos y se experimenta la posibilidad de elegir libremente el rol que cada cual desea ocupar y el sexo de la pareja del baile».

En constante progreso, el movimiento no ha dejado de evolucionar y extenderse. Actualmente es sencillo encontrar todo tipo de información al respecto en internet, talleres, performances, encuentros o conferencias, y ya existen seminarios en la universidad, cursos de posgrado y tesis doctorales sobre culturas queer, impartidos por abanderadas de la causa como Beatriz Preciado, Raquel (Lucas) Platero, Carmen Romero o Esther Ortega.

¿Y el amor queer?, pregunto a Marian. «Ufff, infinito, con una gran cantidad de combinaciones posibles y una sexualidad abierta, sin límites, de personas con identidades dispares, operadas, no operadas, con pene, sin pene, hormonadas… Todo lo que existe entre medias del no-hombre y la no-mujer».

EL MUNDO: Conchita paraliza Chueca

Los trenes de Metro no paran en Chueca por la aglomeración de personas

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Con un multitudinario y ruidoso pregón en la plaza de Chueca protagonizado por las cantantes de Eurovisión Conchita Wurst y Ruth Lorenzo han arrancado hoy en Madrid las celebraciones del Orgullo Gay, que esperan reunir hasta el domingo a dos millones de personas en defensa de la libertad sexual en el mundo.

Los trenes de la Línea 5 de Metro de Madrid no paran en la estación de Chueca por aglomeración en el exterior de la parada. Así lo ha comunicado Metro a los usuarios para señalar que esta medida se ha adoptado sobre las 20.00 horas a instancias de la Policía Nacional, como medida de seguridad debido a la aglomeración de personas para asistir a este evento.

Esta es una actuación habitual cuando se estima por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado cuando se dan acontecimientos con gran concentración de personas en el exterior de las estaciones.

El pistoletazo inicial de las fiestas ha estado marcado por un sonoro alboroto de gritos y silbidos que han desafiado el tope de 55 decibelios fijado por el Ayuntamiento a los organizadores para el acto de apertura de las fiestas.

Al límite al ruido se ha referido Ruth Lorenzo, que ha amagado con hablar sin micrófono subida al palco en compañía de la gran estrella de la jornada, Conchita Wurst; y de múltiples referencias a los decibelios y críticas al Ayuntamiento ha estado trufado el manifiesto que han leído los organizadores.

Protesta contra Botella

El discurso, leído a dos voces por las presidentas de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) y del Colectivo de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales de Madrid (COGAM), ha reivindicado la libertad sexual en el mundo y ha criticado los recortes de las administraciones y la “amenaza” sobre la sanidad, que afecta especialmente al colectivo.

Boti García Rodrigo y Esperanza Montero han reclamado una educación pública en la diversidad con ‘d’ de “derechos” y no de “decibelios”, y sin la ‘d’ de “discriminación”; y la protección a un colectivo vulnerable al que se discrimina en la protección legal de los hijos y al que se le resta visibilidad social.

Tras ellas, el secretario general de Aegal, Juan Carlos Alonso, ha celebrado con los asistentes que Madrid vaya a ser en 2017 la ciudad donde se celebre el día mundial del Orgullo Gay -World Pride-.

Democracia real Ya! en Madrid había convocado a las 20.00 horas una pitada contra la alcaldesa de la capital, Ana Botella, por “silenciar el pregón” del Orgullo Gay.

“El Ayuntamiento de Madrid silencia el pregón. En respuesta se convoca una gran pitada en honor de nuestra ilustre alcaldesa”, reza la convocatoria sobre una bandera del arco iris. El mensaje se ha difundido a través de la red social Twitter.

La pitada está organizada “por respeto y no mandarle a tomar viento fresco”, señalan. “Acudir con vuestro pito”, acaba el mensaje.

El Ayuntamiento de Madrid ha comunicado a las entidades organizadoras del Orgullo que este año volverá a realizarse la lectura del pregón en la Plaza de Chueca, tal y como estaba programada, por parte de Conchita Wurst y Ruth Lorenzo, mientras que lo que no acogerá serán actuaciones municipales.

El delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Diego Sanjuanbenito, explicaba ayer a Europa Press que, en cumplimiento de la ordenanza municipal, el pregón sí se puede realizar porque no se espera que se superen los decibelios máximos permitidos por la legislación. Sin embargo, las actuaciones musicales se repartirán en otros puntos del barrio.

