EL MUNDO: El Belmondo de Marine Le Pen

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Jean Francois Belmondo, sobrino del actor Jean Pau, cabeza de lista de… MUNDO

Se llama Jean-François Belmondo, pero no es hijo del icónico actor francés, Jean Paul, sino de su hermano Alain, productor de cine. De profesión farmacéutico, su nombre ha saltado al primer plano de la actualidad desde que decidió presentarse a las próximos comicios municipales del 23-30 de marzo. La noticia es que lo hará como número dos de la lista del Frente Nacional para el tercer distrito parisino. «Cuando escuché hablar por primera vez, con 15 años, a Jean-Marie Le Pen, quedé totalmente cautivado. Su visión, su manera de presentar las cosas, su honestidad… Desde entonces, comulgo con sus ideas y las de su partido», ha declarado a ‘Le Figaro’.

Así que el sobrino de Belmondo es un ultra-nacionalista convencido, a pesar de no haberse sacado el carné de militante hasta 2012, cuando decidió entrar en política. «Antes, no veía la necesidad. Pero hoy veo que mi país está en peligro y me digo que debo hacer algo», confiesa. Ahora dirige la campaña de Sophie Duval para hacerse con la alcaldía de Le Marais, el barrio bohemio, judío y gay en el cual reside, y figura el segundo en la papeleta de voto.

Homosexual militante, no ve en ello ninguna incompatibilidad con su ideología. «La comunidad gay es muy receptiva al FN y a su presidenta, Marine Le Pen», señala. Y puntualiza que, de los seis hombres que integran su equipo electoral, cinco son homosexuales. ¿Su sexualidad le ha supuesto un problema o una ventaja para ser candidato del partido en un barrio como este? «Las cosas han cambiado mucho en el Frente Nacional», argumenta. «Antes, no se veían muchos gays y yo debía de ser de los pocos. Ahora es muy diferente».

¿Qué imagen tiene del votante del FN? «Es gente que ama su país y todo lo que el binomio UMPS está destruyendo», puntualiza. «Tanto la UMP como el PS se empeñan en querer enterrar nuestra historia. Cuando veo que en la escuela ya no se enseña Louis XIV o Napoleón, me parece terrible. Tratan de hacernos perder nuestra identidad nacional, nuestro alma, para crear un crisol de razas que no se parece a nada. Por no mencionar la violencia en las escuelas o la falta de respeto por los maestros…».

Para Jean-François Nelmondo, Le Marais es un barrio donde el FN debería obtener un buen resultado, cercano al 10%, ya que los residentes y comerciantes están «muy afectados por toda esa inseguridad que trata de ocultar la izquierda». En su opinión, «hace falta mano dura con la delincuencia y los emigrantes ilegales». «Para ello, Francia debe recuperar su autonomía respecto a Europa y adoptar una forma de proteccionismo inteligente», recalca, para denunciar a continuación a «todas esas mujeres que van por calle vestidas con un burka para provocar».

¿Hay antecedentes extremistas en su familia?, le suelen preguntar. «No, todos son más o menos moderados, excepto mi tía abuela materna, Jeanne, que fue secretaria del Partido Comunista Francés de Argel».

EL PAIS: De Blasio echa un pulso a San Patricio

El alcalde de Nueva York boicotea el desfile en honor al patrón de Irlanda por la exclusión de los gays, pero acude a la misa en la catedral católica de la Quinta Avenida

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Pancarta contra la homofobia en el desfile de San Patricio por la Gran Manzana./ AFP

Dicho y hecho. El alcalde de Nueva York, el demócrata Bill De Blasio ha consumado su boicot al tradicional desfile de san Patricio –patrón de Irlanda y uno de los símbolos del catolicismo en Estados Unidos– en Manhattan, lo que no ocurría desde hace 20 años. Sus antecesores, los republicanos Michael Bloomberg y Rudolph Giuliani, no faltaron nunca la cita, muy querida para la numerosa e influyente comunidad irlandesa, que exhibe con orgullo su origen. Caben todos los orgullos, menos el gay. La decisión del regidor de la ciudad de los rascacielos se sustenta en la decisión de los organizadores de prohibir los símbolos homosexuales en la cabalgata. La herencia católica es fuerte, pero se va adecuando a los nuevos tiempos en una sociedad cada vez más moderna y multicultural. Incluso en la conservadora Irlanda.

