La Diócesis de Bilbao recogió las opiniones dos mil personas para el Sínodo de la Familia
BILBAO – Acercamiento, conocimiento, acogida y misericordia. Cuatro palabras que encierran, sin embargo, el vademecum de la feligresía vizcaina para abordar asuntos tan relevantes para el futuro de la Iglesia como la familia, las rupturas y nulidades matrimoniales y las uniones entre personas del mismo sexo, por ejemplo. Así se lo han transmitido al Papa Francisco, dispuesto desde un inicio a saber de primera mano cuáles son las inquietudes, pensamientos, inclinaciones y sensibilidades de las bases de la cristiandad y no solo las de la jerarquía eclesiástica.
Lo han hecho respondiendo a dos encuestas -la primera en 2014 y la segunda este mismo año- cuyas conclusiones han sido enviadas al Vaticano con vistas a preparar el próximo Sínodo sobre la Familia. Una de las principales conclusiones es que la mayoría de la base eclesial de Bizkaia respalda el discurso del pontífice en cuestiones como la conveniencia de amparar y comprender a los matrimonios que atraviesan dificultades y no marginarlos de las eucaristías, como sostienen los sectores más conservadores.
En la redacción del primer documento -remitido por el propio Vaticano- tomaron parte 35 parroquias, 32 miembros de organismos diocesanos, 15 asociaciones de fieles y comunidades, 11 comunidades religiosas, 8 equipos de pastoral familiar, 8 miembros del Consejo Pastoral Diocesano y 8 equipos ministeriales de unidades pastorales. A modo de resumen, la feligresía vizcaina subraya la necesidad de tener una “actitud fundamental de acogida y misericordia” a la hora de afrontar, precisamente, esas situaciones matrimoniales complicadas en las que, por las causas que sean, la pareja decide separarse sí, pero también seguir manteniendo su fe cristiana.
De hecho, abogan por desarrollar una labor social [pastoral] en el seno de la comunidad que sea “cercana y personal” para aproximarse a esos individuos y que ninguno sea apartado de las eucaristías, tal y como sostiene el Papa Francisco.
Las bases eclesiales vizcainas también dejaron patente en esa primera encuesta la conveniencia de revisar las prácticas de la Iglesia acerca de las nulidades matrimoniales, así como que “debería seguirse una actitud de acercamiento, conocimiento y acogida como hijos o hijas de Dios” en lo relativo a las uniones de personas del mismo sexo. En definitiva, se insistía desde la Diócesis, el propósito es acordar y establecer las bases de una Iglesia más participativa y también más implicada en los problemas familiares. “Es preciso -se apostillaba en el documento enviado al Vaticano- repensar el papel de la mujer y de la familia como protagonistas y no solo como destinatarios de la pastoral”.