EL MUNDO: La Iglesia católica lanza un nuevo catecismo que condena ‘la ideología de género’

La Iglesia católica española estrena un nuevo catecismo, que no aporta nada nuevo en cuando al fondo doctrinal. Testigos del Señor, que así se llama el nuevo compendio de la fe, aporta sólo novedades de forma. Porque, como señala el portavoz de los obispos, José María Gil Tamayo, “la doctrina católica no cambia ni entra en controversias”. Por eso, el nuevo catecismo mantiene la moral sexual de la Iglesia en todos sus extremos y condena “la ideología de género, que no está vigente en la Iglesia católica”.

“Sí tenemos que indicar a nuestros jóvenes cuáles son nuestros principios. Si ofrecemos un self service doctrinal, no sería un catecismo de la Iglesia, sino un periódico que quedaría antiguo al día siguiente”, ha explicado en rueda de prensa el secretario del episcopado, para justificar la falta de novedades del nuevo compendio de la fe.

Por eso, el nuevo catecismo, dirigido a los adolescentes de entre 10 y 14 años, insiste en oponerse al reconocimiento de la homosexualidad o condena las relaciones prematrimoniales. Más aún, invita a los chavales a vivir la castidad hasta el matrimonio.

La única novedad que aporta el catecismo oficial de la Conferencia Episcopal es que se trata de un texto mucho más icónico que los anteriores. Tanto es así que de las 332 páginas del libro 114 son imágenes (un 34% de todo el catecismo) “evocadoras y artísticas”, como explica Joan Amich, uno de los catequistas que intervino en su redacción.

El catecismo, que está dividido en cinco partes, consta de 50 temas y en cuya elaboración se tardó 4 años, tiene una tirada inicial de 25.000 ejemplares, pero los obispos creen que pronto se lanzará una segunda edición.

El objetivo del libro es, según Juan Luis Martín, director del secretariado de la comisión episcopal de pastoral, “ayudar a personalizar la fe y presentar una síntesis de la vida y de la doctrina cristiana”.

Y es que, como ha explicado Amadeo Rodríguez, obispo de Plasencia y presidente de la subcomisión episcopal de Catequesis, citando a Tertuliano, “el cristiano no nace, se hace”. El prelado extremeño ha añadido que “en el catecismo se recogen las claves del ser cristiano” y se ha mostrado confiado en que será un instrumento muy útil para los 109.000 catequistas, que dedican más de 8 millones de horas al año a la transmisión de la fe.

Sobre el descenso del paro

En otro orden de cosas, el portavoz del episcopado dijo “congratularse” con la bajada de las cifras del paro “que siempre es une buena noticia”, al tiempo que desea que “la recuperación económica llegue a las familias más desfavorecidas”.

En nombre de los obispos, José María Gil también expresó las condolencias de la Conferencia episcopal “ante el dolor por el asesinato de los tres jóvenes judíos”. Los prelados muestran su cercanía al “pueblo judío, tan maltratado a lo largo de la Historia”, y esperan que “la justicia siga el itinerario de la paz, como pidió el Papa en el encuentro de oración en el Vaticano”.

EL PAIS: La Conferencia Episcopal afirma que la identidad sexual no se elige

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José María Gil tamayo

El catecismo Testigos del Señor, editado por la Conferencia Episcopal Española (CEE) para la formación de menores de entre 11 y 14 años, define la identidad sexual como un don que se recibe de Díos y que “no se elige”. “La ideología de género no rige para la Iglesia católica”, ha subrayado en la presentación del catecismo el secretario general de la CEE, José María Gil Tamayo, en relación con el apartado del manual dedicado a la creación, según el cual “a cada persona le corresponde aceptar su propia identidad sexual: ser hombre o ser mujer, según el proyecto de Dios, y caminar hacia un amor plenamente humano”.

“Algunos creen erróneamente que cada uno puede optar o elegir la orientación sexual independientemente del cuerpo con el que ha nacido. Pero la identidad sexual no se elige, es un don que se recibe. No somos creadores de nosotros mismos. Dios es el único Creador”, sostiene textualmente el catecismo. “La Iglesia no va al pairo de ideologías de género” y un catecismo debe reflejar “la quinta esencia de lo que la Iglesia cree”, ha defendido Gil Tamayo. “Si metemos un tutti frutti o un self service no nos sale algo que se entrega a los jóvenes y a los niños como esta nuestra fe, la fe de la iglesia, sino un sucedáneo’, ha insistido.

El catecismo ha provocado el rechazo de la Confederación Española de Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transexuales (Colegas), que ha lamentado “profundamente” que la Conferencia Episcopal “continúe condenando” las relaciones homosexuales. Colegas interpreta que el libro introduce como novedad una condena “explícita de la transexualidad” al sostener que la identidad de género no se elige. Además, denuncia que el catecismo mantiene las mismas “condenas tradicionales” de las relaciones homosexuales y de las uniones de parejas del mismo sexo. “Consideramos inaceptable que la Iglesia católica en España mantenga un discurso anticuado y oxidado”, subraya la entidad, en lugar de incidir en lo que considera “el nuevo Evangelio del Papa Francisco”, centrado en los “verdaderos” problemas de la sociedad como la injusticia, la pobreza y la paz.

