Francia castigará con multas de hasta 3.500 euros a los clientes de prostitución
Se creará un fondo para ayudar a las prostitutas a que dejen la actividad
Tras un largo tira y afloja entre la Asamblea Nacional y el Senado, Francia aprueba la ley que castiga a los clientes de prostitución y no a las prostitutas. Los clientes serán multados con 1.500 euros y hasta 3.500 euros en caso de reincidencia, con la obligación además de seguir una formación sobre los males de la prostitución.
La medida convierte a Francia en el quinto país europeo que penaliza al comprador de sexo en lugar de al vendedor, después de Suecia, Noruega, Islandia y Reino Unido. Además, el Gobierno va a establecer un fondo de 4,8 millones de euros para ayudar a las que quieran dejar la actividad y facilitará también los trámites para regular la situación en el país de aquellas que sean extranjeras, dado que la mayoría se encuentran en situación irregular. Según las estimaciones oficiales, en Francia hay entre 30.000 y 40.000 prostitutas, en su mayoría procedentes de Europa del Este, África, China y América Latina.
La petición se aprobó por primera vez en el Parlamento en 2013 pero no ha sido finalmente adoptada hasta este miércoles, la cuarta vez que pasaba por la Asamblea tras la negación continua del Senado. En caso de falta de acuerdo, la última palabra la tienen los diputados, como ha sido el caso.
La izquierda se mostraba a favor de la propuesta mientras que la derecha, dividida, decidió establecer libertad de voto en esta última jornada que finalmente pasó la ley con 64 votos a favor y 12 en contra -solo participaron en esta jornada 76 diputados de los 577-. Los radicales de izquierda también cuestionaban la idoneidad de la medida.
Los partidarios de la ley defienden que ayudará a combatir el proxenetismo y las redes de tráfico de personas pero sus detractores aseguran que el temor a la represión llevará a las prostitutas a ocultarse y facilitará que éstas sean maltratadas por clientes y explotadores sexuales.
“Esta ley es indispensable para que no se pueda considerar más como normal la compra del cuerpo de una persona”, declaró la diputada socialista Maud Olivier a la AFP, que considera que el texto convierte finalmente a las prostitutas en “víctimas” y “no ya como delincuentes”.
A través de su cuenta personal de Twitter, el primer ministro Manuel Valls ha saludado la decisión que considera “un avance mayor” para los “derechos de la mujer”.
Mientras el texto se votaba, unas 70 prostitutas participaban en una protesta en los alrededores de la Asamblea Nacional con carteles que clamaban: “Putas con el puño levantado contra la penalización de los clientes”, o “clientes penalizados, putas asesinadas”. Las asociaciones de prostitutas que aseguran realizar su actividad de forma voluntaria temen igualmente una pérdida de ingresos.