De Blasio ha roto muchos esquemas desde que llegó a la alcaldía de Nueva York, nada menos que con el 75% de los votos, tras una dura pugna en las primarias de su partido con otros candidatos, entre ellos, una lesbiana, Christine Quinn. La expresidenta del Consejo de la Ciudad de Nueva York ya boicoteó el desfile en 2006 después de sus desencuentros con los organizadores, la Antigua Orden de Hibernias, que no la autorizaron a lucir un pin del orgullo gay. También la mujer del alcalde era lesbiana, según asegura, hasta que conoció a De Blasio. Ahora conforman una familia multirracial y liberal. Ella es una aguerrida feminista afroamericana. Su hijo Dante luce una melena ‘afro’ y su hija Chiara suele aparecer con piercings en una ceja, las orejas y la nariz. Pero más allá de su estética moderna o hippy, lo que exhiben son una ideas muy progresistas en favor de la diversidad y contra la desigualdad.

El alcalde creció en Boston, un enclave irlandés y católico por excelencia, por lo que no le es ajeno la influencia del ‘lobbie’ irlandés en América, donde miles de inmigrantes se asentaron por oleadas hasta conformar una comunidad de más de 36 milones de personas. Ayudaron a instalar a J. F. Kennedy en la Casa Blanca, el primer presidente católico de Estados Unidos, en un país de fuerte raigambre protestante, los pioneros, que construyeron el país con una biblia en la mano. Pero las cosas cambian.

En Estados Unidos hay cerca de 77 millones de católicos, una cuarta parte de la población. La última encuesta del Centro de Investigaciones Pew constató que el 85% de los católicos norteamericanos tienen una visión favorable del Papa Francisco, una aprobación similar que se da en la población en general. Benedicto XVI consiguió un 83%, pero Juan Pablo II llegó al 90% en su mejor momento de imagen en EE UU. Sin embargo, este entusiasmo no se ha traducido en más creyentes o en más practicantes. Los últimos estudios del Pew, realizados con ocasión de citas electorales, arrojan un crecimiento de la permisividad hacia las uniones gays y hacia el aborto.

De Blasio no solo decidió boicotear el desfile, sino que, además, participó el pasado 2 de marzo en una marcha alternativa bajo el nombre ‘San Patricio para todos’, que desde el año 2000 reivindica la inclusión de todos los colectivos ciudadanos en la fiesta. Al pulso del inquilino del City Hall de Nueva York, se le ha unido el regidor de Boston, Martin Walsh, el primer alcalde de origen irlandés en 20 años, que tampoco participó en la cabalgata de su ciudad tras no lograr un acuerdo con los organizadores para que permitiesen marchar a los colectivos homosexuales.

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El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, recibe la bendición del cardenal Dolan en la catedral de San Patricio./ Reuters

Quienes sí han desfilado en Nueva York han sido las bandas de música y de gaitas –algunas de Asturias–, las ‘majorettes’ y los cuerpos de bomberos y Policía, entre los que hay muchos funcionarios de origen irlandés. También miembros de las antiguas órdenes de Hibernia –el nombre latino de Irlanda–, de marcado carácter religioso. En Irlanda se ha convertido en una fiesta más laica. De hecho, los ecos de la postura de Bill de Blasio llegaron hasta Dublín, que se vistió de rosa en solidaridad con el movimiento gay. El desfile dublinés ha adoptado desde hace varios años un tono más desenfadado y más carnavalesco, con elementos de la cultura céltica y ritos más paganos.

Hasta las marcas de cerveza, que corre como ríos en esta celebración, han tomado posición. Guinness se retiró del desfile de Nueva York, al igual que Heineken, que piensa en verde –el color de esta jornada– o la Sam Adams Boston Beer. Las cerveceras han aumentado la presión sobre los organizadores, que han perdido gas. ¿Como la religión en Nueva York? El alcalde, por si acaso, no se mantuvo al margen de los festejos: ofició el desayuno tradicional en la residencias de Gracie Mansion junto al primer ministro irlandés, Enda Kenny, y acudió a la misa en la catedral de san Patricio, en la Quinta Avenida, en pleno corazón de la ciudad. El gesto de De Blasio tuvo su recompensa. El arzobispo de Nueva York, el cardenal Timothy Dolan, respaldó la presencia de la comunidad gay en el desfile abogando por una jornada «de unidad y alegría». Las cosas cambian.

EL CORREO: Un mártir con calzoncillos de lujo

En el sur de italia, Una imagen de siete metros de San Sebastián ataviado con ropa interior de una conocida marca italiana ha suscitado un gran revuelo

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El artista Ozmo ha representado a San Sebastián como un modelo de ropa interior.

No resuelta muy novedoso que David Beckham pose en paños menores publicitando el último modelo de calzoncillos, incluso si la imagen aparece en la mítica pantalla de Times Square. Pero los vecinos de Racale, una pequeña localidad de Lecce situada al sur de Italia, no están acostumbrados a ver este tipo de “anuncios” colgados de la fachada de sus casas y mucho menos si el protagonista es un santo.