EL PAIS: Chueca pide la dimisión de Botella

El pregón del Orgullo se convierte en una sonora pitada contra la alcaldesa

El PSOE pide a Botella que no defienda la semana del Orgullo solo en el extranjero

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Conchita Wurst en el pregón del Orgullo Gay. / Carlos Rosillo| VÍDEO: ATLAS

“Botella dimisión. Botella dimisión”. Con estos gritos recibía la Plaza de Chueca el pregón de las fiestas del Orgullo de Madrid (MADO 14). El escenario instalado en la plaza, y desde el que las pregoneras Conchita Wurst y Ruth Lorenzo inauguraron los festejos, no estará mañana. El pregón será el único acto de las fiestas, que duran hasta el domingo, que se podrá celebrar en la mítica plaza, icónica para el movimiento LGTB.

El ruido ha sacado la celebración del epicentro del barrio: “aunque otros años el Ayuntamiento ha dado el visto bueno a las actuaciones en la plaza, en la presente edición han considerado que durante los festejos se van a superar los 45 decibelios permitidos por la ley y no nos han dejado programar aquí”, explica Juan Carlos Alonso, secretario general de la asociación AEGAL (Comercio, Ocio, Cultura y Turismo gayfriendly), una de las organizadoras del evento. La manifestación anual, que se celebra el sábado, también varía su recorrido “por razones de seguridad”, según el Consistorio. Así en lugar de cruzar la Gran Vía discurrirá por la Castellana, comenzando en Atocha y celebrando el fin de fiesta en Colón. “No vamos a hacer ningún tipo de valoraciones políticas. Nos vamos a limitar a cumplir la ley”, asegura Alonso.

“No son decibelios, es LGTBIfobia”, sentencia Carla Antoneli desde el escenario. “Sacarnos del barrio es una muestra del desprecio que la alcaldesa tiene al colectivo. Eso sí, no tiene reparos a la hora de promocionar la ciudad en el extranjero haciendo gala de lo gay”, agrega la diputada socialista en la Asamblea de Madrid.

El Orgullo es la fiesta más multitudinaria de Madrid. Los organizadores calculan que este año reunirá a más de dos millones de personas y que generará unos beneficios para la ciudad de 110 millones de euros. “La gente las identifica como las fiestas de Madrid”, apunta Alfonso Llopart, director de la revista Shangay y coordinador de escenarios del MADO. “Aunque este año no son muchos por coordinar”, se queja. Los seis escenarios que otras ocasiones se han extendido por el barrio se han visto reducidos a dos: el de la plaza de Callao y el de la Plaza del Rey. Por todos los cambios, desde las organizaciones LGTB se han quejado del “doble rasero” del Ayuntamiento con respecto al ruido de los eventos y han comparado el Orgullo con las celebraciones de la Roja o las fiestas de la Paloma. “Nuestro Ayuntamiento no entiende”, resume Llopart esa percepción.

Desde Génova quieren demostrar lo contrario. “He hablado esta mañana con la alcaldesa de Madrid y tiene voluntad de buscar una solución. Es la asociación de vecinos la que se opone”, publicaba hace unos días en Twitter Iñaki Oyarzabal, secretario de justicia, derechos y libertades del Partido Popular y abiertamente gay. “No se han sacado las fiestas del barrio”, dice Esteban Benito, presidente de la asociación de vecinos del barrio. “El Orgullo comenzó como algo espontáneo y de la ciudadana, pero ha ido cogiendo fama y se ha convertido en un evento multitudinario”, continúa. Benito es urbanista y considera que la plaza es un agujero “súper peligroso en el que no cabe un alfiler”. Por otro lado, incide en al percepción de los vecinos de que la fiesta se había convertido en “un horror” debido a la música permanente, las excesivas barras en las calles y los orines.

