PUBLICO: SHANGAY LILI -Gaypitalismo: Orgullo Empresarial

http://blogs.publico.es/shangaylily/2014/07/02/gaypitalismo-orgullo-empresarial/

Otro Orgullo Gay de Madrid (MADO) y otro año en el que los gaympresarios (esa élite de empresarios que han convertido la lucha gay en negocio) monopolizan y desvirtúan el Orgullo convirtiéndolo en una lucha por mejorar sus beneficios empresariales. Tristemente, con la colaboración de las asociaciones, los gaympresarios de AEGAL han conseguido convencer a la comunidad y  la sociedad en general de que los logros del Orgullo Gay se deben medir en virtud de sus beneficios económicos. El argumento que desde la FEGLGTB hasta COGAM se da como legitimidad del Orgullo es que da beneficios de 100 millones de euros a Madrid.

¿Quiere decir eso que si eres maricón, bollera o trans y pobre no tienes derecho a ser visible o respetado? ¿Si no generas beneficios al patriarcado homófobo a costa de tu identidad, tu dignidad y tu cuerpo no existes? ¿Es ése el argumento neoliberal que las asociaciones gays quieren imponer al Ayuntamiento de Madrid y a la sociedad como parámetro de respeto o integración? Porque ese argumento es puro neoliberalismo, privatización en acción que deja a la masa trabajadora, los de abajo, las transmaricabollos precarios, fuera de los supuestos logros de la lucha gay.

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Y es que el gaypitalismo, tal como lo denunciaré en mi venidero libro Adiós, Chueca (Memorias del gaypitalismo: creando la marca gay), ha secuestrado el Orgullo Gay como herramienta política y lo ha convertido en un lucrativo negocio privado a manos de unos pocos oligayrcas que constituyeron AEGAL para controlar los beneficios y organización de MADO (los otros dos son las esclavas asociaciones FELGTB y COGAM). Pero el orgullo no es una verbena con más o menos conciertos para solaz de heteros borrachos, el Orgullo es una herramienta política que transmaricabollos luchadoras levantaron con su sacrificio y esfuerzo para visibilizar nuestra diferencia, no para promocionar las carreras de artistas más o menos pop que pagan a gaympresarios para cubrirse de una pátina de modernidad y tolerancia que termina llamándose “diva gay” o “icono gay”.

Por supuesto, tanto FELGTB como COGAM se llevan la peor parte: la de legitimar y defender políticamente los desmanes empresariales de AEGAL. Así este año se ha vuelto a hacer pasar como prioridad de la lucha contra la homofobia, como agresión a la comunidad, la defensa de los intereses empresariales de una élite agrupada bajo AEGAL que plantea como gran victoria gay que el recorrido pase por unas calles  o los conciertos y pregones se hagan en determinadas plazas (gran parte de la presidencia de AEGAL la constituyen las gaympresarias dueñas de los locales de la Plaza de Chueca) o nuestra lucha se habrá perdido. ¿De verdad quieren que creamos que el gran logro de la lucha gay es que Maika Contreras, dueña del Escape, Trucco y demás, o mi ex-socio Alfonso Llopart, dueño de mi robada revista Shangay (por algo lleva mi nombre) y sus negocios con artistas que van en paquetes promocionales de portada y concierto (y este año un macroconcierto en el Vicente Calderón a beneficio de su bolsillo), o Pedro Serrano y sus locales Trip-Family (en cuyas oficinas está AEGAL), pueden hacer el mejor negocio privado posible? ¿Es ese el objetivo de la lucha gay y del Orgullo? ¿Y cómo se entiende que denuncien como malos de la película al Ayuntamiento del PP con el que mantienen inmejorables relaciones y en algunos casos hasta negocios compartidos? ¿Cómo se explica su amistad con Gallardón, Villanueva o concejales del PP con los que cenan y van a fiestas en las que cierran negocios o concesiones de licencias a terrazas ilegales para luego denunciarlos a través de sus colegas de la FELGTB o COGAM como homófobos en contra de la comunidad?

La hipocresía y victimismo que las asociaciones FELGTB y COGAM (esclavas de la Asociación de Empresarios Gays y Lesbianas AEGAL, creada por mi ex-socio Alfonso Llopart con su compinche Pedro Serrano y Maika Contreras, repito) queda una vez más en evidencia. En acaloradas intervenciones denuncian el desprecio y boicot del PP de Madrid, especialmente su homófoba alcaldesa Ana Botella y la nueva estrella homófoba, la delegada del gobierno Cristina Cifuentes, cuando por otro lado legitiman y defienden a sus socios en MADO de AEGAL que son íntimos y socios del PP de Madrid en numerosos negocios. Un dato es que uno de los principales oligayrcas y socios de Llopart-Serrano-AEGAL es Kike Sarasola, íntimo de Gallardón y ahora de lo peperos malagueños desde que abrió su hotel allí. O los desmanes de la Terraza de la Reina o la del Hotel Óscar o los negocios peperos en el antiguo Mercado de San Antón en Chueca, convertido en centro de negocios del PP y grandes superficies que han destruido a los pequeños negocios para llenarse de absurdigays… ¿cómo se explica esa intimidad con la supuesta guerra que tiene el PP con los promotores de MADO? Sencillo, lo utilizan como herramienta política para justificar su inexistente “martirio” ante la comunidad LGTB a la que dicen defender de estos enemigos cruentos (que son sus amigos, socios y aliados).

Y mientras tanto, se multiplican las agresiones a gays, lesbianas y trans en las escuelas, las calles, los espacios que el PP, la Iglesia y los absurdigays llenan de odio. En la Universidad de Santiago de Compostela se readmite a un profesor despedido por homofobia, en la Universidad de Extremadura una profesora da apuntes que son pura homofobia, en El Corte Inglés y la Casa del Libro se vuelven a vender libros para “curar la homosexualidad”… pero lo importante es que el recorrido del Orgullo sea mono.

No al gaypitalismo y su destrucción de la lucha (de clases) gay que nos ha llevado a una espantosa derechización de la comunidad (la mayoría de los dueños de los pocos locales gays que quedan en Chueca se declaran abiertamente votantes del PP) que ha acabado con ese Chueca que era símbolo de libertad (de ahí el título de mi venidero libro Adiós, Chueca). El Orgullo Gay no es una verbena de conciertos que dé poder y monopolio a gaympresarios espabilados. El Orgullo es una herramienta política con la que combatir la opresión y dar visibilidad a nuestra dignidad frente a la homofobia. Ya está bien de que en el Orgullo los más visibles sean artistas heterosexuales que no han sufrido el boicot de una industria que niega lo alternativo, lo transgresor, la diferencia… es muy fácil ser “diva gay” cuando eres heterosexual, patriarcal y blanca.

No, no y no. No al gaypitalismo y sus negocios. No somos un negocio, somos diversidad en lucha.