El artista italiano Gionata Gesi, conocido artísticamente como Ozmo, ha pintado en uno de los edificios de la localidad sureña italiana una replica de siete metros de altura de la muerte de San Sebastián, pero con un estilo más desenfadado. El musculado mártir aparece ataviado con ropa interior de la conocida marca italiana Dolce&Gabbana y rodeado de fichas de póquer, recibiendo la lluvia de flechas como castigo por su adoración a Jesus.

La imagen ha suscitado la diversidad de opiniones entre los habitantes de Racale puesto que San Sebastián es el patrón del municipio y mientras algunos se muestran partidarios a este tipo de expresiones artísticas, el alcalde, Donato Metallo, ha instado a los organizadores de dicha iniciativa a “intervenir inmediatamente con el fin de tutelar el sentimiento popular”.

“Mi intención en ningún momento ha sido ofender los valores de nadie. No es mi estilo. Mi trabajo, por el contrario, se desarrolla en el poder de la imagen. El símbolo de D&G es muy potente y persuasivo y, gracias a la publicidad, puede ser reconocido por todos”, ha explicado el artistica italiano reconocido por ser uno de los mayores exponentes de arte urbano.

La idea de llevar a cabo esta pintura surgió de una iniciativa entre algunos muchachos de la localidad que solicitaron a artistas internacionales que se prestaran a decorar los muros de este pequeño municipio, de poco más de 10.000 habitantes.

DEIA: Carolina Villacampa Profesora de derecho penal “La legalización de la prostitución no es siempre la panacea”

Mientras España avanza hacia un prohibicionismo suave de la prostitución, Europa asume el modelo sueco, que sanciona al cliente y no a la trabajadora

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Carolina Villacampa, antes de su conferencia. (O. Martínez)

Bilbao – Voz experta y opinión competente en Derecho Penal, Carolina Villacampa desmenuzó ayer, en un seminario organizado por el Máster Universitario en Derechos Fundamentales y Poderes Públicos de la UPV/EHU, los beneficios y los perjuicios de las políticas prohibicionistas relacionadas con la prostitución. Centró su intervención en dos modelos: el estadounidense, prohibicionista por antonomasia ya que criminaliza a la trabajadora sexual sin tener en cuenta la existencia o no de una red de tráfico de personas; y el sueco, que sanciona al demandante de esos servicios sexuales.

¿Quién criminaliza a la prostitución? ¿La sociedad, las instituciones,…?

-Se sanciona normativamente. Otra cosa es que socialmente pueda ser una actividad más o menos aceptada.

Para la sociedad es una actividad mal considerada, creo.

-Depende. Probablemente existen determinadas actividades aledañas al propio ofrecimiento de servicios sexuales que hacen que esa actividad siempre se relacione con ambientes complejos, criminógenos… y eso puede hacer que la gente se sienta molesta, porque además son actividades que se producen de madrugada, en muchas ocasiones en horarios poco compatibles con una vida más abierta socialmente…

Bilbao reguló con una ordenanza el ejercicio de la prostitución.

-Las ordenanzas municipales son todas bastantes semejantes a la de Barcelona [2005], que básicamente lo que hace es sancionar el ofrecimiento de servicios sexuales en la calle y la práctica de relaciones sexuales en la vía pública. No han hecho mucho más que eso.

Pero han tenido repercusión.

-De hecho parece que la opción de las ordenanzas se va a trasladar a una arena más estatal porque lo que se plantea con el anteproyecto de Ley Orgánica de Seguridad Ciudadana es justamente establecer la misma sanción que se contemplaba ahora a nivel de ordenanzas cívicas.

Una normativa básica, vamos.

-Efectivamente. De hecho en Cataluña nosotros ya tenemos una. En 2012 se modificó la Ley de Carreteras para sancionar a las prostitutas que ofrecían sus servicios sexuales cerca de carreteras o en zonas de servidumbre para complementar las ordenanzas cívicas que se aplicaba en algunos municipios y esa parece ser la idea que puede estar cocinándose a nivel de gobierno…

Sancionar a la trabajadora sexual.

-Y al cliente. Y perseguir penalmente al proxeneta.

¿Y cómo regularizarlo?

-Entiendo que es un tema muy complejo porque en muchas ocasiones es difícil discernir lo que son supuestos de prostitución libre de supuestos de prostitución más o menos condicionada por las circunstancias, que pueden estar muy cercanas a la prostitución forzada. Pero evidentemente lo primero que tendría que hacerse es diferenciar conceptualmente los supuestos de prostitución libre de los supuestos de prostitución forzada. Y probablemente en los casos de prostitución libre, si se parte del reconocimiento de la autonomía de la voluntad de la persona que se dedica a esa actividad lo que debería es reconocérsele derechos sociales, como a cualquier trabajador.

¿Qué beneficios tendría esa regularización?

-Probablemente que se las socializaría de alguna forma; que dejarían de estar en la marginalidad absoluta,… y significaría una contribución al sistema público.