“Me estabas intentando robar el móvil”, alza su voz un chico en la plaza segundos antes de que Conchita salga a escena. Todo se queda en un leve altercado cuando la inesperada diva saluda y canta para deleite de sus seguidores. Tras ella, Boti García Rodrigo, presidenta de la Federación Estatal de Lesbianas Gays Transexuales y Bisexuales (FELGTB): “durante la manifestación no vamos a entender de decibelios”. Y continúa su discurso denunciando la vulnerabilidad del colectivo. Después de sus palabras, el himno no oficial que inaugura año tras año la cita: A quien le importa lo que yo haga de Alaska y Dinarama. Pero no el fin del pregón. Por lo menos de su cara no oficial. Una pitada espontánea asonó la plaza pidiendo la dimisión de la alcaldesa. “Ahora vamos a hacer otra pitada en Vázquez de Mella. Nos quieren estropear el Orgullo y no vamos a permitirlo”, cuenta Liam Aldous, australiano de 33 años que lleva varios años instalado en Madrid. En la plaza, cercana a la principal, se concentró un centenar de personas con silbatos de colores que iban distribuyendo a todos los interesados en “pitar al Ayuntamiento”. La protesta duró poco. A las 21.30 ya había pasado todo. “El barrio es el alma de las fiestas. Entiendo que la gente se enfade si las sacan de aquí”, cuenta Ángel, de 58 años, acompañado de sus sobrinos: Lucía, de 16, y Javi, de 11. “Me gusta mucho el ambiente y cómo va vestida la gente”, dice la joven sin dejar de mirar alrededor. “Cuando sea mayor pienso venir”, agrega con una sonrisa. De fondo, los pitidos seguían sonando por el Chueca.

EL CORREO: Conchita colapsa Chueca

Miles de personas se reúnen en la conocida plaza madrileña para escuchar el pregón de la ganadora de Eurovisión con el que se da comienzo a las fiestas del Orgullo Gay

La manifestación del Orgullo que se celebrará el próximo 5 de julio en Madrid levantará su voz por todos aquellos gays, lesbianas, transexuales y bisexuales que no pueden hacerlo en muchos lugares del mundo, sin olvidar el lado lúdico de un acontecimiento que cada año atrae a cientos de miles de personas.

Conchita Wurst, ganadora de la última edición de Eurovisión, y Ruth Lorenzo, nuestra representante en el festival, han sido las encargadas de dar el pregón de MADO’14, con el que han dado comienzo las fiestas que se celebrarán entre el 2 y el 6 de julio con motivo del orgullo gay.

El pregón ha tenido lugar en una plaza atestada de gente, con la boca del metro de Chueca ya cerrada por la afluencia de gente que había en la zona. Los convoyes de Metro no paraban en la estación por recomendación de la Policía debido a la aglomeración de personas.

Conchita Wurst ha salido con un vestido largo y claro, como una novia aclamada por los cientos de personas que se apretaban en la pequeña plaza de Chueca para ver a la artista. La gente exclamaba “¡qué guapa es!” y gritaban “¡Conchita!”. Desde el escenario ha clamado que Eurovisión no lo ganó ella, sino “todos nosotros”, que fue “una victoria para la diversidad en Europa”. La artista ha declarado su orgullo por dar el pregón en Madrid, “una de las capitales del orgullo gay en Europa”.

Tras el pregón de la ganadora de Eurovisión, interrumpido por los gritos y aplausos de la gente (“que cante, que cante”), que no paraba de ovacionarla, ha cantado una estrofa de la canción ‘I am telling you, I’m not going’.

Más tarde, han intervenido diferentes personas en el escenario de la plaza. Boti García Rodriguez, nueva presidenta de la FELGTB, ha sido de las más enérgicas en su discurso, en el que ha cargado varias veces contra Ana Botella, muy seguida por el público asistente. Con gritos como “Botella dimisión” o pitidos ante la mención de su nombre, la plaza ha dejado claro su rechazo a la alcaldesa madrileña.

Boti García ha declarado que esta fiesta, si de algo sirve, es para recordar que “no estamos solos”. El pistoletazo inicial de las fiestas ha estado marcado por un sonoro alboroto de gritos y silbidos que han desafiado el tope de 55 decibelios fijado por el Ayuntamiento a los organizadores para el acto de apertura de las fiestas.

Al límite de ruido se ha referido Ruth Lorenzo, que ha amagado con hablar sin micrófono subida al palco en compañía de la gran estrella de la jornada, Conchita Wurst; y de múltiples referencias a los decibelios y críticas al Ayuntamiento ha estado trufado el manifiesto que han leído los organizadores.

Las multas en los últimos años por exceso de ruido han sido continuas. En 2010 fueron 35.000 euros, en 2011, 50.000 euros, y en 2012, 42.000 euros. Aunque la suma de todas esas multas no iguala el expediente sancionador del pasado año que alcanzó los 160.000 euros por 10 infracciones muy graves, dos graves y tres leves.

Recorrido alternativo

El pregón ha terminado con la canción ‘A quién le importa’ cantada desde el escenario y coreada a pleno pulmón por el público, como un himno a estas fiestas del Orgullo. La plaza y las calles aledañas estaban repletas de personas, en una marea incesante que intentaba salir o entrar en la plaza. Algunas personas se han desmayado por la aglomeración y el calor.

