México entierra su proyecto de bodas y adopciones gays bajo la sombra de Trump

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Con claras sospechas de alevosía y nocturnidad la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados de México ha desechado el proyecto de bodas y adopciones gays que hace sólo unos meses presentó a bombo y platillo el presidente mexicano Enrique Peña Nieto.

En medio del huracán Trump, cuando en el país no hay hueco para nada que no sea divagar sobre las graves consecuencias que puede tener la llegada del republicano a la Casa Blanca, sus señorías han decidido acabar con la reforma que había enfrentado en las calles a partidarios y contrarios a la regulación de la adopción y matrimonio por parte de parejas homosexuales.

El pasado 17 de mayo el mandatario mexicano anunciaba en su cuenta de Twitter, con motivo del día Nacional de Lucha contra la Homofobia, que “firmé iniciativas de reforma para impulsar que el matrimonio igualitario en la Constitución y en el Código Civil Federal“.

La medida, que en aquel momento parece que buscaba moderar la imagen de Peña Nieto atacada por los sectores más progresistas, comenzó a tambalearse cuando dos semanas después del anuncio el Partido Revolucionario Institucional (PRI), partido del Gobierno, se llevó su más sonoro varapalo histórico en unos comicios regionales.

Entonces muchas voces dentro del partido achacaron la derrota a la movilización contraria de amplios sectores católicos o vinculados a la Iglesia. Desde el renovado PRI, que tras la debacle de los comicios eligió como presidente a Enrique Ochoa, ya se anunció días después que “la medida no era prioritaria para esta legislatura, había cosas más importantes”. Un aviso evidente de que el barniz de progresismo que se pretendía dar no parecía el mejor camino a las urnas de 2018 para el segundo país del mundo con más población católica.

Finalmente se ha decidido enterrar hoy mismo el proyecto legal ante un escenario electoral próximo poco halagüeño. El problema ahora es la imagen con la que queda Peña Nieto, jefe del Ejecutivo, que ve cómo una propuesta personal que él mismo asumió como propia es rechazada en la Asamblea con los votos de su propio partido. ¿Manda el presidente en la bancada del PRI o ya cada uno toca la partitura por libre?

En total, ha habido 19 votos en contra, entre los que estaban los legisladores del PRI, los del conservador Partido Acción Nacional, el Partido Verde, Nueva Alianza y Encuentro Social. A favor votaron los siete representantes de los izquierdistas Morena y el Partido de la Revolución Democrática junto un diputado del PRI que se saltó la disciplina de voto. Hubo también una abstención del representante de Movimiento Ciudadano.

Se acaba aquí por tanto el recorrido de una ley que pretendía instaurar federalmente, ya existe en algunos estados, el matrimonio y adopciones de personas del mismo sexo. La norma, que había conseguido sacar a miles de personas a protestar a las calles, se diluye el día perfecto, el día que no queda hueco para nada que no sea Donald Trump.