Algo beneficioso entonces…

-Entiendo que podría serlo. También es cierto que en otros países que han andado esa senda, por ejemplo Alemania, la legalización no siempre es la panacea. En Alemania existe una ley de 2002 que regulariza la prostitución y lo cierto es que los trabajadores sexuales tienen muchas dificultades a la hora de evidenciar que su actividad profesional es el ofrecimiento de servicios sexuales por precio. Les cuesta mucho…

Por temor.

-Probablemente. O por decoro; en muchas ocasiones porque no quieren que sus hijos o familiares conozcan a qué se dedican.

Y los clubes de alterne, los pisos,… ¿Podrían ser una forma de regularizar o regular esa actividad?

-Parece que en los clubes nunca existen trabajadores sexuales que estén dados de alta como tales sino camareros y otro personal. El problema de permitir únicamente la regularización de la prostitución a través de los clubes de alterne es que, probablemente, se impediría la realización autónoma de la actividad. Y eso siempre puede dar lugar a conductas abusivas por parte del empresario, más que si la persona la realiza autónomamente.

¿La UE ha delegado en los Estados miembros?

Entiendo que los Estados miembros están ya tomando cartas en el asunto y adoptándolas vía sanción de las conductas de compra de servicios sexuales, siguiendo bastante la estela del modelo sueco.

¿Y entre el modelo sueco y el estadounidense?

El sueco por lo menos no sanciona a los trabajadores sexuales, aunque tampoco les permite ejercer con normalidad…

EL PAIS: Una década de machismo: 658 asesinadas

Son 658 mujeres que hoy estarían en sus casas, en sus trabajos, con sus hijos, sus familias, sus amigos. Y no están. Los criminales machistas las han aniquilado en los últimos 10 años. María José, Ana, Rosalinda, Andina… han sido asesinadas por sus parejas o exparejas desde 2004. Diecisiete de ellas en 2014, si se añade el caso ocurrido ayer en Melilla, donde un hombre de 66 años degolló a su compañera de 64 y después se suicidó. Este crimen machista, el cuarto en 48 horas —aunque hay otro homicidio pendiente de confirmar en Madrid— firma una semana alarmante; desde 2008 no había cifras tan negras. Casi diez años después de que entrara en vigor la ley de medidas de protección integral de violencia de género hay hombres que continúan maltratando y asesinando a sus parejas. Y quienes trabajan con las víctimas, en la judicatura o en la Administración, alertan de que la sociedad —incluso su entorno más cercano— no termina de tomar conciencia del problema.

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Fuente: Ministerio de sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. / EL PAÍS

Lejos queda ya en la memoria del horror el asesinato de la grandina Ana Orantes, quemada viva en 1997 tras denunciar en televisión que sufría maltrato. El caso abrió la conciencia de género en España. Pero no del todo. El fenómeno no cesa. A factores como la normalización del fenómeno y la consolidación de ciertos comportamientos machistas, se añade, según apuntan los expertos, la complicación de la situación económica actual. “No solo porque muchas mujeres sufren una fuerte dependencia económica y les cuesta mucho más salir del maltrato en el que viven, también porque hay menos medios para atenderlas”, expone la abogada Susana Martínez, presidenta de la Comisión de Estudio de Malos Tratos a Mujeres. Efectivamente, el Gobierno ha recortado un 30% el presupuesto destinado a la prevención de la violencia de género en tres años. Un tijeretazo al que se añaden otros, como la reducción de las partidas destinadas por las comunidades, que ha derivado en la reducción de programas especializados —desde legales o de atención psicológica— o de plazas en casas de acogida. También, comenta Begoña San José, de la Asamblea Feminista, se ha recortado en un 50% la porción dirigida al Instituto de la Mujer y las subvenciones para las organizaciones especializadas. Ya no hay dinero para proyectos nuevos. “Solo para mantener, y no holgadamente, los que ya están en marcha”, coincide Martínez.

Estos recortes, además de mermar los medios de asistencia, están creando una sensación de desamparo y de desconfianza en las mujeres. Laura Carro, psicóloga especializada en atender a víctimas de malos tratos, cree que eso también está influyendo en que quienes sufren este problema no den el paso de acudir a las autoridades. Las denuncias han caído algo más de un 9% en los últimos años. Un dato que, según Martínez no implica que los malos tratos se hayan reducido, sino que se denuncian menos.

Porque a pesar de que un 22% de las españolas ha sufrido violencia de género alguna vez —según la primera estadística europea publicada recientemente—, las denuncias por estos delitos no suben de algo más de 130.000 anuales.