Aún así, el ambiente era totalmente festivo, con gente bebiendo, riendo, cantando y celebrando el inicio del Orgullo 2014. Desde los balcones la gente bailaba, tiraba confeti…asomaban chicos sin camiseta, señoras con bata, gente con banderas multicolores.

Entre los gritos coreados, además del nombre de Conchita cuando ha salido: “El orgullo es nuestro”, “Arriba ese orgullo” o “Sí se puede”.

Este será el segundo año consecutivo que no se toma el recorrido tradicional debido a una resolución de la Delegación del Gobierno basada en un informe del Ayuntamiento de Madrid que establece que el primer recorrido afectaría a un eje de comunicación fundamental y a la prestación de los servicios de emergencia.

PUBLICO: Conchita Wurst: “No entiendo por qué hay quienes dificultan la celebración del Orgullo”

La ganadora de Eurovisión reivindica que esta fiesta “no le hace daño a nadie: sólo estamos celebrando nuestra diversidad y nuestra unidad”

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La ganadora de Eurovisión 2014, Conchita Wurst, homenajeada momentos antes de una rueda de prensa con motivo del Orgullo Gay, hoy en un hotel de Madrid. EFE/Fernando Alvarado

Conchita Wurst ha vuelto a demostrar su potencial mediático este jueves, después de levantar pasiones entre los miles de personas que asistieron al tradicional pregón del Orgullo Gay 2014 , el pistoletazo de salida para las fiestas que del 2 al 6 de junio han llenado Madrid de banderas arcoiris, y que este año ha arrancado con diversas críticas al Ayuntamiento de Ana Botella por sus limitaciones de ruido o el itinerario a seguir por la manifestación de este sábado, que por segundo año consecutivo no pasará por la Gran Vía.

“Estoy al tanto sobre estas restricciones”, responde Wurst a las preguntas de Público este jueves, durante su comparecencia ante los medios. “Desgraciadamente, la celebración del Orgullo Gay siempre suele enfrentarse a este tipo de problemas, y no entiendo por qué lo hacen; no le hace daño a nadie, sólo estamos celebrando nuestra diversidad, y nuestra unidad como personas que se quieren. No entiendo por qué hay quienes necesitan poner difícil a los organizadores que tengan éxito. Es una cuestión de respeto”, defiende.

La cantante austriaca de 25 años ha irrumpido 15 minutos después de lo previsto (pasadas las 12:15 horas) en la terraza del Hotel ME de Madrid, donde la esperaban decenas de medios de comunicación. Durante media hora, Wurst se ha enfrentado a todo tipo de preguntas, desde las relacionadas con el sistema de votaciones en Eurovisión -que considera ha mejorado en la última edición, al permitir la participación ciudadana- hasta otras más personales, como si realmente se siente Tom -Thomas Neuwirth es su nombre de nacimiento- o Conchita Wurst: “Ahora me siento toda una dama”, ha respondido entre risas, “pero cuando me tiro a ver la tele en el sofá soy un chico perezoso”,  ha asegurado.

Preguntada por su papel como icono de la comunidad de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales (LGTB) y las próximas metas a superar por estos colectivos en su lucha contra la discriminación, Wurst agradece ser considerada como un icono, pero dice no ser un role model (un ejemplo), y defiende estar haciendo simplemente lo que realmente quiere hacer. “Aprecio que me consideren un icono, pero no me siento como tal. Me siento como una más dentro de la comunidad homosexual; sólo utilizo esta fama para abrir la boca, para que logremos ser escuchados por más gente. No sé que haré en el futuro, pero espero seguir diciendo lo que llevo en el corazón, aprovechando cada oportunidad para hablar con gente influyente, para abrir sus mentes”.

En su segunda visita a Madrid, Conchita Wurst ha comparecido ante la prensa un día después de actuar como pregonera del MADO 2014 -junto con la representante española en el festival, Ruth Lorenzo-, y poco más de 24 horas antes de actuar en el Shangay Pride, que congregará a decenas de artistas en el estadio Vicente Calderón de Madrid, este viernes.

Premio Muéstrate para Wurst

Este jueves, los organizadores del MADO 2014 han galardonado con los premios Muéstrate a la ganadora de Eurovisión y a Alan Reif, que representa a la comisión Spirit of Stonewall, englobada dentro de la organizadora del Orgullo Gay de Nueva York.

Cada año, los organizadores de la fiesta reivindicativa conceden este galardón a un personaje o entidad pública que trabajado para defender los derechos de los colectivos LGTB a nivel nacional e internacional, como aclara Carlos Sánchez, de Múestrate.

“Conchita ha supuesto un revulsivo para todos los problemas que han ocurrido en Rusia, para las dificultades crecientes que tienen en los países del este para ser gays, tal y como son”, explica Sánchez. “Rusia de hecho ha estado vetando continuamente a Conchita, es un símbolo de que algo está cambiando”, defiende.

PUBLICO: “Puse en peligro mi vida por intentar curar mi homosexualidad”

Sanidad dice no poder controlar la actividad de varios psicólogos que siguen vendiendo la idea de que pueden ‘sanar’ a gays, lucrándose con terapias que causan ansiedad y depresión, según los expertos y las propias víctimas

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Pareja gay, imagen de archivo. REUTERS/Bruno Domingos.

No hay nada que curar; no es una enfermedad, desviación ni trastorno. Esta es la respuesta unánime de los colegios de psicólogos españoles y de los colectivos gays, compartida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la comunidad científica internacional, que tacharon la homosexualidad de su lista de enfermedades en 1990 y 1973, respectivamente.

Sin embargo, y en contra del mandato de los colegios oficiales de psicólogos, en nuestro país aún hay quienes se empeñan en seguir vendiendo la idea de que hay remedio para la homosexualidad: que los gays pueden ser curados. Lo llaman terapia de reconversión; hoy han desechado los tratamientos con impulsos eléctricos, pero han desarrollado otras técnicas igual de dañinas, a juzgar por los resultados.

 “Modificar una conducta siempre pasa por la premisa de que el individuo quiera cambiar”, asegura a Público Leandro Roldán, secretario del Grupo de Psicólogos Evangélicos (GPE) y miembro de su junta directiva. “Si alguien no está contento con su sexualidad puede pedirnos ayuda, e intervendremos de diferentes formas: escuelas y terapias, psicoanálisis, interpretación de sueños…”

En términos similares se expresa un trabajador del centro Enterapia Psicología, de Vigo, que también dispensa este tipo de tratamientos. “Un paciente vino con un sufrimiento muy grande. No puedes imponer nada a nadie, pero si acuden a nosotros lo hacemos”, defiende.

Sin embargo, ninguno de los dos es capaz de aportar pruebas que demuestren que estas terapias sean efectivas, más que “su experiencia”, su palabra de que en que algunos casos han conseguido este objetivo. De hecho, ante la pregunta de si no sería más fácil y positivo fomentar que sus pacientes aprendiesen a aceptar su homosexualidad, el trabajador de Enterapia defiende que “puede que fuera más fácil y puede que no”.

“Es un trastorno desde el momento en que la persona se sienta incómoda. No vamos imponiendo que dejen de comportarse como sea. Si la persona se siente trastornada o incómoda buscará ayuda, por eso hablamos de trastorno”, justifica Roldán. “Si una persona tiene impulsividad a cometer actos violentos, reacciones hacia sus vecinos o su pareja y busca ayuda en ese sentido, si se lo podemos ofrecer lo hacemos. Si una persona cree que su vivencia como homosexual no es correcta, no es feliz y busca ayuda, se la damos”, insiste.

En la misma línea, sostienen que no pueden hacer una estimación de los costes de estas terapias: “Las tarifas las ajustamos a los honorarios que estipulan los colegios de cada comunidad, y siempre depende del número de sesiones; pueden ser tres, cinco o veinte”. “Depende de si hay una conducta establecida o son sólo tendencias, si hay una relación permanente con una pareja que hay que romper, es algo relativo”, asevera Roldán, que cifra el coste aproximado de una sesión en 60 euros.

“Hacemos terapia breve, que suele estar en torno a 10 sesiones, pero lo de breve suele ser sólo una forma de hablar en estos casos”, asegura el trabajador de Enterapia. Ambos esgrimen que si los tratamientos van mal o no funcionan —a su juicio o en opinión del paciente— los detienen, pero no pueden asegurar que estos tratamientos no tengan efectos adversos, como denuncian las asociaciones y colectivos LGTB y varias personas que los han experimentado en carne propia. “Lo que les hacía daño era sentir como estaban sintiendo, el trabajo que se hizo fue favorable”, defiende el empleado de Enterapia.

Al otro lado del ring, los colectivos de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales (LGTB), pero también la mayoría de expertos, alertan del peligro de estas terapias. “No se puede curar ni sanar algo que no se considera trastorno ni enfermedad mental”, afirma Juan Manuel Peris, psicólogo y director del Grupo Les-Hom, especializado en atender a los colectivos LGTB.