Y en los casos extremos, los de asesinato, solo una de cada tres mujeres había denunciado. Este año, solo cinco lo habían hecho. En ninguno de los casos mortales registrados en los últimos días habían acudido a las autoridades. Algo en lo que puso el acento el martes la número dos del PSOE, Elena Valenciano. “Estamos en una situación de emergencia nacional”, dijo tras conocerse los casos de las últimas horas. La oposición y las organizaciones especializadas creen que la lucha contra la violencia machista no es una prioridad para el Gobierno. Y que esto influye.

Mientras, en el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad preparan un foro de diálogo con las asociaciones y los expertos que analice la evolución de la ley, como anunció el martes la nueva secretaria de Estado de Igualdad, Susana Camarero. También, aseguran fuentes de su departamento, se está tratando de reforzar la coordinación con el Ministerio del Interior —quien protege a las víctimas— y con el Consejo General del Poder Judicial.

Esa última parte, apunta Ángela Cerrillos, presidenta de la asociación de Mujeres Juristas Themis, es clave. Para esta abogada uno de los principales problemas en la lucha contra la violencia de género es que hay una carencia en la aplicación de la ley que cumple ahora una década. “Se deniegan infinidad de órdenes de alejamiento, se archivan decenas de denuncias por falta de pruebas… Y el efecto de desánimo que tiene esa falta de respuesta judicial es evidente. La idea de la vuelta a casa con la cabeza gacha es un elemento disuasorio importantísimo. Y eso es lo que muchas mujeres están viendo en su entorno”, dice.

Por eso, tanto Cerrillos como la presidenta de la Comisión de Estudio de Malos Tratos a Mujeres cree que las condenas por violencia de género deben darse a conocer. “Es importante saber que el delito tiene pena. Contribuye también a crear una conciencia de rechazo al agresor”, apunta la psicóloga Carro. El 31 de enero de este año había 5.461 hombres cumpliendo penas de cárcel por delitos de violencia de género, según datos de la secretaría de Estado de Igualdad. Dar esta estadística, apunta Martínez, desdibuja la sensación de impunidad que, según cree, existe ahora mismo. Esta experta cree también que la Administración debería reforzar las campañas de concienciación. No solo con mensajes para que la víctima y su entorno acudan a las autoridades —no hay que olvidar que alarmantemente solo el 2% de las denuncias proceden de familiares o amigos de las maltratadas—, también para fomentar el rechazo social a los agresores y hacerles ver que sus actos tienen consecuencias.

Porque las campañas publicitarias se han reducido en los últimos tres años. Ahora, la secretaría de Estado de Igualdad estudia reforzarlas de nuevo. Aunque está analizando primero cuáles son más efectivas y cómo. Para ello, ha hecho una encuesta ciudadana que —según fuentes conocedoras del sondeo— revela datos como que solo el 60% de la población conoce la existencia de una ley específica de violencia de género. O que algo más del 70% de la población sabe del teléfono 016 —la línea gratuita de atención a las maltratadas que no deja huella en la factura—.

Entre las asignaturas pendientes, los expertos hablan también de reforzar los mensajes que se dirigen a los colectivos más vulnerables: las mujeres mayores que, como la asesinada ayer en Melilla, pueden tener más obstáculos sociales o incluso de mentalidad para dar el paso y denunciar; y hacia aquellas que carecen de una red social, como la brasileña asesinada el lunes en el País Vasco, que estaba sola en España con sus dos hijos.

Menores huérfanos, familias rotas

Las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas dejan tras de sí una estela de familias rotas. Desde 2013, cuando empezó el conteo, se han registrado 52 menores huérfanos. 42 el año pasado y nueve en lo que va de 2014. Niños que en muchos casos han observado situaciones de malos tratos graves en sus hogares, y a quienes queda un complicado proceso de recuperación. Los expertos dicen que en algunos casos repetirán el comportamiento vistos en casa.

La estadística de incidencia de estos delitos revela también que alrededor de 800.000 menores conviven con situaciones de violencia de género. De estos, algo menos de 200.000 son hijos de mujeres que están bajo órdenes de protección. Porque los menores son en ciertas ocasiones el acicate que las lleva a denunciar, pero también el elemento que las hace permanecer —por miedo a represalias o por dependencia económica— al lado de sus agresores.

Los menores también son, en ocasiones, el arma que utilizan los criminales contra sus víctimas. En 2013, seis hijos de víctimas de malos tratos fueron asesinados por sus padres.

 

EL PAIS:Ellas están cambiando; ellos, no

El precio de la libertad de las mujeres no puede ser la muerte, ni el de la vida la sumisión

“Esa no se iba a salir con la suya… Por mis cojones que si me dejas te mato, le advertí…”. Fue lo que me dijo un maltratador, ya detenido, después de haber cumplido con su palabra…

 Cuando se pierde el nexo de causalidad de las cosas, la sorpresa se presenta como resultado, y el resultado se interpreta como un accidente, lo cual es un error.