“En la mayoría de los casos el problema es que se enfrentan a un entorno hostil que les provoca miedos, temores e incertidumbres: no es el hecho de su orientación”, explica Antonio Fuertes, catedrático de Psicología Evolutiva en la Universidad de Salamanca. Para Fuertes, no hay ningún tipo de evidencia de que estas sesiones tengan algún efecto, no hay nada que curar en lo que a la orientación sexual se refiere, y plantear que lo que les ocurre a estos pacientes es que padecen una enfermedad “no puede hacer otra cosa que no sea provocar más daños”.

“La base de estos intentos y deseos de hacer terapia de reconversión tiene su origen en el prejuicio hacia la homosexualidad: o silenciamos o intentamos reparar lo que no hay que reparar”, razona.

Peris defiende la misma tesis y va un paso más allá a la hora de criticar estos tratamientos y a quienes los aplican: “Esta gente también tiene un beneficio económico importante, se aprovechan del dolor para hacer dinero. Se consideran procedimientos no éticos, porque no puedes aplicar un tratamiento a alguien si le vas a hacer más daño. Están reafirmando la homofobia interiorizada, no presentan datos de la legitimidad de los tratamientos, que sólo incrementan la frustración [de quienes los reciben]”, asegura el también trabajador del Programa de Información y Atención a Homosexuales y Transexuales (PIAHT) de la Comunidad de Madrid.

A su juicio, el motivo por el que algunas personas se someten a estos tratamientos es que tienen ideas homófobas interiorizadas: “Si se han educado en ambientes homófobos, han interiorizado esas creencias”, razona. “Pero la postura de la psicología es ayudar a las personas a cambiar el sufrimiento. Si tienes problemas con la comida, si eres bulímica, el psicólogo te ayuda a dejar de sufrir para que puedas comer con normalidad, no te quita la comida. Estos dicen que lo que te hace sufrir es la homosexualidad y quieren cambiártelo. ¿Si tuvieran un paciente heterosexual que sufriera por ello, le aplicarían el tratamiento?”, cuestiona.

 La FELGTB, COGAM, la Federación Andaluza Arco Iris, COLEGA, Triángulo y el resto de colectivos consultados por este diario también se han mostrado muy críticos con estos tratamientos, insistiendo en su premisa de partida: no hay nada que curar en la homosexualidad y lo único que estas terapias pueden provocar son daños.

“Afronté la terapia de shock con electrodos”

Alberto Rodrigo sufrió en carne propia las consecuencias de estas terapias en 2004, cuando se puso en manos de Exodus International  —hasta 2013, la mayor organización dedicada a estos menesteres— para curarse. Hoy, Exodus lleva un año cerrada, sus impulsores han reconocido el error y han pedido perdón por el sufrimiento causado, pero en muchos casos los daños en sus víctimas persisten.

De familia cristiana, Rodrigo se sometió a terapia por presiones de su entorno, pero también por sus propias convicciones. “Porque estaba adoctrinado. Me estaba afectando a mi salud el no ser natural”, recuerda. Sin embargo, los efectos no tardaron en notarse y no fueron los esperados: “Me creó una gran angustia y ansiedad, no podía dormir, tenía síntomas como que se me hinchara la cara, no tenía infección ni nada, pero somatizaba”, asegura.

“El tratamiento fue largo. Afronté sesiones terapéuticas en las que reforzaban la idea de que la homosexualidad era una enfermedad, de que podía reconducirlo. Me sugirieron cosas tan absurdas como comprar revistas deportivas para que me aficionara a estas actividades, o tirar mi ropa interior de slips para que me comprara calzoncillos largos, de los de toda la vida. Como esto no funcionó, me propusieron la terapia de shock con electrodos: cada vez que tu cuerpo se estimula viendo imágenes eróticas gays recibes una descarga”, explica.

Años después, Rodrigo reconoce que recurrir a estos tratamientos fue un error, que no tuvo más remedio que aceptarse. “Tuve que hacer trabajo de aceptación y resolverlo porque estaba en peligro mi vida. De todas las personas con la que he conseguido hablar, no he oído a ninguna que se haya podido curar. Hay gente que se ha mantenido con una represión total. En España no conozco gente que haya pasado por la terapia con electrodos, pero en EEUU conocí a varios y estaban destrozados psicológicamente; habían desarrollado enfermedades como la fatiga crónica o la fibromialgia”, defiende Rodrigo, que hoy dice haber aceptado su orientación sexual.

El caso de Ángel Llorent es similar, en ciertos aspectos. A los 17 años tuvo un intento de suicido y su vinculación con la Iglesia Católica y posteriormente con la Evangélica le hicieron identificar la homosexualidad como un problema.