Los hombres asesinan a las mujeres porque dentro de la relación crean una convivencia basada en la violencia; y crean esa violencia porque su masculinidad los lleva a entender que ellos, como hombres, deben hacerse respetar e imponer el criterio que consideran más adecuado; y piensan de ese modo por una cultura construida sobre la desigualdad que ha situado a los hombres y lo masculino como referencia universal, y a las mujeres sometidas a sus dictados y órdenes. Por tanto, si de verdad se quiere acabar con los homicidios y la violencia de género hay que trabajar, y mucho, para romper con esa identidad en los hombres que lleva a la violencia como forma de conseguir sus objetivos.

Para estos hombres, la violencia no solo les ayuda a imponer su voluntad, sino que además al hacerlo de ese modo los convierte en “más hombres”, por eso asumen las consecuencias de su conducta criminal y se reivindican como hombres al entregarse de forma voluntaria (aproximadamente el 74% lo hace) o por medio del suicidio (un 17% lo comete tras el homicidio).

La sociedad está cambiando, pero los cambios no están siendo los mismos en los hombres y las mujeres. Las mujeres lideran unos cambios que rompen con ese corsé de roles y espacios que les impedía incorporarse en igualdad a la sociedad y disfrutar de libertad e independencia. En cambio, los hombres no cambian y permanecen en esa idea de que “su mujer” debe hacer lo que se espera de ella, es decir, ser ante todo una “buena esposa, madre y ama de casa”. Y cuando intentan imponer ese criterio y la mujer no lo acepta, recurren a un mayor grado de violencia, y cuando este aumento de la violencia también fracasa y la mujer decide no continuar con la relación, se entra en la zona de riesgo del homicidio.

Todos estos elementos están en las raíces de la violencia de género y de los homicidios, por ello hay que abordarlos desde todos los frentes, pero de manera muy directa rompiendo con esa imagen de “más hombre” que la cultura ha creado para el violento. Hay que hacerlo con concienciación, con recursos para que las mujeres puedan salir de la violencia y con educación para prevenir y evitar la construcción de esas identidades violentas… Justo lo que no se está haciendo.

El precio de la libertad de las mujeres no puede ser la muerte, ni el de la vida la sumisión.

CON M DE MARZO. MUJER Y ESCENA.

VIERNES 21 DE MARZO – 21:00 H

Entrada gratuita. Apertura de puertas a las 20:30 h.

BADULAKE (HERNANI 10)

BILBAO

BEGO GARRIDO es “LA MUJER SOLA” de DARÍO FO. Un monólogo dirigido por JORGE SANTOS.

Una mujer sola y privada de libertad habla con su vecina desde la ventana.Una fuerte sátira social, de una mujer que intenta alcanzar sus deseos y su dignidad aunque se vea asfixiada  por su entorno cotidiano y violento. Cargado de un contexto tragicómico, se adentra en las entrañas de la mas dura realidad ya que la mujer sola, desgraciadamente, es real en nuestros días y existe en nuestra sociedad. (Duración 35 minutos)

En torno al 8 de Marzo aquí seguimos, más que nunca, reivindicándonos.

Nuestro granito de arena para apoyar la lucha por la liberación de las mujeres:

CON M DE MARZO. MUJER Y ESCENA.

EL CORREO: La versión gay de ‘Sexo en Nueva York’.Carrie es un señor con bigote

Por qué tienes que ver ‘Looking’, la serie de la HBO protagonizada por tres tíos que buscan tíos

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Juntos pero no revueltos, los tres tipos de ‘Looking’ se dan mucho amor.

Carrie Bradshaw es un señor con bigote. Dom -no conviene confundir con el ‘Mad Men’ Don Drapper, macho alfa por excelencia del mundillo seriéfilo- no vive en un estudio de aire vintage en Nueva York: comparte piso en San Francisco. No colecciona zapatos carísimos diseñados por un tal Manolo: es adicto a las apps para encontrar sexo. Tampoco firma una aborrecible columna no apta para diabéticos: es camarero y anda algo obsesionado por montar un negocio de ‘Peri Peri Chicken’, un “delicioso pollo portugués”. Como el personaje que fagocitó a la glamurosísima Sarah Jessica Parker, el señor con bigote anda preocupado por su edad, por no encontrar a su alma gemela y por todas esos asuntos que atribulan al ser vivo moderno medio. Y, siendo honestos, hasta aquí llega cualquier coincidencia entre ‘Sexo en Nueva York’ y ‘Looking’ más allá de que las dos son series alumbradas por la factoría HBO, esa suerte de churrería de la ficción de calidad.

En lugar de exitosas abogadas con inseguridades varias, pijas pijísimas y sofisticadas devoradoras de hombres con evidente adicción al fornicio, la ‘pandi’ de ‘Looking’ se reduce a tres dispares treintañeros, con el mentado señor con bigote al frente (Murray Barlett, de ‘Damages’), Patrick (Jonathan Groff, visto en ‘Glee’), un diseñador de videojuegos que carga con una mochila hasta arriba de citas decepcionantes, y Agustin (Frankie J. Álvarez, de ‘Smash’), un bohemio artista cubano entregado en cuerpo y alma, sobre todo en cuerpo, a retratar los encuentros sexuales de un escort (el chapero cañí de toda la vida) con sus clientes.

Mariquitas castizos

A pesar del envoltorio, de las esporádicas escenas de sexo y del periplo por saunas y garitos de todo pelaje de sus personajes, sería demasiado facilón catalogar a ‘Looking’, que ya se ha ganado una segunda tanda de episodios, como una serie exclusivamente gay. Resulta mucho más interesante acercarse a ella sin la máquina de etiquetar en ristre. Al fin y al cabo, se acerca más a eso que Lena Dunham llama ‘historia generacional’ -“quiero ser la voz de mi generación”, dice el personaje que protagoniza la chiquilla en ‘Girls’- que a un folletín voyeur sobre la sodomía.

La ficción de HBO, que en España se emite esta noche en Dual en Canal+Series, consigue que hasta un enamorado convencido de Marion Cotillard, un tipo que pierde los papeles cuando Sofía Vergara enseña escote (o sea, siempre), pueda empatizar con las historias que acaecen a sus personajes, unos tipos que tienen más bien poco que ver con el arquetipo de mariquita castizo que se empeñan en explotar las series patrias, de ese desatado y atorrante Fidel de ‘Aida’ al amanerado Mauri de ‘Aquí no hay quien viva’. Igual es ahí donde reside el interés de esta ficción. Porque, sí, ‘Looking’ es mucho más que la versión gay de ‘Sexo en Nueva York’.

Nuevas masculinidades: la igualdad de género construida desde los hombres

Alumnos del curso sobre nuevas masculinidades trabajan en una sesión en Córdoba.

Alumnos del curso sobre nuevas masculinidades trabajan en una sesión en Córdoba.

“Existen muchos hombres con conciencia para trabajar por la igualdad que sienten la necesidad de buscar caminos para ello. Pero es un camino que deben hacer ellos mismos”. Con estas palabras, el sociólogo Hilario Sáez sintetiza el objetivo sobre el que trabaja con hombres de toda Andalucía para construir la igualdad de género desde la perspectiva masculina. Con el curso Nuevas masculinidades, género e igualdad desde la perspectiva de los hombres, que imparte a trabajadores de las delegaciones provinciales de la Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía, este sociólogo trabaja con hombres para que sean ellos mismos, desde sus experiencias del día a día y sus reflexiones, los que hagan aflorar la desigualdad de género que existe en la sociedad y poder así superarla.

Se trata, con ello, de superar la visión androcéntrica del mundo para trabajar por la igualdad desde una perspectiva de género masculina. Y es ahí donde, junto a lasrealidades de desigualdad efectiva entre hombres y mujeres, afloran también lasnuevas visiones masculinas, esas “nuevas masculinidades” que apuestan porconstruir una sociedad en igualdad. “No hay nuevos hombres. Los que hay ahora los ha habido siempre pero han estado invisibilizados. Ahora afloran otras maneras de ser hombre”, sintetiza Hilario Sáez.

La experiencia de este sociólogo con los hombres –también algunas mujeres- con los que trabaja en sus cursos pone sobre la mesa esta realidad. “Necesitamos que haya una reflexión específica de los hombres para incorporarse a la lucha por la igualdad”, señala para explicar esta tarea. Y advierte, sobre nuestra sociedad: “La igualdad es un salto evolutivo incuestionable e imparable”.

De ahí que los hombres participantes en los cursos hayan puesto sus experiencias cotidianas al servicio de esta reflexión. Han llegado a dibujar un “mapa de privilegios masculinos” que se dan en el ámbito personal, social, laboral o sexual en el día a día. Unos privilegios masculinos que “están ahí, se ejerzan o no por uno mismo” y que reflejan la visión androcéntrica de la sociedad.

El relato de los propios alumnos pone sobre la mesa tópicos que se dan, según sea el protagonista hombre o mujer, de una u otra manera. La promiscuidad, la corresponsabilidad en la reproducción, los cuidados de hijos y personas mayores, las tareas domésticas, la mayor o menor autoridad social o los privilegios laborales forman parte de este mapa de la desigualdad.