“Estuve 20 años en una iglesia conservadora fundamentalista y las cosas no fueron bien. A lo largo de los años vi que la cuestión de la homosexualidad no se curaba, no se iba. Consulté a un psiquiatra de la comunidad, uno reconocido, no un curandero, y empecé las terapias. Él me confirmaba que no era gay, sino que había tenido un problema relacionado con mis padres, en una infancia donde mi padre no estaba y mi madre estaba demasiado. Adopté esa idea y empezamos a trabajar con esta premisa; que la culpa no era mía, que no era gay, que lo que tenía se podía curar, que podría ser un heterosexual normal, casarme, tener hijos”, recuerda.

Hace apenas 11 años (tiene 47), Llorent se puso en manos de otro psicólogo —”uno bueno”— para que reparara los daños infligidos por estas terapias, pero la mente es difícil de curar , y reconoce que algunos de estos daños todavía persisten. Nunca cumplió su objetivo de convertirse en heterosexual, pero esto dejó de ser un problema.

“Después de pasar por medicaciones y terapias reconductivas vi que seguía teniendo los mismos pensamientos y sensaciones, y al final la cosa fue tan rápida como decir ‘basta, no van a avanzar en el tema de mi sexualidad’. Dejé esta confesión y una persona me explicó que la fe y la homosexualidad no eran incompatibles”, rememora.

Hoy sigue manteniendo su fe, pero pertenece a otra confesión que acepta su orientación sexual y ha comenzado un proyecto para levantar una iglesia “muy inclusiva”. “Salí del armario y no me he arrepentido de nada, ha sido una liberación y una reafirmación de lo que soy y de lo que tengo que hacer”, sostiene.

“La homosexualidad no se puede cambiar. La puedes reprimir, hay mucha gente que vive reprimida, y yo la reprimí. Es una condición natural tuya, biológica, y no hay forma de luchar contra ella aunque tu ambiente te empuje a ello. No hay cura porque no hay enfermedad, y si mucha gente supiese que hay otra alternativa a pasar por estas terapias no las afrontaría”, zanja.

Sanidad dice “no poder hacer nada”

El Ministerio de Sanidad asegura que la existencia de estas terapias no entra en su ámbito de actuación, sino en el de los colegios de psicólogos de cada comunidad autónoma. “Nos parece mal, pero no podemos hacer nada”, defiende el gabinete de comunicación del ministerio que dirige Ana Mato.

Las declaraciones de Sanidad refuerzan la idea sostenida por los expertos y las víctimas con los que ha conversado este diario: es necesario crear un marco legal para evitar que se sigan impartiendo estas terapias, como lo hay en varios estados de EEUU —de donde provienen las ideas de estos sanadores—. “Van a continuar haciéndolo hasta que no haya una ley punible”, denuncia Llorent.

“Si el paciente no denuncia, al ser ámbito privado es difícil actuar”, sostiene Peris, que recuerda que estas terapias apenas se publicitan —aunque sea posible encontrarlas desde cualquier buscador— y que las vinculadas a las distintas iglesias se articulan en una “red oculta”.”El colegio de psicólogos no puede actuar sin denuncia. Ha venido gente rebotada, con daños por haber recibido esos tratamientos. Si denuncian a un paciente por mala praxis el colegio puede actuar, incluso puede inhabilitar a estos profesionales”, añade.

El Vaticano se niega a aclarar si considera la homosexualidad una enfermedad

 En palabras del catedrático Fuertes, la religión juega un papel especialmente relevante e importante, pero no es el único elemento a tener en cuenta. “Hay otras posiciones conservadoras extremistas que no están vinculadas a la religión, pero la religión católica y protestante siguen diciendo que la homosexualidad es anormal”, recuerda.

“Ahí está la carga ideológica: consideran mala la homosexualidad”, denuncia Peris. “La mayoría de las religiones estiman denigrante la homosexualidad: sólo conocen una forma positiva para el ser humano de relacionarse, en base a sus esquemas”, lamenta.

Fuentes de comunicación de la Santa Sede insisten en que no tienen una respuesta a la pregunta de si el Vaticano considera que la homosexualidad es una enfermedad. Se niegan también a dar indicaciones sobre quién puede dejar clara la postura de la Iglesia Católica al respecto. “Sobre este tema, no comments”, responden de manera airada.

En la misma línea, la Conferencia Episcopal se remite a la documentación publicada en su web, e insiste en que no puede dar otra respuesta a la pregunta.

“Piensan que cuatro versículos de la Biblia se pueden interpretar como que la homosexualidad es un pecado” critica Llorent. “En esta sociedad machista y heterosexista se crea una imagen equivocada. Ante eso, el individuo siempre quiere cambiar y siempre hay quienes quieren ser los salvadores de estas almas”.