Roles de cuidador y protagonistas de la violencia

Y junto a ello, dos aspectos específicos en los que la desigualdad entre hombres y mujeres se hace evidente y que merecen especial estudio. El primero, el concepto del cuidado personal: “¿Cómo me cuidan? ¿Cómo cuido? ¿Cómo me cuido?”. Son tres preguntas clave para conocer que las mujeres tienen una conciencia superior de cuidar pero poca de cuidarse a sí mismas, mientras que en los hombres es al revés y, dato curioso, “no tienen conciencia de no estar cuidándose, lo que supone un problema de salud pública”, alerta este sociólogo.

El segundo de los aspectos evidentes de la desigualdad entre hombres y mujeres es la violencia. “En general y de forma cotidiana, la mayoría de los protagonistas y víctimas de la violencia son hombres. Pero si hablamos específicamente de violencia de género, las víctimas pasan a ser mujeres. Y aquí ponemos el foco en el agresor – el hombre- de manera que conseguimos concienciar al resto de hombres de que el silencio les hace cómplices”, relata Sáez para quien los propios alumnos son los que se dan cuenta de que “el machismo mata porque el machismo es violencia”.

Todo ello genera entre los hombres un planteamiento nuevo y una reflexión sobre el modelo tradicional de masculinidad, que puede ser superado por esas nuevas masculinidades: “Se trata de cambiar la perspectiva del mundo androcéntrica”, dice este sociólogo, que no deja fuera una mirada hacia la juventud para advertir de la repetición de roles machistas. “Hay que actualizar los mensajes para llegar a los jóvenes. Porque sí hay un cambio real en parte de la juventud hacia la igualdad, pero hay una gran mayoría que en general sigue estando al aire de lo que educa la publicidad en estereotipos”.

Como positivo, eso sí, destaca que todo eso se está moviendo y que, “afortunadamente, se cuestiona la mentalidad patriarcal”, también desde los hombres que buscan esos caminos para avanzar en la igualdad real. Una tarea que para este sociólogo, que hasta ahora ha impartido el curso en Córdoba y queseguirá hasta después del verano en Sevilla, Huelva, Cádiz, Granada y Almería, “yaes hora de que la asuma la administración como tarea prioritaria”.

EL MUNDO: Falleras lesbianas

OPINION el ruido de la calle . RAÚL DEL POZO

Se espera un millón de visitantes a la apoteosis de la pólvora, pero en Valencia, donde enseguida tuvo éxito ‘El Quijote’, no han querido quemar a don Miguel de Cervantes. Se salvará de la Cremà como ‘ninot indultat’. Las Fallas -petardos, ostentosidad kitsch, ritual de arroz, caracoles y garrofón- se celebran en honor de san José, patrón de los ebanistas. Ausiàs March, nacido en Gandía en 1400, escribió: “La carn vol carn, no s’i pot contradir”. La carne quiere carne, su apetito domina sobre el hombre.

Este año, la mascletà de la lujuria, la traca, estaba envuelta en el traje regional. La foto de dos lesbianas falleras, María Jesús Ramírez (transportista en paro) y Amparo Albiach, pareja en la vida real, besándose, publicada en la portada de la revista EGF, ha provocado más morbo que si las chicas hubieran posado desnudas. Nada de porno lésbico: tradición, liturgia folclórica y delicadeza es lo que ha tenido impacto.

Lo descubrió Ruano en estas mismas costas un verano: después de ver tantas mujeres desnudas, lo que le excitaba era verlas vestidas.

El beso de dos valencianas de muchos moños, manteletas, delantal y peinetas tiene una explicación, según la revista: “Valencia es la ciudad de la fiesta y siempre ha sido una ciudad bastante, bastante gay”. Hay muchas guías gay, hoteles, saunas y sitios de encuentro, como The Kôde o Som com Som, pero estos chicos que presumen de modernos han descubierto el Mediterráneo.

La homosexualidad estuvo sacralizada en las orillas de este mar 600 años antes de Jesucristo. Lesbos, la décima musa, pequeña y oscura como un ruiseñor, fue adorada como diosa.

Esteban González Pons, el hombre a la espera, el brillante político aún virgen de cartera, ha vuelto a la ciudad prohibida y está muy contento porque ha visto salir el sol en el mar. No quiere decirme si prefiere ir en la lista de las europeas o ser ministro de Agricultura, así que le pido opinión sobre las lesbianas. Le parece bien. “O las fiestas son una válvula de escape o son un rito de adulación a las autoridades”.

Me recuerda que el acto central de las Fallas es la ofrenda a la Mare de Déu dels Desemparats, como desagravio a las ofensas de la Guerra Civil. “La ceremonia fue impuesta por un arzobispo. Creo que hay que despojar la fiesta de caspa y de servidumbres institucionales”.

Una vez quemaron un ninot con el rostro de Jean Fuster y ahora, tantos años después, Valencia nos trae a la memoria ‘Las flores del mal’: “Lesbos, donde los besos, lánguidos o incendiados / cálidos como soles, frescos como sandías”.